27/Julio/04

Sí, este es otro de los "libres", vamos, de los que se me ocurren sola, sin reto ni nada. (Vuelve a esquivar los tomates). Es... Es de Ron. Y ya está. A ver si os gusta.

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- ¿Y qué Weasley eres tú?

Madame Rosmerta, propietaria y camarera principal de las Tres Escobas, se lo había querido preguntar desde que entró, pero había esperado a que la botella de whisky de fuego bajara a menos de la mitad para conseguir más conversación.

El chico levantó los ojos del vaso por primera vez en varias horas.

- Ronald –dijo con voz ronca-. Ron.

Ahora le recordaba. El amigo de Potter. Siempre iban juntos. Ellos dos... y la chica. Oh. Claro.

- Pues te diré una cosa, Ron Weasley. Llevo más de treinta años trabajando aquí, y sé reconocer un mal de amores desde que entra por la puerta. ¿Me equivoco?

Él negó con la cabeza, la mirada de nuevo en el vaso.

- También sé –dijo ella dejando de secar las tazas y acercándose al cabello pelirrojo-, que las camareras hacemos terapia gratis, si nuestros clientes lo necesitan. Cuéntame, pichón.

El chico suspiró, profunda y dolorosamente.

- No hay mucho que contar, ¿sabe?. Desde el primer momento en que nos vimos, nos caímos mal. Nos hemos pasado la mayor parte de nuestra vida peleándonos... Hasta que un día, nos dimos cuenta de que era más que eso, ¿sabe? Es que, simplemente, queríamos llamar la atención del otro... Y hablamos. Y nos dimos cuenta de los estúpidos que habíamos sido, del tiempo que habíamos perdido. Y fue fantástico, fue como tenerlo todo, ¿sabe? Y yo creí que a partir de entonces, todo iba a ir bien, pero... pero no ha sido así.

Rosmerta recordaba. Recordaba a la chica de rizos castaños y mirada decidida. ¿Cómo se llamaba? La verdad es que ella siempre pensó que hacían buena pareja.

- ¿Y entonces, qué ha pasado? –le preguntó con voz suave.

- Su familia. Su familia piensa que no soy... –se bebió de golpe lo que quedaba en el vaso-. ...que no soy lo bastante bueno. Y ha tenido que elegir –sacó la cartera. Rosmerta le hizo una seña para que la guardara, pero él puso un billete de diez galeones en la barra y se levantó, tambaleándose ligeramente-. Y obviamente, no me ha elegido a mí. Fin de la historia.

Se dirigió hacia la puerta.

- ¡Ron Weasley! –gritó ella, picada por la curiosidad, mientras volvía a secar las tazas-. ¿Cómo se llama la chica?

Él se giró, subiéndose el cuello del abrigo, y sonrió por primera vez en toda la tarde. En sus más de treinta años de profesión, Rosmerta había visto pocas sonrisas tan tristes como aquella.

- Draco. –dijo Ron-. "La chica" se llama Draco.

La taza se hizo añicos al chocar contra el suelo.

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Ya dije que tenía una idea para un Draco/Ron desde hacía tiempo. Ahora los R/Hr del mundo podéis abuchearme con total libertad XDDDD