Capítulo 7. ¿Quién eres? Revelaciones.
Cuando los tres Gryffindors se enteraron de que su amiga quedaba libre del castigo hasta que Snape volviera, dieron saltos de alegría. Y cuando se dieron cuenta de que esa libertad incluía la primera salida a Hogsmeade dos días después ( pues estaban a jueves) aquello fue tremendo.
La reunión del grupo de DA también fue maravillosa. Cuando llegaron al aula el viernes por la tarde, se encontraron con que la mitad del colegio se había apuntado. La clase la daba Dumbledore sustituyendo a Snape. Los dividieron por cursos y se pusieron a ver que nivel tenía cada uno. Los tres Gryffindors y la joven eran los de mayor nivel, y a nadie le sorprendió cuando Harry y ella hicieron un duelo y quedaron empatados. Todos salieron muy contentos, comentando animadamente los hechizos utilizados mientras bajaban al Gran Comedor para la cena.
Pero antes de entrar, en el vestíbulo, se encontraron con un grupo de Slytherins de séptimo año. Éstos les insultaron y les atacaron cuando sólo quedaban ellos y tres Ravenclaws, que al ver lo que ocurría, entraron a pedir ayuda. Pero entre Harry y Beatriz consiguieron pararles los pies. Sin embargo, en ese momento llegaron Malfoy y sus gorilas, que atacaron a Beatriz por la espalda. Ésta los sintió llegar y consiguió apartarse a tiempo. Totalmente enfurecida y fuera de control, se encaró con Malfoy.
- Ya te dije en una ocasión que no me gusta que la gente me ataque por la espalda.
Malfoy sonrió burlón.- ¿Y qué vas a hacer, ponerte a llorar?- Esa fue la gota que colmó el vaso.
Pronto, todos pudieron ver cómo los ojos de la chica cambiaban de color y se volvían rojo sangre. Los alumnos que se habían congregado en el vestíbulo al ver la pelea retrocedieron asustados. De repente, Malfoy se echó las manos al cuello, como si le faltara el aire. Se fue poniendo cada vez más rojo, mientras intentaba respirar y hacía aspavientos con los brazos al no conseguirlo e irse quedando sin aire.
- ¿Ves, Malfoy, lo que pasa por ser tan bocazas? Te estás ahogando sin remedio. Te aviso una cosa, cuantos más intentos hagas por respirar, antes te quedarás sin aire.- dijo con una extraña voz aflautada, sin ninguna inflexión en el tono de voz. Parecía que realmente estaba disfrutando de ello.
-¡BEATRIZ, DÉJALO YA!- Bramó Dumbledore desde la puerta del comedor
Al oír al director, ella salió de repente de la especie de trance en el que estaba sumida y miró sorprendida a Malfoy, que ahora respiraba a grandes bocanadas, pero dándose cuenta de que, extrañamente, tenía el aire que necesitaba y que la sensación de ahogo había desaparecido de repente. Miró a la joven asombrado. Ésta, al darse cuenta de lo que había hecho, se desmayó.
Despertó el Sábado en su habitación, y tras disculparse con Malfoy y este hacerla la pelota, por la cuenta que le traía, subió al Gran Comedor a desayunar, donde se encontró con los tres Gryffindor. Constataron que se encontraba en perfectas condiciones, así que encararon el Sábado con gran satisfacción. Pasaron el día en Hogsmeade, enseñándole todos los lugares interesantes: Honeydunkes, Las Tres Escobas...
Por la tarde volvieron al castillo, y después de cenar se fueron agotados a la cama, no sin que antes Dumbledore anunciara que se haría un baile de disfraces el día de Halloween. La única condición que puso en el tema de los disfraces es que las personas tenían que ser totalmente irreconocibles. Comentaron de qué se podría vestir cada uno y se fueron a dormir.
**************
Esa misma noche, un grupo de mortífagos se encontraban reunidos en una gran sala excavada en la roca, formando un semicírculo delante de su señor, sentado en un sitial de piedra, con una serpiente a su lado.
- Adelántate.- Ordenó señalando a uno de los mortífagos. Éste lo hizo, situándose en el centro.- Todo este tiempo la hemos estado buscando y resulta que estaba en Hogwarts. ¡En Hogwarts, con Dumbledore, bajo la tutela de ese maldito loco! ¿Cómo ha podido ocurrir?- rugió.
Los hombres se miraban unos a otros aterrorizados bajo sus máscaras.
- Sois un atajo de imbéciles. Os habéis dejado engañar por una niña, una cría de 16 años, ¡por Merlín! Se supone que sois unos mortífagos bien entrenados, no un atajo de burros estúpidos.- siguió despotricando el señor oscuro.- Pero tú...- dijo refiriéndose al mortífago que tenía delante.- Tú... eres el peor de todos.
- Mi señor, yo...
- Tú... –dijo bajando peligrosamente la voz.- Tú..., todo este tiempo la has tenido bajo tus narices, tú, en tu propia casa, en Slytherin, y no has sido capaz de darte cuenta...
- No sabía que era ella, yo...- dijo el encapuchado, cayendo de rodillas.
-¡Dejadnos solos!- ordenó Voldemort. El resto de mortífagos obedecieron.- Severus, parece que nunca te enteras de nada, a este paso voy a terminar pensando que eres un traidor. – Dijo fulminándole con la mirada, muy enfadado.- Si no fuera por todos los servicios que me has prestado...
- Mi señor, no volveré a fallaros...
- Eso espero, por que si no, morirás. Te encargo que la vigiles, no me falles esta vez. Pero como dicen que la letra con sangre entra, y tú me has decepcionado mucho...- levantó la varita- ¡Crucio!
Severus sintió un intenso dolor que se extendía por todo su cuerpo, haciéndole casi perder el sentido. Nunca había visto al Señor Oscuro tan cabreado. Desde luego, este era el peor crucio que recibía en su vida. Sin saber por qué, se puso a pensar en la clase de DCAO que había dado días antes, y en las palabras de la joven. De pronto, sintió como si alguien se colase suavemente en su cuerpo y en su mente, y el dolor se atenuó. Voldemort siguió torturándolo salvajemente durante otra hora, hasta que el hombre no pudo aguantar más y se desmayó.
**************
Lejos de allí, en el colegio, en Hogwarts, Beatriz se despertó sobresaltada, temblando incontrolablemente, con un dolor inmenso en todo el cuerpo. Se puso de pié como pudo, y controlando las ganas de devolver, fue al baño, devolviendo la cena en uno de los retretes. Tiró de la cadena y se enjuagó la boca en uno de los lavabos, y con el agua se fue un hilillo de sangre. Al incorporarse para mirarse en el espejo, un tremendo mareo la hizo agarrarse al lavabo, pero no pudo evitar desmayarse, cayendo al frío suelo de piedra.
**************
En la otra punta del castillo, Harry se despertó con la cicatriz ardiendo. Había vuelto a soñar con Voldemort, pero esta vez éste estaba torturando a su profesor de Pociones y se encontraba especialmente furioso. Luchó entre ir en ese mismo instante a ver a Dumbledore o contárselo por la mañana después del desayuno. Al final ganó la última opción, ya que pensó que Dumbledore no podría hacer nada por ayudar a Snape, y Voldemort aún no le había descubierto.
**************
La mañana siguiente, Pansy fue la primera en despertarse. Miró hacia la ventana y se extrañó al ver la cama de Beatriz deshecha y revuelta, pero aún se extrañó más al ver unas sospechosas manchas rojas por toda la cama. Despertó a Millicent y, mientras ésta se levantaba, fue al baño. Al entrar, no pudo evitar un grito de terror al ver a Beatriz tirada en el suelo boca abajo, cerca de los lavabos, con todo el cuerpo lleno de cortes, moratones y magulladuras, y pequeños charcos de sangre a su alrededor y en su camisón blanco. Al oír el grito, Millicent entró en el cuarto de baño y se llevó las manos a la boca al ver lo ocurrido. Entre las dos le dieron la vuelta a la joven y trataron de reanimarla, pero no lo conseguían.
- Voy a pedir ayuda.- Dijo Millicent, y salió corriendo escaleras a bajo.
Beatriz despertó al notar que alguien intentaba hacerla tragar un líquido caliente con un sabor asqueroso. Abrió lentamente los ojos, molesta por la claridad de la sala, y se encontró tirada en el suelo de piedra de los lavabos, recostada sobre Malfoy, que intentaba hacerla tragar el líquido de un botecito negro que tenía entre sus manos. Intentó apartarse, pero no pudo moverse y un gemido de dolor salió de entre sus labios. Todo el cuerpo le dolía horrores y sentía la cabeza a punto de estallar.
- Estate quieta y no te muevas.- dijo Draco.- Si quieres ponerte mejor, tienes que tomarte esto.- Ella le miró y asintió levemente con la cabeza. Una vez que se lo hubo tomado, una especie de calor se extendió por sus músculos, atenuando su dolor.- ¿Mejor?- preguntó el joven. Ella volvió a asentir y con su ayuda se incorporó, aunque no pudo mantenerse en pie y tuvo que apoyarse sobre él para no caerse.- ¿qué ha ocurrido, Beatriz?
- Me caí en un arbusto de espinos.
- Y yo soy un Gryffindor. Sabes que eso no es verdad.
- ¿Qué sabrás tú?
- Sé reconocer los efectos de un cruciatus cuando los veo, y lo tuyo es horrible, es una auténtica salvajada. ¿Quién te lo ha hecho?
- Nadie.
- Él ha estado aquí, ¿verdad?- preguntó con cara de odio
- No seas neurótico, aquí no ha habido nadie.
- ¿Entonces?
- Entonces nada.
Draco se paró y la miró a los ojos. -¿Estás con él?
- No.- La joven hubiera jurado que le oyó suspirar de alivio.
- ¿Y tú?
- Será mejor que te lleve hasta la cama.- Y cojeando la llevó hasta allí y la obligó a acostarse. Beatriz notó que alguien había cambiado las sábanas y vio a Pansy y a Millicent en la puerta. Éstas se acercaron, pero Draco les dijo que la dejaran descansar. Cuando los tres iban a salir por la puerta, la joven les llamó.
- Chicos
-¿Sí?- respondieron.
- Por favor, no se lo digáis a nadie.- Los tres asintieron y salieron, dejándola dormir.
Horas más tarde, se despertó con hambre. Al ver que sus piernas la sostenían un poco, se duchó y se aplicó una pomada cicatrizante que sacó de su baúl por todo el cuerpo, teniendo especial cuidado en la zona de las heridas. Se miró en el espejo y vio complacida que en la cara a penas tenía marcas, así que se aplicó un suave maquillaje, se vistió y subió al vestíbulo. Allí vio a Neville, que hablaba con otra chica de Gryffindor, Luna Lovegood.
- Hola.- Les saludó.-Perdonad, pero, ¿no habréis visto por casualidad a Harry, Ron y Hermione?- Neville negó con la cabeza, pero Luna, sin embargo, dijo.
- Creo que les oí decir que iban a nadar al lago. Con lo frío que debe estar...- Beatriz les agradeció la información y salió al exterior. Caminó por la orilla del lago hasta que los vio. Habían dejado su ropa en la orilla y chapoteaban graciosamente en el agua. La llamaron y la animaron a entrar, pero ella negó con la cabeza y se sentó en la orilla. Hermione salió del agua y se sentó junto a ella.
- ¿No te bañas?- preguntó, cogiendo su capa y envolviéndose en ella.
- No me apetece. Tiene que estar helada.
- Pues se está mejor dentro que fuera.
- Eso lo dices tú.-Ambas rieron
Vieron venir a los chicos y Beatriz cogió sus capas y se las alargó, pero en vez de cogerlas, la cogieron a ella, mientras Hermione le lanzaba un hechizo que transformó su ropa en un traje de baño. No pudo evitar lanzar un gemido de dolor cuando la cogieron en brazos, y ambos la soltaron sorprendidos al ver su cuerpo lleno de cicatrices y moretones.
- ¿Qué te ha pasado?- preguntó Harry
- No es nada, no os preocupéis.
- ¿Cómo que no nos preocupemos? Eres nuestra amiga. Seguro que han sido esos Slytherin, cuando los coja...- Explotó Ron, poniéndose por la furia tan colorado como su pelo.
- Ron, cálmate, no han sido ellos. En serio, chicos.- les dijo al ver que la miraban nada convencidos.- Esta mañana la profesora Sprout me pidió que le ayudara con unas plantas, y sin querer me he acercado demasiado a las zarzas venenosas, que estaban bastante agresivas esta mañana, y me han hecho esto. Pero estoy bien, de verdad.
Al final consiguieron que se metiera en el agua, y pasaron toda la tarde jugando, eso sí, cuidando de no lastimarla. Lo mejor fue cuando el calamar gigante se unió a sus juegos, permitiéndoles que se deslizaran por sus tentáculos como si fueran toboganes.
Cuando Beatriz volvía a su sala común para irse a dormir, cansada después de tanto alboroto, se encontró por el camino a Pansy.
-Hola.
- Hola, ¿vas a la sala común?- Beatriz asintió.
Caminaron un rato en silencio, hasta que Pansy no pudo más y preguntó:
- ¿Cómo estás?
- Mejor, muchas gracias por lo de esta mañana. Por cierto, ¿qué ocurrió?
- Pues que me levanté y te encontré tirada en el cuarto de baño, sangrando y llena de moratones. Entre Millicent y yo intentamos reanimarte, pero no lo conseguimos, así que Mil bajó a buscar ayuda y se encontró con Draco, que era el último que quedaba en la sala común. Él subió como una bala y, al verte, nos echó del baño y cerró la puerta, pidiéndonos que esperáramos fuera. Pero... ¿qué ocurrió para que estés así?
- Pues no lo sé, es la primera vez que me pasa. Sólo recuerdo que me desperté, fui al baño y... hasta esta mañana.- Era mentira, sí lo recordaba y sí sabía lo que había ocurrido. Pansy la miraba alucinada.
Llegaron a la sala común y se encontraron a Draco. Pansy subió a su habitación y Malfoy ya iba a seguir el mismo camino que sus compañeros cuando Beatriz le llamó.
- Draco...-él se volvió. Era la primera vez que le llamaba por su nombre de pila.
- ¿Sí?
- Muchas gracias- Él la sonrió.
- Buenas noches.
- Buenas noches.
**************
Severus se encontraba en su habitación, vestido de mortífago y lleno de polvo. Acababa de llegar y estaba agotado. Cómo odiaba las misiones a las que Dumbledore le mandaba. Cómo odiaba el tener que seguir aguantando a todos los mortífagos. Decidió darse una ducha para relajarse.
Al salir, se puso una toalla en la cintura y se miró en el espejo de cuerpo entero que tenía en el baño. Con cuidado, examinó poco a poco su cuerpo. ¿Cómo era posible? Voldemort lo había torturado durante más de una hora y él no tenía marcas en el cuerpo. –Es imposible.- Pensó. Y, sin embargo, cierto. Recordó la sensación de que alguien se había metido en su cuerpo y en su mente mientras era torturado. ¿Qué había ocurrido? ¿Quién o qué le había ayudado? Pensando que nunca lo descubriría, se tumbó en la cama y se quedó dormido.
**************
Al día siguiente, dieron las clases con normalidad. Incluso Snape se había acordado de renovarle su castigo. Allí iba ahora, caminando por las mazmorras en dirección al despacho del profesor. Una vez allí, llamó a la puerta.
-¡Adelante!
Abrió la puerta y entró.
- Vaya, pero si es la señorita Eld-Dyr, por fin se digna a aparecer para cumplir con su castigo.
Ella no dijo nada, sólo le miró serenamente.
- Tendrá que limpiar el despacho. Comience por esa estantería.
- ¿Ése es todo el castigo?
- Déjeme terminar. Sin varita.- dijo con los ojos centelleantes y una cruel sonrisa en sus labios.
- Está bien.- contestó. Y levantando las manos, hizo que una luz blanca saliera de ellas. La luz se concentró en la estantería, subiendo estante por estante, y luego se extendió por todas las paredes, cubriéndolas, hasta llenar todo el despacho. Luego, desde las cuatro esquinas, cuatro rayos blancos salieron y convergieron en la muchacha y desapareciendo. Todo había quedado limpio y reluciente. Ella se volvió hacia él con una sonrisa burlona en los labios.- Ya está.
Él se acercó a ella.- Cuando dije sin varita, me refería a sin magia, al modo muggle.
- Debería haber especificado, profesor, no pretenderá que me convierta en un clon de la profesora Trelawney.- Dijo con voz inocente. Él la miró, no muy seguro de cómo tratarla. Decidió ignorar el comentario.
- Voy a por unos ingredientes, quédese aquí y no se mueva.- Dijo, y salió por una puerta lateral.
La joven se quedó parada unos momentos, mirando a su alrededor. Andó unos pasos y sintió cómo el dolor volvía a su cuerpo, ya que los efectos de la poción que se estaba tomando se le habían pasado. En un aparador vio una jarra con agua y unos vasos. Se acercó, sacó un botecito de entre su túnica y echó el líquido trasparente que contenía en uno de los vasos. Después añadió agua de la jarra. Cogió el vaso y...
- ¿Pretende envenenarme?- Dijo Snape con voz fría, mientras la agarraba por la muñeca, haciendo que ella soltase el vaso, sorprendida, que cayó, estrellándose contra el suelo y rompiéndose en mil pedazos. Intentó zafarse de la mano del profesor, pero éste la empujó contra la pared con cara de odio, apretando aún más su muñeca y sujetándola con su cuerpo. No pudo evitar gemir de dolor por el golpe en la espalda y miró su muñeca. La manga de su túnica se había deslizado hasta más abajo del codo, dejando ver casi todo el brazo lleno de cortes y magulladuras a medio cicatrizar. Severus siguió la dirección de sus ojos y miró asombrado su brazo.
- ¿Qué le ha....?- Miró su cara, en la que pudo apreciar algunos cortes bajo el suave maquillaje con el que ella trataba de ocultarlos. La apartó el pelo y pudo ver en su cuello más cortes y moratones. Entonces entendió. La miró a los ojos soltándola- ¿Tú? ¿Cómo?
- No se olvide, profesor, que estamos en una escuela de magia. Todo es posible.- contestó ella, usando las mismas palabras que él usó una vez. Él la miró escrutadoramente.
Ella le empujó separándole, y apartó la mirada, andando hasta la mesa de él. Él la cogió por el brazo dándola la vuelta, haciendo que ambos quedasen muy cerca, volviéndola a mirar a los ojos. Cada uno se quedó cautivado en la mirada del otro.
Pronto, Beatriz sintió como si alguien se adentrara suavemente en su mente, e imágenes de su niñez pasaron ante sus ojos, estudiando delante de un caldero, llorando por los castigos injustos y crueles, su melancolía, su dolor, las torturas, Egipto, la muerte de su madre... Entonces se dio cuenta de lo que ocurría y le echó de su cabeza. Se metió en la de él y vio a un joven Severus vestido de mortífago, apuntando con la varita a un joven caído en el suelo. Detrás de él otro mortífago, que le ordenó que lo matara y desapareció. Severus levantó la varita, pero la tristeza y el terror del chico hicieron que la volviera a bajar y le dijera que se fuera, siendo ése el momento en el que el profesor decidió traicionar a Voldemort. El joven salió corriendo. Torturas del señor oscuro, la muerte de sus padres, su decisión de ser un espía, las misiones de Dumbledore...
Él la expulsó de su mente y la miró con odio. Ella supo que él jamás la perdonaría el haber indagado en su mente y haber visto lo que nunca había mostrado a nadie. El sufrimiento, la maldad, la esclavitud, la tristeza en la que se había convertido su vida..
- ¡Vete!- ladró señalándole la puerta muy enojado.
- No.- dijo ella serena.
Él la agarró de los brazos y la zarandeó, totalmente fuera de sí.- ¡¿Quién te crees que eres?!.- Ella se soltó dolorida, y con lágrimas en los ojos le dio un guantazo. Él se calmó como por ensalmo, mirándola asombrado, pasando una mano por su cara, por la zona donde ella le había pegado.
- No me iré. Tú y yo somos iguales, ambos huimos de lo mismo. ¿Por qué te crees que me busca Voldemort? Porque soy lo mismo que tú. Una traidora.- dijo sentándose en el sofá del despacho, al notar que las piernas no la sujetaban y que la acometía un nuevo mareo. Él la miró gravemente durante un momento y luego se acercó a un estante y sacó un botecito. Se lo dio a la joven.
- Pocion cicatrizante.
- Gracias.- Dijo ella bebiéndosela de un trago. Se sentó a su lado en el sofá.
-¿Quién eres?
- Ya te lo he dicho.
- Eso no me sirve.
- Muy bien. Mi historia comienza con mis padres, ambos eran mortífagos. Mi padre era un hombre cruel y malvado que se casó con una pobre y estúpida mortífaga enamorada de él hasta la médula. Él no la amaba, pero deseaba ante todo un heredero que continuase su linaje. Y cuando digo heredero, me refiero a un chico. Pero como las cosas nunca salen como uno las planea, mi madre se quedó embarazada y nací yo. ¡Una chica! Menuda decepción. Para colmo, mi madre tuvo problemas en el parto y no pudo volver a quedarse embarazada. Supongo que si no la mató en ese mismo instante es por que descubrió que yo era especial y muy poderosa. Podía hacer magia con las manos, sin necesidad de varita. Así que la dejó vivir para que me criara y él se dedicó a enseñarme todo sobre la magia oscura con vistas a que yo me convirtiese en alguien muy poderosa y una digna heredera. Nunca tuve su cariño, es más, sólo recibí su indiferencia y su crueldad. Crecí robusta y mala, como debe ser una buena bruja. Me volvió cruel, alguien sin sentimientos. Me mantuvo encerrada en una gran mansión, apartada del mundo, en la que nunca vi a nadie que no fueran él o mi madre. Incluso me escondió a sus "amigos". Nunca me relacioné con otros niños, nunca jugué, no sabía como era el campo más allá de lo que se divisaba desde mi ventana, tan sólo me dedicaba a aprender artes oscuras, cuantas más mejor. – suspiró.- ¿Le quería? Era mi padre. Me trataba así porque era bueno para mí, o al menos es lo que yo pensaba por aquel entonces. Pero una noche, hace dos años, me enteré de quién era él, un mortífago, al servicio de quien estaba y para qué me había estado enseñando todo. Esa misma noche, Voldemort mató a mi padre. Mi madre huyó llevándome con ella y nos escondimos. Primero estuvimos en Egipto, luego en España. Allí descubrí que en el mundo había algo más que las cuatro paredes de la mansión. Conocí gente diferente, gente buena, que me hicieron cambiar. Pero él nos encontró a principios del verano pasado y mató a mi madre. Ese día juré venganza. Conseguí escapar y Dumbledore me encontró. Me inscribió en el colegio y me ayudó. Le debo la vida.
Severus se quedó en silencio, mirándola a los ojos. Como ella había dicho, sus vidas habían sido parecidas. La misma tristeza, crueldad, abandono...
- Pero... ¿por qué evitaste que Voldemort...?
- Digamos que no fue por nada en especial. Con lo furioso que estaba, te habría matado. A mí no me afecta tanto.
- ¿Cómo lo hiciste?
- ¡Magia!- contestó ella con una sonrisa.
Él la miró, no podía dejar de hacerlo, la veía sonreír recostada en el sofá. Sí que era alguien especial. Muy especial. Ella se levantó y se dirigió hacia la puerta. Él la siguió
- ¿Por qué?
-Ya te lo he dicho.
- No me has contestado.
- ¿Qué quieres que te diga?- Él la miró severamente.- Está bien. No puedo dejar que siga haciendo daño a la gente, y menos a los que me importan.- Al ver la mirada entre extrañada y asustada de Severus, se dio cuenta de lo que había dicho.- Me tengo que ir, es muy tarde. Adiós.- Dijo dándose media vuelta y caminando lo más rápidamente que le permitían sus doloridas articulaciones. Severus se quedó en la puerta de su despacho, viéndola alejarse, sin poder quitar de su mente las últimas palabras de la chica, que se repetían incesantemente en su cabeza como una cantinela: "los que me importan, los que me importan, los que me importan..."
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Bueno, ¿qué tal? Espero que os siga gustando!!! Ya sabéis, reclamaciones, tomatazos, alabanzas... todo a los reviews!!!
Por cierto, ahora toca contestarlos!! Ahí van:
Khye: Hola!! Me alegro de que te guste el fic. Bueno... aquí tienes un avance de qué es lo que puede pasar, fíjate en lo que dice ella, en que él la trata "bien" (mejor que a otros... ejem). Ya se ha revelado quién es ella, pero no del todo. Y te dejo con la intriga, wapetona!!!
Narua_Black: Buenas!!!! Me alegro de tus reviews, eres ya la incondicional del fic, Muchas gracias!!!! Bueno, te resolveré una duda: no la van a cambiar de casa. Si la cambian se me fastidia lo que tengo pensado para el fic, ejemnavidadesejem, ( me doy de tortas, se me ha escapado!!!! ;)) El resto?? A seguir leyendo el fic!!! ;)
Clau de Snape: ¿¿¿LA hija de quién??? JE, je, je, wapa, si te lo digo te fastidio la historia. Bueno, como has podido ver en este capi, se desvela una parte muy importante de la historia, pero... Piensa en las palabras: "hace dos años, me enteré de quién era él, un mortífago, al servicio de quien estaba y para qué me había estado enseñando todo. Esa misma noche, Voldemort mató a mi padre." ¿A qué se referirá ella? Por cierto, suelo actualizar de lunes a jueves, al menos una o dos veces por semana. Hoy por ejemplo he subido dos capis, espero subir el 8 el jueves o así.
Annie: ¿Qué decir? Pues que me encanta que te guste la historia. Como verás, de momento (y digo de momento) Sev no se ha vengado, lo que no quiere decir que no lo haga más adelante... Otra vez se me ha escapado!!! Pero la venganza no podrá llegar a su fin, los gemelos tendrán algo que ver en ello... No cuento más!!!
Bueno, bexitos a tod@s los que leéis el fic, me dejéis o no reviews!!!
Cuando los tres Gryffindors se enteraron de que su amiga quedaba libre del castigo hasta que Snape volviera, dieron saltos de alegría. Y cuando se dieron cuenta de que esa libertad incluía la primera salida a Hogsmeade dos días después ( pues estaban a jueves) aquello fue tremendo.
La reunión del grupo de DA también fue maravillosa. Cuando llegaron al aula el viernes por la tarde, se encontraron con que la mitad del colegio se había apuntado. La clase la daba Dumbledore sustituyendo a Snape. Los dividieron por cursos y se pusieron a ver que nivel tenía cada uno. Los tres Gryffindors y la joven eran los de mayor nivel, y a nadie le sorprendió cuando Harry y ella hicieron un duelo y quedaron empatados. Todos salieron muy contentos, comentando animadamente los hechizos utilizados mientras bajaban al Gran Comedor para la cena.
Pero antes de entrar, en el vestíbulo, se encontraron con un grupo de Slytherins de séptimo año. Éstos les insultaron y les atacaron cuando sólo quedaban ellos y tres Ravenclaws, que al ver lo que ocurría, entraron a pedir ayuda. Pero entre Harry y Beatriz consiguieron pararles los pies. Sin embargo, en ese momento llegaron Malfoy y sus gorilas, que atacaron a Beatriz por la espalda. Ésta los sintió llegar y consiguió apartarse a tiempo. Totalmente enfurecida y fuera de control, se encaró con Malfoy.
- Ya te dije en una ocasión que no me gusta que la gente me ataque por la espalda.
Malfoy sonrió burlón.- ¿Y qué vas a hacer, ponerte a llorar?- Esa fue la gota que colmó el vaso.
Pronto, todos pudieron ver cómo los ojos de la chica cambiaban de color y se volvían rojo sangre. Los alumnos que se habían congregado en el vestíbulo al ver la pelea retrocedieron asustados. De repente, Malfoy se echó las manos al cuello, como si le faltara el aire. Se fue poniendo cada vez más rojo, mientras intentaba respirar y hacía aspavientos con los brazos al no conseguirlo e irse quedando sin aire.
- ¿Ves, Malfoy, lo que pasa por ser tan bocazas? Te estás ahogando sin remedio. Te aviso una cosa, cuantos más intentos hagas por respirar, antes te quedarás sin aire.- dijo con una extraña voz aflautada, sin ninguna inflexión en el tono de voz. Parecía que realmente estaba disfrutando de ello.
-¡BEATRIZ, DÉJALO YA!- Bramó Dumbledore desde la puerta del comedor
Al oír al director, ella salió de repente de la especie de trance en el que estaba sumida y miró sorprendida a Malfoy, que ahora respiraba a grandes bocanadas, pero dándose cuenta de que, extrañamente, tenía el aire que necesitaba y que la sensación de ahogo había desaparecido de repente. Miró a la joven asombrado. Ésta, al darse cuenta de lo que había hecho, se desmayó.
Despertó el Sábado en su habitación, y tras disculparse con Malfoy y este hacerla la pelota, por la cuenta que le traía, subió al Gran Comedor a desayunar, donde se encontró con los tres Gryffindor. Constataron que se encontraba en perfectas condiciones, así que encararon el Sábado con gran satisfacción. Pasaron el día en Hogsmeade, enseñándole todos los lugares interesantes: Honeydunkes, Las Tres Escobas...
Por la tarde volvieron al castillo, y después de cenar se fueron agotados a la cama, no sin que antes Dumbledore anunciara que se haría un baile de disfraces el día de Halloween. La única condición que puso en el tema de los disfraces es que las personas tenían que ser totalmente irreconocibles. Comentaron de qué se podría vestir cada uno y se fueron a dormir.
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Esa misma noche, un grupo de mortífagos se encontraban reunidos en una gran sala excavada en la roca, formando un semicírculo delante de su señor, sentado en un sitial de piedra, con una serpiente a su lado.
- Adelántate.- Ordenó señalando a uno de los mortífagos. Éste lo hizo, situándose en el centro.- Todo este tiempo la hemos estado buscando y resulta que estaba en Hogwarts. ¡En Hogwarts, con Dumbledore, bajo la tutela de ese maldito loco! ¿Cómo ha podido ocurrir?- rugió.
Los hombres se miraban unos a otros aterrorizados bajo sus máscaras.
- Sois un atajo de imbéciles. Os habéis dejado engañar por una niña, una cría de 16 años, ¡por Merlín! Se supone que sois unos mortífagos bien entrenados, no un atajo de burros estúpidos.- siguió despotricando el señor oscuro.- Pero tú...- dijo refiriéndose al mortífago que tenía delante.- Tú... eres el peor de todos.
- Mi señor, yo...
- Tú... –dijo bajando peligrosamente la voz.- Tú..., todo este tiempo la has tenido bajo tus narices, tú, en tu propia casa, en Slytherin, y no has sido capaz de darte cuenta...
- No sabía que era ella, yo...- dijo el encapuchado, cayendo de rodillas.
-¡Dejadnos solos!- ordenó Voldemort. El resto de mortífagos obedecieron.- Severus, parece que nunca te enteras de nada, a este paso voy a terminar pensando que eres un traidor. – Dijo fulminándole con la mirada, muy enfadado.- Si no fuera por todos los servicios que me has prestado...
- Mi señor, no volveré a fallaros...
- Eso espero, por que si no, morirás. Te encargo que la vigiles, no me falles esta vez. Pero como dicen que la letra con sangre entra, y tú me has decepcionado mucho...- levantó la varita- ¡Crucio!
Severus sintió un intenso dolor que se extendía por todo su cuerpo, haciéndole casi perder el sentido. Nunca había visto al Señor Oscuro tan cabreado. Desde luego, este era el peor crucio que recibía en su vida. Sin saber por qué, se puso a pensar en la clase de DCAO que había dado días antes, y en las palabras de la joven. De pronto, sintió como si alguien se colase suavemente en su cuerpo y en su mente, y el dolor se atenuó. Voldemort siguió torturándolo salvajemente durante otra hora, hasta que el hombre no pudo aguantar más y se desmayó.
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Lejos de allí, en el colegio, en Hogwarts, Beatriz se despertó sobresaltada, temblando incontrolablemente, con un dolor inmenso en todo el cuerpo. Se puso de pié como pudo, y controlando las ganas de devolver, fue al baño, devolviendo la cena en uno de los retretes. Tiró de la cadena y se enjuagó la boca en uno de los lavabos, y con el agua se fue un hilillo de sangre. Al incorporarse para mirarse en el espejo, un tremendo mareo la hizo agarrarse al lavabo, pero no pudo evitar desmayarse, cayendo al frío suelo de piedra.
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En la otra punta del castillo, Harry se despertó con la cicatriz ardiendo. Había vuelto a soñar con Voldemort, pero esta vez éste estaba torturando a su profesor de Pociones y se encontraba especialmente furioso. Luchó entre ir en ese mismo instante a ver a Dumbledore o contárselo por la mañana después del desayuno. Al final ganó la última opción, ya que pensó que Dumbledore no podría hacer nada por ayudar a Snape, y Voldemort aún no le había descubierto.
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La mañana siguiente, Pansy fue la primera en despertarse. Miró hacia la ventana y se extrañó al ver la cama de Beatriz deshecha y revuelta, pero aún se extrañó más al ver unas sospechosas manchas rojas por toda la cama. Despertó a Millicent y, mientras ésta se levantaba, fue al baño. Al entrar, no pudo evitar un grito de terror al ver a Beatriz tirada en el suelo boca abajo, cerca de los lavabos, con todo el cuerpo lleno de cortes, moratones y magulladuras, y pequeños charcos de sangre a su alrededor y en su camisón blanco. Al oír el grito, Millicent entró en el cuarto de baño y se llevó las manos a la boca al ver lo ocurrido. Entre las dos le dieron la vuelta a la joven y trataron de reanimarla, pero no lo conseguían.
- Voy a pedir ayuda.- Dijo Millicent, y salió corriendo escaleras a bajo.
Beatriz despertó al notar que alguien intentaba hacerla tragar un líquido caliente con un sabor asqueroso. Abrió lentamente los ojos, molesta por la claridad de la sala, y se encontró tirada en el suelo de piedra de los lavabos, recostada sobre Malfoy, que intentaba hacerla tragar el líquido de un botecito negro que tenía entre sus manos. Intentó apartarse, pero no pudo moverse y un gemido de dolor salió de entre sus labios. Todo el cuerpo le dolía horrores y sentía la cabeza a punto de estallar.
- Estate quieta y no te muevas.- dijo Draco.- Si quieres ponerte mejor, tienes que tomarte esto.- Ella le miró y asintió levemente con la cabeza. Una vez que se lo hubo tomado, una especie de calor se extendió por sus músculos, atenuando su dolor.- ¿Mejor?- preguntó el joven. Ella volvió a asentir y con su ayuda se incorporó, aunque no pudo mantenerse en pie y tuvo que apoyarse sobre él para no caerse.- ¿qué ha ocurrido, Beatriz?
- Me caí en un arbusto de espinos.
- Y yo soy un Gryffindor. Sabes que eso no es verdad.
- ¿Qué sabrás tú?
- Sé reconocer los efectos de un cruciatus cuando los veo, y lo tuyo es horrible, es una auténtica salvajada. ¿Quién te lo ha hecho?
- Nadie.
- Él ha estado aquí, ¿verdad?- preguntó con cara de odio
- No seas neurótico, aquí no ha habido nadie.
- ¿Entonces?
- Entonces nada.
Draco se paró y la miró a los ojos. -¿Estás con él?
- No.- La joven hubiera jurado que le oyó suspirar de alivio.
- ¿Y tú?
- Será mejor que te lleve hasta la cama.- Y cojeando la llevó hasta allí y la obligó a acostarse. Beatriz notó que alguien había cambiado las sábanas y vio a Pansy y a Millicent en la puerta. Éstas se acercaron, pero Draco les dijo que la dejaran descansar. Cuando los tres iban a salir por la puerta, la joven les llamó.
- Chicos
-¿Sí?- respondieron.
- Por favor, no se lo digáis a nadie.- Los tres asintieron y salieron, dejándola dormir.
Horas más tarde, se despertó con hambre. Al ver que sus piernas la sostenían un poco, se duchó y se aplicó una pomada cicatrizante que sacó de su baúl por todo el cuerpo, teniendo especial cuidado en la zona de las heridas. Se miró en el espejo y vio complacida que en la cara a penas tenía marcas, así que se aplicó un suave maquillaje, se vistió y subió al vestíbulo. Allí vio a Neville, que hablaba con otra chica de Gryffindor, Luna Lovegood.
- Hola.- Les saludó.-Perdonad, pero, ¿no habréis visto por casualidad a Harry, Ron y Hermione?- Neville negó con la cabeza, pero Luna, sin embargo, dijo.
- Creo que les oí decir que iban a nadar al lago. Con lo frío que debe estar...- Beatriz les agradeció la información y salió al exterior. Caminó por la orilla del lago hasta que los vio. Habían dejado su ropa en la orilla y chapoteaban graciosamente en el agua. La llamaron y la animaron a entrar, pero ella negó con la cabeza y se sentó en la orilla. Hermione salió del agua y se sentó junto a ella.
- ¿No te bañas?- preguntó, cogiendo su capa y envolviéndose en ella.
- No me apetece. Tiene que estar helada.
- Pues se está mejor dentro que fuera.
- Eso lo dices tú.-Ambas rieron
Vieron venir a los chicos y Beatriz cogió sus capas y se las alargó, pero en vez de cogerlas, la cogieron a ella, mientras Hermione le lanzaba un hechizo que transformó su ropa en un traje de baño. No pudo evitar lanzar un gemido de dolor cuando la cogieron en brazos, y ambos la soltaron sorprendidos al ver su cuerpo lleno de cicatrices y moretones.
- ¿Qué te ha pasado?- preguntó Harry
- No es nada, no os preocupéis.
- ¿Cómo que no nos preocupemos? Eres nuestra amiga. Seguro que han sido esos Slytherin, cuando los coja...- Explotó Ron, poniéndose por la furia tan colorado como su pelo.
- Ron, cálmate, no han sido ellos. En serio, chicos.- les dijo al ver que la miraban nada convencidos.- Esta mañana la profesora Sprout me pidió que le ayudara con unas plantas, y sin querer me he acercado demasiado a las zarzas venenosas, que estaban bastante agresivas esta mañana, y me han hecho esto. Pero estoy bien, de verdad.
Al final consiguieron que se metiera en el agua, y pasaron toda la tarde jugando, eso sí, cuidando de no lastimarla. Lo mejor fue cuando el calamar gigante se unió a sus juegos, permitiéndoles que se deslizaran por sus tentáculos como si fueran toboganes.
Cuando Beatriz volvía a su sala común para irse a dormir, cansada después de tanto alboroto, se encontró por el camino a Pansy.
-Hola.
- Hola, ¿vas a la sala común?- Beatriz asintió.
Caminaron un rato en silencio, hasta que Pansy no pudo más y preguntó:
- ¿Cómo estás?
- Mejor, muchas gracias por lo de esta mañana. Por cierto, ¿qué ocurrió?
- Pues que me levanté y te encontré tirada en el cuarto de baño, sangrando y llena de moratones. Entre Millicent y yo intentamos reanimarte, pero no lo conseguimos, así que Mil bajó a buscar ayuda y se encontró con Draco, que era el último que quedaba en la sala común. Él subió como una bala y, al verte, nos echó del baño y cerró la puerta, pidiéndonos que esperáramos fuera. Pero... ¿qué ocurrió para que estés así?
- Pues no lo sé, es la primera vez que me pasa. Sólo recuerdo que me desperté, fui al baño y... hasta esta mañana.- Era mentira, sí lo recordaba y sí sabía lo que había ocurrido. Pansy la miraba alucinada.
Llegaron a la sala común y se encontraron a Draco. Pansy subió a su habitación y Malfoy ya iba a seguir el mismo camino que sus compañeros cuando Beatriz le llamó.
- Draco...-él se volvió. Era la primera vez que le llamaba por su nombre de pila.
- ¿Sí?
- Muchas gracias- Él la sonrió.
- Buenas noches.
- Buenas noches.
**************
Severus se encontraba en su habitación, vestido de mortífago y lleno de polvo. Acababa de llegar y estaba agotado. Cómo odiaba las misiones a las que Dumbledore le mandaba. Cómo odiaba el tener que seguir aguantando a todos los mortífagos. Decidió darse una ducha para relajarse.
Al salir, se puso una toalla en la cintura y se miró en el espejo de cuerpo entero que tenía en el baño. Con cuidado, examinó poco a poco su cuerpo. ¿Cómo era posible? Voldemort lo había torturado durante más de una hora y él no tenía marcas en el cuerpo. –Es imposible.- Pensó. Y, sin embargo, cierto. Recordó la sensación de que alguien se había metido en su cuerpo y en su mente mientras era torturado. ¿Qué había ocurrido? ¿Quién o qué le había ayudado? Pensando que nunca lo descubriría, se tumbó en la cama y se quedó dormido.
**************
Al día siguiente, dieron las clases con normalidad. Incluso Snape se había acordado de renovarle su castigo. Allí iba ahora, caminando por las mazmorras en dirección al despacho del profesor. Una vez allí, llamó a la puerta.
-¡Adelante!
Abrió la puerta y entró.
- Vaya, pero si es la señorita Eld-Dyr, por fin se digna a aparecer para cumplir con su castigo.
Ella no dijo nada, sólo le miró serenamente.
- Tendrá que limpiar el despacho. Comience por esa estantería.
- ¿Ése es todo el castigo?
- Déjeme terminar. Sin varita.- dijo con los ojos centelleantes y una cruel sonrisa en sus labios.
- Está bien.- contestó. Y levantando las manos, hizo que una luz blanca saliera de ellas. La luz se concentró en la estantería, subiendo estante por estante, y luego se extendió por todas las paredes, cubriéndolas, hasta llenar todo el despacho. Luego, desde las cuatro esquinas, cuatro rayos blancos salieron y convergieron en la muchacha y desapareciendo. Todo había quedado limpio y reluciente. Ella se volvió hacia él con una sonrisa burlona en los labios.- Ya está.
Él se acercó a ella.- Cuando dije sin varita, me refería a sin magia, al modo muggle.
- Debería haber especificado, profesor, no pretenderá que me convierta en un clon de la profesora Trelawney.- Dijo con voz inocente. Él la miró, no muy seguro de cómo tratarla. Decidió ignorar el comentario.
- Voy a por unos ingredientes, quédese aquí y no se mueva.- Dijo, y salió por una puerta lateral.
La joven se quedó parada unos momentos, mirando a su alrededor. Andó unos pasos y sintió cómo el dolor volvía a su cuerpo, ya que los efectos de la poción que se estaba tomando se le habían pasado. En un aparador vio una jarra con agua y unos vasos. Se acercó, sacó un botecito de entre su túnica y echó el líquido trasparente que contenía en uno de los vasos. Después añadió agua de la jarra. Cogió el vaso y...
- ¿Pretende envenenarme?- Dijo Snape con voz fría, mientras la agarraba por la muñeca, haciendo que ella soltase el vaso, sorprendida, que cayó, estrellándose contra el suelo y rompiéndose en mil pedazos. Intentó zafarse de la mano del profesor, pero éste la empujó contra la pared con cara de odio, apretando aún más su muñeca y sujetándola con su cuerpo. No pudo evitar gemir de dolor por el golpe en la espalda y miró su muñeca. La manga de su túnica se había deslizado hasta más abajo del codo, dejando ver casi todo el brazo lleno de cortes y magulladuras a medio cicatrizar. Severus siguió la dirección de sus ojos y miró asombrado su brazo.
- ¿Qué le ha....?- Miró su cara, en la que pudo apreciar algunos cortes bajo el suave maquillaje con el que ella trataba de ocultarlos. La apartó el pelo y pudo ver en su cuello más cortes y moratones. Entonces entendió. La miró a los ojos soltándola- ¿Tú? ¿Cómo?
- No se olvide, profesor, que estamos en una escuela de magia. Todo es posible.- contestó ella, usando las mismas palabras que él usó una vez. Él la miró escrutadoramente.
Ella le empujó separándole, y apartó la mirada, andando hasta la mesa de él. Él la cogió por el brazo dándola la vuelta, haciendo que ambos quedasen muy cerca, volviéndola a mirar a los ojos. Cada uno se quedó cautivado en la mirada del otro.
Pronto, Beatriz sintió como si alguien se adentrara suavemente en su mente, e imágenes de su niñez pasaron ante sus ojos, estudiando delante de un caldero, llorando por los castigos injustos y crueles, su melancolía, su dolor, las torturas, Egipto, la muerte de su madre... Entonces se dio cuenta de lo que ocurría y le echó de su cabeza. Se metió en la de él y vio a un joven Severus vestido de mortífago, apuntando con la varita a un joven caído en el suelo. Detrás de él otro mortífago, que le ordenó que lo matara y desapareció. Severus levantó la varita, pero la tristeza y el terror del chico hicieron que la volviera a bajar y le dijera que se fuera, siendo ése el momento en el que el profesor decidió traicionar a Voldemort. El joven salió corriendo. Torturas del señor oscuro, la muerte de sus padres, su decisión de ser un espía, las misiones de Dumbledore...
Él la expulsó de su mente y la miró con odio. Ella supo que él jamás la perdonaría el haber indagado en su mente y haber visto lo que nunca había mostrado a nadie. El sufrimiento, la maldad, la esclavitud, la tristeza en la que se había convertido su vida..
- ¡Vete!- ladró señalándole la puerta muy enojado.
- No.- dijo ella serena.
Él la agarró de los brazos y la zarandeó, totalmente fuera de sí.- ¡¿Quién te crees que eres?!.- Ella se soltó dolorida, y con lágrimas en los ojos le dio un guantazo. Él se calmó como por ensalmo, mirándola asombrado, pasando una mano por su cara, por la zona donde ella le había pegado.
- No me iré. Tú y yo somos iguales, ambos huimos de lo mismo. ¿Por qué te crees que me busca Voldemort? Porque soy lo mismo que tú. Una traidora.- dijo sentándose en el sofá del despacho, al notar que las piernas no la sujetaban y que la acometía un nuevo mareo. Él la miró gravemente durante un momento y luego se acercó a un estante y sacó un botecito. Se lo dio a la joven.
- Pocion cicatrizante.
- Gracias.- Dijo ella bebiéndosela de un trago. Se sentó a su lado en el sofá.
-¿Quién eres?
- Ya te lo he dicho.
- Eso no me sirve.
- Muy bien. Mi historia comienza con mis padres, ambos eran mortífagos. Mi padre era un hombre cruel y malvado que se casó con una pobre y estúpida mortífaga enamorada de él hasta la médula. Él no la amaba, pero deseaba ante todo un heredero que continuase su linaje. Y cuando digo heredero, me refiero a un chico. Pero como las cosas nunca salen como uno las planea, mi madre se quedó embarazada y nací yo. ¡Una chica! Menuda decepción. Para colmo, mi madre tuvo problemas en el parto y no pudo volver a quedarse embarazada. Supongo que si no la mató en ese mismo instante es por que descubrió que yo era especial y muy poderosa. Podía hacer magia con las manos, sin necesidad de varita. Así que la dejó vivir para que me criara y él se dedicó a enseñarme todo sobre la magia oscura con vistas a que yo me convirtiese en alguien muy poderosa y una digna heredera. Nunca tuve su cariño, es más, sólo recibí su indiferencia y su crueldad. Crecí robusta y mala, como debe ser una buena bruja. Me volvió cruel, alguien sin sentimientos. Me mantuvo encerrada en una gran mansión, apartada del mundo, en la que nunca vi a nadie que no fueran él o mi madre. Incluso me escondió a sus "amigos". Nunca me relacioné con otros niños, nunca jugué, no sabía como era el campo más allá de lo que se divisaba desde mi ventana, tan sólo me dedicaba a aprender artes oscuras, cuantas más mejor. – suspiró.- ¿Le quería? Era mi padre. Me trataba así porque era bueno para mí, o al menos es lo que yo pensaba por aquel entonces. Pero una noche, hace dos años, me enteré de quién era él, un mortífago, al servicio de quien estaba y para qué me había estado enseñando todo. Esa misma noche, Voldemort mató a mi padre. Mi madre huyó llevándome con ella y nos escondimos. Primero estuvimos en Egipto, luego en España. Allí descubrí que en el mundo había algo más que las cuatro paredes de la mansión. Conocí gente diferente, gente buena, que me hicieron cambiar. Pero él nos encontró a principios del verano pasado y mató a mi madre. Ese día juré venganza. Conseguí escapar y Dumbledore me encontró. Me inscribió en el colegio y me ayudó. Le debo la vida.
Severus se quedó en silencio, mirándola a los ojos. Como ella había dicho, sus vidas habían sido parecidas. La misma tristeza, crueldad, abandono...
- Pero... ¿por qué evitaste que Voldemort...?
- Digamos que no fue por nada en especial. Con lo furioso que estaba, te habría matado. A mí no me afecta tanto.
- ¿Cómo lo hiciste?
- ¡Magia!- contestó ella con una sonrisa.
Él la miró, no podía dejar de hacerlo, la veía sonreír recostada en el sofá. Sí que era alguien especial. Muy especial. Ella se levantó y se dirigió hacia la puerta. Él la siguió
- ¿Por qué?
-Ya te lo he dicho.
- No me has contestado.
- ¿Qué quieres que te diga?- Él la miró severamente.- Está bien. No puedo dejar que siga haciendo daño a la gente, y menos a los que me importan.- Al ver la mirada entre extrañada y asustada de Severus, se dio cuenta de lo que había dicho.- Me tengo que ir, es muy tarde. Adiós.- Dijo dándose media vuelta y caminando lo más rápidamente que le permitían sus doloridas articulaciones. Severus se quedó en la puerta de su despacho, viéndola alejarse, sin poder quitar de su mente las últimas palabras de la chica, que se repetían incesantemente en su cabeza como una cantinela: "los que me importan, los que me importan, los que me importan..."
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Bueno, ¿qué tal? Espero que os siga gustando!!! Ya sabéis, reclamaciones, tomatazos, alabanzas... todo a los reviews!!!
Por cierto, ahora toca contestarlos!! Ahí van:
Khye: Hola!! Me alegro de que te guste el fic. Bueno... aquí tienes un avance de qué es lo que puede pasar, fíjate en lo que dice ella, en que él la trata "bien" (mejor que a otros... ejem). Ya se ha revelado quién es ella, pero no del todo. Y te dejo con la intriga, wapetona!!!
Narua_Black: Buenas!!!! Me alegro de tus reviews, eres ya la incondicional del fic, Muchas gracias!!!! Bueno, te resolveré una duda: no la van a cambiar de casa. Si la cambian se me fastidia lo que tengo pensado para el fic, ejemnavidadesejem, ( me doy de tortas, se me ha escapado!!!! ;)) El resto?? A seguir leyendo el fic!!! ;)
Clau de Snape: ¿¿¿LA hija de quién??? JE, je, je, wapa, si te lo digo te fastidio la historia. Bueno, como has podido ver en este capi, se desvela una parte muy importante de la historia, pero... Piensa en las palabras: "hace dos años, me enteré de quién era él, un mortífago, al servicio de quien estaba y para qué me había estado enseñando todo. Esa misma noche, Voldemort mató a mi padre." ¿A qué se referirá ella? Por cierto, suelo actualizar de lunes a jueves, al menos una o dos veces por semana. Hoy por ejemplo he subido dos capis, espero subir el 8 el jueves o así.
Annie: ¿Qué decir? Pues que me encanta que te guste la historia. Como verás, de momento (y digo de momento) Sev no se ha vengado, lo que no quiere decir que no lo haga más adelante... Otra vez se me ha escapado!!! Pero la venganza no podrá llegar a su fin, los gemelos tendrán algo que ver en ello... No cuento más!!!
Bueno, bexitos a tod@s los que leéis el fic, me dejéis o no reviews!!!
