CAPÍTULO 11
Una semana había pasado desde la práctica de Quidditch de Harry sin que sucediera nada importante o inusual, lo que era nuevo en Hogwarts. La mañana de sábado, mientras el chico comía sus hojuelas de avena en la mesa de Gryffindor, Remus se acercó y le susurró:
-Reunete con Sirius y conmigo en nuestros aposentos después que termines de comer, ¿está bien? -Harry asintió y Remus regresó a la mesa de profesores para desayunar con Sirius.
Ron, notando el pequeño intercambio, se inclinó hacia Harry y preguntó:
-Harry, compañero, ¿Qué fue eso?
-Oh, Remus sólo desea hablar conmigo después del desayuno en sus habitaciones –contestó Harry.
Hermione, quién oyó por casualidad la conversación, preguntó:
-¿Para qué?
Harry se encogió de hombros.
-No tengo ni idea. No me lo dijo.
-¿Vas a tardar mucho? Porque te recuerdo que Ron y tú me pedisteis ayuda para vuestros trabajos de encantamientos, – señaló Hermione.
-Por favor, Hermione, es sábado –se quejó Ron.
-¡Ron! –exclamó la chica, amonestándolo-. ¿Y cuándo planeabas dedicarte a esa tarea?
-Sencillamente, no ahora, ¿bien? ¡Vamos, Harry, apóyame en esto! –pidió el pelirrojo, lanzando a su amigo una mirada suplicante.
-Sabes, Hermione, Ron tiene un punto. ¿Por qué, para variar, tú y Ron no pasan la mañana caminando alrededor del lago, tomándose las manos, y besándose detrás de los árboles?-sugirió Harry, sonriendo. Hermione se tornó rosa.
-¡Harry! ¡Ron y yo no somos pareja todavía! –gritó Hermione. Ron asintió su acuerdo.
-Uh-huh, pero ya te pidió una cita, ¿correcto? Y ya has salido a una cita con él. Así pues, ¿me estáis diciendo que no sois una pareja todavía?
-El salir es diferente a ir constantemente, Harry- argumentó Ron, un poco desconcertado.
-Y es sólo una cuestión de tiempo antes de que os declaréis vuestro amor imperecedero el uno por el otro y os beséis debajo de un árbol cerca del lago –bromeó Harry.
-No estamos... –comenzaron a protestar sus dos amigos, pero Harry levantó su mano.
-Ahora, en vez de hacer ese trabajo de Encantamientos, ¿por qué no reflexionáis sobre estas cosas por un rato, hmm? Podría hacer vuestra vida más fácil – insinuó Harry, sonriendo-. De todas formas, os veré más tarde, amigos, me tengo que ir.
Harry se levantó de la mesa y se marchó, sólo se detuvo brevemente para despedirse con la mano de sus mejores amigos, que todavía permanecían en sus asientos, totalmente mudos. El adolescente de pelo oscuro se encaminó al segundo piso, donde estaban los cuartos de Sirius y Remus.
****
-¡Harry! ¡Pasa! –saludó Remus mientras Harry entraba en el cuarto-. Pads estará fuera en un rato; está limpiando el desastre que Simon y Sam hicieron.
-¿Cuál es el daño? –preguntó Harry.
-Sólo ponlo de esta manera: no pienso dormir en nuestro cuarto hasta que los elfos domésticos lo limpien, y hagan el aire respirable – contestó Remus, sonriendo. Harry arrugó la nariz.
-Sirius tomará un baño antes de salir, ¿verdad?- se escuchó una voz desde el umbral.
-¡Draco! –exclamó Harry-. ¿Qué estás haciendo aquí?- Draco puso los ojos en blanco.
-Me enviaron para cambiar las sabanas. En serio, Harry, ¿por qué crees que estoy aquí?-. replicó Draco, levantando una ceja.
-Vamos amigos, basta ya –dijo Sirius mientras salía del dormitorio principal-. Sí, Remmie, los bebés han sido limpiados, alimentados y acunados para dormir, y sí, tome un baño. Ahora, lo que tenemos que hacer todos nosotros es esperar a Albus, porque vamos a discutir lo que podemos hacer para ayudar a la Orden.
-Pero Sirius –interrumpió Harry-, Draco y yo no somos miembros de la Orden. ¿Cómo podríamos ayudar?
-Lo averiguarás en unos momentos, Harry – llegó la voz de Dumbledore desde la chimenea-. Buenos días, Sirius, Remus, ¿cómo están los pequeños?
-Están bien, Director – informó Remus, sonriendo-. Ahora están durmiendo, bueno, más o menos eso es lo que Sirius dijo – el Director soltó una risita.
-Muy bien entonces, ¿cintas de fresa? – murmuró el anciano, ofreciéndoles algunos caramelos. Los cuatro sacudieron sus cabezas.
-Ahora, Harry, Draco, ambos habéis expresado vuestra buena voluntad de ayudar en esta misión - los dos estudiantes asintieron-. Pero la cosa es que no sois miembros de la Orden, así que no podéis asistir a las reuniones. Lo que ahora haremos será daros una descripción de lo que ha estado sucediendo, más algunos progresos, para que podáis ayudar a hacer la investigación. Y, ambos tendréis que hacerlo realmente bien en vuestras clases avanzadas, porque será útil cuando llegue la guerra. ¿Alguna pregunta?- Harry y Draco sacudieron sus cabezas. Dumbledore asintió, y después hizo una señal indicando a Sirius que empezara a hablar.
-Bien, amigos – habló Sirius-.Comenzaré con los progresos más recientes. Ahora mismo, el viejo Voldie está fuera del país, así como los Mortífagos. Lo último que oí fue que estaban en alguna parte de Rusia. Los miembros de la Orden piensan que estarán de regreso en Gran Bretaña aproximadamente en un mes o dos. Nuestros espías dicen que, actualmente, los Mortífagos están reclutando nuevos miembros.
-Pero Sirius –interrumpió Draco-, ¿el Ministerio Ruso no los atrapará reclutando gente?
-Voldemort tiene sus maneras, Draco – intervino Dumbledore, suavemente-. Pero nuestros agentes en Rusia están haciendo su mejor intento para seguirlo.
-¿Cómo? –preguntó Harry.
-Hace un tiempo encontré un viejo y olvidado encantamiento rastreador– explicó Remus, sonriendo-. Lo hemos estado utilizando por algunas semanas. El hechizo, llamado Seguir en Secreto, se lanza en un mapa no muy diferente del Mapa del Merodeador.
-¿Qué es el Mapa del Merodeador? –preguntó Draco.
-Estoy seguro que Harry te pondrá al corriente más tarde –contestó Sirius, sonriendo.
-¿Y, qué hace este hechizo? – inquirió Harry.
-Harry, ¿qué te muestra siempre el Mapa del Merodeador cuando lo abres? –preguntó Remus.
-La gente que está alrededor del lugar y dónde está localizada –contestó Harry.
-¡Exacto! Pero este hechizo nos permite solamente ver a los Mortífagos, no a Voldemort. Todavía no sabemos por qué ocurre eso. Sin embargo, tenemos una idea de dónde está, basada en sus más prominentes Mortífagos -terminó Remus.
-¿Alguna pregunta? –investigó Dumbledore. Harry y Draco sacudieron sus cabezas-. Muy bien. ¿Sirius?
-De acuerdo. Ahora, dado que el viejo Voldie está realizando una gran operación de reclutamiento, posiblemente signifique que podrían estar planeando un ataque importante aquí. Vosotros dos, Remmie y yo, seremos los encargados de investigar y estudiar los hechizos de protección para el castillo, puesto que éste es el lugar más susceptible al ataque.
-¿Pero no hay ya hechizos de protección alrededor del castillo? – interrogó Harry.
-Sí, pero esos encantamientos no son suficientes. ¿Recuerdas lo qué sucedió en tu primer año, Harry? Voldemort consiguió entrar en el castillo. Puede ser que haya compartido su alma con el cuerpo de Quirrell, pero el punto es que estaba aquí. ¿Y el farsante Moody? Deseamos prevenir eso – aclaró Dumbledore.
Harry y Draco estuvieron silenciosos por un rato, y así estaban Sirius, Remus y el Director. El silencio fue interrumpido por una llamada a la puerta.
-Yo contestó –ofreció Draco, levantándose. Cuando abrió la puerta, Snape entró a grandes zancadas. Sirius frunció el ceño
-Severus, muy amable por venir aquí – saludó Dumbledore cortésmente-.. -¿Cintas de fresa?
-No gracias, Director- contestó Snape rápidamente-. Pero estaba bajo la impresión de que se suponía me iba a reportar sólo ante usted.
-Sí, sí, Severus. Ahora, ¿qué has averiguado? –pidió Dumbledore.
-He recibido las últimas noticias sobre las actividades de los Mortífagos. Alguno nuevos reclutas serán desplegados hacia Gran Bretaña adelantándose hacia objetivo previsto, con la idea de fingir un "falso ataque" para atraparnos con la guardia baja. Esto puede ocurrir entre unos pocos días y un par de semanas a partir de ahora, como mucho.
-Pero Profesor- intervino Draco-, ¿cómo van a llegar aquí sin que la gente lo note?
-En el pasado ya probaron que podían, ¿verdad? –contestó Snape.
-Oh - musitó Draco, avergonzado y miro hacia otro lado.
-Muy bien, Severus. Gracias. Este asunto será discutido en la siguiente reunión – informó Dumbledore-. A propósito, ¿necesitas ayuda con algunas de tus pociones? Creo que Draco puede ayudarte con eso. ¿Te parece bien, Draco?- el aludido asintió.
-Hmm. Hablaremos de eso después de su clase avanzada, señor Malfoy – propuso Snape sedosamente, y salió.
-Bien, eso fue rápido –comentó Harry. Draco le sonrió.
-Eso es básicamente él - anunció el Director-. Sirius, ¿espero que estés entrenando bien a tus estudiantes avanzados?
-Sí, Director –contestó Sirius
-Muy bien. Ahora, Harry, espero que estés tomando esas clases con seriedad- advirtió Dumbledore-. Y Draco, también escuché que realmente lo estás haciendo bien en Encantamientos y Pociones. Bien, si no tenéis más preguntas, podéis salir. Sirius, Remus, no os olvidéis de la siguiente reunión- el Director se puso de pie, recogió su bolsa de cintas de fresa y salió.
-Whoa. Importante sobrecarga de información - ironizó Harry, suspirando en voz alta. Draco sonrió.
-Tu minúsculo cerebro no puede manejar tanta, eso es todo – bromeó, sonriendo. Harry le golpeó.
-Buen amigo eres tú –murmuró.
-Hey, hey –dijo Sirius, riéndose entre dientes-. Con vuestra manera de actuar, algunas personas podrían confundiros con una pareja de casados,. Los dos adolescentes callaron.
-En todo caso –interrumpió Remus-, ¿estáis ambos listos para esto? Quiero decir, si no queréis hacerlo, está bien.
-¡Por supuesto que ayudaremos! –corearon Harry y Draco. Remus levantó una ceja. Harry suspiró.
-Sabéis, toda mi vida ha colgado siniestramente sobre mi cabeza esta enorme nube oscura llamada Voldemort. Simplemente quisiera que se fuera, cuanto más pronto, mejor. No quiero perderos, amigos –confesó Harry.
"Y no quiero morir sin decir a Draco que me gusta, "agregó como pensamiento.
-Sé lo que quieres decir – aseveró Remus, un poco triste-. Me asusta la posibilidad de perder a mis niños, me asusta la idea de perder a Pads, me asusta la posibilidad de perder todo. ¿Y si Pads o yo morimos, ¿quién se ocupará de Simon y Sam?- Sirius jaló de Remus hasta sus brazos, demasiado preocupado para hablar. El grupo cayó en silencio, hasta que los gemidos del dormitorio los sacaron de su ensueño.
-Bien, venga, faroleros – animó Sirius, poniéndose de pie-. Sé que es duro, pero también sé que lo conseguiremos. Por ahora, no os preocupéis demasiado por eso. Sólo haced lo que os han asignado, ¿bien?
-Claro - contestó Harry, inseguro.
-Vamos, Harry –lo animó Sirius-. Nada te sucederá por ahora. Sólo salid y gozad del sol, está hermoso el exterior. Os veremos más tarde, ¿bien?
-¿Para qué? –preguntó Harry.
-Para comenzar el trabajo – explicó Remus, sonriendo ligeramente-. Así que disfrutad de vuestro tiempo libre antes de que exijamos vuestros servicios.
Harry y Draco agitaron las manos en señal de despedida y salieron del cuarto. Caminaron a lo largo del pasillo, ahora abandonado porque todos estaban afuera, en los terrenos o seguían en sus camas, durmiendo. Continuaron caminando en silencio hasta que Draco habló.
-Sabes, Harry, estoy un poco asustado de todo este asunto del ataque.
-¿Por qué?
-¿Y si me encuentro cara a cara con mi padre? No quiero morir en sus manos, no quiero que él gane.
Harry puso un brazo confortante alrededor de Draco, algo a lo que ambos se habían acostumbrado con el paso de esas pocas semanas.
-Me cercioraré de que él sea quién muera, no tú, ¿bien?
-Eso es agradable, Harry, pero nunca podremos estar completamente seguros –razonó Draco.
-Draco, cuando digo que morirá, morirá. No le permitiré atraparte – le aseguró seriamente.
-Todavía tan noble – señaló Draco.
"Y eso es apenas una de las cosas que le hacen tan...Harry. Mi Harry"pensó.
-En todo caso, ¿adónde vas?
-¿Hmm? Se supone que debo encontrarme con Ron y Hermione en la biblioteca para estudiar Encantamientos, pero imagino que Ron invitó a Hermione a pasear, así que creo que iré afuera a buscarlos.¿Y tú?
-A mi cuarto, ¿adónde más? –contestó Draco con tristeza-. Nadie en Slytherin me quiere en la sala común.
-Bien, en ese caso, ¿por qué no me acompañas afuera?
-Claro, como nadie caería muerto al ver a Potter y Malfoy hablando como viejos amigos –contestó Draco sarcásticamente-. Y además, tus amigos probablemente querrán maldecirme en cuanto me vean, ¿por qué habría de arriesgar mi etérea buena apariencia sólo por ti?
-Que humilde – comentó Harry, poniendo los ojos en blanco.
-Sólo ve a reunirte con ellos. Hablaremos más tarde –contestó Draco, agitando su mano en señal de despedida. Harry se despidió también e inició su camino hacia el patio. Draco lo observó hasta que atravesó las puertas, pensando.
'Amaría salir a los terrenos contigo, Harry. Maldita sea, Draco, ¿cuándo, en el nombre de Merlín, tendrás el valor de besarlo a la luz del día?'
Mientras tanto, Harry caminaba lentamente a través de los terrenos, pensando en forma similar, hasta que fue interrumpido por Seamus, Dean, y Neville; todos lucían decepcionados.
-Hey amigos, ¿qué pasa? –preguntó Harry, desconcertado.
Dean portaba una pequeña bolsa de cuero.
-Tú ganas, Harry –dijo simplemente.
-¿Huh?
-Debes haber sabido que se juntarían alguna vez este año –agregó Neville.
-¿Qué? Quieres decir...
-Sip. Ron y Hermione- informó Seamus, melancólicamente-. Pensé que no tendrían agallas para confesárselo uno al otro hasta que nos graduáramos.
-Ellos...están? –balbuceó Harry.
-Sí, Harry. Y aquí están tus diez galeones. ¿No nos crees? Dirígete a ese árbol cerca del lago. Están detrás de él, besuqueándose – explicó Dean.
Poco después, los tres se alejaron, dejando a un confundido Harry. Con más rapidez que su saeta de fuego, se apresuró hacia el árbol mencionado, donde, por supuesto, atrapó a Ron y Hermione besuqueándose.
-Ahem.
Ninguna respuesta. Esto continuó por algunos minutos, hasta que la cara de Harry comenzó a ponerse roja, y todavía la pareja seguía besándose, ignorándolo.
-¡SONRISA! ¡Estáis en una cámara indiscreta! –gritó Harry. Eso los separó.
-¡Harry!- exclamó Hermione nerviosamente, con la cara roja-. Er...no te habíamos visto.
-Ya veo que tomasteis mis palabras seriamente, ¿huh? – ironizó Harry, sonriendo pícaramente. Los chicos tenían razón, vosotros dos os juntasteis.
-¿Qué quisiste decir con 'los chicos'? –preguntó Ron rápidamente.
-Bien, no soy el único que os vio besándoos como si os fuera la vida en ello, sabéis. Deberíais haber elegido un lugar..... más apartado. .
-¡Oh, mi dios! –chilló Hermione, con una expresión mortificada-. ¿Quién nos vio?
-Solo algunos de nuestros compañeros de Casa. Vamos, amigos, no os exaltéis así por ello. Es genial que finalmente os hayáis juntado. ¡Todas las riñas como una vieja pareja casada nos estaban volviendo locos a todos!
-¿Estás...seguro que estás bien con esto, Harry? –preguntó Ron vacilando.
-¡Por supuesto! Pero espero que no nos invitéis a muchas...exhibiciones como esas –terminó Harry. Ron y Hermione se ruborizaron profundamente-. ¡De veras, amigos, todo está bien! –
Muy pronto, la nueva pareja regresó a su color normal, y el trío se dirigió a hacer su trabajo de Encantamientos.
Continuará......
Hola a tod@s. Sentimos haberlas hecho esperar una semana pero no nos dio tiempo a subirlo ni el viernes ni el sábado. Esperamos que disfruten de este capítulo y que pasen a leer nuestras nuevas traducciones Atracción Magnética y Una Graduación Para Recordar. Besos a tod@s
Gala Snape: Por lo menos lo ha admitido para el mismo y eso ya es un logro. Esperamos que hayas quedado satisfecha con el capítulo. Besos
Lanthir: nos alegra que te gusten las dos traducciones. Por lo menos Harry ya ha aceptado para si que le atrae Draquito. El slash no tardará en llegar pero para el lemon aún falta más. Besos y nos vemos el viernes.
Azalea: *Juramos solemnemente que habrá avance en la relación dentro de poco* jejeje. Yo creo que Alicia es peor aún que Word, pobre de los chicos...Beshitos
Paola: Nos alegra que te guste. Cupido ya ha empezado a hacer de las suyas con la parejita y muy pronto empezará la diversión. Beshitos
Murtilla: Pues claro que no, ¿a quién le puede ser indiferente Draco? La vuelta de Draco a su sala común ha sido mal recibida y prácticamente no puede salir de su habitación. Gracias por seguir la traducción. Besos
Una semana había pasado desde la práctica de Quidditch de Harry sin que sucediera nada importante o inusual, lo que era nuevo en Hogwarts. La mañana de sábado, mientras el chico comía sus hojuelas de avena en la mesa de Gryffindor, Remus se acercó y le susurró:
-Reunete con Sirius y conmigo en nuestros aposentos después que termines de comer, ¿está bien? -Harry asintió y Remus regresó a la mesa de profesores para desayunar con Sirius.
Ron, notando el pequeño intercambio, se inclinó hacia Harry y preguntó:
-Harry, compañero, ¿Qué fue eso?
-Oh, Remus sólo desea hablar conmigo después del desayuno en sus habitaciones –contestó Harry.
Hermione, quién oyó por casualidad la conversación, preguntó:
-¿Para qué?
Harry se encogió de hombros.
-No tengo ni idea. No me lo dijo.
-¿Vas a tardar mucho? Porque te recuerdo que Ron y tú me pedisteis ayuda para vuestros trabajos de encantamientos, – señaló Hermione.
-Por favor, Hermione, es sábado –se quejó Ron.
-¡Ron! –exclamó la chica, amonestándolo-. ¿Y cuándo planeabas dedicarte a esa tarea?
-Sencillamente, no ahora, ¿bien? ¡Vamos, Harry, apóyame en esto! –pidió el pelirrojo, lanzando a su amigo una mirada suplicante.
-Sabes, Hermione, Ron tiene un punto. ¿Por qué, para variar, tú y Ron no pasan la mañana caminando alrededor del lago, tomándose las manos, y besándose detrás de los árboles?-sugirió Harry, sonriendo. Hermione se tornó rosa.
-¡Harry! ¡Ron y yo no somos pareja todavía! –gritó Hermione. Ron asintió su acuerdo.
-Uh-huh, pero ya te pidió una cita, ¿correcto? Y ya has salido a una cita con él. Así pues, ¿me estáis diciendo que no sois una pareja todavía?
-El salir es diferente a ir constantemente, Harry- argumentó Ron, un poco desconcertado.
-Y es sólo una cuestión de tiempo antes de que os declaréis vuestro amor imperecedero el uno por el otro y os beséis debajo de un árbol cerca del lago –bromeó Harry.
-No estamos... –comenzaron a protestar sus dos amigos, pero Harry levantó su mano.
-Ahora, en vez de hacer ese trabajo de Encantamientos, ¿por qué no reflexionáis sobre estas cosas por un rato, hmm? Podría hacer vuestra vida más fácil – insinuó Harry, sonriendo-. De todas formas, os veré más tarde, amigos, me tengo que ir.
Harry se levantó de la mesa y se marchó, sólo se detuvo brevemente para despedirse con la mano de sus mejores amigos, que todavía permanecían en sus asientos, totalmente mudos. El adolescente de pelo oscuro se encaminó al segundo piso, donde estaban los cuartos de Sirius y Remus.
****
-¡Harry! ¡Pasa! –saludó Remus mientras Harry entraba en el cuarto-. Pads estará fuera en un rato; está limpiando el desastre que Simon y Sam hicieron.
-¿Cuál es el daño? –preguntó Harry.
-Sólo ponlo de esta manera: no pienso dormir en nuestro cuarto hasta que los elfos domésticos lo limpien, y hagan el aire respirable – contestó Remus, sonriendo. Harry arrugó la nariz.
-Sirius tomará un baño antes de salir, ¿verdad?- se escuchó una voz desde el umbral.
-¡Draco! –exclamó Harry-. ¿Qué estás haciendo aquí?- Draco puso los ojos en blanco.
-Me enviaron para cambiar las sabanas. En serio, Harry, ¿por qué crees que estoy aquí?-. replicó Draco, levantando una ceja.
-Vamos amigos, basta ya –dijo Sirius mientras salía del dormitorio principal-. Sí, Remmie, los bebés han sido limpiados, alimentados y acunados para dormir, y sí, tome un baño. Ahora, lo que tenemos que hacer todos nosotros es esperar a Albus, porque vamos a discutir lo que podemos hacer para ayudar a la Orden.
-Pero Sirius –interrumpió Harry-, Draco y yo no somos miembros de la Orden. ¿Cómo podríamos ayudar?
-Lo averiguarás en unos momentos, Harry – llegó la voz de Dumbledore desde la chimenea-. Buenos días, Sirius, Remus, ¿cómo están los pequeños?
-Están bien, Director – informó Remus, sonriendo-. Ahora están durmiendo, bueno, más o menos eso es lo que Sirius dijo – el Director soltó una risita.
-Muy bien entonces, ¿cintas de fresa? – murmuró el anciano, ofreciéndoles algunos caramelos. Los cuatro sacudieron sus cabezas.
-Ahora, Harry, Draco, ambos habéis expresado vuestra buena voluntad de ayudar en esta misión - los dos estudiantes asintieron-. Pero la cosa es que no sois miembros de la Orden, así que no podéis asistir a las reuniones. Lo que ahora haremos será daros una descripción de lo que ha estado sucediendo, más algunos progresos, para que podáis ayudar a hacer la investigación. Y, ambos tendréis que hacerlo realmente bien en vuestras clases avanzadas, porque será útil cuando llegue la guerra. ¿Alguna pregunta?- Harry y Draco sacudieron sus cabezas. Dumbledore asintió, y después hizo una señal indicando a Sirius que empezara a hablar.
-Bien, amigos – habló Sirius-.Comenzaré con los progresos más recientes. Ahora mismo, el viejo Voldie está fuera del país, así como los Mortífagos. Lo último que oí fue que estaban en alguna parte de Rusia. Los miembros de la Orden piensan que estarán de regreso en Gran Bretaña aproximadamente en un mes o dos. Nuestros espías dicen que, actualmente, los Mortífagos están reclutando nuevos miembros.
-Pero Sirius –interrumpió Draco-, ¿el Ministerio Ruso no los atrapará reclutando gente?
-Voldemort tiene sus maneras, Draco – intervino Dumbledore, suavemente-. Pero nuestros agentes en Rusia están haciendo su mejor intento para seguirlo.
-¿Cómo? –preguntó Harry.
-Hace un tiempo encontré un viejo y olvidado encantamiento rastreador– explicó Remus, sonriendo-. Lo hemos estado utilizando por algunas semanas. El hechizo, llamado Seguir en Secreto, se lanza en un mapa no muy diferente del Mapa del Merodeador.
-¿Qué es el Mapa del Merodeador? –preguntó Draco.
-Estoy seguro que Harry te pondrá al corriente más tarde –contestó Sirius, sonriendo.
-¿Y, qué hace este hechizo? – inquirió Harry.
-Harry, ¿qué te muestra siempre el Mapa del Merodeador cuando lo abres? –preguntó Remus.
-La gente que está alrededor del lugar y dónde está localizada –contestó Harry.
-¡Exacto! Pero este hechizo nos permite solamente ver a los Mortífagos, no a Voldemort. Todavía no sabemos por qué ocurre eso. Sin embargo, tenemos una idea de dónde está, basada en sus más prominentes Mortífagos -terminó Remus.
-¿Alguna pregunta? –investigó Dumbledore. Harry y Draco sacudieron sus cabezas-. Muy bien. ¿Sirius?
-De acuerdo. Ahora, dado que el viejo Voldie está realizando una gran operación de reclutamiento, posiblemente signifique que podrían estar planeando un ataque importante aquí. Vosotros dos, Remmie y yo, seremos los encargados de investigar y estudiar los hechizos de protección para el castillo, puesto que éste es el lugar más susceptible al ataque.
-¿Pero no hay ya hechizos de protección alrededor del castillo? – interrogó Harry.
-Sí, pero esos encantamientos no son suficientes. ¿Recuerdas lo qué sucedió en tu primer año, Harry? Voldemort consiguió entrar en el castillo. Puede ser que haya compartido su alma con el cuerpo de Quirrell, pero el punto es que estaba aquí. ¿Y el farsante Moody? Deseamos prevenir eso – aclaró Dumbledore.
Harry y Draco estuvieron silenciosos por un rato, y así estaban Sirius, Remus y el Director. El silencio fue interrumpido por una llamada a la puerta.
-Yo contestó –ofreció Draco, levantándose. Cuando abrió la puerta, Snape entró a grandes zancadas. Sirius frunció el ceño
-Severus, muy amable por venir aquí – saludó Dumbledore cortésmente-.. -¿Cintas de fresa?
-No gracias, Director- contestó Snape rápidamente-. Pero estaba bajo la impresión de que se suponía me iba a reportar sólo ante usted.
-Sí, sí, Severus. Ahora, ¿qué has averiguado? –pidió Dumbledore.
-He recibido las últimas noticias sobre las actividades de los Mortífagos. Alguno nuevos reclutas serán desplegados hacia Gran Bretaña adelantándose hacia objetivo previsto, con la idea de fingir un "falso ataque" para atraparnos con la guardia baja. Esto puede ocurrir entre unos pocos días y un par de semanas a partir de ahora, como mucho.
-Pero Profesor- intervino Draco-, ¿cómo van a llegar aquí sin que la gente lo note?
-En el pasado ya probaron que podían, ¿verdad? –contestó Snape.
-Oh - musitó Draco, avergonzado y miro hacia otro lado.
-Muy bien, Severus. Gracias. Este asunto será discutido en la siguiente reunión – informó Dumbledore-. A propósito, ¿necesitas ayuda con algunas de tus pociones? Creo que Draco puede ayudarte con eso. ¿Te parece bien, Draco?- el aludido asintió.
-Hmm. Hablaremos de eso después de su clase avanzada, señor Malfoy – propuso Snape sedosamente, y salió.
-Bien, eso fue rápido –comentó Harry. Draco le sonrió.
-Eso es básicamente él - anunció el Director-. Sirius, ¿espero que estés entrenando bien a tus estudiantes avanzados?
-Sí, Director –contestó Sirius
-Muy bien. Ahora, Harry, espero que estés tomando esas clases con seriedad- advirtió Dumbledore-. Y Draco, también escuché que realmente lo estás haciendo bien en Encantamientos y Pociones. Bien, si no tenéis más preguntas, podéis salir. Sirius, Remus, no os olvidéis de la siguiente reunión- el Director se puso de pie, recogió su bolsa de cintas de fresa y salió.
-Whoa. Importante sobrecarga de información - ironizó Harry, suspirando en voz alta. Draco sonrió.
-Tu minúsculo cerebro no puede manejar tanta, eso es todo – bromeó, sonriendo. Harry le golpeó.
-Buen amigo eres tú –murmuró.
-Hey, hey –dijo Sirius, riéndose entre dientes-. Con vuestra manera de actuar, algunas personas podrían confundiros con una pareja de casados,. Los dos adolescentes callaron.
-En todo caso –interrumpió Remus-, ¿estáis ambos listos para esto? Quiero decir, si no queréis hacerlo, está bien.
-¡Por supuesto que ayudaremos! –corearon Harry y Draco. Remus levantó una ceja. Harry suspiró.
-Sabéis, toda mi vida ha colgado siniestramente sobre mi cabeza esta enorme nube oscura llamada Voldemort. Simplemente quisiera que se fuera, cuanto más pronto, mejor. No quiero perderos, amigos –confesó Harry.
"Y no quiero morir sin decir a Draco que me gusta, "agregó como pensamiento.
-Sé lo que quieres decir – aseveró Remus, un poco triste-. Me asusta la posibilidad de perder a mis niños, me asusta la idea de perder a Pads, me asusta la posibilidad de perder todo. ¿Y si Pads o yo morimos, ¿quién se ocupará de Simon y Sam?- Sirius jaló de Remus hasta sus brazos, demasiado preocupado para hablar. El grupo cayó en silencio, hasta que los gemidos del dormitorio los sacaron de su ensueño.
-Bien, venga, faroleros – animó Sirius, poniéndose de pie-. Sé que es duro, pero también sé que lo conseguiremos. Por ahora, no os preocupéis demasiado por eso. Sólo haced lo que os han asignado, ¿bien?
-Claro - contestó Harry, inseguro.
-Vamos, Harry –lo animó Sirius-. Nada te sucederá por ahora. Sólo salid y gozad del sol, está hermoso el exterior. Os veremos más tarde, ¿bien?
-¿Para qué? –preguntó Harry.
-Para comenzar el trabajo – explicó Remus, sonriendo ligeramente-. Así que disfrutad de vuestro tiempo libre antes de que exijamos vuestros servicios.
Harry y Draco agitaron las manos en señal de despedida y salieron del cuarto. Caminaron a lo largo del pasillo, ahora abandonado porque todos estaban afuera, en los terrenos o seguían en sus camas, durmiendo. Continuaron caminando en silencio hasta que Draco habló.
-Sabes, Harry, estoy un poco asustado de todo este asunto del ataque.
-¿Por qué?
-¿Y si me encuentro cara a cara con mi padre? No quiero morir en sus manos, no quiero que él gane.
Harry puso un brazo confortante alrededor de Draco, algo a lo que ambos se habían acostumbrado con el paso de esas pocas semanas.
-Me cercioraré de que él sea quién muera, no tú, ¿bien?
-Eso es agradable, Harry, pero nunca podremos estar completamente seguros –razonó Draco.
-Draco, cuando digo que morirá, morirá. No le permitiré atraparte – le aseguró seriamente.
-Todavía tan noble – señaló Draco.
"Y eso es apenas una de las cosas que le hacen tan...Harry. Mi Harry"pensó.
-En todo caso, ¿adónde vas?
-¿Hmm? Se supone que debo encontrarme con Ron y Hermione en la biblioteca para estudiar Encantamientos, pero imagino que Ron invitó a Hermione a pasear, así que creo que iré afuera a buscarlos.¿Y tú?
-A mi cuarto, ¿adónde más? –contestó Draco con tristeza-. Nadie en Slytherin me quiere en la sala común.
-Bien, en ese caso, ¿por qué no me acompañas afuera?
-Claro, como nadie caería muerto al ver a Potter y Malfoy hablando como viejos amigos –contestó Draco sarcásticamente-. Y además, tus amigos probablemente querrán maldecirme en cuanto me vean, ¿por qué habría de arriesgar mi etérea buena apariencia sólo por ti?
-Que humilde – comentó Harry, poniendo los ojos en blanco.
-Sólo ve a reunirte con ellos. Hablaremos más tarde –contestó Draco, agitando su mano en señal de despedida. Harry se despidió también e inició su camino hacia el patio. Draco lo observó hasta que atravesó las puertas, pensando.
'Amaría salir a los terrenos contigo, Harry. Maldita sea, Draco, ¿cuándo, en el nombre de Merlín, tendrás el valor de besarlo a la luz del día?'
Mientras tanto, Harry caminaba lentamente a través de los terrenos, pensando en forma similar, hasta que fue interrumpido por Seamus, Dean, y Neville; todos lucían decepcionados.
-Hey amigos, ¿qué pasa? –preguntó Harry, desconcertado.
Dean portaba una pequeña bolsa de cuero.
-Tú ganas, Harry –dijo simplemente.
-¿Huh?
-Debes haber sabido que se juntarían alguna vez este año –agregó Neville.
-¿Qué? Quieres decir...
-Sip. Ron y Hermione- informó Seamus, melancólicamente-. Pensé que no tendrían agallas para confesárselo uno al otro hasta que nos graduáramos.
-Ellos...están? –balbuceó Harry.
-Sí, Harry. Y aquí están tus diez galeones. ¿No nos crees? Dirígete a ese árbol cerca del lago. Están detrás de él, besuqueándose – explicó Dean.
Poco después, los tres se alejaron, dejando a un confundido Harry. Con más rapidez que su saeta de fuego, se apresuró hacia el árbol mencionado, donde, por supuesto, atrapó a Ron y Hermione besuqueándose.
-Ahem.
Ninguna respuesta. Esto continuó por algunos minutos, hasta que la cara de Harry comenzó a ponerse roja, y todavía la pareja seguía besándose, ignorándolo.
-¡SONRISA! ¡Estáis en una cámara indiscreta! –gritó Harry. Eso los separó.
-¡Harry!- exclamó Hermione nerviosamente, con la cara roja-. Er...no te habíamos visto.
-Ya veo que tomasteis mis palabras seriamente, ¿huh? – ironizó Harry, sonriendo pícaramente. Los chicos tenían razón, vosotros dos os juntasteis.
-¿Qué quisiste decir con 'los chicos'? –preguntó Ron rápidamente.
-Bien, no soy el único que os vio besándoos como si os fuera la vida en ello, sabéis. Deberíais haber elegido un lugar..... más apartado. .
-¡Oh, mi dios! –chilló Hermione, con una expresión mortificada-. ¿Quién nos vio?
-Solo algunos de nuestros compañeros de Casa. Vamos, amigos, no os exaltéis así por ello. Es genial que finalmente os hayáis juntado. ¡Todas las riñas como una vieja pareja casada nos estaban volviendo locos a todos!
-¿Estás...seguro que estás bien con esto, Harry? –preguntó Ron vacilando.
-¡Por supuesto! Pero espero que no nos invitéis a muchas...exhibiciones como esas –terminó Harry. Ron y Hermione se ruborizaron profundamente-. ¡De veras, amigos, todo está bien! –
Muy pronto, la nueva pareja regresó a su color normal, y el trío se dirigió a hacer su trabajo de Encantamientos.
Continuará......
Hola a tod@s. Sentimos haberlas hecho esperar una semana pero no nos dio tiempo a subirlo ni el viernes ni el sábado. Esperamos que disfruten de este capítulo y que pasen a leer nuestras nuevas traducciones Atracción Magnética y Una Graduación Para Recordar. Besos a tod@s
Gala Snape: Por lo menos lo ha admitido para el mismo y eso ya es un logro. Esperamos que hayas quedado satisfecha con el capítulo. Besos
Lanthir: nos alegra que te gusten las dos traducciones. Por lo menos Harry ya ha aceptado para si que le atrae Draquito. El slash no tardará en llegar pero para el lemon aún falta más. Besos y nos vemos el viernes.
Azalea: *Juramos solemnemente que habrá avance en la relación dentro de poco* jejeje. Yo creo que Alicia es peor aún que Word, pobre de los chicos...Beshitos
Paola: Nos alegra que te guste. Cupido ya ha empezado a hacer de las suyas con la parejita y muy pronto empezará la diversión. Beshitos
Murtilla: Pues claro que no, ¿a quién le puede ser indiferente Draco? La vuelta de Draco a su sala común ha sido mal recibida y prácticamente no puede salir de su habitación. Gracias por seguir la traducción. Besos
