Disclaimer: HP no me pertenece
Un consorte Black
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18
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Las habitaciones eran lo que uno esperaría de una pequeña sala común. A excepción de la cama, todo lo demás eran sillones alrededor de una chimenea, unas mesas pequeñas, sillas y un baño. Había un pequeño librero, y un espacio para sus baúles, pero no había mucho más. Aún así, era suficiente. Harry diría que incluso romántico. Estaba pensado para que dos personas convivieran juntas, y era notorio por el tamaño de los muebles.
-Merlín, esto es bonito.-Exclamó Harry, mirando alrededor. -¿No te alegra haber pedido las habitaciones? Hay mucho espacio para dos personas.
Draco asintió indiferente.
-¿No lo crees?-insistió Harry, y Draco lo miró antes de asentir de nuevo y continuar desempacando.
-No pareces entusiasmado, ¿de verdad te molesta tanto compartir habitación conmigo?-preguntó Harry desanimado, y Draco lo miró sorprendido, antes de negar.
-Lo siento, es solo... es más pequeño que Grimmauld, y Manor. Y casi del mismo tamaño con la habitación que comparto en Slytherin. Siempre he tenido más espacio que esto, así que independientemente del tamaño supongo que no puedo estar muy sorprendido.
Harry rodó los ojos, aunque parecía menos desanimado.
-He olvidado que siempre has sido un mocoso rico y malcriado.
Draco rodó los ojos esta vez.
-No seas envidioso. No es mi culpa que decidieras ir a la casa de los leones. ¿No te dice nada que los leones estén todo el tiempo en manada? Era obvio que pondrían a más de cuatro en una misma habitación. Les gusta estar alrededor de los otros todo el tiempo, reír, jugar y gritar. A los slytherin nos gusta nuestro espacio. Hacer nuestras cosas sin tanta intromisión. Nuestra casa está pensada para ser individualistas en las habitaciones privadas y sociales en la sala común. Básicamente piensa que es como seremos en la vida real, cada quien administra su mansión o propiedad y luego salimos y convivimos en la sociedad.
-Ustedes tienen un pensamiento muy rígido. Aunque tienes razón en lo de estar junto a otros todo el tiempo. Pero no me molesta, nunca me siento invisible. Eso me gusta.
-¿Cómo podrías sentirte invisible?-alzó la ceja Draco- Eres el maldito héroe. Invisible es lo que menos eres. Ya sea bueno o malo todos zumban a tu alrededor.
-No seas envidioso-rió Harry.-Sé que ustedes aman y compiten para ser quien sobresalga, pero no todos somos así. Algunos queremos ser normales.
Draco intentó ocultar su sonrisa, y siguió en lo suyo.
-Mejor para mí, entonces. No tendré que estar casado con la competencia.
Harry sonrió, luego pareció perderse en la nada, hasta que habló nuevamente.
-Cuando era pequeño,-confesó-solía vivir bajo una escalera. Quizá por ello no me importó compartir el cuarto de Ron, o la habitación de Gryffindor. Para mí, todos los espacios son suficientemente grandes.
-¿A qué te refieres con bajo la escalera? ¿Es una escalera como la de Manor, o Grimmauld?-Preguntó Draco, con el ceño fruncido.
-Un poco más pequeño.
-¿Como los tramos de las escaleras móviles?
-Más pequeño.
-Define pequeño, porque en estos días me ha quedado claro que nuestras descripciones de las cosas son ligeramente opuestas.
-¿Recuerdas cuando tenía once años?
-Si, eres flaco y enano. Parecía que si te empujaban, caerías.
Harry le lanzó una almohada. Draco sonrió odiosamente de lado.
-¿Entonces?
-Era casi tan largo como yo. Y apenas cabía parado. Lo único que tenía era una cama delgada y unos estantes donde solo tenía derecho a un espacio. Mi poca ropa y unos cuantos juguetes rotos entraban ahí. Era un espacio muy ajustado, apenas esencial para dormir o sentarme. Solía estar ahí todo el tiempo porque mis tíos solo querían verme cuando querían que limpiara o cocinara. Incluso cuando mi carta de Hogwarts llegó, decía que era para el armario bajo las escaleras. O más bien mis cartas, llegaron bastantes, como un torbellino. Merlín, debo mostrarte ese recuerdo algún día. Saltaba en el aire, intentando atraparlas. Aunque-admitió ligeramente avergonzado- lo ideal hubiera sido recoger una del suelo.
Miró a Draco, esperando ver una sonrisa o recibir un comentario sobre lo tonto que era en ese entonces. No esperaba ver lo que vio. Draco estaba quieto, con el ceño fruncido.
-¿Tu carta decía eso?-preguntó finalmente con voz casi ronca, mirando a su esposo, esta vez con toda su atención en él. Harry asintió.
-¿Tu carta mandada por McGonagall para ingresar a Hogwarts?
-Si-respondió Harry, viendo las manos del rubio temblar.-Hey, ¿estás bien?
-¿Me estás diciendo que vivías en un hueco apenas tan grande como tú, y el director y la subdirectora en lugar de sacarte de ahí, te dejaron por once años con los que te pusieron ahí en primer lugar, que te usaban como elfo domestico, e incluso pusieron como tu dirección el armario bajo las escaleras?
-Eh, ¿Si?
-Y no solo enviaron una, sino varias, porque era notorio que no respondías, y aún así no fueron por ti.
-Mis tíos decidieron que debíamos irnos de casa un tiempo, de hecho, Hagrid me fue a recoger, él...
-El gigante te fue a recoger. Te recogió de vivir con esos indeseables seres humanos. ¿De casualidad, después de venir al colegio, te obligaban a volver a su casa en vacaciones?
-Si, pero...
-Voy a presentar una queja en el consejo.
-Espera, ¿qué?
-Si, mi padre ya no es miembro del consejo, pero esto es imperdonable. Sufrias maltrato familiar, tú, el héroe del mundo mágico y ellos lo sabían y te dejaron solo. Dumbledore está muerto, pero juro por Merlín que esa mujer va, como mínimo a disculparse ante tí en público. Lo juro, por Merlín, que he perdido todo el respeto que le tenía.-Exclamó dejando sus cosas y caminando a la salida.-Es más, toma tus cosas, vamos a casa.
-¿Cómo?
-No vamos a quedarnos en la escuela. Haremos nuestros éxtasis vía lechuza.
-Espera, Draco ¿Por qué?
-¿Por qué? Porque por una maldita vez no necesitas ser un arma de guerra, y preferiría tenerte lejos de la mujer que decidió que era divertido mandarte una carta con esa dirección en lugar de protegerte en el maldito castillo que tiene habitaciones como esta de sobra. O mandarte con una familia para que te diera asilo. Pudo ser cualquier maldito sangrepura, traidor a la sangre o un maldito squib. Cualquiera te hubiera criado sin problema, independientemente de las razones. Pero, en cambio, dejaron que seas un niño maltratado. ¿Por qué no te quejaste de ellos con el Ministerio cuando pudiste? Hubieran intervenido, aunque solo fuera para llevarle la contraria a Dumbledore.
-No sabía que podía, en todo caso, era necesario. Las protecciones de sangre me protegían de Voldemort. Tenía que vivir con ellos. Con mi tía. No creo que sea culpa de McGonagall, Dumbledore dijo...
-¿Y no se les ocurrió enviar a un adulto contigo?¿O, no sé, secuestrar a tu tía, traerla contigo, y darte una vida digna?-casi gritó Draco.-Pudieron protegerte de miles de maneras, y solo te dejaron ahí durante años.
-Luego hicieron que me dieran uno de los dos cuartos de Dudley.
Draco lo miró incrédulo.
-¿Después de doce, trece años? No lo sé, gracias-ironizó.
-Es, no te diré que no fue horrible, lo fue. Pero era necesario.
-¿Necesario para quién o para qué? ¿Para que seas tan necesitado de afecto que hicieras lo que fuera que te pidieran? ¿Para que jugaras a un soldado de guerra sin quejarte porque era lo que esperaban tus protectores de ti?
Sabiendo que no lograría que Draco viera las cosas igual que él; no, más bien que no podía defenderse de ello sin reclamar lo mismo de los padres de Draco, o pelear entre ellos, Harry lo abrazó, intentando calmarlo.
-Es pasado, Draco.
-No lo es. No si cuando ves la habitación, piensas en unas putas escaleras.
-Aunque agradezco tu indignación, me gustaría más que me dijeras como fui fuerte, y valiente.
-Eso no es ser fuerte y valiente,-susurró Draco-, eso es sobrevivir. Y no deberías conformarte con lo que pasó.
-No lo hago. Ya no.
- Bien, es lo menos que esperaba de ti.
-¿Ese sonido es uno orgulloso de mí?-preguntó alegre.
-No, creo que eres un tonto y deberíamos vengarte, pero que sé que no me dejarás ni siquiera visitar a los muggles y darles su merecido.
-Es ilegal y te puedes meter en problemas. Además, no sabía que me querías tanto.
-Cállate, no es... no es eso. Es solo... Lamento haberme burlado tanto de ti. Lo siento-respondió respondiendo el abrazo.
Harry asintió.
-Está bien. Ya no importa, es pasado.
-No vas a convencerme con ese juego de palabras de olvidar lo de la carta y las escaleras.
-Creí que te resultaría divertido, de saber que te enojarías no lo hubiera mencionado.
-¿Cómo demonios eso es divertido para ti? ¿Esperaba que me riera?
-Esperaba que me conocieras un poco más.
-Bien. Conóceme un poco más. Me divierte vengarme. Soy un libre creyente del ojo por ojo y diente por diente.
Harry rió.
-Gracias por compartir eso. Volviendo a las habitaciones, bien, la sala es linda, pero no satisfactoria para ti. Es difícil impresionarte, Draco. ¿Qué debería hacer o tener para verte impresionado?
-¿Quieres impresionarme?-preguntó él. -Ya lo has hecho varias veces.
-¿De verdad?
-Me sorprende tu capacidad de convencimiento y tu terquedad. Mira que dejar mi amada casa para vivir contigo. No tenemos ni una ventana, Potter. Este lugar es de lo más estresante del mundo.
-Podemos conseguir una pintura. O aprender el hechizo del comedor.
-Mira, me sorprende tu inteligencia.
Harry lo miró con un puchero.
-Ahora te estás burlando.
Draco sonrió de lado.
-¿Qué quieres oír, Harry?-preguntó tomando su rostro con la punta de un dedo.-¿Quieres oír lo increíble que te veías en cuatro grado, peleando con el dragón? ¿O montando un hipogrifo? ¿O que te diga lo bien que te ves en tu uniforme de quidditch?
Harry se sonrojó.
-Si-susurró... y Draco lo soltó y rió.
-Pues déjame decirte que te odiaba tanto en ese entonces que solo quería que te cayeras.
Harry bufó.
-Creí que teníamos un momento de pareja, que estabamos llegando a algo.
-Burlarme de ti es un momento de pareja. Se le llama coqueteo. ¿Y a qué querías llegar con exactitud? Realmente creo que avanzas demasiado rápido en las relaciones. Apenas fuimos amigos, ya querías una relación romántica.
-¿Me estás coqueteando?-se sonrojó Harry.- ¿Y qué más da si es rápido?-se quejó.- Ya estamos casados.
-Mira que eres tonto. Sé que no tengo mucha experiencia, pero si no fueras tan lento hubieras reconocido los halagos.
Harry sacudió su cabello.
Draco estaba volviendo a lo suyo, cuando Harry tomó su mano.
-Draco.
-¿Qué quieres, Harry?-casi susurró.-Dílo directamente.
-Quiero un beso-respondió Harry.-¿Puedo tenerlo?
-Si-Respondió Draco y Harry juntó sus labios lentamente. Casi delicadamente. Empezó a moverse, y sintió el nerviosismo de Draco y su propio nerviosismo. Sintió a Draco tomar su hombro y él mismo tomó la cintura del rubio, haciendo más firme el beso. Apenas duró unos minutos, pero Harry se sintió orgulloso de sí mismo.
Se separaron, y se sonrieron. Ambos con las mejillas sonrojadas.
-Ahora estoy impresionado.
Harry rió.
-Puedo impresionarte más. Solo necesito la oportunidad.
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-¡Draco!
El grito de Parkinson hizo sonreír a Draco, y recibió la bienvenida con alegría. Especialmente cuando ella lo llamó a su mesa. Tomando la mano de Harry, Draco caminó con confianza hacia sus amigos. Podía sentir el titubeo de Harry, así que lo miró con una sonrisa antes de guiarlo.
-¡Harry! - fue al mismo tiempo el grito de Ron, y Harry le sonrió en disculpas, siguiendo a su esposo. Las personas cercanas rápidamente se dieron cuenta y empezaron a murmurar de su llegada. Como cada vez que era el centro de atención, Harry no pudo evitar tensarse; hasta que Draco volteó hacia él y le sonrió.
-Querías un buen matrimonio-sonrió el dulcemente mientras susurraba-eso significa llevarte bien con Pansy. Es mi mejor amiga.
-Lo sé-frunció el ceño Harry. -También sé que quería ser tu prometida.
-Cosa que ya no es posible.
-¿Tú no la besaste a ella, verdad?
Draco rió.
-Eres tan divertido... tú, Harry Potter eres la persona más celosa que he reconocido. Tus celos están injustificados. Pansy es una chica de negocios, ahora que el matrimonio está fuera de la escena, intentará casar a nuestro hijo o hija con alguno de ella. Te agradará, puede ser un poco perra, pero la amo por ello.
Harry intentó no mirar a Draco como si estuviera loco.
-No respondiste.
-La besé, por supuesto. Luego del baile de navidad y unas veces más. Nada tan duradero como tu relación con la comadrejilla.
Harry hizo un sonido inconforme.
-¿Y bien? ¿Lo haremos?
-¿Qué cosa?
-Casar a uno de nuestros hijos con los de Pansy.
Draco se tropezó.
-¿Más de uno?
-¿No te parece bien? Uno para cada casa.
-Si, me gustaría-respondió con un sonrojo ligero, sin mirarlo y Harry apretó su mano ligeramente en respuesta.- Pero realmente avanzas demasiado rápido, como dije. Apenas nos besamos-susurró más para sí mismo que para Harry.
-Bien, es un poco solitario ser hijo único.
Draco lo miró levemente, pensando que él fue hijo único. Harry estuvo solo por completo.
-Hablaremos luego de ello. Hola Pansy. -Saludó Draco y Pansy besó su mejilla.
-Mira a quien trajiste, Draco- se burló Pansy- al nuevo señor Malfoy. ¿Cómo pasaron su luna de miel?
Harry se sonrojó, pero Draco rodó los ojos.
-Mejor de lo que pensábamos, y si lo que estás preguntando es si ya hay otra generación Malfoy, Potter o Black en camino, la respuesta es no. Solo decoramos la casa, sé que te gustó, te diré donde compré las alfombras.
Ella sonrió satisfecha.
-Bien. Aún debes terminar la escuela con una gloriosa figura, para las fotos.
-¿Por qué asumes que seré yo quien pierda la figura?
-Oh, vamos-rió ella. -Quizá porque Potter te mira como si quisiera saltar sobre ti.
Harry se sonrojó de nuevo.
-¿Pero qué podíamos esperar de un león? Nada disimulado. No me sorprendería si de pronto estuvieras en el centro de la manada de leones, siendo devorado,-se burló haciendo un gesto de garras.-Draco rió, contra su voluntad- Pero ya hablando seriamente, si fuera tú, tendría cuidado, solo mira la forma en que te mira la comadrejilla. Aún no es el momento para mostrar superioridad.
Draco asintió, Harry volteó.
-¡Por Merlín, Potter! No voltees-siseó Draco. Pansy rió.
-Realmente necesitas enseñarle sutileza. Ahora, Potter. ¿Vivirás en nuestra casa, o él va a mudarse?
-Tenemos habitaciones propias.
Pansy sonrió de lado.
-Suena increíble.
-Lo sé. Es muy espaciosa.
-Imagina todo lo que se puede hacer en habitaciones propias, sin molestar a nadie.
Harry lo miró confundido. Draco se tapó el rostro con cansancio.
-Pansy Parkinson, basta.
Ella rió.
-¿Sus horarios cambiaron?
-No.
-Supongo entonces que eres nuestro hasta la cena, ¿no es cierto?
-Si.
-No pongas ese rostro inconforme, Potter.-Respondió ella con una sonrisa.-Ahora es tu turno de trabajar. Estarás tan ocupado, que ni verás el día pasar.
-¿Mi turno?
-Draco ha remodelado tu casa, y le ha dado orden a tus negocios. La parte interna de tu Casa se ha equilibrado. Ahora viene la externa, y tu parte. La sociedad. ¿Ves toda la gente en esas tres mesas? Tu trabajo es hacer que esas tres mesas y la sociedad entera empiecen a darle su lugar a tu esposo. A respetar su nueva posición social. ¿Me equivoco al decir que piensan mantener este matrimonio? ¿O esas miraditas que intercambian los contradicen?
Draco se sonrojó esta vez. Harry, sin embargo, sonrió.
-Lo haremos. Permaneceremos casados.
-Si, eso supuse. Y Potter-dejó de sonreír-Mantente alejado de Ginevra, o tendré tus pelotas en mi tenedor para la cena. Esta advertencia se renueva todos los días, hasta tu muerte, cosa que estoy segura se puede arreglar, eventualmente. Y créeme, no quieres ser mordido por varias serpientes mientras duermes, o te distraes. Porque todos lo hacen Potter, todos.
Harry la miró retador, cosa que no asustó a Parkinson, porque siguió sonriendo. La mirada de Harry se mantuvo firme, aunque sentía que la de Pansy era más fuerte. Lo entendió cuando notó que no solo era la mirada de Pansy, sino que era su mirada apoyada por la de más personas. Fue entonces que Harry se percató que, a pesar de estar en silencio, y no mirarlos mientras platicaban, ahora la atención de varios Slytherins estaban sobre él.
Era una advertencia clara.
Miró a Draco, quien sonreía de lado. Era una sonrisa nada amistosa, confiada, e incluso arrogante. Tan parecida a los años anteriores, que incluso la odió.
-¿Te lo dije, no es así? Cada quien administra sus asuntos, pero también formamos parte de una sociedad.
Ante tal muestra de unión, Harry no pudo evitar recordar la canción del sombrero.
O tal vez en Slytherin harás tus verdaderos amigos. Esa gente astuta utiliza cualquier medio para lograr sus fines.
-Bienvenido a Slytherin, Harry.
