Disclaimer; los personajes no son míos, pertenecen a JK. Rowling y sus respectivos socios comerciales. La realización de este fic es sin fines lucrativos.

Advertencias; universo alternativo de la serie de Harry Potter. Spoilers de toda la serie. También hay SLASH así que si el tema te ofende o no te agrada, no continúes.

Capítulo cuarto: Preludio.

Faltaba menos de un mes para el nuevo curso escolar, ya estaban a 31 de julio, hoy sería un día tranquilo. Desde los acontecimientos de los meses pasados, no había tenido noticias del señor tenebroso ni de sus allegados, lo cual no significaba que fueran buenas noticias.

La mayoría de los servidores de Lord Voldemort estaban en Azkaban, incluidos algunos que se habían librado de estar apresados en la última ocasión, alegando que se encontraban bajo una de las maldiciones imperdonables. Solamente fueron aquellos cuyas pruebas eran tan evidentes que ni siquiera se molestaron en negarlo. Luego hubo otros que fueron y él creía que eran inocentes, el caso Crouch fue uno pero hace dos años el mismo pudo comprobar cuan equivocado estaba, al igual que Peter Pettigrew, ese enano les engaño a todos. ¿Cuantos servidores tenía el señor tenebroso? ¿Cuántos conocía?. Era plenamente consciente que la identidad de los mortífagos sólo era de conocimiento de él, de esta manera se aseguraba que nadie delatará a todos su sirvientes.

Aceleró el paso hacia el Grimmauld Place, llegaba tarde y sólo le faltaría eso para completar el día. Había recibido la lista de aquellos que habían superado el TIMO de pociones, no podía creer que Potter hubiera pasado pero Longbottom, eso era imposible de creer, a menos que hubiera ineptos corrigiendo lo cual es muy probable.

Faltaba poco por llegar, a la vuelta de la esquina podría ver la calle, protegido en la oscuridad de la noche nadie le vería entraba y desaparecía. Pero nunca pudo imaginar lo que vería una vez que atravesara la puerta que solamente pueden ver los magos o aquellos seres con capacidades especiales.

Un hombre de pelo negro y largo, con ropa oscura le gritaba al retrato de la vieja señora Black, le era conocido, odiosamente conocido. Vio como las cortinas que tapaban el retrato se cerraban gracias a Kingsley y el mayor de los Weasley.

-No puede ser, de todas las personas que podrían resucitar, ha resucitado la más inútil- todos se voltearon a ver el recién llegado - Así que lo que se cuenta del Velo es cierto hay quienes sobreviven - se dirigió hacia el salón desoyendo los insultos del "resucitado".

Una vez más tranquilizado el animago relató lo sucedido, omitiendo algún que otro detalle. El profesor de pociones le era indiferente que estuviera vivo o no, pero al menos el licántropo haría mejor cara, aunque él le suponía aguantar al perro.

- ¿Dónde está Lupin? Tendría que estar aquí celebrando el regreso de Black- se dirigió a Mundungus Fletcher un hombre que tenía ciertas actitudes de enterarse de ciertas cosas no accesibles al resto de los magos.

- No lo sé, hace días que nadie sabe nada de Remus, incluso Dumbledore parece preocupado.

- ¿El Director preocupado?¿Dumbledore nunca muestra sus estados de ánimo?

- Sí, hace dos días que vino aquí, buscándole, estaba un poco alterado, regresaba de Azkaban.

Todo el mundo dejó de hablar al ver al líder de la orden entrar para luego abrazar a Sirius Black, quien correspondió el abrazo.

- Muchacho no creía que tu tuvieras esta habilidad, nadie ha sobrevivido desde que el Velo fue llevado al Ministerio- Albus desvió su mirada celeste de la gris buscando a una persona, no había llegado - Sólo falta uno.

- Si ¿dónde está Remus?- para Sirius el volver a verse con su amante, amigo y pareja. Se estaba demorando demasiado, ¿tal vez tendría que haber pensado con él? Pero se decía a si mismo que primero tenía que asegurarse que su ahijado estuviera bien.

La Señora Weasley se disponía a enviar a los más jóvenes a sus dormitorios, pero el anciano Albus estimó conveniente que se quedaran un momento, ya pues había cosas que les concernían directamente a ellos. Comenzándoles a dar uno de sus discursos, todos escuchaban atentamente incluidos Harry, quien desconfiaba del anciano desde los acontecimientos de hacía pocos meses.

- Este año estar atentos más que nunca- se dirigía únicamente a los más jóvenes incluidos los gemelos que aseguraban que ellos ya eran muy capaces de cuidarse solos - Cada día que pase se vuelve más fuerte. El hecho de que varios mortífagos estén encerrados no lo ha debilitado en absoluto, si no los ha liberado es únicamente porque no le conviene.

- ¿Cuáles son los planes de Vol... Voldemort?- la inteligente Gryffindord le costaba mucho pronunciar ese nombre, pero una vez que lo había hecho tenía que seguir adelante, el miedo es el peor de los enemigos. El antiguo profesor de transfiguraciones sonreía complacido, pues las cosas como las personas se las tenía que llamar por su nombre.

- No lo sé, pero nada bueno para el mundo mágico ni el muggle. Ahora si que os tendrías que iros - pero el anciano ya no les miraba su atención estaba en el recién llegado, que se dirigía a Black y le abrazaba efusivamente. El sabio director se dirigió hacia él con paso cauteloso al igual que Alastor.

Remus Lupin abrazaba a su pareja, sonriendo ante los comentarios que susurraba a su oído, comentarios que harían sonrojarse a los más jóvenes. La mayoría de la Orden sabían de su relación, algunos incluso anterior a los tristes hechos acontecidos hacía más de quince años. Los únicos que desconocían ese tipo de relación eran los más jóvenes y los recientes miembros. Bueno seguramente imaginaban algo, lo podía ver en sus sonrisas. Al menos tío Tom no le había mentido esta vez.

Vio como Moody y Dumbledore se dirigían hacia él, ellos debían contarle la verdad. Independientemente de lo que le dijeran, él nunca abandonaría la Orden, no creía en las ideas de Lord Voldemort ni en ese mundo perfecto que quería conseguir. Lucharía contra él y se olvidaría del hombre de ojos rojos que siempre le enviaba regalos y que veía en las vacaciones de verano y le enseñaba magia, hasta que se enteró de quien era y mató a uno de sus primos.

- Debemos hablar- la voz de una de las personas que más le había protegido siempre, se oía un poco angustiada. Hacía poco que los hechos que acontecieron en uno de los momentos más decisivos su vida, no eran totalmente conocidos para él. Había tenido tiempo para reflexionar. Debía haber una explicación, además siempre escuchaba a todo el mundo.

- Sí, cuando acabe esta reunión debemos aclarar las cosas.

- Chico, lo sentimos. Pero si no te lo dijimos fue por tu bien- acababa de hablar Alastor, el partidario de decir las cosas, de decir la verdad a pesar de todo, después de todo fue él quien le dijo quien era el tío Tom.

- Os escucharé- fue a sentarse al lado de Sirius, quien no se había dado cuenta de la pequeña conversación.

El profesor de pociones sí había visto la escena, a diferencia de los demás él podía percibir la tensión, ajena al resto de los presentes. Además Lupin estaba un poco distinto, tal vez Black también lo había notado. No, ese siempre se percataba de las cosas demasiado tarde. No es que notara nada en concreto pero las palabras que había cruzado con el Director y el antiguo auror, sus gestos de precaución. Definitivamente algo debía haber pasado entre Dumbledore y uno de sus protegidos.

Ahora el Director se dirigía a sus estudiantes y les decía que se fueran, pues hay cosas que es mejor que no supieran. Los adolescentes se fueron a regañadientes, los comentarios de los gemelos no ayudaron mucho al decir que aún no eran mayores. Al fin la reunión comenzó.

- Primero de todo quiero dar la bienvenida a los nuevos miembros- Fred y George Weasley se pusieron de pie haciendo de referencias, su madre les decía que se comportaran. Mientras otros sonreían - Gracias Fred y George sentaros, por favor. Nuestro Ministerio a informado a nuestros vecinos, están dispuestos a ayudar todo lo que consideren necesario. No quieren tener a Voldemort llamando a su puerta y no estar preparados.

- Tenemos que parar al que debe ser nombrado, antes de que sea demasiado tarde- el padre de los Weasley acababa de hablar -Hay rumores en el departamento de control de Criaturas Mágicas que aquellas de naturaleza más oscura están demasiado tranquilas, Dolores Umbridge dice que es gracias a sus leyes y piensa crear unas más duras ante los acontecimientos.

- Eso provocará que el señor tenebroso tenga más partidarios - Severus Snape miraba directamente a Remus Lupin - ¿Tú qué opinas licántropo? - ante el comentario Sirius Black y algunos miembros de la familia Weasley se habían levantado.

- Si el Ministerio les sigue tratando de esta manera, les invita a unirse a Voldemort. Desgraciadamente hay quien ya lo habrá hecho. Pero hay muchos que no olvidan los principios de la sociedad que quiere crear donde la gente como yo no tiene cabida. A menos que les prometa algo y lo cumpla. - el que fue por una año profesor de Hogwarts durante un año, había hablado con mucha serenidad.

- ¿Qué pueden desear?- siseó el profesor de pociones.

- Libertad.

- Tenemos que encontrar una manera de evitar que Voldemort consiga más adeptos para su causa. Ya tiene a los dementores y los gigantes - el líder habló con preocupación - También he oído rumores que las Banshees se le han unido.

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La luna nueva podía verse desde hacía más de una hora, la noche era despejada veía todas las constelaciones que pueden apreciarse en esta época del año. Nunca le gusto el verano, cuando era pequeño significaba su regreso al odioso orfanato de muggles. Sí esos patéticas personas sin poderes, pero lo que no sabía mucha gente e incluso entre sus seguidores, era el odio que tenía a los magos. Ellos también le abandonaron le dejaron pasar su infancia en ese mugriento lugar, al heredero de Salazar Slytherin.

- Bonita noche, adoro las noches de verano tan despejadas y sobretodo a la luna creciente- no era necesario girase para saber de quien se trataba, además del inconfundible olor de los puros que siempre fumaba.

- Llegas tarde Vladimir.

- El tiempo no es tan importante como crees. Es relativo - el recién llegado se colocó a su lado, vestía ropas muggles, la luz de la noche se reflejaba en su cabello completamente gris claro, casi albino, al igual que su rostro con las arrugas de la edad, donde destacaban dos amatistas, que son sus ojos - Has cambiado mucho desde la última vez que nos vimos. Estás horrible, no me extraña que te ocultes tras esa capucha.

- Necesitó a los Desterrados.

- Ya sabes el precio.

- Te lo daré.

- Compartiremos el poder ¿seguro que puedo fiarme de ti?

- Yo no he faltado nunca a mi palabra.

- ¿Por qué será que no te creo? El poder corrompe - Voldemort se disponía a marcharse, no soportaba al hombre de ojos amatistas - Por cierto cómo está ese encantador niño, ya será un hombre. Sigue pareciéndose tanto a su madre.

- Deja fuera de esto a mi sobrino.

- No si se entromete como su madre.

- Yo me encargó de él. Si te le acercas demasiado, te mataré.

- Olvidas que sin mi no puedes liberar a los Desterrados - Vladimir miró hacia el cielo, una estrella fugaz surcaba el océano celeste- Pide un deseo Voldemort.

- Hace mucho que no creo esas tonterías infantiles.

El señor tenebroso desapareció si permanecía mucho tiempo junto a Vladimir, lo mataría. El hombre quedó sólo y comenzó a reírse.

- Esperar, sólo hay que esperar un poco y Tom Ryddle hará todo el trabajo. Luego libertad.

Nota de autora: perdón por no actualizar más seguido. El siguiente capítulo está medio escrito así que no tardaré mucho.

Luadica; te agradezco tu comentario, pero te agradezco más tus preguntas, porque en realidad no había pensado y ahora tengo nuevas ideas respecto al personaje. Es cierto que Narcisa no estuvo en ninguno de estos momentos, pero hay una explicación, que se verá más adelante, sólo puedo decirte esto, las ausencias se justifican, aunque la explicación sea muy simple. Espero que el fic te siga gustando. Hasta pronto.

Katie-Soul-Sieth: Hola guapísima. Tengo la mala noticia de decirte que Sirius murió, pero eso no significa que no vuelva a parecer. Respecto a la pregunta de quien es ella y si es importante. Pues puedo decirte que sí, aunque aparecerá no aparecerá. Besos y abrazos.