CAPÍTULO 2: Un Demonio y una Humana

- ¡Amo bonito! ¡No me deje sólo aquí!- exclamó una voz un tanto chillona.

- ¿Qué sucede Jaken?- le pregunté- ¿El amo Sesshoumaru, se fue?

- Eso no te incumbe, niña entrometida- me contestó groseramente.

- ¡El amo Sesshoumaru sí me importa!- le respondí ofuscada- Tú sabes que me importa mucho.

- Eso no importa. El amo Sesshoumaru es un demonio y los demonios no se fijan en mortales.

- ¿Y tú que sabes? El amo Sesshoumaru nunca te toma en cuenta. Para él no existes.- se lo dije con mucho odio, pues me dio dónde más me dolía.

Él decía la verdad, Sesshoumaru es un demonio... y es perfecto, intentar acercarme a él es como intentar alcanzar una estrella con la mano. Decidí quedarme lo más cerca posible de él sin importar lo que fuese, al principio pensé que era porque lo apreciaba mucho y quería ayudarlo a la hora que fuese y en el lugar que fuese. Pero él no necesita mi ayuda... es tan fuerte por sí sólo. Esa excusa era una forma de engañarme, lo que en verdad necesitaba era estar a su lado para que él me protegiera... porque yo soy la no puedo estar sin él. Parece que la tontera me vida pasada se me pega a veces, por eso me demoré tanto en percatarme de la verdad.

Pensándolo bien... herí mucho a Jaken, debería pedirle perdón. A pesar de que sólo le dije la verdad, pero la verdad duele. Él fue servidor de su padre (el de mi amo Sesshoumaru) y le prometió cuidar de su progenie. Sufre cada vez que siente que no ha cumplido su palabra. Es difícil creer que los humanos le dicen demonio a una persona malvada, cuando un demonio es lo más fiel y bueno que puede existir. Acabo de herir a Jaken con mis palabras, y debo confesar que por esto me siento humana, no demonio... ¡que daría por demonio!

- Jaken, yo...- las palabras no salen. A esto se le llama orgullo humano.

- No es necesario, yo también lo siento Rin.- dijo apenado- el amo Sesshoumaru lo es todo para mí y me duele no poder cumplir los deseos de su padre. Sin embargo, sabes que es verdad lo que te dije. Lo peor sería líos con faldas mortales. (N. del A. : supongo que ahí se podría decir kimonos, nee¿?).

- Entiendo... Si me disculpas, iré a ver al amo Sesshoumaru antes de que se vaya.

- Esta Rin no tiene remedio...- dice Jaken, tratando de reponerse de la impresión. Era sorprendente como le perdonaba todo tan rápido a esa niña y cómo esta se curaba tan fácil de los malentendidos.