"Ah, no es un sueño"

Capítulo 3: Más fuerte que el sentimiento.

Los dos amigos se miraban fijamente, en especial el muchacho travieso de cabello revuelto. Una brisa los recorrió y la prefecta sintió un escalofrío. Hacía frío y parecía que pronto caería una tormenta. Se apartó el pelo hacia un lado y afinó los oídos para escuchar lo que tenía que decirle.

-¿No puede esperar? Es que pronto comenzará a llover... –bramó la joven –tenemos que regresar.

-Hermione –la llamó cogiendo su brazo. Ella se asombró. –Es importante, créeme.

-De acuerdo, te escucho.

-Verás... desde hace tiempo, yo... bueno, –vaciló Harry –quiero decir que tú... ¿Con quién irás al baile de Halloween? –preguntó rápidamente, al ver que la declaración no era fácil de pronunciar.

-Todavía no lo he decidido, pero no te preocupes por mí.

-Si quieres... tú y yo... podíamos... bueno... ya sabes... -tartamudeó.

-En serio, no es necesario que te inquietes, encontraré a alguien. Tú ve y diviértete con Ginny. –sonrió cariñosamente, al ver acercarse a la nombrada.

-¿Con Ginny? –repitió más confuso, y su actitud cambió totalmente. Sus pupilas se dilataron y gritando continuó -¿¡Pero por qué os empeñáis en que salga con Ginny!? ¡¡No me gusta!!

Hermione abrió los ojos que estaban desorbitados y Harry pronto se arrepintió de haber dicho eso, y que la inocente Weasley había escuchado lo suficiente como para tapar su boca por una temblorosa mano y salir corriendo, mientras derramaba mil lágrimas. El mago hizo ademán de seguirla, pero el brazo de su amiga se lo impidió.

-Es mejor dejarla sola. Yo hablaré con ella. –emitió un leve soplido y lo miró con suavidad. –Sé que no querías herirla.

-Ginny... -la retuvo alargando las palabras –es una gran chica. Simpática, ingenua y amable, pero... yo no puedo hacer nada por cambiar mis sentimientos.

-Te comprendo. –Hermione alzó la vista al cielo, donde varias nubes grises se juntaban, recordando la cara burlona y sensual de cierto rubio –A veces quisiera poder cambiar mis sentimientos, pero no puedo. El amor es el enemigo de la razón.

-¿Alguna vez te has enamorado, Hermione? –preguntó nervioso por la contestación.

-Pues... -pensó sin poder alejar la figura de Draco Malfoy de su cabeza –mejor iré a hablar con Ginny.

Harry se quedó pensativo durante unos segundos. Justo cuando iba a confesarle sus sentimientos a la chica que quería, ella solo pronunciaba el nombre de su mejor amiga. Realmente no era eso lo que lo enfurecía, ni mucho menos, sino que a él no le gustaba Ginny de esa forma, y todos insistían en que hacían una hermosa pareja.

Pero él no se rendiría. Era un Griffindor, en otro momento lo conseguiría.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Ella. Su respiración agitada, su radiante sonrisa, su semblante risueño, sus delicadas manos. Ella. Solo ella.

Draco Malfoy estaba sacando las cosas de quicio. No tenía noción del tiempo, ni siquiera sabía que hora era. Su mente estaba llena de Hermione, Hermione y más Hermione. No había sitio para recordar nada más.

Él estaba en la sala común de los Slytherins –iba allí cuando necesitaba la compañía de alguno de sus "amigos" –leyendo un libro sobre hechizos prohibidos. Era interesante, pero no podía permitirse el lujo de realizarlos.

-Blaise... -se escuchó una voz chillona y aguda -¿Con quién irás al baile?

-Creo que se lo pediré a Granger –comentó éste, decidido y seguro de sí mismo.

-Ya veo... -bajó la voz –Malfoy no quiere venir conmigo.

-Pansy, Pansy... creo que tendrás que esforzarte por conseguir la atención de Malfoy. Yo pienso que a él le van las chicas que siempre están pendientes de lo que hace.

-¿En serio?

-Claro –rió por lo bajo.

A Pansy Parkinson se le iluminó el corazón y se llenó de esperanzas. Si presionaba y no dejaba a Draco a sol ni a sombra, podría ir con él al baile. Zabinni en cambio, emitía unas ruidosas carcajadas que consiguieron desconcentrar al rubio Slytheirn.

-Draky... ¿Irás conmigo al baile, verdad? –Pansy no podía dejar de sonreír alegre.

-Cállate. No iré contigo.

-¡Yo sé bailar muy bien! –insinuó -¡Y si quieres no hablo en toda la noche!

-¿Qué es lo que no entiendes del "NO"? –preguntó Malfoy poniendo especial énfasis en la negación.

-Querido amigo... ¿no ves que Pansy se muere por ti? Deberías darle una oportunidad –aconsejó Blaise.

-Maldito Zabinni, –masculló éste como respuesta. –Me las pagarás.

-¿Qué ocurre, Draky? ¿En quién piensas? ¿En tu pareja del baile?

-¡Cállate de una vez con el baile de Halloween! ¡¡Me tienes harto, Parkinson!! –chilló lo más alto posible y con la mirada asesina.

-El amor cambia a una persona –opinó el moreno Slytherin.

-¿El amor? –repitió Pansy

-¿¡De qué hablas, Zabinni!? –preguntó instintivamente Draco, con las manos a medio temblar.

-Como te has puesto, Malfoy... solo hablaba con Parkinson –aclaró.

-Claro... con ella... -bufó.

-¿O es que acaso tienes algo que esconder? –adivinó Zabinni.

-¿Yo? ¿Esconder? Deja ya de bromear.

-El otro día en la Biblioteca. En clase de Pociones. Tú y ella.

Las últimas palabras las dijo en un tono casi inaudible, pero que Draco pudo escuchar. Tragó saliva y comenzó a sudar. Estaba nervioso. Acaso él... Blaise Zabinni... ¿Lo había visto todo? No... no podía decir nada.

-¿De qué hablas?

-Draco, conmigo no finjas, eres penoso diciendo eso –pronunció cansinamente el moreno.

-Escucha atentamente, por que no te lo pienso repetir –Malfoy hizo un movimiento veloz y colocó sus manos sobre la camisa de su compañero. Lo arrojó contra la pared y lo sostuvo durante unos segundos. La mirada fría e intimidante del rubio provocó una expresión un tanto atemorizada en Blaise –Tú no has visto nada y yo no me enfadaré.

-Vaya, vaya... el chico malo me está amenazando... -dijo con sarcasmo.

-Yo que tú, me callaría.

Draco golpeó la mejilla de Zabinni y todos los Slytherins que estaban en la sala común voltearon la mirada para observar aquella escena. Algunos dejaron caer los libros que estudiaban y Pansy intentó ayudar al moreno. En aquellos momentos sobraban las palabras entre ellos, tan solo con las miradas fulminantes que se lanzaban, era suficiente. Del labio inferior de Blaise caía un pequeño y fino hilo de sangre, que se lo lamió gustosamente. Sonrió cínicamente y cogió a la rubia por el brazo.

-Vámonos, Pansy. Creo que él mismo se va a herir más de lo que yo pueda hacer.

Los dos Slytherins abandonaron la sala común, dejando en un estado de ensimismamiento a Draco. Había golpeado a uno de los pocos que se podían considerar dignos de confianza –aunque ahora no estaba tan seguro de ello –y todos los estudiantes lo contemplaban asustados. Él frunció el entrecejo.

-¿Qué miráis? –preguntó irónicamente.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Una joven pelirroja lloraba desconsolada y amargamente en un rincón de la sala común de Griffindor. No podía parar las lágrimas brotar de sus ojos. Respiraba entrecortadamente y su cara denotaba muestra de un gran dolor. Un dolor inmenso.

Ella quería a Harry Potter desde el primer momento en el que lo vio. Al principio intentó esconder ese amor, pues estaba segura de que un chico como él nunca se fijaría en ella. Pero todo cambió en quinto año. Ginny Weasley arriesgó su vida para poder ir con él a rescatar a su padrino. Pensó que quizás podría llegar a conseguir su amor, pero el chico de sus pensamientos acababa de dejar todo bien claro. No tenía interés en ella.

Las dos últimas lágrimas eran silenciosas y se las secó. Una muchacha de cabello ondulado y castaño, entró en la sala común. Tenía expresión dulce.

-¿No vas a dejar de llorar? –preguntó Hermione con delicadeza.

-Harry nunca tuvo interés en mí –bajó la mirada –Fui una tonta e ingenua al pensar que podía tener alguna oportunidad.

-Yo no creo lo mismo. –objetó y Ginny clavó sus ojos en los de ella –Él te aprecia mucho, no quería decir que le desagradases, solo que no está seguro de sus sentimientos. Quizás él todavía te ve como a la hermana pequeña de su mejor amigo.

-¡Ese es el problema! ¡Él nunca me verá como a una chica!

-Hmm... he tenido una pequeña idea, y con el tiempo a lo mejor él se decida por ti.

-¿Una idea?

-¿Recuerdas el baile de Halloween? –preguntó entusiasmada -¿Me dejarás arreglarte?

-¿Crees que funcionará? –mostró pocas esperanzas.

-Ese no es el plan.

-¿Y cuál es?

-¡Chicas! –se escucharon las voces de dos jóvenes acercarse sonriendo ampliamente -¿Habéis oído la última noticia?

-Dumbledore a dicho que en Halloween se elegirá a la reina y el rey más tenebrosos... -ésta última palabra la pronunció diabólicamente.

-¿Rey y reina de Halloween? Pero Pavarti, Lavender, eso es absurdo –comentó Hermione, frustrada por aquella alocada idea del director. -¿Quién querría convertirse en...eso?

-¡Nosotras, por supuesto! ¿Te apuntas, Ginny?

-¡Por supuesto! –exclamó.

-Pero eso es una tontería. No deberían realizar ese tipo de...

-Vamos, Hermione... -la interrumpió Lavender.

-¿Por qué no te unes también? Será divertido. –propuso Pavarti.

-¡Por favor Hermione! –suplicó la pelirroja.

-De acuerdo. Pero sólo lo haré para demostraros que no vale la pena ser la reina más tenebrosa de todo Howarts.

Las cuatro chicas rieron animadamente. En la sala común entraron Harry y Ron, seguidos por Neville. Durante unos minutos el moreno no dijo nada, todavía se sentía culpable, pero Ginny le sonreía como si nada hubiese pasado, por lo que recuperó la confianza en sí mismo. Les explicaron detalladamente en qué consistía el concurso.

-¡Harry! ¡Por favor, di que te apuntarás! –pidió Lavender.

-No... yo creo que no merece la pena... -musitó nervioso.

-Hermione pensaba lo mismo, y ahora se está probando su ropa –dijo con una mueca que mostraba las palabras "es un caso perdido"

-¿Hermione también participará? –Ron de inmediato soltó una carcajada –No hace falta que te inventes esas chorradas, Pavarti.

-¡Es verdad, ella lo afirmó! –anunció Ginny, que por primera vez desde que estaba Harry había hablado.

Mil y una sensaciones recorrieron el cuerpo de Harry al pensar que Hermione, su Hermione, iría al baile. Sonrió para sus adentros, dispuesto a conquistarla cuando se le presentase la oportunidad. Ese sería su día.

-Yo me apunto, parece una buena idea –declaró el chico de cabello revuelto y azabache.

-Yo también –dijo Ron suspirando.

-Esto... Ginny... -murmuró Harry intranquilo -¿Podemos hablar en privado?

Lanzó una mirada disimulada a sus amigos y ellos sonrieron falsamente. Abandonaron la sala común, dejando completamente solos al moreno y a la pelirroja. Ella temblaba nerviosa, intentando no perder la cordura. Harry resopló.

-Perdona por lo de antes, no era mi intención...

-No digas nada, –lo interrumpió tiernamente –lo comprendo.

-Eres una chica estupenda –confesó y ella se sonrojó.

-Pero esto no quiere decir que me rinda ¿entendido? –dijo Ginny valiente -¿Irás conmigo al baile?

-Está bien –respondió al no tener opción.

Los dos rieron como buenos amigos que eran.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

Draco Malfoy estaba sentado junto a la chimenea, perdido en sus pensamientos. Blaise se había percatado de que algo extraño estaba ocurriendo entre él y Hermione. Lo había golpeado por hablar demasiado y estaba nervioso. Nadie podía averiguar qué era lo que había entre ellos dos.

Un momento. ¿Qué había entre ellos? La verdad es que ni él lo sabía, solo le importaba que necesitaba verla antes de acabar el día o se desesperaría.

Sus ruegos tomaron forma para convertirse en una bonita realidad. La chica entró risueña en la sala común. Ya había elegido el vestido que llevaría, y parecía muy alegre. Draco se aproximó a ella y arqueó una ceja.

-¿A qué se debe que estés cantando esa horrible canción? –preguntó con burla.

-¿Es que tengo que cantar por alguna razón en especial? –sonrió alegre.

-Hoy pareces feliz.

-Lo estoy.

-¿Y se puede saber cual es el motivo?

-Ninguno, simplemente quiero cantar –repuso ofendida.

-¿Irás al baile de Halloween? –cambió de tema el rubio.

-Por supuesto, –respondió todavía más jovial. –incluso me presentaré para reina.

Se observaron unos instantes decisivos. Draco aguantó la risa mientras la miraba fijamente. Ella se ruborizó y le dedicó una mueca de burla. Dejó sobre la mesa un libro de Historia de Howarts y se sentó junto a él. El Slytherin no pudo contenerse la risa y emitió una gran carcajada.

-Hermione Granger reina de Halloween –dijo irónico. –¿Lo dices en serio?

-Sí. –masculló con un deje de enfado –Yo puedo conseguirlo, aunque no se puede decir lo mismo de ti...

-¿Qué insinúas?

-No insinúo nada, solo que tú no serías rey de Halloween ni sobornando a Dumbledore –ahora era ella quien reía, pero sabía perfectamente que ese puesto le iba genial a Draco.

-¿Pones en duda mis capacidades? Si me lo propongo puedo ganar.

-Sí, puedes ganar... -dijo poco convencida.

-¡Granger, no me contradigas! Te demostraré que puedo hacerlo –espetó –Si consigues ser reina haré lo que quieras durante una semana.

-Está bien. Si tú consigues ser rey lo haré.

-Prepárate para perder, preciosa –dijo suavemente posando su dedo índice en la barbilla de la chica.

-Ni en tus mejores sueños –sentenció Hermione.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

La muchacha de cabello castaño estaba en la Biblioteca pensando. Draco Malfoy era muy atractivo y a veces dejaba ver su lado más tierno. En el fondo era buena persona, sí, solo que aparentaba todo lo contrario. Suspiró.

De pronto, se sobresaltó al sentir una mano fría sobre su hombro. Se volteó esperanzada, pero vio la sonrisa maliciosa de un joven moreno. Blaise Zabinni.

-Me asustaste –protestó enojada.

-¿Pensabas en mí?

-Ni loca –rió entre dientes.

-Granger, no seas tan terca. ¿Por qué no vienes conmigo al baile? –preguntó Blaise y curvó sus labios pícaramente -¿Tienes miedo a que te haga algo?

-No tengo miedo de alguien como tú.

-Entonces demuéstramelo. Ven conmigo.

-Iré contigo, Zabinni, pero solo para que sepas que no tengo miedo de ti –se resignó Hermione.

-Así me gusta.

La atrajo hacia él y la abrazó fuertemente. La Griffindor abrió los ojos confusa. ¿Qué hacía ese idiota? Lo apartó con brusquedad y se contemplaron firmemente en silencio. Blaise soltó una risa de cachondeo.

-¿Qué estas haciendo? –dijo con furia.

-Solo quería saber si tienes buenos pechos.

Zabinni recibió una cachetada por parte de ella.

-No vuelvas a hacerlo –ordenó Hermione.

Acto seguido abandonó la Biblioteca y se dirigió hacia la clase de Transformaciones, que comenzaría en unos minutos. Todavía no podía creérselo ¡Iría con Blaise Zabinni al baile!

Se reunió con sus amigos antes de entrar, y ellos quedaron asombrados por la decisión de Hermione.

-¿He oído bien? ¿Irás con ese Zabinni? –repitió Ron incrédulo.

-Será mejor que entremos a clase o llegaremos tarde. –propuso Harry, algo dolido.

La Griffindor hizo ademán de seguir a sus amigos, pero fue detenida por la mirada de Draco, que se posó sobre sus ojos color miel. No necesitaban palabras para hablarse. Él hizo un gesto con la cara y balanceó la cabeza hacia un aula vacío para que la chica se colase. Puso una tonta excusa a sus amigos y corrió hacia el lugar donde estaba el Slytherin. Él la esperaba sentado sobre una mesa con una pose sexy.

-¿Qué quieres? La clase va a empezar –lo regañó.

-Me he enterado de que irás con Zabinni a Halloween. Al principio me lo creí, pero después dudé, menuda payasada, no sé como pude creer que era verdad –dijo con sarcasmo.

-Es verdad –la sonrisa de Draco se esfumó al escuchar la afirmación -¿Tú con quién irás?

-Con Parkinson. Me tenía tan agobiado que le dije que iba con ella si me dejaba en paz.

Hermione sonrió con falsedad y bajó la cabeza. Estaba muy nerviosa. Malfoy le señaló un sitio junto a él en la mesa y ella se sentó. El silencio era incómodo y el tiempo transcurría con lentitud. El joven suspiró hondo.

-Tiene gracia –comentó él.

-¿Qué es lo que tiene gracia?

-Todo. Estar aquí hablando contigo sin motivo alguno, verte todos los días y no insultarte como los otros años, y... esto.

Draco acercó sus labios peligrosamente a los de la joven, que estaba sonrojada hasta no poder más. Colocó sus manos sobre el cabello y la nuca de ella, acariciando delicadamente cada parte de su tersa y suave piel. Se besaron. Fue un beso al principio lento y tierno, pero con la experiencia y los segundos se convirtió en un beso desesperado por más. Hermione dejó caer su cuerpo sobre las mesas y el Slytherin sonrió pícaramente. Desabotonó la túnica de la chica, que gemía con cada beso que le daba en el cuello. La mano desbordante de pasión subió precipitadamente por el muslo de la prefecta, que cerró los ojos de placer.

-Esto no está bien –musitó con voz tenue la muchacha.

-Lo sé.

La besó. Lo besó. Se besaron violentamente.

Ardían por aquel sentimiento y las múltiples sensaciones que los recorrían. Sus manos estaban descontroladas –igual que sus lenguas -, sus corazones desbordaban de delirio, sus cuerpos ansiaban más y más. Se necesitaban. Draco mordió con sensualidad el labio de Hermione, y de nuevo gimió más ruidosamente. Los latidos de su pecho cada vez eran más agitados. Habían comenzado algo que ahora no podían parar. Estaban enloqueciendo.

Tentación.

Deseo.

Pasión.

Anhelo.

Intensidad.

Obsesión.

Emoción.

Ansia.

Locura.

Adicción.

Todas las emociones juntas. Mezcladas al igual que sus alientos. Se besaron por última vez, lenta y difícilmente consiguieron separarse. Respiraron hondo y cuando por fin sus corazones se calmaron, salieron del aula vacía. Draco tomó el mismo camino que la chica, ya que tenían la misma clase.

-Malfoy –lo llamó con tono trémulo.

-¿Qué, Hermione? –La Griffindor se quedó sorprendida, era la primera vez que su nombre sonaba tan bonito.

-¿Por qué haces esto?

-¿Por qué hago, qué? –preguntó bromeando.

-¡No te burles de mí! –se quejó indignada.

-¿No es obvio?

-No, no lo es.

-Me decepcionas, Hermione. Pensé que tu inteligencia era más grande.

Le guiñó un ojo e hizo una señal para que entrara en clase después de él. La profesora McGonagall todavía no había llegado, situación que los alivió bastante.

Transformaciones transcurrió más rápido de lo normal, sobre todo por que Draco y Hermione cada minuto se dedicaban unas miradas y sonrisas cómplices. Todo iba de maravilla hasta que el corazón de la chica le dio un terrible vuelvo.

Otra vez. Dolía. Lastimaba. Respiró rápidamente y comenzó a toser sin poder parar. El primero en percatarse fue el rubio, que dio un brinco. Harry y Ron la miraban confusos, al igual que el resto de los Griffindors, mientras que los Slytherins sonreían abiertamente. La profesora McGonagall la examinó deteniéndose en cada gesto que hacía Hermione. Ella aguanto e intentó carraspear más bajo. Susurró un leve «Lo siento» y llevó su mano al pecho.

-¿Se encuentra bien, señorita Granger? –interrogó interesada McGonagall.

-Sí, profesora. –masculló, tosiendo entre dientes.

-Creo que será mejor que vaya a la enfermería.

-Estoy bien, no es necesario.

-Visite a la enfermera Pomfrey –insistió.

Hermione asintió y abandonó el aula. Draco por su parte, no salía de su asombro. Algo raro estaba ocurriendo, y él lo iba a averiguar cueste lo que cueste. La joven castaña se arrastró por las paredes hasta llegar a un rincón, donde tosió hasta no poder más.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

La profesora McGonagall al terminar las clases se dirigió hacia la enfermería, en busca de la Pomfrey. La encontró nada más entrar, lo que le resultó extraño, ya que pocas veces estaba cuando la necesitaban. Se saludaron y hablaron unos momentos.

-¿Qué tal está Granger? –preguntó la profesora.

-¿Granger? ¿La señorita Granger? –mostró una mueca de confusión. -¿Le ha ocurrido algo?

-Sí, en mitad de la clase comenzó a toser sin poder parar. Le ordené que viniera a verte.

- Minerva... por aquí no ha venido nadie desde el pequeño accidente de Longbottom con la escoba ayer.

-¿Hermione Granger no ha venido? –aquella escena era demasiado extraña, pues Hermione era muy inteligente y sabía lo que le convenía. –Me ha decepcionado.

-Debería hablar con ella, seguro que tiene algún motivo.

-Tienes razón, Poppy. Mañana hablaré con ella.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

El día de Halloween llegó. Todos estaban nerviosos y excitados por la fiesta. Algunos corrían apresuradamente por la sala común y otros en cambio, se miraban por séptima vez en el espejo. Hermione era una de las últimas personas en salir de los dormitorios, al igual que Ginny, Lavender y Pavarti. Fueron directas al Gran Comedor, donde todas las mesas habían desaparecido y ahora era una enorme sala de baile, adornada por muchas telas de araña, cuadros con imágenes horribles, velas y calabazas. Lo típico de Halloween. Observaron boquiabiertas el lugar y se encaminaron hacia los chicos de Griffindor. Harry, Ron, Neville, Seamus y Dean esperaban impacientes. Harry dirigió su mirada primero a Hermione, sin duda alguna era la que más destacaba de todas, llevaba un vestido ajustado, con una larga tira en el lado izquierdo que dejaba ver sus largas piernas. El color negro le daba un aspecto sensual, misterioso e insinuador. Parecía una auténtica bruja tenebrosa. Aquel escote hizo que el Griffindor tragara saliva. La siguiente fue la chica pelirroja, que había sido arreglada por la prefecta. Estaba muy guapa. Lavender llevaba un vestido rojo que resaltaba su piel blanca, y Pavarti no se quedaba atrás. Ron fue directo hacia ella, sonrojado y temblando.

-Pavarti, estás... muy guapa esta noche –consiguió decir el chico con pecas.

-Tú también lo estás, Hermione. Te ves fantástica –declaró con total sinceridad Harry, que cogió la mano de su acompañante –Y tú también, Ginny.

-Vamos, Dean –ordenó Lavender arrastrándolo a la pista de baile.

-¿Y tu pareja, Hermione? –preguntó preocupado Harry.

-Estará al llegar.

Todos sus compañeros fueron abandonándola en el lugar donde se encontraba. Ginny y Harry, Ron y Pavarti, Lavender y Dean, Neville y Luna –quien había llegado un poco tarde-, y Seamus y Hanah Abbott bailaban animadamente. Hermione recorrió con la vista el Gran Comedor, buscando con desesperación a cierto rubio. Tras unos minutos sin hacer nada, un grupo de Slytherins se asomó por la puerta. Entre ellos estaban Draco Malfoy y su acompañante, Pansy Parkinson. También estaba Blaise Zabinni, pero no le prestó la más mínima atención. El chico de sus pensamientos cruzó su mirada con la de ella y los dos dieron un respingo.

Según él, Hermione Granger era la chica más hermosa que había visto nunca. Su respiración se entrecortó al ver su cuerpo tan bien formado, y su cabello ahora liso le caía sobre sus hombros. Se soltó de Pansy y disimuladamente se acercó hasta donde estaba ella. Se observaron, deseosos de poder besarse. Draco llevaba un traje negro muy elegante pero a su vez, producía escalofríos. La piel pálida resaltaba acentuosamente por aquella ropa, y los ojos grises parecía que intentaban hipnotizarla. Ahora no estaban llenos de odio. El cabello rubio platinado ya no estaba tan peinado hacia atrás, sino que lo tenía algo revuelto. Era extremadamente apuesto. Ella se sonrojó y él aguantó las ganas que tenía de rozar su piel con la de ella.

-Estás... -intentó decir Malfoy.

-¿Qué haces con mi pareja, Draco? –preguntó una fría voz al fondo.

-Sólo le preguntaba si había venido sola, Zabinni –respondió cortante.

-Ha venido conmigo.

Blaise le lanzó una mirada triunfal, pero Draco la cortó con su sequedad.

Hermione y el moreno Slytherin bailaron algunas canciones, y pronto llegó la medianoche. Pararon unos segundos, estaban muy cansados para continuar.

-¿Te he dicho ya, que estas muy guapa?

-Sí, once veces –repuso Hermione cansinamente, buscando de nuevo a Draco con la vista y lo encontró. Los dos sonrieron por lo bajo.

-Granger.

La Griffindor se volteó para ver a Zabinni, pero éste ya había posado sus labios sobre los de ella, moviéndolos violentamente. Se intentó separar con todas sus fuerzas, pero no eran suficientes. Forcejearon y él bajó su boca hacia el cuello de Hermione, produciéndole unas marcas.

-Suéltame, Zabinni... -musitó.

-Es muy excitante, ¿verdad?

-¡Déjame!

Era horrible. El sabor de sus labios era ácido y no se parecía en nada al de su Slytherin. Sin poder evitarlo dos lágrimas surgieron de sus ojos cristalinos.

Draco Malfoy contemplaba ensimismado la escena. Curvó totalmente sus cejas y con la expresión más furiosa que tenía, corrió hacia ellos, seguido por Pansy Parkinson.

-¿No la has oído? –preguntó irónico el rubio, enojado –Déjala.

-Aquí tenemos al defensor Malfoy. –bromeó –Pero siento decirte que Granger está disfrutando, ¿verdad?

-¡Te he dicho que me sueltes, estúpido! –gritó apartándose bruscamente.

Draco y Hermione se miraron. Ella secó sus lágrimas y lo miró con dolor. Él intentó no descontrolarse delante de todos. Por su parte, Blaise y Pansy intercambiaron una sonrisa cómplice. El rubio iba a coger la mano de la chica para ir a algún otro lugar, cuando Zabinni se lo impidió.

-Tenemos que hablar, Draco.

Malfoy no podía retener por mucho tiempo toda la furia que emanaban sus ojos. Siguió a su amigo hasta los corredores y allí hablaron. Mientras tanto, Pansy ya había cogido a Hermione desprevenida y vulnerable. Le dio un fuerte tirón en el cabello y la chica se quejó molestamente.

-Eso es por ser tan tonta.

-¿Qué te crees que haces, Parkinson? –preguntó Hermione, abalanzándose sobre ella y deshaciendo su recogido. –¿Es divertido agarrar del pelo?

-Asquerosa sangre sucia...

Pansy le dio una cachetada a la Griffindor y ella la correspondió abofeteando su mejilla. La rubia estaba muy enojada, y mordió el brazo de su contrincante cuando intentaba arañarla. Hermione clavó sus largas uñas en la Slytherin y ésta soltó un grito de dolor.

-Me pagarás por haberme quitado a Draky.

-No tengo la culpa de que prefiera a alguien inteligente antes que a una pesada como tú. Solo sabes molestar.

Los estudiantes habían formado un coro alrededor de ellas, y las miraban con la boca abierta. Las dos chicas no paraban de abofetearse, rasguñar e incluso una vez Hermione consiguió darle una patada a la rubia. Pansy iba a golpear fuertemente la mejilla de la prefecta cuando una mano se lo impidió.

-Señorita Parkinson, señorita Granger –pronunció la voz espeluznante del profesor Snape. -¿Se puede saber que hacen?

-Ella ha sido la que empezó –protestó la castaña.

-Has sido tú, mentirosa rata.

-Señorita Parkinson, me defrauda. Nunca pensé que usted podría cometer semejante falta. ¿Acaso no sabe utilizar la magia en una pelea?

-Sí, pero dejé la varita en los dormitorios –respondió avergonzada.

-Era una ironía. No pretendo formar una pelea entre ustedes dos. Mañana las quiero en mi despacho. Veinte puntos menos para Griffindor y quince puntos menos para Slytherin.

-¿¡Por qué me ha restado más puntos!?

-Por haber comenzado la pelea –sentenció secamente.

Snape se fue, seguido de Parkinson. Varios alumnos se acercaron a ella y la ayudaron, pero las heridas no eran nada comparado con el dolor interior que sentía. No encontraba al rubio por ninguna parte, supuso que todavía estaría con Zabinni. Una sensación repugnante la recorrió al recordar aquellos besos.

Varios profesores se acomodaron en una mesa y cuchichearon entre ellos. La reina y el rey de Halloween serían elegidos en breve.

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Blaise condujo a Draco hasta una sala algo alejada del Gran Comedor, pero desde donde se podía escuchar a la perfección la música, las voces y el discurso que daba Dumbledore, antes de nombrar a la reina y el rey. El rubio estaba perdiendo la paciencia.

-¿Se puede saber para que me has traído aquí?

El moreno no respondió, tan solo empujó al Slytherin al interior de la sala y salió precipitadamente, murmurando un hechizo para sellar la puerta unos minutos. Algo aturdido, Malfoy vaciló y se levantó. Intentó abrir la puerta, pero no podía.

-Maldito Zabinni... está me la pagarás –maldijo.

-Tranquilo amigo. Es solo un momento, cuando te anuncien rey y no aparezcas, le darán el título al segundo puesto.

-¿¡Por qué lo haces!? ¡Tú no ganarás! –gritó golpeando la puerta.

-Eso está muy lejos de mis planes. La encerrona es orden de Pansy –informó complaciente.

-¿Y se puede saber desde cando haces caso a esa?

-Desde que le debo un pequeño favor. Bueno, te dejo. Tengo un asunto pendiente con una Ravenclaw.

-Maldita Parkinson... -murmuró cabreado.

-Bien, queridos alumnos, –se escuchó la voz clara de Dumbledore –ha llegado le momento decisivo. Hemos elegido a estos dos alumnos no solo por su innumerable inteligencia y sus colaboraciones con Howarts, sino porque realmente se lo merecen. La reina y el rey de este Halloween pueden ir preparando sus nervios, porque se ha reservado una pieza de baile para ellos.

-Tengo que salir de aquí –dio una patada, pero no se abría.

-Los afortunados de este Halloween son... -hizo una prolongada pausa –Draco Malfoy y Hermione Granger.

-¿¡Hermione!?

¿Ella era la reina? Ahora su furia era mayor, necesitaba salir de ese lugar e ir con ella. Golpeó la puerta con todas sus fuerzas pero seguía inmune. Su varita la había dejado en la sala común, y el hechizo duraba el tiempo suficiente para impedirle llegar al Gran Comedor antes de que lo descalificasen.

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-¡Hermione, eres la reina! ¡Lo conseguiste! –gritó sonriente Ginny, abrazándola.

-Y-yo y... Draco –dijo incrédula

-¡Ve, corre! ¡Date prisa, Hermione! –dijo alegre Ron.

-Animo –fue lo único que pronunció Harry, pues sus celos por Malfoy eran enormes.

La Griffindor se aproximó hacia el lugar donde estaba Dumbledore, y él colocó una preciosa corona negra sobre su cabeza. Estaba muy emocionada, no lo podía creer. Draco y Hermione. Ellos eran los afortunados. Sonrió ampliamente y se lo agradeció al director. Esperaron unos minutos por Malfoy, pero no aparecía. La prefecta suplicó que aguardaran un poco más, pero seguía sin presentarse. Su cara entornó una expresión de preocupación, y se mordió las uñas de la mano derecha.

-Queridos alumnos... me temo que Draco Malfoy no aparece. Me veo obligado a darle el premio al segundo puesto, Harry Potter.

Los Slytherins abucheaban al moreno, y los Griffindors lo aclamaban. Despacio se situó al lado de Hermione. Ella lo miraba sorprendida, al igual que Ginny desde lejos. Harry recibió la otra corona por parte de Dumbledore y tomó la mano de la chica para bailar. Tras unos segundos bailando, Ginny ya había visto suficiente, por lo que corrió a su sala común.

Él estaba que ardía, su corazón iba a cien por hora. Pero ella parecía no darse cuenta, tan solo bajaba la mirada, aforrándose fuertemente al cuello de su amigo.

-Parece que Ginny se ha enfadado –murmuró la prefecta

-Hermione... he de decirte algo.

-Dime, Harry.

-Desde que nos conocimos hemos sido muy buenos amigos –comenzó el buscador. –pero yo...

-¡Draco! –gritó Hermione posando su mirada en el joven rubio que entraba en el Gran Comedor.

-¿Draco? ¿Draco Malfoy? ¿Por qué dices su nombre? –los celos lo volvían loco.

La pieza terminó y la chica se separó de Harry, dejándolo solo. Corrió por la sala, deseando encontrar al Slytherin, pero no lo halló. Suspiró hondo y regresó junto a sus amigos. Ellos preguntaron por Ginny, pero nadie supo contestar.

Después de unas largas conversaciones, haber bailado con Ron y Neville, y beber un poco de cerveza con mantequilla, fue hacia su sala común esperando poder toparse con Malfoy. Y así fue. Él estaba de pie, apoyado en la pared con un semblante pensativo.

-¿Se puede saber por qué no apareciste?

-Cállate, Hermione. –ordenó indiferente –Estoy pensando.

-¡Genial! ¿Y qué es más importante que contestar a mi pregunta?

-Ahora no tengo ganas de hablar –repuso Draco.

-¡Claro que tienes ganas de hablar! ¡Ya puedes tener una buena excusa!

-¿¡Quieres saber por qué no aparecí!? –gritó rabioso –¡Bien, te lo diré! ¡Parkinson y tu querido acompañante Zabinni, me han encerrado en un aula para que me descalificaran! ¿¡Contenta!?

Hermione se desconcertó más de lo que estaba. Bajó la mirada y se colocó en frente del rubio, quien la miró ahora más calmado. Ahora que la veía más de cerca, era preciosa. Aún tenía las marcas de haber llorado, y mostraba una cara dulce y preocupada. Bufó y puso una mano sobre el cabello castaño de la muchacha.

-¿Estabas preocupada? –preguntó con burla.

-¡Claro que no! –mintió inmediatamente.

-Ya... seguro que no... –dijo sin creerlo, y Hermione negó con la cabeza. –Hoy estas... increíble, preciosa. Nunca pensé que podías convertirte en esto. –la examinó de arriba abajo y aprobó. La chica adquirió una extraña sobra en su rostro, con tristeza. –¡No pongas esa cara! Solo era una broma.

La Griffindor rió y el prefecto comenzó a hacerle cosquillas. Hermione cayó al suelo retorciéndose de la risa, mientras que Draco ya se había puesto encima de ella y la miraba fijamente. La sonrisa de ambos se borró, perdiéndose en un beso.

-¡Harry Potter me las va a pagar! ¡Bailar con Granger en lugar de conmigo! –exclamó recelosa Cho, entrando en la sala común. Los dos se separaron inmediatamente y miraron disimulados hacia los prefectos que habían entrado. Ernie Mcmillan y Cho Chang.

-Y aquí estan la pandilla de idiotas –protestó Draco, resentido por haberlos interrumpido.

-Granger... no sabía que estabais aquí. Escucha, no quería decir eso... es solo que... –buscó una excusa rápida.

-Es igual, tampoco me importa que pienses eso. Será mejor que vaya a dormir, es tarde.

Miró por última vez al Slytherin, que estaba disgustado, y sonrió amablemente. En la sala común de Griffindor todos estaban durmiendo, por lo que subió a los dormitorios y allí se acostó. Sintió de nuevo un dolor en el pecho y tosió. Una punzada la invadió y cayó en la cama completamente dormida.

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Comentarios: Wola!! ¡Aquí de nuevo! Este es el capítulo más largo que he escrito en la vida, diez hojas en el Word xDDDD Bueno... sobre la pelea de Herms y Pansy, pues no sé si está muy real, pero no quería hacerlo muy a lo bestia...... aunque Zabinni sí se merece el puñetazo que le dio Draco!! Le prepararon una emboscada!! Malditos ¬¬

¡Por fin Hermy y Draco se besan decentemente! ¡Bien por ellos! Aunque no quería hacerlo tan pronto.... Ju... T.T El siguiente capítulo tratará sobre el Giratiempo. Aún tengo que ver muy bien como funciona y eso... pero volverán al pasado... jjujujuju

Sobre la "enfermedad" de Hermy... no, no es asma xDD (eske ya me lo han preguntado muchas personas), ni una simple gripe, ni nada parecido... es más fuerte. Si os dais cuenta, solo le entra la tos y ahora, parece que hay síntomas más graves, en determinadas ocasiones... antes o después de algo... eso también es una pista xDD

He pensado en escribir un fic sobre parejas extrañas, por ejemplo, las parejas ke se darán son: Draco&Hermy (pos supuesto!!), Harry&Pansy, Blaise&Ginny, Ron&Luna (esta no es extraña... pero no sabía con quien emparejarlo xD), Neville&Cho (lo sé, lo sé... no pegan... xDDDDD) y todavía tengo que pensar más. Si sabéis alguna otra combinación que sea rara, decídmelo!

Gracias a todos los que leen el fic y me dejan rvws!!

Contestaciones:

Noctis: Gracias por tus dos reviews!!! Que buena eres!!

Lira Garbo: No, no es ni asma ni tifus... todavía no sé si esa enfermedad será mortal o no... mm... tendré que pensarlo, aunque ni siquiera yo misma sé exactamente que es la enfermedad o.oUUU Si el segundo capítulo es pasional este creo que lo supera xD ¡¡Gracias por tus animos!! Así da gusto escribir

Sweet-ally: ¡Mira quien está aquí! ¡Mi queridísima amiga Sweet-ally que pronto seguirá sus fics! verdad?? ¬¬ Cambiando de tema... yo tampoco trago a la Cho tonta.... Es una llorona (vale vale... no es tan llorona... si hasta yo lloró más que ella... pero no delante de la gente ¬¬), pero es muy tonta. Con eso lo digo todo xD tenía que buscar a alguien que los interrumpiera, ¿Quién mejor que ella? Hablando de Cho... en este capítulo también los interrumpe ¬¬ creo ke los dementotes que te iba a mandar a ti si tardas en escribir se los voy a mandar a ella!!! Sobre la "tos" de Hermione.... Jujujujujuju........... sorpresa sorpresa!!!

Kairi Akade: Gracias por tu comentario!!! Aish, la tos de Hermione no es asma... ke va... no le tengo preparado algo tan simple... juju... y Harry hasta que me aburra de escribir sobre él, va a estar de por medio complicando un pokito las cosas (pero poco, ke luego a él lo voy a emparejar con...)

Lanier: No te creas... no me agrada mucho la pareja Ginny&Harry, pero ya he comenzado la trama así, pero yo también estoy de acuerdo en la pareja Luna&Harry

Asil Black: Gracias, wapísima!!!!!

Leonysse Weasley: Si... no hay nadie mejor ke Draco, él es el más guapo, atractivo, misterioso, tierno (cuando kiere, claro...) y de más!!! Y por supuesto que seguiré con Draco&Hermione... este fic es 100 DrHr!!!!!!!!!!!!!!!!!! Nada de HHr!! (Aunque esta pareja también me gusta xD) Solo que tenía que aparecer alguien complicando un poco la cosa (como bien dices, un triangulo amoroso) y ¿Quién mejor que el enemigo más odiado de Draco? Jujujuju.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO ········ Déjenme ReViEWs!!!!!!!!!!!!