Hola de nuevo. Sé que me he demorado un poquito en actualizar, pero las vacaciones de Navidad desconciertan a cualquiera ^-^ Pero ya he regresado trayendo el tercer capítulo.
Muchas personas me han dicho que Harry les recordaba a Sirius, aunque yo intenté que se pareciera a James XD Pero bueno, es casi lo mismo, ¿no?
Drake Bad Girl: sí, Harry es algo más despierto y extrovertido, y suelta las cosas a la primera. También he intentado poner a Hermione menos seria y más divertida, pero aún tiene que mejorar XD Y Ron es un caso perdido a la hora de despertarse. Solo se rige por su estómago. Y de Fred y George ya ni te cuento, son un par de terremotos XD. Muchas gracias por tu review ^-^ Y me alegro de que te esté gustando la historia.
Am@nd@ Black: sí, puede que Harry se parezca mucho a Sirius XD Los dos no se cortan a la hora de hablar. Y bueno, el mote de Malfoy es algo largo pero le pega mucho X3 Jurl jurl... Perdona por haber tardado en actualizar ^_^U Muchas gracias por tu review.
Disclaimer: personajes y demás de J.K. Rowling.
Disfruten del tercer capítulo ^_^
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Capítulo 3º: De tal palo, tal astilla...
Harry sabía que era el vivo retrato de su padre. Pero en Hogwarts se lo recordaban constantemente. Desde la primera semana, el señor Filch lo vigilaba estrechamente, diciendo que su padre era un gran alborotador y con los gemelos Weasley ya tenía bastante. La profesora McGonagall también se lo recordó el día que lo pilló con su varita en mano mientras estaba en el pasillo encarando a Malfoy.
-Guarde su varita, Potter.
-La había sacado para que le diese el aire.
La profesora McGonagall aguantó como pudo una sonrisa y dijo: -Esa excusa es muy vieja, Potter. Ya me la daba su padre.
-Pues me tendré que buscar otra -respondió Harry guardando su varita.
McGonagall siguió su camino, y cuando giró una esquina se escuchó una risa, que parecía ser la suya.
Al igual que su padre, Harry tenía respuestas para todo, e incluso podía dejar sin palabras a cualquiera. Fred y George hicieron muy buenas migas con Harry en poco tiempo.
Un viernes, después de tener dos horas de Pociones con los Slytherin, vieron a los gemelos Weasley conversando con cuatro alumnos de Gryffindor. Cuando pasaron por su lado escucharon al más fornido de todos decir:
-...las pruebas de quidditch serán el jueves de la semana que viene. Espero que encontremos un buen buscador que nos haga ganar la copa este año...
-¿Quidditch? ¿Pruebas?
-Sí. Cada casa tiene su propio equipo.
-¡Eys! ¿Y podemos presentarnos a las pruebas -preguntó Harry emocionado.
-Por desgracia no. A los de primer año se nos está prohibido. Al igual que tener escobas.
-Vaya...
-¿Qué tiene de emocionante?
-¿Que qué tiene de emocionante? ¡Es el mejor juego que existe!
Los tres llegaron ante el retrato de la Dama Gorda, dijeron la contraseña ("Garra de Grifo") y entraron. La profesora McGonagall estaba allí, colocando dos notas en el tablón de anuncios.
-Buenas tardes -saludó McGonagall antes de salir por el hueco del retrato.
-Buenas tardes, profesora.
Los tres amigos se acercaron corriendo al tablón. Uno de los anuncios era la convocatoria para las pruebas de quidditch, el día jueves próximo, a las 6 de la tarde, después de las clases. Y el otro era un aviso para los de primer curso. Iban a comenzar las clases de vuelo, junto a los alumnos de Slytherin.
-¡Qué bien! -exclamó Harry muy feliz.
-¿Con Slytherin? -dijo Ron apenado. -Genial. Con Malfoy y los suyos. Seguro que se reirá de nosotros.
-¡Bah! -respondió Harry, moviendo la mano como quitándole importancia al asunto. -Para él también debe ser su primera clase de vuelo. No creo que sea un experto.
-Sí. Puede ser.
-¿Y a ti qué te pasa?
Hermione se había quedado mirando fijamente la nota.
-Vo... ¿Volar? -dijo Hermione entrecortadamente. -Yo... Yo no sé volar.
-Para eso están las clases, Hermione.
-Ya... Pero, ¿pero dónde puedo buscar para prepararme?
-¿Estás hablando de libros?
-¡Pues claro!
-Eso no se puede aprender con los libros, sino con la práctica, Hermione.
-Tiene razón -corroboró Ron.
Hermione les miró nerviosa y desconcertada.
-Me voy a la biblioteca -dijo Hermione y se fue por el hueco del retrato.
-¿De verdad que va a buscar algún libro?
-Seguramente.
Los días pasaron rápidamente y el jueves llegó. Los tres amigos fueron hasta el descampado donde iban a dar las clases de vuelo. Allí esperaba la señora Hooch con varias escobas, alineadas en el suelo. La señora Hooch era una bruja bajita, de pelo canoso y de ojos amarillos como los de un halcón.
-¡Bienvenidos a vuestra primera clase de vuelo! Yo os enseñaré a montar en escoba y a como maniobrar con ella. Comencemos. Alumnos de Gryffindor y de Slytherin, colocáos a un lado de una escoba, levantad vuestra mano derecha y decid: ¡Arriba!
Harry lo hizo, e inmediatamente, la escoba que había elegido saltó a su mano.
-¡Uouh! -exclamó.
Aunque él fue uno de los pocos que lo consiguió. La escoba de Neville no se movía de su sitio; la de Hermione solo rodaba por el suelo; y a Ron le golpeó la suya.
Cuando todos habían conseguido elevar su escoba, la señora Hooch dio nuevas instrucciones:
-Ahora, os subiréis a la escoba y yo os iré corrigiendo, para que la montéis adecuadamente. Tenéis que estar justo en medio. Y poned las manos que una quede delante de la otra.
Todos hicieron los que dijo la señora Hooch y ella pasó entre ellos corrigiendo sus fallos.
-Weasley, algo más atrás... Potter, muy bien. Así es... Granger, sujétese con más firmeza... Por favor, Longbottom, que la escoba no va a morderle... Malfoy, así no se sujeta la escoba...
Luego, cuando acabó de revisarles, dio nuevas instrucciones.
-Cuando cuente hasta tres y toque el silbato, os elevaréis suavemente dando una patada al suelo. ¿De acuerdo? Uno... dos... tres... ¡PIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!
Todos se elevaron suavemente.
-¡Muy bien! Para bajar tenéis que inclinaros hacia delante... Longbottom, Longbottom, hacia delante. ¡Hacia delante!
Neville, en vez de inclinarse hacia delante, se había inclinado hacia detrás, lo que hizo que la escoba comenzase a subir rápidamente. Cuanto más alto estaba, la cara de Neville se ponía más pálida. Fue cuestión de segundos, Harry se elevó corriendo para ayudar a Neville.
-¡Potter, vuelva!
Neville comenzó a ir rápidamente hacia delante y Harry le siguió sin pensárselo. Neville voló en zig-zag. Harry descendió un poco, para volar por debajo de Neville, y cuando éste se soltó de su escoba, Harry lo agarró con una mano, le ayudó a subirse a la escoba y descendió hasta el suelo con él. (NdH: aquí lo hemos flipao Harry y yo XD). La clase entera se acercó corriendo a ellos. La señora Hooch estaba increíblemente pálida.
-Mu... Muchas gracias... Harry -le agradeció Neville, entrecortadamente.
-No hay de qué -contestó Harry con la respiración agitada.
-¡Cielo santo! ¿Cómo os encontráis? -les preguntó la señora Hooch con voz aguda. Estaba temblando.
-Bien -dijeron los dos a la vez.
-Si no hubiera sido por ti, Potter, Longbottom no lo contaba. Fue un excelente vuelo. Diez punto para Gryffindor.
-Muchas gracias, Harry.
-Ya te he dicho varias veces, Neville, que no fue nada.
-¿Nada? Debiste de verte. Volaste como un profesional -dijo Ron emocionado.
Era la hora de la cena. Estaban cenando en el Gran Comedor, y aún comentaban la gran hazaña de Harry. Cuando Fred y George llegaron, sentándose a ambos lados de Ron. Se veían mucho más tristes y decaídos de lo normal.
-¿Qué os ha pasado? -preguntó Harry.
-Las pruebas para buscador... -dijo Fred triste.
-¡Han ido de pena! Solo se han presentado tres personas. Y ninguna servía.
-¿Y no podéis jugar con un jugador menos? -preguntó Hermione.
-¡Imposible!
-El buscador es el más importante del equipo. Sin él, perdemos todos los partidos.
-Wood, el capitán del equipo de Gryffindor, está en medio de una depresión -dijo Fred señalando al chico fornido que Harry y los demás vieron charlando con los gemelos hace unos días. Tenía la mirada perdida, en su plato, y jugaba con la comida.
-Y a la profesora McGonagall tampoco le ha sentado bien. No le agrada la idea de perder contra Slytherin en el primer partido de la temporada.
Mientras tanto, en la mesa de los profesores, la profesora McGonagall tenía la cara apoyada en una mano y estaba mirando al vacío.
-¿Te ocurre algo, Minerva? -le preguntó la profesora Sprout.
-¡Oh, nada! -dijo sarcástica. -Solo que Gryffindor aún no tiene un nuevo buscador.
-Pues se te acaba el tiempo, Minerva. El partido contra Slytherin está a la vuelta de la esquina -dijo Snape con malicia. McGonagall lo fulminó con la mirada.
-¡Qué pena que Potter no pueda hacer las pruebas! -exclamó la señora Hooch, sentada en unos sitios más alejada. -Ese chico tiene un talento natural sobre la escoba. Hoy hemos tenido la primera clase de vuelo y me dejó de piedra con su agilidad.
-¡De tal palo, tal astilla! Igual que James -añadió el profesor Smith, que se sentaba al lado de la señora Hooch. -Aún me acuerdo de cuando él jugaba. ¡Era magnífico! ¿Se acuerda, señora Hooch?
-¡Por supuesto!
A McGonagall se le iluminó el rostro.
-Albus... -susurró ella.
Los jefes de las casas de Slytherin, Ravenclaw y Hufflepuff se atragantaron con sus bebidas.
-Me estaba preguntando si Potter podría formar parte del equipo de Gryffindor.
-¡Está prohibido! -exclamó Snape.
-Hay constancia de que hace un siglo un alumno de primer curso entró en el equipo de quidditch de su casa.
-La verdad es que Minerva tiene razón -dijo Dumbledore.
McGonagall miró victoriosa a Snape, quien lanzó obscenidades por lo bajo.
-Entonces, ¿se me está permitido?
-Bueno... -dijo Dumbledore tocándose su larga barba. -Tendremos que hacer una excepción en la regla en la que los de primer año tienen prohibidas las escobas...
-¡El equipo de Gryffindor está en crisis!
-Y necesitarás el permiso del tutor de Harry...
-¡Ahora mismo! -exclamó McGonagall. Se puso de pie y se marchó por una puerta que había detrás de la mesa de los profesores.
-¿A dónde habrá ido la profesora McGonagall? -preguntó Hermione.
-No lo sé -dijo Harry encogiéndose de hombros.
-¿Habeís visto? La profesora McGonagall parecía nerviosa -añadió Fred.
-Tal vez ha ido a suicidarse porque no ha encontrado un nuevo buscador.
-¡No digáis eso! -les riñó Hermione.
Al cabo de unos minutos, la profesora McGonagall había vuelto.
-¡Aquí está! -dijo Minerva poniendo un pergamino delante de Dumbledore. -La autorización del tutor.
-Hmm, parece en orden -dijo el director examinando el pergamino de cerca.
-¿Qué has hecho? -le preguntó el profesor Flitwick.
-He ido corriendo a la casa por la Red Flu.
Todos los profesores se quedaron boquiabierto.
-Está bien. El joven Potter puede entrar a formar parte del equipo de quidditch.
-¡Magnífico! -exclamó la profesora McGonagall. Y se fue corriendo a la mesa de Gryffindor.
-¿Ahora viene? -dijo Fred.
-¿Qué ocurre?
La profesora McGonagall se paró justamente detrás de Harry.
-Wood. Eh, Wood -le llamó la profesora McGonagall. El chico la miró con ojos tristes. -¡He encontrado un nuevo buscador para el equipo!
-¡¿De verdad?! -exclamaron los gemelos Weasley al unísono. A Wood le brillaron los ojos y sonrió ampliamente.
-¿Es cierto eso, profesora? -le preguntó una chica de piel negra que se había acercado en cuanto escuchó a la profesora McGonagall dar la noticia. Iba acompañada por dos chicas más, una de piel morena y otra de piel pálida.
-¿Y quién es? -preguntó Wood poniéndose de pie. Sentía que había esperanza por ganar la copa de quidditch.
-El señor Potter -dijo poniendo una mano en el hombro de Harry, quien se atragantaba cuando bebía zumo de calabaza.
-¿¡QUÉ!?
-Lo que oyes, Potter.
-¿De verdad? ¡Esto es... esto es... estupendo! -dijo Wood emocionado.
-Pe... Pero si yo no tengo la edad. Ni siquiera me he presentado a las pruebas.
-¿Acaso no quieres entrar en el equipo? -le preguntó McGonagall.
-¡Claro que quiero! ¿Pero puedo?
-Tenemos la autorización de tu tutor. Y además el profesor Dumbledore ha dado permiso. Asi que todo en orden. Wood, ¿cuándo te parece bien que Potter haga las pruebas?
-Mañana mismo -dijo Wood emocionado.
-Bien. Espero que hagas un buen trabajo, Potter -le dijo McGonagall. Le dio unas palmaditas en el hombro y regresó a la mesa de los profesores.
Harry estaba desconcertado. Y para agravar la situación, todas las personas en la mesa de Gryffindor le miraban y le felicitaban.
Al día siguiente, al acabar las clases, Harry fue al campo de quidditch, con Hermione y Ron.
-No es necesario que vengáis -les dijo por décima vez.
-Ya lo sabemos -le dijo Hermione.
-Pero queremos ver como atrapas la snitch. Seguro que lo haces muy bien.
El capitán, Wood, ya le esperaba en el campo de quidditch. Allí también estaban los otros miembros del equipo.
-Hola, Potter -le saludó el capitán. -Empecemos ya, antes de que anochezca. No podemos perder la snitch en la oscuridad. ¿Profesora McGonagall? ¿Qué hace aquí?
Harry se giró. La profesora McGonagall acababa de llegar, llevando puesto un sombrero de bruja y una elegante capa verde.
-Quería estar presente en la prueba.
Harry empezó a sentirse nervioso.
-Utilizarás una escoba del colegio, porque no debes de tener una propia. Toma. Es esta. Es la mejor que había. Móntala y elévate. Cuando estés en el aire soltaré la snitch.
Harry se montó en la escoba, dio una patada al suelo y se elevó.
-¿Estás listo, Potter?
-¡Sí!
-¡Suelto la snitch!
-¡Está bien!
Wood soltó la pequeña pelota dorada, y ésta se perdió de vista en segundos. Harry comenzó a volar por el campo de quidditch. Todos le seguían con la mirada desde el suelo. Harry miraba a todos lados, buscando algun rastro de la snitch. Y entonces, la vio, detrás de los gemelos Weasley. Harry se lanzó en picado a por la snitch. Fred y George se quedaron de piedra al ver que Harry iba hacia ellos, y se apartaron, cada uno hacia un lado. Harry vio como la snitch volaba a ras del suelo, y la siguió sin dudarlo. Harry siguió la snitch muy de cerca, sin pensar en nada más. Solo pensaba en atrapar la snitch. Estaba tan concentrado que no se dio cuenta de que se acercaba peligrosamente a una de las gradas que había en el campo de quidditch.
-¡Harry, cuidado! -gritó Hermione.
Harry miró al frente, y viró justo a tiempo para esquivar las gradas. La snitch revoloteó alrededor de la cabeza de Harry durante unos instantes. Y cuando iba a desaparecer otra vez, Harry la atrapó con una mano, teniendo que frenar antes de chocar contra uno de los postes del campo.
-¡Lo ha conseguido!
-¡Y en un tiempo record!
-¡Potter, baja!
Harry descendió. Tenía el corazón acelerado y en una mano a la snitch, que intentaba escaparse agitando sus pequeñas alas. Cuando estuvo en tierra, todos se acercaron a él. Tenían expresiones alegres en sus rostros.
-¿Qué tal lo he hecho?
-¡Estupendamente! -dijo Wood emocionado. ¡Nunca vi a alguien volar así y atrapar la snitch! ¡Estás dentro del equipo!
Harry se sintió extremadamente feliz cuando Wood le dijo aquello. Ron y Hermione le abrazaron y le felicitaron a gritos.
-Los entrenamientos son tres veces por semana. Yo mismo te avisaré de las horas, y si hay alguna variante.
-¡Muchas felicidades! -le felicitaron los demás miembros del equipo.
-Bien -dijo la profesora McGonagall, que parecía emocionada. -Ya es hora de ir a cenar.
Todos fueron al castillo, bastante felices de haber encontrado a un buscador tan bueno. Por su parte, Harry estaba emocionado, y aún no podía creer que lo hubiese conseguido. Una de las cosas que se había propuesto era conseguir el puesto de buscador en el equipo de Gryffindor, como su padre. Y lo había conseguido.
Continuará...
