Nota de autora: Hola, como estás? No sé yo, pero me parece que es apropósito; no soy de esas que creen en el destino, pero esto no puede ser. En cada lugar que estoy esta MI rubio (si es que en algún momento llega a ser mío, jejeje, espero). En este mismo instante de nuevo está al lado mío, es decir, en la compu de al lado. Es re lindo, bbbbbbbbbb. Upssss, mejor tengo más cuidado que si no uno de estos días voy a quedar electrocutada . . Perdónenme, pero me quede sin habla, así que esta es la mejor manera de decir sin tener que hablar . Bueno, antes de electrocutarme quiero dejar mi testamento: por favor, lean mi fic y dejen reviews!!! Y espero que les guste...
Summary: Harry y Draco empiezan la lo que sería la decisión de su vida de lo que harían de grandes. Harry había querido ser Auror, pero sus notas no se lo permitían, obvio, por culpa de Snape. Sin haber alguna otra opción que le gustara decidió que iba a ser jugador de Quiddich, para el cual no tenía que estudiar mucho. Y parece que él no fue el único que quiso hacer eso. Tienen clases particulares de Quiddich, juntos pero solos. Todo esto trascurre en el 6° año de cada uno de ellos, luego de haber tenido la cita con la profesora McGonagall en 5°.
Disclaimer: Estos personajes no son míos, solo los tomé un ratito prestados. Son de Rowling, y Cía. Además, los estoy usando sin fines de lucro, sólo los tomo para divertirme un rato no más. Y todo eso que ustedes ya saben, blah, blah, blah...
Ahhh, antes de que me olvide, este fic es flash, yaoi o como quieran decirle, esto quiere decir relación hombre-hombre; si no les gusta, no lo lean, pero miren que ya están advertidos.
Jugadores de Quiddich
Aún sigo sin poder comprender cómo estos dos chicos llegaron a ser amigos, pero eso es lo de menos. Eso todavía es un misterio para mí y para muchos más. Voy a empezar contando sus clases particulares y su convivencia en la misma habitación.
Harry, al principio, no podía creer la mala suerte que tenía, y por poco no elige otra especialidad. Pero Ron y Hermione insistieron que si eso era lo que él en realidad deseaba, que lo hiciera, y que no importara los obstáculos. Y para ese entonces, ellos nunca llegaron a pensar que sería posible la amistad entre ellos.
Empezaron las clases, y Draco como prefecto viajó en el vagón de los prefectos junto a Ron y Hermione. Como es habitual y obligatorio, los prefectos deben vagar por los pasillos del tren viendo que todo esté en orden y que no haya pelea alguna. Obvio que eso también incluía que ellos tampoco podían iniciar peleas, y no era excepción para Malfoy, pero él, como buen violador de reglas, no lo cumplía.
Se encontraron, en el tren pero no hubo discusión alguna ya que Malfoy sabía perfectamente que lo iba a tener que soportar durante un año, como compañero único de habitación. Sólo hubo una pequeña charla sin grandes temas nuevos, sólo se insultaron un poquito no más.
-A sí que vamos a tener que compartir el siguiente año solitos, ¿Verdad?-Comentó Malfoy con el desprecio que sólo un Malfoy puede mostrar.-Mirá que no quiero medias tiradas por toda la habitación, ¿Eh?
-No hay problema Malfoy, sólo guárdese sus porquerías en el baúl, sus sentimientos, si es que tiene.-Dijo Harry.
-No se preocupe por mis sentimientos, solo no me toque, no quiero que su sangre sucia me toque-Dijo el rubio, mostrándose bastante amable, en comparación a otras veces anteriores.
Unos ojos esmeralda se clavaron fijo en aquel rubio que simplemente lo había ofendido menos de lo normal. Y ese fue el momento que flechó al rubio, y lo hizo quedarse inmerso en sus pensamientos, en un embrollo de pensamientos sin sentido si se los ve desde afuera.
Fue tan sólo unos instantes, pero bastó para que nuestro rubio entendiera que Harry era tan lindo que sólo él lo podía apreciar a su forma. Una forma distinta de la que lo observaba todo el mundo, hasta Dumbledore.
Fue aquella mirada distinta a los demás que lo enamoró. Pero al ser su más íntimo (no tan íntimo) enemigo, no podía decir nada. Si lo llegaba a decir, lo más seguro es que se enterara todo Hogwarts, y con esto: su padre. Su padre lo mataría. Y además, lo que pensarían sus "amigos" de esto, y no sólo ellos, si no todos los chicos del colegio, incluyéndolo a él, Harry.
Era un gran problema, y lo peor es que no tenía a quién contárselo. Uno a veces puede llegar a guardar algún que otro secreto de alguien, y alguno propio; pero no uno tan grande. Debía contárselo a alguien o estallaría como un globo. Todo el mundo necesita volcar sus pensamientos y secretos en alguien, o en algo, lo que sea.
Luego empezaron las clases, y con ellas, las clases de Quiddich juntos, ellos solos. Es decir, ellos dos juntos, pero no habían más chicos junto a ellos. Eran unas clases muy especiales para ambos. A Harry no le gustaban mucho que digamos y de a poco se iría acostumbrando, pero a la vez, le gustaban porque eran una excusa para competir con Malfoy sanamente; aunque a él no le importaba cuán sano podía ser. Y para Malfoy, él ansiaba poder estar con Harry cuanto más tiempo, mejor. Más tiempo para observarlo, pero en este caso no exactamente en paz, había que moverse, y mucho.
Y así empezó la primera clase de Quiddich, con la profesora Madame Hooch. Aunque ella en verdad no hacía mucho más que soltar la snitch y vigilar que no pase nada, en especial con el tramposo de Malfoy.
Madame Hooch soltó la snitch, con sus alitas relucientes relampagueando contra el viento y las luces de aquella tarde tan especial para Malfoy, que remontó vuelo en unos segundos y al minuto ya se había perdido de vista. Sin más, y sin mucho diálogo antes, cada uno despegó de su escoba, sin antes pensarlo.
Se lanzaron rápidamente en busca de la brillante y alada pelotita dorada. Y sin antes pensarlo Malfoy fue a molestar a Harry, por el simple hecho de que no tenía nada que hacer hasta que la viera; y así se entretenía un rato y también distraía a Potter de su deber.
Harry a cada paso se alejaba cada vez más con su Saeta de Fuego del odiable Malfoy que lo perseguía molestándolo. Se alejaba, y se alejaba, y se alejaba cada vez más sin dirección ni rumbo alguno que seguir.
No se dio cuenta pero Malfoy lo espiaba a lo lejos, ya que se había puesto un hechizo para aumentar todo a lo lejos, cosa que ni alguien como Hermione se puede dar cuenta a simple vista.
Tan embobado estaba el pobre chico que no se dio cuenta que Harry estaba detrás suyo, justo en poco más abajo, como si quisiera agarrarlo por las espalda, y con sus delicadas manos tomarlo por la cintura del rubio.
Harry había detectado la snitch, y ahora tenía excusa para acercarse a Malfoy, y bien de cerca. Estaba justo delante de Malfoy, delante de su musculoso pecho. Debía apurarse antes de que su maravillosa oportunidad se fuera, y tal vez, nunca volviera. Iría por detrás de Malfoy, y la agarraría rodeando a Malfoy por la cintura.
Justo en el momento en que Harry rodeó a su enemigo, agarrando la snitch, éste se dio vuelta y quedaron justo de frente y cada uno sin poder decir nada, y una boca seca, que deseaba ser mojada.
Cada uno estaba con la boca abierta sin saber qué decir ni hacer. Fue un momento de indecisión por parte de los dos. Un momento que en verdad los dos ansiaban. Un momento que nunca olvidarían en sus vidas.
Estaban por hacer algo que nunca hubieran debido hacer, y menos delante de profesor, uno de sus errores más grandes; cuando, el ruido sordo de un silbato cortó el aire, y de repente, cada uno reaccionó y se dio cuenta de lo que estaba por hacer, y se dio cuanta que por primera vez le agradecía a un profesor.
Ese beso fue anulado en ese mismo instante, como si nunca nada hubiera pasado, se miraron y cada uno se agarró más fuertemente del palo de la escoba para no caer de la emoción y limpiarse sus sudorosas manos, que por poco no los hacen resbalar.
Nota de autora: bueno, espero que este les haya gustado un poco más que los anteriores capítulos. En este se empieza a desarrollar un poco más la historia de Harry y Draco, de la que vamos a ser cómplices. Es decir, voy a inventar cualquier cosa que los ayude con su relación. Como en uno de esos cuentos que alguien escribe algo en algún lugar especial, y luego todo lo que dice se hace real; en esta caso se haría real en su imaginación, y en la mía. Perdonen que tardé mucho en actualizar, pero me agarraron en un momento que no estuve mucho en la escuela (donde tenía guardado el archivo), y ahora con muchas pruebas, pero me importan un pedo y no pienso estudiar!!!
Bueno, espero que les haya gustado, y que lo hayan disfrutado, y que lean el próximo capítulo: Harry y Draco vuelven a la habitación y deben ducharse, y todas esas cosas, no les cuenta más así lo leen. Byessss, hasta la próxima, que espero que sea pronto.
Hannah-N
