Capítulo seis: Rosas.

Harry estaba en el ministerio de magia, pudo ver a Sirius luchando contra Bellatrix, como pudo se soltó de Lupin y estaba en el momento preciso para ayudar a Sirius pero lo único que hizo fue empujarlo por el arco.

NOOOOOOOOOO!" gritó horrorizado, estaba dispuesto a cruzar el arco, normalmente aquí era donde su ángel aparecía, tampoco hoy llegó, sólo estaba la estúpida rosa, hacía varias noches que en lugar de la chica siempre había una rosa, de color rosa pálido, abierta y perfumada, su esencia lo invitaba, pero Harry no se atrevía a tocarla,

Despertó sudando tembloroso, Dudley roncaba en la cama contigua, y Harry se sentía tan mal, que ni siquiera quiso entrar en la habitación de Sarah, por miedo a que la bebé percibiera su angustia, decidió bajar al jardín por aire fresco.... y se percató de algo que no había notado antes.

El jardín estaba repleto de rosales con rosas de todos los colores. De norte a sur había rosas rojas , rosas, amarillas, naranjas y azules. Recordó que madame Sprout mencionó las rosas azules, dijo que aunque tenían poderes curativos, realmente eran muy pocos los magos que sabían usarlos, y que su uso indebido era mortal, así que las usaban sólo para decorar sus casas. Eran realmente bellas, Harry tuvo que admitir. Inhaló y el dulce perfume de las rosas se impregnó en todo su ser tranquilizándolo. Regresó rápidamente por su escoba y emprendió el vuelo, era seguro volar en el jardín, y desde su posición cenital, las rosas creaban una hermosa vista.

Snape salió y empezó a tocar las rosas con su varita. , su expresión era de lo mas siniestra, algunos de los rosales proferían chillidos y de estos salían formas oscuras. Deja vu, Harry recordó la noche del baile de Hogwarts cuando vio a su profesor hacer lo mismo mientras charlaba con Karkarov. Definitivamente aterrizar no era una buena opción.

No había nada nuevo bajo el sol, pero el ambiente en la residencia Snape estaba muy tenso, como si hubiera dementores muy cerca. Sarah lloraba por todo, Marianne no hablaba y casi no comía, Snape había vuelto a ser el que Harry conocía. Los Dursley estaban cada vez mas nerviosos...y el, Harry, seguía teniendo pesadillas cada noche, pero aun peor, pues su ángel lo había abandonado.

Una noche en la que no podía conciliar el sueño, se enfundó en la capa invisible y salió, no sabía donde quería ir, pero no podía soportar la vista de Hogwarts, que antes le llenaba de tranquilidad, o los ronquidos de Dudley.

En la sala se hallaba Marianne , colocando rosas por todas partes. Snape entró en la casa, aparentemente había salido después de cenar, ambos intercambiaron nerviosas miradas.

El fuego iluminaba los rizos de Marianne, y las sombras jugaban con su silueta dándole un halo de deidad, que era hermoso y terrible a la vez.

"Luces muy hermosa esta noche" Dijo Snape con voz aterciopelada, ella simplemente sonrió con timidez. "¿Cómo estás, Marianne? ¿Te sientes bien?"

La mujer asintió con la cabeza

"¿Crees poder resistirlo?" Preguntó Snape con cierto esfuerzo, quizá precaución, como si Marianne fuera de un cristal tan frágil que las palabras pudieran romperla

Ella levantó la mirada por primera vez, una suave lágrima rodó por su mejilla, parecía una gota de rocío sobre el terciopelo de un pétalo de rosa.

"Comenzaba a sufrir, pensé que ya no lo deseabas"

El rostro de Snape se derritió y se apresuró a tomarla entre sus brazos "¿cómo puedes pensar eso? No sabes cuanto he soñado con ello, el esfuerzo que me ha costado reprimirme, por el miedo a lastimarte" cada palabra era precedida por delicados besos en la cara de Marianne quien con febril tacto acariciaba a Snape.

Pero el miedo estaba latente, iba más allá del deseo, era tan fuerte su presencia que Harry estaba petrificado, incapaz de moverse, sin importar su temor de ver a su profesor en intimidad con su esposa.

La pareja se fundió en un beso, Snape le quitó a Marianne las rosas y entrelazó sus dedos, mientras lentamente descendía por el cuello de su amada, que cerró los ojos entregada a el.

Las manos se separaron. Y mientras las de Marianne se asían al otro cuerpo, las de Snape descendieron para después ascender lentamente por las piernas de ella, sus largos dedos delineando el contorno del otro cuerpo.

Marianne entonces procedió a besar el cuello de su esposo, y descender por su pecho, aun cubierto por la ropa, su cuerpo temblaba igual que el de Snape , quien de repente lanzó un grito, pero no era de excitación, era de dolor. Rápidamente Marianne se arrodilló frente a el, tomó su brazo izquierdo y levantó la manga.

La marca tenebrosa resplandecía y resultaba evidente que estaba abrasando a Snape su rostro mostraba dolor y vergüenza, el de Marianne , en cambio, mostraba ternura y admiración. Besó la marca con un profundo respeto, el rostro de Snape se contorsionó,

"sabes que tengo que hacerlo" dijo lamentándose

"Si, lo se"

"Me odiarás por ello?"

"no podría"

"ya me has odiado antes"

"Dolor y miedo no son odio, desde la primera vez que te vi, no he podido mas que amarte"

"Dolor y miedo se parecen tanto al odio"

"Pero no lo son" Dijo Marianne en un tono terminante y besó otra vez la marca, después tomo una rosa y se la dio a Snape

"Sólo recuerda la razón real, por la cual esa marca yace en tu cuerpo"

Snape tomó la rosa, besó la mano de Marianne y desapareció.

La mañana siguiente Snape estaba pálido, y Marianne no quería comer

"Necesitas alimentarte, si no por ti, hazlo por Sarah, necesitas tener buena leche" presionó Snape

Ella asintió, aunque se veía como un cachorrito asustado. Snape tomó su mano entre las suyas y la beso con profunda adoración.

Los Dursley bajaron a desayunar y Snape los recibió con noticias.

"Mucho temo que aun no pueden partir, la idea era dejarlos hoy en su domicilio, pero hubo complicaciones, no hagan preguntas"

En otras circunstancias, Harry habría disfrutado mucho como los Dursley recibían una sopa de su propio chocolate, pero no ahora. No ahora que él sabía donde y con quien estuvo su maestro

Mas pesadillas, pero esta vez Harry se sorprendió en el sueño clamando a su ángel

"Inclínate ante la muerte, Potter, Podría no ser dolorosa, no lo sé, Yo nunca me he muerto"

Harry no se inclinó, pero la angustia no disminuía y no lograba entender porque su ángel no estaba ahí a su lado para salvarlo y ahí junto al cuerpo de Cedric, yacía otra vez la rosa, esta vez la tomó y se transportó al jardín de los Snape. Despertó sin entender por qué, y aun descalzo, salió .

Estaba amaneciendo, se escuchaban grillos y lechuzas que regresaban a sus casas. Llovió toda la noche y el rocío impregnó los pétalos de las rosas del jardín, el viento del norte acariciaba la faz de Harry que cerró los ojos, el perfume de las rosas se hacía mas fuerte.

Volvió a abrirlos y ahí estaba, en una esquina, una rosa grande y abierta majestuosamente, color rosa pálido, exactamente la de su sueño. Su primer impulso fue arrancarla, después de todo era SU rosa, pero le dio miedo, no sabía si lo tenía permitido, y considerando que Snape era el mismo de antes.... no quiso arriesgarse.

"Si sientes la necesidad , si la rosa te ha llamado, debes tomarla" le dijo una voz suave detrás de el

Harry se sonrojó y entonces Marianne se acercó a la rosa, la cortó y se la entregó "no te sonrojes, las rosas son lo mas poderoso que hay, incluso los muggles lo saben, o porqué crees que hay tantos cuentos alrededor de ellas? "El ruiseñor y la rosa, el principito, la bella y la bestia. " miró a Harry "no te aburriré con mi disertación de las rosas, sólo tómala, cada rosa tiene un secreto, y sé que algún día lo comprenderás.

Harry sonrió y tomó la rosa. Le gustaba Marianne, nunca le había caído mal, pero en estos días llegó a verla como una hermana mayor, si necesitaba ayuda con una tarea, podía confiar que ella se la daría, el ensayo de pociones fue supervisado por Marianne cada pulgada de pergamino,y por primera vez, Harry creyó que tendría la nota mas alta en pociones, seguro de que Snape no criticaría algo que Marianne aprobó.

Dobby llevó un florero y un capelo, la rosa se veía realmente bella, Dudley sin embargo la encontró muy interesante, un perfecto motivo para molestar a su primo.

"así que ahora eres delicado y amante de las flores?, Supongo que ese pelirrojo pecoso es tu novio no? Por algo no se te despegó en toda la fiesta"

"Cierra la boca, Dudley"

"Ah claro, te crees muy valiente porque estamos en casa de tus amigos no? Como si la mujer pudiera hacer algo por ti, no dicen que está muy enferma?"

"Celoso acaso de que alguien tan horrible como Snape pudiera casarse con alguien como ella? No finjas tesorito, te he visto babear por ella antes de que supieras que era esposa y madre, pero debo admitir que yo preferiría a Snape si tuviera que escoger entre el y tu"

"Pues que bueno, así yo no moriré, porque por lo que dices cuando duermes ya van dos novios que se mueren, primero el tal Cedric, y ahora un tal Sirius, como el asesino ese que salió en la tele"

"CALLATE Dudley!" Harry sacó su varita

Dudley retrocedió, pero no se callo "Guarda eso, o tu profesor te castigar

"Snape entenderá, pero además no está en casa, sabes?, salió antes de la comida y no ha vuelto, probablemente no llegue hasta mañana, si sigue ocupado" La voz de Harry cambió, ¿qué estaría haciendo Snape? ¿Estaría con Voldemort o con Dumbledore?

En ese momento se escuchó un ruido violento en la sala. Algo había sido arrojado, Harry salió corriendo varita en mano.

Marianne estaba ahí, su rostro denotaba angustia y dolor. Se acercó a la chimenea, arrojó un poco de polvo y gritó "REMUS!" en ese momento cayó al suelo, comenzó a contorsionarse y a gritar de dolor, Sarah empezó a llorar. Tio Vernon y Tía Petunia salieron, pero todos se quedaron petrificados.

Marianne seguía intentando ponerse en pié, por momentos cedía pero después lo que fuera que le estaba pasando se volvía mas violento, en un momento se fue de bruces contra la mesa y se abrió un párpado dejando escapar un grito de dolor profundo. Sarah lloraba con más fuerza.

"¿Dónde está su esposo?" Preguntó Tía Petunia

"Parece que le está dando un ataque" Musitó Dudley realmente asustado

Harry movió la cabeza, parecía que a Marianne le estaban echando la maldición cruciatus, pero quien, ¿no se suponía que Dumbledore los envió ahí por considerarlo un lugar sumamente seguro?

Marianne seguía en un grito de dolor, ahora se movía como si la estuvieran azotando , un movimiento brusco y se golpeó la cabeza, pero además un brazo le empezó a sangrar.

La puerta del jardín se abrió con violencia y una voz que denotaba angustia y enojo grito

"COMO PUEDEN QUEDARSE AHÍ SIN HACER NADA!?¡"

Remus Lupin subió corriendo las escaleras rumbo al cuarto de Sarah, la tomó entre sus brazos y empezó a tranquilizarla con una ternura tal, que nadie creería que es un hombre lobo.

"ya Gwen, no pasa nada, está bien, yo te voy a cuidar mientras mami y papi arreglan esto, te lo prometo, ven"

Sarah se calmó pero no dejó de llorar, y Marianne tampoco dejó de contorsionarse como si la estuvieran torturando. Cuando Sarah pareció no estar a punto de desgarrarse la garganta Lupin la puso en brazos de Harry este parpade

"Es mas fácil que te hagas tu cargo de ella mientras voy a ver a Marianne" explicó y se apresuró escaleras abajo.

Los ojos verde brillante de Harry se fijaron en los negros ojos de Sarah que le devolvió la mirada, ya no lloraba, pero le suplicaba que la confortara y protegiera, se veía realmente desprotegida, indefensa. Harry no pudo evitar abrazarla y besar su frente, sólo veía ahí una criatura inocente sufriendo por una situación que no comprendía, y se sentía impotente pues el tampoco tenía idea de lo que estaba pasando.

Abajo, Marianne había dejado de actuar como si le estuvieran aplicando la maldición cruciatus, pero temblaba y estaba sudando frío, sin mencionar el ataque de nervios que la aquejaba

"va a matarme, va a matarme" empezó a llorar, sus lágrimas entremezcladas con sangre.

"En primer lugar, nunca te hará daño, en segundo déjalo que se enoje, al menos podrá venir y hacer algo al respecto" Dijo Remus mientras se agachó y con la misma ternura que demostró hacia Sarah tomó a Marianne entre sus brazos y se sentó acomodándola en su regazo "A ver, déjame ver tus heridas"

Marianne lloraba convulsivamente "Lo querían matar, lo querían matar"

Remus asintió apartándole suavemente el cabello de la cara "Lo sé, pero lo impediste, no te preocupes, déjame ver tus heridas"

Marianne negó con la cabeza "estoy bien, estoy bien" y recargó su cara en el pecho de Remus que besó su frente y empezó a mecerla frotando su espalda para hacerla entrar en calor.

"Marianne, escúchame, estás helada tenemos que hacerte algo, pero no sé que" Remus elevó el rostro de la chica para que pudieran mirarse a los ojos

"sólo quiero que regrese" La voz de ella era una súplica desesperada "Tengo miedo, tengo mucho miedo"

Remus asintió con amargura "sé lo que sientes, sé lo que es perder a la persona que amas, yo también lo he vivido, dos veces" la besó y la acunó entre sus brazos.....de la misma forma que Harry tenía a Sarah.

Sarah inhaló y la esencia de Harry la hizo suspirar y cerrar los ojos, el niño que vivió parecía agradarle bastante y hacerla sentir segura, en poco tiempo se quedó dormida

Luego de una espera que pareció eterna, la puerta de la calle se abrió, y se escucharon unos pasos débiles. Severus Snape se acercó a dónde Lupin trataba de mantener caliente a Marianne , que seguía sudando frío y llorando desconsolada.. También el se veía pálido, y cojeaba.

Para sorpresa de Harry se siguió de largo en dirección al jardín y regresó con una hermosísima rosa roja. En silencio se aproximó y miró a Lupin, que comprendió al instante lo que Snape quería y como pudo se alejó de Marianne para que su esposo tomara su lugar.

En cuanto Marianne sintió el cambio de brazos comenzó a musitar entre sollozos "Lo siento, en verdad lo siento, pero no podía permitirlo, por favor no te enojes"

Snape empezó a llorar con ella "Está bien, no puedo enojarte por que salves mi vida, todo el tiempo lo haces de mas formas de las que crees, perdóname tu a mi, por haberme descuidado"

"Tuve tanto miedo de que hubiera pasado algo mas" respondió ella besando sus mejillas con ansiedad

"Ya pasó, no lo lograron estoy aquí, contigo" Dijo el besándola de igual forma "Estás sangrando" interrumpió sus mimos para examinarle el párpado, ella hizo una mueca de dolor pero dijo

"no es nada"

"estás helada, y muy pálida"

"estás aquí, estoy bien"

Snape retomó la rosa, desprendió de ella un pétalo y le dijo algo que Harry no comprendi

"Shamagin es fuerza, Shamagin protege a sus hijos, Shamagin nos fortalece, pues estamos unidos en el" y procedió a alimentar a Marianne con el pétalo, ella asintió y repitió "Shamagin es fuerza y siempre ayudará a quienes han ganado un lugar en el" y le dio a Snape otro pétalo.

"Se terminó el show" Dijo Lupin con una nota de acero en la voz "Ustedes, pueden ir a la cama, Harry, te acompaño a recostar a Gwen, sus padres necesitan estar juntos"

Harry obedeció y cuando estaban solos preguntó "Profesor, ¿qué..."

Pero no tuvo que terminar la pregunta, Lupin lo invitó a sentarse con el en un rincón de la habitación y comenzó a explicarle

"Dentro del reino de los magos, a veces unos tienen características especiales, has visto animagos, metamorfomagos"

"Hombres lobo" interrumpió Harry con una sonrisa

Lupin negó con la cabeza "Eso es distinto, pero bueno, Marianne es empática, lo empáticos son magos con la capacidad de quitarte el dolor"

"Sanadores?" inquirió Harry

Lupin se rió, "Algo parecido, excepto que ellos literalmente te quitan el dolor físico o emocional y lo sienten ellos, es una especie de magia muy compleja, en el departamento de mist." Se interrumpió, era obvio que a el le dolía tanto como a Harry inhaló y continuó "aun no logran explicar este don, es muy extraño, y valioso, en el caso de Severus y Marianne es mas fuerte por el lazo que los une, Marianne tiene visiones de Severus cuando está en peligro, y se concentra en quitarle el dolor de las maldiciones, de forma que Severus no se debilite y pueda seguir luchando."

Harry frunció el entrecejo no entendía muy bien "Pero no se supone que las maldiciones imperdonables no son esquivables?"

"Sólo la Avada Kedavra" aclaró Lupin "la maldición imperius puede resistirse y la cruciatus , como en este caso, desviarse, pero para ello se requiere ser un mago o bruja muy especial."

"¿Y quien va a matar a Marianne por eso?"

Lupin suspiró "A Severus no le gusta que Marianne lo haga, dice que el no soporta llegar a casa después de una pelea y verla en ese estado, como si la hubieran atacado, siente que se pone en peligro y tiene motivos, su cuerpo ha sido maltratado muchas veces en forma directa y esto implica doble desgaste: la energía necesaria para atraer la maldición a ella, y el desgaste que implica soportarla"

Harry no pudo evitar pensar en su madre y en las súplicas de que la mataran a ella en vez de a el

"debe querer mucho a Snape para hacer eso" dijo con un dejo de amargura

Lupin sonrió le puso la mano en el hombro "Marianne lo ama mas que a su vida, pero además Marianne es una chica que lo haría por cualquiera de nosotros, lo hizo alguna vez por mi"

"Un momento y la rosa?"

"Las rosas, las espirales, los unicornios, todos son símbolos de Shamagin, la tierra de Marianne."

Abajo y sin importarles quien mas pudiera estar en la mansión. Severus y Marianne estaban abrazados y curándose las mutuas heridas.

"Tuve miedo de perderte"

"Yo siempre vuelvo a ti" Dijo Snape tomando la mano de Marianne entre las suyas y besándola

"Mi pobre bebé..." Dijo Marianne provocando que Snape se sonrojara mientras ella siguió besándolo "Que te hicieron?"

"Lo de siempre, pero mientras Sarah y tu estén a salvo, en realidad no pueden dañarme, por eso me duele que tu hagas esto, lo aprecio, nadie , nunca se arriesgó por mi, pero no sabes lo que siento cuando llegó feliz de que me estoy contigo, y te veo inconsciente, o ensangrentada, débil, eso es peor , mil veces peor de lo que me hacen a m

Marianne simplemente lo miró a los ojos "Todo lo mal que me pueda sentir termina cuando te veo sentarte a mi lado" comenzó a besarlo

Snape profundizó el beso acariciándola suavemente.

Las rosas del jardín liberaron un perfume dulzón que impregnó cada rincón de la casa, con cada beso de la pareja, que finalmente se acurrucó en su cama. Listos para dormir abrazados. abandonados uno al otro.

La rosa de Harry brillaba con la casi llena luna junto a su cama, y Harry esa noche no tuvo pesadillas.