- Contestación de los reviews -
(Aunque sólo hayan sido tres)
CoNnY-B: Como podrás ver te he hecho caso y he continuado pronto, espero que se te pase pronto todo ese trabajo que tienes ahora... Por cierto ¡me lo pasé genial en las vacaciones! (no pretendo dar envidia)
Sara Fénix Black: Me alegro mucho de que te haya gustado el capítulo cinco (a mí me costó mucho escribirlo, últimamente estoy ''in white''). Y bueno, claro que disfruté de mi viaje, estuve viviendo en Oxford pero visité también Londres, Stratford Upon Avon, Warwick (y el castillo que es impresionante, yo iba arrastrando la mandíbula por el suelo mientras estuve dentro), Cambridge y Windsor... El Reino Unido es un lugar precioso, si podéis ¡VISITADLO! Es puramente mágico... (yo vi a Emma Watson en Christ Church, un college de la universidad de Oxford en el que ruedan las secuencias del Gran Comedor, lo malo es que ella fue muy desagradable y no nos saludó ni nada, ni nos firmó un autógrafo)
PeKeNyItA: ¡Mi musa preferida! Jejejeje Chiquilla, gracias por echarme una mano con la inspiración ahora que ella está ausente... Y sí, respondiendo a tu pregunta, estoy segura de que tú también te fuiste a beber cerveza de mantequilla con Remus, James y Peter...
Y bueno, hasta aquí las contestaciones de los reviews del anterior capítulo, tan sólo me queda deciros tres cosas:
1º ¡¡¡GRACIAS POR LEER EL FIC!!
2º Los personajes son propiedad de la señora Joanne Kathleen Rowling (yo tan sólo los tomo prestados) a excepción de Elizabeth Wrightman, personaje creado integramente por mi prodigioso intelecto (estoy enamorada de mi misma)
3º ¡¡¡DISFRUTAD DEL NUEVO CAPÍTULO Y DEJAD MÁS REVIEWS!!!
CHAPTER VI: SOMETHING IN THE WAY.-
El día amaneció ventoso y desapacible, como casi todos los días que precedían a la llegada del invierno, pero para Elizabeth ese iba a ser uno de los mejores días de su vida, había quedado con Sirius para desayunar y pasarían juntos todo el día; aparentemente el plan prometía, pero las cosas nunca acaban saliendo tan bien como uno quiere...
Se desperezó mientras sonreía tontamente, no había podido dormir casi nada pensando en Sirius, pero tenía unas ganas de verle tremendas, así que no le importó madrugar un poco para desayunar con él. Se levantó de la cama tarareando una alegre cancioncilla y se dirigió hacia la ducha para despejarse un poco con el agua fría. Cuando salió de la ducha se vistió con su falda favorita y una de sus muchas camisas de estilo medieval, seguro que le gustaría a Sirius. Después se maquilló un poco y despertó a las chicas de su habitación para que tan sólo le dieran su opinión sobre como iba vestida, y ellas le comenzaron a tirar sus almohadas...
Elizabeth ¡déjanos dormir! - dijo una de ellas.
¿No tienes bastante ya con habernos quitado a uno de nuestro ''dioses''? - le recriminó otra.
Lily y Elizabeth reían, parecía que a las chicas no les había sentado muy bien que ella empezara a salir con Sirius... Elizabeth se acercó a la cama de Lily, se sentó y habló con su amiga...
Lily ¿cómo estoy? - preguntó Elizabeth.
Muy guapa - le dijo Lily sin poder evitar sonreír al ver a su amiga tan ilusionada.
¡¡ME TENGO QUE IR!! - dijo Elizabeth sobresaltada al mirar su reloj - ¡¡Sirius me espera en medio minuto en la sala común!! - y dicho esto salió a toda prisa fuera de la habitación.
Sirius llevaba ya cinco minutos esperando en la sala común, pero en realidad lo que sucedía era que él se había levantado antes de tiempo. Toda la noche había soñado con Elizabeth y tenía muchas ganas de volver a verla y besarla. Se sentó en uno de los sillones tranquilamente a esperar, ya iban a ser las nueve... De repente escuchó un golpe, giró la cabeza en dirección a las escaleras y se encontró con Elizabeth tumbada en el suelo, de la velocidad a la que iba se había caído por las escaleras...
¡¡Elizabeth!! - dijo él dando un brinco de su asiento y dirigiéndose rápidamente hacia la chica para ayudarla - ¿Estás bien?
Sí, sí, no te preocupes, tan sólo ha sido el golpe - dijo ella intentando incorporarse - ¡Augh! - se quejó llevándose la mano hacia el tobillo.
Permíteme que no te crea - dijo él examinando su tobillo - Mmmm pues parece que no te has hecho nada....
Ya te lo he dicho, tan sólo ha sido un golpe - dijo ella sentándose en el último escalón - Es que tenía tantas ganas de verte... Y pensé que llegaba tarde... Y bueno, corrí y... Y he acabado aquí - dijo esbozando una pequeña sonrisa.
Te recuerdo que quedamos aquí porque tú quisiste, yo te dije que te iba a buscar a tu habitación... - dijo el chico mientras se sentaba a su lado.
Entiéndelo Sirius, ya me he ganado la antipatía de mucha gente, no es cuestión de que me terminen por odiar mis compañeras de habitación - dijo mientras apoyaba su cabeza en el hombro del moreno.
Tranquila, no haré nada que tú no quieras - contestó él y besó la frente de la chica.
Permanecieron así durante unos segundos, en silencio mientras esperaban a que el dolor que Elizabeth sentía en su tobillo por la caída se calmara. Pero el silencio fue roto por el rugido del estómago de Sirius, al que Elizabeth miró divertida.
Será mejor que vayamos al comedor ya - dijo Elizabeth sonriendo mientras intentaba levantarse.
Espera que te ayude a levantarte - dijo Sirius levantándose aprisa y agarrándose a ella para que no se cayera al levantarse.
No hacía falta - dijo ella mientras observaba cómo la había agarrado Sirius, con sus dos manos en la cintura de la chica.
Jejeje es que no lo puedo evitar - dijo atrayéndola más hacia él.
Pues no lo evites - dijo ella sonriendo pícaramente y besándolo muy lentamente.
Pero una vez más el estómago de Sirius volvió a rugir y se vieron obligados a bajar al comedor. Los pasillos estaban vacíos, algo muy normal pues era muy pronto y además domingo, así que no tuvieron que aguantar ningún tipo de mirada o cuchicheo por parte de los demás alumnos.
Llegaron al Gran Comedor se sentaron en la mesa de Gryffindor que estaba prácticamente vacía, a excepción de tres o cuatro obsesionados con los ÉXTASIS cuya vida se resumía en levantarse temprano, estudiar, comer, estudiar y así sucesivamente incluso los fines de semana y las vacaciones. Sirius atacó las tostadas y los croissants como un perro muerto de hambre y Elizabeth disfrutaba de su café caliente y sus pastas favoritas mientras reía al ver devorar con ansia al chico el desayuno.
De repente un revoloteo hizo que se distrajeran, era el correo, igual de escaso que la gente en el Gran Comedor. Frente a Elizabeth se posó una pequeña lechuza parda que llevaba atada en su pata una pequeña carta de color granate sellada con lacre dorado con el anagrama de los Wrightman; Elizabeth la miró extrañada...
Espero que mi madre no se haya enterado de lo nuestro - dijo ella algo preocupada al haber visto de donde procedía la carta.
¿Qué más da? - dijo Sirius sin darle importancia - Si se entera que se entere ¿acaso se lo pensabas ocultar?
No pero...
Bueno, la mejor forma de salir de dudas es abriendo la carta - dijo él mientras desataba la carta de la pata de la lechuza y se la tendía a Elizabeth - Venga, ábrela.
Buen trabajo Umbriel - dijo la chica acariciando a la lechuza que en seguida echó a volar - A ver...
Elizabeth comenzó a leer la carta detenidamente, Sirius observaba cómo su rostro cambiaba su alegre sonrisa por un gesto triste.
¿Qué pasa? - le preguntó algo preocupado.
No voy a poder ir a Cornwall, no voy a poder volver a casa por Navidad - dijo ella con tristeza - Mis padres no van a estar...
Pero... ¿Por qué? - dijo él extrañado
Verás... Mis padres son aurores, y ahora que Voldemort y sus mortífagos no cesan en sus ataques no paran de trabajar, no están nunca en casa y... Y por lo visto no van a poder estar ni en Navidad, serán las primeras que pase sin ellos, yo sola aquí en Hogwarts - le explicó reprimiendo un sollozo.
Sirius no sabía muy bien que hacer, Elizabeth estaba muy afectada... La atrajo hacia sí y la abrazó fuertemente, ella comenzó a llorar hundida en su pecho. A Sirius no le gustaba verla así, acarició su cabello suavemente intentando reconfortarla y ella le abrazó con más fuerza, era su único apoyo en aquel momento. No, definitivamente a él no le gustaba verla llorar...
No vas a quedarte sola - le susurró al oído - Yo me quedaré contigo.
¿Cómo? Pero si tú no... - replicó ella levantando su cabeza y mirando fijamente al chico - Tú no puedes dejar de ir a tu casa.
¿Quién ha dicho que no? - replicó él.
Tus padres... Tus padres se enfadarán, además, tienes que estar con tu familia Sirius, es Navidad - le dijo ella extrañada.
Oh, cómo se nota que no conoces a mi familia Elizabeth - dijo posando sus manos sobre los hombros de la chica - Créeme que me da igual, ya sabes que no les aguanto, ya te he dicho como son...
Sí, eso lo sé, pero... Se van a enfadar mucho contigo... Y además por mi culpa - dijo ella bajando la cabeza.
Hey, tú no tienes la culpa de nada ¿O acaso creías que iba a permitir que te quedaras aquí cuando todos los gryffindors se van? - dijo él esbozando una leve sonrisa y besando la frente de la chica.
Por favor, no lo hagas, no quiero que se enfaden contigo - intentó convencerle la chica.
Me da igual lo que piensen, ellos me odian... Me odian porque soy diferente a ellos, porque no pienso lo mismo ni quiero lo mismo que ellos... Cuando yo llegué a Hogwarts y entré en Gryffindor mis padres se llevaron la mayor desilusión de su vida, querían que fuera un Slytherin como han sido toda la vida los miembros de mi familia, incluso mi hermano Regulus... - dijo él con semblante serio.
Oh vaya, lo siento, yo... - intentó disculparse ella.
Tranquila, no pasa nada - le dijo acariciándole el rostro - Yo me voy a quedar aquí contigo pase lo que pase ¿vale?
Vale - dijo ella con una media sonrisa y se abrazó nuevamente al chico.
