La prometida de Kuno

Capítulo 6: Por contrato.

- ¿Novia? –Kujo repitió el término por inercia, dirigiendo su vista hacia ella con una expresión de simple sorpresa y curiosidad.

-Así es~-afirmó Nabiki de forma cantarina, haciendo un gesto de ¨peace¨ con su mano libre.

Kuno se contuvo de pronunciar un reclamo por la jovial actitud con la que ella había hecho el gesto, apretando sus labios con un poco más de fuerza.

(Aguanta, aguanta, ¡esto es necesario!)-se repitió él en su mente en pos de reprimir sus impulsos. ¡Dios, esto de fingir una relación sí que no era nada fácil! … ¿O simplemente no lo era porque era justamente con ella? Mah, en todo caso: eso no era lo importante ahora.

-Eeeehhhh-pronunció el mayor mientras posaba su mirada del uno al otro, contemplándolos como si estuviera archivando poco a poco esa nueva verdad sobre su mente y con una simple pero más que brillante sonrisa, añadió- ¡Pues me alegro por ti Kuno!

-A-Ah, g-gracias…-respondió el mentado sintiéndose un tanto…incómodo.

De repente, sobre las cabezas de los jóvenes resonó el graznido de un cuervo (…aunque cabe decir que era un graznido un tanto chistoso) y como el que se acaba de dar cuenta de la hora que es, el superior Kujo puso cara de alarmado y dijo:

- ¡Ah! ¡Ya tengo que irme!

Apurado, el joven extraño empezó a correr, pero al poco minuto se paró en seco como si acabara de recordar algo. Volviéndose en reversa sobre sus pasos, Kujo se quedó trotando sobre el mismo punto donde estaba parado antes y acarició (¿o más bien le revolvió?) el tope de la cabeza a su antiguo kohai.

-Pero en serio: me alegro mucho por ti-expresó este sin más, con un tono y expresión aún alegre, pero en cierta forma más…maduro- ¡Espero nos volvamos a ver! ¡Chao! -y con este último enérgico mensaje, Kuno hizo un gesto de despedida y retomó su carrera.

Por un momento, a Nabiki le preció ver un raro cuervo salir volando de entre las hojas de un árbol nada más Kujo empezó a perderse de su vista, pero fue tan fugaz el hecho que terminó por restarle importancia. Una vez este terminó por desaparecer en la distancia, la mediana de los Tendo volvió su rostro hacia su acompañante (quien se estaba arreglando el pelo con una cara cual de niño molesto) y profirió:

-Vaya, sí que te quieren, ¿eh?

-Cállate-pronunció Kuno inmediatamente, manteniendo su expresión molesta (aunque ahora era por sus palabras) y sin más, la jaló suavemente de la mano en señal de que siguieran caminando y agregó-Venga, vámonos, o vamos a llegar tarde.

Sin razón ni necesidad alguna para negarse, Nabiki simplemente hizo lo pedido y le siguió. Pasaron un par de minutos caminando en silencio, hasta que por fin ella soltó la pregunta que venía guardándose un rato:

-Y bien… ¿se puede saber por qué te cae mal Kujo-senpai?

-NO ME CAE MAL-aclaró apresuradamente él, con un tono seco y un tanto molesto por esa esperada suposición.

- ¿A no? ¿Y entonces porque me lo parecía hace un momento? –comentó Nabiki con simple ironía.

Kuno chasqueó la lengua en irritación. Agghhh, ¡mira que se metía en cada cosa! …Pero era de esperarse que ella reaccionara así (total, uno de sus muchos pasatiempos como ¨Reina de los negocios¨ era precisamente enterarse de todo chisme y reunir información que le pudiera ser de utilidad en momentos precisos), y si bien él no quería inmiscuirla en su vida más de lo que debía…una vez más: estaba prácticamente obligado por contrato a hablar. Después de todo, y en palabras de ella misma, ¨no es bueno guardarle información a quien esperas que te saque de un aprieto¨.

Consciente de esto, Kuno la miró por un momento frustrado…antes de desviar su cara hacia un lado, llevar una mano a su frente como si tratara de apaciguar una jaqueca, y soltar un corto y pesado suspiro.

-…Solo se me es algo humillante hablar con él. Eso es todo-declaró el kendoka con simpleza tras un instante de silencio.

- ¿Humillante? –repitió ella, levantando una ceja ante su particular selección de palabras.

Sabiendo que ella esperaba que prosiguiera con su explicación y que seguiría insistiendo si no se la daba, Kuno dejó escapar un nuevo suspiro de cansancio y continuó:

- ¿Viste cómo me trata, no?

-Oh, ¿así que te es ¨humillante¨ que te traten como a un niño y sean amigables contigo? Ay Kuno-chan, que malo eres.

-NO ES ESO, MALDICIÓN-apuntó él molesto ante esa sarcástica frase en broma-Es solo que…aggh, sigue siendo muy frustrante el saber que nunca he podido ganarle en un duelo.

Nabiki giró abruptamente su cara hacia él, con los ojos bien abiertos, las cejas fruncidas y los labios vueltos una torcida línea recta.

- ¿QUÉ? –no pudo más que preguntar este tras un corto momento bajo esa peculiar cara.

-… ¿Solo eso? –detalló ella incrédula por su respuesta anterior…aunque a juzgar por su tono…era notable una cierta decepción en sus palabras.

- ¿¡Cómo que ¨Solo eso¨ !? ¿¡Acaso sabes lo que se siente perder, perder y perder contra el mismo oponente despistado una y otra vez!? ¡Tratar todo tipo de movimientos y estrategias, solo para conseguir al menos una victoria contra él, y aun así seguir fracasando cada vez! ¡Y además-Y ADEMÁS-Y ADEMÁS…! –con cada nuevo grito, el kendoka apretó su puño con más fuerza y su expresión se llenó cada vez más de ira y frustración, pero al culminar su última frase, un suspiro interrumpió su flujo y dejó escapar en él todas esas pesadas y ardientes emociones-…no poder enojarte abiertamente con este porque es demasiado bueno contigo…-sus palabras mantuvieron un tono frustrado, pero ante la simpleza con la que fueron dichas, más bien parecían las quejas de un niño.

Nabiki le miró sorprendida por un instante, pero pronto, esbozó una simple sonrisa.

-Ummm~, ya veo-solo pronunció ella en correspondencia.

- ¿Qué? –preguntó él por inercia al oír de esa particular frase.

-No, no es nada~-respondió ella simplemente, manteniendo su simple sonrisa y un tono un tanto misterioso.

Kuno le dedicó una mirada llena de sospecha, la cual hubiera sido sutil si no fuera porque en su rostro esta era más que clara.

-…Me inquieta mucho cuando te quedas callada porque no tengo ni idea de lo que estás tramando-comentó este sin más.

- ¿Eeehh~? Pero si no estoy tramando nada~-replicó ella, pero por el tono cantarín de su voz…era casi imposible tomar sus palabras en serio.

- ¡No mientas! ¡Esa cara, esa voz, definitivamente estás tramando algo! –le señaló Kuno de forma acusadora.

La mediana de los Tendo soltó un corto suspiro. A veces conocerse tan bien entre sí resultaba más una molestia que una diversión. Rápidamente, ella disminuyó la corta distancia hasta quedar su rostro extremadamente cerca de él (sobresaltándolo ligeramente en el proceso) y con una seductora expresión que podría hacer caer hasta el más terco de los gobernantes, dijo:

-Descuida, en verdad no estoy tramando nada.

Instantáneamente, el kendoka soltó su mano y dio unos apresurados pasos hacia tras hasta terminar chocando contra una pared. Su cara era une extraña mezcla entre susto y confusión, la cual solo era más cómica debido al fuerte rojo que apresaba sus mejillas.

-Pffft…-Nabiki trató de contener su risa…pero obviamente: le fue imposible hacerlo- ¡Hahahahahahahaha! –sus carcajadas estallaron con fuerza, llevándola pronto a tener que aguantarse la barriga ante el dolor y a formarse unas pequeñas lagrimitas en sus ojos.

Ante su reacción, el semblante de Kuno volvió a estar molesto (aunque el rojo sobre sus pómulos aún no desapreció).

- ¡SERÁS…!

-Ajaja, p-perdón-perdón. No era mi intención-explicó ella con cierta dificultad mientras reducía su risa y secaba sus párpados.

Una vez ya calmada, Nabiki llevó sus manos a su cintura y entre una sonrisa pícara, expresó:

-Aun así, espero que la próxima vez no reacciones de forma tan exagerada…Sería malo si alguien te viera ponerte tan tenso solo porque tu novia se te acercó, ¿no lo crees, Ku-no-chan~?

El kendoka se aguantó su instintiva respuesta, apretando sus dientes con tal enojo y frustración que solo un sonido de ¨Khh¨ salió de su garganta, y causando involuntariamente un tic sobre una de sus cejas. Ajá, sin duda alguna: todo sería más fácil si este falso noviazgo no fuera precisamente con ella.

N.A: Hey, ¿qué tal? Perdonen la demora, pero es que me dio un bajón de ánimo para escribir recientemente (y bueno, también quiero aprovechar mi tiempo libre para hacer otras cosas, ¿saben? O_o). Espero que a pesar de todos los altos y bajos dentro de la historia (al igual que la longitud de los capítulos), la estén disfrutando en su mayoría. Por si se lo preguntan, el apellido de Kujo significa ¨novena calle¨ en japonés y sí, como se lo podrán imaginar: ese cuervo no estaba ahí por gusto. En fin, no les molesto más, y sin nada más que decir, espero nos leamos pronto.