Capítulo 8. Ataque en Hogsmeade.

- ¿De qué os vais a disfrazar?- preguntó Ron. Ése había sido el tema de conversación de todo el colegio durante las dos últimas semanas.

Ambas chicas se miraron.- No esperaréis que os lo digamos, ¿verdad?

-No, ni se nos había pasado por la cabeza.- contestó Harry con tono irónico. Los cuatro rieron.

- ¿Y vosotros?

- Ya tenemos los disfraces, nos los prestan los gemelos.

- ¿Los gemelos? Miedo me dais.- aseveró Hermione.

Se oyó el golpeteo de una cuchara contra una copa de cristal. Levantaron la cabeza y miraron hacia la mesa de los profesores. Dumbledore se encontraba de pie, con una radiante sonrisa en su rostro. A su lado, el resto de profesores, que le miraban más o menos contentos.

- Queridos alumnos- comenzó.- Como ya os comenté, el sábado de la semana que viene se celebrará el baile de Halloween, al que podrán asistir los alumnos de cuarto en adelante.- Se oyó un murmullo de descontento por parte de los alumnos de cursos inferiores.- Por supuesto, los alumnos más pequeños que sean invitados por alumnos más mayores también podrán asistir. Ahora bien, como dije, hay dos condiciones. La primera es que vayáis disfrazados de forma que no se os reconozca. La segunda es que tenéis que ir en parejas.- El murmullo creció de volumen.- Para hacerlo más fácil, pondremos esta Bolsita en la puerta del Gran Comedor. Es un invento de los gemelos Wealey, que por cierto, tienen su tienda en el pueblo de Hogsmeade. Os aconsejo ir a verla, a mí me encantó el chicle...

- ¡Albus!

- Eh, bien, sí, Minerva, ¿por dónde iba? Ah, sí, la Bolsita.- dijo sacando una bolsa de terciopelo color vino de debajo de la mesa.- Para que no pase lo de otros años, los gemelos han inventado esto, la Bolsita de las Parejas. Aquellos que no tengan pareja para el baile, tendrán que echar un trozo de pergamino con su nombre y su apellido en la bolsa. El sábado por la tarde, en las muñecas de aquellos que lo hayan hecho, aparecerá una pulsera con un número, que será el mismo que el de la persona que la bolsa considere idónea para cada uno. La pulsera es personal e intransferible, so pena de sufrir un horrible encantamiento, así que ni se os ocurra cambiároslas. Conociendo a los gemelos, yo no me atrevería a hacerlo.- terminó con una sonrisa.- Ah, por cierto, los profesores también entrarán en el sorteo, todos sin excepción- dijo mirando a Severus, que en ese momento tenía cara de estar rezando para que eso no ocurriera.

Algunos profesores palmoteaban contentos, como Flitwick, otros le miraban serios, como McGonagall. Pero Severus le miraba con cara de odio.

- Vamos, Severus, no seas así, ya verás que divertido.- Le dijo Dumbledore risueño.

- Sí, divertidísimo.- respondió con sarcasmo.-¿Y si nos pone con algún alumno?

- Puedes aprovechar y pasártelo bien, en el buen sentido.- A Severus la idea de "pasárselo bien" no le hizo mucha gracia. Aún así, a instancias de Dumbledore, que podía ser realmente persuasivo cuando se lo proponía, echó su nombre en la Bolsita.

Al terminar la comida, el director se levantó y salió al vestíbulo, donde conjuró una mesita sobre la que puso la Bolsita.

- ¿A quién se lo vais a pedir?- preguntó Luna, acercándose a los cuatro amigos.

- No lo sé.- dijo Ron mirando a Hermione.

- Creo que echaré mi nombre en la bolsa.- contestó Harry

Hermione y Beatriz se miraron.

- Nosotras también.

Partieron un pergamino en cuatro partes y escribieron sus nombres. Al salir del Gran Comedor echaron sus nombres en la Bolsita. Esto animó a muchos alumnos que se mostraban indecisos, y pronto medio colegio había echado sus nombres.

El día siguiente, sábado, volvieron a Hogsmeade, a realizar las últimas compras para el baile. Al bajar de las carrozas que les habían llevado al pueblo, vieron que Severus también bajaba de una de ellas.

- ¿Qué hace Snape aquí?- preguntó Ron.

- Es verdad, nunca ha venido a Hogsmeade con los alumnos- apoyó Hermione.

- Miradle la cara, parece... ¿preocupado?- dijo Harry.

Beatriz se le quedó mirando. Si el profesor estaba preocupado (y era evidente que lo estaba), es que algo muy gordo se estaba cociendo.

- Chicos, creo que deberíamos andar con cuidado.- dijo ella.

- ¿Qué ocurre?- preguntó Harry

- No lo sé, pero hay algo que no me gusta.- Era cierto. Desde que habían salido de las lindes del colegio, había sentido algo raro en el ambiente, como una pesadez y una opresión que se habían ido acentuando conforme se habían ido acercando al pueblo.

A pesar de ello, dieron una vuelta, fueron a la tienda de los gemelos, que les recibieron con los brazos abiertos, y más tarde a las Tres Escobas. Saludaron a la señora Rosmerta y pidieron cuatro cervezas de mantequilla.

- ¿Os habéis dado cuenta de que Snape nos ha estado siguiendo?- preguntó Harry en voz baja al verle entrar y sentarse en una mesa cercana a la suya.

- Sí, ha estado todo el rato detrás nuestro.- contestó Ron.- Éste no trama nada bueno.

- Vamos, Ron, no seas así. Siempre pensando igual.

- Entonces dime, ¿por qué nos ha estado siguiendo? Sabes que odia a Harry

- Y tú sabes que le salvó la vida en primero.

- Hermione, eres insoportable.

- ¿Yo? Mira quien fue a hablar...

- Chicos, callaos ya.- Dijo Beatriz levantando la voz.

No estaba segura de si Severus les había oído, pero después de lo que se le escapó en su despacho... Era idiota, y se habría dado de golpes contra la pared. Sólo rezaba para que el profesor no se hubiera fijado en que ella había dicho que le importaba. Se lo había estado negando durante mucho tiempo, pero era cierto. Él había empezado a importarla, por eso había utilizado sus poderes, magia muy antigua, para atenuar el cruciatus de Voldemort y recibirlo ella. Se maldijo mentalmente por sentirse así. Idiota... sabía que el amor la volvería débil, y el ser débil era lo único que no debía permitirse en su lucha contra él.

La tarde pasó sin que se dieran cuenta. Cuando salieron del bar, vieron que la mayoría de los carruajes ya habían partido y de que sólo quedaban ellos, tres alumnos de Huffelpuff y el profesor, que no les había quitado la vista de encima.

De pronto, Severus se llevó la mano al brazo y Harry se llevó las manos a la cicatriz, cayéndo al suelo.

- ¡Harry!- gritó Hermione agachándose a ayudarle. Unos rayos amarillos llegaron de su espalda e impactaron en los dos carruajes que quedaban destrozándolos. Se volvieron y vieron venir hacia ellos a unos diez o doce mortífagos. Harry, más recuperado, se levantó, mirando a Snape. Beatriz fue la primera que reaccionó. Le lanzó un hechizo a Severus que le dejó incosciente.

- ¡Manteneos juntos! – Les gritó a los de Huffelpuff, que empezaban a correr en distintas direcciones. Miró a su alrededor buscando una salida.- La Casa de los Gritos. Si conseguimos llegar allí...

- ¿Cómo sabes...?

- No es el momento.- Corrieron hacia la casa, pero tres mortífagos se aparecieron delante suya.

- Veo que nos volvemos a encontrar.- dijo uno de ellos, bajito y rechoncho

- Peter.- Dijo ella con una ligera inclinación de cabeza.

- Rata traidora...- dijo Harry mirándole con odio.

- El señor os aguarda.- Dijo el hombre obviando el comentario del chico.- Y si van con vos Potter y compañía, creo que se alegrará mucho.- Continuó con voz melosa y con un trato de deferencia hacia la chica.

-Aún no es el momento.- contestó ella.- Ya llegará el día en que...

- Así que era cierto.- Bufó Hermione de repente, enfureciéndose a medida que hablaba.- Tú, tú... yo lo sabía y no dije nada... pensé que tú... y ahora nos has vendido, no eres más que una maldita...

Beatriz levantó la varita y apuntó con ella a Hermione. -¡Silentio!- gritó.- Creí que eras más lista. No juzgues antes de conocerlo todo.

- ¿Vendréis por las buenas?

- Me temo que no. Sabes que nunca iré de buena gana, antes muerta.

- Pues tendrá que ser por las malas.- La joven asintió.

Colagusano levantó la varita, pero ella fue más rápida, y con un solo hechizo dejó a los tres mortífagos fuera de combate. El resto se acercó corriendo, pero ellos se refugiaron en la Casa de los Gritos.

- ¡Ron, Hermione, llevaos a los de Huffelpuff al colegio!- gritó Harry.

- ¿Y vosotros?- preguntó Ron, que aún no se creía lo que estaba pasando.

- Harry y yo los contendremos, luego iremos detrás de vosotros.- contestó Beatriz con voz segura.

Los dos chicos se fueron con los de Huffelpuff, mientras Beatriz y Harry devolvían los hechizos que les lanzaban los mortífagos.

Al ver que no conseguían nada, pues les superaban en número, intentaron pasar por la trampilla, pero un hechizo que entró por un hueco de la ventana derrumbó el techo. Estaban atrapados.

- ¿No puedes hacer nada?

- ¿A qué te refieres?

- A algo parecido a lo del Callejón Diagon.

- ¿Me reconocisteis?

- Sí, pero fue Hermione la primera en darse cuenta.

- Aquí no puedo. El Callejón Diagon estaba protegido por infinidad de hechizos, pero aquí uno como el que usé allí... sería devastador, podría arrasar el pueblo.- Se quedó pensativa.- Sin embargo...

Se arrodilló en el suelo, en el centro de la habitación, fuera del alcance de las maldiciones que lanzaban los mortífagos. Juntó las manos delante de su pecho, como si estuviera rezando, y se concentró. Empezó a musitar:

- Fuerzas de la noche, reyes de la oscuridad...

Harry notó como le ardía la cicatriz, cada vez con mayor intensidad a medida que ella pronunciaba el hechizo. La miró preocupado, recordando como se había puesto Hermione.

En el exterior se oyeron gritos. Harry miró por una rendija de la puerta y lo que vio le espantó. Los mortífagos habían tirado sus varitas y se retorcían gimiendo en el suelo, como si algo malo les afectara.

Severus se empezó a mover. Pronto tomó conciencia de dónde estaba y recordó lo que había ocurrido. Se levantó de un salto, pero el espectáculo era sobrecogedor. Vio como la mayoría de los mortífagos se desaparecían, pero aquellos cuya resistencia era más débil, sufrían en el suelo. Se acercó a uno de ellos y entonces supo qué era lo que les pasaba. Alguien estaba invocando a las fuerzas oscuras mediante un hechizo de magia negra. Alguien muy poderoso, ya que era magia antigua. Se encendió una luz en su cerebro.- ¡Beatriz!- Vio a Harry en la puerta de la Casa de los Gritos y se dirigió hacia allí. Cuando llegó, aparecieron Dumbledore y algunos aurores, que se encargaron de los mortífagos que quedaban.

El director se acercó a los chicos.

- ¿Estáis bien?- Preguntó. Ambos asintieron. Les miró con ojos risueños.- Buen trabajo.- Con un movimiento de varita apartó las piedras que cubrían el pasadizo.- Volved al colegio por aquí, es más seguro. Iros cada uno a vuestra sala común y no habléis con nadie, allí encontraréis la cena. Esperad allí, quiero hablar con vosotros.

Así lo hicieron, a pesar de las insistentes preguntas de todo el colegio. Una hora después, Severus llegó a la sala común de Slytherin.

- ¿Dónde está la señorita Eld-Dyr?- preguntó con voz desagradable.

- Está en su habitación.- contestó Millicent.

- Suba a buscarla.- ordenó.

Cuando bajó, Severus le dijo que Dumbledore quería verla en su despacho. La acompañó hasta allí, sin poder dejar de mirarla por el rabillo del ojo, y entró con ella. La joven se sentó en una silla y él permaneció de pie detrás. Dumbledore estaba sentado en su silla.

- Verás,- comenzó,- nos gustaría que nos contaras qué ocurrió exactamente.- ella así lo hizo, explicando los puntos que no estaban claros.

- ¿Por qué usaste la magia negra?- inquirió el director mirándola severamente a través de sus gafas.

Ella bajó la cabeza avergonzada.

- Estábamos atrapados y fue lo primero que se me ocurrió. Lo hice inconscientemente. Después de todo... no es fácil cambiar algunas costumbres.

- Pero... ¿qué hechizo usaste?

- El que volvía sus miedos y maldad contra ellos mismos.- Dumbledore cambió de tema.

- ¿Por qué desmayaste al profesor Snape?- preguntó el director, mientras Severus le lanzaba una mirada nada agradable. Ella le miró, pero se apresuró a contestar.

- Si no le hubiera desmayado, tendría que haber tomado partido y todo se hubiera descubierto. Así, tenía una coartada, podría decir que uno de los rayos que impactaron en los carruajes le dio de refilón, dejándole inconsciente.

Además era inteligente. Observó su perfil, la suave curva de su nariz, los sensuales labios, su cuello... Se imaginó acariciándolo... Severus se sentía raro, se sentía... ¿vulnerable? No, no podía ser. Intentó apartar esos pensamientos de su mente, pero se dio cuenta de que Dumbledore le miraba con una sonrisa en los labios, como si adivinase todos sus pensamientos. Se apresuró a mirar por la ventana.

- Bueno, eso es todo lo que queríamos saber. Si necesitamos algo más, te llamaré.- Ella asintió con la cabeza. – Es muy tarde. Severus, acompáñala hasta su sala común. -Éste le miró sorprendido por la petición y vio que el director le miraba sonriente, pero accedió.

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En la sala común de Gryffindor, los tres amigos hablaban de lo que había ocurrido.

- Oye, Hermione, creo que deberías decirnos qué es eso que tú sabes pero que te has callado todo este tiempo.- dijo Ron.

Ella les miró no muy segura de si debía hacerlo.

- Vamos, Hermione, debemos saber qué es lo que pasa. Además, me pareció muy raro que Colagusano conociese a Beatriz.

- Está bien.- dijo con un suspiro.- Como sabéis, Beatriz es alguien muy poderoso, ya que puede hacer magia con las manos. Se le dan muy bien las artes oscuras y todo lo que tenga que ver con ellas. De echo, creo que sabría hacer cualquier maleficio que quisiera, y si no, acordaos de la clase del cruciatus de DCAO. Además está en Slytherin.

- Sí, pero no veo a dónde quieres llegar. Nos ha salvado la vida en dos ocasiones, es la única Slytherin que se lleva bien con todo el mundo y a la que odia toda su casa. Además, ¿no eras tú la que decía que era fantástica?- contestó ron

- Sí, pero eso fue antes de darme cuenta de un "pequeño" detalle. ¿Quién es ella? Su nombre no se encuentra entre las grandes familias de magos. Cuando la conocimos, en la tienda de Madame Malkin dijo que su túnica estaba encargada a nombre de Liria Nolight.

- ¿Y eso que tiene que ver? Si estaba huyendo de Voldemort, era normal que usase un nombre falso.- aseveró Harry

-Sí, el problema es cuando usa su nombre "verdadero": Beatriz Eld-Dyr.- Ambos la miraron con cara de no entender nada. Ella suspiró.- Dadle la vuelta a su apellido.

Poco a poco cayeron en la cuenta, y fue como si alguien les hubiera echado un jarro de agua fría, como si se les acabase el aire. Harry fue el que habló:

- Beatriz Ryddle.-musitó

**************

Severus se encontraba en su habitación, tumbado en la cama, aún vestido. No podía dejar de pensar en ella. Cuando le había preguntado a Dumbledore sobre sus padres, éste le había respondido que ella era la única que debía decírselo cuando llegara el momento.

- ¿Qué me ocurre?- Pensó.- ¿Qué es lo que siento? No me la puedo quitar de la cabeza, esto cada vez es peor. Es lista, inteligente, atractiva... Muy atractiva... ¿Por qué diablos me atrae tanto? Es sólo una cría...- Recordó el cuerpo que se intuía bajo la túnica de la chica, un cuerpo dsarrollado y bien formado.- No, no lo es, ya es toda una mujer...- Cada vez que pensaba en ella sentía una punzada en el corazón y se sentía alegre, vivo, como no se había sentido desde... desde que se enamoró (o creyó enamorarse) de Lily Evans, luego Lily Potter, la madre de Harry Potter.- ¿Qué me ocurre? ¿Es posible que sea... amor? Porque esto es mucho peor que lo de Lily, es mucho más fuerte, casi no lo puedo controlar...

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Bueno, bueno, aquí acaba este capítulo. Lamento que sea tan cortito, pero no daba para más.

He de deciros que me hizo muchísima ilusión el ver tantos reviews. Lo mejor fue al leerlos, ¡¡¡me puse como un tomate, igual de colorada!!! Muchas gracias, chicas, sois geniales ( aunque no creo que el fic sea para tanto...) Ahora creo que es mi deber resolver algunas dudas en general y dejar de ser tan mala. A ver, a ver... Mmm, sí. La primera, como no, estriba en ¿quién diablos es el padre de Beatriz? Pues veréis, tenemos varias pistas. La primera es el título del fic. La segunda, tal y como Harry, Ron y Hermione han descubierto, es su apellido. Luego tenemos su pasado, sus recuerdos, en especial aquel que dice que su padre era un humo verde que tomaba forma humana... Me diréis que le confesó a Severus que su padre era un mortífago... Sí, tenéis razón, pero, ¿realmente creéis que si su padre hubiera sido otro, se lo habría dicho? ¿a Severus? ¿Sabiendo que lleva la marca oscura? Me gustaría que os fijarais en una frase en especial: ", me enteré de quién era él y para qué me había estado enseñando todo. Esa misma noche, Voldemort mató a mi padre." Creo que de esta forma se puede entender mejor por dónde van los tiros. ¿Habla de algo real o en sentido figurado? Creo que deberéis esperar un par de capítulos para que Beatriz os lo cuente y se descubra todo. Ya os adelanto que Dumbledore sí que lo sabe todo. Aún así, os vuelvo a repetir que en este fic nadie es tan bueno o tan malo como lo parece...

Ahora, a contestar reviews!!!

Narua_Black: Pues creo que vas a seguir un poquito más con la duda de quién es el padre si has leído lo de arriba. Pero sólo un par de capítulos más... Soy mala, lo siento!!! Así que toca seguir leyendo.

Barbi_Black: ¡Hola! Me alegro de que te guste la historia y de que hayas decidido dejarme un review, ¡me encantan! Muchas gracias por tus alabanzas, vais a hacer que me ponga aún más colorada, voy a terminar pareciéndome a Ron cuando se azora!!

Aliance: ¡Bienvenida! Me alegro mucho de que te encante. ¿Que quieres que Sev y Beatriz se líen? Bueno, creo que eso es lo que queremos todas. Je, je, qué mala soy. No te preocupes, que en el siguiente capi hay una sorpresa, los gemelos tienen algo que ver, una broma podría salir mal y... ¡que no cuento más! A leer el capítulo siguiente.

Amsp14: Bueno, niña, ¡no sabes cuanto te quiero! ¡Te adoro! ¡Tres reviews seguidos! Creo que te voy a colocar en un altar. Me alegra mucho que te guste tanto la historia, ya verás lo que tongo preparado en el siguiente capítulo...como ya le he dicho a Aliance, pasa algo entre Sev y Beatriz... Algo que no debiera haber pasado y que hará que las cosas cambien... Por cierto, Voldemort no tenía hermanos, así que ya sabes de quién es hija, ¿no? He leído tu fic y ¡¡es genial!! Por Merlín, me encanta!! Ya te he dejado un review.

Clau de Snape: Vale, lo siento, ya se que soy muuuuy mala, pero es que si os decía desde el principio de quién es hija... Pues se me fastidiaba el invento. Lo que sí te digo es que ibas bien encaminada desde el principio, y que quizá en mi afán por despistaros un poquito, se me fue la mano, pero creo que ya lo he arreglado más arriba. ¿Para qué la estaban preparando? Eso tendrá que esperar más tiempo, pero ya te avanzo que no es nada bueno. ¿Cómo hizo para recibir el crucio en su propio cuerpo? Utilizó magia antigua. Ella, al igual que Harry, puede sentir cuando Voldy está más cabreado de lo normal, así que se enteró de lo que pasaba. Como siente algo muy fuerte por Sev (más de lo que quiere reconocer), no podía dejar que le hicieran daño, así que fue una especie de posesión de su cuerpo, pero sin que él perdiera la conciencia de lo que estaba ocurriendo. Como ya he dicho antes, en el siguiente capi pasa algo entre los dos, algo bastante fuerte. Entre Bea y Draco no hay nada en especial, Ella le odiaba por ser cómo y quién era, pero ahora, después de ayudarla, le cae bien. Él la admira y la respeta, ya que le ha puesto en su sitio y sabe que contra ella no puede. Nada más. Bueno, creo que ya está todo contestado, así que... a seguir leyendo!!!

Samara_Snape: ¡¡Bienvenida y gracias!! Me alegro de que te guste. ¿De quién es hija? Todas me hacéis la misma pregunta, pero creo que lo aclaré más arriba. Espero que sigas leyendo y que te siga gustando como hasta ahora.

Bueno, un saludo a tod@s aquellos que leéis el fic, me dejéis o no reviews.

Luna_Kitty_Lovegood,

Miembro de la Orden Severusiana

Miembro de la Orden Siriusiana