Disclaimer: Oregairu no me pertenece, le pertenece a su respectivo creador.

No todo lo que brilla es oro.

HACHIMAN POV.

No todo lo que brilla es oro. Muchos han oído este viejo y conocido refrán. Significa que muchas cosas pueden aparentar ser buenas y magnificas solo con su apariencia. Pero en cuanto las conoces más a fondo, descubres que dichas cosas no son tan buenas como aparentaban ser y puede que terminen siendo mucho peor de lo que tú esperabas o querías.

Algo muy parecido ocurre con Miura y con Hiratsuka-sensei. Pues ambas son mujeres muy hermosas y solo por su apariencia, muchos hombres creen que son las mujeres perfectas: Bonitas, dulces, amables y amorosas. Pero en cuanto las conocen a fondo, se llevan sorpresas muy desagradables: Pues Miura es prepotente, orgullosa, despectiva, petulante, agresiva y engreída. Mientras que Hiratsuka-sensei es una mujer extremadamente violenta y agresiva.

Por lo que la belleza tanto de Miura como de Hiratsuka-sensei es opacada por esas malditas personalidad suyas, haciendo que lo que en un principio parecía algo lindo y perfecto termine convirtiéndose en algo horroroso y aterrador. Pues al conocerlas más a fondo, los hombres descubren que Miura es prepotente, orgullosa, arrogante, fría, engreída, agresiva y petulante. Mientras que Hiratsuka-sensei es extremadamente agresiva y violenta y es capaz de molerte con su puño aniquilador en cuestión de segundos.

Pero ese no es el punto. Siempre he dicho que Hayama no es como aparenta ser. Para muestra, está que nunca ha ayudado a Miura con algún problema que tiene, no la ha escuchado ni la ha apoyado en algo, y también el momento en el que intentó defender a Isshiki de ese cerdo, pero lo único que consiguió fue que aquel hombre le partiera esa cara de niño bonito que tiene.

Todas las chicas de la escuela tienen a Hayama como alguien alegre, amable, respetuoso y que ayudaría a cualquier persona. Pero desgraciadamente, el evento con Sagami en el festival cultural y el acontecimiento con Isshiki hicieron que esa imagen, al menos para mí, se cayera al suelo. Si les dijera a todos que Hayama es alguien egoísta, cobarde, hipócrita y mentiroso, todos y todas me odiarían, me criticarían y dirían que estoy mal de la cabeza y que Hayama no es así.

En parte tendrían razón, pues no tengo pruebas contundentes para demostrar la verdadera naturaleza de Hayama. Pero al menos yo sé cómo es él en realidad. Estoy seguro de que algún día tendré suficientes pruebas para hundir a Hayama y también para que Miura e Isshiki se den cuenta de la clase de gusano del que ambas están enamoradas.

Por si el atentado de violación de Miura y el ataque de ese desgraciado en contra de Isshiki no fuera suficiente, ocurrirían otros dos incidentes con esas dos chicas los cuales me brindarían la oportunidad de abrirles los ojos a ambas y que se dieran cuenta de que no valía la pena amar a un ser tan despreciable como Hayama.

El evento de Navidad tuvo lugar en la tercera semana de Diciembre, lo que significa que las vacaciones de Navidad ya empezaron, pero los estudiantes pueden seguir viniendo a la escuela. En este momento, me encuentro saliendo de la escuela, cuando de repente veo a Isshiki salir de la escuela en compañía de Hayama. Puedo ver como Isshiki se cuelga del brazo de Hayama haciendo que este sonría incómodo, pues aparentemente, se encuentra en una situación en la que no desea estar por ningún motivo.

Eso me da mala espina. Por lo que decido saltarme las actividades del club y ni siquiera voy a pedirle permiso ni les digo nada a Yuigahama ni a Yukinoshita, y entonces procedo a seguir a Isshiki y a Hayama. Presiento que algo malo va a ocurrir con ellos y tengo que averiguarlo. Y presiento que no es nada bueno, dada la expresión de Hayama y el entusiasmo de Isshiki.

Sin que se den cuenta, los sigo de cerca y puedo ver cómo van a diferentes lugares: Puedo ver que van al cine pero yo no entro y como no tengo nada de prisa, dado que hay un comedor en plena recepción del cine, me siento en una silla, saco mi celular y empiezo a jugar mientras espero pacientemente a que Isshiki y Hayama salgan del cine. Aproximadamente dos horas después, ambos salen del cine y yo de forma disimulada, procedo a continuar siguiéndolos sin que se den cuenta de que los estoy siguiendo.

Luego veo que van a comer a un restaurante ni tan lujoso pero tampoco tan miserable. Viéndolo bien lo calificaría como un restaurante de 3 estrellas. Nuevamente me interno en el interior de ese restaurante y me siento en una silla algo alejada de ambos para seguirlos viendo. Al entrar a dicho lugar no me queda más remedio que pedir algo para comer. Por lo que pido algo barato pues en ese momento no tengo mucho dinero en efectivo.

Una hora después, Hayama e Isshiki terminan de comer, pagan la cuenta y se retiran del lugar, yo me levanto, de igual forma pago mi cuenta y me retiro del restaurante para seguir siguiendo a Isshiki y a Hayama. Entonces los veo dirigirse al centro comercial, donde entran a una infinidad de tiendas y compran algunas cosas. Yo los sigo de cerca tomando mis precauciones, procurando que no me vean y no verme muy sospechoso para que las personas a mí alrededor no crean que soy un acosador o algo por el estilo.

Finalmente, veo que van a una especie de festival por el motivo de que hoy es 22 de Diciembre y solo faltan tres días para la Navidad. Pero en dicho festival hay muchísima gente por lo que ellos se alejan y los pierdo de vista, por lo que ya no puedo seguirlos. Entonces decido irme de ahí y me voy rumbo a un parque cercano al festival, me siento en una banca y me hundo en mis pensamientos.

No sé por qué, pero tengo la corazonada de que algo malo va a pasar, pues aunque durante todo el trayecto de esa cita, Hayama e Isshiki se veían muy felices, algo me dice que Hayama no se veía muy contento que digamos, es más, me atrevería a decir que se veía bastante incómodo y con ganas de irse de ahí. No pasaría mucho tiempo para averiguar lo que ocurriría en ese festival.

En ese momento, empiezan a explotar fuegos artificiales los cuales iluminan el cielo y el mismo parque, el cual está completamente oscuro. Al momento de que los fuegos artificiales iluminan el parque, puedo ver una figura algo baja de estatura sentada en una de las bancas. Al verla detenidamente, veo que se trata de una guapa chica de cabello castaño claro y ojos ámbar. No hay duda, esa chica es Isshiki.

En ese momento, me doy cuenta que Isshiki tiene las manos cubriendo su rostro y está sollozando lo más silencioso que puede. A distancia, observo como sus ojos están inundados de lágrimas las cuales resbalan por sus mejillas.

No cabe duda. Hayama la rechazó y le destrozó el corazón.

Al darme cuenta de eso, trato de levantarme e irme lo más silenciosamente que pueda pues creo que lo mejor es que Isshiki de rienda suelta a su dolor, pero desafortunadamente, la banca donde Isshiki está sentada está muy cerca de la banca donde yo estoy, por lo que cuando trato de alejarme, no alcanzo a dar ni cinco pasos cuando escucho su voz llamarme.

– Senpai… – Escucho a Isshiki llamarme.

– Hola, Isshiki. ¿Qué pasa? – Pregunto algo incómodo.

– ¿Puedo hablar contigo? – Me pregunta Isshiki suplicante.

– Sí. Supongo que podemos hacer eso. – Le respondo a Isshiki.

– Gracias. Lo necesitaba. – Responde Isshiki limpiándose las lágrimas.

– ¿Estás bien? – Le pregunto a Isshiki.

Que tonto soy. He hecho una pregunta muy estúpida. Es más que obvio que Isshiki no está bien después del rechazo de Hayama. Pero lo tengo que averiguar.

– Sí. Más o menos. – Responde Isshiki aún con los ojos cristalinos.

– ¿Qué pasó? – Le pregunto a Isshiki directamente.

– Es algo difícil de contar. – Me dice Isshiki.

– Puedes confiar en mí. Me lo puedes contar. – Le digo a Isshiki.

Veo como Isshiki inhala aire y luego exhala profundamente. Es natural que lo haga como un medio para desahogarse.

– Me le declaré a Hayama-senpai,,, – Comenta Isshiki.

– ¿Y? – Pregunto yo.

– Me rechazó. – Concluye Isshiki.

– Ya veo. – Respondo escuetamente,

Isshiki vuelve a tomar aire y en ese momento levanta la mirada hacia el cielo mientras sus ojos aún están cristalinos a causa de las lágrimas.

– ¿Por qué el amor es así de doloroso? – Pregunta Isshiki aun llorando.

– El amor siempre duele, Isshiki. – Le respondo.

– ¿Y eso por qué, Senpai? – Pregunta ella confundida.

– Muchas veces el amor puede ser correspondido. Y otras veces puede ser no correspondido y acabar con el corazón destrozado. – Le respondo.

– Creo que tienes razón. Muchas veces puedes ser correspondido, pero muchas veces puedes acabar con el corazón roto. – Me contesta ella.

– Así es. Algunas veces es bello y otras veces es doloroso. – Le digo.

– Es raro. Me rechazó directamente sin andar con rodeos. Eso quiere decir que yo no le importo. – Comenta Isshiki.

– Yo no te entiendo, Isshiki. Hayama y tú nunca tuvieron nada. Ni siquiera podría decirse que fueron amigos. – Le digo.

Isshiki queda algo sorprendida y me observa con cierto interés, pero puedo notar que no tiene ninguna clase de enfado o molestia.

– En parte tienes razón, Senpai. Hayama-senpai y yo ni siquiera fuimos amigos. Solo podría decirse que somos conocidos. – Dice Isshiki.

– Así es. No tienes por qué sentirte triste ni molestarte. Él jamás te perteneció, ya que nunca fue nada tuyo, más que un conocido. – Le comento.

– Tienes razón. Aunque yo tenía una ligera esperanza de que me dijera que sí – Dice ella.

– ¿Una esperanza? Eso no es nada. Podría ser un sinónimo de ilusión o sueño. Pero Hayama nunca te dijo que te amaba o que te quería, de igual forma, sus acciones nunca mostraron algún tipo de interés romántico en ti. – Le digo directamente.

Isshiki se sorprende y me observa con más atención por lo que le digo.

– Es cierto. Hayama-senpai nunca mostró nada de eso. – Corrobora Isshiki.

– La realidad es dura y difícil de aceptar. Al igual que la verdad. Ahora mismo, tienes la realidad frente a ti. Y por más dura y dolorosa que sea, te la voy a poner en frente para que dejes esas absurdas y estúpidas ideas… No vale la pena amar a alguien que no te ama. Pues no hay peor dolor que amar sin ser amado. – Le digo directamente a Isshiki quien se queda en silencio.

Puedo notar como Isshiki empieza a poner más interés en lo que estoy diciendo y me mira fijamente poniendo atención a lo que le digo.

– No entiendo cómo es posible que ames tanto a Hayama. ¿Qué es lo que él ha hecho para que te hayas enamorado de él? ¿Qué méritos ha hecho para que lo idolatres como si fuera perfecto? ¿O solo te enamoraste de él por su cara? Una cara no basta para enamorarte. El trato también es fundamental para enamorarte de alguien. – Le digo a Isshiki de forma directa y honesta.

Ante lo que le digo, Isshiki se queda en silencio y no dice nada.

– Nada. No ha hecho absolutamente nada. ¿Verdad? ¿Alguna vez arriesgó su vida para salvarte de algún peligro? ¿Se preocupó por ti? ¿Te apoyó en algo? ¿Te escuchó alguna vez? ¿Te ayudó a resolver tus problemas? No, nada… Si acaso, lo más que hizo fue intentar defenderte cuando aquel viejo cerdo te agredió, pero lo único que consiguió fue recibir una severa tunda. Y al final yo fui quien te defendió de ese cerdo, e inclusive terminé defendiendo a Hayama. Aunque te ocultes detrás de esa imagen perfecta sin defectos que tienes de él, no pareces poder contradecir mis palabras. – Le digo a Isshiki mirándola fijamente.

En efecto, Hayama le tenía un gran afecto a Isshiki, pero solo era el cariño como el que un senior tiene por un kouhai. No puedo decir que se trata de un cariño de amigos, porque Hayama e Isshiki ni siquiera son amigos. Hayama nunca la quiso ni tampoco mostró alguna señal de interés romántico en ella.

Mis palabras eran algo duras, pero eran necesarias, directas y honestas. Tenía que lograr que Isshiki se diera cuenta de que no valía la pena amar a un ser tan despreciable como Hayama. Una esperanza es como una venda que nos impide ver lo que debemos o lo que queremos.

Isshiki se queda en silencio después de lo que le dije. Puedo ver como mira hacia el cielo y vuelve a exhalar aire profundamente. No dice nada y empieza a razonar lo que le dije. No sé si mis palabras lograrán hacerla entrar en razón, pero tengo una leve esperanza de que funcione. En ese momento, ella me mira y me sonríe.

– He, he. Supongo que tienes razón. Hayama-senpai nunca hizo nada de lo que tú me dijiste. Analicé lo que me dijiste y tienes toda la razón, Senpai. – Me dice Isshiki sonriéndome.

– Estoy feliz de que lo hayas entendido. – Le contesto regresándole la sonrisa.

– He, he. Hablar contigo realmente me ayudó, Senpai. Muchas gracias. – Me dice ella.

– No hay de qué. Siempre te escucharé con cualquier problema que tengas. De eso no tengas la menor duda. – Le respondo.

– Eso lo sé. – Contesta ella.

– Me gustó hablar contigo. De hecho, lo necesitaba. Creo que ahora me voy a mi casa. Nos vemos. – Le digo a Isshiki despidiéndome de ella.

– Creo que yo también me voy a mi casa. Nos vemos luego, Senpai. – Responde ella.

Ambos nos levantamos y yo procedo a irme. Pero cuando intento retirarme, Isshiki me llama de nuevo, haciendo que me detenga.

– ¿Senpai? – Me dice ella.

– ¿Qué pasa, Isshiki? – Le pregunto.

En ese momento, me doy cuenta de que Isshiki se pone de puntitas, pues soy un poco más alto que ella y noto que me abraza con fuerza.

– ¿Isshiki? ¿Qué estás hacien… – Pero no puedo terminar mi pregunta por una extraña sensación.

Veo que Isshiki posa sus manos en mi espalda, abrazándome suavemente y antes de que me dé cuenta, siento unos suaves y cálidos labios posarse sobre mi boca. Me quedo tan sorprendido por lo que está pasando que mis ojos se abren por la sorpresa. Iroha Isshiki me está besando. Puedo sentir la respiración de Isshiki en mi cara y de igual forma, puedo sentir el dulce olor del aliento de Isshiki en mi boca. Unos instantes después, aparentemente cuando Isshiki ya se siente satisfecha, se separa y me mira algo sonrojada. Entonces me sonríe y se despide de mí.

– Gracias por todo, Senpai. Nos vemos luego. – Me dice ella para acto seguido irse de ahí.

Yo solamente veo cómo se aleja de dicho lugar. Una vez que la pierdo de vista me quedo congelado y llevo mis manos a mi boca. La sorpresa es enorme. Pues sin que lo esperara, lo quisiera, lo planeara o lo imaginara, por fin besé a una chica. Aunque en realidad, Isshiki me robó mi primer beso.

Mi corazón late de una forma irregular, rápida y extraña. No puedo dejar de pensar en lo que Isshiki hizo. Estoy confundido. Si solamente quería darme las gracias, me hubiera dado un beso en la mejilla. Pero nunca esperé que me diera un beso en la boca. ¿Será acaso que le gusto a Isshiki? No, eso no puede ser. No hay ninguna chica cuerda en este mundo que se fijaría en un ser tan despreciable como yo.

Me hundo en mis pensamientos y decido irme a mi casa. Una vez que estoy encerrado en mi cuarto, sigo pensando en lo que Isshiki hizo en ese parque. ¿Por qué lo hizo? ¿Qué la orilló a hacer eso? Esas y muchas otras preguntas pasan atropelladamente por mi cabeza pero no logro encontrar una posible respuesta. Estoy decidido a averiguar lo que me está pasando. De alguna u otra forma, pero lo voy a averiguar.

No conforme con ese evento, algunos días después me ocurriría otro evento que de igual forma, me dejaría marcado de por vida.

Han pasado tres días después de ese extraño acontecimiento con Isshiki. En este momento son las 7 de la noche del 25 de Diciembre, lo que significa hoy es Navidad. Las festividades son los pocos momentos que puedo pasar junto a mis padres sin que me regañen, me reclamen cosas de poca monta o le pongan más atención a Komachi. Pues en fechas especiales, mis padres nos prestan atención a Komachi y a mí por igual.

En este momento, me estoy dirigiendo a una tienda de conveniencia, pues compraré algunos refrescos y algo de comida para la cena de Navidad. Estoy por llegar a la tienda de conveniencia cuando veo a dos personas rubias caminar cerca de la tienda. Son un hombre y una mujer los cuales he reconocido inmediatamente. Son Hayato Hayama, "El Príncipe de Sobu" y Yumiko Miura, "La Reina de Fuego". Puedo ver como Miura tiene a Hayama sujeto del brazo, tirando de este para que la siga. Claramente escucho a Miura hablar con una voz tan melosa como la de Isshiki, y a Hayama sonriendo forzadamente. No es una de sus sonrisas estúpidas que tanto me repugnan, sino que es una sonrisa forzada que claramente indica que no se siente muy cómodo que digamos y quiere irse de ahí.

– ¡Vamos, Hayato! ¡Se nos hace tarde! – Escucho decir a Miura con esa voz tan melosa que me desagrada bastante.

– Tómalo con calma, Yumiko. No tienes por qué ir tan rápido. – Contesta Hayama.

– ¡Oh, vamos! ¡La oferta solo dura hasta las 10 de la noche! – Replica Miura.

– Relájate, Yumiko. Apenas son las 7 de la noche. Aún tenemos mucho tiempo. – Dice Hayama sonriendo.

En ese momento, ambos se dan cuenta de mi presencia y reaccionan de formas distintas. Hayama me sonríe y agita su mano en mi dirección, mientras que Miura me observa fijamente y luego se da la vuelta ignorándome. Yo no le tomo importancia y con algo de repudio, respondo al gesto de Hayama y me alejo del lugar pues no quiero echar a perder el "momento romántico" de ambos. Entonces me entro a la tienda y compro los refrescos y la comida faltante para la cena.

En cuanto pago la cuenta, salgo de la tienda y me dispongo a regresar a mi casa. Pero para llegar a mi casa, tengo que pasar un parque, el cual es el mismo donde tuve el incidente con Isshiki. Pues bien, el parque está algo solitario, únicamente alumbrado por los focos de alumbrado público. En ese momento, observo a una figura muy conocida sentada en una banca. Se trata de una hermosa chica de cabello rubio y ojos verdes.

Frente a mí, está Yumiko Miura sollozando en silencio, mientras se cubre el rostro con las manos. Eso solo significa una cosa: Hayato Hayama ha rechazado a otra chica, pues la primera fue Isshiki. La imagen solo da a entender algo: Una chica enamorada fue rechazada por el amor de su vida y no soporta ese dolor, y ahora está llorando al punto de llegar a romperse. Siento que ya he visto algo similar en algunos animes y novelas que he leído: El chico con buen corazón se acerca a la chica que fue rechazada por alguien que no vale la pena y le ofrece un hombro en el cual pueda llorar y desahogar todo ese dolor, para que así la chica se enamore de él y se dé cuenta que él es la persona indicada para ella.

Pero desgraciadamente aquí no hay ningún chico con buen corazón. Y ese no soy yo. Lo único que veo es una chica de personalidad dudosa, llorando después de que el chico que amaba le rompió el corazón y un ser tan despreciable como yo que lo único que quiere es escapar de dicho lugar y tal situación antes de que sea descubierto. Dicho ser tan despreciable soy yo, y como tal, lo mejor es que me vaya de aquí.

Por tal cosa, trato de escapar de ahí, pero no quiero darle la vuelta al lugar, y para irme de ahí, tengo que pasar frente a Miura, por lo que trato de ser lo más silencioso que puedo con tal de que no me descubra, pero en ese momento, tengo el infortunio de pisar una pequeña rama, la cual hace un leve sonido, pero es lo suficientemente fuerte para llamar la atención de Miura, quien levanta la cabeza y me ve. Ante esto, giro mi mirada hacia otro lado, intentando ignorarla, pero en ese momento, su voz me llama.

– Hikio… – Me dice con voz entrecortada. Al ver eso, me detengo y me paro frente a ella.

– ¿Estás bien, Miura? – Le pregunto, aunque esa es una pregunta muy tonta, pues es más que obvio que no está bien.

– No… no lo estoy. – Responde Miura dando un suspiro.

– ¿Qué ocurrió? Puedes contarme, si quieres. – Le digo.

– Me le declaré a Hayato… Y me rechazó… – Dice ella entre sollozos.

– Ya veo. – Le respondo.

– ¿Por qué Hayato no me correspondió? ¿Por qué el amor duele de esta manera? – Ella se pregunta aun sollozando.

– A veces el amor puede ser doloroso. Inclusive, muchas veces, la persona que te gusta puede convertirse en tu peor enemigo cuando te rechaza al confesarle tus sentimientos. Y todo… por culpa del amor. – Le digo a Miura directamente.

– Algunas veces es cierto. – Me responde.

– A decir verdad, yo no estoy interesado en eso. El romance es solo para personas que creen que necesitan a alguien a su lado para que su vida valga algo. Pagar cuentas, comprar regalos tontos para quedar bien, ser cariñoso, prestar atención a sus necesidades y caprichos y decir a los cuatro vientos "Soy la persona más afortunada porque tengo conmigo a la mejor mujer o al mejor hombre en todo el universo"… Esas cosas me enferman y me repugnan. – Le comento.

– Supuse que pensarías así. – Me dice ella con un suspiro.

– El amor es igual que el trabajo. Solo vas a perder. Pues prácticamente le entregas tu alma y tu corazón a alguien que te puede manipular y controlar de muchas maneras. – Es mi respuesta.

– Me acaban de romper el corazón… ¿No podrías ser un poco más sensible? – Me pregunta ella con la voz entrecorta.

– La sensibilidad no existe para mí. Y creo que no deberías tomarle tanta importancia. – Le comento.

– ¿Por qué dices eso? – Me pregunta confundida.

– Dime algo. ¿Hayama vale más que Yuigahama, Ebina, Tobe, Yamato y Ooka? – Le pregunto directamente.

– Soy una persona egoísta. – Me dice agachando la cabeza.

– Eso no es novedad. – Respondo escuetamente.

– Siendo sinceros, no me merezco a ninguno de los amigos que tengo. – Comenta ella.

– Escucha, Miura. Sé que no soy la persona más indicada para decirte esto pero tienes que olvidarte de Hayama. Él no se merece todo este cariño y amor que le tienes. No te conviertas en algo peor de lo que es Hayato Hayama. – Le digo de forma directa.

– ¿A qué te refieres? – Me pregunta desconcertada.

– Hayama es un ser más egoísta que tú. – Respondo de forma directa.

– Eso no es cierto. Hayato no es… – Replica Miura, pero la interrumpo.

– Por favor, Miura. Calumniar a alguien para mí es caer hasta lo más bajo. Hayama siempre te ha usado a ti, a Yuigahama, a Ebina, a Tobe, a Yamato y a Ooka como herramientas para conseguir sus objetivos. Él no es perfecto y siempre usa a la gente para su propio bienestar con tal de que sus deseos egoístas no se caigan. Hayama es un frustrado, mentiroso e hipócrita que siempre se calla verdades con tal de quedar bien con todos… Por esa razón lo golpee hasta casi matarlo el día del festival cultural. Pues él no estaba esforzándose en buscar a Sagami y cuando llegó a donde estaba ella, esbozó una sonrisa hipócrita y le dijo que todos estábamos preocupados por ella. Entonces yo le dije a Sagami sus verdades y Hayama me atacó agarrándome por la camisa y estrellándome contra la pared. Entonces perdí la cabeza y le di aquella paliza para que dejara de ser hipócrita. Así que no sé quién es más tonto… Si él por tratar de fingir ser algo que no es, o ustedes por no darse cuenta de su farsa. – Le digo a Miura sin morderme la lengua.

En ese momento, Miura me observa con ira en sus ojos.

– ¿Qué estupideces estás diciendo? Hayato no es esa clase de persona. – Exclama Miura agresivamente tratando de defender a Hayama.

Tratar con la Reina de Fuego es algo difícil. Si no quiere entenderlo por las buenas, entonces tendré que hacer que lo entienda por las malas. Por lo que decido decirle las mismas palabras que le dije a Isshiki días atrás, solo que esta vez, lo haré con dureza y de forma irrefutable, maliciosa y despreciable.

– No sé por qué te enfadas, Miura. Hayama jamás te perteneció, ya que nunca fue nada tuyo, más que un amigo. – Le comento.

– Bueno... En eso tienes razón. Aunque yo tenía una esperanza. – Dice ella.

– ¿Una esperanza? Por favor, Miura. Una esperanza no significa nada. Podría definirlo como un sinónimo de ilusión o sueño. Pero Hayama nunca te dijo que te amaba o que te quería, de igual forma, sus acciones nunca mostraron algún tipo de interés romántico en ti. ¿O sí? – Le digo directamente.

Miura se sorprende y la ira en sus ojos empieza a desaparecer poco a poco.

– Es cierto... – Contesta Miura y luego se queda en silencio.

– La realidad es dura y difícil de aceptar. Al igual que la verdad. Ahora mismo, tienes la realidad frente a ti. Y por más dura y dolorosa que sea, te la voy a poner en frente para que dejes esas absurdas y estúpidas ideas… No vale la pena amar a alguien que no te ama. Pues no hay peor dolor que amar a alguien y que ese alguien no corresponda a tus sentimientos. – Le digo duramente y ella se queda en silencio.

Puedo notar como Miura empieza a poner más interés en lo que estoy diciendo y me mira fijamente poniendo atención a lo que le digo.

– Hasta el sol de hoy, no entiendo cómo es posible que ames tanto a Hayama. ¿Qué es lo que él ha hecho para que estés loca por él? ¿Qué méritos ha hecho para que lo idolatres como si fuera el hombre perfecto? ¿O solo te enamoraste de él por su rostro? Una cara no basta para enamorarse. Conocer la personalidad de alguien también es fundamental para enamorarse. – Le digo de forma directa y honesta.

Ante lo que le digo, Miura se queda en silencio y no dice nada.

– No ha hecho absolutamente nada por ti. ¿Verdad? ¿Alguna vez arriesgó su vida para salvarte de algún peligro? ¿Se ha preocupado por ti? ¿Te ha apoyado? ¿Te ha escuchado alguna vez? ¿Te ha ayudado a resolver tus dudas o problemas? No, no lo ha hecho… Si acaso, lo más que hizo fue protegerte cuando te abrazó para evitar que chocaras contra la reja de la cancha en aquel partido de tenis que tú y él jugaron contra Yukinoshita y yo. Pero en mi opinión, no creo que eso haya sido suficiente para que te enamoraras de él. Por más que intentes ocultarte detrás de esa imagen perfecta sin defectos que tienes de él o trates de justificarlo, no tienes argumentos para contradecir lo que te estoy diciendo. – Le digo a Miura mirándola fijamente.

En efecto, Hayama le tenía un gran afecto a Miura, al igual que a Isshiki, pero solo era un cariño de amigos, pues Hayama nunca la amó ni tampoco demostró tener alguna clase de interés amoroso en ella. Mis palabras eran las mismas que le dije a Isshiki, solo que esta vez eran más duras, directas e irrefutables. Así como pasó con Isshiki, tenía que lograr que Miura se diera cuenta de que no valía la pena amar a un ser como Hayama y que no vale la pena. Una esperanza es como una venda en los ojos que nos impide ver la realidad, es imposible tapar el sol con un dedo.

Miura se queda en silencio después de lo que le dije. Puedo ver como mira hacia el cielo y vuelve a exhalar aire profundamente. No dice nada y empieza a razonar lo que le dije. No sé si mis palabras lograrán hacerla entrar en razón así como pasó con Isshiki, conociéndola yo creo que no, lo más probable es que me insulte, me ataque o defienda a Hayama a capa y espada, pero no pierdo la fe de que entrará en razón. Miura se queda en silencio y vuelve a mirar hacia el cielo. En ese momento, ella me mira y me sonríe.

– Hayato nunca fue la persona que yo creí que era. Analicé lo que me dijiste y tienes razón, Hikio. Esto me ha hecho abrir los ojos. – Me dice Miura sonriéndome.

– Estoy feliz de que lo hayas entendido. – Le contesto regresándole la sonrisa.

– He, he. Hablar contigo me hizo sentir bien. Muchas gracias, Hikio. – Me dice ella.

– No hay de qué. Aunque no nos llevamos bien y nuestra interacción ha sido muy poca, siempre te escucharé con cualquier problema que tengas. De eso no tengas la menor duda. – Le respondo.

– Lo sé. – Contesta ella.

– Me gustó hablar contigo. Creo que ahora me voy a mi casa. Nos vemos, Miura. – Le digo a Miura, despidiéndome de ella.

– Nos vemos, Hikio. – Responde ella.

Ambos nos levantamos y yo procedo a irme. Pero cuando intento retirarme, Miura me llama de nuevo, haciendo que me detenga.

– ¿Hikio? – Me pregunta ella.

– ¿Qué pasa, Miura? – Le pregunto.

En ese momento, Miura se acerca a mí y antes de que pueda reaccionar, ella me abraza fuertemente dejándome sorprendido.

– Miura? ¿Qué estás haciendo? – Pregunto algo confundido.

– Te estoy dando un abrazo. – Me responde ella sin más.

Ante esto, correspondo a su abrazo y acaricio su cabeza, e instintivamente aspiro la fragancia a shampoo que despide su suave y sedoso cabello rubio. En ese momento, me sonrojo al ver como Miura me mira a los ojos, y puedo ver que está sonrojada al igual que yo. Eso le da un encanto femenino único y la hacer verse aún más hermosa de lo que ya es. Repito que si no fuera por su carácter prepotente, orgulloso, petulante y agresivo, yo podría enamorarme fácilmente de ella y sería capaz de pedirle que sea mi novia frente a toda la escuela, sin importarme ser rechazado y volverme el hazmerreír de todos. En ese momento, aparto un mechón de cabello del rostro de Miura para contemplarla un poco mejor.

– ¿Sabes algo, Miura? Creo que eres una chica muy her… – Pero no puedo terminar mi frase al sentir una extraña sensación.

En ese momento, Miura envuelve sus brazos alrededor de mi cuello, mientras sus manos acarician mis hombros con suavidad, y entonces siento unos suaves y cálidos labios posarse sobre mi boca. Me quedo tan sorprendido por lo que está pasando que mis ojos se abren por la sorpresa. Pues Yumiko Miura me está besando. Ante tal acción, puedo aspirar el dulce olorcillo de su aliento y su respiración chocando contra mi rostro. Unos instantes después, aparentemente cuando Miura ya se siente satisfecha después de besarme, se separa y me mira sonrojada. Entonces me sonríe y se despide de mí.

– Gracias de nuevo, Hikio. Nos vemos. – Me dice ella para acto seguido irse corriendo.

Veo cómo se aleja del lugar y en cuanto la pierdo de vista me quedo congelado y llevo mis manos a mi boca. La sorpresa es enorme. Pues sin que lo esperara, lo quisiera, lo planeara o lo imaginara, es la segunda vez que beso a una chica en menos de una semana, pues en este mismo parque, Isshiki me besó. Y lo que más me sorprende es que fui besado por dos de las chicas más hermosas de la Academia Sobu: Yumiko Miura e Iroha Isshiki.

Mi corazón late de una forma irregular, rápida y extraña. No puedo dejar de pensar en lo que tanto Miura como Isshiki hicieron. Estoy confundido. Si solamente ambas querían darme las gracias, me hubieran dado un beso en la mejilla. Pero nunca esperé que las dos fueran capaces de darme un beso en la boca. Podría haberlo esperado de Isshiki… ¿Pero de Miura? Eso es algo que no puedo creer a pesar de que sucedió. ¿Será acaso que les gusto a Isshiki y a Miura? No, eso no puede ser.

Me hundo en mis pensamientos y decido irme a mi casa. Una vez que llego, dejo las cosas que compré en la mesa, me meto a mi cuarto y me hundo en mis pensamientos tratando de encontrar una posible solución al extraño comportamiento de Isshiki y de Miura. ¿Por qué lo hicieron? ¿Qué las orilló a hacer eso? Esas y muchas otras preguntas pasan atropelladamente por mi cabeza pero no logro encontrar una posible respuesta para esas preguntas que me atormentan. Estoy decidido a averiguar lo que me está pasando y que es este extraño sentimiento que no me deja tranquilo. De alguna u otra forma, pero lo voy a averiguar.

De nueva cuenta, ese viejo refrán "No todo lo que brilla es oro" se volvió a aplicar, pues muchos creen que Hayato Hayama es un sujeto extrovertido, amable, honesto, respetuoso, directo y sincero, pero al conocerlo más a fondo, descubren que es alguien mentiroso, hipócrita, y egoísta que siempre se calla verdades para quedar bien con todos y usa a las personas como herramientas para conseguir sus objetivos. De tal forma que aunque muchos creen que Hayama es perfecto, en el fondo, no es como aparenta ser. Y de alguna forma, logré que tanto Isshiki como Miura se dieran cuenta de la clase de alimaña que es Hayato Hayama.

Sin esperarlo, quererlo, imaginarlo, planearlo ni pensarlo, Miura e Isshiki se convertirían en personas muy importantes para mí, incluso me atrevería a decir que incluso más importantes que Yuigahama y Yukinoshita.