Lágrimas de tinta china

Capitulo 6- Nuevas tempestades

Echaba tanto de menos a Cory y a Chris que no podía esperar a que terminase la semana para volver a verlos.

Draco vino a visitarme varios días y me propuso acompañarme a buscar a mis hijos.

-¿Qué te parece si mañana te acompaño a casa de tu suegra para buscar a los niños?...hace tanto tiempo que no les veo.

-Claro, ¿Por qué no?, así no tendré que hacer todo el viaje sola.

A la mañana siguiente Draco apareció ante la puerta de mi casa con su coche negro, Salió de él y llamó a mi puerta mientras se echaba con la mano que le quedaba libre el pelo hacia atrás.

Al escuchar el timbre me apresuré a ponerme los zapatos y coger el bolso, al poco rato nos montamos los dos en el coche e iniciamos nuestro viaje.

Era un viaje muy largo, desde la ventanilla del coche veía como gruesas gotas de lluvia chocaban contra el cristal y dentro hacía bastante calor a causa de la calefacción, me costaba bastante mantener los ojos abiertos, apoyé mi cabeza contra la ventanilla y dejé que el sueño se apoderara lentamente de mi.

Aún sumida en un profundo sueño podía escuchar la música que sonaba en la radio, parecía una canción de amor, su melodía era triste y su letra melancólica, un extraño sentimiento me hizo despertarme, parpadeé un par de veces y miré por el rabillo del ojo a Draco, conducía con seguridad, sin apartar su mirada de la carretera, sin embargo me daba la impresión de que podía ver todo lo que sucedía tanto dentro como fuera del coche.

Tenía las dos manos en el volante, lo que me hizo pensar que era un hombre prudente, sin embargo me di cuenta que no llevaba puesto el cinturón de seguridad, que combinación más extraña, pensé.

Después de un rato observándole, dejé de fingir que seguía dormida.

-¿Ya te has despertado?- dijo apartando por primera vez los ojos de la carretera- se nota que tenías sueño, has dormido casi todo el viaje.

-Bueno no puedo evitar dormirme en los coches, es algo que he hecho desde que era pequeña.

Draco sonrió

-Deberías ponerte el cinturón, es muy fácil sufrir accidentes en estas carreteras tan resbaladizas- le sugerí.

-No te preocupes, jamás he tenido un accidente, pero si te hace feliz...- Draco se puso un poco a desgana el cinturón – Mira, ya estamos llegando.

En la lejanía se veía la maravillosa casa de los Weasley, la madriguera, un rio de recuerdos invadió mi mente, recuerdos felices, de cuando Ron y yo aún estábamos juntos.

Salimos del coche y corrimos hacia la casa para no mojarnos, yo llamé a la puerta , y una voz amable sonó desde el interior.

-Hermione, cariño, puedes pasar la puerta está abierta.

Draco Y yo entramos mientras Molly seguía hablándome desde la sala de estar.

-Cory y Chris son encantadores, nos lo hemos pasado tan bien todos juntos, he preparado una cena especial, ah, se me olvidaba también he invitado a Harry, supuse que te gustaría verle, ya sabes, como en los viejos tiempos.

Noté como su voz se volvía gradualmente más profunda, como si intentara no ponerse a llorar.

Draco y yo entramos en la sala de estar, Molly estaba dándonos la espalda mientras continuaba hablando.

De pronto se giro para saludarme y al ver a Draco a mi lado se quedó paralizada, con los ojos como platos y una mueca de horror.

-¡Que es lo que está haciendo EL en mi casa!

-Perdona Molly, no pensé que te importaría- me disculpé.

-¿Cómo te atreves a traer al peor enemigo de mi hijo a esta casa?

-Molly, lo siento...pero Draco ya no es lo que era, ahora ha cambiado.

-Ya veo lo que pasa- Molly me miró con odio- Te has buscado a otro, ¿eso es todo lo que querías a Ron, que ya le has sustituido?

-No digas eso- grite con lágrimas en los ojos- Yo amaba a Ron y aún le amo, Draco, es solo un amigo.

-Si mi Ron te viese ahora, con él, no, espero que no lo vea, ver a su esposa con un Malfoy...-Molly se tapó los ojos con las manos y empezó a sollozar- Ron...hijo mio...

En esos momentos entró Arthur alarmado por los gritos, cuando vió a Draco levantó una ceja de forma despectiva.

-Vamos Molly- consoló a su mujer- no pasa nada, a Ron le gustaría que su esposa fuese feliz, y si es feliz al lado de Draco...nosotros no somos quienes para juzgarla.

En sus palabras no había ni una pizca de sarcasmo ni malicia, sin embargo yo no podía evitar sentirme culpable.

-Draco-le susurre- gracias por traerme pero lo mejor será que te vallas.

Draco apoyó su mano en mi hombro y se dio la vuelta.

-Espera- Dijo Arthur- puedes quedarte a cenar- Draco dudó unos instantes, miro a Arthur, después a Molly y luego a mi.

-Gracias señor Weasley, pero solo he venido para traer a Hermione, y no quiero causaros ningún problema.

-No digas tonterias, hay comida de sobra y seguro que a mi esposa no le importará poner un plato más en la mesa- dijo mientras mostraba una cálida sonrisa- ¿A que no cariño?

Molly le miró perpleja.

-Claro dijo a desgana- puede quedarse a cenar, disculpadme, tengo muchas cosas que hacer- dijo mientras se dirigía hacia la cocina.

Arthur me miró con cierta dulzura.

-Perdonala, pero ella no es tan fuerte como tú, aún no ha superado la muerte de Ron, quizás para las madres sea más duro que para las esposas.

¿Por qué me atormentaba de esa manera?¿por que en todos sus comentarios yo encontraba un fondo oscuro?

-¿Dónde están Cory y Chris?-pregunté bajando la mirada

-En el cuarto de Ronald ¿Recuerdas donde está?

-Claro, no ha pasado tanto tiempo.

Subí las escaleras con cautela, Draco me seguía en silencio, pero cuando ya estabamos lo suficientemente lejos de Arthur se acercó a mi oreja y me susurro.

-Yo no debería estar aquí, lo mejor será que me vaya.

-Ahora no puedes irte, vamos ven- dije mientras le tiraba suavemente del brazo.

Fred y George acababan de salir de la habitación que antaño compartían con Ron, miraron despectivamente a Draco.

-Cuanto tiempo sin verte-me dijo Fred sin apartar la mirada de Draco.

-Si, es que he estado muy liada- repondí.

George levantó descaradamente la ceja, y poniendo el tono más cínico que pudo me dijo.

-Si, ya veo que has estado muy ocupada, espero que a tu amigo no le importe estar en una casa tan poco lujosa.

Draco y yo entramos en la habitación de Ron donde estaban mis hijos acompañados por Ginny.

-Mama- dijeron ambos mientras corrían a abrazarme.

-Hola hijos, cuanto tiempo sin veros, no sabeis lo vacia que está la casa sin vosotros.

Ginny se acercó a mí, fue la única que no miró con resentimiento a Draco.

-Hola Hermione, hola Draco, que sorpresa, nunca pensé verte aquí.

-Me lo imagino, las cosas han cambiado mucho desde que éramos jóvenes.

-Tus hijos son adorables...se parecen tanto a...su padre.

-Si, ya lo sé.

-Creo que ya ha llegado Harry, bueno voy a saludarle, si quieres le digo que estás aquí.

Sin embargo antes de que yo la dijera que no hacía falta la puerta de la habitación se abrió y apareció Harry, al principio no se percató de que Draco también estaba ahí.

-Hola Hermione -dijo mientras me daba un abrazo, mientras seguíamos abrazados Harry me susurro-espero que podamos hablar.

-Draco-dijo al cabo de unos segundos-¿Cómo tu por aquí?

-Ya ves, he venido a acompañar a Hermione.

Ambos aguantaron la mirada hasta que una voz les gritaba desde el pie de la escalera.

-¡La cena ya está lista!

Notas de la autora-

Agradezco a todos los reviews que me habeis mandado, el siguiente capitulo tratará exclusivamente de la cena. Espero que os haya gustado este capitulo y como no se que más decir me despido.

Besos y hasta la próxima.