CAPÍTULO 4
Los siguientes días pasaron tranquilamente (si uno no tomaba en cuenta a los bebés gritando a las tres de la mañana o los sonidos hechos en la agonía de la pasión, cuando los encantamientos silenciadores necesarios eran ' tranquilamente' olvidados). Harry pasó gran parte de su tiempo al aire libre, poniendo a punto sus habilidades de Quidditch, o simplemente caminando alrededor de la extensa propiedad de su padrino. No se preocupaba de los ataques de Voldemort o de los Mortífagos, pues Dumbledore había puesto los encantamientos de protección necesarios alrededor del terreno. Draco, por otra parte, pasaba mucho de su tiempo confinado en su cuarto; sólo salía durante las horas de las comidas o para ir a la biblioteca.
Draco caminaba lentamente a lo largo del ancho, brillantemente iluminado pasillo del segundo piso, su nariz enterrada en un grueso libro que había conseguido de la extensa biblioteca de la mansión. De hecho, estaba tan absorto en su libro que no notó que Harry salía de su cuarto hasta que ambos chocaron, haciendo caer a Draco.
- Malfoy, uno pensaría que tú, de entre todas las personas, deberías saber que no se lee mientras caminas- se mofó Harry, mientras extendía una mano hacia Draco-. Hay una razón por la que la biblioteca tiene sillas, sabes.
- Cállate, Potter- contestó Draco mientras se ponía de pie, con la cara levemente roja-. No habría caído si no estuvieras bloqueando el maldito camino.
- Lo que sea. ¿Cuál es la lectura que es tan interesante, de todas formas?- preguntó Harry mientras tomaba el libro del piso-. Pociones Olvidadas, ¿huh? ¿Planeas adquirir el trabajo de Snape algún día?
- Hmm, no realmente- contestó Draco evasivamente-. Apenas repasando los conocimientos de pociones, ¿sabes? Tengo una reputación que mantener como el mejor estudiante de pociones desde Severus Snape.
- Aún eres un insufrible charlatán, ¿verdad?- comentó Harry alegremente-. Oye, ¿tienes hambre? Podríamos ir y atacar la cocina por algunos bocados, a Sirius y Remus no les importará. Fueron al doctor para el chequeo mensual de los bebés, así que no se enterarán.
-Mi vida se ha convertido en así de patética- dijo dramáticamente Draco, mientras recuperaba su libro y lo golpeaba ligeramente sobre su cabeza-. Ahora me he hundido al nivel de Harry Potter, y voy a atacar una cocina con él.
Harry bufó.
- Me siento muy honrado por tu estimada presencia. ¿Qué he hecho para merecer tal compañía?- exclamó Harry, fingiendo estar impactado por una estrella. Ambos pusieron los ojos en blanco y se rieron entre dientes. Pronto se encontraron mascando algunas palomitas de maíz, y bebiendo coca- cola muggle. Harry rió hasta que su cara se puso azul cuando Draco tomó un sorbo de coca-cola, y se ahogó.
- ¡Potter!- jadeó- ¿Qué carajo es esta bebida?
Harry lo miro desconcertado.
- Coca-cola muggle. ¿Por qué? ¿No te gusta?
- ¿Qué cola muggle? Esto no es ninguna coca-cola muggle, ¡esto es veneno!
¡Esto no es veneno, Malfoy! ¿De donde demonios sacas esas ideas?
- ¡Esto es veneno! ¿No puedes sentir las burbujas bajando por tu garganta? ¡Ésa es la marca de un veneno!
Harry miró fijamente a su frenético compañero por un momento, luego empezó a reír histéricamente. Draco le miro sospechosamente y comento:
- Estás intentando envenenarme, ¿no es así?
- Malfoy- resolló Harry- si intentara envenenarte, ¿por qué bebí la maldita coca-cola también? Vamos. Supuse que te gustaría esto. Si no te gusta, puedo conseguirte un poco de jugo naranja.- Draco solicitó que su bebida fuera sustituida por el jugo de naranja, y los dos reasumieron su comida en silencio. Después de un largo rato, Harry rompió el silencio preguntando -. Así pues ¿qué te trajo aquí, Malfoy?
Draco lucía sorprendido por la pregunta. Harry tomó esto como muestra de que su compañero no quería contarle nada, así que se disculpó.
- Lo siento, no quería fisgonear.
El rubio miró al joven hombre de pelo oscuro delante de él y contestó.
- No, está bien. Creo que mejor te diré; después de todo, tienes derecho de saber por qué estoy aquí, puesto que comparto la vivienda contigo y los demás. Pero primero, por favor llámame Draco. Ni siquiera deseo oír mi apellido en este momento.
- Bien por mí, pero tú debes llamarme por mi nombre también, Draco- contestó Harry.
- Bastante justo...Harry. Bien, realmente no sé por dónde comenzar, pero creo que debo decir que tiene algo que ver con ese bastardo de Voldemort-. Harry asintió, animando a Draco a continuar-. Pues, como ya probablemente sabes, mi padre es un Mortífago...
- A juzgar por lo que parece, sí- interrumpió Harry. Draco levantó una ceja dorada.
- De acuerdo. Al principio del verano, mis padres y yo fuimos de vacaciones a nuestra casa en Sicilia, en donde Voldemort y sus legiones estaban reunidos. Mi padre arregló un encuentro privado con el bastardo, y fue durante esa reunión que me dijo que podría comenzar mi servicio como Mortífago. Lo rechacé; no quería estar sometido a ésa patética y monstruosa criatura. Es innecesario decirlo, los dos estaban furiosos. Y...- Draco se interrumpió, inseguro de cómo iba a decir a Harry la parte amarga de su dura prueba. Harry, por otra parte, estaba sorprendido.
- Vaya, ¿entonces es verdad que has cambiado de lado?
- Sí. Me tomó bastante tiempo darme cuenta en qué lado quería ser, aunque- Harry cabeceó una vez más, animando nuevamente al rubio a continuar-. Cuando era más joven, pensé que servir a Voldemort era un plan fantástico; y apenas ahora me di cuenta que no deseo ser sumiso y besar el dobladillo de los trajes de esa asquerosa criatura.
Harry asintió, escuchando profundamente absorto.
-Pero... ¿qué sucedió cuando rechazaste convertirte en Mortífago, y qué tiene eso que ver con que te encuentres aquí?
Draco suspiró. Éste era el temido momento.
- No sé si pueda decirte eso, Harry- susurró Draco vacilante.
- ¿Por qué no? No puede ser tan malo, ¿verdad? Y me dijiste que tenía derecho de conocer qué está sucediendo- contestó Harry, un poco confuso. Parpadeó varias veces antes de exclamar-. Oh. ¿Estás preocupado por que derramaré las habas sobre ti cuando lleguemos a Hogwarts?
Draco parecía culpable. Harry levantó una ceja.
- Guardo muy bien los secretos, sabes- concluyó.
- Realmente me preocupo más de tu reacción. Estoy enterado que Dumbledore quiere mantener las cosas reservadas, así que sé que no dirás nada, ni siquiera a Granger o a Weasley.
- Está bien, prometo que no diré nada a nadie. Por tu protección. ¿Pero no puedes confiarme eso? Quiero decir, Sirius y Remus lo saben, obviamente, así como los otros profesores y Dumbledore.
- Lo saben porque me encontraron medio muerto en los terrenos de Hogwarts- explicó Draco, agitado-. No tenía la opción de mantenerlo en secreto. ¿Y quién sabe de todos modos si te aprovecharías de la información que voy a darte? Después de todo, estuvimos peleándonos por un tiempo absolutamente largo.
Harry miraba al rubio preocupado. Por algunos minutos ni uno ni el otro hablaron. Entonces el Gryffindor rompió el silencio diciendo:
- Sé que nuestra historia no es muy agradable, pero cuando hablamos civilizadamente por primera vez luego de que llegaste aquí, creo que desapareció algo de la mala voluntad entre nosotros. Y continuará desapareciendo a medida que nos familiaricemos más. No me rebajaré como Wormtail, que se aprovecha de la información secreta para destruir a la gente...
- Lo siento. Es sólo que...es tan difícil poner tu confianza en la gente, y.......
- Sé como te sientes- contestó Harry.
Draco suspiró otra vez.
- De acuerdo. Sé que puedo confiar en ti, pero todavía temo que puedas estar...no se, disgustado, cuando te diga qué me sucedió.
-¿Es tan malo?-
Draco asintió.
- ¿Te gustaría decirme? Lo entenderé si dices no- lo animó Harry amablemente.
- Creo...Creo que puedo decirte- musitó Draco reservado, aún un poco vacilante-. Cuando rechacé la marca oscura, Voldemort... mi padre...ellos...- Draco se interrumpió y alejó la mirada de Harry, lágrimas formándose en los ojos grises azulados.
- Draco, lo siento por empujarte a decirme esto. No tienes que continuar- musitó Harry inseguro, mirando a Draco.
El rubio limpió sus lágrimas en la manga de su camisa y contestó:
- No, está muy bien, no necesitas disculparte. Es sólo que...no estoy seguro de cómo voy a decirte esto. Te disgustarías conmigo si supieras.
Harry parecía preocupado. No sabía que cosas eran malas para Draco, pero sabía que lo que fuera, era bastante grande, si no, no lo afectaría tanto.
- Harry- comenzó Draco, interrumpiendo los pensamientos de Harry-, no te disgustarás conmigo, ¿verdad?- el otro denegó-. Bien...después...después de que rechazara la marca oscura, ellos...ellos...me tocaron. Me violaron, Harry; ¡me torturaron! No pude hacer nada- ahora se convulsionaba, y cerraba y abría su puño sobre la mesa. El moreno parecía horrorizado; 'no puede referirse a que lo violaron, ¿verdad?' pensó. Luego alargó el brazo a través de la mesa y aferró una de las temblorosas manos de Draco.
- Draco- susurró-, está bien. No te encontrarán. He oído decir a Sirius y Remus que Dumbledore ha puesto encantamientos adicionales de protección a la casa. Y no estoy disgustado contigo, ¿bien?
- Yo...yo sé. Gracias- murmuró Draco.
- ¿Por qué?
- Por escuchar. Por no estar disgustado. Por perdonarme- dijo cansadamente Draco.
- No es nada. Gracias por confiar en mi lo bastante como para decirme- contestó Harry. Se sentaron en silencio por algunos minutos, con Harry todavía aferrándose a la mano de Draco. Después de un rato, le preguntó-. ¿Qué es lo que vas a hacer ahora que estás en nuestro lado?
Draco pensó fuertemente. No podría espiar; Voldemort y su padre le lanzarían el avada kedavra en el instante que lo vieran. Ni siquiera podía ofrecer información; no sabía más de lo qué Dumbledore sabía.
- Puedo hacer quizá alguna investigación...- tanteó él cautelosamente.
- Hm, podrías ayudar a Remus con eso- comentó Harry.
Draco asintió.
- O quizá podría ayudar al profesor Snape en la elaboración de pociones que podrían ser necesarias en caso de que explote la guerra, ya sabes, las pociones y materias curativas. No sé. Dumbledore dijo que hablaría conmigo sobre ello cuando la escuela comience.
- ¿Qué sobre tus compañeros?
- Realmente no sé. Puedo pedir quizá un re-sorteo, si eso es posible. No sé. Veremos cuando lleguemos allí. Estoy realmente cansado ahora. ¿Te importaría si voy a mi cuarto a tomar una siesta?
- Seguro. Llámame cuando necesites cualquier cosa.
Draco miró a Harry y sonrió levemente.
- Lo recordaré, gracias- murmuró él, luego caminó fuera de la cocina, dejando a Harry terminar con las últimas palomitas.
Continuara..........
Bueno, hasta aquí el capítulo. Vamos brujas y magos, pongan un pequeñito review para mandárselo a la autora y hacerla feliz ¿vale? Nos vemos el viernes
Paola: Gracias por leer la historia, nos encanta que te guste. Por lo pronto sólo podemos actualizar una vez a la semana. Somos dos pero estamos traduciendo varias historias a la vez y esto nos toma bastante tiempo. Como ves, ya Draco y Harry comenzaron su amistad, pero para pasar a otro nivel aún falta un poquillo, pero mientras tanto el fic va seguir muy entretenido, ya lo verás. Besos y nos vemos el viernes
Niky_chan: Nos alegra mucho que te guste la historia y esperamos que este capítulo cumpliera tus expectativas. Dumbledore, bueno sí, es un poquillo chismoso el pobre, pero siempre lo hace con buena fe, aunque no siempre le salga bien. En principio no se verá demasiado contacto entre Draco y los gemelos, es que todavía son muy pequeños y se limitan a comer, dormir y llorar. Gracias por leernos y hasta el viernes.
Los siguientes días pasaron tranquilamente (si uno no tomaba en cuenta a los bebés gritando a las tres de la mañana o los sonidos hechos en la agonía de la pasión, cuando los encantamientos silenciadores necesarios eran ' tranquilamente' olvidados). Harry pasó gran parte de su tiempo al aire libre, poniendo a punto sus habilidades de Quidditch, o simplemente caminando alrededor de la extensa propiedad de su padrino. No se preocupaba de los ataques de Voldemort o de los Mortífagos, pues Dumbledore había puesto los encantamientos de protección necesarios alrededor del terreno. Draco, por otra parte, pasaba mucho de su tiempo confinado en su cuarto; sólo salía durante las horas de las comidas o para ir a la biblioteca.
Draco caminaba lentamente a lo largo del ancho, brillantemente iluminado pasillo del segundo piso, su nariz enterrada en un grueso libro que había conseguido de la extensa biblioteca de la mansión. De hecho, estaba tan absorto en su libro que no notó que Harry salía de su cuarto hasta que ambos chocaron, haciendo caer a Draco.
- Malfoy, uno pensaría que tú, de entre todas las personas, deberías saber que no se lee mientras caminas- se mofó Harry, mientras extendía una mano hacia Draco-. Hay una razón por la que la biblioteca tiene sillas, sabes.
- Cállate, Potter- contestó Draco mientras se ponía de pie, con la cara levemente roja-. No habría caído si no estuvieras bloqueando el maldito camino.
- Lo que sea. ¿Cuál es la lectura que es tan interesante, de todas formas?- preguntó Harry mientras tomaba el libro del piso-. Pociones Olvidadas, ¿huh? ¿Planeas adquirir el trabajo de Snape algún día?
- Hmm, no realmente- contestó Draco evasivamente-. Apenas repasando los conocimientos de pociones, ¿sabes? Tengo una reputación que mantener como el mejor estudiante de pociones desde Severus Snape.
- Aún eres un insufrible charlatán, ¿verdad?- comentó Harry alegremente-. Oye, ¿tienes hambre? Podríamos ir y atacar la cocina por algunos bocados, a Sirius y Remus no les importará. Fueron al doctor para el chequeo mensual de los bebés, así que no se enterarán.
-Mi vida se ha convertido en así de patética- dijo dramáticamente Draco, mientras recuperaba su libro y lo golpeaba ligeramente sobre su cabeza-. Ahora me he hundido al nivel de Harry Potter, y voy a atacar una cocina con él.
Harry bufó.
- Me siento muy honrado por tu estimada presencia. ¿Qué he hecho para merecer tal compañía?- exclamó Harry, fingiendo estar impactado por una estrella. Ambos pusieron los ojos en blanco y se rieron entre dientes. Pronto se encontraron mascando algunas palomitas de maíz, y bebiendo coca- cola muggle. Harry rió hasta que su cara se puso azul cuando Draco tomó un sorbo de coca-cola, y se ahogó.
- ¡Potter!- jadeó- ¿Qué carajo es esta bebida?
Harry lo miro desconcertado.
- Coca-cola muggle. ¿Por qué? ¿No te gusta?
- ¿Qué cola muggle? Esto no es ninguna coca-cola muggle, ¡esto es veneno!
¡Esto no es veneno, Malfoy! ¿De donde demonios sacas esas ideas?
- ¡Esto es veneno! ¿No puedes sentir las burbujas bajando por tu garganta? ¡Ésa es la marca de un veneno!
Harry miró fijamente a su frenético compañero por un momento, luego empezó a reír histéricamente. Draco le miro sospechosamente y comento:
- Estás intentando envenenarme, ¿no es así?
- Malfoy- resolló Harry- si intentara envenenarte, ¿por qué bebí la maldita coca-cola también? Vamos. Supuse que te gustaría esto. Si no te gusta, puedo conseguirte un poco de jugo naranja.- Draco solicitó que su bebida fuera sustituida por el jugo de naranja, y los dos reasumieron su comida en silencio. Después de un largo rato, Harry rompió el silencio preguntando -. Así pues ¿qué te trajo aquí, Malfoy?
Draco lucía sorprendido por la pregunta. Harry tomó esto como muestra de que su compañero no quería contarle nada, así que se disculpó.
- Lo siento, no quería fisgonear.
El rubio miró al joven hombre de pelo oscuro delante de él y contestó.
- No, está bien. Creo que mejor te diré; después de todo, tienes derecho de saber por qué estoy aquí, puesto que comparto la vivienda contigo y los demás. Pero primero, por favor llámame Draco. Ni siquiera deseo oír mi apellido en este momento.
- Bien por mí, pero tú debes llamarme por mi nombre también, Draco- contestó Harry.
- Bastante justo...Harry. Bien, realmente no sé por dónde comenzar, pero creo que debo decir que tiene algo que ver con ese bastardo de Voldemort-. Harry asintió, animando a Draco a continuar-. Pues, como ya probablemente sabes, mi padre es un Mortífago...
- A juzgar por lo que parece, sí- interrumpió Harry. Draco levantó una ceja dorada.
- De acuerdo. Al principio del verano, mis padres y yo fuimos de vacaciones a nuestra casa en Sicilia, en donde Voldemort y sus legiones estaban reunidos. Mi padre arregló un encuentro privado con el bastardo, y fue durante esa reunión que me dijo que podría comenzar mi servicio como Mortífago. Lo rechacé; no quería estar sometido a ésa patética y monstruosa criatura. Es innecesario decirlo, los dos estaban furiosos. Y...- Draco se interrumpió, inseguro de cómo iba a decir a Harry la parte amarga de su dura prueba. Harry, por otra parte, estaba sorprendido.
- Vaya, ¿entonces es verdad que has cambiado de lado?
- Sí. Me tomó bastante tiempo darme cuenta en qué lado quería ser, aunque- Harry cabeceó una vez más, animando nuevamente al rubio a continuar-. Cuando era más joven, pensé que servir a Voldemort era un plan fantástico; y apenas ahora me di cuenta que no deseo ser sumiso y besar el dobladillo de los trajes de esa asquerosa criatura.
Harry asintió, escuchando profundamente absorto.
-Pero... ¿qué sucedió cuando rechazaste convertirte en Mortífago, y qué tiene eso que ver con que te encuentres aquí?
Draco suspiró. Éste era el temido momento.
- No sé si pueda decirte eso, Harry- susurró Draco vacilante.
- ¿Por qué no? No puede ser tan malo, ¿verdad? Y me dijiste que tenía derecho de conocer qué está sucediendo- contestó Harry, un poco confuso. Parpadeó varias veces antes de exclamar-. Oh. ¿Estás preocupado por que derramaré las habas sobre ti cuando lleguemos a Hogwarts?
Draco parecía culpable. Harry levantó una ceja.
- Guardo muy bien los secretos, sabes- concluyó.
- Realmente me preocupo más de tu reacción. Estoy enterado que Dumbledore quiere mantener las cosas reservadas, así que sé que no dirás nada, ni siquiera a Granger o a Weasley.
- Está bien, prometo que no diré nada a nadie. Por tu protección. ¿Pero no puedes confiarme eso? Quiero decir, Sirius y Remus lo saben, obviamente, así como los otros profesores y Dumbledore.
- Lo saben porque me encontraron medio muerto en los terrenos de Hogwarts- explicó Draco, agitado-. No tenía la opción de mantenerlo en secreto. ¿Y quién sabe de todos modos si te aprovecharías de la información que voy a darte? Después de todo, estuvimos peleándonos por un tiempo absolutamente largo.
Harry miraba al rubio preocupado. Por algunos minutos ni uno ni el otro hablaron. Entonces el Gryffindor rompió el silencio diciendo:
- Sé que nuestra historia no es muy agradable, pero cuando hablamos civilizadamente por primera vez luego de que llegaste aquí, creo que desapareció algo de la mala voluntad entre nosotros. Y continuará desapareciendo a medida que nos familiaricemos más. No me rebajaré como Wormtail, que se aprovecha de la información secreta para destruir a la gente...
- Lo siento. Es sólo que...es tan difícil poner tu confianza en la gente, y.......
- Sé como te sientes- contestó Harry.
Draco suspiró otra vez.
- De acuerdo. Sé que puedo confiar en ti, pero todavía temo que puedas estar...no se, disgustado, cuando te diga qué me sucedió.
-¿Es tan malo?-
Draco asintió.
- ¿Te gustaría decirme? Lo entenderé si dices no- lo animó Harry amablemente.
- Creo...Creo que puedo decirte- musitó Draco reservado, aún un poco vacilante-. Cuando rechacé la marca oscura, Voldemort... mi padre...ellos...- Draco se interrumpió y alejó la mirada de Harry, lágrimas formándose en los ojos grises azulados.
- Draco, lo siento por empujarte a decirme esto. No tienes que continuar- musitó Harry inseguro, mirando a Draco.
El rubio limpió sus lágrimas en la manga de su camisa y contestó:
- No, está muy bien, no necesitas disculparte. Es sólo que...no estoy seguro de cómo voy a decirte esto. Te disgustarías conmigo si supieras.
Harry parecía preocupado. No sabía que cosas eran malas para Draco, pero sabía que lo que fuera, era bastante grande, si no, no lo afectaría tanto.
- Harry- comenzó Draco, interrumpiendo los pensamientos de Harry-, no te disgustarás conmigo, ¿verdad?- el otro denegó-. Bien...después...después de que rechazara la marca oscura, ellos...ellos...me tocaron. Me violaron, Harry; ¡me torturaron! No pude hacer nada- ahora se convulsionaba, y cerraba y abría su puño sobre la mesa. El moreno parecía horrorizado; 'no puede referirse a que lo violaron, ¿verdad?' pensó. Luego alargó el brazo a través de la mesa y aferró una de las temblorosas manos de Draco.
- Draco- susurró-, está bien. No te encontrarán. He oído decir a Sirius y Remus que Dumbledore ha puesto encantamientos adicionales de protección a la casa. Y no estoy disgustado contigo, ¿bien?
- Yo...yo sé. Gracias- murmuró Draco.
- ¿Por qué?
- Por escuchar. Por no estar disgustado. Por perdonarme- dijo cansadamente Draco.
- No es nada. Gracias por confiar en mi lo bastante como para decirme- contestó Harry. Se sentaron en silencio por algunos minutos, con Harry todavía aferrándose a la mano de Draco. Después de un rato, le preguntó-. ¿Qué es lo que vas a hacer ahora que estás en nuestro lado?
Draco pensó fuertemente. No podría espiar; Voldemort y su padre le lanzarían el avada kedavra en el instante que lo vieran. Ni siquiera podía ofrecer información; no sabía más de lo qué Dumbledore sabía.
- Puedo hacer quizá alguna investigación...- tanteó él cautelosamente.
- Hm, podrías ayudar a Remus con eso- comentó Harry.
Draco asintió.
- O quizá podría ayudar al profesor Snape en la elaboración de pociones que podrían ser necesarias en caso de que explote la guerra, ya sabes, las pociones y materias curativas. No sé. Dumbledore dijo que hablaría conmigo sobre ello cuando la escuela comience.
- ¿Qué sobre tus compañeros?
- Realmente no sé. Puedo pedir quizá un re-sorteo, si eso es posible. No sé. Veremos cuando lleguemos allí. Estoy realmente cansado ahora. ¿Te importaría si voy a mi cuarto a tomar una siesta?
- Seguro. Llámame cuando necesites cualquier cosa.
Draco miró a Harry y sonrió levemente.
- Lo recordaré, gracias- murmuró él, luego caminó fuera de la cocina, dejando a Harry terminar con las últimas palomitas.
Continuara..........
Bueno, hasta aquí el capítulo. Vamos brujas y magos, pongan un pequeñito review para mandárselo a la autora y hacerla feliz ¿vale? Nos vemos el viernes
Paola: Gracias por leer la historia, nos encanta que te guste. Por lo pronto sólo podemos actualizar una vez a la semana. Somos dos pero estamos traduciendo varias historias a la vez y esto nos toma bastante tiempo. Como ves, ya Draco y Harry comenzaron su amistad, pero para pasar a otro nivel aún falta un poquillo, pero mientras tanto el fic va seguir muy entretenido, ya lo verás. Besos y nos vemos el viernes
Niky_chan: Nos alegra mucho que te guste la historia y esperamos que este capítulo cumpliera tus expectativas. Dumbledore, bueno sí, es un poquillo chismoso el pobre, pero siempre lo hace con buena fe, aunque no siempre le salga bien. En principio no se verá demasiado contacto entre Draco y los gemelos, es que todavía son muy pequeños y se limitan a comer, dormir y llorar. Gracias por leernos y hasta el viernes.
