Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece (escepto de momento uno... =P) son total y exclusivamente de J.K Rowling. No gano NADA por acerlo asi q no molesten por nimiedades!
Aviso: Slash entre chico/chico, asi q si no te gusta... ya saben lo q tienen q hacer!
Parejas: Trío compuesto por Severus x Harry x Draco.
Unas Navidades Movidas
Cap. 3
By AnnaLylian
Cuando llegó la noche, Harry se encargó de la cena y también de fregar, ya que a Draco no se le daba demasiado bien, y había sido Snape el que al mediodía lo hiciera.
La verdad es que se sorprendían cada vez que cogía un cacharro y lo dejaba reluciente. Ese muchacho sabía más de la casa que lo que era la vida misma.
- ¿Qué más sabe hacer Potter?- le preguntó cuando había acabado, y se iban al comedor para sentarse delante de la chimenea que encendió Snape.
- Cocinar, fregar... ¿tienes más secretos Potter?- preguntó también curioso Malfoy, mirando a Harry que estaba sentado en el suelo con las piernas tocando su pecho y los brazos enlazados alrededor, mientras la cabeza la apollaba en el sofá que tenía detrás.
- Barrer, limpiar el polvo y el lavabo, podar, arreglar cosas, eso si, que no sean muy allegadas a la electricidad, no se... lo ruinario supongo.
- ¿Rutinario? ¿Es que siempre has tenido que hacértelo tú? ¿Pero no vivías con tus tíos?- peguntó Malfoy mirando a su profesor que también tenía ojos en aquel niño.
- Tenía que hacerlo si quería que no me peg...- abrió los ojos cuando supo lo que iba a decir, cuando se levantó del suelo con rapidez-. Es igual, profesor, ¿me puedo ir a la cama?- al ver la cara de pocos amigos que traía el hombre, se quedó quieto, y después de ver que no conseguiría nada, volvió a sentarse.
- ¿Le pegaban?- preguntó escudriñando la mirada del muchacho que en ese momento había desviado.
- No le importa- le dijo enfadándose-. Es mi vida y no le importa a nadie.
- No digas tonterías Potter, ¿te pegaban?- volvió a repetir Draco queriendo saber la respuesta.
- Profesor, ¿puedo irme a la cama?- preguntó de nuevo, sin mirar al hombre.
- Váyase- dijo sin insistir.
- Gracias- se levantó, para volverse-. ¿A qué hora se tiene que estar levantado?
- Lo despertaré yo, tranquilo- la voz relajada y sin enfado del de ojos negros, hizo que un escalofrío le recorriera por todo el cuerpo, saliendo de allí como alma que se lleva el diablo.
- Pero Severus, podrías haber insistido, ¡te lo hubiera dicho!- le dijo el alumno cuando su compañero se había ido.
- ¿Draco, es que no ves que debe ser él el que nos lo diga?- lo miró cogiéndole la barbilla para alzarle la cabeza-. Escúchame, no quiero que lo presiones, haz como siempre, ¿entendido?- ante la afirmación de su pupilo, lo besó en los labios, para luego echarse sonre él.
Era temprano. No tenía reloj, pero sabía que no habría amanecido todavía. Se levantó. No tenía sueño, como últimamente le pasaba. Se vistió sin hacer ruido para no despertar a su compañero, y salió de la habitación. Se dirigió a la sala. Allí podría encender de nuevo el fuego, y así pensar en sus cosas, como lo hacía en la sala de Astronomía.
Cuando llegó, un ruido lo distrajo. Dentro de la sala había escuchado algo. Fue con cuidado para averiguar de qué se trataba. Cuando estuvo en la entrada, una figura se dejó ver en el sofá. Era Snape.
El hombre estaba desnudo, por lo que podía apreciar, pero no era él quien hacía esos ruidos, sino lo que había debajo suyo. Malfoy.
Aquello era desesperante, estaba viendo como aquellos dos estaban... Sin hacer ningún ruido, salió de allí, para salir por la puerta de entrada, para correr todo lo que podían sus piernas.
Corrió y corrió hasta que no pudo más. Desde lejos veía la gran mansión, pero al ver como una marca en la que alcanzarían sus pies, se paró de golpe para no traspasarla. Como les había dicho Snape, Dumbledore había hecho un hechizo alrededor de la mansión, de unos dos kilómetros a la redonda.
Aguantó su cuerpo en sus rodillas. Para sentarse en el suelo y luego recostarse. Quedándose allí, vio como las estrellas reflectaban todavía el cielo negro.
Cuando vio que la luz del día aparecía por el horizonte, pudo observar que aquello se parecía a lo que había visto cuando vio a Snape por primera vez sin una pizca de odio en su mirada.
Se levantó, para recorrer lo que había recorrido, para media hora después, llegar a la casa.
Intentando no hacer mucho ruido, cerró la puerta de la entrada, pero cuando se giró...
- ¿Se puede saber a dónde ha ido Potter?- le preguntó con los ojos llenos de ra, cogiéndole del brazo y retorciéndoselo lo bastante para que dejara escapar un gemido de dolor.
Malfoy estaba allí también. Harry habría jurado que lo que había visto era preocupación en la cara, pero al mirarlo de nuevo, vio una de simple indiferencia.
- ¿No le dije que yo era quien daba órdenes en esta casa?- amenazó el hombre.
Iba a decir algo cuando su propia resistencia fue capaz de detenerlo. Aquel hombre pensaba que iba a domarlo como había hecho con su otro pupilo, pero él no iba a ceder.
- ¿Por qué demonios ha salido?- le dijo sacudiéndole el brazo.
- No podía dormir- respondió con un hilo de voz.
- ¿Y se puede saber por qué no podía quedarse dentro de la casa?- volvió a retorcérselo-. ¿Qué ha estado, toda la noche?- preguntó muy enfadado.
- No, hace dos horas aproximadamente- ante aquella respuesta, el profesor entrecerró los ojos, sabía que en aquella hora Draco y él habían estado juntos en la sala.
- ¿Podría decirme por qué ha salido de la casa Potter?- le preguntó intentando averiguar si había visto algo o no.
El sonrojo de las mejillas del muchacho hizo que se lo confirmara. Con una sonrisa en los labios, Snape miró a Draco, que supuso lo que estaba pensando su maestro.
Harry, en cambio, no sabía qué hacer en aquellos momentos, la rabia y la tristeza iban aumentando. Rabia porque sabían lo que había visto, y tristeza ya que ellos se tenían mútuamente, y él no tenía a nadie.
- ¿Podría soltarme?- le preguntó Harry con un fuerte dolor que empezaba a despertar otras heridas.
- ¿Por qué, es que no te gusta que te toque?- preguntó con una sonrisa traviesa en los labios, haciendo que se estremeciera por haberlo tuteado.
- No es por eso señor, es que de verdad me duele bastante- dijo con dificultad.
- ¿De verdad?- dijo acercándoselo más a su cuerpo cogiéndole del otro brazo para ponerlo en la misma posición que el otro.
El grito de dolor del chico, hizo que los dos se asustaran, había comenzado a llorar y intentaba, pero sin hacer fuerza, que su agresor lo soltara.
- Profesor.. por favor... suélteme- pidió el muchacho entrecortadamente casi inescuchable.
El hombre al ver que aquello no era normal, lo soltó el cual cayó al suelo, llorando desesperadamente, intentando respirar sin casi conseguirlo.
- ¡Severus!- exclamó Draco al ver como la camisa que tenía estaba llena de sangre.
El muchacho fue hacia él, pero con una mirada y arrodillándose hacia el otro chico, entendió que aquella sangre no era suya.
Snape le puso una mano en la espalda, pero otro grito del chico, y viendo que la tenía ensangrentada, como pudo, lo llevó hacia la sala, ayudado por Malfoy, el cual también estaba preocupado.
Lo dejaron en el sofá. El mayor le intentó quitar la camiseta, pero el muchacho, no le dejaba. Tenía los ojos crispados de miedo y lágrimas resbalaban por aquel rostro.
- Harry, tranquilo, no voy hacerte nada, solo quiero curarte...- cuando vio que el chico asentía con la cabeza, se la quitó, llendo muy despacio.
Cuando se la hubo sacado, lo que vio, lo dejó sin habla. Ni Draco dijo nada.
El muchacho tenía toda la espalda con cicatrices abiertas y ensangrentadas. Aquellas podrían haber sido hechas por un cinturón, una vara o algun objeto que sirviese para pegar y hacer daño.
Mientras el compañero se quedaba a hacer compañía a Harry, el profesor fue a la planta de abajo, cogió de su laboratorio un ungüento que él mismo usaba cuando su ex-señor le hacía alguna herida de gravedad y subió a toda prisa.
Draco no sabía qué hacer. Aquel muchacho estaba con los ojos bañados en lágrimas, mientras el miedo se reflejaba en ellos. Hizo un intento de hacercarse, y se paró.
- Debes pensar que soy una nenaza, ¿no?- le preguntó Harry.
- ¿Pero qué dices?- se acercó más a él, quedando delante mismo arrodillándose con las manos apolladas en las piernas del chico.
- ¿No lo piensas?- dijo con cierto sarcasmo y con una sonrisa, cerrando los ojos-. Me decepcionas- abrió los ojos-, ¿no me odiabas?
- Vamos Harry, ¿cómo quieres que piense que te hayan hecho esto sea para mí una ilusión?- dijo enfadado.
- ¿A no? El año pasado no pensaste lo mismo...- titubeó.
- No me lo recuerdes, intento olvidarlo...- dijo cerrando los ojos.
En ese momento apareció Snape por la puerta portando aparte del ungüento, una caja, y una toalla.
- Harry, antes de ponerte esto- señaló el remedio-, tengo que limpiarte la sangre con alcohol.
- Haga lo que le plazca- dijo cansado.
- Oye, podrías ser más respetuoso, ¿no crees?- defendió enfadado Draco.
- No lo he dicho en ese plan, la verdad es que cada vez que me han dado una paliza, me he tenido que curar yo solo...- diciendo esto, sonrió- la de esta vez, me metí en la ducha hasta que paró de sangrar.
Aterrados por lo que acababa de decir, Snape lo curó, no oyendo ninguna queja. Cuando acabó, el chico estaba tan cansado que cerró los ojos y se durmió.
Se despertó en la sala. Por lo que pudo observar, tenía puesta una camiseta limpia y estaba solo. Oyó el relinchar de Troix y haciendo el esfuerzo de levantarse y tras conseguirlo, salió de la sala para salir de la casa.
Allí, vio como el caballo trotaba libre. Sin rastro de sus dos compañeros de casa, se acercó a la verja. Éste no hizo ni dos pasos más cuando se encontró de nuevo con la lengua del animal en la cara.
- Hola Troix, ¿qué tal has dormido?- el caballo relinchó-. Vaya, ya veo, así que muy agusto ¿no?- la voz la tenía ronca.
Unos pasos detrás de él, hicieron darse la vuelta. Allí estaba Draco, con el delantal puesto y cruzado de brazos con expresión de enfado.
- ¿Se puede saber qué haces levantado Potter?
- Malfoy, hazme un favor... llámame por mi nombre- dijo sonriendo mientras Troix le daba otro lametón-. Pareces un perro...
- ¡Oye!- dijo molesto el rubio, acercándose.
- Tonto no te lo decía a ti, se lo decía al caballo- dijo riéndose con ganas.
Hacia tanto tiempo que no veía esa sonrisa, que también a él le entraron ganas de reír.
Snape apareció por la puerta de entrada y lo que vio lo hizo sorprenderse. Los dos muchachos se reían a pata suelta, y el caballo no paraba de rechinar como diciendo que él también lo estaba haciendo.
- ¿Se puede saber que pasa aquí?- salió de la casa, para llegar hacia donde estaban ellos.
- Profesor... es que... tiene a un perrito muy grande- dijo costodamente por la risa Harry.
- Anda, pasad a dentro que tenemos que hablar.
Cuando los tres estuvieron en la cocina, la mesa ya estaba preparada, y la comida apunto para comer.
- ¿Quién a cocinado?- preguntó intrigado Harry-. ¿Usted?
- Harry por favor, llámame por mi nombre aquí, ¿quieres?- dijo el hombre mirándolo seriamente.
- Lo siento señ.... Severus- dijo con dificultad.
- Bien, tenemos que hablar de lo de ayer...
- Por mucho que le... que te diga lo que me han hecho estos años, no le... no te vas a quedar más a gusto- aquello estaba resultando bastante difícil, pero para Malfoy y Snape, era bastante divertido.
- No... bueno, si que querría saber lo que te han hecho, pero de lo primero que quiero hablar es de lo que viste anoche Harry.
Draco estaba comiendo muy tranquilo los espaghettis que tenía delante sin inmutarse, aunque el sonrojo del chico de la cicatriz fue lo que hizo que dejara de comer ya que aquello se ponía interesante.
- Yo... yo...- titubeó sin decir nada.
- No hace falta decir lo que viste. Lo único que tienes que saber es que cuando nosotros tenemos el apetito sexual muy alterado, no nos importa hacer lo que tengamos que hacer- se llevó una cuchara a la boca.
- Es decir, nos ayudamos los unos a los otros- dijo aclarando Draco-, para nosotros los Slytherins es una vieja pero agradable costumbre- dijo mirando de reojo a su profesor y mostrándole una sonrisa, que en ese momento acababa de masticar y se la devolvía.
Harry lo veía con sorpresa, pero no sabiendo muy bien lo que acababa de oír, se puso a reír. Los otros dos, se le quedaron mirando. Era tan bonita la cara alegre de aquel niño, que intentarían volverlo así de contento al acabar las vacaciones.
- Lo... lo siento... pero es que me he acordado... de que cuando os vi ayer, me asusté tanto que por eso salí corriendo...- dijo aclarando el por qué salió de allí.
- El que lo siente soy yo...- se disculpó el profesor-. No debí haberte hecho daño.
- Va, no se preocupe no importa- dijo de nuevo con el tono de respeto.
Ante aquel hecho, el rubio empezó a decir que rectificara, pero el mal ya estaba hecho, y el hombre se levantó, cosa que Harry se asustó.
- Vuelve a llamarme de usted en esta casa, y te juro que no respondo- dijo cogiéndole la barbilla.
- Perdón se... Severus...- dijo intentando remediarlo.
Ante el asentimiento del profesor y ver que como volvía a su asiento, se llevó una mano al pecho, y suspiró aliviado. Malfoy lo vio y empezó a reír por lo bajo.
Continuará...
Notas:
El tercero y muy triste pa mi gusto... T-T eso d q a mi niño lo maltraten no me gusta nada... pero es q tenía que ponerlo... no había elección... es algo que tienes q hacer sin q t guste... pq sino no puedes seguir el ritmo de la historia... no me mateis porfa... es q ... si yo soy la q mas triste estaaaaaaaaaaaaaaaa..... buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!!!
Bueno... (¬¬UUU ¿Ya estas recuperada? ¿¿¿Despues de dejar sin poder ser usado el teclao y parte del piso??? No quiero saber como se pondrá mamá cuando lo vea todo encharcao... pensara q te as meao o algo asi... ¡Caya! UUU)
Bien... vayamos a por los revs... =P
Bueno poix... oy es un dia especial... ya q voy a subir tres caps d golpe....(¬¬UUU Ya le podeis dar gaxas a mi niña Marsha... q si no.... no los iba a subir .... Pero... la verdad... me ara ilu q me digais... q tal... ya q va a ser un capi d sorpresas... wajajajajajajajaja... vereis... la escena.... Jejeje
Ala!!! Nos vemoooooooooooooooooos!!! O
Muaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaks!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
AnnaLylian
PD; Comentarios, sugerencias y demás... en
