Nota inicial: Los problemas de Gwendy empeoran cuando algo extraño comienza a atacar a los estudiantes de primero y, por si fuera poco, Iolana entra en acción para poner las cosas de cabeza.
El resto de la semana pasa entre desquiciantes discusiones absurdas entre Nick casi decapitado y Erling el Grande, por un lado, está la terquedad de Nick y por el otro el ego desmedido de Erling que siente que se merece que el mundo se detenga para adorarlo cada vez que él visita algún lugar.
La última locura es que ambos harán diferentes fiestas y, por ende, esto se convirtió en un duelo de fiestas para ver quien tiene la mejor celebración de Aniversario de Muerte. Wood, por su parte, ha decidido mantenerse al margen, le parece interesante examen de conciencia para Gwendy, ya que la pobre está en medio de todo este alboroto.
Por un lado, el Fraile Gordo le pide abrumado que lo ayude a controlar a Erling con sus exigencias exageradas y por el otro lado Nick también se está excediendo con los preparativos de fiesta.
Por si fuera poco, algo extraño está pasando en Hogwarts, pues resulta que "algo" está atacando a los estudiantes de primer año. La enfermera Amelie Beckett ha dicho a Wood que se trata de las secuelas de un maleficio mal realizado, pues las pústulas que salen en la cara de las víctimas que posteriormente se convierten en doloras grageas de colores, hojuelas de maíz o gominolas no pertenecen a ningún hechizo conocido.
En la biblioteca, Vika e Iolana están leyendo un libro de la sección prohibida que Hektor les ayudó a sacar, mientras una lee, la otra hace anotaciones, por momentos se detienen a debatir sobre lo leído y borran palabras o escriben otras. Ambas están tan entretenidas que no se dan cuenta que alguien las vigila desde las sombras.
Horas más tarde, las chicas se retiran y Hektor devuelve el libro a la sección prohibida, saliendo después de la biblioteca. Desde las sobras de un pasillo lejano, Jessi sale para buscar a Gwendy e informarle lo que ha visto después de espiar a Vika e Iolana. No sabe que es lo que planean ambas chicas, pero sin duda es muy peligroso ya que leían un libro de la sección prohibida.
Jessi pasa desapercibida por pasillos de Hogwarts hasta los invernaderos donde Gwendy la espera con los brazos abiertos y con un delirante y apasionado beso. Tras varios minutos de besos y carias, la pareja se separa y Jessi le informa a Gwendy lo que ha visto, aquello la aterra, sin embargo, no tiene tiempo de pensar o hacer algo, ya que esta hasta el cuello de problemas, por lo que, le pide a su novia ir a buscar Weldon para que juntos ideen un plan para el día de "Cacería del Terror".
Tras la reunirse con Don, Jessi regresa a la sala común de Hufflepuff. Cuando ingresa a las mazmorras una extraña sombra se cierne sobre la joven y tras ver una luz de colores, comienzan a salirle pústulas por todo el cuerpo de tamaños enormes que cubren sus ojos y la hacen caer por las escaleras.
Por la noche, Gwendy visita una de las mazmorras, a petición de Sir Nicholas ya que el fantasma tiene una idea de cómo lograr que su fiesta sea la mejor. Cuando la joven Lovegood entra al lugar se sorprende de encontrar a Iolana junto a Nick mientras ella le platica algo sombrío y sonríe maliciosa.
—Gracias por venir. Tengo excelentes noticias —. Nick da la bienvenida a Gwendy mientras la chica mira con recelo a Ioana. —La señorita Rosier me ha iluminado y me hecho ver que la única manera de ganarle a pomposo, digo pompas presumidas de Erling, es echándole a perder su flamante banquete o, mejor dicho, impidiéndole que se eche a perder la comida. Eso sería atroz para los fantasmas que odiamos la comida fresca.
—Sir Nicholas no puede hacer eso, es rebajarse y usted, es un caballero
—¿Por qué no?, si no puedes contra el enemigo, sabotéalo. Me sorprende que no te agrade mi idea —. Rosier camina hacia Gwendy mirándola con su típica mirada calculadora y maliciosa. —Después de todo, tú club se llama "Saboteadores" no veo porque te niegas.
Gwendy está contrariada le gustan las travesuras, pero no molestar a personas que no le han hecho nada o no le caen mal. Además, no le agrada para nada la presencia de Iolana, siente que Viktoria está detrás, moviendo los hilos.
—Está decidido —. Afirma Iolana mirando retadora Gwendy esperando que la pelirroja se niegue. —Mañana iremos a las cocinas y lanzaremos un hechizo a la comida del Banquete de Erling que impida se eche a perder, así Nick tendrá el mejor Aniversario de Muerte y todos querrán asistir.
—No estoy…
—Señorita Lovegood estoy desperado. Los fantasmas poco podemos disfrutar de la vida, no podemos oler, saborear o sentir y eso vuelve muy vacías nuestras tristes existencias. Por esa razón, quiero que mi fiesta sea la mejor, quiero disfrutar de ese pequeño placer de ser el mejor en algo, sobre todo si se trata de ese tarado pompas presumidas de Erling. Me humillo y se burló de mí.
Gwendy escucha atenta sintiendo empatía por el fantasma de la casa de Gryffindor, así que acepta ayudar a Iolana a hechizar el banquete que se servirá en la fiesta de Erling.
La mañana siguiente se alza con la terrible noticia sobre el ataque que ha sufrido Jessi. Para la pobre chica, el menor de sus problemas son los huesos rotos ya que las pústulas han empezado a convertirse en dolorosas grageas de colores. Madame Beckett no ha podido usar un hechizo sanador para las fracturas de Jessi por lo que la joven está sufriendo horrible.
Gwendy logra que la dejen entrar a ver su novia en la tarde, ya que las pústulas han dejado de salir, las grageas de colores se le han caído y las fracturas han sido sanadas con magia, sin embargo, Jessi esta débil. La pelirroja coloca un ramo de gerberas color pastel en la mesita que está a un lado de la cama de su novia.
—Hola bonita, te traje flores —. Gwendy le sonríe tiernamente a su novia, quien sonríe complacida. —Lamento que te hayan hecho esto, pero te prometo que encontrare al responsable y los hare pagar. Te lo prometo.
—Gracias por venir a verme —. La chica habla con debilidad apretándola la mano de Gwendy, quien aprovecha para darle un delicado beso en los labios.
La pareja habla por varios minutos hasta que Jessi nota algo raro en Gwendy.
—¿Qué comes? —. Pregunta Jessi curiosa al ver como Gwendy saca pequeños dulces de su túnica.
—Grageas, están deliciosas ¿quién te las trajo? —. Inquiere la pelirroja, sonriente, señalando un frasco en la mesita junto al ramo de gerberas.
Jessi siente como se le revuelve el estómago al saber que esas grageas son las que brotaron dolorosamente de sus pústulas, así que no puede evitar vomitar asqueada. Gwendy en tanto llama a la enfermera, quien al ver lo que está pasando le explica que son las grageas a la pelirroja que solo se ríe nerviosa.
—Fuera y deje de comer eso —. La enfermera apenas puede terminar decir ya que ha sentido unas terribles ganas de vomitar, al ver como Gwendy se saca varias grageas de la bolsa, aunque irremediablemente tiene que aguantarse.
Gwendy sale de la enfermería entre risas, al ver a la enfermera haciendo gestos chistosos, tratando de aguatarse las ganas de vomitar. Afuera Iolana la está esperando impaciente, al verla con su gesto de pocos amigos le da una gragea.
—¡Oye que buena onda! Sabe riquísima, tienes más —. Iolana habla entusiasma mientras se saborea la gragea.
—Por supuesto —- Gwendy le entrega otra gragea mientras trata de aguantarse la risa.
Viktoria, Don y los lideres de los clubes Hipogrifo, Esfinge y Dragón se reúnen para estipular los términos de la "Cacería del Terror". En primera instancia, está prohibido esconderse o atacar dentro de la escuela o internarse demasiado en el Bosque Prohibido. La cacería comienza a las tres de la tarde y termina a las siete para tener tiempo de recoger a los caídos. Los maleficios deberán ser leves, que no causen heridas o fracturas, además, de ser de corta duración. Los participantes por club serán de seis y el club ganador será aquel tenga más miembros presentes durante el Banquete de Halloween.
En las cocinas, el banquete de Erling ya está preparado y ha sido colocado en una de las bodegas para que se heche a perder a tiempo para el día siguiente que sea la celebración.
Gwendy, Sir Nicholas e Iolana se cuelan en la bodega y las dos brujas comienzan a usar el hechizo "glacius" para congelar la comida e impedir que se eche a perder o se pueda comer. Tras conseguir su cometido están por retirarse cuando de improviso aparece Zigor el Elfo Libre, chef oficial de Hogwarts.
Zigor intenta regañar a las brujas, pero al reconocer a Iolana, retrocede asustado, a punto de desaparecer para escapar, una luz purpura cruza a escasos centímetros de su cara, haciendo que el elfo voltee, viendo a Gwendy sometiendo a Iolana. El elfo libre ve como Sir Nicholas intenta decirle algo, sin embargo, lo ignora y desaparece para ir a buscar a Wood.
Wood manda llamar a Gwendy, Sir Nicholas e Iolana a su oficina por lo ocurrido. Cuando ambas brujas y el fantasma hacen acto de presencia, Wood es muy severo con su regaño. Gwendy intenta defenderse al culpar a Iolana del plan de congelar la comida. Sir Nicholas se echa la culpa mientras Lana niega absolutamente todo, incluso el que casi haya usado una maldición en contra de Zigor. La sentencia, ayudar a Zemira la Elfina Libre, guardiana de las llaves y terrenos de Hogwarts, a podar al sauce boxeador y ayudar sin usar magia en las cocinas durante una semana.
Gwendy sale de la oficina de Wood endiablada, odia tener que lavar trastes y fregar pisos sin magia. Ofuscada con la ira, va a buscar a Viktoria, sabe que ella es la artífice de toda esta calamidad, quien más podría haber mandado a Iolana ayudar a Sir Nicholas, sabiendo que Gwendy está organizando la fiesta.
—¡Tu!, ¡cara de acromántula! ¡¿Cómo te atreves?! Me acabas de joder todo —. Gwendy llega empujando a Vika, quien está en el campo de entrenamiento ayudando a Artis a usar hechizos defensivos.
—¿De qué hablas? —. Viktoria se planta con fuerza, evitando que siga siendo desplazada y mira con rabia a Gwendy.
—¡Tu…! —. Gwendy toma por la sopa a Vika, furiosa.
—Aléjate de ella Lovegood o no respondo —. Iolana llega por detrás de Gwendy colocando su varita en la espalda de la joven. —Maldita rata traicionera porque me delataste.
—¡Basta! —. Sir Nicholas llega a escena preocupado por todo lo que provocado la organización de su fiesta. —Yo fui quien solicitó la ayuda de la señorita Rosier —. El fantasma hace una pausa, intranquilo, no sabe cómo manejar la situación. —Señorita Rosier, sé que a pesar de sus métodos sus intenciones de ayudarme eran buenas. Gracias.
Gwendy suelta a Vika, lanzándole una mirada furiosa, pasa junto a Iolana con el mismo gesto y va junto a Nick casi decapitado.
—Lamento mucho que esto se haya salido de control. No era mi intención. Por esa razón, he decidido ceder mi banquete de celebración a Erling para reponer el que arruinamos, además… cancelaré mi fiesta.
Termina de decir el fantasma para retirarse volando despavorido y destrozado por la culpa.
—¡Bravo, Lovegood! Buen trabajo. Eres la mejor saboteadora del club, porque a eso se dedican, verdad —. Atiza el fuego Vika sin medir sus palabras.
Gwendy no dice nada, ignora a Lestrange y va a buscar a Sir Nicholas para intentar convencerlo de seguir con los planes de la fiesta, sin embargo, nadie sabe dónde está, ni siquiera Pevees. Abrumada, Gwendy va al baño de las niñas del segundo piso, aferrándose a no llorar por todo lo que está pasando. En el lugar encuentra a Myrtle que al principio se mantiene al margen, pero al ver llorar a Gwendy se acerca para escuchar como la pelirroja se queja por horas de Lestrange, ya que, para ella, la culpable de todos sus males es Viktoria.
Nota final: Mañana el capítulo final de esta historia, espero que lo estén disfrutando mucho.
