ACLARACIÓN: Creo que le he repetido tantas veces que... bueno, qué más da que lo diga de nuevo n.n "Gravitation es propiedad de Maki Murakami- sensei", a ella tooooodas las alabanzas Y-Y, yo sólo tomo prestados a los lindos personajes para crear esta historia.

NOTA: Llamo a Shuichi con el nombre de Koiichi por razones X que ya saben.

ADVERTENCIA: El capítulo que van a leer a continuación contiene "lemon", no digan que no se los dije XD, así que basta de tanto rollo y vamos al fic!!.

CAPÍTULO 21: MIO, SÓLO MIO.

En el capítulo anterior:

Yuki lo abrazó nuevamente –Juntos saldremos adelante, ¿confías en mi?-

El pelirrosa elevó la mirada y olvidando sus temores también correspondió al abrazo del rubio –No me dejes Yuki, no me dejes-

-No lo haré –

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"El susurro se desvanece entre la multitud,
haciendo que los recuerdos caigan a mis pies y se dispersen.

El resplandor de la calle en la que camino perdido,
me ilumina fríamente, congelándome."

La ligera brisa que se colaba por la ventana le invitaba a que abriera los ojos, ya era un nuevo día. Se sorprendió extremadamente al percatarse la hora que era... ¡7:30 a.m.!, no acostumbraba levantarse tan temprano y además ¡sin ayuda del despertador!.

Se inclinó hacia adelante para quedar sentado en el sofá que lo había cobijado toda la noche, no era uno de los lugares más agradables para dormir, pero si "él" estaba cómodo... valía la pena.

Cepilló con una mano los dorados flequillos que adornaban su frente a la vez que se ponía de pie en un intento por desperezarse. Cogió la manta con la cual se había cubierto al dormir, sin embargo, para su sorpresa no era una como recordaba... sino tres.

Trató de entender qué estaba pasando, aunque... si, no había otra explicación.

-Koiichi-

Subió las escaleras para llegar a la que era su habitación, llamó a la puerta... ninguna respuesta, lo intentó nuevamente y el resultado seguía siendo el mismo, así que sin tener alternativa la tumbó de una patada.

Registró cada centímetro de la alcoba, la cama estaba hecha, la ventana abierta y una pequeña cosa parecida una pelota se encontraba en el centro de la cama.

Al levantar el objeto en cuestión se dio cuenta de que no era una pelota ni nada por el estilo, era ése animalejo, mascota de cierto chico pelirrosa que se suponía a estas horas debería seguir durmiendo plácidamente.

Un sudor frío recorrió su frente, ¡¡no podía haber aprovechado que estuviera dormido para huir!!.

Corrió a toda prisa cogiendo las llaves de su auto para salir en busca del susodicho cuando un sonido proveniente de la cocina llamó su atención. Se acercó sigilosamente procurando no ser percibido, oyendo cada vez mejor lo que al parecer era una hermosa melodía.

El miedo desapareció al ver claramente que se trataba de Koiichi, quien tarareando preparaba contento algo para el desayuno.

-Baka- dijo en un suspiro, imaginando por breves instantes cómo se vería Shuichi así. Con el cabello corto, con su tonta mirada llena de felicidad, con esos ojos que le demostraban sin necesidad de palabras todo el amor que le tenía, con esos labios que siempre estarían para él, con esas pequeñas manos que lo conocían perfectamente.

Inconscientemente se aproximó hasta quedar detrás del chico y dejándose llevar por los recuerdos que ahora inundaban su cabeza rodeó con ambas manos aquella estrecha cintura.

El sonido del vaso al estrellarse contra el piso fue seguido por un fuerte empujón al escritor por parte de Koiichi, quien debido a la fuerza cayó sobre los pedazos de vidrio que se esparcían en el suelo.

El rubio al salir del trance en el que se encontraba se apresuró para socorrer al pelirrosa que sangraba terriblemente en su mano izquierda.

-Ite.....- dijo llevándose la mano intacta a la otra herida, con una mueca de dolor en el rostro.

Yuki rompió un pedazo de su camisa para envolver la zona y con eso conseguir o aunque sea disminuir un poco de la hemorragia –Voy por el botiquín, no te muevas- el pequeño sólo asintió mientras veía como el rubio se alejaba.

Después de un rato la herida ya estaba limpia y curada, con una blanca venda envolviéndola, por suerte no había sido algo tan grave.

-Gracias- dijo el chico mientras acariciaba su mano curada.

-No tienes porque agradecer, fui el culpable de que te hicieras daño, lo siento...- replicó Yuki desviando la mirada, evadiendo la del muchacho.

-Eh... sólo me asusté un poco, no es nada- respondió con una sonrisa forzada.

-No, no esta bien-

-Déjalo ¿quieres?, sólo es un pequeño corte, además... quiero mostrarte algo- Yuki se sorprendió al oír esas palabras y sin más siguió a Koiichi que ya se le había adelantado de vuelta a la cocina.

-¿Tu... preparaste todo esto?, no sabía que supieras cocinar- preguntó impresionado al ver todo un festín de platillos que se mostraban sobre la mesa.

-Andria me enseñaba, es una manera de agradecerte por la vez que me compraste todos esos dulces y por ser tan bueno conmigo, aunque sé que es poco- bajó algo desilusionado la cabeza.

-Eso me recuerda- el escritor abandonó el lugar dejando aún más triste a Koiichi quien ya se imaginaba la razón de su actitud -Esto es tuyo-

A sus manos llegó un conejito de felpa rosa que de inmediato fue reconocido por el chico.

-Este es...-

-Lo encontré en tu casa ésa mañana, y desde entonces he estado esperando para devolvértelo-

-Yuki...- con ojos vidriosos se abrazó con fuerza al conejito mientras el escritor observaba satisfecho aquella escena.

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Un mes después.....

Shirou yacía apoyado en el frío vidrio de la ventana como cada día desde hace un mes, esperando algún día poder ver la silueta de su pequeño ingresar por esa puerta y nunca más dejarlo escapar de nuevo.

'Te encontraré Koiichi, así tenga que buscar debajo de cada piedra, te encontraré'

De algo estaba seguro... era ése tipo...

Yuki Eiri.

"Un hombre alto y rubio" fue toda la información que recibió de algunos vecinos que vieron claramente aquella mañana a alguien con esas características rondar su nueva casa.

Ya no importaba lo prometido a Thoma, si se enteraba que en verdad había sido ése sujeto el causante del abandono de Koiichi, lo mataría, tenía motivos suficientes para hacerlo.

Ya sólo era cuestión de tiempo, todos sus hombres tenían ordenes expresas de informarle inmediatamente si llegaban a verlo, no permitiría que alguien se le adelantara, quería acabar con él personalmente.

Y así lo haría.

-Pagarás muy caro... por robar lo que ahora me pertenece- sonrió maliciosamente, cerrando en un puño la mano que tenía sobre el cristal.

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-Uhmm... ¿qué huele tan bien?- preguntó el rubio adentrándose hacia el lugar de donde provenía tan delicioso aroma.

-No te lo diré hasta que termine de prepararlo- contestó un Koiichi muy orgulloso del platillo que estaba cocinando.

-¿Algo especial?-

-Podría decirse que si-

-Bueno, cocinas tan bien que por esta vez te perdono- dijo Yuki encogiéndose de hombros –pero dime algo... ¿qué es eso tan especial que amerita un banquete como este?-

-¿Y me lo preguntas tú?, ya tenemos un mes viviendo juntos, ¿no te parece razón suficiente?- se cruzó de brazos fingiendo estar enfadado.

-Un mes, tienes razón...- Yuki sólo se limitó a mirarlo fijamente, llegando casi a incomodarlo.

-Eh... Yuki.... ¿su-sucede algo?-

-No, perdona, saldré un momento- sacudió levemente la cabeza a la vez que daba media vuelta despidiéndose con una mano.

Koiichi se quedó pensativo mirando la puerta por la cual acababa de salir el rubio, ese extraño hombre que llegó a su vida en el momento en que más lo necesitaba. Todo ese tiempo a su lado había hecho surgir en su corazón un sentimiento especial, muy diferente a lo que sentía por Shirou, ¿acaso era... amor?.

Sin embargo, ése sentimiento no era algo nuevo, sucedió desde la primera vez que lo vio, solamente le pasaba con Yuki –Como si lo amara desde siempre- murmuró para si.

Él era diferente a todas esas personas que le habían hecho daño, él lo quería de verdad, en todo ese tiempo juntos no lo había obligado a hacer algo que no quisiera, por el contrario, era muy respetuoso.

-Yuki...- sonrió tiernamente –Eh... ¡NO TE TARDES QUE LA COMIDA SE ENFRIARÁ!- gritó esperando que el rubio lo oyera.

-¡Enseguida vuelvo!- recibió como respuesta el grito del escritor seguido por el sonido de la puerta principal al cerrarse.

-Regresa pronto-

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Arrancó el coche y subió la velocidad al máximo, no quería perderse por nada en este mundo el peculiar aniversario de un mes que cumplían, y ya que el pequeño se había esforzado para prepararle algo sería muy injusto que él no le diera nada.

Pero... ¿qué le compraría?, no eran pareja ni nada por el estilo, sólo vivían como amigos, si, sólo amigos...

Resultaba tan difícil estar a su lado y no poder demostrarle que lo amaba, ya no recordaba cuantas veces se contuvo para no tomarlo en brazos y besarlo hasta que el aire se les fuera, para no hacerlo suyo nuevamente, sintiendo que sólo le pertenecía a él, que no importaba cuantos hombres lo hubieran poseído, que solamente él era su dueño no sólo de su cuerpo, sino de su alma y de su corazón.

Inmerso en sus pensamientos llegó a una tienda de regalos, ahora si venía lo difícil.

Revisó todas y cada una de las piezas que allí se vendían, pero ninguna parecía adecuada para el pelirrosa, algo enfadado se disponía a salir de la tienda cuando una voz femenina le habló.

-Señor, ¿anda buscando algo en particular?-

-No se moleste, ya me iba- replicó con tono de disgusto sin molestarse en dar la cara a la empleada.

-Si es para su novia, le puedo mostrar la variedad de perfumes que nos han llegado, la mayoría importados del extranjero, estoy segura que a ella le encantará-

-No es para una chica, es para un hombre- aclaró sin cambiar un ápice de su actitud, mirando a la joven por el rabillo del ojo.

-Eh... bueno, también tenemos variadas colonias para hombre si aún estuviera interesado podría enseñárselas-

-Si no hace me hace perder el tiempo... esta bien- muy a regañadientes Yuki acompañó a la mujer hasta lo que era una especie de habitación en la cual se exponían diversos tipos de perfume, no obstante, ninguno parecía interesarle hasta que una débil fragancia llamó su atención –Ése perfume... ¿de dónde viene?-

-¿Se refiere a ése?- dijo aspirando el aroma tal y como el rubio lo hacía, recibiendo por parte de éste una respuesta afirmativa con la cabeza –es la colonia de mi hijo, la tengo por acá, espéreme-

La mujer le llevó el perfume en cuestión, Yuki al aspirarlo no tuvo más dudas, era ése, el mismo perfume que Shuichi solía usar todo el tiempo, mezcla de frutas y exquisita esencia de rosas y jazmines, no dudó un segundo en comprarla, la hizo envolver y se dirigió rumbo a casa donde su pequeño le esperaba ansiosamente.

Sin embargo, las gafas oscuras de un hombre no separaron la vista del Mercedes que se alejaba lentamente, sin perder el tiempo marcó un número en su celular.

-Señor Shirou, lo encontramos-

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El rubio cerró la puerta y caminó hasta la cocina esperando encontrar a Koiichi para sorprenderlo con el regalo, mas no estaba allí, sólo una pequeña nota sobre la mesa:

"Estoy tomando una ducha, por favor alimenta a Kameko"

Vaya, le habían estropeado la sorpresa, bueno, no importaba del todo ¿o si?, suspiró pesadamente mientras se tumbaba en el sillón para esperar a que saliera. El silencio hizo notorio el sonido de la regadera, a Yuki le invadió el deseo de ir hasta aquel lugar, ver lo que sus ojos conocían perfectamente, pero... ¿y si sólo conseguía arruinar las cosas?, aunque por otro lado si solamente se limitaba a mirar no le haría daño a nadie.

Luchando contra sus demonios internos llegó hasta la puerta del baño, extrañamente estaba abierta, claro, ¿quién podía desconfiar de él?. Se sintió mal consigo mismo, ¿cómo podía hacerle eso?, dio media vuelta listo para salir cuando la voz de Koiichi lo hizo desistir de inmediato.

-Yuki, ya estas aquí- asomó la cabeza por las cortinas de la ducha, haciendo que el rubio ingresara – ¿podrías pasarme la toalla, por favor?-

-Ehm... si- trató de parecer lo más tranquilo posible, ocultando sin mucho éxito lo rojas que estaban sus mejillas –aquí tienes-

-Gracias- Koiichi cogió la toalla, envolviendo con ella su cintura –este maldito cabello, a veces es una molestia- se quejó mientras envolvía al mismo en otra toalla.

-Bueno, te espero abajo-

-Un momento... Yuki... no me siento bien... – intentó asirse de una de las paredes pero el equilibrio se le fue antes de llegar a ella, por suerte el escritor lo sostuvo antes de que cayera al suelo.

-¿Estas bien?- preguntó suavemente.

-Sólo un poco mareado, pero puedo ponerme en pie, no te preocupes... – respondió con una sonrisa, no obstante, los ojos dorados parecían idos, lo veían tan diferente, esa no era la mirada de su amigo, por el contrario se asemejaban a la un amante –¿Yuki?- preguntó algo temeroso –¿qué ha...- lo que iba a decir fue silenciado por la boca del escritor al posarse sobre sus labios.

Un ligero escalofrío recorrió todo su cuerpo, Yuki lo estaba besando tan apasionadamente como la primera vez de su encuentro, ¿qué podía hacer?, aún no estaba listo, pero Yuki...

Como una respuesta a sus preguntas el rubio se separó lentamente, dedicándole una sonrisa honesta y sincera –Déjame curar tus heridas... – explicó –quiero borrar esas cicatrices que te impiden ser feliz- añadió.

-Yuki... yo... quisiera estar contigo, pero no puedo, no puedo pertenecer a nadie, estoy sucio... - desvió la cabeza ocultando las lágrimas que fluían de sus ojos.

Eiri acarició cariñosamente la mejilla del pequeño secando sus lágrimas en el acto, acercándose para volver a depositar un beso en esos sonrosados labios que se mostraban ante él.

El pelirrosa volvió a temblar al nuevo contacto con la boca del rubio, aunque su temor se hacía cada vez más débil, ¿cómo podía negar algo que en verdad estaba deseando?, si pudiera volver a amar solamente lo haría a una persona y esa sería Yuki.

Con algo de timidez intentó corresponder al beso que le brindaba el escritor, quitando con su imagen los recuerdos de tantas caricias y besos que le fueron robados y continuaban torturándolo.

Yuki tomó eso como un sí y con sumo cuidado lo levantó en brazos dirigiéndose ambos a la alcoba del mismo.

Una vez allí lo acomodó sobre la espaciosa cama acariciando el torso desnudo, besando las pequeñas cicatrices de los cortes que tenía, queriendo borrar todo el daño que le habían hecho. Koiichi aferró ambas manos a la sábana, dejándose llevar por todo el calor que inundaba su piel con cada caricia que recibía por parte de ese hombre.

Eiri abandonó su pecho para centrarse ahora en el cuello del muchacho, liberando con una mano el cabello de este que permanecía sujeto con la toalla mientras la otra mano se encargaba de quitar la similar en la cintura del mismo.

Los ojos violetas se abrieron enormemente al ver como el escritor procedía también a despojarse de sus prendas una a una hasta quedar desnudo frente a él, temiendo a lo que sabía estaba por ocurrir.

Se posicionó con las piernas separadas a ambos lados del cuerpo del pelirrosa dispuesto a continuar lo que había dejado a medias, pero se detuvo al ver la mirada casi horrorizada en el rostro agitado del pequeño.

-Yuki... no... no puedo... –

-Tranquilo, jamás te lastimaría, si llego a hacerlo dímelo y me detendré- Koiichi esbozó una sonrisa de fingida tranquilidad a la vez que sus brazos rodearon el cuello del escritor atrayendo con necesidad sus labios, besándolo como nunca antes pensó besar a alguien.

Yuki por su parte aprovechó el momento para acomodarse mejor por sobre las caderas del chico, rozando con su ya erguida erección el vientre del muchacho, consiguiendo varios suspiros y jadeos de éste.

Hacía tanto que no oía algo tan hermoso como aquello, oírlo gemir era música para sus oídos.

'Shuichi, te extrañe tanto'

Dejó los labios del chico, deslizando su lengua por aquella piel tan fina hasta llegar al lóbulo de la oreja, lamiendo y mordiéndola suavemente hasta dejarla roja.

-Yuki... – su nombre en aquellos labios cuando hacían el amor le hacía revivir cada instante en compañía de su amante... Shuichi, nunca supo valorar cuán importante era en su vida hasta que lo perdió, ¿cómo podía haber sido tan idiota?, jamás le había dicho que lo amaba por culpa de su estúpido orgullo, el "te amo" que tanto trabajo le costaba pronunciar en ése entonces ahora salía de su boca con total naturalidad, pero... ¿era realmente tarde...?

Sus manos se abrieron camino hasta los glúteos del joven, acariciando delicadamente aquella zona para luego guiar sus dedos a la entrada del pelirrosa, quien tembló inmediatamente al contacto.

-Confía en mi- dijo dedicándole una mirada tranquilizadora que fue correspondida por el nervioso asentimiento del chico.

Buscó sus labios para relajarlo con un beso al mismo tiempo que entrelazaba los dedos de una mano con la del pequeño, haciéndole saber que todo iría bien. Separó las piernas de este buscando un mejor acceso, y embadurnando dos de sus dedos con su saliva acarició cuidadosamente su entrada, esperando el momento preciso para introducirlos.

No podía evitar estar un poco nervioso, temía hacer algo mal, sabía a la perfección que un error por parte suya podía poner en peligro al pequeño, después de haber sido violado tantas veces su condición no era de las mejores, tal vez había sido una imprudencia llevarlo hasta estos extremos.

-Yuki, estoy bien... – la dulce voz de Koiichi le dio la seguridad que estaba necesitando y ya sin remordimientos presionó uno de sus dedos haciendo que ingresaba completamente en el estrecho interior del mismo.

Cerró los ojos con fuerza al sentir como un segundo dedo del rubio se introducía en él. Yuki esperó a que se acostumbrara a la invasión para empezar a moverlos lentamente, procurando no dañarlo en lo más mínimo.

El dolor resultaba insoportable al principio, pero a medida que pasó el tiempo fue cesando y una ola de placer invadió cada centímetro de su cuerpo que ya estaba entregado completamente a ése hombre, el dueño de su corazón.

Eiri terminó sacando ambos dedos, admirando el estado en el que se encontraba el pelirrosa, dándole tiempo para que tomara algo de aire mientras él ubicaba las piernas de éste sobre sus antebrazos, atrayéndolo con ambas manos en sus caderas hasta que su erección hiciera contacto con la entrada ya lubricada del muchacho.

Inclinó la cabeza hacia delante para besar a Koiichi en la mejilla a la vez que murmuraba en su oído palabras dulces con las cuales buscaba relajarlo, un "tranquilízate, así no te dolerá en lo absoluto" fue seguido por un "te amo" que provocó la salida de algunas lágrimas por aquellos violáceos ojos.

-Yo también... te amo, Yuki, hazme tuyo, quiero pertenecerte... sólo a ti... para siempre... – el miedo había desaparecido por completo, ahora sólo estaba la felicidad esperándolo, el pasado ya no importaba, ni haber sido violado, ni Shirou... él entendería que amaba a otra persona, sólo una vida de tranquilidad al lado de Yuki a partir de ahora, sólo eso importaba.

Yuki entendió perfectamente la petición del pequeño, comenzando a presionar su erección contra la entrada de este, invadiéndolo lentamente y con sumo cuidado. Una mueca de dolor acompañado de más lágrimas adornó el rostro de Koiichi al ser invadido por el escritor, sintiendo como este ya era uno con él.

Ahora era suyo, nuevamente le pertenecía, en cada rincón de su piel estaba grabado su nombre, como hacía tanto tiempo atrás. Sentía la calidez de Shuichi, ésa que le había salvado de la soledad en la que se encontraba y por la que nada en este mundo abandonaría.

-¡Ah!... ¡Yuki!... ¡Ah!- suaves gemidos acompañaron los primeros movimientos del rubio en su interior, haciéndose cada vez más fuertes a medida que el ritmo de las embestidas de éste se aceleraban.

-Ai... shiteru... – apenas articuló palabra sin que sus inaudibles gemidos se notaran, el aire se le estaba haciendo escaso debido a la fuerte excitación que estaba sintiendo a causa de ése chiquillo, el mismo tierno, terco y extremadamente incitante de siempre.

-Te... ¡Ah!, te amo... ¡Ah!, ¡¡YUKIIIIII!!- un último grito se hizo presente al momento de que Yuki se derramara en el interior del pelirrosa, inundándolo con todo su calor, siendo seguido también por la esencia de Koiichi que bañó el pecho de ambos.

Eiri besó por última vez los húmedos labios de su amante antes de salir cuidadosamente de él, dejándose caer a un lado a un lado suyo a la vez que cubría ambos cuerpos desnudos con las sábanas.

-Yuki... ¿en verdad... me amas?- preguntó con un dejo de duda en su voz.

-¿Por qué me lo preguntas?, ¿no te lo he demostrado?- rodeó con un brazo la cintura del chico para aferrarlo más a sí, entrelazando sus piernas con las de él.

-Cuando dijiste que me amabas... no mencionaste mi nombre... en ningún momento- escondió la cabeza en el pecho del escritor, obligándose a no llorar por lo que iba decir –no será... ¡¡¿no será que pensabas en ése tal Shuichi cuando me hiciste el amor?!!- gritó enfadado –quiero ganarme tu amor por lo que soy, no porque me parezca a alguien que tu querías mucho, en verdad te amo Yuki... no me hagas esto... – suplicó abrazándose tan fuerte como pudo al rubio.

Yuki se quedó de piedra, no le gustaba oírlo hablar así, como si en verdad fuera otra persona menos Shuichi.

-Yo... – el timbre sonó en ése preciso instante, el escritor agradeció haber sido "salvado por la campana" -iré a ver quien es- se levantó dejando al pelirrosa con la incertidumbre de no conocer su respuesta, se puso rápidamente los pantalones y la camisa, acomodando cuanto pudo su cabello revuelto de camino a la puerta.

Cuando la abrió prácticamente se quedó sin habla al ser apuntado con un arma justo en la frente.

-Tanto tiempo... Yuki- pronunció el nombre con notable desprecio a la vez que caminaba adentrándose en la casa, seguido por los pasos del escritor que retrocedían a la par con cada paso que Shirou daba –linda casa, sin embargo, es muy vulgar comparada con la que te vendí, ¿cómo pudiste obligar a mi Koiichi a vivir en un lugar tan andrajoso como este?, él esta acostumbrado a los lujos, a comidas costosas, a una vida que solamente YO puedo darle-

-Es verdad...- dijo el escritor con una sonrisa en los labios a la vez que cerraba los ojos –... una vida sin amor, una vida de constante sufrimiento, es cierto, solamente tú puedes dársela- prosiguió total sarcasmo en las palabras.

Shirou no aguantó más y estrelló su puño contra la mejilla del rubio haciendo que este cayera bruscamente al suelo –Te gusta hablar de más, ¿verdad?- hizo una seña con la mano y dos sujetos ingresaron hasta donde estaba Yuki, los cuales sin previo aviso comenzaron a golpearlo salvajemente –Él es solamente mío, de nadie más- murmuró por lo bajo.

-En eso también te equivocas... – interrumpió el rubio, encarando desafiante la mirada de Shirou a la vez que esquivaba varios golpes que le propinaban esos sujetos –él me ama, por eso... por eso se entregó a mí-

Los ojos azul claro se abrieron de la sorpresa al oír semejante confesión –Mien..... ¡¡¡MIENTES!!!-

-Si no me crees, pregúntaselo a él... AHHH- una patada en su estomago le hizo arquearse de dolor hacia adelante, quedando de rodillas frente al joven de largo cabello gris.

-Maldito... es hora de que mueras... –

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Hacía un buen rato que el rubio había salido, aprovechó ese momento para cepillar su cabello, el cual aún permanecía húmedo. Era increíble la sensación de frío en todo su cuerpo, la piel que minutos antes ardía con cada caricia ahora temblaba ligeramente.

Continuaba algo enfadado, ¿cómo podía sentir celos de alguien que no conocía y que además estaba muerto?, realmente se estaba imaginando cosas, Yuki en verdad lo amaba, se lo había dicho, no volvería a dudar de él.

-Creo que no esperaré a Yuki, además la comida también debe haberse enfriado- bajó de la cama y fue en dirección al armario, de donde sacó algo de ropa interior, unos pantalones y una blanca camisa que pertenecía al escritor –supongo que no se enfadará si la tomo prestada- dijo sonriendo con picardía mientras comenzaba a ponerse aquellas prendas.

Terminó por trenzar su pelo y salió de la habitación para ver qué tanto hacía Yuki en la puerta, sin embargo, su cuerpo entero tembló al ver justamente a Shirou en su casa, apuntando con una pistola en la cabeza del escritor, dispuesto a apretar del gatillo en ése momento.

-¡¡SHIROU, DETENTE!!- gritó asustado consiguiendo que el moreno volteara a verlo.

-Koiichi... dime que todo lo que este idiota dijo son puras mentiras, que no te entregaste a él- rogó viendo como en lo alto de las escaleras el pequeño parecía ponerse nervioso a su comentario.

-Koichi... sal de aquí... este tipo... está loco... – habló un adolorido Eiri de que sujetaba con fuerza su estomago.

-Shi... Shi-kun...... – Shirou finalmente lo comprendió, no eran invenciones de ese sujeto, con más rabia que antes apretó los dientes decidido a acabar con aquel que había tenido la osadía robarle el amor del pelirrosa.

-Cuando este impertinente muera... olvidaremos todo lo que ha pasado, Koiichi... – volvió a fijar su vista en el rubio listo para cumplir lo que se había propuesto.

-¡¡¡SHIROU, NOOOO!!!- el temor de perder a la persona más importante de su vida hizo que sin importar los riesgos intentara ir a salvarlo, sin embargo, a los pocos pasos la cabeza comenzó a dolerle tanto y las imágenes se le hicieron borrosas perdiendo el equilibrio a media carrera, resbalando por aquellas gradas, golpeándose con ellas hasta caer inconsciente al final de estas.

Los ojos de ambos hombres se horrorizaron al ver como el cuerpo de Koiichi quedaba inerte en el suelo mientras un hilillo de sangre emanaba por su cabeza.

CONTINUARÁ.....

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NOTAS DE AMAI: (Amai toda sonrojada se abanica la cara con una mano) ... ejem... etto... bue... ¡vaya! O.o, esos dos hacen cada cosa, ¡que conste que fueron ellos!, yo solamente me limité a escribir las cosillas que hacían ambos en mi cabecita, jajajaja, a diferencia de la vez pasada no tuve ayuda para este lemon así que no me maten... ¡es el segundo que escribo! ¬¬ y como tal no tengo mucha experiencia u.u.

¡Pobre Shu!, ¿lo he matado?, ¿qué sucederá ahora que Shirou lo encontró?, ¿y Yuki?, ¿dejaré de ser tan mala con los personajes?, ¿acabará siendo este un deathfic?, ¿Shuichi recordará quién es para navidad XD?... respuestas en el próximo capítulo.

Y como siempre, gracias a todas por su reviews, espero que les haya gustado el capítulo tanto como a mi el escribirlo, por eso no duden en dejar un review, además así me suben los ánimos y trato de actualizar lo antes posible. Y ahora me voy a responderlos.

Haruka:: Haru-san n.n, siempre me encanta recibir un review tuyo, veo que los muchachos no dejan de hacer alboroto, que bueno que tu estés allí para controlarlos jejeje, en especial a Yuki que le da por hacer lo que se le viene en gana, jajajaja, cuídate un montón, espero que pronto nos veamos, pero por el momento hazte cargo de Ryu-chan ¿si?, la otra vez vino a mi casa y terminó por dibujar todos mis cuadernos, incluyendo los de la Universidad!!!. Sayonara.

Cat-silvering:: Jajajaja, pues Shuichi "se supone" duerme con Yuki o.O (como toda pareja), bueno, siempre y cuando él este de humor para eso, si no es así pues se queda en el sillón de la estancia de Yuki (pobre, yo prefiero los brazos de lindo escritor!! XD) o el pasillo las veces que lo echa de casa o en la casa de Hiro. Espero haberos iluminado XDD. Ja ne.

Tikal-neo:: Shi, estoy consciente de lo corto que fue el capi anterior y era porque no podía decir más de la cuenta (como ahora), este me salió largo ¿no crees? y con lemon encima, prepárense para el siguiente!!!. PD: Actualiza tu fic, onegai!!! (escribo esto escuchando Blind Game Again °¬°).

Eli-chan1:: Ya leí tu continuación n.n (Amai salta de alegría), ¿pero que harán los dos solitos en esa cabaña, ne? Jajajjaa. Ahora pasando a mi fic, pues si he sido cruel por eso el descanso en el capítulo pasado, pero esos chicos si que saben como meterse en problemas!!, ufff, ¿qué pasará?... el desenlace esta cerca!!!. Gracias por ser mi fan N°1 :D, nos vemos en el siguiente.

Hikaru Itsuko:: ¡No hay manera de escapar de Shirou! (si lo sabré yo ¬¬), esperemos que no haya una muerte que lamentar T-T, pero... quien sabe n.n. Nos vemos en el siguiente, matta ne.

Kyo-Haku:: Gracias, trato de hacerlos lo mejor posible, aunque siempre hay uno que otro maldito bloqueo!!! :S, pero salgo muy rápido de ellos ¿no crees?. Nos leemos en el siguiente que espero esté la próxima semana. Bye bye no da.

Uriko no da:: Pobre Thoma, creo que le he dado mala fama °u°, juas. Oye Yuki también es mío ¬¬, jajajaja, espero con ansias leer ése fic tuyo. Gracias por los comentarios, cuídate, nos vemos en el 22. Sayonara.

Zekhen-angel:: Jajajaja, gracias por dejarme un review como siempre n.n, espero que te haya gustado este capítulo, procuraré actualizar cuanto antes. Ja ne nano da.

Dary Kyana:: ¿Death fic?... uhmm... no sé XP, mejor les dejo con la intriga y lo averiguan ustedes, menos de 5 capítulos para terminar, ¿será el siguiente?, nos vemos. Cuídate, ja ne.

nat-chan07:: ¡¡¿¿CÓMO QUE A PATADAS??!! XDDDD, no te desanimes TT-TT, agradezco a todas por dejar review y apoyarme a lo largo de esta historia que ya se acaba Y-Y. No te preocupes, suerte con tu fic, nos vemos en el siguiente y gracias por dejar review n.n.

Chihiro:: Si, que lindos, pero que corto duró su felicidad T-T, roguemos que nadie salga herido (bueno ya salió Shu y tal vez le siga Yuki XD) que mala soy, besos. Bye nano da.

Gracias a mis amigas del mail:

A Claudia-chan (Que bueno que hayas aprovechado para irte de vacaciones, es genial verte de regreso n.n), Palagata, Natalia (Gomen, se que me matarás por lo que le hice a Shuichi, pero no importa siempre y cuando no lo mate ¿si?), Mika Sakuma (Pues aquí esta el lemon que tanto me pedías, un YukixShuichi completo!), zzagide (Nah, haces que me sonroje, todo se lo debo a leer tanto fanfiction), Selpelin (jejeje, me las ingenié para escribirla sola, gracias por el apoyo), Tifanny-chan (la calma era para preocuparse en verdad), chibigirlhentai (Sip, te adelanté algo y era justo lo que tu perversa mente esperaba, ne?), Pares (Gracias por alentarme así, me subes la autoestima n.n), pricesserenity (Con gusto leo tu fic, tan sólo díme de que será y el título) Norikokuchan (En serio, en serio tengo dibujos de este fic, creerás que estoy loca), Cristal-san (este pequeño lemon esta enteramente dedicado a ti, me lo pediste como 100 veces!! XD), Frida-chan (ya todo aclarado), kaoruko (jejeje, la alegría no les duró mucho, pero qué vamos a hacer, así de cruel es la escritora XD) y a Samanta (Gracias por escribirme, me alegra que te interese el género del shonen ai y el Yaoi, además que me halaga saber que te gustó mi fic, ya que es el primero que escribo n.n)

Y la ya conocida y famosa FÓRMULA DE LA ESCRITORA FELIZ [:D]: Escritora presionada con montón de reviews = ¡Capítulos largos y actualizados con rapidez! (ya sólo faltan unos cuantos chicas, el fic se acaba!!!)

Bueno nos vemos en el capítulo 22 para desvelar juntas las preguntas que muchas se estarán haciendo, gracias por leer y no olviden dejar un review presionando el pequeño botón de aquí abajo :3. Bye bye nano da!!!!.