Al revés
Capítulo 2:
Road llegó al lugar de la reunión. Leverrier, Komui y Bookman se quedaron fuera de la habitación. Mientras ella entró con Lavi y unos cuervos.
Su maestro Cross Marian estaba allí.
—¿Qué sucede? ¿Para qué me hablaron?
Sin ningún tapujo, Cross le dijo la verdad.
—Road, tú tienes las memorias del decimocuarto Noah.
Ella no comprendió al principio de lo que le hablaban.
—Poco a poco las memorias tomarán control de ti y te perderás a ti misma, incluso podrías llegar a matar a tus amigos y compañeros. Pronto serás un Noah, esa es la razón por la que el arca te obedece.
Road simplemente se quedó en silencio.
—¡Hey! Di algo, no te quedes paralizada.
—¿Cuándo pasó esto?
—Eso no lo sé.
Los cuervos hicieron que Cross se retirara y a Road la acompañó Lavi.
—¿Estás bien?
Ella lo ignoró y corrió con todas sus fuerzas al lugar donde se encontraba con Allen. Lavi prefirió dejarla sola por un rato para que se calmara, así que no la siguió, además, aún tenía que procesar la noticia y buscar una forma de ayudarla.
—¡Allen! —gritó al llegar. Él bajó ágilmente de un árbol.
—¿Por qué te regresaste hace un rato?
Allen no obtuvo una respuesta, más bien fue un grito.
—¡¿Lo sabías?!
Allen la miró a los ojos unos momentos.
—Ya te lo dijeron.
—Entonces, sí lo sabías.
Road se sentó en el suelo y suspiró.
—Un Noah…
—No te veo enojada por ello.
Allen se sentó a su lado.
—Tú bien sabes lo que pienso de la Orden, así que estoy viendo esto como una nueva oportunidad.
—No me esperaba que pensarás así, pero es bueno que lo hagas. Cuando llegue el momento, yo seré quien venga por ti, ¿te parece?
—Eres mi mejor opción. Pero ¿y mi inocencia? ¿puedo ser un Noah y un compatible a la vez?
—No lo creo, supongo que dejarás de ser compatible durante tu transformación.
—¿Y no me convertiré en un caído?
—Eso tampoco lo creo, pero no estoy seguro de ello, lo mejor es que la inocencia sea destruida.
—Si es así, quiero que tú la destruyas, Allen.
El Noah sonrió. Le gustaba ver a Road de esa manera. Sus preocupaciones se habían minimizado al saber que ella también sería una Noah. Ahora no tenía por qué contenerse. Lentamente se acercó más a ella, pretendía volver a besarla, pero no esperaba que lo empujara y quedó aún más sorprendido cuando vio su rostro entre avergonzado y nervioso.
—¿Por qué me empujaste?
—Antes que nada, Allen—aclaró Road—, ¿por qué me besaste en el arca?
—Porque me gustas—declaró fácilmente.
Road abrió y cerró la boca repetidamente sin emitir ningún sonido coherente. Claramente se había puesto nerviosa.
—Dices eso solo porque seré una Noah.
Allen soltó una carcajada al entender la situación.
—Ya entiendo lo que te pasa, estás así porque no sabes si me gustas por ser Road o porque ahora sé que serás uno de nosotros. Te explicaré. Me di cuenta de serías una Noah en el arca, pero yo ya venía a verte desde antes porque me resultabas interesante. Poco después, me di cuenta de que me gustabas, pero era bastante problemático si eras una exorcista y por eso no dije nada. Pero, ahora que sé la verdad ya no me importa que los demás se enteren, ya no quiero contenerme.
Era la primera vez que Allen le hablaba con tanta honestidad. Ese hecho la hizo reír.
—Y si en realidad siguiera siendo una exorcista y no una Noah, ¿qué hubieras hecho?
—Eso hubiera sido difícil. Probablemente te hubiera secuestrado y llevado lejos de aquí.
La chica rio aún más con ese comentario. Era una situación extraña, a la que ni siquiera sabía cómo había llegado, pero la aceptaba con mucho gusto.
Se miraron sin decir nada por unos momentos. ¿Qué había qué decir? No tenían que expresarlo con palabras, solo con el cruce de miradas bastaba.
Esta vez, Road aceptó alegre el beso que Allen le dio.
En las siguientes semanas, se veían cada vez que podían y su relación mejoraba poco a poco. El único problema que había fue el proceso de transformación de Road. Su cuerpo ardía de una manera insoportable. Su consciencia iba y venía. Tenía días buenos y días malos, pero Allen siempre que estaba con ella, intentaba que fueran más pasajeros. Después de todo sabía muy bien por lo que estaba pasando, él había vivido lo mismo a carne propia.
Se habían acostumbrado a escaparse por la puerta de Allen cada vez que podían. Iban a todas partes del mundo, disfrutando de la compañía del otro.
Una noche, Allen acompañó a Road a la Orden, salieron de aquella puerta en la habitación de la chica, llevando a cabo una batalla para ver quien besaba más al otro. Allen la tomaba de la cintura para tenerla más cerca y Road enterraba las manos en su suave cabello. Caminaron de esa manera hasta que cayeron en la cama, riendo de la situación.
—No me quiero ir.
—No te vayas—pidió ella.
—Sabes que es peligroso.
—Solo esta noche.
—También sabes que pronto no tendremos que esconder, solo tienes que esperar un poco más.
—Sí, ya lo sé, pero esta noche te quiero aquí conmigo.
El Noah suspiró. ¿Cómo podía decirle que no?
—Solo un rato y me voy.
Se recostó a su lado y la abrazó.
—Te quiero tanto, Road.
.
Lavi pasaba cerca de la habitación de Road esa noche y sin contenerse se detuvo en la puerta.
—¿Estás preocupado? —le preguntó Lenalee, quien lo vio pasar.
—No sé qué puedo hacer para ayudarla. Me pregunto si está dormida.
—Es lo más probable Lavi, ya es bastante tarde.
El pelirrojo también lo creía, así que mejor se fue a su habitación a descansar, pero pasaron unas 3 horas y no logró pegar ojo, seguía igual de preocupado, así que se puso de pie y se dirigió a la habitación de Road.
Si tocaba a la puerta, la despertaría, así que solo entró silenciosamente a la habitación, después de todo, ya tenía permiso de ella para hacerlo.
Gracias a que la luz de la luna entraba por la ventana pudo verla claramente mientras dormía en su cama. Pero algo estaba mal, muy mal. Al lado de Road, yacía dormido Allen, el Noah con el que había luchado en el arca y dada la expresión en el rostro de ambos y que estuvieran bien abrazados significaba que Road aprobaba que él estuviera allí.
Quiso golpear a Allen. Quiso reclamarle a Road y regañarla. Pero, haría un escándalo, despertaría a todos, y Road estaría en muchos problemas, incluso podría ser tratada como traidora, así que soltó un largo suspiro y salió de allí, no quería ver nada más.
Después de pasar la noche en vela y de que fuera una hora prudente, regresó a la habitación de Road y tocó a la puerta.
—Puedes pasar—escuchó a Road decir y entró.
—Hola Lavi—saludó totalmente despampanante y Lavi dudaba que esa sonrisa en realidad fuera para él.
—¿Por qué Road?
La chica alzó una ceja confundida.
—¿Por qué escogiste a Allen?
Lo miró espantada al comprender.
—Los vi—Lavi no se iba por las ramas—, dormían juntos y se veían muy felices.
Road no sabía que decirle, tarde o temprano se debía enterar, pero ese no era el momento.
—Él es un Noah, nuestro enemigo, ¿estás consciente de ello?
—Lo estoy, pero tú de entre todos los exorcistas sabe mejor que nadie que la Orden no es lo que parece, porqué fue Allen, realmente no lo sé.
—¿Él sabe tus dudas?
—Sí, lo sabe.
—¿Y no crees que te está usando?
—No, él no quiere contarme la verdad porque tiene miedo de que me convierta en un caído, además ninguno de los dos habla con el otro de sus misiones.
—¿Ya estabas con él antes de que supieras lo de las memorias del decimocuarto?
—Ya nos llevábamos bien, pero comenzamos a salir después de que me lo dijeran.
—¿Él lo sabía?
Road se sentía totalmente interrogada, pero no quería mentirle.
—Sí, se dio cuenta en el arca y fue por ello por lo que decidió dar este paso.
Lavi suspiró, toda esa información era demasiado, no quería saber más, pero aun así, su boca se abrió solo para confirmar lo que ya sabía.
—¿Hasta dónde has llegado con él?
Road solo miró al suelo como respuesta. ¿Por qué tenía que preguntarle también eso?
—Ya veo, entonces ¿estás bien con que nos convirtamos en enemigos?
—Lavi—comenzó a gritar ya enojada—tengo las memorias del decimocuarto, estoy bajo sospecha de traición, ¿creíste que podíamos seguir siendo aliados por más tiempo?
Road no soportaba la mirada que le daba, se veía demasiado triste.
—A pesar de que he estado tan preocupado por ti, lo eliges a él.
—Lavi, por favor, guarda el secreto, solo será hasta que mi transformación termine.
Una sonrisa amarga se dibujó en el rostro del pelirrojo.
—Lo haré solo por ti, Road. Creo que prefiero que sigas viva siendo una Noah a que mueras por convertirte en un caído.
Road suspiró aliviada.
—En verdad muchas gracias, Lavi.
Lo que ella no se esperaba era que Lavi se acercara lo suficiente para robarle un beso.
—Esto será lo último que podré obtener de ti.
Y Lavi salió de la habitación.
