CAPITULO 2

CONFESIONES

Advertencia: Draco un poco OOC. Letra en cursiva. Pensamientos de los personajes.

Draco se encontraba meditabundo en su cuarto, calentándose el cuerpo sentado frente al fuego ardiente de su chimenea. Dos gruesas lágrimas corrían por sus pálidas mejillas... Su vida, había comenzado a ser un verdadero infierno; para ser más preciosos, desde que salió de vacaciones de verano. Su padre Lucius, era un fiel mortífago de Voldemort, y ahora que había resurgido del averno, de donde nunca debió haber salido, lo había hecho una vez más de lado.

Desde que tenía uso de razón, su padre siempre había sido indiferente y calculador. Nunca le había demostrado amor, cariño... Siempre tratándolo como un objeto, como un mueble más de la decoración de la enorme mansión en la cual vivía... Tan fría, tan carente de vida y de luz. Por eso odiaba a los Weasley, aunque sin razón; por que aunque eran pobres, tenían calor de hogar, aunque no tenían dinero, eran felices; y el, que supuestamente tenía todo lo que pudiera desear un chico de su edad, no podía serlo. Esa actitud tan arrogante, de chico conocedor y de mundo que mostraba hacia los demás, era como un escudo; para evitar que los demás se dieran cuenta de sus verdaderos sentimientos y pudieran herirlo. Además no quería contradecir las palabras que siempre retumbaban en su cabeza, cada que su padre se encontraba cerca:

"Un Malfoy siempre es superior a los demás, un Malfoy no debe sentir misericordia por sus inferiores, y mucho menos por los muggles... Un Malfoy no sabe lo que es tener sentimientos de cualquier índole" un Malfoy ... UN MALFOY... ¡¡¡MALDITA SEA, MALDECIA ESE APELLIDO!!! Sólo le había traído sin sabores, desgracias soledad y odio ¡¡¡MUCHO ODIO!!!

A sus diesiciete años, había llegado a la conclusión de que su vida haba sido un verdadero desastre y una grandísima pérdida de tiempo y sentido común. No tenía un solo amigo... Crabbe y Goyle no podían considerarse como tales. Solo eran par de gorilas carentes de criterio que solo servían para amedrentar a los más débiles. Se estaba mezclando con la peor de las calañas y si no se daba prisa, acabaría revolcándose en el mismo fango que su padre y tal ves ya no saldría. Viviría como un ser amargado; envejecería, y no habría nadie a su lado.

No, yo no quiero eso para mi- No se cómo voy hacer para salir de este infierno, pero lo voy a lograr.

También pensaba en su madre; la única que le demostraba cariño sincero, amor... Por ella es que se había detenido a abandonar la casa años atrás. Seguramente su padre habría descargado su enojo en ella, la hubiera culpado día tras día, y le hubiera hecho la vida miserable y nunca se lo perdonaría.

Se oyeron unos pequeños golpecitos en la puerta de su habitación.

-Draco, hijo... ¿Puedo pasar? -No había respuesta.

-Sé que estás molesto... Déjame entrar, por favor. La puerta se abrió despacio. Una vez dentro, Narcisa se acercó a su hijo.- ¿Cómo te sientes?

-Me siento muy mal, pero nada físico, más bien moral. Estoy agotado.

-Tu padre me contó lo que sucedió en el Caldero Chorreante. Por fortuna no pasó a mayores. Me hubiera dolido mucho si te hubiera hecho daño. -Narcisa le acariciaba el rostro con dulzura- Mira que tratar de buscarte una prometida...

Draco la interrumpió.

-Madre, por un momento, no me importó la idea de morir... ¡¡¡Estoy cansado de ser tu títere!!! Yo soy una persona, tengo derecho de decidir que es lo que quiero hacer de mi vida. No soy un bebé. Sé que mi padre es muy diestro en combate, y que las consecuencias hubieran sido fatales, pero aún así, lo desafié.

-Te comprendo muy bien hijo, y te apoyo... Pero entiéndelo, sólo trataba de...

-¡¡No lo disculpes, por que no hay razón para ello!! Sólo me ve como un negocio jugoso. No sé por qué tuve que nacer, si el no me quiere.

-Hijo, no digas eso, me parte el alma oirte hablar de esa manera. El te quiere, solo que no sabe como demostrártelo, dale una oportunidad de hacerlo...

-Si me quisiera, como tú dices, no se hubiera comportado como lo hizo en la tarde. Si lo hubieras visto madre... En su mirada solo vi odio, rencor... ¡¡¡Ibamos a batirnos en duelo!!! Como si fuera un enemigo al cual tenía que desaparecer de la faz de la tierra... Si el tipo no se hubiera interpuesto entre nosotros... Estaría muerto en éstos momentos, y no le hubiera importado tanto el ver a su único hijo tirado, sin vida. -Narcisa estaba impresionada por la manera de hablar de Draco, indiscutiblemente se estaba volviendo todo un hombre-.

-Ojalá yo hubiera tenido las mismas agallas que tuviste, para haber enfrentado a mis padres. Pero fui cobarde -Narcisa se apartó y se paseó por la habitación, sobándose los brazos, como si tuviera frío al recordar su pasado-.

-Yo no pude decidir... Tuve que casarme con la persona que ellos consideraron que era lo mejor para mí -Draco la escuchaba atentamente, mirándola con tristeza- Conocí a tu padre el día de la boda, no tuve antes contacto alguno con él. Se hizo una gran recepción, hubo cientos de invitados; Mi vestido de novia lo confeccionaron grandes diseñadores, el mejor de los banquetes, la mejor orquesta del mundo mágico... Yo estaba ilusionada... Pero muy asustada, tenía tu misma edad. Estaba apunto de dar el paso más importante de mi vida, imagínate todo lo que representaba para mí. Toda la gente decía que era muy afortunada por casarme con Lucius, tan galante, tan buen mozo, de buena familia y educado, un magnífico partido; y yo tan inexperta... Todas esas cualidades me deslumbraron, además, el era mayor que yo por siete años y tenía mucha experiencia Todo trasnscurrió de una manera normal... Hasta que nos quedamos solos. La primera noche juntos... Siempre imaginé que sería especial, el momento que toda mujer espera con ansias, con alegría; la noche que dejaría de ser niña...Para ser mujer.

Narcisa comenzó a derramar lágrimas, Draco intentó acercarse para consolarla, pero con un ademán de la mano, le dió a entender que estaba bien, y que quería continuar hablando.- Basta decir, que no pude levantarme de la cama en una semana; se portó muy duro conmigo, como una bestia salvaje... Los moretones en los brazos, muslos y piernas tardaron en sanar, no permitió que usara la magia para curarme- "Tienes que sentir el dolor, para que aprendas a ver quien es el que manda"- Esas fueron las primeras palabras de mi esposo en la noche de bodas.

-¡Madre ¿Por que no me habías dicho todo esto¿Por qué dejaste que...¡es inaudito¿Cómo pudo tratarte de ésa manera ¡Se comportó como un animal contigo¿porque no lo dejaste inmediatamente?

-Shhh, no tiene caso hablar de cosas que ya pasaron hace tantos años... (Todavía continuaban, pero no quiso mortificarlo más de lo que ya estaba) -Ahora lo único que me importa eres tú, y tu felicidad- Ven, acércate hijo- Madre e hijo se enlazaron en un fraternal abrazo lleno de emociones encontradas...

-Draco, quiero hacerte algunas preguntas y quiero que seas sincero. Es necesario que te abras conmigo. Solo así podré ayudarte. Sé que tal vez vaya a entrar en un terreno muy íntimo, pero es mi deber de madre estar al pendiente de ti.

-¿Qué deseas saber madre?

-¿Actualmente tienes una linda pareja? si no es así... ¿Hay alguna persona que te interese en la escuela, ó de nuestras amistades más cercanas?

Draco se safó de los brazos de su madre y le dio la espalda para no verse descubierto a través de sus ojos. Esa pregunta no se la esperaba y menos tan pronto, lo había tomado por sorpresa.

-¿Por qué te interesa saber madre? -Dijo en tono nervioso-

-Sé que son asuntos personales hijo, pero ya ves como está la situación. Si tuvieras una pareja formal, tu padre ya no estará reacio a obligarte a aceptar a otra persona. ¿Me comprendes? Ahora, por favor, responde a mi pregunta.- Narcisa tenía cara de una enorme preocupación.

-Esta bien... te responderé y seré sincero contigo. Sí, hay... hay una persona que me trae vuelto loco. No hago otra cosa mas que pensar todo el día en ella desde que salimos de la escuela. Su manera de comportarse, de caminar, de reírse, de hablar... En fin... Estoy completamente enamorado. Como nunca lo había estado. Draco dejó salir sun suspiro desde el fondo de su corazón.

-¡¡¡Hijo, no sabes el gusto que me da escuchar eso!!! Se facilitarán así las cosas... ¡¡Mi muchachito está enamorado!! Dime ¿cómo es¿Es linda?

-Bueno...Sí... tiene los ojos verdes más bellos que he visto en toda la tierra. Una boca sensual, cabello negro como la noche, tez blanca, y huele riquísimo... Más o menos de mi estatura. Es de sangre pura; como dato adicional, por si te interesaba saber. Viene de una buena familia de magos...A- A grandes rasgos así es.

-¡¡¡Estupendo!!! Con las señas que me diste debe ser todo un primor, digna de ti ¿por qué no me lo habías dicho?

-Porque no sabe acerca de mis sentimientos, Y no creo que lo sepa nunca. -Ahora era el turno de Draco de ponerse melancólico-.

-Deberías decirle, a la mejor también le interesas... Las chicas solemos ser tímidas, esperamos a que el chico dé el primer paso. Yo sé que tu no eres tímido Draco, ármate de valor y dile lo que sientes. Yo puedo ayudarte, si me lo permites... Me gustaría conocer a la chica que le roba el sueño a mi hijo.

-¡¡NO, NUNCA!! - Draco palideció-Quiero decir... es... algo seria, y bueno... no... Sé si ella quisiera... Además mi padre... -Draco tartamudeaba en un calro síntoma de desesperación.

-Tú dejalo de mi parte, una buena sesión de sexo y verás que lo convenzo de que te de permiso de traerla a casa, si algo tienen los hombres, es que solo piensan en intereses carnales... Eso nunca falla. ¿Te parecería el próximo fin de semana?

-¿¿¿El... próximo...??? Madre... verás, el... Quiero decir, ella... Está... de vacaciones con su familia... No creo que sea un... buen momento para...

-Por favor hijo, se razonable; Es por tu bien, a menos que quieras pasar por lo mismo que yo, y ser infeliz toda tu vida. ¿Verdad que no me negarás esta oportunidad? -Draco negó con la cabeza-.

-Mira cómo te has puesto... Más pálido de lo habitual y estás temblando como un chiquillo de cinco años; hijo, tranquilízate, estar enamorado no es para avergonzarse, al contrario, es para celebrarlo.

Draco estaba entre la espada y la pared, no quería fallarle a su madre, pero por otro lado... ¡Cómo decirle que de la persona que el estaba hablando, era un chico y no una chica¡ Y que el chico en cuestión era ni más ni menos que Harry Potter! Sería una impresión terrible para ella... Si todo fuera tan fácil de explicar, sería tan sencillo decirle que meses atrás, había descubierto una faceta en el, que hasta ese entonces le era absolutamente desconocida. Siempre se había considerado heterosexual al cien por ciento pero una persona le haba producido ciertos escalofríos cada que pasaba cerca de él. Incluso soñaba con él casi todos los días y no podía apartarlo de su memoria. Había llegado a la conclusión, después de largas horas de pensar y reflexionar, que era bisexual. De todas las mujeres con las que había estado... De ninguna se había enamorado; en cambio con Harry, aunque nunca hubiera habido nada entre ellos,si. Bien decían el dicho que del odio al amor, hay un paso... Y le había sucedio a el, para gracia o desventura. Y no tuvo el valor de decírselo a su madre en ésos momentos.

-E...está bien Madre... El próximo... fin de semana entonces... -Contestó tragando saliva.

-¡¡¡Muchas gracias mi amor!!! Hoy es lunes, tengo varios días para preparar todo, será una noche inolvidable... Eso sí, tendrás que decirle que venga vestida de gala, será una cena muy formal; tiene que quedar bien con a la suegra... Y también es para agradar a tu padre, hay que ganárnoslo ¿De acuerdo?

-De... acuerdo...

-Por cierto¿Cómo se llama la chica?

Otra prueba difícil para Draco.

-Ella se llama...Se llama...

-¡Si?- Narcisa parecía impaciente.

-¡Dominique Así se llama, Dominique...

-Hmm bonito nombre. ¿Dominique que...¿Cuál es su apellido?

¿Por qué demonios hacían tantas preguntas las madres?

-Furnón, Dominique Furnón.

-¿Es de familia francesa entonces, verdad?-Draco asintió- Muy buen gusto, los franceses son muy refinados.

-Es de origen francés, pero siempre han vivido en Inglaterra, no tiene acento al hablar...

Draco ya se imaginaba a a Harry hablando con acento francés.

-Bien, con eso es más que suficiente. Por cierto, tu padre nos espera para cenar. Ya sé que debes estar molesto con él, pero es buen momento para hacer las paces, aunque sea por causas de fuerza mayor. Hay que suavizar el terreno para la cena.

-Yo no tengo apetito y me duele la cabeza. Pero... Está bien, lo haré, pero solo por que tú me lo pides.

-Gracias hijo. Ven bajemos los dos juntos. Recuerda que no le gusta que lleguemos tarde y estamos lejos del comedor.

¡Maldición¿Ahora como iba a salir de esa situación¿Por qué no se había tenido el valor de decirle a su madre sobre sus preferencias sexuales? Estaba en aprietos. Necesitaría ayuda urgentemente. Intentaría por última vez, persuadirla de la dichosa reunión.

-Madre, no quiero que te hagas muchas ilusiones con la cena, todavía no sabemos si va a poder venir, no tiene caso que hagas los preparativos. Y si le avisamos a mi padre antes de... Y si todo se viene abajo; voy a quedar en ridículo delante de sus ojos, y le gustaría enormemente verme derrotado.

-Tienes que conseguirlo Draco, utiliza tus encantos masculinos, eres tremendamente guapo, y no creo que pueda resistirse. Verás que todo saldrá a pedir de boca.

-Pero es que...

-Nada de peros. Ya todo está dicho.

Draco y su madre ya no siguieron hablando del asunto. Solo caminaban por los amplios corredores de la mansión, que era inmensa. Abarcaba un terreno de más de ocho mil hectáreas, circundada por un bosque nublado y contaba también con su lago privado. Estaba cubierta a los ojos Muggles. Para ellos solo era una hacienda en ruinas, deteriorada y muy peligrosa. Oportunamente se habían hecho correr infinidad de historias macabras y sangrientas en torno a ella, por eso la gente procuraba no dar un paso cerca de ahí. Y las brujas y magos del mundo mágico, también la consideraban de cuidado. Solo familiares y amigos cercanos de Lucius podían tener acceso a ella. Muchos hechizos poderosos la protegían, y eran casi imposibles de romper, salvo por un miembro de la familia o por un mago con el suficiente poder mágico, la inteligencia y audacia necesaria para disolverlos. El estilo era gótico, sobrio, de buen gusto. El interior estaba decorado con muchas antigüedades que habían pasado de generación en generación. Pinturas, muebles y joyas de gran valor.

Se rumoraba también, que entre sus muros, guardaban celosamente la biblioteca más extensa de todas, con miles de libros de magia oscura sumamente peligrosa y mortal. Pasadizos secretos, túneles sin fin aparente; el que no los conociera a la perfección, corría el peligro de no encontrar jamás la salida y solo quedaba esperar la muerte como consecuencia. Grandes calavozos con artefactos de tortura, los preferidos de Lucius y los mortífagos. Una construcción tan grande, debía ser atendida por muchos elfos domésticos fieles a su amo. La mantenían impecable todos los días, de arriba a bajo, ni un gramo de polvo. Cortinas y alfombras relucientes. Los grandes ventanales, pulcros, sin ninguna mancha. El jardín de la parte delantera, recortado con una perfección milimétrica, y recortado de una manera muy especial, con figuras de animales; pero la más impresionante de todas, sin duda alguna, era un arbusto en forma de serpiente, justo enfrente de la entrada principal. Majestuosas fuentes, que aventaban el chorro del agua a unos diez metros de altura, Y para rematar, varios perros guardianes, entrenados para matar y prácticamente descuartizar a las visitas inesperadas. Todo un estuche de sorpresas.

Draco y Narcisa, llegaron por fin, hasta el amplio comedor italiano, donde podían, caber de veinticinco a treinta personas cómodamente sentadas. Lucius ya se encontraba ahí, esperándolos impaciente y con un semblante serio, malencarado.

-¡Vaya! pensé que no vendrían, hagan favor de sentarse. Lucius se sentaba en el lugar principal, seguida de Narcisa y Draco. De inmediato sus platos fueron llenos de excelente comida francesa, que era la preferida del jefe de la casa. Comenzaron a degustar sin dirigirse la palabra. Narcisa fue la que rompió el silencio reinante. Le hizo partícipe de los planes que tenía para el fin de semana. Estuvo a punto de protestar pero se contuvo, y se mostró comprensivo como le había dicho a O´Neil.

-Así que quieren hacer una cena... Y de paso, tendremos a una mujer como invitada... Veamos... ¿No será alguna treta sucia tuya, Drak? -Draco iba a protestar, pero su madre lo miró, y con éste simple hecho, guardó silencio.-Narcisa, sabes perfectamente que no me gusta que invites a personas "extrañas", sin mi consentimiento.

-Pero ella no es una "extraña" es la mujer de la cual está enamorado tu hijo Lucius -Draco quiso que se lo tragara la tierra al escuchar las palabras de su madre-.

-¡Vaya, vaya, conque esas tenemos¿Es eso verdad... Drak¿Estás enamorado o crees estarlo? -Lucius lo quería fulminar con la mirada- Te quedas callado, no es buena señal.

-E-Es verdad lo que te dijo mi madre. -Draco se mantuvo firme-.

-Entonces es una gran, gran... ¿Sorpresa?; Ahora comprendo tu comportamiento de la tarde... Está bien, puedes traerla, pero con una condición y creo que estoy en todo el derecho de pedirlo, ya que ésta es mi casa, y tú mi hijo.

-¿Qué condición Lucius? -Contestó Narcisa-.

-Ya que tu hijo me hizo la desatención de dejar olvidadas sus responsabilidades, con las damas habían quedado de verse con nosotros, en el Caldero chorreante; tendrá la amabilidad de invitarlas también para ése día. Sin objeciones, y les dará una disculpa por su conducta tan irresponsable.

-Pero, padre...

-¿Estás desobedeciéndome otra ves... Drak?

-No, claro que no ¿verdad hijo que aceptarás? Di que sí Draco, te lo ruego.

-Como tú digas... Padre.- Draco volvió a bajar la mirada, furioso, pero estaba en terreno peligroso y llevarla la contraria a su padre por segunda ocasión, atraería funestas consecuencias-.

-Bien Narcisa, entonces tienes que tener todo listo, será una reunión formal, una cena para más de cincuenta personas; tienes que lucirte, quiero que se queden con la boca abierta como siempre. La mayoría son de una buena familia de magos, y los Malfoy, debemos sobresalir de todas ellas.

!Lo que faltaba! una reunión con todos los amigos de su padre, ahora si estaba perdido.

-Descuida querido, sabremos ser unos dignos anfitriones... Tendré que comprarme un nuevo vestido, y Draco por supuesto que debe lucir elegante; ya que él será la celebridad principal, el centro de atención de todas las miradas.

-Compra todo lo que necesites, y no escatimes en gastos... Tengo que retirarme, hay asuntos pendientes que atender... Y Drak, luego hablaremos tu y yo. Con permiso. -Lucius dejó el comedor, sus pisadas se perdieron al cerrar la puerta detrás de él-.

-Por un momento pensé que se negaría... Gracias que todo salió a la perfección, Hijo ¿Por qué estás tan callado?

-Me siento mal madre... ¿Podría irme a descansar? Mis ojos se cierran, llevo varias noches sin poder conciliar el sueño.

-Claro, vé, que bien te hace falta... Una última cosa... Mañana tendremos que ir de compras¿de acuerdo? ya sabes a dónde. Necesitamos lucir espectaculares. Ese día será inolvidable, ya lo verás.

-Si ¡vaya que será inolvidable! -Draco hizo una mueca de resignación-.

Una ves en su cuarto, se tumbó en su cama, fatigado de tanto pensar y pensar. Sólo un milagro podría salvarlo de la gran golpiza, que su padre le daría al descubrir el engaño. Pero todavía faltaban varios días, algo se le ocurriría. Después de varios minutos, se dirigió a su escritorio, sacó pergamino, pluma y se puso a escribir unas cuántas líneas a su amor imposible, como él lo llamaba; a su amado Harry Potter. Pensar en él le devolvía el ánimo para seguir adelante con su locura. Y esos pensamientos le hicieron recordar el obsequio mandado...

¿Le habría gustado la esclava que le envió en su cumpleaños?

Días atrás, había salido a comprarle un regalo digno de él, y al verla en el aparador, inmediatamente supo que era lo que estaba buscando para una ocasión tan especial, el precio fué lo de menos, el valía eso y mucho más. Lo había envuelto de una manera delicada, y decidido de no poner su nombre, no era conveniente aún, solo firmó, como su "amor secreto" El chico de los ojos verdes, hacía que le saliera lo poeta desde lo más profundo de su ser, era la como la musa de su inspiración. En ése pedazo sin vida de pergamino, plasmaba sus fibras más íntimas, y descargaba la pasión tantas veces contenida. Las letras, los versos, los poemas, salían casi al instante, y si eso no era estar enamorado... Entonces estaba perdiendo la cordura...

Volvío al pergamino.

Harry:

Quiero decirte aquello que no conseguí decir jamás... que he mantenido oculto en mí por mucho tiempo ya... Hay un amor que crece en mí, y que no sé como esconder... ahora te deseo junto a mí.

Quiero decirte que tú sigues siendo mi alegría; cuando con "ella" estás... mis celos son una agonía... por todo aquello que me das, aunque sin quererlo dar... ésto te lo tengo que contar...

...De como cuando tú no estás, la soledad se mete en mí y me doy cuenta que además, no me divierto ya sin tí ...en cambio sin conmigo estás, éste oscuro gris será... de colores con la vida que le das...

Y que difícil es el hablarte de ésto a tí, que de amor no te gusta hablar, ni conmigo ni sin mi... tal ves por que tienes miedo como yo, de una respuesta que pudiera abrir tu corazón...

Quiero decirte aquello, que no he logrado decir jamás... que he mantenido siempre oculto en mí... hay un amor que crece en mí, que no sé como esconder... ahora te deseo muy junto a mí...()

Te amo... Tu amor secreto.

Draco tomó a su lechuza macho, y lo envió con la misiva. Sólo la vió alejarse y perderse en la oscuridad de la noche.

-Vé, y mándale todo a mi amor.

() "Carta" Interpreta: Laura Paussini.