CAPÍTULO 3

Algunas horas más tarde, Draco fue liado dentro de un grueso abrigo. A su derecha se colocó Remus, quien lo guió hasta el trasporte que los llevaría a la Mansión Black. A su izquierda se encontraba Sirius, quien llevaba una caja pequeña con los artículos indispensables para Draco, cortesía de los elfos domésticos. Era innecesario decir que Draco había estado bastante aprensivo cuando fue informado que estaría conviviendo estrechamente con Harry Potter, un hombre lobo, y dos bebés, pero después que el Director le explicara que por ahora era el lugar más seguro para él, y le asegurara que estaría protegido de Remus, aceptó.

Era un viaje largo desde Hogwarts hasta la mansión Black, y para el momento en que el transporte llegó allí, faltaban quince minutos para la medianoche. Un elfo doméstico los saludó en la puerta, y los condujo hacía el cuarto de estar, en donde Harry miraba la televisión. Simon y Samantha dormían tumbados en sus cunas portátiles.

- ¡Harry! ¿Tuviste un buen día?- preguntó Sirius alegremente-. ¿Cómo están nuestros pequeños?

- Hola, Sirius, Remus- saludo contento Harry, aunque su expresión obviamente se agrió cuando su mirada fija aterrizó en Draco-. Malfoy- saludo fríamente.

- Harry- comenzó Remus-, Draco permanecerá con nosotros hasta que la escuela comience- Harry levantó sus cejas. Remus suspiró-. Ahora estáis en el mismo lado, Harry.

- Seguro- replicó Harry, viendo a Draco cautelosamente. El rubio permanecía completamente inmóvil, mirando a Harry con furia.

-Harry- intervino Sirius-. Por favor, acompaña a Draco al cuarto de invitados. Remus y yo llevaremos a los gemelos al cuarto de niños.

El aludido asintió a regañadientes, luego se levantó e hizo a Draco señas para que lo siguiera. Sirius y Remus miraron al par y suspiraron.

- Esto va a ser absolutamente difícil para los dos- comento Remus, con evidente preocupación en su voz.

Mientras tanto, Harry y Draco caminaban por el vestíbulo del segundo piso en silencio. Al alcanzar el cuarto de invitados, Harry informó:

- Permanecerás aquí, Malfoy. El desayuno se sirve generalmente a las nueve; y si no estás allí, esperarás para el almuerzo. La mayoría de las cosas que necesitarás están en el cuarto; si necesitas algo más, convoca un elfo doméstico. Sea cual sea la razón por la que estás aquí, no quiero oírla ahora. Tengo planteadas algunas teorías del por qué viniste, y prefiero creerlas por un tiempo. Además, no voy a tomar ninguna mierda tuya a la ligera, así que mejor mantén tu boca cerrada o te maldeciré de siete maneras por domingo, ¿entendido?- Draco asintió, no se sentía con humor para contraatacar.

-Me alegra que entiendas mi punto. Que duermas bien, Malfoy, y recuerda estar levantado a las nueve si quieres desayunar- dijo Harry fríamente, y sin esperar ninguna respuesta, se alejó. Draco miró fijamente la figura de Harry retirarse, después sacudió la cabeza y entró en el cuarto.

Cuando despertó el día siguiente, se sorprendió al encontrarse en un cuarto extraño. Aún se asombró más cuando escuchó ruidos de bebés gritando en el extremo lejano del pasillo. Se sentó en la cama, desorientado por algunos minutos, hasta que tomó conciencia de que estaba en la mansión de Sirius Black, y las lamentaciones gemelas que oía eran sus niños. Gruñó.

`Genial´, pensó tristemente. `Primero consigo ser violado por ese bastardo enfermo de Voldemort por rechazar hacerme un Mortífago, luego mi padre me repudia, consigo escapar de la muerte en Hogwarts donde, para mi humillación, el personal lo descubre todo, y ahora estoy permaneciendo en la casa en la cual Harry Maldito Potter vive. Apenas genial´. Se levantó y consiguió vestirse, después convocó un elfo doméstico para que le mostrara el camino hacia el comedor. Cuando llegó allí, la cálida sonrisa de Remus le saludó.

- Hola, Draco. ¿Dormiste bien?- le preguntó amablemente, mientras sostenía el biberón con el alimento de su hija. La cara de Harry seguía estando en blanco mientras comía sus crepes, y Sirius estaba ocupado pasando las páginas de El Profeta.

- Dormí absolutamente bien, profesor, gracias- Draco contestó cortésmente.

-Encantador. ¿Por qué no nos acompañas?- lo invitó Remus-. Harry, muévete un poco, por favor.

Harry suspiró con resignación y se trasladó a la derecha para acomodar a Draco. El rubio se sentó rígido a su lado y comenzó a llenar su plato de tocineta.

El resto del día pasó alegremente, si uno no contaba las miradas de odio que Harry lanzaba a Draco cuando nadie miraba, y los leves nervios de Draco siempre que alguien se le acercaba. Sirius, Remus, Harry, Draco, y los gemelos pasaron la tarde descansando en el patio delantero de la mansión, y no fue hasta que el cielo estaba comenzando a oscurecerse que entraron. Harry y Draco aún rechazaban rotundamente hablar el uno con el otro, lo que estaba logrando que Sirius y Remus se frustraran.

- Harry- comenzó Sirius-, sé que tú y Draco no son los mejores amigos, pero...

- Sirius, si éste es otro esfuerzo para conseguir que hable civilizadamente con Malfoy...- replicó su ahijado a través de los dientes apretados.

- Draco ha pasado por mucho, Harry, y lo qué ahora necesita es un compañero- dijo Sirius.

-No, nada que hacer- replicó Harry obstinadamente-. La única manera que puedes conseguir que hable con Malfoy es si me amarras a un Blast-Ended Skrewt desbocado.

- Sirius suspiró en exasperación.

-Muy bien. ¿Pero puedes por lo menos dejar de mirarlo con odio cada vez que os cruzáis en el camino?

Harry miró a su Padrino con sorpresa.

- ¿Qué? ¿Piensas que no te veo?- continuó Sirius. Harry inclinó la cabeza- . Harry, solo... considera ser civilizado con él, ¿bien? Remus y yo no estamos contando con un milagro para los dos, pero por favor, inténtalo.

Harry suspiró resignadamente.

- De acuerdo- aceptó.

- Muy bien. Ahora, vete a la cama, es definitivamente tarde. Y no hagas demasiado ruido, Remus está intentando que Simon y Samantha duerman- pidió Sirius con una leve sonrisa-. Buenas noches, Harry.

Harry dio las sus buenas noches a su Padrino, después subió las escaleras hacia su cuarto. En el camino vio a Remus a través de la puerta abierta en el cuarto de los niños, sentado en una gran mecedora, sosteniendo a dos bebés durmientes. Se acercó para ofrecer las buenas noches y continuó caminando a su cuarto. Sin embargo, mientras pasaba por el cuarto de invitados, pensó que había oído sollozos amortiguados. Antes de darse cuenta de que probablemente estaba escuchando a Draco Malfoy llorar, caminó hasta la puerta y golpeó. Los sollozos amortiguados pararon inmediatamente, y después de algunos momentos, Draco abrió la puerta.

-Potter- dijo Draco fríamente, intentando ocultar su vergüenza al ser atrapado llorando-. En el nombre del cielo, ¿ qué estás haciendo aquí, molestándome a esta hora de la noche?

Harry puso los ojos en blanco.

- Te oí. Toqué para ver qué te pasaba, pero no debía haberte incomodado. Buenas noches- contestó Harry mordazmente, y se giró con intención de alejarse. Antes que pudiera salir de la vista de Draco, el rubio le cogió el brazo.

-Potter, lo siento. No debí hacer esos ruidos

Harry enfrentó a Draco, con las cejas levantadas.

- ¿Acabo de oír a la quintaesencia de Slytherin pedir perdón a un Gryffindor?- preguntó un tanto sorprendido.

-No te acostumbres- contestó el otro.

Harry se inclinó en el marco de la puerta y miró atento a Draco. El pelo casi blanco del rubio, generalmente peinado hacia atrás con gel, ahora caía suavemente alrededor de la pálida cara, enmarcándola perfectamente. Los fríos ojos grises azulados ahora sostenían una amortiguada, angustiosa mirada, y la piel de porcelana estaba más pálida de lo usual. Se sintió preocupado por su compañero y olvidándose temporalmente de que su historia con Draco no había sido demasiado agradable, preguntó:

- ¿Qué está incomodándote, Malfoy?

Draco levantó la mirada hasta el alto joven, con los ojos oscurecidos con aprehensión.

- No creo que quieras saber, Potter- dijo sin expresión. Para cambiar de tema, agregó-. Hey, te debo una disculpa por todas las cosas horribles que hice a ti y a tus amigos antes.

Harry sonrió

- Disculpas aceptadas. Nunca sostengo el resentimiento por demasiado tiempo, de todas formas. Y te debo una disculpa también - replicó él.

- Así pues, ¿estamos llamando a una tregua?- preguntó Draco.

Harry sonrió.

- No va a ser fácil, sabes, romper el hábito. Pero intentaré lo mejor.

- De acuerdo, Potter. Bien, entonces, buenas noches.

- Buenas noches también, Malfoy.

Continuará....

Kmy Kusanagi: Hi Lissie, viste lo que le hizo al pobre ¡venganza! jajaja. Lo de Sev y Sirius es normal en ellos, no se llevarán bien en la vida (ni tampoco en ningún fict aunque sería gracioso verlo). Vacaciones compartidas umm... que pasará con ellos. Probablemente pongamos un capítulo el martes pero aún no sabemos de que historia. Besos de las dos.

snivelly: Lucius se merece mil cruciatus, el avada kevadra ... y todo lo que se le quiera echar. No, no es la casa Black es una casa que tienen en Kent. Como has visto a Harry no le gustó la noticia...hasta ahora. Besos

Duare: Muchísimas gracias, nos alegramos que nos vayas a seguir todas las semanas. Lo conseguimos con muy buena compenetración entre las dos. Besos.

txiri: Por supuesto que lo seguiremos, no nos rendimos ante nada. Nos alegra mucho que te haya gustado. Si que era el pobre Draco y Harry se lo tomó mal pero mejor de lo esperado. Un besazo de las dos.

Finn: muchas gracias por dejar tu opinión. Muy pronto empezarán a suceder los acercamientos aunque el primer paso ya ha sido dado. Besos.

Snorkita: Voldemort en un demonio, anda que hacer eso al rubio... les costó pero por lo menos ya se hablan y Harry será muy bueno con él (sino Remus...). Muchas gracias por todo y somos dos chicas las que traducimos. Besos.