El secreto
Autor: Lorien Lupin
Disclaimer: Los personajes que aparecen en este fic pertenecen a los libros de J. K. Rowling y son propiedad de Warner Brothers. Nota de la autora: Todos menos Chacel Atwood, Linn Albee y uno que otro estudiante o profesor que pueda aparecer. Esos personajes sí son míos, pero que si gustan pueden usarlos; no me importa mucho. Este fic esta ambientado en la época en que los merodeadores aun estaban en Hogwarts y el personaje principal es Remus Lupin y este fic no es slash. A pesar de que no tengo mucha experiencia en esto de los fics espero que disfruten de este. Algo del argumento: Desde que les contó de su condición de licántropo, Remus jamás les ha guardado secretos a sus amigos, pero ahora no esta actuando como siempre y parece que prefiere ocultarles la razón. Ninguno de sus amigos planea olvidar el secreto del joven lobo.
Introducción (N.A. el primer capítulo esta más abajo, esto no es mucho, lo prometo)
El otoño no llegaba todavía y el calor, aunque ya no era tan extremo como hacía un mes, aun continuaba. El follaje aun era verde y los estudiantes de Hogwarts aun andaban por los terrenos de la escuela sin el abrigo de sus capas. Cuatro chicos cruzaban el prado rumbo al castillo, después de su primera clase de la tarde. Cuidado de criaturas mágicas era una clase entretenida estudiaban animales muy interesantes y peligrosos a veces, pero lo más entretenido era ver al profesor en acción. Él pobre hombre se lastimaba muy seguido y sus accidentes eran siempre muy extraños, esta vez un unicornio lo había embestido, su cuerno se atascó en la túnica del profesor, que fue arrastrado por el animal cerca de cinco metros hasta donde se encontraba un enorme panal de avispas, que obviamente se molestaron por la destrucción de su hogar. Las avispas lo picaron hasta dejarlo bastante feo, en realidad no se había lastimado mucho, pero aun así la clase había sido suspendida por el día. La enfermera de la escuela no había podido hacer mucho por la picazón y las feas manchas rojas que tenía el profesor en la cara y los brazos, que según la señorita Pomfrey tendrían que desaparecer solas, aunque en un tiempo menor del requerido gracias a la magia.
¿Cómo se las ingenia para sobrevivir a su cargo? - rió Peter mientras se alejaban del corral rumbo a la sala común de Gryffindor, la clase de esa tarde había terminado una hora antes. Supongo que a pesar de todo, tiene suerte - dijo Sirius aun riéndose. Suerte, ¡por favor! El pobre hombre no puede sentarse a comer sin sufrir un accidente - le replicó Remus que también seguía riéndose. Sí, pero hay pocos que sobrevivirían a todo lo que él a sobrevivido ¿no es cierto? - dijo James que también reía. Pero ya en serio chicos, ¿creen que estará bien? Cómo que el profesor estaba más alterado que lo usual, ¿no creen? - preguntó Peter. No se lastimó de verdad, lo mandó a decir la enfermera con esa alumna, pero se debe haber asustado - dijo Remus. Sí, eso es cierto - afirmaron los otros tres. Después de varios años de enseñar la asignatura de cuidado de criaturas mágicas, el profesor se había vuelto muy miedoso.
Los cuatro seguían caminando rumbo al castillo, conversando de que casi siempre salían antes de esa clase debido a los accidentes del maestro; cuando se acercó un muchacho de grasoso cabello negro y rostro cetrino acompañado de otros tres muchachos, uno de cabello rubio platino y cara pálida que miró con expresión de asco a los cuatro amigos, y otros dos bastantes grandes y con cara de tontos.
¿Por qué esa cara Lucius, te apesta algo? ¡Oh ya veo! Severus te dije que debías bañarte de vez en cuando - bromeó James mientras se abanicaba con la mano como si algo apestara, cuando los cuatro muchachos llegaron a su lado. ¡Cállate cuatro ojos! - respondió el Severus, con cara de desprecio. Que original Sev, derrochas ingenio, y tu Lucy, siempre tan elocuente - dijo Sirius con sorna. Silencio Black, ya vámonos chicos - dijo Lucius y emprendió el camino acompañado de sus amigos. Sus primeras palabras, que orgullo - bromeó Peter. Y solamente le tomo dieciséis años - secundó Remus secándose una lagrima imaginaria. Ya vámonos, quiero llegar a la sala común antes de que empiece la siguiente clase - dijo James empezando a caminar otra vez.
En su camino a la sala común muchas chicas los saludaban de lejos, les sonreían o se acercaban a entablar conversación con ellos. Los cuatro eran los chicos más populares del colegio y aprovechaban al máximo esa posición. James Potter era jugador en el equipo de quidditch de Gryffindor y se había ganado admiradores por lo bueno que era en ese deporte mágico, tenía el cabello negro azabache y los ojos pardos, y como además era muy guapo tenía mucho éxito con las chicas. Sirius Black era el mejor amigo de James, tenía el cabello castaño oscuro y los ojos azules y, era alto, de complexión atlética y bastante rebelde. Y como también era muy atractivo, las chicas lo consideraban casi irresistible. Junto a ellos caminaba Remus Lupin, él era pálido, tenía el cabello castaño claro y los ojos color miel y era también bastante apuesto. Era mucho más serio que sus amigos y también un poco más alto que ellos, lo que lo hacía parecer en conjunto mucho mayor de lo que era, las alumnas de Hogwarts (e incluso algunas que no eran alumnas), lo encontraban interesante y misterioso, y muchas de ellas lo perseguían para que él se fijara en ellas, a pesar de esto él muchacho no había tenido una relación sentimental en más de un año. Sus amigos en cambio habían tenido muchas más novias que las que un chico normal tiene en toda la secundaria Si bien sus amigos eran más atractivos que él, Peter también tenía muchas chicas detrás, era algo más bajo que sus amigos, tenía el cabello claro y lacio, y un rostro de niño dulce que explotaba a su favor.
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El secreto
Capítulo I: La extraña actitud de Lunático
En el dormitorio de séptimo año.
Era de mañana, tres de los cinco chicos del dormitorio del séptimo curso ya estaban despiertos. James aun estaba en la cama con su pijama, pero ya se había puesto los anteojos, su cabello negro y siempre desordenado le caía en la cara por mechones que él apartaba con algo de impaciencia, peinarse hacía atrás era inútil, el cabello siempre volvía a su rostro, por suerte el cabello en desorden se le veía bien, porque a sus dieciséis años estaba convencido de que no tenía arreglo. Estaba sentado a los pies de su cama, que ya tenía las cortinas corridas, con sus piernas cruzada como indio y conversaba con dos de sus tres mejores amigos. Sirius estaba sentado a los pies de su cama con los pies descalzos apoyados en el piso, su cama estaba al lado de la de James, separada de esta por una gran ventana bajo la cual había una mesa angosta. Frente a Sirius se encontraba Peter aun metido entre las sabanas, estaba boca arriba a los pies de la cama, con la cabeza saliendo de una maraña de mantas y colgando hacia fuera tan cerca del piso que su cabello castaño y lacio tocaba el suelo. Las otras dos camas seguían con las cortinas cerradas y sin señal de movimiento.
¡Por Dios santo! ¿Hasta cuando piensan dormir esos dos? - dijo de pronto Sirius mientras se sacaba de la cara su largo cabello castaño oscuro y observaba las cortinas cerradas de las otras dos camas del dormitorio. Como en respuesta a su pregunta una voz salió desde detrás de una de las cortinas aun corridas. Buenos días - dijo la voz y las cortinas de la cama se corrieron dejando ver a un muchacho de cabello rubio y ojos verdes - ¿aun no se van a alistar? Se les va a hacer tarde, como siempre - dijo el muchacho mientras se le levantaba, cogía su cepillo de dientes y salía del dormitorio rumbo al baño. ¡Vaya! - dijo Peter mientras observaban salir a su compañero - Harris esta cada vez peor, de seguro piensa pasar por la biblioteca antes de las clases. Sí, es probable Peter, pero es que a él le preocupan sus estudios, deberíamos seguir su ejemplo - dijo James con voz burlona y pasándose una mano por el desordenado cabello negro. Sí, es un idiota, pero dejemos ese tema. Daniel Harris me aburre - dijo Sirius con algo de impaciencia en la voz y luego con voz risueña - ¿qué dicen, despertemos a la bella durmiente? A Remus no le va a gustar - dijo Peter con indiferencia. Que importa eso, nuestro lobo esta que hiberna desde hace una semana y ni siquiera a llegado el otoño - dijo Sirius tomando la jarra con agua de la mesa que estaba bajo la ventana y acercándose a la cama de Remus, con la mano que le quedaba libre corrió la cortina.
Echado en la cama estaba un muchacho alto y esbelto de cabellos castaños bastante claros, que dormía hecho un ovillo en borde superior de su cama.
Jaja, - río James al ver a su amigo - no sé por que tiene la cama, dormiría igual de cómodo en una silla. Es increíble lo mucho que puede encogerse- dijo Peter mirando extrañado a Remus - quien diría que en realidad es tan alto. Despierta hermosura - bromeó Sirius y a continuación vació la jarra completa en la cabeza del durmiente.
Con sobresalto Remus se sentó en su cama y miró con confusión a su alrededor con el cabello castaño claro aun chorreando agua.
¿Qué caraj.?- dijo Remus para luego fijar su mirada en Sirius que tenía la jarra vacía en la mano, él escondió la jarra al ver la expresión de desconcierto de Remus convertirse en una mirada feroz - ¡Sirius! - gritó Remus mientras se lanzaba como un monstruo tras su amigo, que huyó de él mientras se reía como loco. Lo siento Remus, de verdad que sí - mintió Sirius cuando su amigo lo alcanzó por fin y lo arrojó contra un sillón de la sala común, intentando ahorcarlo. Que tiernos - dijo una chica desde el otra lado de la sala común - sabía que eran unidos pero no tenía idea de cuanto.
Remus se apartó al instante y su mirada se detuvo en la muchacha que les había hablado, tenía el cabello negro y lacio, y lo usaba corto y con cerquillo, sus ojos azules brillaban divertidos mientras ella sonreía a los dos muchachos, Remus pareció incomodo por un instante, pero nadie lo notó.
Hola Linn - saludo Remus tranquilamente mientras ayudaba a Sirius a ponerse de pie. Eres un salvaje Rem - dijo Sirius sobándose el cuello - hola Linn, madrugaste ¿verdad? - dijo Sirius al ver a la muchacha ya cambiada y regresando a la sala común.
Ella le devolvió el saludo amablemente y le respondió, pero todo sin mirarlo, por el momento sus ojos se posaban en su amigo y ella sonreía entre divertida y avergonzada; él siguió la mirada de la chica y calló en la cuenta de cómo estaba vestido Remus o más bien de lo poco vestido que estaba. Se había olvidado por completo de cómo dormía, y Remus que últimamente andaba algo distraído, parecía haberlo olvidado también. Estaba muy tranquilo, de pie, en medio de la sala, vestido únicamente con unos boxers negros.
¡Rem! - dijo Sirius en susurro rápido. ¿Qué?
Sirius le contestó señalando disimuladamente hacía sus piernas. Remus pareció no entender pero segundos después sus ojos se abrían un poco más, acababa de recordar como era su ropa de dormir, en ese momento estallaban risas. James y Peter se partían de risa apoyados en la baranda de la escalera y había gente que empezaba a asomarse desde sus dormitorios para ver que pasaba y empezaba a reír también. Sirius también se reía pero disimuladamente. Remus primero pareció un poco avergonzado, pero luego se encogió de hombros y su rostro adquirió una expresión indiferente.
Que más da - dijo con indiferencia - nos vemos luego Linn, como ves aun tengo que vestirme - se despidió Remus antes de empezar a subir con paso lento y seguro hacía su dormitorio. Que sinvergüenza eres - le dijo Peter entre risas cuando Remus los alcanzó. No hay nada en este lindo cuerpo de lo que estar avergonzado - dijo Remus con una sonrisa arrogante en su rostro - además cuando hace calor usualmente duermo como vine al mundo, así que esto no es nada. Que horror - dijeron entre risas sus tres amigos. Recuérdame no despertarte bruscamente otra vez mientras aun estemos en verano, no quiero verte con tu traje de nacimiento - rió Sirius.
Los cuatro entraron al cuarto pero solamente para sacar sus cepillos de dientes y para que Remus se pusiera algo de ropa. Aun tenían que bañarse y cambiarse para bajar a desayunar antes de ir a clase y si no lo hacían rápido no les alcanzaría el tiempo para hacer las tres y de seguro se quedarían sin desayunar (no ducharse no era una opción). Cuando todavía estaban en el dormitorio llegó Daniel, tenía el cabello mojado y su cepillo de dientes en la mano, tardó en cambiarse el mismo tiempo que Remus a pesar de que tenía más cosas que ponerse, se cepillo rápidamente, cogió unos cuadernos y salió del cuarto antes que ellos mientras se despedía con la mano.
Remus por el amor de Dios, ¿para qué te peinas si te vas a duchar? - preguntó James con algo de impaciencia - Daniel ya acabó y eso que se viste como si fuera esquimal; polo, pantalón, camisa, chaleco y encima la túnica, luego arreglarse, agarrar sus libros y su varita y aun así terminó antes que tú, que solamente tienes que ponerte un pantalón de buzo y una camiseta, ya pareces Sirius. Daniel es feo y le cae mal a todo el mundo por sabihondo, por lo tanto no se tiene que arreglar - dijo Remus tranquilamente y como quien dice algo muy obvio - yo por el contrario tengo una imagen que mantener, gente que me admira y para eso debo conservarme guapo, además Sirius es mil veces peor - dijo Remus teatralmente. Vaya un vanidoso - dijo Sirius riéndose - y además yo también tengo razones para actuar como lo hago - dijo luego con una sonrisa arrogante - vámonos "guapo" - dijo con sarcasmo - que se nos hace tarde y hoy quiero desayunar porque tengo hambre - dijo Sirius agarrándolo de un brazo y arrastrándolo fuera de la habitación.
Los cuatro sabían como era realmente Remus así que no les molestaba su vanidad, sabían que todo era broma y que su amigo era en verdad un muchacho muy sencillo.
Claro que tienes hambre, ayer no te apareciste en la cena - dijo la voz de Peter con voz de sospecha cuando ya todos estaban en las duchas. - Sí ¿dónde estuvo Canuto? - preguntó Remus desde su ducha, en el mismo tono. - Y ¿con quién? Me atrevería a preguntar - terció James con voz pícara mientras se restregaba la rebelde cabellera. Mis queridos merodeadores, me ofenden sus sospechas, estaba dando un paseo con una amiga, eso es todo - mintió Sirius en un tono que no pretendía engañar a nadie. Nueva o ya te la has llevado antes "de paseo" - preguntó la voz de Remus que en ese momento terminaba su última lavada de cabello y salía de la ducha casi al mismo tiempo que James y Peter. Una nueva, pero chicos esperen que ya terminé, me seco y les cuento.
Ya secos y cambiados los cuatro chicos bajaron a desayunar; en cuanto entraron en el comedor se cruzaron con Linn que los saludó y siguió su camino no sin antes mirar a Remus significativamente.
Lunático, amigo mío creo que esa es una ovejita que quiere caer en tus garras - comentó Sirius en voz baja. No, solamente quiere ser amable - contestó Remus sin ningún sarcasmo en su voz.
Los otros tres se miraron con mal disimulado asombro, mientras se sentaban en la mesa de Gryffindor.
De cuando acá tu tan inocente - preguntó James con sarcasmo. No estoy siendo inocente, les digo que no puede ser - volvió a decir Remus. Hay algo que no nos estas contando - dijo Peter con cara de sospecha mientras se sentaban a desayunar. No es eso, pero la conozco un poco más que ustedes y sé que no le gusto, eso es todo - volvió a decir mientras jugueteaba con un plato de cereal que nunca llegó a comerse.
Aunque la voz de Remus sonaba muy segura, sus amigos se dieron cuenta que él les estaba mintiendo y siguieron preguntando, pero Remus mantuvo su versión; y como él siempre decía que "aunque te hayan encontrado infraganti, niégalo y a la larga convencerás a todos de que vieron mal" ellos sabían que tenían muy pocas oportunidades de que él hablara. Aun así siguieron insistiendo, Lunático jamás les ocultaba nada, además de eso del hombre lobo que fue porque recién se conocían. A partir de ese momento siempre les contó todo lo que le sucedía: los problemas en su casa, sus conquistas, les había dicho cuando en el tercer curso se enamoró por primera vez y que esa chica tenía novio, incluso se los contó antes de decirle nada a la chica misma. Había llegado a contarles cuando, donde y con quien perdió la virginidad durante las vacaciones de Navidad del quinto curso, así que a ellos no les entraba en la cabeza que ahora les estuviera ocultando algo y estaban convencidos que tarde o temprano hablaría.
Cuando entraron a clase, tuvieron que guardar silencio porque el profesor de historia de la magia los escuchó y los mandó a callar después de quitarles diez puntos a cada uno de los tres, el profesor de pociones tampoco fue muy indulgente con eso de la conversación a pesar de que los apreciaba mucho y prometió quitarles puntos si continuaban hablando, y todo en vano pues Remus no había abierto la boca ni una sola vez. Pero apenas salieron de clase ellos empezaron nuevamente.
Vamos Remus, tu nos estas ocultando algo - dijo Sirius enérgicamente - últimamente has estado muy extraño, antes no lo habíamos notado pero estuvimos hablando y nos dimos cuenta de que has estado algo deprimido esta última semana, tu solamente duermes tanto cuanto estas deprimido o preocupado, además estas comiendo poco cuando tu normalmente tragas como bestia, esta mañana no probaste bocado y no has estado almorzando casi nada. Si Rem, antes era curiosidad pero ahora nos estamos preocupando - dijo James con voz seria. Habla hombre, que no puede ser tan malo como para que no lo compartas con tus amigos - terció Peter. ¡Carajo, déjenme en paz! - gritó Remus con una voz tan enojada que las personas que estaban a su alrededor voltearon a mirar que sucedía y luego ante la mirada asombrada de todos se levantó de la mesa y salió solo del comedor casi sin haber tocado su almuerzo.
Era algo extraño para todos, los merodeadores jamás peleaban y además Remus Lupin jamás alzaba la voz. Para sus tres amigos eso también fue una sorpresa.
¿Qué rayos le pasa? Él jamás se enoja de verdad, y menos con nosotros - dijo Peter extrañado al ver salir a Remus por la puerta. A lo mejor insistimos mucho, no le gusta que lo presionen - dijo James pensativo. Puede ser que tengas razón Cornamenta, mejor lo dejamos en paz un rato, ya se le pasará - dijo Sirius de repente muy serio - pero si no nos cuenta en unos días lo tendremos que averiguar, puede ser algo grave, él nunca nos oculta nada, ni siquiera las cosas más privadas. Chicos ¿qué pasó con Remus? ¿Por qué estaba tan molesto? - preguntó Homer Grant, el capitán del equipo de quidditch de Ravenclaw que se había acercado a la mesa de Gryffindor para ver que había sucedido. Nada, que lo estamos molestando con algo desde hace unos días y al parecer ya se le acabo la paciencia, ya se le pasará - dijo Sirius fingiendo indiferencia. ¡Ha! - dijo Homer con algo de decepción, parecía esperar un mejor chisme - nunca lo había visto enojado, pone una cara que da miedo ¿no? - dijo después con buen humor.
Grant se fue poco después de eso, luego se siguieron acercando algunos chicos y chicas que también querían saber que había pasado, ellos dijeron lo mismo a todos y comiendo lo más rápido posible, se fueron del comedor.
¿Dónde creen que esté? - preguntó James Quizá leyendo, cuando esta enfadado se esconde en la biblioteca - dijo Sirius.
Él conocía a Remus un poco mejor que sus dos amigos, había sido Sirius el primero en acercarse a él y darse cuenta de que no era tan huraño como parecía y también había sido él quien se había dado cuenta primero que Remus ocultaba algo, que luego resulto ser su condición de hombre lobo. Remus siempre era algo distante, a pesar de que lo disimulaba muy bien, y aunque Sirius sabía que lunático confiaba en ellos, también sabía que evitaba sus problemas hasta que ellos lo obligaban a afrontarlos y Sirius estaba permanentemente tratando de descubrir esos problemas con los que su amigo no quería lidiar.
¿Lo buscamos? - preguntó Peter después de un rato de silencio. No hay que dejarlo solo un rato, lo veremos en clase de adivinación - dijo James y empezó a caminar hacía la sala común, aun les quedaba una hora hasta las clases de la tarde.
La hora pasó y Remus no se apareció por la sala común, los tres amigos no se preocupaban, necesitaba estar solo y de seguro estaría leyendo en algún lugar. Fueron a buscar sus libros y salieron de la sala común rumbo a la torre norte. Cuando ya estaban en el salón se apareció Remus, tenía otra vez su expresión serena y su sonrisa alegre e impenetrable de siempre, se sentó en el sillón vacío que estaba junto a Peter, sacó su libro y dejó la mochila bajo la mesa.
Llega tarde señor Lupin - dijo la profesora Atwood con una mirada de desaprobación. Lo lamento mucho, señorita - dijo Remus con una sonrisa de niño travieso que era francamente adorable. Esta bien, pero que no vuelva a pasar a menos que tenga una buena excusa - dijo ella sonriendo a su vez. La profesora Atwood era una mujer muy bonita, era joven, como de veinticuatro años, tenía el cabello rubio y ojos color verde; y mostraba a veces una obvia inclinación hacía Remus. Quizá porque él era el único de los alumnos de su clase que no ironizaba la materia. Claro maestra- dijo Remus - hola chicos, me perdí de algo - dijo luego Remus volteando a mirar a sus amigos. No - dijeron los tres al unísono. Aun no a empezado la clase - agregó Peter. Lamento haberles gritado en el almuerzo, me dolía la cabeza y me alteré un poco - dijo Remus un poco avergonzado. No te preocupes, lo entendemos - dijo James. Si, además nosotros te estuvimos molestando - dijo Peter. No fue culpa tuya precioso - dijo Sirius con una sonrisa, hablando con voz de chica y mandándole un beso con la mano. Jaja - se rió Remus algo más alegre - que tonto eres.
Después de eso el día transcurrió normalmente y Remus volvió a ser el mismo de antes, al menos en apariencia. Sus amigos, seguían de acuerdo en que él ocultaba algo, pero decidieron darle la oportunidad de decírselos él mismo y prefirieron fingir que nada había sucedido.
Fin del capítulo I.
Nota de la autora: Espero que les haya gustado, en el de hoy no pasó mucho pero al menos sabemos que Remus oculta algo, es bastante obvio que puede ser pero hay otra cosa, no la tan obvia que también oculta el lobito, además este fic sienta las bases para la trama, en el siguiente capítulo el asunto se complica. Por favor dejen reviews o mándenlos por e-mail a: charo19@mixmail.com Lorien Lupin
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Autor: Lorien Lupin
Disclaimer: Los personajes que aparecen en este fic pertenecen a los libros de J. K. Rowling y son propiedad de Warner Brothers. Nota de la autora: Todos menos Chacel Atwood, Linn Albee y uno que otro estudiante o profesor que pueda aparecer. Esos personajes sí son míos, pero que si gustan pueden usarlos; no me importa mucho. Este fic esta ambientado en la época en que los merodeadores aun estaban en Hogwarts y el personaje principal es Remus Lupin y este fic no es slash. A pesar de que no tengo mucha experiencia en esto de los fics espero que disfruten de este. Algo del argumento: Desde que les contó de su condición de licántropo, Remus jamás les ha guardado secretos a sus amigos, pero ahora no esta actuando como siempre y parece que prefiere ocultarles la razón. Ninguno de sus amigos planea olvidar el secreto del joven lobo.
Introducción (N.A. el primer capítulo esta más abajo, esto no es mucho, lo prometo)
El otoño no llegaba todavía y el calor, aunque ya no era tan extremo como hacía un mes, aun continuaba. El follaje aun era verde y los estudiantes de Hogwarts aun andaban por los terrenos de la escuela sin el abrigo de sus capas. Cuatro chicos cruzaban el prado rumbo al castillo, después de su primera clase de la tarde. Cuidado de criaturas mágicas era una clase entretenida estudiaban animales muy interesantes y peligrosos a veces, pero lo más entretenido era ver al profesor en acción. Él pobre hombre se lastimaba muy seguido y sus accidentes eran siempre muy extraños, esta vez un unicornio lo había embestido, su cuerno se atascó en la túnica del profesor, que fue arrastrado por el animal cerca de cinco metros hasta donde se encontraba un enorme panal de avispas, que obviamente se molestaron por la destrucción de su hogar. Las avispas lo picaron hasta dejarlo bastante feo, en realidad no se había lastimado mucho, pero aun así la clase había sido suspendida por el día. La enfermera de la escuela no había podido hacer mucho por la picazón y las feas manchas rojas que tenía el profesor en la cara y los brazos, que según la señorita Pomfrey tendrían que desaparecer solas, aunque en un tiempo menor del requerido gracias a la magia.
¿Cómo se las ingenia para sobrevivir a su cargo? - rió Peter mientras se alejaban del corral rumbo a la sala común de Gryffindor, la clase de esa tarde había terminado una hora antes. Supongo que a pesar de todo, tiene suerte - dijo Sirius aun riéndose. Suerte, ¡por favor! El pobre hombre no puede sentarse a comer sin sufrir un accidente - le replicó Remus que también seguía riéndose. Sí, pero hay pocos que sobrevivirían a todo lo que él a sobrevivido ¿no es cierto? - dijo James que también reía. Pero ya en serio chicos, ¿creen que estará bien? Cómo que el profesor estaba más alterado que lo usual, ¿no creen? - preguntó Peter. No se lastimó de verdad, lo mandó a decir la enfermera con esa alumna, pero se debe haber asustado - dijo Remus. Sí, eso es cierto - afirmaron los otros tres. Después de varios años de enseñar la asignatura de cuidado de criaturas mágicas, el profesor se había vuelto muy miedoso.
Los cuatro seguían caminando rumbo al castillo, conversando de que casi siempre salían antes de esa clase debido a los accidentes del maestro; cuando se acercó un muchacho de grasoso cabello negro y rostro cetrino acompañado de otros tres muchachos, uno de cabello rubio platino y cara pálida que miró con expresión de asco a los cuatro amigos, y otros dos bastantes grandes y con cara de tontos.
¿Por qué esa cara Lucius, te apesta algo? ¡Oh ya veo! Severus te dije que debías bañarte de vez en cuando - bromeó James mientras se abanicaba con la mano como si algo apestara, cuando los cuatro muchachos llegaron a su lado. ¡Cállate cuatro ojos! - respondió el Severus, con cara de desprecio. Que original Sev, derrochas ingenio, y tu Lucy, siempre tan elocuente - dijo Sirius con sorna. Silencio Black, ya vámonos chicos - dijo Lucius y emprendió el camino acompañado de sus amigos. Sus primeras palabras, que orgullo - bromeó Peter. Y solamente le tomo dieciséis años - secundó Remus secándose una lagrima imaginaria. Ya vámonos, quiero llegar a la sala común antes de que empiece la siguiente clase - dijo James empezando a caminar otra vez.
En su camino a la sala común muchas chicas los saludaban de lejos, les sonreían o se acercaban a entablar conversación con ellos. Los cuatro eran los chicos más populares del colegio y aprovechaban al máximo esa posición. James Potter era jugador en el equipo de quidditch de Gryffindor y se había ganado admiradores por lo bueno que era en ese deporte mágico, tenía el cabello negro azabache y los ojos pardos, y como además era muy guapo tenía mucho éxito con las chicas. Sirius Black era el mejor amigo de James, tenía el cabello castaño oscuro y los ojos azules y, era alto, de complexión atlética y bastante rebelde. Y como también era muy atractivo, las chicas lo consideraban casi irresistible. Junto a ellos caminaba Remus Lupin, él era pálido, tenía el cabello castaño claro y los ojos color miel y era también bastante apuesto. Era mucho más serio que sus amigos y también un poco más alto que ellos, lo que lo hacía parecer en conjunto mucho mayor de lo que era, las alumnas de Hogwarts (e incluso algunas que no eran alumnas), lo encontraban interesante y misterioso, y muchas de ellas lo perseguían para que él se fijara en ellas, a pesar de esto él muchacho no había tenido una relación sentimental en más de un año. Sus amigos en cambio habían tenido muchas más novias que las que un chico normal tiene en toda la secundaria Si bien sus amigos eran más atractivos que él, Peter también tenía muchas chicas detrás, era algo más bajo que sus amigos, tenía el cabello claro y lacio, y un rostro de niño dulce que explotaba a su favor.
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El secreto
Capítulo I: La extraña actitud de Lunático
En el dormitorio de séptimo año.
Era de mañana, tres de los cinco chicos del dormitorio del séptimo curso ya estaban despiertos. James aun estaba en la cama con su pijama, pero ya se había puesto los anteojos, su cabello negro y siempre desordenado le caía en la cara por mechones que él apartaba con algo de impaciencia, peinarse hacía atrás era inútil, el cabello siempre volvía a su rostro, por suerte el cabello en desorden se le veía bien, porque a sus dieciséis años estaba convencido de que no tenía arreglo. Estaba sentado a los pies de su cama, que ya tenía las cortinas corridas, con sus piernas cruzada como indio y conversaba con dos de sus tres mejores amigos. Sirius estaba sentado a los pies de su cama con los pies descalzos apoyados en el piso, su cama estaba al lado de la de James, separada de esta por una gran ventana bajo la cual había una mesa angosta. Frente a Sirius se encontraba Peter aun metido entre las sabanas, estaba boca arriba a los pies de la cama, con la cabeza saliendo de una maraña de mantas y colgando hacia fuera tan cerca del piso que su cabello castaño y lacio tocaba el suelo. Las otras dos camas seguían con las cortinas cerradas y sin señal de movimiento.
¡Por Dios santo! ¿Hasta cuando piensan dormir esos dos? - dijo de pronto Sirius mientras se sacaba de la cara su largo cabello castaño oscuro y observaba las cortinas cerradas de las otras dos camas del dormitorio. Como en respuesta a su pregunta una voz salió desde detrás de una de las cortinas aun corridas. Buenos días - dijo la voz y las cortinas de la cama se corrieron dejando ver a un muchacho de cabello rubio y ojos verdes - ¿aun no se van a alistar? Se les va a hacer tarde, como siempre - dijo el muchacho mientras se le levantaba, cogía su cepillo de dientes y salía del dormitorio rumbo al baño. ¡Vaya! - dijo Peter mientras observaban salir a su compañero - Harris esta cada vez peor, de seguro piensa pasar por la biblioteca antes de las clases. Sí, es probable Peter, pero es que a él le preocupan sus estudios, deberíamos seguir su ejemplo - dijo James con voz burlona y pasándose una mano por el desordenado cabello negro. Sí, es un idiota, pero dejemos ese tema. Daniel Harris me aburre - dijo Sirius con algo de impaciencia en la voz y luego con voz risueña - ¿qué dicen, despertemos a la bella durmiente? A Remus no le va a gustar - dijo Peter con indiferencia. Que importa eso, nuestro lobo esta que hiberna desde hace una semana y ni siquiera a llegado el otoño - dijo Sirius tomando la jarra con agua de la mesa que estaba bajo la ventana y acercándose a la cama de Remus, con la mano que le quedaba libre corrió la cortina.
Echado en la cama estaba un muchacho alto y esbelto de cabellos castaños bastante claros, que dormía hecho un ovillo en borde superior de su cama.
Jaja, - río James al ver a su amigo - no sé por que tiene la cama, dormiría igual de cómodo en una silla. Es increíble lo mucho que puede encogerse- dijo Peter mirando extrañado a Remus - quien diría que en realidad es tan alto. Despierta hermosura - bromeó Sirius y a continuación vació la jarra completa en la cabeza del durmiente.
Con sobresalto Remus se sentó en su cama y miró con confusión a su alrededor con el cabello castaño claro aun chorreando agua.
¿Qué caraj.?- dijo Remus para luego fijar su mirada en Sirius que tenía la jarra vacía en la mano, él escondió la jarra al ver la expresión de desconcierto de Remus convertirse en una mirada feroz - ¡Sirius! - gritó Remus mientras se lanzaba como un monstruo tras su amigo, que huyó de él mientras se reía como loco. Lo siento Remus, de verdad que sí - mintió Sirius cuando su amigo lo alcanzó por fin y lo arrojó contra un sillón de la sala común, intentando ahorcarlo. Que tiernos - dijo una chica desde el otra lado de la sala común - sabía que eran unidos pero no tenía idea de cuanto.
Remus se apartó al instante y su mirada se detuvo en la muchacha que les había hablado, tenía el cabello negro y lacio, y lo usaba corto y con cerquillo, sus ojos azules brillaban divertidos mientras ella sonreía a los dos muchachos, Remus pareció incomodo por un instante, pero nadie lo notó.
Hola Linn - saludo Remus tranquilamente mientras ayudaba a Sirius a ponerse de pie. Eres un salvaje Rem - dijo Sirius sobándose el cuello - hola Linn, madrugaste ¿verdad? - dijo Sirius al ver a la muchacha ya cambiada y regresando a la sala común.
Ella le devolvió el saludo amablemente y le respondió, pero todo sin mirarlo, por el momento sus ojos se posaban en su amigo y ella sonreía entre divertida y avergonzada; él siguió la mirada de la chica y calló en la cuenta de cómo estaba vestido Remus o más bien de lo poco vestido que estaba. Se había olvidado por completo de cómo dormía, y Remus que últimamente andaba algo distraído, parecía haberlo olvidado también. Estaba muy tranquilo, de pie, en medio de la sala, vestido únicamente con unos boxers negros.
¡Rem! - dijo Sirius en susurro rápido. ¿Qué?
Sirius le contestó señalando disimuladamente hacía sus piernas. Remus pareció no entender pero segundos después sus ojos se abrían un poco más, acababa de recordar como era su ropa de dormir, en ese momento estallaban risas. James y Peter se partían de risa apoyados en la baranda de la escalera y había gente que empezaba a asomarse desde sus dormitorios para ver que pasaba y empezaba a reír también. Sirius también se reía pero disimuladamente. Remus primero pareció un poco avergonzado, pero luego se encogió de hombros y su rostro adquirió una expresión indiferente.
Que más da - dijo con indiferencia - nos vemos luego Linn, como ves aun tengo que vestirme - se despidió Remus antes de empezar a subir con paso lento y seguro hacía su dormitorio. Que sinvergüenza eres - le dijo Peter entre risas cuando Remus los alcanzó. No hay nada en este lindo cuerpo de lo que estar avergonzado - dijo Remus con una sonrisa arrogante en su rostro - además cuando hace calor usualmente duermo como vine al mundo, así que esto no es nada. Que horror - dijeron entre risas sus tres amigos. Recuérdame no despertarte bruscamente otra vez mientras aun estemos en verano, no quiero verte con tu traje de nacimiento - rió Sirius.
Los cuatro entraron al cuarto pero solamente para sacar sus cepillos de dientes y para que Remus se pusiera algo de ropa. Aun tenían que bañarse y cambiarse para bajar a desayunar antes de ir a clase y si no lo hacían rápido no les alcanzaría el tiempo para hacer las tres y de seguro se quedarían sin desayunar (no ducharse no era una opción). Cuando todavía estaban en el dormitorio llegó Daniel, tenía el cabello mojado y su cepillo de dientes en la mano, tardó en cambiarse el mismo tiempo que Remus a pesar de que tenía más cosas que ponerse, se cepillo rápidamente, cogió unos cuadernos y salió del cuarto antes que ellos mientras se despedía con la mano.
Remus por el amor de Dios, ¿para qué te peinas si te vas a duchar? - preguntó James con algo de impaciencia - Daniel ya acabó y eso que se viste como si fuera esquimal; polo, pantalón, camisa, chaleco y encima la túnica, luego arreglarse, agarrar sus libros y su varita y aun así terminó antes que tú, que solamente tienes que ponerte un pantalón de buzo y una camiseta, ya pareces Sirius. Daniel es feo y le cae mal a todo el mundo por sabihondo, por lo tanto no se tiene que arreglar - dijo Remus tranquilamente y como quien dice algo muy obvio - yo por el contrario tengo una imagen que mantener, gente que me admira y para eso debo conservarme guapo, además Sirius es mil veces peor - dijo Remus teatralmente. Vaya un vanidoso - dijo Sirius riéndose - y además yo también tengo razones para actuar como lo hago - dijo luego con una sonrisa arrogante - vámonos "guapo" - dijo con sarcasmo - que se nos hace tarde y hoy quiero desayunar porque tengo hambre - dijo Sirius agarrándolo de un brazo y arrastrándolo fuera de la habitación.
Los cuatro sabían como era realmente Remus así que no les molestaba su vanidad, sabían que todo era broma y que su amigo era en verdad un muchacho muy sencillo.
Claro que tienes hambre, ayer no te apareciste en la cena - dijo la voz de Peter con voz de sospecha cuando ya todos estaban en las duchas. - Sí ¿dónde estuvo Canuto? - preguntó Remus desde su ducha, en el mismo tono. - Y ¿con quién? Me atrevería a preguntar - terció James con voz pícara mientras se restregaba la rebelde cabellera. Mis queridos merodeadores, me ofenden sus sospechas, estaba dando un paseo con una amiga, eso es todo - mintió Sirius en un tono que no pretendía engañar a nadie. Nueva o ya te la has llevado antes "de paseo" - preguntó la voz de Remus que en ese momento terminaba su última lavada de cabello y salía de la ducha casi al mismo tiempo que James y Peter. Una nueva, pero chicos esperen que ya terminé, me seco y les cuento.
Ya secos y cambiados los cuatro chicos bajaron a desayunar; en cuanto entraron en el comedor se cruzaron con Linn que los saludó y siguió su camino no sin antes mirar a Remus significativamente.
Lunático, amigo mío creo que esa es una ovejita que quiere caer en tus garras - comentó Sirius en voz baja. No, solamente quiere ser amable - contestó Remus sin ningún sarcasmo en su voz.
Los otros tres se miraron con mal disimulado asombro, mientras se sentaban en la mesa de Gryffindor.
De cuando acá tu tan inocente - preguntó James con sarcasmo. No estoy siendo inocente, les digo que no puede ser - volvió a decir Remus. Hay algo que no nos estas contando - dijo Peter con cara de sospecha mientras se sentaban a desayunar. No es eso, pero la conozco un poco más que ustedes y sé que no le gusto, eso es todo - volvió a decir mientras jugueteaba con un plato de cereal que nunca llegó a comerse.
Aunque la voz de Remus sonaba muy segura, sus amigos se dieron cuenta que él les estaba mintiendo y siguieron preguntando, pero Remus mantuvo su versión; y como él siempre decía que "aunque te hayan encontrado infraganti, niégalo y a la larga convencerás a todos de que vieron mal" ellos sabían que tenían muy pocas oportunidades de que él hablara. Aun así siguieron insistiendo, Lunático jamás les ocultaba nada, además de eso del hombre lobo que fue porque recién se conocían. A partir de ese momento siempre les contó todo lo que le sucedía: los problemas en su casa, sus conquistas, les había dicho cuando en el tercer curso se enamoró por primera vez y que esa chica tenía novio, incluso se los contó antes de decirle nada a la chica misma. Había llegado a contarles cuando, donde y con quien perdió la virginidad durante las vacaciones de Navidad del quinto curso, así que a ellos no les entraba en la cabeza que ahora les estuviera ocultando algo y estaban convencidos que tarde o temprano hablaría.
Cuando entraron a clase, tuvieron que guardar silencio porque el profesor de historia de la magia los escuchó y los mandó a callar después de quitarles diez puntos a cada uno de los tres, el profesor de pociones tampoco fue muy indulgente con eso de la conversación a pesar de que los apreciaba mucho y prometió quitarles puntos si continuaban hablando, y todo en vano pues Remus no había abierto la boca ni una sola vez. Pero apenas salieron de clase ellos empezaron nuevamente.
Vamos Remus, tu nos estas ocultando algo - dijo Sirius enérgicamente - últimamente has estado muy extraño, antes no lo habíamos notado pero estuvimos hablando y nos dimos cuenta de que has estado algo deprimido esta última semana, tu solamente duermes tanto cuanto estas deprimido o preocupado, además estas comiendo poco cuando tu normalmente tragas como bestia, esta mañana no probaste bocado y no has estado almorzando casi nada. Si Rem, antes era curiosidad pero ahora nos estamos preocupando - dijo James con voz seria. Habla hombre, que no puede ser tan malo como para que no lo compartas con tus amigos - terció Peter. ¡Carajo, déjenme en paz! - gritó Remus con una voz tan enojada que las personas que estaban a su alrededor voltearon a mirar que sucedía y luego ante la mirada asombrada de todos se levantó de la mesa y salió solo del comedor casi sin haber tocado su almuerzo.
Era algo extraño para todos, los merodeadores jamás peleaban y además Remus Lupin jamás alzaba la voz. Para sus tres amigos eso también fue una sorpresa.
¿Qué rayos le pasa? Él jamás se enoja de verdad, y menos con nosotros - dijo Peter extrañado al ver salir a Remus por la puerta. A lo mejor insistimos mucho, no le gusta que lo presionen - dijo James pensativo. Puede ser que tengas razón Cornamenta, mejor lo dejamos en paz un rato, ya se le pasará - dijo Sirius de repente muy serio - pero si no nos cuenta en unos días lo tendremos que averiguar, puede ser algo grave, él nunca nos oculta nada, ni siquiera las cosas más privadas. Chicos ¿qué pasó con Remus? ¿Por qué estaba tan molesto? - preguntó Homer Grant, el capitán del equipo de quidditch de Ravenclaw que se había acercado a la mesa de Gryffindor para ver que había sucedido. Nada, que lo estamos molestando con algo desde hace unos días y al parecer ya se le acabo la paciencia, ya se le pasará - dijo Sirius fingiendo indiferencia. ¡Ha! - dijo Homer con algo de decepción, parecía esperar un mejor chisme - nunca lo había visto enojado, pone una cara que da miedo ¿no? - dijo después con buen humor.
Grant se fue poco después de eso, luego se siguieron acercando algunos chicos y chicas que también querían saber que había pasado, ellos dijeron lo mismo a todos y comiendo lo más rápido posible, se fueron del comedor.
¿Dónde creen que esté? - preguntó James Quizá leyendo, cuando esta enfadado se esconde en la biblioteca - dijo Sirius.
Él conocía a Remus un poco mejor que sus dos amigos, había sido Sirius el primero en acercarse a él y darse cuenta de que no era tan huraño como parecía y también había sido él quien se había dado cuenta primero que Remus ocultaba algo, que luego resulto ser su condición de hombre lobo. Remus siempre era algo distante, a pesar de que lo disimulaba muy bien, y aunque Sirius sabía que lunático confiaba en ellos, también sabía que evitaba sus problemas hasta que ellos lo obligaban a afrontarlos y Sirius estaba permanentemente tratando de descubrir esos problemas con los que su amigo no quería lidiar.
¿Lo buscamos? - preguntó Peter después de un rato de silencio. No hay que dejarlo solo un rato, lo veremos en clase de adivinación - dijo James y empezó a caminar hacía la sala común, aun les quedaba una hora hasta las clases de la tarde.
La hora pasó y Remus no se apareció por la sala común, los tres amigos no se preocupaban, necesitaba estar solo y de seguro estaría leyendo en algún lugar. Fueron a buscar sus libros y salieron de la sala común rumbo a la torre norte. Cuando ya estaban en el salón se apareció Remus, tenía otra vez su expresión serena y su sonrisa alegre e impenetrable de siempre, se sentó en el sillón vacío que estaba junto a Peter, sacó su libro y dejó la mochila bajo la mesa.
Llega tarde señor Lupin - dijo la profesora Atwood con una mirada de desaprobación. Lo lamento mucho, señorita - dijo Remus con una sonrisa de niño travieso que era francamente adorable. Esta bien, pero que no vuelva a pasar a menos que tenga una buena excusa - dijo ella sonriendo a su vez. La profesora Atwood era una mujer muy bonita, era joven, como de veinticuatro años, tenía el cabello rubio y ojos color verde; y mostraba a veces una obvia inclinación hacía Remus. Quizá porque él era el único de los alumnos de su clase que no ironizaba la materia. Claro maestra- dijo Remus - hola chicos, me perdí de algo - dijo luego Remus volteando a mirar a sus amigos. No - dijeron los tres al unísono. Aun no a empezado la clase - agregó Peter. Lamento haberles gritado en el almuerzo, me dolía la cabeza y me alteré un poco - dijo Remus un poco avergonzado. No te preocupes, lo entendemos - dijo James. Si, además nosotros te estuvimos molestando - dijo Peter. No fue culpa tuya precioso - dijo Sirius con una sonrisa, hablando con voz de chica y mandándole un beso con la mano. Jaja - se rió Remus algo más alegre - que tonto eres.
Después de eso el día transcurrió normalmente y Remus volvió a ser el mismo de antes, al menos en apariencia. Sus amigos, seguían de acuerdo en que él ocultaba algo, pero decidieron darle la oportunidad de decírselos él mismo y prefirieron fingir que nada había sucedido.
Fin del capítulo I.
Nota de la autora: Espero que les haya gustado, en el de hoy no pasó mucho pero al menos sabemos que Remus oculta algo, es bastante obvio que puede ser pero hay otra cosa, no la tan obvia que también oculta el lobito, además este fic sienta las bases para la trama, en el siguiente capítulo el asunto se complica. Por favor dejen reviews o mándenlos por e-mail a: charo19@mixmail.com Lorien Lupin
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