CAPÍTULO 7

El último día de las vacaciones encontró a Harry y Draco elevados en el aire. jugando a atrapar una pelota de tenis Muggle, y demostrando sus mejores movimientos de buscador. Harry realizó una complicada voltereta en el aire antes de atrapar la pelota en medio de una caída en picada. Draco le miró con asombro.

-¿Donde has aprendido a hacer eso? -preguntó en voz alta, sorprendido.

Harry sonrió de lado.

-¡No te lo diré! Lo podrías utilizar en mi contra.

-¡Eso es un movimiento de fantasía, no hay manera de que tú o yo podamos utilizarlo en un partido verdadero! ¡Vamos, Harry, tienes que enseñarme eso!

-No, nada que hacer - replicó alegremente Harry-. Además, acabo de hacerlo por primera vez. Creo que no podría repetirlo. Vamos, tomemos un descanso.

Los dos muchachos volaron a tierra y caminaron juntos hacia la cocina para conseguir algo de beber.

-Así pues, Draco- habló Harry mientras caminaban-. ¿Listo para Hogwarts mañana?

Draco se encogió de hombros.

-Pues, tan listo como cualquier persona que tenga que hacer frente a una escuela llena de gente que le odia, sí.

-Vamos, no puede ser tan malo –lo tranquilizó Harry.

-¿Bien, aún me hablarás cuando lleguemos allí? –preguntó Draco.

-¿Y por qué no? –preguntó Harry de vuelta-. ¿Es un crimen hablar contigo en la escuela?

-Pero todos piensan que aún estamos atacándonos el uno al otro, ¿recuerdas? Podemos asustar la sensibilidad de todo el cuerpo estudiantil. Quiero decir, cuando los prefectos dan a los primeros años una descripción de la vida en el castillo, nunca dejan de mencionarnos como los más infames rivales que han honrado los pasillos de Hogwarts desde tu padre y Snape –contestó Draco. Harry se rió entre dientes.

-Tienes un punto. Pero bien, allí estarán siempre las clases de pociones, ¿cierto? Podemos hablar entonces, somos prácticamente compañeros hasta que nos graduemos.

Continuaron hablando hasta que alcanzaron la cocina, en donde Sirius y Remus estaban cantando...y bailando.

-Voy a declararme porque quiero que el mundo sepa lo que tengo que mostrar, voy a declararme porque quiero que el mundo sepa lo que tengo que mostrar.

Sirius cantaba, mientras bailaba frente a sus muy divertidos gemelos de tres meses. Remus participaba, mientras preparaba la leche para los niños.

Esta emergiendo un nuevo yo y sólo tengo que vivir y quiero entregarme, soy completamente positivo. Creo que esta vez voy a hacerlo de una forma que nunca conociste. Oh, lo haré. Ha llegado el momento de escapar de mi caparazón. Lo intentaré y voy a salir.

-Voy a declararme porque quiero que el mundo sepa lo que tengo que mostrar, voy a declararme porque quiero que el mundo sepa lo que tengo que mostrar.

Sirius cantó otra vez, pero esta vez fue interrumpido por altos aplausos y que silbidos de admiración de Harry y Draco.

Sirius se inclinó majestuosamente, con una sonrisa de oreja a oreja. Remus volteó levemente ruborizado, y fue a las cunas de los bebés con dos botellas de leche.

-Qué apropiado- comentó Harry, sonriendo. Sirius sonrió a su vez.

-Remmie y yo la cantamos en la sala común en séptimo año cuando, anunciamos que estábamos juntos – explicó Sirius.

-¿Cómo, en el nombre de Merlín, convenciste a Remus para que hiciera eso? –preguntó Harry, desconcertado. Al mismo tiempo Draco preguntó:

-¿Qué canción es esa?

-¿Realmente quieres saber como Sirius me convenció para que me humillara delante de la sala común de Gryffindor? –preguntó Remus, con sus cejas levantadas-. Y, Sirius me enseñó esa canción. Es una canción Muggle de los años setenta. El título es 'voy a salir'. Qué apropiado, ¿no?

Harry y Draco rieron de manera contenida.

-Nunca supe lo que guardabas, Remus –dijo Draco entre risas ahogadas. Remus sonrió.

-Todos tenemos talentos ocultos, sabes –declaró.

-Y normalmente, Remmie solo me los muestra a mi, pero ese es otro asunto- bromeó Sirius-. De todas formas, vosotros, chicos voladores. Hambrientos, ¿verdad?

-Sí. ¿Algo bueno? - preguntó Harry, frotando su estómago con énfasis.

-Pastel de carne con patatas, tarta de chocolate, pudín, lasaña. Elijan - enumeró Remus, sonriendo-. Llevaremos a los gemelos arriba. ¡No arruinen la cocina!

-A propósito, éstos llegaron mientras vosotros dos estabais fuera volando. Son de Hogwarts - informó Sirius, sacando dos sobres de pergamino amarillo de su bolsillo y entregándoselos a Harry y a Draco.

-Gracias- corearon, mientras Sirius y Remus salieron de la cocina con los bebés. Una vez que se fueron, Harry y Draco abrieron sus cartas. Ambas contenían el mismo mensaje: los habían nombrado prefectos.

-Oh genial, ahora soy un prefecto – musitó Draco con tristeza.

-¿No estás alegre por eso? –preguntó Harry, desconcertado.

-Normalmente lo estaría, pero recuerda, no seré la persona más popular de Slytherin ahora –contestó Draco.

Harry se acercó al lado de Draco y arrojó despreocupadamente su brazo sobre los hombros del rubio. Draco de derritió internamente ante el gesto.

-Mira en el lado alegre, cuando te incomoden, les das una detención y quitas puntos de la casa. Y podremos hablar, especialmente cuando haya reuniones de prefectos. También podremos utilizar el cuarto de baño de los prefectos. Y te diré algo, es genial – exclamó Harry alegremente.

-¿Cómo sabes que el cuarto de baño de los prefectos es genial? –preguntó Draco con sospecha.

Harry sonrió misteriosamente.

-Si te lo digo, tendría que matarte.

Draco puso los ojos en blanco

-Lo que sea, Harry. Ahora en serio, ¿cómo descubriste sobre eso?

Harry sonrió otra vez, y Draco se sintió mareado. El moreno entonces procedió a contarle a su compañero sobre la segunda tarea en el torneo de los tres magos, su humor decayendo ligeramente. Draco notó esto y expresó en tono de disculpa:

-Oh lo siento, no debí haber preguntado.

-Está bien –lo tranquilizó Harry, suspirando-. El torneo me trae recuerdos dolorosos, pero estoy intentando superarlo. Y he hecho muchos progresos, creo.

-Entiendo. Puede relacionarse con lo que estás diciendo, después de todo –contestó Draco. Harry sonrió.

-Gracias – musitó él, sonriendo.

-¿Por qué? –preguntó Draco.

-Por escuchar.

-De nada. Ahora, consigamos algo de comer. Siento que el hambre nos está volviendo demasiado sentimentales para nuestro propio bien – propuso Draco, sonriendo. Harry rió, y los dos procedieron a comer y hablar despreocupadamente.

* * *

-¡Harry! ¡Draco! ¡Daos prisa! ¡Nos estamos yendo en diez minutos! –gritó Remus desde el fondo de la escalera. Era primero de Septiembre, y todos partían hacia Hogwarts. Harry y Draco estaban a punto de comenzar su sexto año, Sirius estaba a punto de comenzar su trabajo como Profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras, y Remus y los bebés iban a vivir con Sirius en el castillo.

-¡Sí, casi estoy! –gritó Harry, mientras que comprobaba cada rincón y grieta de su dormitorio por más artículos.

En el otro cuarto, Draco estaba cerca de un ataque de pánico.

-¿Qué? –exclamó. -¿Nos estamos yendo en diez minutos? ¡No puede ser! ¡No he fijado mi pelo!

Una profunda risa ahogada que venía del umbral interrumpió su ataque.

-Tu pelo luce genial sin el gel, Draco - comentó Harry, divertido.

-Bien, excúsame, Potter, ¡no todos podemos llevar el estilo de peinado de acabar de levantarse de la cama! –contestó Draco, un poco irritado.

-Deshazte del gel, Draco. Luces mejor, lo prometo. Y Sirius y Remus nos perseguirán si no tenemos nuestros baúles en el coche en cinco minutos. ¡Ahora vamos! – lo animó Harry.

Draco decidió seguir el consejo de Harry y pronto, los dos levantaban sus pesados baúles para introducirlos en el coche de Sirius, una elegante limosina negra. Una vez que todos estuvieran colocados, Sirius instruyó a su conductor, un squib que era desde hace mucho tiempo conductor de los Black, para que los condujera a la estación de King Cross.

-¿Listo para hacer frente al mundo, Draco? –preguntó Sirius al rubio despreocupadamente.

-Sí...eso creo –contestó él.

Harry movió un brazo sobre el hombro de su amigo, completamente inconsciente del aumento del sonrojo en las mejillas de Draco, y comentó:

-Recuerda, si te molestan, ¡quita puntos de la casa! Pero no exageres, especialmente con los Gryffindor.

Remus, que notó el rubor de Draco, agregó.

-Sí, no quieres que Harry aquí presente resuelle sobre tu cabeza, ¿verdad? Estoy seguro que quieres hacerle soplar alguna otra cosa.

Sirius rió contenidamente. Draco se ruborizó carmesí, y Harry miró a Remus.

-Has estado pasando demasiado tiempo con ese novio pervertido tuyo, Remus –comentó secamente.

-¡Hey! ¡No soy pervertido! –exclamó Sirius indignado.

-Si mantienes eso arriba mientras tus gemelos están en sus años de crecimiento, resultarán ser más pervertidos que tú – replicó Harry descaradamente.

Continuaron sus bromas amistosas todo el camino hasta la estación, pero los engranajes en la cabeza de Harry estaban girando.

"Me pregunto que querría decir realmente Remus con su comentario anterior..."

***

NieA-29: Jejeje buena alternativa. Gracias por leernos y te esperamos el viernes

Niky_chan: Potter no tardará en caer y es que Draquito es irresistible. Remus es un sol.

Azalea: a los dos les gusta la buena vida y disfrutan de ella...Mmm si tuvieramos cxon nosotras una a Remus o a Draco y la otra a Sev no saldrían vivos de nuestras garras jajaja. Draco lo ha reconocido y no te preocupes que Harry también lo hará. ¡Nos vemos el viernes!

Loka-Park-Felton: este es más largo ¿eh? Gracias por leernos y cuídate tú también

Kmy Kusanagi: Vaya dos juerguistas ¿verdad? Yo tambioén prefiero ver a Draco caer primero per es que Harry parece más digamos...humano jejeje. Nos estamos leyendo...a ver quién actualiza antes tú o nosotras (disimulada forma de decir que queremos leer algo tuyo jejeje). Besitos de las dos

La seora toda poderosa: gracias por tu opinión...nos vemos el viernes. Bye



yui the vampire:Nos alegra que te guste. Cuenta con que Harry pronto lo hará. Nos vemos el viernes. Saludos