Deseo de una Campeona
parte IX
(Ash y Cynthia)
—¡Finalmente viajaremos a Alola!
—¡Pi Pika Pi!
Un nuevo día ha llegado y finalmente el deseo de Cynthia iniciaría. Ya no tenía nada que ocultar estando en compañía de Ash, podía expresar todo ese cariño que sentía dentro de ella y la emoción de una nueva aventura lograba encender aquella llama que hace años comenzó a decaer.
—¿Así me veo cuando me emociono?
—Te ves un poco más serio que ella.
Por su parte Ash y Diantha se encontraban preparando todo para el viaje a Alola. La actriz logró tener unas vacaciones tras su participación en el campeonato mundial lo cual fue un golpe de suerte.
—Aunque siendo honesta, me gusta ver lo emocionada que está por ir de viaje contigo—declaró la campeona de Kalos mientras terminaba de guardar algunas prendas para su estancia en la región tropical—. Y una vez más, gracias por dejarme ir con ustedes.
—Ella te quiere mucho, eres su mejor amiga y sería injusto para mí que no la acompañes—explicó Ash de forma madura logrando sonrojar un poco a la actriz.
—Has madurado mucho desde la última vez que nos vimos en Kalos—comentó la mayor mientras observaba con alegría la emoción de su amiga. Nadie debía decirles cómo vivir sus vidas y el ver como Cynthia aprovechaba esa oportunidad para tener la aventura que nunca tuvo no hacían más que avivar esa flama de campeona que hace tiempo creyó haber perdido—. Eres el campeón más joven, uno de los ocho grandes; hace tiempo me equivoqué contigo, pensé que Leonel se llevaría la victoria, pero estuve equivocada. Cynthia tenía razón, siempre la tuvo.
El joven campeón se sorprendió por esto. Muchos hubieran resentido el comentario de Diantha, pero a él poco le importaba eso.
—¿Y que te pareció mi victoria? ¿A poco no fue genial?
—Diría que ambos dieron un combate espectacular, pero una vez ambos usaron las tres técnicas... Bueno, creo que la palabra que busco sería "epicidad".
Los ojos de Ash brillaron con emoción tras escuchar la opinión de su colega. Poco le importaba si él era campeón o no, lo único que buscaba era tener el mejor combate en contra del campeón mundial cosa que logró conseguir. No podía estar más contento por eso.
—Además, tu querida Cynthia no me dejó ir al baño durante todo tu combate—añadió la campeona provocando que Ash sintiera pena por ella—. Sufrí mucho, sufrí los abrazos de Bewear que tu novia me dio en cada momento que salías victorioso.
Ash no sabía que decir al respecto. Sus mejillas se encontraban rojas por ese último comentario, aunque no podía dejar de imaginar a la ex campeona de Sinnoh gritando de emoción mientras abrazaba a una muy desafortunada Diantha.
Aún tenía mucho que aprender de ella. No sólo sería un viaje Pokémon como los que él tuvo anteriormente; esta ocasión viajaría en compañía de una experimentada campeona y tras finalizar el torneo de maestros, lo más seguro es que tendrían mucho tiempo libre antes de tener que pensar en alguna Liga Pokémon.
—Será un buen viaje...
—Muy bien, ya está todo listo para el viaje a Alola.
Cynthia ya se encontraba lista para abordar el avión que la llevaría a conocer la región en dónde Ash se coronó campeón. Esta era la primera ocasión en que viajaba a una región tropical aparte de le sureste de Unova. Su emoción era tan grande que todos se contagiaban con ella.
—Parece ser que estás muy emocionada—declaró la profesora Carolina tras ver con asombro la energía que tiene su niña—. Sabes, creo que este viaje te sentará muy bien; no siempre tienes la oportunidad de viajar con la persona que amas—eso último lo dijo en broma, pero el rostro sonrojado de su niña la hizo sonreír con alegría.
—¡Ya te dije que...!
—Ya lo sé, no tienes que repetirlo otra vez.
—¡Eres muy mala conmigo! ¡Eres muy mala con tu nieta! —exclamó Cynthia con lágrimas llenas de un dolor inexistente—. Ni todo el helado del mundo hará que te perdone.
—Entonces le diré a Ash que...
—¡Te perdono!—exclamó la antigua campeona—. Por cierto, ¿No han visto a Ash?
La ausencia del campeón de Alola hizo que todos lo buscaran. Hasta hace unos momentos él se encontraba con ellos, pero ahora parecía que la misma tierra se lo había tragado. Por un breve momento creyeron que el nuevo Maestro Campeón heredó la pésima orientación de Leonel, pero este no fue el caso.
A lo lejos, y en compañía de Sonia, aparecía el azabache con un huevo entre brazos—. Perdonen la demora, pero debía ir por un encargo de Leonel antes de partir—explicó, logrando así calmar los ánimos de todos.
—Parece ser que te han dado un huevo muy especial—comentó Goh.
—¿Ese fue el encargo de Leonel? —ahora fue el turno de Chloé en hablar quedando impresionada por los colores amarillo y negro que predominaban sobre todo el cascarón—. Puedo suponer que es un tipo eléctrico.
—En efecto, es un tipo eléctrico—respondió Sonia—. Aunque esté no es el encargo de Leonel. Por cierto Cynthia, felicidades por cumplir tus sueños.
El rostro de Cynthia enrojeció tras escuchar las palabras de Sonia. Por un instante olvidó lo de su deseo dejando al descubierto su rejuvenecido cuerpo.
—¿Lo sabes?
—Digamos que Ash no me dio una buena excusa para tu ausencia en la fiesta de clausura—respondió Sonia con una gran sonrisa—. De haberme dicho lo que sucedía, yo misma le decía a Leonel que ustedes dos no podían estar presentes.
La rubia parpadeo un par de veces—. ¿No te parece esto extraño? —preguntó—. Digo, después de todo es muy extraño que el Pokémon de los deseos aparezca de repente y cumpla el sueño de uno. Además, a muchas personas les parecerá extraño esto, especialmente si me ven en compañía de Ash.
—A estas alturas nada me sorprende más que el hecho de que tú y Ash bailaran juntos—confesó la científica de forma tranquila—. Por cierto, me uniré a ustedes en su viaje, hay muchas cosas que deseo investigar en Alola.
—¿De verdad?
—Sí, es parte del encargo de mi viejo amigo.
—Yo pensé que era tu novio—comentó Goh antes de recibir un pequeño golpe de parte de Chloé—. ¿Qué? En verdad parecían ser novios.
—Debes tener más tacto. No puedes ir por ahí diciendo lo que piensas—regañó la joven estudiante quien mantenía a Eevee entre sus brazos.
El moreno no dijo nada limitándose únicamente a ver hacia otro lado. Estaban ya escasos minutos de dejar la región para poder viajar finalmente a Alola en donde Ash se coronó campeón.
Al poco tiempo, la operadora aérea comenzó a realizar llamadas para el vuelo directo a Alola. Los chicos se encontraban entusiasmados y para Cynthia este era el momento perfecto para poder iniciar una nueva aventura en compañía del chico que reavivó su pasión durante el combate que tuvieron en las finales del campeonato Mundial.
—Bien... Es hora de irnos—susurró a lo bajo mientras guardaba el estuche donde mantenía seguras las Pokebolas donde residían sus compañeros de equipo.
De inmediato todos se dirigieron a la salida que les fue indicada abordando de uno en uno hasta finalmente cruzar la puerta del avión. La cantidad de gente que se encontraba abordo sorprendió a más de uno, aunque para la campeona de Kalos esto tenía una explicación bastante sencilla.
—Esto es lo que causa una batalla tan impresionante como la tuya—le susurró Diantha a Ash—. Felicidades señor campeón, acabas de hacer aún más famosa a tu región.
Ash no podía creer lo que su victoria logró. Hasta hace unas semanas muy pocas personas se dirigían a Alola. Pese a que la región era basta y con muchos recursos por explotar, solo unas cuantas empresas decidían participar en la economía del lugar. A veces parecía que la misma región pasaría al olvido por la poca cantidad de gente que recibía anualmente en comparación con las Islas Naranjas; fue una suerte que él llegara a ser el primer campeón de la región, después de todo ninguno de los otros campeones dio un espectáculo tan increíble como el suyo con una historia tan basta por detrás.
De repente una mano lo tomó del brazo. Miró a su lado encontrando así el rostro preocupado de Cynthia. Por admirar la cantidad de personas que abordaron el avión olvidó por completo el temor de la ex campeona a ser reconocida en su estado actual.
—Cynthia...
—Tengo miedo—confesó ella acercándose mucho más a su amigo—. Tengo miedo...
Sin dudar ni un momento, Ash acercó más a Cynthia. Su compañía siempre fue agradable y esta ocasión tampoco sería la excepción. Aún faltaba mucho para que ella pudiera recuperar esa confianza quebrada por el egoísmo del público al ponerla en un pedestal el cual hace tiempo ya no le pertenecía.
Con cuidado, ambos entrenadores caminaron por el estrecho pasillo hasta ser guiados a primera clases gracias a la ayuda de Lusamine quien cambió los boletos a última hora para ayudar al joven campeón. Se encontraba muy agradecido con el detalle de la madre de Lillie, notando entonces el cambio que tuvo desde el incidente con los Ultra Entes y el reencuentro con su ex marido.
—¿Lusamine es la CEO de Æther Industries? —preguntó la ex campeona con curiosidad.
—Ella es la mamá de mi amiga Lillie y sí, es la presidenta de la compañía—respondió éo confesando así su relación con una de las mujeres más brillantes del planeta—. Aunque no creas que es tan seria como aparenta, ella es casi una calca de Leonel... Incluso puede ser más infantil de lo que yo soy.
—¿De verdad? Eso ya es mucho viniendo de ti.
—¿Y que me dices de ti, señorita amante de los helados?
—¡Traición! —exclamó Cynthia antes de tomar el asiento de la ventana—. Sabía que el Maestro Pokémon Ash siempre me juzgaría por mi bello defecto—dijo ella, fingiendo derramar algunas lágrimas a la vez que Pikachu saltaba a sus brazos para apoyarla.
—Ja, muy graciosa—dijo Ash en un tono sarcástico mientras tomaba lugar a lado de la ex Campeona—. Cuando lleguemos a Alola, le pediré a Lusamine que compre todo el helado de la zona para que no lo puedas comer.
Los ojos de Cynthia se abrieron de golpe. Ahora sí las palabras de Ash lograron darle un golpe crítico súper efectivo. Un aura oscura pronto rodeó su cuerpo mientras una fuerte depresión amenazaba con explotar—. Ya dime que odias tenerme de compañera—susurró lo suficientemente alto para que los demás la escucharan.
—¡Eres una reina del drama! —exclamó Ash dejando el huevo de lado para así tomar a Cynthia en un abrazo—. Por supuesto que dejaré que pidas el helado que desees, después de todo también celebramos por ti.
Una vez más la alegría regresó al corazón de la ex campeona. Un grito de alegría se escuchó a través de todo el avión y muchos curiosos voltearon a ver la escena que se formaba entre ambos jóvenes. Entre chiflidos y aplausos, los dos entrenadores bajaron la mirada, apenados debido a todo el interés que captaron, especialmente de las parejas que los acompañarían durante el resto del viaje.
—Vamos a tomar asiento—susurró el azabache con sus mejillas rojas tomando así el huevo para que su compañera se quedara con la vista de la ventana—. Adelante.
—S-Sí... Gracias...
Tanto Delia como Diantha disfrutaban de la escena. Nadie podía negar que se respiraba el amor en el aire, especialmente con ambos tortolos explorando el cariño que sienten por el otro, uno que en otras circunstancias jamás se hubiera podido dar.
Los minutos pasaron y los asistentes de vuelo dieron las indicaciones para que todo el mundo tomara asiento. Eran contadas las veces que Ash viajó a través de un avión, y aunque el trayecto era más corto que en barco, la presencia de Cynthia lograba calmado su ansiedad a tal punto de que el propio Pikachu pasó a estar descansando en los brazos de la campeona de Kalos.
Tan pronto las turbinas se encendieron una luz les indicó que se abrocharan los cinturones. La ex campeona de Sinnoh no tuvo problema alguno en hacerlo, pero el azabache apenas y pudo sacar el cinturón debido a la presencia del huevo que se encontraba cuidando.
—Déjame ayudarte—dijo Cynthia quien de inmediato abrochó el cinturón de Ash.
—Muchas gracias.
—De nada, Ashy-boy—se burló ella, tomando venganza de las palabras que hace poco recibió por parte de su compañero.
—Ja, ja; muy graciosa—respondió Ash con sarcasmo—. Deja y le marco a Lusamine para que si cumpla lo del helado.
De inmediato, aquellos ojos grisáceos que tanto él adoraba ver con alegría se llenaron con gruesas lágrimas que amenazaban con salir. Esos labios rosas tan bellos de la ex campeona temblaban con un ritmo sincronizado con el resto de su cuerpo. Por un breve momento Ash pensó que era una broma, pero al ver las mejillas colorearse supo de inmediato que Cynthia iba enserio.
—¡Perdóname! ¡No quería hacerlo! —se disculpó él tomando la mano de su compañero quien de inmediato cambió su expresión a una mucho más serena—. Prometo darte todo el helado que quieras, pero no llores.
—¿L-Lo prometes?
—Lo prometo.
—¿De verdad?
—De verdad
—¿Verdad de la buena?
—Verdad de la buena.
—Bien... Entonces es un trato, Ketchum—expresó la rubia con alegría mientras recostaba su cabeza en el hombro de su compañero—. Cuando lleguemos quiero que me lleves a la playa a caminar mientras comemos un helado. Quiero que me cuentes todas tus aventuras.
Ash parpadeó un par de veces antes de sonreír por la actitud tan alegre de su compañera.
—Te contaré todas las historias que quieras—susurró en voz baja mientras descansaba su rostro sobre la cabeza de la campeona quien soltó una pequeña risa por esto—. Después de todo, tenemos mucho tiempo para conocernos mejor, Cynthia.
