Capítulo 5. Pociones y castigos.
- Hola, Severus. - Buenas tardes, Albus. - Verás, quería comentarte una cosa. ¿Podrías venir a mi despacho?
Severus puso cara de fastidio, al fin y al cabo, aún no había terminado de corregir los trabajos de sus alumnos, pero siguió al director sin rechistar hasta su despacho. Entraron y se sentaron.
- Bien, verás, es sobre una alumna tuya, la señorita Eld- Dyr.
Severus miró interrogante al director.
- Ya ha pasado casi un mes desde que empezó el curso y parece que se las ha apañado para tener en contra suya a todo Slytherin. Siempre está sola, metida en la biblioteca o estudiando en una de las clases vacías. No sale por no cruzárselos. No es bueno para una joven el estar así.
- Me había dado cuenta, los chicos no la hablan, e intentan fastidiarla todo lo que pueden. Ella pasa de todos ellos, lo que les enfurece aún más. Sin embargo, hay algo raro en esa chica.
- ¿Sí?
- Es como si hubiera una amenaza latente en ella. Cuando la molestan, puede llegar a ser realmente oscura. Ha tenido varios enfrentamientos bastante fuertes con el señor Malfoy. Éste incluso intentó echarle polvos del amor en la bebida. Además, es demasiado soberbia, no se achanta ante nada ni ante nadie, conmigo es especialmente descarada. ¿Quién es? Su apellido no me suena.
- Sólo puedo decirte que sus padres eran magos, y que proviene de una familia de antiguos magos muy importantes. He de pedirte que la vigiles, para, ya sabes, evitar que los Slytherin le hagan algo, aunque no creo que puedan.- Sev asintió- Por cierto, quería comentarte otra cosa. No he encontrado un profesor de DCAO, así que me preguntaba si... te gustaría dar esa clase a los alumnos de sexto y séptimo. Yo daré el resto de clases.
Severus abrió los ojos como platos. ¡Por fin! Llevaba muchos años detrás del puesto de profesor de DCAO. No es que no le gustara dar Pociones, si no que siempre había preferido las Artes Oscuras. Aceptó y salió del despacho después de que el director le diese las instrucciones necesarias.
Una vez fuera no pudo evitar exclamar:
- ¡¡¡¡¡Sí!!!!!
El director le oyó y una gran sonrisa apareció en su rostro.
***************************************
Harry, Ron y Hermione se encontraban en la biblioteca. No por gusto de los dos chicos, pero Hermione les había pedido que la ayudaran a buscar en los libros de magia antigua una cosa que le llevaba rondando por la cabeza casi un mes. En una de las mesas vieron a Beatriz sentada haciendo sus tareas. Sabían que Malfoy le había declarado la guerra después de una discusión muy fuerte porque ella había vuelto a ayudar a Neville. Hermione vio que el libro que precisamente estaba buscando lo tenía la chica. Se lo dijo a sus compañeros y se dirigió hacia ella, siendo detenida por un cabreado Ron.
- ¿Pero qué haces?
- Ir a pedirle el libro.- dijo una asombrada Hermione.
- ¿Vas a hablar con ella?
- Pues claro.
- ¡Es una Slytherin!
- ¿Y?
- ¿Cómo que y? ¡Vas a hablar con una serpiente!
- Pero ella no es como los demás, ¿o es que no te has enterado?
- Chicos, no creo que sea el momento de... – Intentó mediar Harry sin conseguirlo.
- Sigue siendo una Slytherin, halla ayudado a Neville o no.
- ¡Eres un cabeza cuadrada, lo sabías! Para vuestra información, ella fue la chica que nos ayudó en el Callejón Diagon, la que dejó fuera de combate a los mortífagos.
- ¿?????- Ron no podía articular palabra.
- ¿Hablas en serio?- Harry no podía creerlo, pero algo en su mente le decía que era cierto.
- Totalmente.- contestó la chica, aún algo enojada. – Así que voy a hablar con ella, quieras o no.- Y decidida, se acercó a la chica. Ésta la sintió llegar y levantó la vista.- Perdona, pero ¿me podrías dejar ése libro un momento si no lo estás utilizando? Es que tengo que buscar una cosa y la señora Pince me ha dicho que es el único libro de Magia Antigua en el que viene.
- ¡Claro! Cógelo, yo ya he terminado con él. ¿Qué estás buscando?
- Ahora o nunca- pensó Hermione.- Bueno, buscaba cómo los magos antiguos hacían magia con las manos, sin ayuda de varita.
La joven puso una cara impasible y una expresión indescifrable. Si se dio por aludida, no lo demostró.- Busca lo que necesites.
Así lo hicieron, aprovechando para entablar conversación con ella. Cuando se hizo la hora de cenar recogieron sus cosas, y se iban a ir cuando Hermione le dijo:
- ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Bajas a cenar?
Creo que bajaré luego, cuando los de mi casa se hayan ido, creo que sabéis que no nos llevamos precisamente bien, y prefiero evitar problemas.
- ¿Por qué no vienes con nosotros? Puedes sentarte en nuestra mesa y cenar sin preocuparte por ellos.- propuso Harry
- ¿Lo dices en serio?
- Pues claro que sí – contestó Hermione, echándole una mirada de advertencia a Ron, quien ya abría la boca para protestar.
Me encantaría.-contestó. Y contentos bajaron al Gran Comedor.
Al entrar, toda la mesa de Slytherin se volvió, y las miradas de odio se acentuaron cuando la vieron sentarse con los tres en la mesa de Gryffindor. Los alumnos de esta casa se pusieron a hablar animadamente con ella, y Beatriz sintió que por primera vez desde que llegó al colegio, se sentía a gusto.
Desde que la había visto entrar por la puerta, no había podido dejar de mirarla, y de ver cómo se reía con sus mayores enemigos: Harry, "el niño que vivió", Hermione, la "sangre sucia" y el pobretón del Weasly. ¡Malditos todos ellos! ¡Y maldita ella! Acababa de dejar a la casa Slytherin por los suelos, pero esta afrenta la pagaría muy caro. No pudo evitar levantarse, seguido, cómo no, por sus dos gorilas, Crabbe y Goyle, y acercase a la mesa de Gryffindor donde estaban sentados.
- Vaya, vaya, vaya, mira lo que tenemos aquí, una traidora.
- Piérdete Malfoy, hoy no estoy de humor.
- De verdad que no se como has podido caer tan bajo.
- ¿Bajo? Tú si que has caído bajo, juntándote con esos dos gorilas. – Harry no pudo evitar meterse.
- Cállate, Potter, esto no va contigo. Si crees que puedes hacernos esto y salir impune, estás muy equivocada. Yo que tú tendría cuidado, no sea que al doblar una esquina te encuentres con una sorpresa.
- Yo que tú tendría cuidado, Malfoy, no sea que una "serpiente" te visite mientras duermes, y algo malo te vaya a pasar- Dijo poniéndo la voz más inocente que pudo.
- Ahora, además de sangres sucias y pobretones te juntas con traidores, Potter, igual que tus papaítos, ten cuidado de no acabar como ellos.- Beatriz sujetó a Harry, mientras Hermione y Neville sujetaban a Ron, quien se abalanzaba dispuesto a hacerle pagar a Malfoy todas sus palabras
- Chicos, terminemos de cenar, no merece la pena seguir hablando con él. – Dijo la joven, volviéndose a sentar.
- Sí, sobre todo si habla el viento, pero, permíteme una cosa, Malfoy, ¿sigue tu madre con esa expresión de estar oliendo mierda?- Y con una reverencia se sentó dándole la espalda.
- ¡¡No te metas con mi madre, Potter!! – contestó éste mientras sacaba su varita y apuntaba con ella a Harry.- ¡Cruset!
Severus entraba en ese momento en el Gran Comedor y advirtió el revuelo formado en la mesa de Gryffindor. Oyó la maldición lanzada por Malfoy, pero no le dio tiempo a intervenir, sólo vio un rayo rojo que salía de la varita del chico y que iba directo hacia Harry, mientras éste se daba la vuelta.- ¡Mierda!- pensó, corriendo hacia ellos, ahora que la gente se apartaba aterrorizada sin orden ni concierto. La maldición Cruset no estaba prohibida, a pesar de ser una maldición oscura, pero ya no se usaba, sólo los mortífagos la seguían utilizando por su parecido con la maldición Cruciatus, aunque la primera no era letal, y sólo producía dolor de baja intensidad.
Cuando se acercó, no pudo evitar sorprenderse de la escena que contemplaban sus ojos. Malfoy, con la boca abierta por la impresión y con la mano aún levantada empuñando la varita, Harry a medio volverse, Ron y Hermione mirando alucinados a Beatriz, y ésta... Bueno, ella estaba entre Hary y Malfoy, con el brazo extendido y la palma levantada. Una bola de color rojo fuego se movía en ella. ¡Había parado el hechizo con sus manos!
- Bonito color rojo, Malfoy.- dijo refiriéndose a la bola de fuego.- ¿Sabes? No me gusta la gente que ataca a los demás por la espalda, no está bien, no es honorable. – Y levantando el brazo sopló encima de la bola, haciendo que se disolviera y cayera al suelo en forma de brillantina de color rojo.
Severus se terminó de acercar, mientras llegaban Dumbledore y McGonagall.
- Vengan los cinco a mi despacho.- dijo el director con cara de pocos amigos. Profesor Snape, profesora McGonagall, acompáñennos, por favor.
Todos fueron hasta el despacho, entraron y se sentaron, mientras los tres profesores se quedaban de pie. Dumbledore se sentó en su sillón y miró a los cinco alumnos por encinma de sus gafas de media luna.
- He de decirles que estoy muy descontento con ustedes cinco. Nunca creí que llegarían a comportarse de esa manera. Su actuación deja mucho que desear, así como el comportamiento de ustedes dos desde que comenzó el curso.- Dijo refiriéndose a Beatriz y a Malfoy.
- Pero... – intentó explicar la joven.
- No me cuente nada, señorita Eld- Dyr.- dijo Dumbledore. Los cinco mantuvieron la cabeza gacha, esperando una reprimenda que, sin embargo, no llegó.- Los castigos serán impuestos por los respectivos jefes de sus casas. Ahora, váyanse cada uno a su sala común.
Se levantaron y salieron dócilmente por la puerta. Harry, Ron y Hermione se fueron con McGonagall, y Draco y Beatriz se marcharon con Severus, que les guió hasta la entrada a su sala común. Una vez allí, les dijo que se fueran a dormir y que al día siguiente les pondría los castigos. No pudo evitar notar la mirada de enfado que le dirigió la chica.
- ¿Pasa algo, señorita Eld- Dyr?
- Es que no entiendo por qué me castigan si lo único que hice fue evitar que ése le hiciera daño a un alumno.
- Creo que debería mostrar más respeto a los miembros de su casa.
- Creo que lo haré el día que los cerdos vuelen.
No se olvide, señorita, que está en una escuela de magia. Todo es posible.
-Sí, pero la naturaleza no es tan estúpida como algunos profesores- dijo con voz inocente.
Draco asistía asombrado al intercambio de frases entre su compañera y el jefe de su casa. Si hubiese sido él, hace mucho que Snape hubiera montado en cólera. ¿Qué diablos pasaba?
- No quisiera tener que quitarle puntos a su casa, señorita Eld- Dyr, así que no me provoque. Ahora, entren los dos y váyanse a dormir.
Una vez dentro, cuando Severus ya no podía oírles, Malfoy le susurró a la joven:
- Me las pagarás.
- Yo también te quiero, Malfoy. Buenas noches.- respondió, bostezando como una gatita mientras subía las escaleras.
A la mañana siguiente, la joven se despertó al escuchar ruido en su habitación. Eran Pansy y Millicent vistiéndose. Se levantó bruscamente y miró el despertador. ¡Eran las 7:30! Rápidamente se fue a la ducha y alió vestida, cogiendo precipitadamente sus cosas antes de bajar las escaleras como un bólido, haciendo que los alumnos de su casa que estaban en la sala común se apartasen asustados.
A la entrada del gran comedor se encontró a los tres Gryffindors que miraban sonrientes un panel de mensajes que había aparecido en el vestíbulo, a la entrada del Gran Comedor.
Se avisa a todos los alumnos que se ha oficializado el grupo de DA. Éste dará su primera clase el Viernes a las 19:00 horas, después de finalizado el período escolar, en el aula situada en el séptimo piso, frente al tapiz de Barnabás el Bárbaro siendo aporreado por los trolls. A quellos alumnos que deseen continuar en él y los que deseen inscribirse, deberán dirigirse a la profesora McGonagall.
Atentamente
Profesora Minerva McGonagall
-¿Un grupo de DA? ¿Qué es eso?- preguntó la joven.
-Es un grupo que formamos el año pasado para luchar contra Voldemort y sus seguidores.- No pudieron evitar ver el escalofrío que recorría a la chica.- ¿Estás bien?- preguntó Harry.
- Sí, ha sido el oirle mencionar, nada más.
- Lo siento, a partir de ahora será quien tu sabes.- dijo el chico apenado.
- No Harry.- respondió ella muy seria.- A las cosas hay que llamarlas por su nombre. Y él es Voldemort, no quien tú sabes. Y ahora... ¿me contáis lo del grupo de DA?
Y hablando animadamente entraron en el Gran Comedor y Beatriz se volvió a sentar en la mesa de Gryffindor, arrancoando nuevas miradas de odio por parte de Slytherin. En un momento dado, Severus se acercó a ella.
- Señorita Eld- Dyr.
- Sí, profesor.
- Su castigo será esta tarde a las 19:00 en mi despacho. Sea puntual.
- Muy bien. ¿En qué consistirá el castigo?- Severus no salía de su asombro ante el desparpajo de la chica.
- Ya lo verá.- Y con un furioso frufrú de su capa, salió del Gran Comedor.
Nuevamente tenían clase de Pociones. Los cuatro corrían por los pasillos y las escaleras.
- Rápido o nos quitará puntos.
Consiguieron llegar justo cuando los últimos alumnos entraban por la puerta.
- Juradme que la próxima vez que Hagrid nos pida que le ayudemos a recoger, le diremos que no.- dijo Ron respirando atropelladamente.
- Vamos, Ron, no seas quejica, si sabemos que te encanta.- respondió Hermione en voz baja.
Cada uno se dirigió a su mesa. La clase comenzó y empezaron a hacer una nueva poción escrita en la pizarra. Otra vez se pusieron en grupos de tres y otra vez Beatriz y Neville se quedaron solos. Nuevamente la joven terminó antes que sus compañeros. Miró a Neville, que se retorcía las manos viendo como su caldero burbujeaba sospechosamente. Pero esta vez fue Hermione la que le arregló la poción a Neville, cruzando una mirada de inteligencia con la joven.
Lo malo fue que esta vez los tres Gryffindor estaban cerca cuando Snape pasó haciendo la ronda.
- ¡ 25 puntos menos por cada uno de ustedes por ayudarle a hacer la poción!
- Pero...-intentó protestar Ron.
- ¡15 puntos menos, Weasley!- Harry le dio una patada por debajo de la mesa para que cerrara la boca.
Severus ya se las prometía felices cuando oyó una voz detrás de él.
- Profesor Snape.
Se dio la vuelta.- ¿Sí?- Pero ni en sus peores pesadillas hubiera soñado lo que oyó a continuación.
- Ellos no tienen la culpa, he sido yo.
-¿Qué?- atinó a balbucir.
- Lo confieso, he sido yo quien ha ayudado a Neville.- Dij poniendo carita de no haber roto o nunca un plato.
- ¿Cómo?
- Muy fácil, su poción burbujeaba, así que le eché...
- ¡¡¿CÓMO HA DICHO?!!
En la clase todos contenían la respiración y se podía oír el vuelo de una mosca.
- Lo que ha oído- continuó ella con expresión burlona.- Así que creo que los 25 puntos me los debería de quitar a mí.
- ¿Pretende que le quite puntos a Slytherine, su propia casa?.- Su voz bajó peligrosamente. Nunca los a lumnos habían visto al profesor tan alterado. Sus ojos echaban chispas y parecía a punto de abalanzarse sobre la joven. Sin embargo, ella estaba totalmente serena, y su voz no denotó ningún temor cuando respondió.
- Es lo justo, ¿no cree?
- ¿Pretende decirme cómo tengo que dar mi clase?
Ella se quedó en silencio sin dejar de mirarle a los ojos. Mmmm, ¡qué ojazos!
- Tiene un descaro poco saludable. Su castigo se ampliará una semana. Ahora, recojan sus cosas y salgan de aquí, la clase ha terminado.- dijo volviéndose al resto de alumos. Éstos no se hicieron de rogar. Beatriz recogió, y cuando estaba en la puerta, se volvió.
- ¿El lunes que viene también está incluido en el castigo?
-¡VÁYASE!- Contestó Severus, agarrando uno de los frascos de cristal que estaban sobre su mesa y tirándoselo. Pero Beatriz fue más rápida y cerró la puerta, contra la que se estrelló el bote, rompiéndose y dejando que las tripas de lagarto acuático que contenía se deslizaran viscosamente por la puerta. La joven volvió a abrir. Miró las tripas y no pudo evitar comentar:
- Mala puntería, profesor, yo que usted practicaría un poquito más.
- ¡¡¡¡¡¡FUERA!!!!!!
Volvió a cerrar la puerta, ésta vez susavemente, y se fue hacia las escaleras, donde Harry, Ron y Hermione la esperaban y desde donde lo habían oído todo.
- Emmm...- empezó Harry.- ¿Crées que es bueno que le cabrees de ese modo? Lo digo porque tengo experiencia, a mí me odia, y puede ser realmente desagradable cuando se lo propone.
- Yo también.
- No voy a negar que me haya alegrado que alguien le haya plantado cara a Snape por una vez, pero... ¿no crees que te has pasado?- dijo Hermione.
- En absoluto. Estoy hasta las narices de que me trate como si fuera idiota.
- Allá tu, pero es como jugar con fuego.
- ¡Harry, Hermione, no seáis aguafiestas! Dejadme que grabe en mi memoria la imagen de un Severus Snape perdiendo completamente los papeles. Sí... Ya está. Dijo con una expresión complacida.- ¿Vamos a comer?
- Esta tarde tenemos DCAO, y para colmo la da Snape. ¿Qué vas a hacer?- continuó Hermione.
- Asistir, por supuesto.
Harry se dio una palmada en la frente, como recordando algo
- ¿Qué ocurre?- preguntó Ron. El chico sólo dijo una palabra.
- Hogsmeade.
- ¡Es verdad, este sábado es la primera salida a Hogsmeade! No creo que te deje ir.
- No os preocupéis, lo hará.-
- ¿Qué vas a hacer?
- ¿Yooooo?- y con una gran sonrisa traviesa subió las escaleras. – Vamos a comer.
***********************
Severus se paseaba nervioso por su despacho, dando grandes zancadas y tratando de calmar su ira y su agitación. ¿Qué tenía esa chica que le había hecho perder los papeles de esa manera?
- ¡Maldita Slytherin! La odio- murmuró. Pero sabía que no era cierto. No la odiaba, lo que sentía era... ¿respeto? ¿Admiración? ¿o es que era... algo más? Se representó en su mente. Era una joven muy atractiva, lista, inteligente, con carácter, valiente... todo lo que él siempre había buscado en una mujer.
- Pero qué digo.- pensó sacudiendo la cabeza.- Es tu alumna, Severus, ¡por Merlín! Además, no es una mujer, ¡es una cría! Le sacas por lo menos 20 años... ¿Cuántos tiene ella? Dieciséis, y eso contando con que los halla cumplido. Tú tienes 34, así que son... 18 años. Le doblas la edad, podrías ser su padre. Además, ¿no acabas de decir que la odias? Pues eso. Aunque sea ya toda una mujer... ¡Nadie la da derecho a meterse contigo y dejar tu orgullo por los suelos, ni a ponerte en evidencia de esa forma delante de la clase! Ya veremos si esta tarde en clase de DCAO se atreve a abrir la boca. Allí te podrás vengar de ella, y si no, te vengarás en el castigo.
Un grito de furor salió de su garganta.
- Me las pagarás. - Dijo
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Bueno, aquí tenéis el quinto capítulo. Espero que os halla gustado. Como ya os dije, aquí empiezan a tomar forma alguna de las cosas que más tarde ocurrirán. ¿Qué pasará en DCAO? Es posible que Sev descubra algo. ¿Y en el castigo? ¿Podrá Sev vengarse de ella? ¿Cómo reaccionará Beatriz?
Espero que os halla gustado este capítulo, así que ya sabéis, tomatazos, reclamaciones, howlers, maldiciones imperdonables, etc... en los reviews!! Por cierto, ya he cambiado lo de los reviews, así que dejadme uno aunque no estéis apuntados. Porfi...
Ahora, a contesta reviews:
Narua Black: Muchas garacias, niña, por el review!!! Me alegro mucho de que te esté gustando la historia. Como habrás podido ver, en este capi se resuelve una parte muy pequeña de Snape. Por otro lado, sólo te diré que las cosas no son lo que parecen en esta historia. Nadie es tan malo o tan bueno como lo parece. Besitos.
Amsp14: ¡¡Bienvenida!! Me alegro mucho de que te guste la historia, y espero que a partir de ahora te siga gustando. La hija, la hija... ¿Tu qué crees? Sólo te diré que en este mundo toooooodo es posible ( no lo diré muy alto, no sea que alguien nos oiga ;) ) Tú tranquila, que Malfoy va a seguir sufriendo, ya que se seguirá metiendo con ella, pero alguien más va a ayudarla.
Bueno, un saludo a tod@s aquell@s que leéis la historia sin dejarme reviews ( mira que sois malaz personas, con lo que a mí me gustan... fuuuu (suspiro de la autora))
Luna_Kitty_Lovegood
- Hola, Severus. - Buenas tardes, Albus. - Verás, quería comentarte una cosa. ¿Podrías venir a mi despacho?
Severus puso cara de fastidio, al fin y al cabo, aún no había terminado de corregir los trabajos de sus alumnos, pero siguió al director sin rechistar hasta su despacho. Entraron y se sentaron.
- Bien, verás, es sobre una alumna tuya, la señorita Eld- Dyr.
Severus miró interrogante al director.
- Ya ha pasado casi un mes desde que empezó el curso y parece que se las ha apañado para tener en contra suya a todo Slytherin. Siempre está sola, metida en la biblioteca o estudiando en una de las clases vacías. No sale por no cruzárselos. No es bueno para una joven el estar así.
- Me había dado cuenta, los chicos no la hablan, e intentan fastidiarla todo lo que pueden. Ella pasa de todos ellos, lo que les enfurece aún más. Sin embargo, hay algo raro en esa chica.
- ¿Sí?
- Es como si hubiera una amenaza latente en ella. Cuando la molestan, puede llegar a ser realmente oscura. Ha tenido varios enfrentamientos bastante fuertes con el señor Malfoy. Éste incluso intentó echarle polvos del amor en la bebida. Además, es demasiado soberbia, no se achanta ante nada ni ante nadie, conmigo es especialmente descarada. ¿Quién es? Su apellido no me suena.
- Sólo puedo decirte que sus padres eran magos, y que proviene de una familia de antiguos magos muy importantes. He de pedirte que la vigiles, para, ya sabes, evitar que los Slytherin le hagan algo, aunque no creo que puedan.- Sev asintió- Por cierto, quería comentarte otra cosa. No he encontrado un profesor de DCAO, así que me preguntaba si... te gustaría dar esa clase a los alumnos de sexto y séptimo. Yo daré el resto de clases.
Severus abrió los ojos como platos. ¡Por fin! Llevaba muchos años detrás del puesto de profesor de DCAO. No es que no le gustara dar Pociones, si no que siempre había preferido las Artes Oscuras. Aceptó y salió del despacho después de que el director le diese las instrucciones necesarias.
Una vez fuera no pudo evitar exclamar:
- ¡¡¡¡¡Sí!!!!!
El director le oyó y una gran sonrisa apareció en su rostro.
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Harry, Ron y Hermione se encontraban en la biblioteca. No por gusto de los dos chicos, pero Hermione les había pedido que la ayudaran a buscar en los libros de magia antigua una cosa que le llevaba rondando por la cabeza casi un mes. En una de las mesas vieron a Beatriz sentada haciendo sus tareas. Sabían que Malfoy le había declarado la guerra después de una discusión muy fuerte porque ella había vuelto a ayudar a Neville. Hermione vio que el libro que precisamente estaba buscando lo tenía la chica. Se lo dijo a sus compañeros y se dirigió hacia ella, siendo detenida por un cabreado Ron.
- ¿Pero qué haces?
- Ir a pedirle el libro.- dijo una asombrada Hermione.
- ¿Vas a hablar con ella?
- Pues claro.
- ¡Es una Slytherin!
- ¿Y?
- ¿Cómo que y? ¡Vas a hablar con una serpiente!
- Pero ella no es como los demás, ¿o es que no te has enterado?
- Chicos, no creo que sea el momento de... – Intentó mediar Harry sin conseguirlo.
- Sigue siendo una Slytherin, halla ayudado a Neville o no.
- ¡Eres un cabeza cuadrada, lo sabías! Para vuestra información, ella fue la chica que nos ayudó en el Callejón Diagon, la que dejó fuera de combate a los mortífagos.
- ¿?????- Ron no podía articular palabra.
- ¿Hablas en serio?- Harry no podía creerlo, pero algo en su mente le decía que era cierto.
- Totalmente.- contestó la chica, aún algo enojada. – Así que voy a hablar con ella, quieras o no.- Y decidida, se acercó a la chica. Ésta la sintió llegar y levantó la vista.- Perdona, pero ¿me podrías dejar ése libro un momento si no lo estás utilizando? Es que tengo que buscar una cosa y la señora Pince me ha dicho que es el único libro de Magia Antigua en el que viene.
- ¡Claro! Cógelo, yo ya he terminado con él. ¿Qué estás buscando?
- Ahora o nunca- pensó Hermione.- Bueno, buscaba cómo los magos antiguos hacían magia con las manos, sin ayuda de varita.
La joven puso una cara impasible y una expresión indescifrable. Si se dio por aludida, no lo demostró.- Busca lo que necesites.
Así lo hicieron, aprovechando para entablar conversación con ella. Cuando se hizo la hora de cenar recogieron sus cosas, y se iban a ir cuando Hermione le dijo:
- ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Bajas a cenar?
Creo que bajaré luego, cuando los de mi casa se hayan ido, creo que sabéis que no nos llevamos precisamente bien, y prefiero evitar problemas.
- ¿Por qué no vienes con nosotros? Puedes sentarte en nuestra mesa y cenar sin preocuparte por ellos.- propuso Harry
- ¿Lo dices en serio?
- Pues claro que sí – contestó Hermione, echándole una mirada de advertencia a Ron, quien ya abría la boca para protestar.
Me encantaría.-contestó. Y contentos bajaron al Gran Comedor.
Al entrar, toda la mesa de Slytherin se volvió, y las miradas de odio se acentuaron cuando la vieron sentarse con los tres en la mesa de Gryffindor. Los alumnos de esta casa se pusieron a hablar animadamente con ella, y Beatriz sintió que por primera vez desde que llegó al colegio, se sentía a gusto.
Desde que la había visto entrar por la puerta, no había podido dejar de mirarla, y de ver cómo se reía con sus mayores enemigos: Harry, "el niño que vivió", Hermione, la "sangre sucia" y el pobretón del Weasly. ¡Malditos todos ellos! ¡Y maldita ella! Acababa de dejar a la casa Slytherin por los suelos, pero esta afrenta la pagaría muy caro. No pudo evitar levantarse, seguido, cómo no, por sus dos gorilas, Crabbe y Goyle, y acercase a la mesa de Gryffindor donde estaban sentados.
- Vaya, vaya, vaya, mira lo que tenemos aquí, una traidora.
- Piérdete Malfoy, hoy no estoy de humor.
- De verdad que no se como has podido caer tan bajo.
- ¿Bajo? Tú si que has caído bajo, juntándote con esos dos gorilas. – Harry no pudo evitar meterse.
- Cállate, Potter, esto no va contigo. Si crees que puedes hacernos esto y salir impune, estás muy equivocada. Yo que tú tendría cuidado, no sea que al doblar una esquina te encuentres con una sorpresa.
- Yo que tú tendría cuidado, Malfoy, no sea que una "serpiente" te visite mientras duermes, y algo malo te vaya a pasar- Dijo poniéndo la voz más inocente que pudo.
- Ahora, además de sangres sucias y pobretones te juntas con traidores, Potter, igual que tus papaítos, ten cuidado de no acabar como ellos.- Beatriz sujetó a Harry, mientras Hermione y Neville sujetaban a Ron, quien se abalanzaba dispuesto a hacerle pagar a Malfoy todas sus palabras
- Chicos, terminemos de cenar, no merece la pena seguir hablando con él. – Dijo la joven, volviéndose a sentar.
- Sí, sobre todo si habla el viento, pero, permíteme una cosa, Malfoy, ¿sigue tu madre con esa expresión de estar oliendo mierda?- Y con una reverencia se sentó dándole la espalda.
- ¡¡No te metas con mi madre, Potter!! – contestó éste mientras sacaba su varita y apuntaba con ella a Harry.- ¡Cruset!
Severus entraba en ese momento en el Gran Comedor y advirtió el revuelo formado en la mesa de Gryffindor. Oyó la maldición lanzada por Malfoy, pero no le dio tiempo a intervenir, sólo vio un rayo rojo que salía de la varita del chico y que iba directo hacia Harry, mientras éste se daba la vuelta.- ¡Mierda!- pensó, corriendo hacia ellos, ahora que la gente se apartaba aterrorizada sin orden ni concierto. La maldición Cruset no estaba prohibida, a pesar de ser una maldición oscura, pero ya no se usaba, sólo los mortífagos la seguían utilizando por su parecido con la maldición Cruciatus, aunque la primera no era letal, y sólo producía dolor de baja intensidad.
Cuando se acercó, no pudo evitar sorprenderse de la escena que contemplaban sus ojos. Malfoy, con la boca abierta por la impresión y con la mano aún levantada empuñando la varita, Harry a medio volverse, Ron y Hermione mirando alucinados a Beatriz, y ésta... Bueno, ella estaba entre Hary y Malfoy, con el brazo extendido y la palma levantada. Una bola de color rojo fuego se movía en ella. ¡Había parado el hechizo con sus manos!
- Bonito color rojo, Malfoy.- dijo refiriéndose a la bola de fuego.- ¿Sabes? No me gusta la gente que ataca a los demás por la espalda, no está bien, no es honorable. – Y levantando el brazo sopló encima de la bola, haciendo que se disolviera y cayera al suelo en forma de brillantina de color rojo.
Severus se terminó de acercar, mientras llegaban Dumbledore y McGonagall.
- Vengan los cinco a mi despacho.- dijo el director con cara de pocos amigos. Profesor Snape, profesora McGonagall, acompáñennos, por favor.
Todos fueron hasta el despacho, entraron y se sentaron, mientras los tres profesores se quedaban de pie. Dumbledore se sentó en su sillón y miró a los cinco alumnos por encinma de sus gafas de media luna.
- He de decirles que estoy muy descontento con ustedes cinco. Nunca creí que llegarían a comportarse de esa manera. Su actuación deja mucho que desear, así como el comportamiento de ustedes dos desde que comenzó el curso.- Dijo refiriéndose a Beatriz y a Malfoy.
- Pero... – intentó explicar la joven.
- No me cuente nada, señorita Eld- Dyr.- dijo Dumbledore. Los cinco mantuvieron la cabeza gacha, esperando una reprimenda que, sin embargo, no llegó.- Los castigos serán impuestos por los respectivos jefes de sus casas. Ahora, váyanse cada uno a su sala común.
Se levantaron y salieron dócilmente por la puerta. Harry, Ron y Hermione se fueron con McGonagall, y Draco y Beatriz se marcharon con Severus, que les guió hasta la entrada a su sala común. Una vez allí, les dijo que se fueran a dormir y que al día siguiente les pondría los castigos. No pudo evitar notar la mirada de enfado que le dirigió la chica.
- ¿Pasa algo, señorita Eld- Dyr?
- Es que no entiendo por qué me castigan si lo único que hice fue evitar que ése le hiciera daño a un alumno.
- Creo que debería mostrar más respeto a los miembros de su casa.
- Creo que lo haré el día que los cerdos vuelen.
No se olvide, señorita, que está en una escuela de magia. Todo es posible.
-Sí, pero la naturaleza no es tan estúpida como algunos profesores- dijo con voz inocente.
Draco asistía asombrado al intercambio de frases entre su compañera y el jefe de su casa. Si hubiese sido él, hace mucho que Snape hubiera montado en cólera. ¿Qué diablos pasaba?
- No quisiera tener que quitarle puntos a su casa, señorita Eld- Dyr, así que no me provoque. Ahora, entren los dos y váyanse a dormir.
Una vez dentro, cuando Severus ya no podía oírles, Malfoy le susurró a la joven:
- Me las pagarás.
- Yo también te quiero, Malfoy. Buenas noches.- respondió, bostezando como una gatita mientras subía las escaleras.
A la mañana siguiente, la joven se despertó al escuchar ruido en su habitación. Eran Pansy y Millicent vistiéndose. Se levantó bruscamente y miró el despertador. ¡Eran las 7:30! Rápidamente se fue a la ducha y alió vestida, cogiendo precipitadamente sus cosas antes de bajar las escaleras como un bólido, haciendo que los alumnos de su casa que estaban en la sala común se apartasen asustados.
A la entrada del gran comedor se encontró a los tres Gryffindors que miraban sonrientes un panel de mensajes que había aparecido en el vestíbulo, a la entrada del Gran Comedor.
Se avisa a todos los alumnos que se ha oficializado el grupo de DA. Éste dará su primera clase el Viernes a las 19:00 horas, después de finalizado el período escolar, en el aula situada en el séptimo piso, frente al tapiz de Barnabás el Bárbaro siendo aporreado por los trolls. A quellos alumnos que deseen continuar en él y los que deseen inscribirse, deberán dirigirse a la profesora McGonagall.
Atentamente
Profesora Minerva McGonagall
-¿Un grupo de DA? ¿Qué es eso?- preguntó la joven.
-Es un grupo que formamos el año pasado para luchar contra Voldemort y sus seguidores.- No pudieron evitar ver el escalofrío que recorría a la chica.- ¿Estás bien?- preguntó Harry.
- Sí, ha sido el oirle mencionar, nada más.
- Lo siento, a partir de ahora será quien tu sabes.- dijo el chico apenado.
- No Harry.- respondió ella muy seria.- A las cosas hay que llamarlas por su nombre. Y él es Voldemort, no quien tú sabes. Y ahora... ¿me contáis lo del grupo de DA?
Y hablando animadamente entraron en el Gran Comedor y Beatriz se volvió a sentar en la mesa de Gryffindor, arrancoando nuevas miradas de odio por parte de Slytherin. En un momento dado, Severus se acercó a ella.
- Señorita Eld- Dyr.
- Sí, profesor.
- Su castigo será esta tarde a las 19:00 en mi despacho. Sea puntual.
- Muy bien. ¿En qué consistirá el castigo?- Severus no salía de su asombro ante el desparpajo de la chica.
- Ya lo verá.- Y con un furioso frufrú de su capa, salió del Gran Comedor.
Nuevamente tenían clase de Pociones. Los cuatro corrían por los pasillos y las escaleras.
- Rápido o nos quitará puntos.
Consiguieron llegar justo cuando los últimos alumnos entraban por la puerta.
- Juradme que la próxima vez que Hagrid nos pida que le ayudemos a recoger, le diremos que no.- dijo Ron respirando atropelladamente.
- Vamos, Ron, no seas quejica, si sabemos que te encanta.- respondió Hermione en voz baja.
Cada uno se dirigió a su mesa. La clase comenzó y empezaron a hacer una nueva poción escrita en la pizarra. Otra vez se pusieron en grupos de tres y otra vez Beatriz y Neville se quedaron solos. Nuevamente la joven terminó antes que sus compañeros. Miró a Neville, que se retorcía las manos viendo como su caldero burbujeaba sospechosamente. Pero esta vez fue Hermione la que le arregló la poción a Neville, cruzando una mirada de inteligencia con la joven.
Lo malo fue que esta vez los tres Gryffindor estaban cerca cuando Snape pasó haciendo la ronda.
- ¡ 25 puntos menos por cada uno de ustedes por ayudarle a hacer la poción!
- Pero...-intentó protestar Ron.
- ¡15 puntos menos, Weasley!- Harry le dio una patada por debajo de la mesa para que cerrara la boca.
Severus ya se las prometía felices cuando oyó una voz detrás de él.
- Profesor Snape.
Se dio la vuelta.- ¿Sí?- Pero ni en sus peores pesadillas hubiera soñado lo que oyó a continuación.
- Ellos no tienen la culpa, he sido yo.
-¿Qué?- atinó a balbucir.
- Lo confieso, he sido yo quien ha ayudado a Neville.- Dij poniendo carita de no haber roto o nunca un plato.
- ¿Cómo?
- Muy fácil, su poción burbujeaba, así que le eché...
- ¡¡¿CÓMO HA DICHO?!!
En la clase todos contenían la respiración y se podía oír el vuelo de una mosca.
- Lo que ha oído- continuó ella con expresión burlona.- Así que creo que los 25 puntos me los debería de quitar a mí.
- ¿Pretende que le quite puntos a Slytherine, su propia casa?.- Su voz bajó peligrosamente. Nunca los a lumnos habían visto al profesor tan alterado. Sus ojos echaban chispas y parecía a punto de abalanzarse sobre la joven. Sin embargo, ella estaba totalmente serena, y su voz no denotó ningún temor cuando respondió.
- Es lo justo, ¿no cree?
- ¿Pretende decirme cómo tengo que dar mi clase?
Ella se quedó en silencio sin dejar de mirarle a los ojos. Mmmm, ¡qué ojazos!
- Tiene un descaro poco saludable. Su castigo se ampliará una semana. Ahora, recojan sus cosas y salgan de aquí, la clase ha terminado.- dijo volviéndose al resto de alumos. Éstos no se hicieron de rogar. Beatriz recogió, y cuando estaba en la puerta, se volvió.
- ¿El lunes que viene también está incluido en el castigo?
-¡VÁYASE!- Contestó Severus, agarrando uno de los frascos de cristal que estaban sobre su mesa y tirándoselo. Pero Beatriz fue más rápida y cerró la puerta, contra la que se estrelló el bote, rompiéndose y dejando que las tripas de lagarto acuático que contenía se deslizaran viscosamente por la puerta. La joven volvió a abrir. Miró las tripas y no pudo evitar comentar:
- Mala puntería, profesor, yo que usted practicaría un poquito más.
- ¡¡¡¡¡¡FUERA!!!!!!
Volvió a cerrar la puerta, ésta vez susavemente, y se fue hacia las escaleras, donde Harry, Ron y Hermione la esperaban y desde donde lo habían oído todo.
- Emmm...- empezó Harry.- ¿Crées que es bueno que le cabrees de ese modo? Lo digo porque tengo experiencia, a mí me odia, y puede ser realmente desagradable cuando se lo propone.
- Yo también.
- No voy a negar que me haya alegrado que alguien le haya plantado cara a Snape por una vez, pero... ¿no crees que te has pasado?- dijo Hermione.
- En absoluto. Estoy hasta las narices de que me trate como si fuera idiota.
- Allá tu, pero es como jugar con fuego.
- ¡Harry, Hermione, no seáis aguafiestas! Dejadme que grabe en mi memoria la imagen de un Severus Snape perdiendo completamente los papeles. Sí... Ya está. Dijo con una expresión complacida.- ¿Vamos a comer?
- Esta tarde tenemos DCAO, y para colmo la da Snape. ¿Qué vas a hacer?- continuó Hermione.
- Asistir, por supuesto.
Harry se dio una palmada en la frente, como recordando algo
- ¿Qué ocurre?- preguntó Ron. El chico sólo dijo una palabra.
- Hogsmeade.
- ¡Es verdad, este sábado es la primera salida a Hogsmeade! No creo que te deje ir.
- No os preocupéis, lo hará.-
- ¿Qué vas a hacer?
- ¿Yooooo?- y con una gran sonrisa traviesa subió las escaleras. – Vamos a comer.
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Severus se paseaba nervioso por su despacho, dando grandes zancadas y tratando de calmar su ira y su agitación. ¿Qué tenía esa chica que le había hecho perder los papeles de esa manera?
- ¡Maldita Slytherin! La odio- murmuró. Pero sabía que no era cierto. No la odiaba, lo que sentía era... ¿respeto? ¿Admiración? ¿o es que era... algo más? Se representó en su mente. Era una joven muy atractiva, lista, inteligente, con carácter, valiente... todo lo que él siempre había buscado en una mujer.
- Pero qué digo.- pensó sacudiendo la cabeza.- Es tu alumna, Severus, ¡por Merlín! Además, no es una mujer, ¡es una cría! Le sacas por lo menos 20 años... ¿Cuántos tiene ella? Dieciséis, y eso contando con que los halla cumplido. Tú tienes 34, así que son... 18 años. Le doblas la edad, podrías ser su padre. Además, ¿no acabas de decir que la odias? Pues eso. Aunque sea ya toda una mujer... ¡Nadie la da derecho a meterse contigo y dejar tu orgullo por los suelos, ni a ponerte en evidencia de esa forma delante de la clase! Ya veremos si esta tarde en clase de DCAO se atreve a abrir la boca. Allí te podrás vengar de ella, y si no, te vengarás en el castigo.
Un grito de furor salió de su garganta.
- Me las pagarás. - Dijo
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Bueno, aquí tenéis el quinto capítulo. Espero que os halla gustado. Como ya os dije, aquí empiezan a tomar forma alguna de las cosas que más tarde ocurrirán. ¿Qué pasará en DCAO? Es posible que Sev descubra algo. ¿Y en el castigo? ¿Podrá Sev vengarse de ella? ¿Cómo reaccionará Beatriz?
Espero que os halla gustado este capítulo, así que ya sabéis, tomatazos, reclamaciones, howlers, maldiciones imperdonables, etc... en los reviews!! Por cierto, ya he cambiado lo de los reviews, así que dejadme uno aunque no estéis apuntados. Porfi...
Ahora, a contesta reviews:
Narua Black: Muchas garacias, niña, por el review!!! Me alegro mucho de que te esté gustando la historia. Como habrás podido ver, en este capi se resuelve una parte muy pequeña de Snape. Por otro lado, sólo te diré que las cosas no son lo que parecen en esta historia. Nadie es tan malo o tan bueno como lo parece. Besitos.
Amsp14: ¡¡Bienvenida!! Me alegro mucho de que te guste la historia, y espero que a partir de ahora te siga gustando. La hija, la hija... ¿Tu qué crees? Sólo te diré que en este mundo toooooodo es posible ( no lo diré muy alto, no sea que alguien nos oiga ;) ) Tú tranquila, que Malfoy va a seguir sufriendo, ya que se seguirá metiendo con ella, pero alguien más va a ayudarla.
Bueno, un saludo a tod@s aquell@s que leéis la historia sin dejarme reviews ( mira que sois malaz personas, con lo que a mí me gustan... fuuuu (suspiro de la autora))
Luna_Kitty_Lovegood
