Fuego de Noche, Nieve de Dia
By Gochi Glay Lover
Se levantó lentamente, el frío viento de las mañanas de invierno golpeando su cuerpo desnudo, miró por la ventana como los pequeños copos de nieve danzaban libres y perezosos por las atribuladas calles de Domino, eran hermosos, misteriosos, eran una mezcla de solemne belleza. Rió, ¿Desde cuando el se había vuelto así poético? Se sacudió la cabeza, dispuesto a iniciar sus actividades cuando lo vio, en su mesita de noche reposaba un reloj de pulsera, lo tomó sin dudarlo y de inmediato sus ojos se centraron en la palabra "CITIZEN" que descansaba grabada en la brillante carátula. Sonrió, ¿Desde cuando las pequeñeces de ese tipo le interesaban?
Se levantó, sus pies descalzos tocando el frío piso, prendió la radio en cuanto llegó a ella. Se detuvo en cuantos las primeras notas de esa melodía alcanzaban sus oídos…
Antes de que empiece a amanecer.
Y vuelvas a tu vida habitual.
Debes comprender que entre los dos.
Todo ha sido puro y natural.
…Cerró los ojos, era como si los espíritus hubiesen escuchado su mente y decidieran jugarle una mala pasada… y no pudo evitar recordar como fue que inició todo…
Esa noche se encontraba vagando por las calles de Domino, acaba de salir de su trabajo y había decidido caminar a su hogar, el otoño ya empezaba a dar signos de dejar paso al invierno, se concentró un momento en los antes frondosos árboles que decoraban las calles cercanas a su hogar, fue cuando lo vio, de pie en la esquina de su calle, solo.
Se le detuvo el corazón, sabía quien era, ¿Cómo no saberlo si desde que se conocieran había quedado prendado de el? Se extrañó, y aunque su corazón dio un brinco de felicidad no pudo evitar el pensar que, salvo insultos, jamás habían intercambiado palabra, por eso en su mente danzaba la pregunta de que hacía él ahí.
Se acercó vacilante hasta quedar a su lado, fue solo que él volteó a verle, sus mirada chocaron y un sentimiento indescriptible les recorrió la espalda, un sentimiento que ambos ojos expresaron con tan solo encontrarse con su opuesta, pronto sus cuerpos se fundieron en un abrazo y sus labios se unieron un tierno y desesperado beso, en un impulso que ninguno supo, quiso o necesito averiguar de donde sali
Tu loca manía.
Has sido mío.
Solo una vez.
Dulce ironía.
Fuego de noche, nieve de día.
Así inició, sin palabras, sin frases rebuscadas o cursis, sin nada, solo eso, encuentros, por las mañanas el ya había desaparecido, durante el día ninguno hablaba con el otro, solo en las noches se veían, en esos encuentros callados, donde se expresaban sin hablar.
Luego te levantas y te vas.
El te esta esperando como siempre.
Luces tu sonrisa más normal.
Blanca, pero fría como nieve.
Regresó a la realidad del presente, abriendo los ojos. No sabía cuanto tiempo llevaban así, pero por algún extraño motivo no le importaba, aún no sabía como es que habían llegado tan lejos sin cruzar una palabra, y aunque se sentía satisfecho y feliz, en el fondo de su corazón sabía que necesitaba una explicación, por eso estaba decidido a hablar con el. Se metió a la ducha mientras la canción continuaba con su calida prosa.
Tu loca manía.
Has sido mío.
Solo una vez.
Dulce ironía.
Fuego de noche, nieve de día.
Al llegar al colegio le buscó, pero su banca se encontraba vacía, una banca que no se ocupó durante el reto del día, no le extraño, después de todo hacía días que no asistía la colegio, había estado tentado a preguntarle el porque en las noches que le veía, pero prefirió callar.
Por la tarde se dirigió directamente a su hogar, no le importo faltar al trabajo, sabía que, aunque él faltase a la escuela jamás lo hacía a sus encuentros.
La noche llegó y el le esperó acostado en su cama, leyendo un libro con sus lentes de lectura puestos… pero él jamás lleg
Y mientras yo me quedo sin ti.
Como un huracán rabioso y febril.
Tanta pasión, tanta osadía, oh tu…
Fuego de noche, nieve de día...
La mañana despuntó, sorprendiéndolo aun con los lentes puestos y el libro sobre su pecho, solo, de inmediato se extrañó, sacudió su cabeza y dejó sus cosas al lado, necesitaba un baño, así que se puso de pie y encendió la radio, encontrándose de nuevo con esa triste melodía que parecía querer contar parte de su vida, caminó rumbo al baño cuando el teléfono le detuvo, levantó el auricular y una voz familiar le recibió. No pudo sostener el aparato por más de 10 segundos, dejándolo caer a su lado, mientras que la vista se le nublaba
Noche a noche en blanco sin dormir.
Ardo entre los pliegues de mi cama.
Se que estas a punto de venir.
Pero solo viene la mañana.
Tu loca manía.
Has sido mía.
Solo una vez.
Dulce ironía.
El cielo nublado pero brillante de invierno contrastaba con el negro del lugar y sus ocupantes, una tenue llovizna confundía las gotas con otra clase de humedad.
Y mientras yo me quedo sin ti.
Como un huracán rabioso y febril.
Tanta pasión, tanta osadía, oh tu
Fuego de noche, nieve de día.
Minutos lentos corrían mientras las siluetas comenzaban a dejar el lugar, al final, solo una quedo, justo en el sitio que había ocupado desde que llegase, su mente repetía la última frase de aquella melodía triste que le acompañó durante los últimos días:
"Fuego de noche, Nieve de día."
- Oh, Seto… te amo… te amaré siempre… - murmuró el chico mientras sendas lagrimas corrían por sus mejillas, su cabeza recordando las ultimas semanas vividas y su mente repitiendo aquella frase, cambiándola por una que hacía que su corazón se detuviese…
"Seto de noche, Kaiba de día"
- ¡Hey Joey! Debemos irnos – escuchó como desde algunos metros más allá la voz de su mejor amigo le llamaba. Joel sonrió melancólicamente, secándose las lagrimas con la manga de su camisa negra, nadie sabía lo que había pasado… y nadie lo sabría.
Era hora de dejar enterrado en el pasado al amor de su vida, así como este descansaba físicamente en aquel lúgubre y solitario cementerio.
FIN
¡¿FIN?! ¿Así nada más? XD No, no se preocupen, hay más, este solo es el fin de la primera parte, síganle, ya saben, con ese botoncito celeste que tiene el simbolito [ ] pintado en él, ¿Qué esperan? ¡¡VAYAN!!
