ACLARACIÓN: Todos los personajes, así como la serie de Gravitation no me pertenecen!! Pero creo que eso ya es obvio, son de super-increíble-genial- grandiosa Maki-sensei. No me pagan por lo que escribo así que no tienen por qué demandarme, este fic solo esta hecho con la intención de jugar con sus personajes, ya sea para bien o para mal ^^

Nota: No me referiré a Shuichi con su nombre real, he de seguir la corriente a la historia y le llamaré Koiichi, así que estén atentas y no me salgan con que no se los dije :P

Nota2: Este capítulo contiene violencia en contra de Shuichi T_T, ya esperaré mi castigo después. ¡_¡

CAPÍTULO 7: CAMBIO DE VIDA.

En el capítulo anterior:

-¿Entonces....mi...- el chico de ojos celestes hizo callar al más pequeño poniéndole dos dedos sobre sus labios mientras su boca fue a dar a su oído para susurrarle algunas palabras.

-No soy nada de eso que dijiste- murmuró sensualmente de tal modo que estremeció al ex-cantante -yo soy tú.....- no terminó la frase, los labios de Shirou fueron a dar con los de Shuichi, quién quedó sorprendido ante su manera de proceder...¿Acaso eran...?

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Le aburría estar encerrado en esa gran casa todo el día y lo peor de todo es que no podía moverse, por más que había intentado las piernas no le respondían, según escuchó de la boca del mismo doctor se recuperaría...pero...¿cuánto tiempo más debería asistir a ese estúpido tratamiento que parecía no cambiar nada?, ya tenía 5 meses en ese estado y él mismo no veía mejoría alguna, quizá debía hacerse la idea de que iba a ser prisionero de esa silla de ruedas.

-Nunca podré caminar....-se dijo a sí mismo mientras se acurrucaba mejor dentro de las sábanas de su cama, las esperanzas lo abandonaban, con cada día que pasaba los ánimos se esfumaban y no había nadie que lo consuele.

Shirou llegaba muy tarde en las noches, no conocía bien en que trabajaba, constantemente le decía que tenía que ocuparse de sus múltiples negocios, sólo pasaban tiempo juntos los fines de semana y aún en esos días recibía llamadas en las cuales le decían que requerían su presencia y otra vez él se quedaba solo....

Antes pasaba más tiempo con él, se acostumbró a la compañía del joven empresario y ahora que no estaba, pues...le hacía falta.

¿Habrá sido así siempre?, se preguntaba continuamente, no logró recordar nada de su pasado, Shirou se encargó de darle todos los detalles que su memoria había perdido, pero eso no bastaba, un día de charla no aclaraba toda una vida perdida.

Miró hacia la ventana de su habitación, estaba lloviendo, una sutil lluvia, que aunque pareciera suave, podía mojar tremendamente, así sentía su corazón una tristeza que parecía débil, pero que lo estaba matando por dentro.

No quiso decirle nada a Shirou para no preocuparlo, ya bastante tenso estaba con todo eso del trabajo, y él no quería ser una molestia más para su amante, si,...su amante. Shirou mismo le dijo que ambos eran amantes desde hace algunos años atrás, hecho que, debido al accidente olvidó.

Sin embargo, una duda afloraba de su confundida mente, él estaba seguro que sus recuerdos le abandonaron-eso era un hecho-, pero nunca imaginó que sus sentimientos también harían lo mismo.

Shirou lo trataba cariñosamente y no podía dejar de estarle agradecido por cuidarlo, es más, lo quería, pero no de la manera que él se imaginaba, le tenía un afecto especial, como aquel que quiere a su hermano mayor, pero nada más, por alguna razón no se sentía atraído hacia él....intentó decírselo en más de una ocasión, pero la tierna mirada de Shirou sobre sus ojos le hizo flaquear.

No podía pagarle de esta manera, no a la persona que le dio su amor sin condiciones.

Por eso sin importar lo que le dijera su corazón de ahora en adelante, se obligaría a sí mismo a amarle, trataría de corresponder ese sentimiento que le brindaba ese hombre. Tal vez de esa manera encontraría la felicidad que buscaba.

-Amarlo.....-Fuertes golpes en la puerta principal hicieron que el muchacho se sobresaltara y saliera de sus pensamientos, ¿Quién podría ser y a esa hora de la noche?. La muchacha que se encargaba de la limpieza y de la cocina se había ido hace ya una hora, después de preparar la cena.

Por deseos de Shirou no contrataron más sirvientes, no porque faltara dinero para pagarles, sino porque pensó que así tendrían mayor intimidad y nadie los podría molestar los pocos momentos que estuvieran solos.

Nuevamente los golpes en la puerta, esta vez eran más fuertes que los de momentos atrás, se preguntaba si era Shirou, no, no era posible, él tenía las llaves de la casa y no necesitaba que nadie le abriera, encendió la pequeña lamparita que estaba en su mesa de noche y volteó a ver el reloj que estaba fijado en la pared la habitación, las 10:14 p.m. faltaban dos horas para que Shirou llegue, así que no podía ser él.

Los ruidos en la puerta pararon en seco, solo el sonido suave de la lluvia al chocar con alguna superficie se dejaba oír, Koiichi se tranquilizó, seguramente era alguien que se equivocó de lugar, apagó la lámpara y se volvió a acomodar dentro de la cama, ya era bastante tarde, lo mejor sería dormir.

Cerró los ojos tratando de conciliar el sueño, cuando de repente, volvió a oír sonidos, esta vez eran de pasos que se acercaban, esto le hizo ponerse aún más nervioso, alguien estaba dentro de la casa!.

Trató de guardar la calma, probablemente estaba imaginando cosas, se cubrió la cabeza con la sábana, cerró los ojos nuevamente obligándose a dormir.

Pasaron algunos minutos y lo estaba consiguiendo, sintió como el sueño le llegaba lentamente, pero el sonido de la puerta al abrirse bruscamente le hizo despertarse por completo, Koiichi, no intentó ni mirar de quién se trataba, el temor que lo invadía le impidió moverse, se aferró con más fuerza a las sábanas, tratando de ocultarse entre ellas.

Los pasos se oían amenazantes, ahora estaba seguro, no era Shirou, él jamás entraría de esa manera, seguramente se trataba de un ladrón.

Sus suposiciones se vieron afirmadas, sintió como el sujeto rebuscaba entre todas sus cosas, al parecer no había notado su presencia, pero....¿por cuánto tiempo más?, ¿Qué podría hacerle al verse descubierto?, pronto todos sus temores se hicieron realidad, cuando escuchó las palabras de aquel tipo.

-Vaya, vaya, pero que tenemos aquí...- dijo burlonamente mientras se acercaba peligrosamente donde descansaba el pelirrosa.

Koiichi, se sujetó cuanto pudo de las sábanas, pero estas le fueron arrebatadas rudamente por ese hombre –AH!...- un grito abandonó la garganta del pequeño, mientras observaba al sujeto que tenía delante.

Ese hombre tenía aproximadamente 32 años, su ropa se encontraba completamente mojada a causa de la tormenta, llevaba un sweater negro y unos pantalones del mismo color, cabello castaño y ojos café claro.

Se acercó y se acomodó sobre él chico, pequeñas gotas de agua rodaron de sus cabellos empapados y cayeron sobre Koiichi que no se movió ni un centímetro producto del pánico.

El niño que tenía debajo suyo se veía tan frágil y hermoso, según se había percatado estaba solo en aquella gran mansión, su largo cabello le había confundido, en un principio pensó que se trataba de una chica, pero ahora que lo apreciaba mejor pudo confirmar que era un muchacho, en realidad eso no importaba, podría jugar con él un momento antes de marcharse, ya consiguió un buen botín, aunque ese que tenía en frente parecía ser mucho mejor.

Aprisionó las muñecas del pequeño con una mano por encima de su cabeza, él intentaba forcejear con aquel tipo, pero era algo inútil, sus fuerzas no se comparaban a las de ése hombre.

-Suélteme!....-dijo desesperadamente.

-¿Por qué lo haría?, creo que nos podemos divertir un poco ¿no lo crees?- lamió el cuello de Koiichi y con la mano que tenía libre comenzó a quitarle la camisa.

-Le digo que me suelte!- pequeñas lágrimas se asomaron sus violáceos ojos, esto no le podía estar pasando.

-Grita todo lo que quieras pequeño, nadie puede oírte...- sonrió malévolamente mientras besaba el vientre del chico, le llamó la atención que no hubiese movido las piernas para apartarlo de él, se giro a su derecha y allí halló la respuesta –vaya niño!, ¿eres paralítico verdad?- dijo después de mirar la silla de ruedas que tenía a su lado –Que suerte he tenido, eso me facilita las cosas- continuó esta vez llegando al delgado pantaloncillo que procedió a quitarlo de un tirón.

-Basta...por favor...me lastima...- suplicó Koiichi, nuevas lágrimas rodaron por sus mejillas, se sentía tan débil e impotente ante ese sujeto, le daba asco cada uno de los besos llenos de lujuria que recibía de su parte, sólo un milagro podía salvarle, si tan solo Shirou estuviera allí.

-Cállate!- con una bofetada lo silenció, al ver que éste quedó sometido y ya no opuso resistencia procedió a quitarse la ropa él también.

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-Creo que ya es tarde- dijo mirando el reloj que casi apuntaba las 11 de la noche.

-Quédate un momento más Shirou, que todavía no acabamos de festejar!- insistió un hombre de pelo naranja algo pasado de copas.

-No puedo, Koiichi está solo en casa y debe estar muy preocupado-

-Solamente te la pasas preocupado por ese niño!, ya nunca pasas tiempo con tus amigos, eres un desconsiderado-

-Si, como digas- se alejó del lugar sin hacer caso a los reproches de sus compañeros, tenía una extraña sensación como si su pequeño amante le llamará, nunca creyó en las premoniciones, pero algo le decía que debía de hacer caso de ésta en particular, subió a su coche y condujo a toda velocidad.

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Mientras tanto en Tokio....

-Eiri abre la puerta, quiero hablar contigo seriamente- dijo Thoma alzando la voz desde fuera del departamento del rubio escritor, tocó el timbre tantas veces, pero Eiri no le abría la puerta.

-Ya te dije que no Thoma!- gritó desde dentro.

-Que terco eres, hazme caso por favor- insistió.

Algo fastidiado Yuki se acercó a la puerta, quitó el seguro y dejó que Thoma pasara -¿Feliz?- dijo enfadado

-No sabes cuánto- contestó Seguchi, dibujando una sonrisa falsa pero triunfante en su rostro.

-Ya déjate de juegos, ¿a qué viniste?-

-Eso lo sabes mejor que nadie Eiri-san, ayer hablé con tu editora y déjame decirte que está preocupada, después del accidente de Shuichi no escribiste absolutamente nada, se puede saber de qué planeas vivir?- dijo mientras se acomodaba en el sofá de la estancia.

-Eso es asunto mío- el rubio le dedicó una sus miradas más frías e intimidantes.

-Mira Eiri, lo que te digo no es con el fin de fastidiarte, lo hago por tu bien, ser novelista es tu carrera, lo que siempre quisiste ser, no deberías descuidarlo de ésta manera-

-Ya te dije, lo que haga o deje de hacer no es asunto tuyo, tú y Mika ya me tienen harto, dejen de meterse en MI vida!- Eiri dejo claras las cosas, no pensaba volver a escribir, después de la muerte de Shuichi no tenía ánimos para nada.

-Todo lo que pasó te ha dejado marcado una vez más ¿verdad Eiri?-

-Si viniste solo a eso, te pido que te vayas- indicó Yuki abriendo la puerta para que Thoma se largara de una vez.

-Bueno, no solo vine a eso, sabía que ibas a tener este tipo de reacción, Mika y yo nos hemos preocupado bastante por ti, y pensamos que lo mejor para hacerte olvidar es, que te tomes unas vacaciones fuera del país-

-¿Vacaciones?, ¿yo?- Yuki se mofó ante la tonta idea que se le había ocurrido a su cuñado y a su hermana –ja!, sabes bien Thoma que nada me hará olvidar a Shuichi- dijo cambiando su expresión a una más seria, algo dolida por el comentario.

-Entonces si no te hace olvidarlo, por lo menos te distraerá un poco y te hará sentar cabeza con respecto a tus novelas-

-Todavía creo que es una idea bastante estúpida, pero...tal vez tengas razón- se cruzó de brazos mientras pensaba en la sugerencia que Thoma le ponía delante.

-Verás que no te arrepientes Eiri, se lo avisaré a Mika- se levantó del sillón para ir en dirección a la puerta –te llamaré más tarde- añadió y finalmente salió del departamento.

-Como quieras- suspiró Eiri, posiblemente la propuesta de Thoma le iría bien, además hace tiempo que no salía del país, sería una gran manera de escapar de los recuerdos dolorosos y de la falta que le hacía Shuichi –Shuichi...- cerró los ojos, llegó a una decisión, por primera vez en su vida le haría caso a Thoma.

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Aquel golpe lo dejó casi inconsciente, hizo todo lo posible por reaccionar e incorporarse, sus muñecas estaban libres, era su oportunidad.

Con dificultad llevó sus manos a un extremo de la cama, haciendo uso de todas sus fuerzas atrajo su cuerpo, escapando de la prisión en que lo mantenía ese hombre.

-¿A dónde crees que vas?- gruño el moreno y tomándolo de uno de sus pies lo tiró hacia sí, provocando un quejido de dolor por parte del pelirrosa. Lo tendió nuevamente en la cama, puso una mano en su nuca para que no pudiera escapar, se acercó a él besándolo salvajemente.

Koiichi hacía todo lo posible por librarse, con ambas manos en su pecho intentó empujarlo, pero estas también se vieron capturadas por la mano libre del ladrón.

Dejó su boca para continuar besando su perfecto y delicado cuello, su piel era tan tersa y suave, increíblemente excitante, esos hilos de seda que eran sus cabellos le producían pequeñas cosquillas, mientras que los débiles sollozos y los inaudibles gemidos del muchacho le hacían hervir la sangre, llevándolo hasta la locura; nunca se sintió de esta manera, ni con una mujer, tenía la necesidad de hacer suyo a ese indefenso niño.

Decidido abrió las inertes piernas del joven, éste luchó aún más por liberarse sabiendo lo que vendría.

-Por favor.....por favor....- susurró con el rostro empapado en lágrimas, la garganta le dolía por gritar tanto, su voz se estaba desvaneciendo.

-Eres un tonto, gritando solo arruinaste tu hermosa vocecita, te dije que nadie te oiría- se acercó al oído de Koiichi y le murmuró –tú y yo estamos solos...- bajó hasta sus caderas para quitarle su última prenda.

Lo dejó un momento, retrocediendo se puso de rodillas admirando el cuerpo desnudo del pequeño, se deleitaba la vista con la impecable figura frente a él, llegó el momento que tanto había esperado, por fin ese niño sería suyo.

-AGHHHH~!- Un golpe hizo que se borrara la sonrisa de su rostro para arquearse de dolor hacia adelante, no podía creerlo, ése joven que creía paralítico le dio una fuerte patada en la entrepierna, le engañó haciéndose pasar por un inválido, pero una vez que se recuperara le haría pagar su insolencia y de la peor manera.

Koiichi no se lo podía creer, sus piernas le obedecieron, después de tanto tiempo pudo sentirlas al fin, ese sujeto estaba sufriendo a causa del golpe que él mismo le propinó, era el momento perfecto para salir huyendo de allí.

Con dificultad llegó a la orilla de la cama, puso sus pies en el suelo, rogando que no le fueran a fallar, se puso de pie y tambaleándose dio unos cuantos pasos, grave error, aún no era el momento correcto, su cuerpo comenzaba a ceder, no lograría mantenerse en pie mucho tiempo, sus piernas no pudieron sujetarlo más y cayó al suelo.

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Shirou dejó el coche en la puerta, y corrió a toda prisa llegando a la puerta de su casa, grande fue su sorpresa cuando la encontró abierta, la cerradura estaba destrozada, un sudor frío recorrió su cuerpo, alguien había entrado a su casa.

-Oh! no Koiichi- subió las escaleras, se podían escuchar claramente los gritos de un hombre, los chillidos provenían de la habitación del pequeño, se apresuró para ir en su ayuda.

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-MALDITO MOCOSO!, esto no se va quedar así!- lo levantó sujetándolo fuertemente de los cabellos.

-AH!....me duele- se quejó el chico.

-Eso debiste pensar antes de atreverte a golpearme!, pensaba ser bueno contigo, pero después de lo que hiciste, te haré sufrir como no tienes idea- pasó una mano alrededor de su cintura y lo apretó contra su cuerpo, provocando un grito de dolor por parte del pelirrosa –Idiota, ya te dije que es inútil que grites, nadie puede ayudarte-

-¿Ah, no?- una voz se oyó detrás de ambos.

Sintió algo frío que apuntaba a su nuca, lentamente soltó al muchacho, quién cayó violentamente al suelo.

-¿Koiichi estas bien?- preguntó preocupado el portador del arma.

-Shirou...-sus ojos se iluminaron ante la presencia del moreno -...te...te tardaste mucho- algunas lágrimas amenazaron con salir de sus violáceos ojos.

-No te preocupes, ya estoy aquí- le dirigió una mirada tranquilizadora -Este bastardo pagará por el atrevimiento de irrumpir en mi casa y por haberte querido tocar, eso no lo perdono!- lo tiró al suelo, propinándole patadas y golpes, estaba realmente furioso.

-Basta Shirou!- gritó el pequeño al observar que el sujeto estaba inconsciente.

-¿Por qué me detienes?, ¿no ves que tiene que pagar por lo que te hizo?- reclamó el de ojos celestes.

-Si lo sigues golpeando acabarás por matarlo, y tú no eres un asesino, mejor llama a la policía-

Encogiéndose de hombros tuvo que cumplir los deseos de su pequeño -Tienes razón...- se acercó al muchacho quitándose la chaqueta púrpura que llevaba encima y cubriéndolo con esta –ven- lo cargó en brazos, para luego ponerlo sobre la cama que permanecía revuelta –no puedo creer que seas tan piadoso con aquel que estuvo a punto de....- la voz de Koiichi le interrumpió.

-¿Sabes algo Shi-kun?- cuestionó el muchacho.

-No, dime- contestó, mientras vestía a Koiichi con la camisa que le fue arrebatada.

-Yo...yo...ya puedo caminar!- le dijo con una gran sonrisa en los labios, Shirou se frotó los ojos con el dorso de las manos.

-¡¿QUE?!-

-Que ya puedo caminar-

-Pero si eso es una gran noticia!, ven, abrázame- cobijó entre sus brazos el cuerpo de ese chiquillo, sabía a la perfección que no era la persona de la cual él se enamoró, era muy distinto, con propios meritos se ganó su corazón, verlo feliz le hacía enormemente dichoso, no permitiría que nada ni nadie le separara de su pequeño, aunque por eso tuviera que matar – Hoy dormirás en mi cama, aquí no te puedes quedar-

-¿Y tú?-

-Hay muchas habitaciones, dormiré en alguna de ellas-

-Demo....-

-Nada de peros, enseguida vengo por ti, antes tengo que encargarme de un gusano- una sonrisa perversa se dibujo en su rostro.

-No te tardes-

-No lo haré- salió arrastrando el cuerpo del sujeto, cuando llegó a las escaleras lo dejó rodar gradas abajo, ahora que no estaba Koiichi para defenderlo le haría pagar todas juntas –Despierta idiota!-

-Eh...ehmm- algo aturdido el ladrón mientras se incorporaba -¿Que..qué haces?....-

-No es obvio, esta la vas a pagar- sonrió maliciosamente- nadie, me oíste, NADIE, toca lo que es mío-

-No, por favor....- la oscuridad se apoderó del lugar, todo quedó en silencio absoluto.

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Altavoz: ///PASAJEROS CON DESTINO A NUEVA YORK, FAVOR DE ABORDAR POR LA PUERTA NÚMERO 6, REPITO, PASAJEROS CON DESTINO A NUEVA YORK, FAVOR DE ABORDAR POR LA PUERTA NÚMERO 6///

El hombre de pelo rubio y ojos dorados se puso de pie, cargó sus maletas y se dirigió al lugar indicado segundos atrás.

Una vez en el interior del avión buscó el número de asiento que le fue dado, por fin lo divisó y se acomodó en él, éste daba a la ventana y le ofrecía una vista completa del aeropuerto.

Los recuerdos invadieron su mente, una vez más dejaba Japón, pero en esta ocasión el causante no era Kitazawa, sino Shuichi.

El avión comenzó a moverse para alcanzar vuelo.

-Adiós.....baka.....- dijo mientras se alejaba lentamente....de Japón....y de Shuichi.

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NOTAS DE @M@I: Hola y gracias a tod@s, son divinas, ya ven...Shuichi ya puede caminar! ^_^, eso me tranquiliza incluso a mi, ya hice sufrir mucho a Shu y tenía que compensarlo de alguna manera, de otro modo me demanda!.

Prepárense para el próximo capítulo ya que van a haber pequeñas sorpresas, no se lo pierdan, mejor no adelanto nada más o les arruino la historia.

Para cualquier duda, comentario, tomatazos, donaciones, mi correo está a su disposición: amai_shirabe@hotmail.com

Gracias por sus reviews:

Eli-chan1:: Gracias por tu comentario y siguiendo tus deseos Shu-chan ya no está paralítico...¿no crees que es una gran noticia? ^^

BISHOUJO-HENTAI:: Tal vez tengas a Yuki en tus manos ¬¬*, pero es momentáneamente, aprovechaste que estaba en una fiesta con mis bishounens, fiesta a la que Yuki se negó a asistir XD!. LO RECUPERARÉ YA VERÁS QUE LO HARÉ...OHOHOHOHOHO!!!

Akia Nekoi:: Pues si!, Yuki tiene....no.....debe hacer algo, mejor no adelanto nada, espero a que te leas el capítulo 8.

Lupi-chan:: Esa es una pregunta que no puedo responder, sería una especie de spolier, como ya le dije a Akia espera a leer el capítulo 8 y tendrás la respuesta a tu pregunta n_n!

A las personas del mail:

Pagalata: Gracias por leer nano da y por tus comentarios, si tienes una pequeña sugerencia puedes dármela, la acepto con gusto.

Selpelin: Niña pervertida!! ¬///¬, no puedo hacer lo que me dices, si te hago caso me espera una golpiza colectiva XD.

También a Dary Kyana, Norikokuchan, Natalia, Mika Sakuma, Claudia-chan, chibi_girl_hentai y a Pares.

MINNA ARIGATOU!. Hasta el próximo capítulo!