Típico: Algunos Personajes pertenecen a J.K.Rowling y otros son míos y bla bla bla
Summary: En un lugar dejado de la mano de Dios donde no se conoce lo que es la magia, nuestros jóvenes protagonistas luchan día a día por sobrevivir en el barrio y conseguir pasar su último curso en el instituto.
Atención: Esta historia contendrá violencia, sexo, temas sobre la droga, el alcohol.
Yop: ¿Prisa? Jeje tía, es que cuando se me ocurre una historia se hace sola en mi cabeza jaja, nada no fumé nada del otro mundo jaja. Sí todos unos yonquis, la coca es mala, la peña acaba toda colgada. La personalidad del novato es la de un chico que conocí en verano que buf buf cómo estaba el cabrón, pero era maaazo de tímido, era muy gracioso ver como todas las pivas pedían que se lo presentasen y yo que me había liado con él pensando… joer no entiendo porque es tan tímido si tiene a todas a sus pies jaja, en fin, a ver si vuelvo a quedar con él (risa traviesa). ¿El piercing te dolió? Yo es que ya les he dicho a mis viejos que se aguanten, que llevo desde los 12 años queriéndomelo hacer y ya tengo casi 18, así que aire, que no me coman la cabeza. Juas, es que como yo pille a un tío con uno en el pezón, vamos vamos… es que no sé lo que hago jaja (yeaa babas, acabaremos llenando una piscina jeje) Bueno nena, espero que te guste este capítulo. Besazos!!
Lira Garbo: Hola preciosa, jaja es que es un cuadro, en fin… mi mente malévola a veces les hace hacer cosas malas, jaja. A ver si te gustan las sorpresitas, y yo sigo, como siempre sigo, jaja aunque tarde. Aquí tienes el capítulo, espero que te guste.
Hola, siento el retraso, es que este finde ha sido demasiado… demasiadas emociones, sensaciones, bueno buf… en fin y me acabo de fumar un porrilo y estoy aquí recordando todo… y bueno por eso he tardado en acabar la historia, que ha sido compuesta durante los días estos de fumada que tenía un momento o que conseguía escribir jeje. Además me he metido en un lío muy jodido con respecto a tíos jaja, no sé como lo hago, siempre la armo… en fin, disfrutar del capítulo.
DEBAJO DE UNA MÁSCARA
3. El Soul
Cuando estaba llegando a la puerta Sheila se dio la vuelta y se quedó mirando la boca de Chester.
- ¡Tienes un piercing! –el profesor asintió- no sabes el morbo que me da un piercing en la lengua de un tío –Chester se quedó con la boca medio abierta, Sheila le miró sonriendo- ven, antes de entrar vamos a fumar un poco.
Sheila cambió de rumbo y se fue a unos columpios que estaban enfrente del local, se sentó y Chester a su lado. La chica sacó una bolsita con marihuana, la abrió y le enseñó como olía a Chester.
- Es marihuana venenosa, ya verás lo que te vas a reír –luego metió la mano en la chaqueta para ir sacando el papel, la mora, el mechero, y cuando sacó otra bolsita con unos polvos, Chester la agarró de la mano que sujetaba esa segunda bolsa.
- No le pongas polvo también, no es necesario que lo mezcles –Sheila se le quedó mirando.
- Novato, lo estás deseando –el profesora la mantuvo la mirada totalmente serio- bien bien, yo no lo añado, pero algún día me dirás qué te pasó a ti con esas sustancias, porque lo veo en tu mirada.
En un abrir y cerrar de ojos, ya estaba listo el porro de maría venenosa (N/A: a ese tipo de porro de marihuana venenosa, le das como dos tiros, y ya estás por los suelos sin parar de reírte y montándote unas movidas bien serias) Sheila lo encendió y empezó a fumar, Chester se mantenía en silencio, mirando el humo que envolvía la figura de la joven.
- ¿Cuánto hace que no fumas porros? –dijo Sheila tendiendo el porro hacia Chester.
- Desde hace un par de días –agarró lo que le pasaba Sheila y le dio un tiro.
- Ah bien, que sino te podía entrar muy mal esto –Chester la sonrió y asintió.
A medida que el porro se iba consumiendo, los dos se reían más y hablaban como si se conociesen de toda la vida, eso es lo que pasa cuando estás fumando con una persona a la que no conoces de nada, pero es como si un vínculo empezase a unirles.
Ginny iba a entrar al Soul con dos amigas cuando vio a dos personas reírse, decidió acercarse a ver si tenían un cigarro.
- ¿Dosis? –Sheila la vio y se contuvo la risa.
- Anda por fin apareces, ¿qué tal Ginny? –la chica miró a Chester y luego a Sheila, sonrió.
- ¿Voy a tener que bailar mucho sola antes de que aparezcas? –Sheila comenzó a reírse.
- No, vamos ya –le dio un empujón amistoso a Chester para que se levantase y se encaminaron hacia el local.
El puerta las sacó de la fila que se había formado mientras ellos estaban fumando.
- Sheila, Ginny, ya sabéis que vosotras no tenéis que hacer cola –dijo Lee Jordan, él era también propietario del local, pero le gustaba ponerse en la puerta para ver a las chicas que entraban.
- Este es Novato, viene conmigo –dijo señalando a Chester. Lee asintió y memorizó la cara para dejarle pasar la próxima vez.
Entraron en una sala amplísima, llena de gente por todas partes, en el centro muchas personas estaban bailando, en esa parte solían poner R&B y funky, más lejos estaba una zona en donde la gente hacía break y ponían rap, a la izquierda había una escalera con un hombre vigilándola, esa era la zona V.I.P., y ahí ponían la música que los que pasaban querían.
- Voy a por unas copas –dijo Ginny- ¿queréis algo? –los dos negaron con la cabeza.
- Vamos a bailar mientras –Sheila cogió del brazo a Chester y tiró de él hacia el centro de la sala.
- ¡Yo no sé bailar! –dijo el chico intentando escabullirse entre la gente.
Sheila como toda respuesta, agarró a Chester del cuello, se pegó a su cuerpo y empezó a bailar, moviendo las caderas y el cuerpo al son de la música. Después de un par de pasos torpes, Chester empezó a moverse con más fluidez y acompasándose con la música y con los movimientos de Sheila. La morena se separó y le dio la espalda, levantando los brazos entrelazados al aire, Chester deslizó sus manos sobre los calentadores de la joven y se pegó por detrás a ella, mientras se movían unidos y el joven respiraba sobre el cuello de Sheila.
En la zona V.I.P. estaban Draco, Ron, Harry y varios amigos suyos, desde arriba, había un balcón con una vista perfecta de la sala de baile, incluso para los que estaban sentados en los sillones. Arriba estaban inclinados en la mesa, que contenía diversas sustancias esparcidas en bolsas, sobre alguna tarjeta…
- ¡Ey! –dijo Ron llamando la atención de los que estaban metiéndose una raya- joder, mirar a la Dosis y el Novato.
Todos levantaron la cabeza y se fijaron en el centro de la sala, algunos que bailaban abajo se habían apartado y miraban a Sheila y Chester bailar, era un baile tan excitante que no sólo les provocaba esas sensaciones a los dos que estaban bailando, sino también a los que miraban.
Las manos de Chester habían llegado hasta la cintura de la chica, que se había dado la vuelta y había acabado a escasos centímetros de la boca de su profesor, ambos sonrieron y siguieron extremando sus movimientos, como si nadie les mirase, como si en ese momento la música fuese parte de la vida, una melodía que movía todos sus movimientos y condicionaba sus acciones.
Sus cuerpos se separaron un poco como pidiendo aire, el calor era sofocante ahí abajo entre la gente y entre ellos dos, Chester levantó la mano y puso un dedo sobre los labios de Sheila mientras comenzaba a acercarse más, la joven sonrió y se pegó de golpe a él, y empezó a bajar mientras bailaba, deslizándose por el cuerpo de Chester, las manos de Sheila pasaron su palma por el pecho del joven y bajaron y bajaron peligrosamente al igual que el cuerpo de ella.
- Jooooder –exclamó Harry al ver las manos de Sheila deslizándose por las piernas de su profesor.
Draco miraba con el entrecejo fruncido a Sheila, que ahora había sido agarrada por Chester, que la acompañaba a subir el camino que había hecho. Sheila se agarró de nuevo al cuello de Chester y posó su cabeza en el hombro y le susurró a la oreja.
- Dime que no es piercing en el pezón lo que he tocado –Chester empezó a reírse- buf buf, pues agárrame o puedo hacer algo malo.
Chester agarró por la cintura a Sheila y la apretó contra él, mientras aún se movían. La chica se acercó a su oreja y empezó a dar mordisquitos en el lóbulo. Chester la apretó aún más mientras cerraba los ojos y bajó la cabeza a la altura del hombro de ella, empezó a besarlo y a ir subiendo del hombro al cuello.
- ¿Dónde está Dark? –dijo Ron mirando al sillón vacío en el que había estado el rubio. Harry y los demás se encogieron de hombros.
Draco llegó al centro de la sala y vio como Chester se acercaba peligrosamente a los labios de Sheila, mientras ambos tenían la frente apoyada en la del otro y se miraban fijamente. El rubio avanzó hacia ellos.
- Sheila –la chica miró confusa hacia Draco- te busca Berlusconi –después de haber dicho eso, Draco comenzó a caminar en dirección a una puerta por donde solo pasaban los jefes del local y Berlusconi, ese hombre era el que tenía todo el poder sobre el barrio, venía de Italia y nada más llegar sembró su nombre por todas las calles y rincones, tanto todos los niños como todos los adultos conocían su nombre, se hacía respetar y nadie le llevaba la contraria, realizar un trabajo para él era un halago.
- Novato, tengo que ir –dijo la chica mirándole aún con sus bocas a escasos centímetros.
Sheila se separó y contuvo la respiración para calmarse, luego indicó a Chester que subiese a la zona V.I.P., donde estarían algunos de clase. El profesor hizo lo que la chica le mandó y fue a subir las escaleras, Sheila se acercó a la puerta por la cual había pasado Draco instantes antes.
- Dosis ragazza –dijo una voz rota, pausada, callejera, capaz de imponer respeto nada más escucharla- ¿Qué gusto volver a verte?
- Lo mismo digo señor Berlusconi –dijo Sheila fríamente- ¿Qué tal le va?
- Benne Benne ragazza.
Indicó a Sheila que tomase asiento, y juntó sus gruesos dedos llenos de anillos de oro. Inclinó la cabeza para empezar a hablar de forma silenciosa sobre el tema del tráfico de drogas, quería subir a Sheila de "nivel" para hacerla un camello algo más importante. Sheila asintió ante la noticia y se marchó con Draco.
- ¿Estás contenta? –preguntó Draco fríamente.
- Bueno, ya sabes que aquí es lo único que se puede conseguir, y subir nunca viene mal –Draco no contestó y siguió caminando- te refieres a otra cosa, ¿no?
- No –contestó secamente el rubio mientras empezaba a subir las escaleras.
- ¿Te ha molestado que bailase con él? –Draco dejó de subir las escaleras se giró hacia Sheila, acercando su cabeza a la de ella.
- ¿Qué te has tomado hoy? –se giró y llegó al último escalón.
Sheila llegó al final de las escaleras y empezó a saludar a la gente que había por los sillones, hasta llegar al último de todos, el que mejor vista tenía de la sala de baile y el más apartado de todos, el de Sheila y su gente.
- Ey Dosis, que gracioso es el Novato –dijo un chico castaño al que llamaban Little por ser muy bajito. Sheila sonrió al ver que señalaba a Chester, y se sentó en un sillón al lado de Draco.
- De fijo –dijo irónicamente Draco mientras se encendía un porro. Sheila miró a Draco y le puso la mano disimuladamente en la pierna, la oscuridad de ese rincón estaba rota por unas velas en el centro de la mesa y por los porros encendidos.
Empezaron a hablar de sexo, al ser todos chicos menos Sheila empezaron a utilizar palabras groseras que Sheila tuvo que tranquilizar con unos cuantos gruñidos para que tuviesen cuidado de qué decían de alguna chica delante de ella.
- ¿Quieres parar de excitarme? –dijo Draco inclinándose hacia Sheila para que nadie más le oyese. La mano de Sheila había subido mediante caricias hacia la parte entremedias del pantalón y ya llevaba un rato ahí. A Draco le pasaron el porro.
- ¿No te gustaba que te hicieran eso? –preguntó mordazmente Sheila.
- Pero no aquí. No me gusta ponerme a tono delante de la gente –contestó Draco.
- Pues yo estoy caliente –dijo Sheila acercándose a su oreja y haciendo que Draco no se enterase de una china que acababa de caer en su pantalón y empezaba a quemarlo. Draco la miró con la boca entreabierta.
- Eh Dark capullo, te vas a quemar –dijo riéndose Harry. Draco golpeó el lado del pantalón donde estaba la pequeña quemadura. Luego se giró de nuevo hacia Sheila y miró el porro, le dio una calada y aguanto el humo mientras se lo pasaba a Chester, luego sin que nadie se diese cuenta se acercó a la boca de Sheila y le pasó el humo mientras la besaba.
Sheila contestó el beso y dejó que las manos ansiosas de Draco se deslizasen por su cuerpo, mientras ella aún seguía acariciando por encima del pantalón del chico. Los demás cambiaron de tema y siguieron hablando todos, mientras rulaban los porros, intercambiaban puntos de vista, se metían alguna raya… y Sheila y Draco seguían besándose.
- Yo me voy a mi casa –dijo Sheila separándose de Draco y levantándose mientras buscaba su chaqueta.
- Espérate cinco minutos y te acompaño –dijo Draco fulminándola con la mirada al no poder levantarse por culpa de su excitación.
- No tengo cinco minutos –la chica se giró y empezó a dar dos besos a todos. Cuando llegó a Draco, éste se levantó con el jersey de Sheila delante de él y caminó rápido al lado de la morena hacia las escaleras.
- Eres una puta, ¿sabes? –Sheila se rió y agarró a Draco para besarle, mientras bajaban las escaleras.
Draco y Sheila salieron del local, despidiéndose de todo el mundo que se les acercaba y caminaron hacia la casa de Sheila. Entraron en su edificio y subieron las destartaladas escaleras, llenas de pintadas, quemaduras, las baldosas levantadas, piedras por todas partes. Luego llegaron al pasillo, pasando por puertas medio rotas, otras abiertas que dejaban ver en el interior casas pobres.
Siguieron andando y llegaron a la puerta de Sheila, ella sacó la llave y empujó con fuerza para entrar. Comprobaron que no había llegado el padre de Sheila y se dirigieron a la habitación de Sheila. Desde dentro bloquearon la puerta por si venía el padre y encendieron unas cuantas velas para dar luz a la pequeña habitación.
Draco se acercó a Sheila y la comenzó a desnudar, mientras la besaba por el cuello y el pecho. La chica cuando estuvo totalmente desnuda y se hubo ganado una mueca de Draco al haberle visto heridas debajo de los calentadores y algunos moratones por la espalda, tumbó a Draco en su cama deshecha y se subió sobre él, mientras comenzaba a sacarle la camiseta y los pantalones de forma rápida.
El rubio la agarró del trasero mientras se acomodaba sobre dos cojines que estaban en la cama, Sheila se situó sobre su erección y comenzó a bajar mientras Draco cerraba los ojos y la agarraba con más fuerza, la chica también cerró los ojos y bajó despacio, con movimientos circulares para ir acostumbrándose.
Cuando ya se hubieron acomodado y encajado a la perfección, Sheila comenzó a moverse sobre él, mientras Draco de vez en cuando la guiaba en la velocidad o cuando necesitaba que cambiase de movimiento para no correrse enseguida.
Oyeron la puerta de la casa cuando comenzaban a gemir con más fuerza, ambos aguataron los gritos hasta que oyeron un ruido sordo sobre el suelo de la casa, como si se hubiese derrumbado un cuerpo inconsciente.
Sheila gimió cuando Draco levantó la cadera con fuerza una y otra vez mientras ahora se movían los dos con más fuerza y rapidez, Sheila se inclinó y se agarró a sus hombros mientras le besaba el lóbulo de la oreja a Draco, el chico no podía evitar suspirar y sin poderlo aguantar comenzó a gemir más rápido al sentir que estaba llegando.
- Shei, Shei, para me voy a correr –dijo Draco entre gemidos y suspiros ahogados. Sheila le miró y cuando iba a pararse, él cerró los ojos y la apretó con fuerza hacia él. La chica notó como Draco eyaculaba en su interior.
- Draco –dijo con una voz entrecortada. El rubio solo pudo mirarla y luego apartar los ojos de los suyos.
- Lo siento tía, estaba demasiado drogado para controlarme –Sheila se quedó aún quieta, con Draco en su interior, era cierto que no era la primera vez que tenía esa clase de problemas, pero siempre tenía miedo de quedarse embarazada. Draco se movió para separarse de ella, pero Sheila le agarró.
- Ya la hemos cagado, ahora dame lo que me merezco esta noche, no esta mierda de polvo –Draco se la quedó mirando con ojos como platos.
Ella empezó a besarle para intentar volver a excitarle, no costó mucho, ya que las drogas ayudaban en esos momentos, y las palabras de Sheila le hirieron en la vena de hombre, por lo que pronto estuvo dispuesto para coger a Sheila y tumbarla con la cabeza a los pies de la cama y con las piernas entrelazadas en sus brazos mientras la poseía con descaro.
Sheila sintió que estaba llegando al orgasmo, por fin notó esa sensación de placer recorriendo todo su cuerpo, Draco salió y llegó al clímax fuera. Luego se secaron un poco el sudor y se metieron en la cama aún desnudos.
- Eso ha estado mejor –dijo Sheila besándole en la boca. Draco la abrazó- eres un celoso –dijo Sheila acurrucándose en el pecho del rubio.
- No lo soy –dijo Draco molesto.
- Lo que tu digas –la chica besó los labios rojizos de Draco y cerró los ojos.
El ruido de los motores de los coches al arrancar, voces femeninas que gritaban hacia la calle, los niños correteando y jugando, hicieron que Draco y Sheila se despertasen torpemente, acostumbrándose a la débil luz que entraba por la ventana rota del cuarto de la chica.
Cuando Draco consiguió enfocar la vista, vio a Sheila coger ropa de las estanterías y dirigirse hacia el único baño de la casa, que por suerte estaba conectado con su cuarto. El rubio se levantó con la cabeza dando tumbos, se tocó la sien mientras recogía sus prendas entre la manta de la cama y el suelo.
Draco se acercó al espacio abierto que daba lugar a un baño pequeño y visto desde el interior de la habitación porque no tenía puerta en el hueco entre las dos paredes. El chico se asomó y vio la pequeña ducha en la que estaba Sheila, el agua caía con fuerza y no daba la impresión de que estuviese muy caliente porque la piel de Sheila estaba de gallina y de vez en cuando ella reprimía un escalofrío.
- Shei si tardas mucho no me quedará agua caliente –escuchó una risa del interior de la cascada de agua- además ¡vamos a llegar tarde!
- Cómo si fuese la primera vez que llegas tarde Darky –pronunció la última palabra con burla- y no queda agua caliente.
- Pues entonces caliéntame tú la ducha –dijo Draco tirando su ropa al suelo de la habitación y entrando en la ducha con Sheila.
Sheila pegó un chillido divertido mientras se reía al sentir las manos de Draco rodear su cintura, y el cuerpo pegado al de ella debido al pequeño tamaño de la ducha.
Draco sintió el agua congelada, no solo fría, sobre su piel nada más meterse en la ducha. Un escalofrío recorrió su cuerpo mientras se apretaba más al calor que desprendía el cuerpecillo de Sheila.
Nada más acabar, se vistieron y salieron corriendo de la casa, Draco al llevar siempre mochila, se había traído incluso los libros de clase. Sheila y él caminaron dándose pequeños empujones a lo largo de la calle. Cuando llegaron al instituto, acaba de sonar la alarma, así que no llegaron muy tarde.
- Llegáis tarde –dijo la voz clara de Chester.
- Lo siento Novato, había mucho tráfico –la clase se rió y Chester miró fríamente a Sheila.
- No soy Novato en clase, soy tu profesor y tú mi alumna –Sheila le miró con las cejas levantadas, apartó la cabeza mientras se reía irónicamente y se fue a su asiento.
En clase nadie atendía, las chicas habían acercado las sillas y se pintaban las uñas, los labios, o cuchicheaban sobre nuevos cotilleos, los chicos se juntaban en grupos y tiraban bolas de papel a las chicas, o hablaban de tonterías machistas.
Sheila estaba apoyada en el respaldo mientras leía un libro, y Draco estaba hablando con Ron y Harry y de vez en cuando miraban hacia Sheila. Hermione era la única persona en toda la clase que atendía a lo que el profesor intentaba decir. Chester se había acercado a la mesa de la chica y le explicaba la clase a ella al ver que con el resto era imposible.
Sonó la campana para cambiar de clase, Sheila se levantó mientras seguía leyendo y cogió los libros con la otra mano. Los alumnos empezaron a salir atropelladamente.
- ¿Esta noche en el Soul… profesor Anderson? –dijo Sheila levantando la mirada del libro mientras sonreía irónicamente. Y fue a salir de la clase.
Chester llegó antes que ella a la puerta y la cerró detrás del último alumno, dejando únicamente a Sheila dentro, la agarró del brazo con fuerza, haciendo que se le cayese el libro al suelo y la empujó contra la puerta.
- Vaya vaya –dijo Sheila recobrándose del sobresalto anterior y sintiendo el cálido aliento de Chester que bajaba hacia sus labios.
Sheila cerró los ojos cuando los labios de Chester sellaron los suyos, fue un beso corto pero intenso, Chester se separó y la miró a los ojos.
- Es lo que me interrumpieron anoche –dijo dándose la vuelta y dejando que Sheila abriese torpemente la puerta y saliese hacia la siguiente clase.
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^Qué sueñes con los murciélagos^
Bueno, ala el capítulo.
Espero que os guste.
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Gracias por leer
