Típico: Algunos Personajes pertenecen a J.K.Rowling y otros son míos y bla bla bla

Summary: En un lugar dejado de la mano de Dios donde no se conoce lo que es la magia, nuestros jóvenes protagonistas luchan día a día por sobrevivir en el barrio y conseguir pasar su último curso en el instituto.

Atención: Esta historia contendrá violencia, sexo, temas sobre la droga, el alcohol.

Lira Garbo: Me alegro de que te gustase mucho el capítulo y la mezcla de secundarios y principales. Jeje bueno a mí cada día me gusta más Draco, si eso es posible!! Jajaja y Chester mmm está todo bueno jaja, bueno Sheila afortunada por una parte sí que lo es, jaja para que engañarnos ;-) Ya, lo de su padre ha influido en el camino que ha tomado Sheila, en el camino de las drogas, al igual que el suicidio de su madre cuando ella era niña. Jeje niñaaa tu sabes que yo soy muy mala con los personajes, no sería el primero que mato! Jajaja, pero yo soy como Rowling que dice que todos están muy seguros de que no le mataré jajaja, pues ala lo mismo digo yo, alomejor os doy una sorpresa o alomejor no. Aquí tienes la continuación preciosa. Besazos!

Nenuf@r: Ya ves, Dosis no tuvo un buen día. Ya ves!!! Yo estoy totalmente en contra de la violencia doméstica, y sobre todo de cuando un tío pega a una tía, me parece realmente vergonzoso, y yo he tenido que pegar a algún gilipollas porque me estaban dando, pero me parece de maricones, en fin… los que acabaron mal fueron ellos… juas. Ya, Sheila ahora se pica, eso pasa con los heroinómanos, comienzan inhalando y luego acaban en vena, porque necesitan más dosis; jaja ya veo que me conoces jaja, porque sí, soy capaz de cargármela, pero no sé, la tengo mucho cariño jeje, aunque quién sabe! Jajaja noooo, no quiero sufrir consecuencias juas. Jaja mírala que lista, bueno bueno el piercing tampoco era lo más importante jaja, bueno por Madrid… ais es que tampoco encuentro ningún tío que diga, joder este está para correrse… no sé, bueno el del bareto de Moncloa el viernes no estaba mal, jaja le toqué mazo de veces el culo porque el cabrón no se apartaba para dejarme coger el tabaco del abrigo, pero bueno, jaja tenía un buen culo! Yei aquí tienes la continuación guapa. Besos!!!

Anne M. Riddle: Buenas! Me alegro de que te gustase el Ron/Hermione jeje. Sip yo seguiré escribiendo. Bueno, Dosis se pasa más que los otros, pero porque ella está mucho más enganchada, y puede que le provoque algo muyyy malo, ah, y cuando se toman drogas estilo heroína, coca, no se puede dejar de tomar porque sino viene el mono… y con eso se pasa muy muy mal. Ya pero es que Chester fue un poco tonto, así que Sheila sacó su carácter. Me alegro de que te pareciese genial el capítulo, bueno, aquí tienes la continuación. Besos.

Shumara: Hola wapa, veo que has descubierto mi nuevo fic jejeje, me alegro de que te hayan gustado los capítulos y de que te parezca que están muy bien caracterizados los personajes :-) Aquí tienes la continuación, espero que te guste. Besos!!!

Lil Granger: Me alegro de que te gustase el capítulo y el Ron y Hermione jeje. Yea! Que bien que hayas leído todos mis fics, me pone contenta. Volveré a poner algún Ron/ Hermione, y claro que de las demás parejas también jeje. Bueno espero que te guste este capítulo. Saludos!

FaItH-Iris-SuKnI: Sip buen título, ay genial que te haya gustado el Ron/Hermi. Yei tu tattoo aparecerá jeje. Bueno aquí tienes la continuación, espero que te guste, y lo de que sean más largos… ais es que es como salen… jeje, aunque lo intentaré. Saludos!

DEBAJO DE UNA MÁSCARA

6. Descubriendo

Sheila y Draco estaban en la puerta de la calle de Hermione, escucharon pasos y dos voces del interior y la puerta de madera se abrió dejando paso a una chica castaña con el pelo recogido en una coleta alta y los mofletes algo colorados. Sheila pasó primero y siguió a Ron hacia el salón, se sentaron en un sillón frente a una vieja y destartalada televisión, Hermione fue a la cocina y trajo unas cervezas y algo para picar.

- Hermi, voy al baño –dijo Sheila levantándose y agarrando de la camiseta a Draco para que le siguiese.

- ¿No sabes ir al baño sin mi? –preguntó con una sonrisa irónica cuando estaban llegando a la puerta del lavabo.

- Mm debe ser que no –dijo mientras se reía y cerraba la puerta tras Draco. Se sentó en el suelo y abrió un bolsillo de su mochila, sacó un poco de heroína y comenzó a prepararla.

- Sheila no deberías pincharte –dijo el rubio preocupado, pero la chica se acercó a él y le dio un beso en los labios para que no siguiese hablando. La morena volvió a su mochila y sacó dos jeringuillas, Draco le miró con la ceja alzada.

- Dame el brazo –Draco no movió ni un músculo- lo estás deseando, estoy contigo, no te va a dar ninguna sobredosis –el chico se movió ligeramente pero sin alcanzarle aún el brazo- venga.

El rubio extendió el brazo y Sheila le puso la cuerda alrededor de sus músculos, luego preparó la jeringuilla y le dio un par de golpecitos con las uñas antes de golpear con la palma de la mano la parte que iba a pinchar del brazo de Draco.

La aguja hizo contacto con la piel pálida del rubio, el cuál cerró fuertemente los ojos al sentir como el líquido con polvos se introducía en su interior. Un gemido salió de su boca cuando Sheila apartó la jeringuilla y Draco abrió los ojos y se dejó caer sobre la pared, mientras observaba medio ausente como la chica repetía la operación con otra jeringuilla.

Sheila notó esa conocida sensación recorriendo su cuerpo y se dejó caer apoyada en el hombro de Draco, los dos cerraron los ojos y no supieron cuánto tiempo había pasado hasta que alguien golpeó la puerta.

- Dice Hermi que no quiere drogas en su casa –la voz del pelirrojo hizo que los dos muchachos del interior abriesen los ojos. Sheila parpadeó varias veces e intentó fijar su vista en Draco, que la miraba con ojos ausentes.

Se levantaron con algo de dificultad y abrieron la puerta, cuando llegaron al salón, Hermione tenía una cara de reproche, sus labios estaban apretados. Draco se dejó caer en el sofá y Sheila se quedó de pie, luego giró sobre sus talones y se encaminó hacia la puerta de la calle.

- Ya os veo luego –dijo sin girarse y atravesando la puerta. La chica salió a la calle, dañándole los ojos la luz del día y empezó a caminar sin rumbo fijo, únicamente sintiendo el aire golpeando su cuerpo.

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Chester estaba en el despacho del director, un hombre con una mirada severa y una voz dura, que le miraba de arriba a abajo.

- A ver si le entiendo –dijo el director, el señor Thomson- ¿me está pidiendo la dirección de un alumno? –Chester asintió- ¿para ir a hablar con sus padres? –Chester volvió a asentir, y el rostro de Thomson se tornó en una mueca de confusión- es el primer profesor que me pide eso.

- ¿Y me la va a dar? –el profesor no entendía el porqué de la confusión del director. Estaba claro que en ese lugar no importaba la familia de los alumnos.

- Usted mismo, pero de la alumna que me está hablando, no le aconsejo ir a su casa –se sumergió en unos papeles que había dentro de un cajón metálico y sacó un expediente. Cogió un papel pequeño y anotó la dirección- aquí tiene.

Chester guardó el papel en su bolsillo y salió del despacho rumbo hacia la dirección que tenía apuntada en el papel. Caminó en silencio hasta que llegó a una zona en la que las casas estaban aún más destartaladas. Consultó el papel y entró en un bloque de pisos, subiendo las escaleras y recorriendo los pasillos hasta llegar a una puerta vieja y poco cuidada.

Tocó con los nudillos un par de veces hasta que oyó ruidos desde el interior, alguien se acercó desde el otro lado de la puerta tropezando con algo. Se hizo silencio y luego la puerta chirrió al abrirse con dificultad.

- ¿Qué quieres? –dijo un hombre con los ojos enrojecidos y voz de ultratumba.

- ¿Es usted el señor Clark? –el hombre le miró y asintió.

- ¿Qué quieres? –repitió de malhumor.

- Hablar de su hija Sheila, soy el profesor Anderson –Chester esperaba que el hombre le dejase pasar al interior, pero éste ni se movió.

- ¿Qué ha hecho ahora esa malnacida? –Chester se quedó cortado en la puerta.

- No… no ha hecho nada –tragó saliva- bueno, llega tarde a clase y hoy ha venido con alguna herida, puede haberse metido en alguna pelea… -el padre de Sheila le cortó antes de que continuase por culpa de su risa, se agarraba la tripa mientras miraba a Chester.

- Mano dura es lo que necesitan estos críos, no es de ninguna pelea –hizo una pausa mientras parecía que sus ojos se perdían- ¿algo más? –Chester se quedó parado sin articular palabra y la puerta se cerró en sus narices.

Se giró lentamente y miró hacia algunas cabezas que habían estado curioseando, la gente se metió en sus casas. Chester salió de la peor zona del barrio y se encaminó hacia su casa. Llegó a un parque y vio una figura sentada en un banco que le llamó la atención. Se acercó por detrás mientras la chica que estaba sentada fumaba un cigarro, miraba hacia la tierra con la vista perdida.

Cuando estaba a un paso de llegar a la parte de atrás del banco, extendió la mano y acarició los cabellos negros que estaban algo desordenados. Sheila se dio la vuelta sobresaltada y su expresión se endureció al ver a Chester.

- Hola –dijo el chico con un nudo en la garganta, Sheila le miró sin contestar y el chico dio la vuelta al banco para sentarse a su lado- vengo de tu casa.

- ¿Qué vienes de dónde? –dijo incrédula.

- De hablar con tu padre –Sheila le miró como si fuese un loco.

- ¿Has hablado con mi padre? –comenzaba a molestarse.

- Lo he intentado –dijo Chester apartando la mirada.

- Ya veo –Sheila intentaba controlarse- ¿se puede saber, para qué cojones has ido a hablar con él?

- Pues… porque… por… –empezó a tartamudear y Sheila abrió la boca sorprendida- … me preocupo por ti –la chica cerró la boca y le miró algo ruborizada.

Chester en vez de apartar la mirada, cosa que hubiese hecho normalmente debido a su timidez, se quedó mirándola y fue acerándose hacia ella lentamente. Su cabeza se inclinó sobre la Sheila y sus labios buscaron los de la chica, cuando hicieron contacto, ambos cerraron los ojos y se perdieron en el beso. La mano de Chester se posó en la mejilla antes pálida y ahora magullada de la chica y comenzó a acariciarla lentamente, mientras su lengua recorría la boca de ella intentando grabar en sus recuerdos todos los sabores que encontraba a su paso.

Se separaron al oír gritos e insultos, Levantaron la cabeza y se fijaron que en el parque estaban entrando un grupo de chicos a los que les seguían otros, que eran los que estaban armando jaleo. El cabecilla del primer grupo andaba sin prestar atención al otro, que cada vez gritaba más encolerizado.

- Vámonos e aquí, se va armar una buena- dijo Sheila levantándose y cogiendo su mochila.

Chester se levantó y siguió a Sheila mientras el grupo que avanzaba primero se había parado finalmente y el jefe se acercaba al cabecilla de la otra pandilla. Sheila y Chester cruzaron una verja justo cuando empezaban a pelearse las dos bandas.

- Pelea entre bandas –dijo Sheila viendo como Chester miraba de reojo los golpes que se estaban llevando los de un grupo y otro.

- Hay alguno que es alumno mío –dijo sorprendido.

- ¿Qué esperabas? –la chica comenzó a reírse- venga, no conviene saber que pasa con estas peleas.

Siguieron caminando por una calle que le sonaba a Chester.

- ¿A dónde vamos? –preguntó.

- Yo voy a mi casa, ¿y tú? –Chester frenó de golpe y se puso rojo, por lo que Sheila comenzó a reírse- puedes venir si quieres, solo tengo que cambiar unas cosas de la mochila.

- ¿Y tu padre?

- En el bar –dijo mirando el reloj.

No hablaron mucho por el camino, de vez en cuando cruzaban las miradas y Sheila le sonreía seductoramente. Llegaron a la puerta, y con fuerza consiguieron desplazar el pesado trozo de madera. En el interior reinaba el desorden, Chester tuvo que acostumbrarse a la débil luz que entraba a esas horas por la ventana e intentó seguir a Sheila sorteando los muebles, pero no consiguió evitar una mesa y tropezó, cayendo ruidosamente al suelo.

Sheila se dio la vuelta sobresaltada y tuvo que evitar reírse mientras le daba una mano a Chester para que pudiese levantarse, luego sin soltarle le guió hasta la puerta de su cuarto. Entraron en el interior y Sheila encendió las velas que había desperdigadas. El chico observó la desordenada habitación mientras ella recogía unas prendas de la estantería y las guardaba en su mochila.

Chester se sentó en la cama deshecha, sobre la manta negra que dejaba ver una sábana morada. Sheila regresó del baño y se acercó a Chester por la espalda, ya que éste se había girado para coger un libro que estaba tirado en el suelo.

Sheila dejó silenciosamente la mochila en el suelo y luego saltó hacia la cama, cayendo al lado de Chester, el cual se dio un susto tremendo y dejó caer el libro al suelo. La chica sonrió traviesamente y le empujó para que se tumbase en la cama, Chester obedeció inmediatamente y se quedó tumbado y algo rígido ya que no sabía cómo actuar.

- Eres muy asustadizo –la chica se inclinó y mordió el lóbulo de la oreja de Chester mientras con una mano comenzaba a acariciar el pecho de él por encima de la ropa- estás muy tenso, relájate.

Chester cerró los ojos e intentó tranquilizarse, estaba nervioso porque aquello no estaba bien, lo sabía pero no podía evitarlo, bueno, realmente no quería evitarlo. Pero la razón vio un momento de flaqueza y se iluso, haciendo que el chico agarrase la mano de Sheila que había bajado hasta el bulto que estaba creciendo en su pantalón.

- Sheila, esto está mal… -antes de que continuase la chica se había subido a horcajadas encima de él y le besaba el cuello.

- ¿Te parece que lo que te hago está mal? –preguntó burlonamente mientras le quitaba la camiseta de un tirón.

- ¡Si!... digo ¡no!, verás… es que… si está mal –Sheila se separó un poco de él para dejarle hablar libremente- no digo que no me guste lo que me haces –hizo una pausa- me encanta… pero… pero… no se si es lo mejor, no sé si está bien…

- Tu entrepierna no dice lo mismo –dijo duramente y se levantó de encima de él.

- Sheila… -empezó mientras cogía su camiseta y se la volvía a poner. Cuando sacó la cabeza por el cuello de la camiseta vio a Sheila sentada en el suelo preparando una mezcla y al lado una jeringuilla- ¡Sheila! –se levantó y se acercó rápidamente a ella- ¿qué cojones haces?

- ¿Tu qué crees? –dijo fijando sus intensos ojos verdes en él. Chester se movió inquieto- las drogas matan –Sheila preparó la jeringuilla- pero te enseñan cosas –miró hacia Chester y luego cogió una correa elástica- buenas y malas.

- Las drogas solo traen cosas malas –dijo el chico viendo como Sheila se ataba con ayuda de los dientes la correa alrededor de su brazo.

- ¿En serio? –Sheila volvió a mirarle y luego se concentró en la aguja y su piel, la atravesó y dio con una vena que buscaba ansiosamente más dosis- te dan sensaciones que nunca has conocido antes, experiencias diferentes, nuevas emocionantes –Chester iba a contestar pero Sheila negó levemente con la cabeza. La sangre se mezclaba con la sustancia de la jeringuilla- y también hacen que hagas cosas que nunca habrías hecho antes.

Chester la miró callado, sin saber qué contestar, la chica cerró los ojos y soltó la jeringuilla, que aún estaba en el interior de su brazo, y se apoyó en la pared. Chester se inclino y le cogió delicadamente el brazo, la chica abrió los ojos y fijó su mirada que comenzaba a estar perdida en la de él. El chico desprendió la aguja del brazo de Sheila y se levantó dirigiéndose al baño.

- No la tires –dijo Sheila débilmente.

Chester miró el váter y luego a Sheila, finalmente decidió dejarla en el lavamanos para después darse la vuelta y levantar a Sheila del suelo. La chica gimió molesta mientras se dejaba llevar hacia la cama, donde Chester la tumbó con cuidado y luego se tumbó él a su lado.

Sheila cerró los ojos y Chester enredó sus dedos en el pelo negro como la manta sobre la que estaban acostados. La vio tan deseable, tan mujer, y a la vez tan equivocada y perdida como él lo estaba a su edad, y le aterraba pensar que incluso podría estar mucho más perdida y que le podría pasar algo que a él ya le había pasado.

- Sheila –susurró el chico en la oreja de ella, por lo que la chica abrió los ojos- ¿te sentirías mal si hago esto? –Chester besó sus labios y después se separó, la chica negó con la cabeza- ¿y esto? –dijo mientras metía la mano por el interior de la camiseta de Sheila, la chica sonrió y negó con la cabeza. Chester también sonrió y se incorporó un poco, dejando así que sus manos pudiesen deslizarse con mayor facilidad por el pecho de la joven- ¿Y esto? –dijo quitándole la camiseta, volvió a recibir un movimiento negativo de la cabeza de la joven.

Sheila se movió y con un movimiento más rápido que el de antes, le quitó la camiseta a Chester y pudo observar su bien formado torso, la chica acercó su mano al piercing del pezón de Chester y lo acarició mientras sonreía. Gimió al sentir como sus pantalones yacían en el suelo, y la mano de Chester recorría su zona más íntima.

- A ti lo que te pasa es que te molesta que una mujer te domine –dijo Sheila riéndose. Chester la miró con los ojos muy abiertos y comenzó a reírse mientras negaba con tozudez la cabeza.

- No me molesta –la besó en los labios y Sheila aprovechó para bajarle el pantalón- eso es trampa.

- No lo es –dijo fingiendo que estaba indignada- ves si yo tengo razón, no quieres que te domine.

Chester se rió y la agarró antes de que se subiese encima de él. La volvió a echar en la cama y se puso sobre ella, por lo que la chica entornó los ojos amenazadoramente y luego comenzó a reírse.

- ¡Ahora quién hace trampa! –dijo Sheila.

- ¿Yo? –preguntó inocentemente mientras se introducía de golpe en el interior de ella. Sheila no se lo esperaba por lo que se incorporó levemente debajo de su cuerpo y le agarró por la espalda intentando reprimir un gemido.

Chester comenzó a moverse dentro de ella, mientras la chica cerraba los ojos e intentaba pegarse lo más que podía a su cuerpo, para sentir su calor mientras recibía tanto placer. Chester enterró su cabeza en los finos mechones de pelo de Sheila mientras la abrazaba con fuerza e intentaba reprimir sus gemidos para que no se uniesen a los que salían de la boca de Sheila.

Sheila acarició con ansias el cuerpo perlado de sudor de Chester, mientras el chico hacía lo mismo con ella. La joven desplazó sus manos a la espalda de Chester y sin querer clavó sus uñas en su espalda, intentando de esa manera controlar un poco el fuego que estaba creciendo en su interior, pero lo que hizo fue que ese placer se incrementase al notar Chester cómo Sheila estaba llegando al orgasmo y moverse más rápido.

Los gemidos de ambos cuando se estaban acercando al punto máximo se perdieron entre las paredes de aquella habitación, dejando un recuerdo grabado en cada parte del pequeño cuarto, un grito, un gemido, enredándose con la ropa, los libros, mientras en la cama los dos cuerpos seguían enredándose y moviéndose acompasadamente, de forma rápida, rodeados de una fina tela, rodeados de sudor.

Sheila mordió los labios de Chester en el momento en que sentía que había llegado al orgasmo, luego dejó caer su cabeza sobre la manta y acarició el cogote de Chester mientras éste acababa en ese momento.

Chester se separó de ella y se dejó caer entre jadeos a su lado, cerrando los ojos y sonriendo al sentir los labios de Sheila acariciando los suyos.

- Me ha gustado –dijo dulcemente haciendo que Chester abriese los ojos y la mirase complacido.

- A mí también –dijo el chico acariciándola el cuello y deslizando sus dedos por su pecho, hasta llegar al ombligo, donde empezó a hacer círculos con las yemas.

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Hola!! Nuevo capítulo

Espero que os haya gustado.

Saludos!!!

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