3. James Potter
FLASHBACK
Sirius tenía cinco años, ya le permitían ir solo a la plaza. Ese día iban a venir de visita sus primas, estaba poniéndose su ropa más elegante para llevar a Bellatrix a los juegos. Ella era su mejor amiga y la pasaban bien juntos. Estaba observando su reflejo en el espejo cuando oyó la voz de su tía y luego unos pasos rápidos subiendo las escaleras.
-¡Hola Sirius!- gritaba alegremente la morochita que acababa de entrar al cuarto- ¿Sirius? ¿Dónde estás, Sirius?
El niño se reía debajo de la cama, quería jugarle una broma a Bella, quien comenzaba a revisar toda la recámara para hallar a su primo.
-BUUUH!!!!!!!- gritó Sirius apareciendo por detrás de su prima. -AAAAAAAAAAAH!!!!!!!!!!!!!!- gritó Bellatrix antes de quedar cara a cara con Sirius – Tonto!- exclamó enojada. -Vamos Bell, fue sólo una broma... -Me asustaste...- murmuró. -Vamos, para que veas que soy un buen primo te llevaré de paseo.
La cara de la niña cambió completamente, ahora tenía una gran sonrisa.
-¿A dónde me llevarás? -¡Ah! Eso es una sorpresa...- respondió con aire misterioso mientras buscaba su abrigo.
Cruzaron a la plaza, que estaba casi frente a la casa de los Black.
Ya llevaban como una hora jugando cuando vieron algo raro.
Los Black a pesar de creer en la pureza de sangre vivían en un barrio en el que también había muggles, pocos pero los había.
Vieron llegar un auto, y lo más raro era que ¡se estaba estacionando en la casa de Sirius! Los pequeños nunca habían visto una cosa como esa y trataron de llegar rápidamente a la casa para observar desde más cerca. Vieron a un hombre bajarse del vehículo y entrar a la casa de los Black. No había moros en la costa. Ambos se acercaron y comenzaron a inspeccionar el auto lentamente.
-AAAAAAAAAAAAH!!!!!!!!!!- gritó el dúo cuando una puerta se abrió. -Calma- dijo un pequeño serenamente- ¿Quiénes son ustedes y qué hacen viendo así a mi automóvil? -¿Tu qué?- preguntó algo confundido Sirius mientras su prima observaba al niño con algo de desconfianza. -Mi auto- repitió señalando el aparato. -Ah. Yo soy Sirius Black y la bella señorita que me acompaña es mi prima. -Yo soy James Potter- se presentó dando un paso al frente y estrechándole la mano al que acababa de presentarse.
Al ver que su primo se presentaba decidió hacer lo mismo.
-Bellatrix Black- el joven Potter se arrimó y le tomó la mano, la cual besó. Bella se ruborizó un poco, nadie la había saludado así antes.
Se sentaron en los escalones de la casa y conversaron durante mucho tiempo hasta que el estómago de Sirius anunció la hora del té.
Al verlos entrar el Sr. Black y el Sr. Potter dejaron de hablar, éste último recordó que su hijo había ido con él, observó el reloj. -Perdóname hijo, no creí que demoraría tanto. Veo que has hecho amigos... -No te preocupes padre. Ellos son Sirius y Bellatrix Black- los presentó James a su papá.
El Sr. Black siguió como si no lo hubieran interrumpido.
-Por favor, pasemos al escritorio- hizo unas señas con la mano y se dirigió hacia allí seguido por el Sr. Potter. -Tú padre es simpático- comentó Sirius mientras caminaban hacia el comedor.
FIN DEL FLASHBACK
Desde ese día James y Sirius se habían vuelto como hermanos, pero Bellatrix sentía que cada vez estaba más lejos de ellos. Comenzó a odiar a James Potter, y a Sirius por haberla reemplazado.
La cena ya había terminado, Sirius estaba recostado en su cama con millones de recuerdos revoloteando en su memoria cuando sintió el golpe de un pico contra su ventana. Se levantó y abrió dando paso a una lechuza. Tomó el sobre y comenzó a leer la carta.
Sirius:
¿Cómo estás amigo?¿Qué tal tus vacaciones? Yo sigo aquí, en Francia. Te cuento que ¡he recibido carta de Hogwarts! Supongo que tu también, espero verte en King's Cross aunque supongo que podríamos quedar en encontrarnos en el Callejón Diagon.
Espero tu respuesta
James P.
FLASHBACK
Sirius tenía cinco años, ya le permitían ir solo a la plaza. Ese día iban a venir de visita sus primas, estaba poniéndose su ropa más elegante para llevar a Bellatrix a los juegos. Ella era su mejor amiga y la pasaban bien juntos. Estaba observando su reflejo en el espejo cuando oyó la voz de su tía y luego unos pasos rápidos subiendo las escaleras.
-¡Hola Sirius!- gritaba alegremente la morochita que acababa de entrar al cuarto- ¿Sirius? ¿Dónde estás, Sirius?
El niño se reía debajo de la cama, quería jugarle una broma a Bella, quien comenzaba a revisar toda la recámara para hallar a su primo.
-BUUUH!!!!!!!- gritó Sirius apareciendo por detrás de su prima. -AAAAAAAAAAAH!!!!!!!!!!!!!!- gritó Bellatrix antes de quedar cara a cara con Sirius – Tonto!- exclamó enojada. -Vamos Bell, fue sólo una broma... -Me asustaste...- murmuró. -Vamos, para que veas que soy un buen primo te llevaré de paseo.
La cara de la niña cambió completamente, ahora tenía una gran sonrisa.
-¿A dónde me llevarás? -¡Ah! Eso es una sorpresa...- respondió con aire misterioso mientras buscaba su abrigo.
Cruzaron a la plaza, que estaba casi frente a la casa de los Black.
Ya llevaban como una hora jugando cuando vieron algo raro.
Los Black a pesar de creer en la pureza de sangre vivían en un barrio en el que también había muggles, pocos pero los había.
Vieron llegar un auto, y lo más raro era que ¡se estaba estacionando en la casa de Sirius! Los pequeños nunca habían visto una cosa como esa y trataron de llegar rápidamente a la casa para observar desde más cerca. Vieron a un hombre bajarse del vehículo y entrar a la casa de los Black. No había moros en la costa. Ambos se acercaron y comenzaron a inspeccionar el auto lentamente.
-AAAAAAAAAAAAH!!!!!!!!!!- gritó el dúo cuando una puerta se abrió. -Calma- dijo un pequeño serenamente- ¿Quiénes son ustedes y qué hacen viendo así a mi automóvil? -¿Tu qué?- preguntó algo confundido Sirius mientras su prima observaba al niño con algo de desconfianza. -Mi auto- repitió señalando el aparato. -Ah. Yo soy Sirius Black y la bella señorita que me acompaña es mi prima. -Yo soy James Potter- se presentó dando un paso al frente y estrechándole la mano al que acababa de presentarse.
Al ver que su primo se presentaba decidió hacer lo mismo.
-Bellatrix Black- el joven Potter se arrimó y le tomó la mano, la cual besó. Bella se ruborizó un poco, nadie la había saludado así antes.
Se sentaron en los escalones de la casa y conversaron durante mucho tiempo hasta que el estómago de Sirius anunció la hora del té.
Al verlos entrar el Sr. Black y el Sr. Potter dejaron de hablar, éste último recordó que su hijo había ido con él, observó el reloj. -Perdóname hijo, no creí que demoraría tanto. Veo que has hecho amigos... -No te preocupes padre. Ellos son Sirius y Bellatrix Black- los presentó James a su papá.
El Sr. Black siguió como si no lo hubieran interrumpido.
-Por favor, pasemos al escritorio- hizo unas señas con la mano y se dirigió hacia allí seguido por el Sr. Potter. -Tú padre es simpático- comentó Sirius mientras caminaban hacia el comedor.
FIN DEL FLASHBACK
Desde ese día James y Sirius se habían vuelto como hermanos, pero Bellatrix sentía que cada vez estaba más lejos de ellos. Comenzó a odiar a James Potter, y a Sirius por haberla reemplazado.
La cena ya había terminado, Sirius estaba recostado en su cama con millones de recuerdos revoloteando en su memoria cuando sintió el golpe de un pico contra su ventana. Se levantó y abrió dando paso a una lechuza. Tomó el sobre y comenzó a leer la carta.
Sirius:
¿Cómo estás amigo?¿Qué tal tus vacaciones? Yo sigo aquí, en Francia. Te cuento que ¡he recibido carta de Hogwarts! Supongo que tu también, espero verte en King's Cross aunque supongo que podríamos quedar en encontrarnos en el Callejón Diagon.
Espero tu respuesta
James P.
