Capítulo 18

Diciembre rápidamente se convirtió en Enero, ante la gran decepción de Harry, pues esto significaba que la clases empezarían pronto. El día previo al regreso de los estudiantes, Harry y Ron estaban en la oficina de Sirius, tratando de engatusar al mago mayor para que usara su túnica de boda, su reciente enfado desechado temporalmente.

-¡Sirius, termina de ponerte la maldita túnica! ¡Quien oficiará el enlace estará aquí en una hora!- exclamó Ron.

-¿Pero y si Remus se arrepiente? ¿Qué si se da cuenta de que no es del tipo de los que se casan?- consideró Sirius, preocupado.

-¿No es un poco tarde para preocuparte por eso? ¡Tienen dos niños!- exclamó Harry con exasperación-. Vamos, Sirius, sólo ponte tu túnica y vamos a la Habitación de los Requerimientos. Estoy seguro que Remus estará ahí, como todos los demás.

Resignado, Sirius se vistió con la elegante túnica negra, todavía murmurando nervioso. Mientras tanto, en los aposentos de Sirius y Remus, el licántropo estaba pasando por algo similar, esta vez con Hermione y Draco.

-¿Y si de repente se arrepiente? No creo que pudiera soportar su rechazo- decía Remus.

-Remus, estás siendo demasiado dramático. Por supuesto que Sirius no va a hacer eso. ¡Él te ama!- decía Hermione tranquilizadoramente, entregándole su túnica.

-Sí, incluso mandó a hacer esta túnica especialmente para la ocasión, sólo para ti, ¿verdad, pequeños?- comentó Draco desde el sofá, con los cochecitos de los gemelos a un lado. Simon y Sam rieron.

-¡Oh, lo olvidé!- exclamó Hermione de pronto-. ¡Accio túnicas de los bebés!

De inmediato, un poderoso haz de luz azul y dorado salió zumbando desde la guardería hacia las manos de Hermione.

-¡Casi se me olvida vestir a los gemelos! ¿Draco, crees que podrías vestir a Simon? La suya es la túnica azul. Yo me encargaré de Sam.

-Umm.....Grang....quiero decir, Hermione- dijo Draco, mirando el tupido cabello de la chica con impotencia-. No sé cómo manejar bebés.

-¿Qué? Esta bien, puedes ayudar a Remus, yo me encargaré de los bebés- ordenó Hermione enérgica. Draco asintió y se dirigió hacia Remus, ayudándolo con su túnica, mientras la chica vestía a los gemelos.

Una hora después, todos estaban sentados en la Habitación de los Requerimientos, que había sido transformada en un hermoso salón adornado en tonos azul y dorado pálidos. Las sillas para los invitados, que incluían a algunos de los profesores, Harry, Draco, Ron , Hermione, Dean y Ginny, estaban cubiertas con un suave y ligero material azul, y las sillas del oficiante, Sirius y Remus, estaban cubiertas por el mismo material pero en color dorado. Hadas de colores bailaban en la entrada de la habitación, agregándose a la luz provista por las brillantes antorchas que flameaban en los soportes de las paredes.

Una vez que Sirius y Remus estuvieron parados al frente, el mago que oficiaba el matrimonio se aclaró la garganta y habló:

-Hoy, estamos atestiguando el enlace en matrimonio de estas dos almas. Antes de continuar, ¿existe alguien que se oponga? Hable ahora o calle para siempre

Nadie habló.

-Muy bien- dijo el mago de mediana edad, y procedió con la ceremonia. Después que el cordón ceremonial rodeo a la pareja y las velas se avivaron, el oficiante pidió a Sirius y a Remus que recitaran sus votos.

-Moony, hemos cruzado juntos a través del infierno, y aún así conseguimos llegar hasta aquí. Gracias por entregarte completamente a mí, especialmente durante estos doce años que pasé lejos, encerrado en Azkaban. Gracias por traer a Simon y Sam al mundo. Prometo que estaré contigo por el resto de mis días, pase lo que pase.

-Padfoot, siempre estuviste ahí, nunca me abandonaste, ni siquiera cuando tú y nuestros amigos se enteraron de mi condición. Te quedabas conmigo después de mis transformaciones, aún cuando sabías que era un riesgo. Prometo que estaré contigo, y nuestros niños, mientras viva y aún después.

El pañuelo de Hermione rápidamente encontró el camino hasta su rostro y enjugó sus lágrimas, al igual que todas las otras mujeres del pequeño grupo. Los ojos de Dumbledore brillaron de alegría y Harry sonrió ampliamente. Después del "Sí, acepto", los anillos y el beso, todos aplaudieron a los recién casados y siguieron hacia el Gran Comedor para cenar. -¿Vieron? Ninguno de los dos dejó al otro plantado- dijo Harry alegremente a Sirius y Remus en mitad de la cena.

-Honestamente, después de estar juntos tanto tiempo, deberían hacer sabido que ninguno de los dos se arrepentiría.

-Bueno, nervios pre-nupciales, supongo- se disculpó Remus, sonriendo avergonzado. Sirius estaba a punto de decir algo, cuando Ron explotó repentinamente.

-¿Qué significa eso de que ustedes están saliendo?

Todos giraron hacia Ron para ver que con el rostro muy colorado miraba furioso a Dean y a Ginny. La pelirroja se ruborizó al darse cuenta que toda la atención estaba puesta en ellos.

-Ron, por favor, ¿podrías callarte?- siseo-. ¿Por qué estás haciendo un gran alboroto de esto? ¡Mamá y papá lo aprueban! Además, ya estoy en quinto año. ¿No puedes confiar en mi juicio?

Ron la miró con furia.

-Para decirte la verdad, no. Y tú- continuó, girándose hacia Dean-. ¡Por qué demonios tuviste que enredarte con mi hermana? ¿No pudiste haber elegido otra chica?

-Ron, por favor, no es momento de estar peleando- replicó Dean calmadamente.

-Dean tiene razón, Ron- intervino Hermione-. Pueden conversar después

Ron se giró de nuevo hacia su cena y todo el mundo regresó a lo que estaban haciendo antes de la interrupción.

Después de terminar un sorprendente número de platos, el grupo se separó para ir a la cama, con Hermione y Ginny aceptando oficiar de niñeras de los gemelos por esa noche. Draco y Harry abandonaron el comedor separadamente con la intención de reunirse en la torre de Astronomía, para pasar un rato juntos y tranquilos antes de la llegada del resto del cuerpo estudiantil.

-Ey, cuatro-ojos- saludó Draco cuando Harry entró en la pequeña aula, justo cuando acababa de terminar de transformar dos sillas de escritorio en un cómodo sofá,

-Ey, tú- saludó Harry a su vez, y se sentó al lado del rubio-. ¿Te la pasaste bien hoy?

-Síp- replicó Draco alegre-. Disfrute especialmente la pelea de Ron y Ginny durante la cena.

-Seguro que tienes un lado sádico, querido- dijo Harry, divertido.

-No, es más bien que puedo ver que pasará cuando tus mejores amigos descubran lo nuestro- declaró Draco-. Pero en fin, ¿por qué estamos hablando de tus mejores amigos. Se supone que estamos pasando tiempo de calidad juntos.

Harry rió entre dientes.

-Bien, ¿entonces por qué no me besas para demostrarme cuanto deseas pasar tiempo de calidad a mi lado?

Draco sonrió con picardía, y aferrando a Harry por el cuello empujó al sorprendido Gryffindor más cerca de él.

-Sabes muy bien que no debes tentarme, Harry- susurró el rubio contra de su oreja antes de reclamar los labios de su novio en un beso. Paso un buen rato, hasta que Harry se alejó, principalmente porque necesitaba oxigeno, y después porque pensaba que si continuaba besando a Draco, podría sentirse tentado a llevar las cosas más allá. Por un momento, se miraron uno al otro, inconscientes de la suave ráfaga de viento más allá de la ventana, la actual pelea entre Ron y Dean en la sala común de Gruyffindor, o el suave roce de las pisadas de los elfos domésticos justo al otro lado de la puerta. Y así siguió hasta que Draco dejo escapar un enorme bostezo.

-Te estás durmiendo. Vamos, te acompañaré hasta tu dormitorio- musitó Harry, tratando de desenmarañarse de los brazos de Draco, quién apretó al moreno más estrechamente.

-Quedémonos aquí. Nadie nos molestará. Podemos regresar en la mañana- protestó Draco mirándolo a través de sus párpados medio cerrados. Harry suspiró y se hundió de vuelta al sofá. Observó al durmiente Draco por un rato, hasta que sus párpados cayeron lentamente........

De repente se encontró en un gabinete suntuosamente decorado, una docena de figuras enmascaradas que rodeaban a un alto hombre blanco con grotescas facciones. Una enorme serpiente estaba enroscada sobre si misma al lado de la chimenea encendida, que iluminaba las frías máscaras grises. Al instante Harry se dio cuenta que estaba en medio de una reunión de Mortífagos, y en ese momento, Voldemort hablaba en voz alta.

-Tu hijo está todavía vivo, Lucius. Creí haberte dado órdenes estrictas para que dispusieras de él. Sabe demasiado, ¿y dónde lo fuiste a dejar? ¡Justo enfrente de las escaleras de la miserable escuela!- espetó Voldemort.

-Ordené a Derrick, Crabbe y Goily que dispusieran de ese miserable e inútil mocoso- se disculpó Lucius suavemente-. Nunca imaginé que esos tres echaran a perder el trabajo.

Tres de las figuras enmascaradas se removieron en señal de protesta, pero Voldemort los silenció con una fría mirada.

-El daño ya está hecho, Lucius, y el muchacho está ahora bajo la protección de ese amante de los muggles, Dumbledore. Ahora ustedes cuatro tienen que hacer algo grandioso para recuperar mi confianza, ¿cierto?

-Sí, Mi Señor. Le aseguro que encontraremos la manera de romper las murallas de protección que rodean el castillo, y los atraparemos con la guardia baja- replicó Lucius.

-¿De veras? Suena como una buena idea- siseó Voldemort. Las cuatro figuras enmascaradas respiraron con alivio-. ¿Oh, pero creen que escaparán sin castigo? Quizás así tendrán más cuidado la próxima vez.......¡Crucio!!

Las cuatro figuras enmascaradas se retorcieron apretadamente contra si mismos, tratando de no gritar por el dolor. Harry sintió que su cicatriz quemaba y empezó a golpear alrededor, mientras pensaba que los Cruciatus le estaban siendo lanzados a él.

Eran cerca de las tres de la mañana cuando Draco despertó de nuevo, debido a los lamentos provenientes de Harry. Alarmado, lo sacudió para despertarlo. El Gryffindor abrió los ojos, aturdido, hasta que vio el borroso rostro de Draco nadando frente a él. El rubio enmarcó con cuidado la cara de Harry y limpió las gotas de sudor que brillaban en la frente del joven.

-¿Harry, qué pasó?- preguntó con cautela.

-Nada, sólo un mal sueño, es todo- replicó lacónico.

-Harry- lo azuzó el rubio.

-Draco, sólo.....sólo déjalo ir, ¿vale? No es importante.

-¡Pero estabas golpeando alrededor! ¿Es sobre...Vol....él?

Harry miró fijamente a su interlocutor.

-Sí, fue sobre él, ¿está bien? Sabe que todavía estas vivo. Están planeando invadir el castillo. ¿Satisfecho?

Draco palideció. Voldemort estaría aguardando por su sangre. Harry, al ver como sus palabras afectaban al rubio, rápidamente cesó su irritación y musitó:

-Lo lamento.

-Está.....está bien, Harry- replicó Draco con voz temblorosa.

-No, no está bien- insistió Harry-. ¿Qué estás pensando?

-Solo algunos recuerdos, es todo.

Harry alzó una ceja.

-¿Tratando de ser frío sobre esto, eh?

Draco se echó para atrás, miró a Harry y espetó:

-¡Quiero superar esto! ¡No necesitas preguntarme que tengo en la veces cada vez que tengo un recuerdo! ¡Y de lo que yo sé, tú fuiste el que empezaste porque TUVISTE una visión!

-¡Oh, así que ahora me estás culpando por mi maldita conexión con Voldemort?- escupió Harry furioso-. ¡Quiero ayudarte a que superes esa terrible experiencia! ¡Vamos a poder superarlo, Draco!

-¡Pues no ayudes! No necesito tu ayuda, lo estoy haciendo bien al tratar de superarlo por mi mismo! ¡Limítate a ir y ser el pequeño héroe que todos esperan y mata al bastardo!

El temperamento de Harry flameo aún más después de oír la última declaración.

-¿Eso es lo que piensas de mí? ¿Un títere que tiene la tarea de destruir al Señor Oscuro?

-¡Bien, creo que tengo derecho a pensar que eres una estúpida marioneta desde que tú estás pensando que soy alguna clase de inválido- gritó Draco.

-¡Yo no pienso que seas un inválido!

-¿Oh, entonces como alguien incapaz de lidiar con sus propios problemas? ¡Todavía soy dueño de mi persona, aún cuando estemos juntos!

Harry jadeó profundamente para calmarse antes de volver a hablar.

-Esto es ridículo, Draco. No creo que seas un incapaz. Es sólo que de verdad quiero ayudar. Quiero que lo superes.

-¿Para poder ejercitarme en el colchón?- replicó Draco, sarcástico.

-¡Eso no es lo que quise decir!- estalló Harry-. Quiero que lo superes porque no quiero verte sufrir con esos recuerdos. No puedes seguir viviendo así por siempre, Draco.

El rubio suspiró.

-Lo sé. De verdad estoy tratando de superarlo, ¿sabes? Y la mayor parte del tiempo, esas voces gruesas, frías y profundas, esas manos pegajosas, no me molestan tanto como antes. Es sólo que a veces.....

Harry se levantó, extendiendo su mano hacia la del rubio en el sofá.

-Lo sé. Sólo déjalo ir por ahora ¿si? Ven, vayamos con el Director. Tiene que saber esto. Después, iremos a dormir a mi habitación.

Draco lo miró con cautela.

-Sólo Hermione sabe que estamos juntos. Tus otros amigos tendrán un ataque cardiaco si me ven contigo en la cama.

-Que se jodan. No voy a dejarte lejos de mi vista- gruñó Harry, fieramente protector. Ambos se encaminaron a la oficina de Dumbledore para contarle sobre la visión de Harry y luego se retiraron al dormitorio de los chicos, para tratar de dormir.

Lo sentimos por el retraso amigas. El ordenador de María se rompió y ha estado dos semanas sin poder hacer ninguna traducción, así que para quien lea a moment in time, les pedimos paciencia.

Gala Snape: Ambos en su línea, una inteligente y otro tontito, celoso y graciosillo. Gracias por el review. Besos

Rachel: ¡¡¡Nosotras no!!! ¡¡¡La autora!!! Jajaja, muchas gracias. Besos

Aryblack: Jajaja. Aún no se sabe pero en el futuro...todo puede pasar. Ay mi madre, ¡¡¡qué sádica eres!!! Jajajaja

Loka-Park-Felton: Gracias!! Debido al problema del ordenador de María nos hemos atrasado bastante pero recuperaremos el tiempo perdido. Besitos

Murtilla: ¡Aquí tienes la celebración! En este capi aparece un poco más Lucius y Voldemort pero habrá que esperar algo más. Besitos

AzaleaSnape: Nos alegra que te gustara el capítulo. Herm y Ron son muy fieles a los de los libros, así que no es extraño que una descubriera y el otro no. Besos