En alguna isla del Nuevo Mundo.

"Oye Killer crees que esto le guste a Hawkins" El pelirrojo le enseñó un collar con manchas de sangre.

"Primero deberías limpiar la sangre antes de dárselo" El rubio le aconsejo pasando su dedo por la sangre.

"Aún está fresca crees que lo utilice para algún ritual?" El se burló guardando el objeto.

Habían destruido un pueblo que se burlo de uno de sus hombres, se merecían la muerte por burlarse de su gente y lanzarles tomates.

Después de unos meses de matrimonio se le hizo costumbre agarrar algunos tesoros extras pasa enviarles a Hawkins, al principio fue idea de Killer hacer eso para tener una relación más estable obviamente se quejó, ella es lo suficientemente capaz de manterse sola.

Al final lo hizo como cortesía, sin darse cuenta se le hizo costumbre hacer eso.

Después de cargar al Victoria Punk partieron a una nueva isla, estaban conquistando al nuevo mundo y nadie lo detendría en su sueño de ser rey de los piratas.

Ya se podía imaginar la fama que ganaría, sería tan conocido como Gol Roger incluso más cuando encuentre su tesoro.

Soltó una risa mientras limpiaba la sangre de la esmeralda, los pueblerinos tenían buen gusto en joyas y ropa.

Tal vez un día de esos se encuentre con algún noble que necesite una paliza.

"Esta cosa se verá bien en ella, oh si se verá hermosa" El murmuro eso sin pensarlo, su imaginación ya trabajaba en visualizar a su esposa con ese collar.

Se pregunta cómo se vería si fuera con su estilo punk, camisa negra tal vez con escote sin sujetador con medias de diamantes, una faldita junto a un maquillaje que combine con sus ojos y su cabello amarró en una cola de caballo.

Se cubrió la boca para no decir "bonita" su cara se había sonrojado al imaginarse, le pediré que modele para el usando esa ropa como regalo de cumpleaños.


En el Grudge Dolph.

Hawkins se encontraba haciendo sus actividades normales, revisando nuevamente sus cartas tras darse un baño.

Pronto regresarían a su isla, después de vencer a Barbamarron reclamo la parte más desolada de la isla para su tripulación, los pueblerinos lo dejaron ya que no los molestaría ni revelaría que esa era su base para evitar ataques.

Una gaviota con una caja de cartón estaba fuera de su ventana tocandola con su pico, abrió la ventana y la gaviota entro dejando el paquete.

"Es para mi, gracias gaviota" Le dio un pedazo de pan que tenía, el animal se fue volando feliz.

Abrió el paquete viendo unas joyas pulidas junto a una carta.

"Son joyas que me sobraron, puedes quedarte con todas -Kid" Volteo la carta viendo varios rayones sobre palabras, podía distinguir belleza bonita y sangrienta, una sonrisa se forma en su rostro.

Guardo la carta en un lugar especial y acomodo sus nuevas joyas con las otras, mientras leía un libro sobre las brujas de Salem su den den mushi empezó a sonar.

"Hey Hawkins recibiste mi paquete?"

"Hola Kid, si recibe tu paquete gracias por los obsequios los aprecio mucho"

Los dos empezaron hablar poniéndose al corriente de sus vidas.

"Tú destino es interesante Kid, espero poder pasarlo contigo"

"Mientras seas mi esposa y no me traiciones eso pasara, somos piratas pero hay un código de honor entre nosotros"

"No somos seres de luz ni oscuridad, puedes seguir contándome más de tus aventuras"

El den den mushi puso una sonrisa orgullosa, ella desimuló su sonrisa escuchándolo mientras veía sus cartas.

La felicidad es pasajera, el cambio de mes llegó y una fecha en particular también lo hizo.


En ese mes por esos días fue donde se revelo contra la "realeza" de su hogar y perdió a una querida amiga de la cual se había enamorado, como odiaba esos días donde sus amargos recuerdos lo molestaban sin parar.

Aun extraña a Victoria, se dice que el primer amor nunca se olvida, son puras estupideces para él pero eso no significa que no sea cierto ese dicho.

Esas botellas de alcohol serían su perdición por esos días, no había nada bueno en los mares o islas que asaltar.

Paralelamente a eso Hawkins fijo su rumbo hacia su isla.