El secreto
Autor: Lorien Lupin

Disclaimer: Los personajes que aparecen en este fic pertenecen a los libros de J. K. Rowling y son propiedad de Warner Brothers.

Nota de la autora: Todos los personajes son de quienes ya dije, menos Chacel Atwood, Linn Albee y uno que otro estudiante o profesor que pueda aparecer. Esos personajes sí son míos, pero que si gustan pueden usarlos; no me importa mucho, tan solo díganme que fue de ellos. Este fic esta ambientado en la época en que los merodeadores aun estaban en Hogwarts y el personaje principal es Remus Lupin y este fic no es slash. A pesar de que no tengo mucha experiencia en esto de los fics espero que disfruten de este. De que trata el fic ya lo leyeron al principio del primer capítulo.

Contesto Reviews: Renialt: Gracias por tu review y que bueno que te guste, me alegra decir que ya tengo buena parte pensada y no tardaré demasiado en subir los capítulos. Se pone mejor en el capítulo 2. Sigue enviando reviews. Selene Snape: Gracias a ti también por tu review, planeo continuarlo porque ya sé más o menos que es lo que va a ocurrir, para mí lo más difícil es dar con el argumento y este ya lo tengo. Aunque tengo que decir, que mis intenciones de no centrarme en Remus, fracasaron miserablemente. Sigue enviando reviews.

Capítulo II:

En un pasillo cerca de la sala común de Gryffindor.

Le dijiste algo, ya hablaste con él - preguntó Linn con voz emocionada. No, aun no - dijo Remus con voz extraña, pero la chica pareció no notarlo, sólo captó la respuesta del muchacho, no los gestos con la que fue acompañada, y su rostro mostró una gran decepción - pero es porque no e podido hablar con él a solas, pero hoy lo haré, te lo prometo - se apresuró a decir Remus más dulcemente. Gracias, eres un amor - dijo ella con alegría dándole un beso en la mejilla - ya me voy o no terminaré mi tarea nunca - terminó Linn antes de alejarse de Remus e ir hacía la biblioteca.

Remus la observó un momento y luego bajo la mirada y suspiró, ese movimiento duró sólo un instante y cuando levantó su rostro, este tenía la misma expresión indescifrable de siempre y una sonrisa irónica surcaba sus labios.

Bueno Rem, no puedes evitarlo y ya no puedes retrasarlo más tiempo, así que hazlo pronto - dijo girando el cuello para relajarse y avanzando hacía la sala común de Gryffindor. "Estrellas de colores" - le dijo al retrato de una mujer vestida de rosa, que de inmediato lo dejó pasar - que cursis son las contraseñas últimamente - dijo en voz alta mientras entraba por el agujero del retrato. Todo el mundo es un crítico - se quejó la mujer del retrato - quisiera ver cuantas ideas se te ocurrirían a ti después de unos cuantos cientos de años - le gritó mientras se cerraba para cubrir el agujero nuevamente.

Remus se acercó a una mesa en la que sus amigos hacían la tarea que les habían dejado en adivinación.

Sirius puedo hablar contigo un momento - dijo Remus acercándose a su amigo. Hola Remus, gusto en saludarte, tu siempre tan educado - bromearon Peter y James al ser ignorados por Remus. Hola chicos. Sirius, puedo hablar contigo. Claro - dijo él alejando la mirada de su pergamino. En privado - dijo Remus. Vaya, que misterioso - bromeó Sirius, pero se levantó de inmediato y salieron de la sala común. No se preocupen por nosotros, no queremos saber - volvieron a bromear Peter y James - chicos locos estos - bromeó James antes de que él y Peter volvieran a sus trabajos.

Otra vez en el pasillo, lejos del retrato y de la gente que entraba y salía, Remus se detuvo.

¿Qué pasa Rem? ¿Por qué el misterio? - dijo Sirius sonriente. Recuerdas que tú dijiste que yo le gustaba a Linn, pero yo te dije que eso no era posible - dijo Remus lo más naturalmente que pudo. Sí lo recuerdo. ¡Ya sé! Yo tenía razón ¿verdad? Sí le gustas - adivinó Sirius. No, tú le gustas, y le prometí que te preguntaría en privado - dijo Remus con una sonrisa - ya sé que tu no quieres salir con nadie seriamente en estos momentos. Ninguno de nosotros quiere eso, pero le prometí que te diría y que le llevaría tu respuesta así que dime, ¿qué opinas? - terminó Remus, aliviado pues la mitad del ese martirio había terminado. ¡Increíble! ¡Linn! ¿Quién lo diría? - dijo Sirius con verdadera sorpresa - hubiera jurado que le gustabas tú. Sí, a mí también me sorprendió al principio, pero porque creí que le gustaba el tarado de Cliff Tanktumb, como siempre se les veía juntos. Pero no era así, le gustas tú, así que si me das tu respuesta se la diré - acabó Remus rápidamente. ¿Estás bien, Rem? Pareces tener prisa - dijo Sirius mirando con extrañeza a su amigo. Sí, tengo que hacer algo antes de irme a la cama - dijo él con una sonrisa nerviosa. Bueno, dile que ella es muy linda, pero que no deseo nada serio en este momento. Podemos salir si ella quiera y veremos si algo pasa - dijo Sirius tranquilamente. Lo usual entonces- dijo Remus pensativamente - nos vemos después Sirius - dijo con una media sonrisa antes de alejarse por el pasillo.

Remus siguió de memoria el camino hacia la biblioteca, allí encontró a Linn, que juntó con dos amigas hacía su tarea de transformaciones.

Hola chicas ¿cómo están? - dijo Remus acercándose a la mesa que ocupaban ellas. Hola Remus - dijeron las dos amigas de Linn, sonriéndole a Remus con mirada soñadora. Linn ¿podemos hablar? - preguntó Remus. Claro Rem. Ya vengo chicas - dijo Linn y siguió a Remus lejos de la biblioteca. ¿Hablaste con él? ¿Qué te dijo? - preguntó emocionada cuando estuvieron en el pasillo. Sí hable con él y lo siento Linn, pero fue lo que imaginaba. Sirius no esta listo para tener una relación seria en este momento, tu le gustas pero cree que no sería justo que tú fueras sólo una más. Dice que si tu aun así quieres salir con él, que podrían intentarlo y ver que pasa, pero nada de compromisos. Oh, ya veo, dile que puede ser, que lo pensaré - dijo ella algo decepcionada - debí imaginarlo, él tiene muchas chicas a sus pies, porque querría salir con una sola. Tienes que ser optimista Linn, a lo mejor después de un par de citas, él se da cuenta que te necesita sólo a ti - dijo él abrazándola dulcemente. Eres tan dulce - dijo ella abrazándolo y dándole un beso en la mejilla - cuando decidas dejar el papel de casanova harás a una chica muy feliz. ¿Qué más querría una mujer? Guapo, inteligente, amable y varonil. Tu Remus, amigo mío, eres el hombre perfecto. Me vas hacer avergonzar - dijo él con una pequeña sonrisa - ahora me voy preciosa, tengo algo que hacer antes de irme a dormir. Adiós guapo, gracias por todo.

Remus se alejó por el pasillo y se detuvo junto a la estatua de un mago muy elegante con el sombrero caído sobre un lado y adornado con una gran pluma. Él movió la pluma del sombrero y la estatua se movió para hacerse a un lado, dejando ver un túnel largo y obscuro. Remus entró y la estatua volvió a su sitio dejándolo en una absoluta obscuridad.

Lumos - murmuró Remus y al instante el túnel se vio iluminado por una luz que salía de la varita del muchacho.

Él empezó a caminar a lo largo del túnel con la varita hacía adelante para iluminarse el camino. El túnel era amplio y tenía puertas a ambos lados, puertas que no se abrían a menos que dijeras la palabra secreta o la tocaras con la varita o con la mano en un sitio específico, y él y sus amigos, las conocían casi todas, a donde llevaban y como se cruzaban. También había trampillas en el piso, todas llevaban a algún lugar en las mazmorras del castillo o a los terrenos de Hogwarts y ellos habían bajado por todas. El resto de las paredes del túnel era de piedra y solo él conocía una de las muchas entradas que debían ocultar. Se paró junto a una puerta y contó tres piedras hacía la derecha de la misma a la altura de la manija, luego contó dos hacía arriba y puso su dedo en esa para poder saber donde estaba en la obscuridad y apagó la luz. Tocó la piedra con la varita, en el mismo lugar que aun marcaba con su dedo y un ruido sonó en la obscuridad que poco a poco fue desvaneciéndose; frente a él, iluminando el pasadizo se abría un portal de piedra que Remus cruzó. Estaba ahora en otro pasillo, uno que tenía cuadros, estatuas y antorchas al igual que el resto del castillo pero que los alumnos no utilizaban. Remus empezó a andar por él y se detuvo frente a un enorme cuadro de una chica que observaba las estrellas.

"Veritas est" - le dijo a la muchacha de la pintura. Hace tiempo que no venías guapo - dijo la chica del cuadro y al instante giró en sus goznes dejando ver una escalera - pasa.

Remus subió lentamente hasta que al final de la escalera se detuvo frente a una puerta. Por un segundo dudó si entrar o no, pero un momento después sus dudas se habían disipado y Remus abría la puerta de una habitación grande y circular, muy parecida a la que él ocupaba en la torre pero con la diferencia de que en esta sólo había una cama. En el resto de la habitación había un escritorio y una especie de sala de estar, que en estos momentos era alumbrada por el fuego de la chimenea. Junto a la chimenea había una puerta que, él sabía conducía al cuarto de baño de la habitación. Remus miró a todos los extremos del cuarto pero no encontró a nadie y decidió esperar, se acercó a la chimenea extrañándose una vez más de esa manía de tener la chimenea encendida, aun en verano. Se sentó en la alfombra junto al suelo y acercó sus manos al fuego para comprobar algo, como se lo había imaginado el fuego estaba frío, ningún calor era despedido de las llamas que crepitaban sobre los troncos. Pasó su mano por el fuego frío, le gustaba la sensación de cosquillas que daban las llamas sobre la piel, sus ojos estaban fijos en los cambiantes patrones del fuego, era realmente hermoso, así que en cierta forma comprendía porque Chacel se empeñaba en tenerlo prendido todo el tiempo que pasaba en Hogwarts.

Hacía tiempo que no me visitabas - dijo una voz femenina a sus espaldas - ¿no deberías estar haciendo tus tareas? Buenas noches - dijo Remus con una sonrisa, mientras se ponía de pie y se daba la vuelta, hasta estar cara a cara con una joven mujer rubia, de ojos verdes que le sonreía. Responda señor Lupin, acaso ¿no tiene tareas qué debería estar haciendo ahorita mismo? - Dijo ella con una sonrisa divertida. Solamente una - dijo acercándose a ella lentamente - pero no creo que a la maestra le importe - dijo él con voz sensual una vez que estuvo junto a ella. Tienes toda la razón - dijo Chacel abrazándolo por la cintura y besándolo larga y profundamente - y si no aprendes siempre puedo darte clases privadas - añadió cuando se separaron. Eso me gustaría mucho - dijo Remus antes de que los dos volvieran a confundirse en un apasionado beso. Pero antes precioso, quítate esa túnica, me hace sentir como aprovechadora de menores - dijo ella alejándose de él y usando la voz más sensual que tenía. Chacel, ¿te das cuenta de que con túnica o sin ella sigo siendo un menor y tu alumno? - dijo él caminando hacía la pequeña sala de estar mientras se quitaba la túnica de Hogwarts, su camisa y sus zapatos, y luego se tumbaba frente al fuego vestido únicamente con sus jeans. Lo sé, pero sin la túnica del colegio te ves mucho mayor y yo me olvido de que esto es un crimen - dijo ella tumbándose junto a Remus y pasando sus dedos por el torso del joven - me encantan tus abdominales, no sé como tienes tiempo para hacer ejercicios. Ahorro tiempo en tus tareas - dijo él con una sonrisa pícara, antes de rodar para quedar sobre ella y empezar a besarla apasionadamente, sin decir una palabra más.

Un buen rato después.

Son casi las once y media, creo que ya deberías irte - dijo ella cariñosa dándole un beso en el pecho antes de levantar su cabeza del estomago de Remus. Me estas votando - dijo él con fingido asombro - me siento tan usado. Que gracioso - dijo ella con una sonrisa - tu sabes que por mí te quedarías eternamente, pero tus amigos se deben preguntar dónde estas. Es cierto - dijo él arrugando el ceño, siempre dudaba antes de ir a verla, pero una vez ahí nunca le daban ganas de irse, se sentía realmente libre cuando estaba con Chacel; se olvidaba que tenía solamente dieciséis años (pronto diecisiete) y que era un hombre lobo. De inmediato pero sin prisa se levantó y buscó su ropa, lentamente empezó a vestirse en el borde de la cama con Chacel que lo miraba sonriente. Sabes que nadie pensaría que tienes sólo dieciséis años, te ves más maduro que los chicos de tu edad. Soy alto y serio, eso es todo - dijo él sin prestar mucha atención. Y sexy, no olvides sexy - dijo ella saliendo de debajo de las sabanas y acercándose a él con claras intenciones. No Chacel, es tarde; tu tenías razón, y aun debo darme una ducha antes de irme a la cama - dijo Remus sin mirar a su maestra y poniéndose de pie para subirse los pantalones. Maldita sea mi enorme boca - dijo ella con frunciendo los labios - pero te puedes bañar aquí, té presto mi ducha y si quieres te enjabono la espalda. Chacel no creo que. ¡oh, esta bien! Pero no puedo demorarme, así que nada de "juegos" - dijo él con su voz seria y empezó a quitarse la ropa otra vez mientras se dirigía a la puerta junto a la chimenea. ¡Oh! - Murmuró ella, que sentido tenía seguirlo a la ducha si no podían "jugar" un rato.

¿Vienes o no? - gritó el muchacho una vez dentro del baño.

Esta bien. Ya voy - dijo ella mientras salía de la cama y entraba por la misma puerta.

¡Por Dios! Van a ser doce y media - gritó Remus aun con el reloj de Chacel en la mano y saliendo de la tina - tengo que irme, ni siquiera me traje el mapa y Filch podría verme - de inmediato se secó y empezó a vestirse y en menos de un minuto estaba ya cambiado y listo para irse. Déjame secarte el pelo o tus amigos, que no son tontos, sabrán que has estado haciendo travesuras. Esta bien pero que sea rápido - acepto él con una sonrisa divertida. Tráeme mi varita.

Remus fue por la varita y cuando regresó ella ya estaba de pie fuera de la tina, con una bata de baño puesta y escurriendo agua sobre el piso de mármol.

Aquí esta - dijo él con una sonrisa y entregándole la varita.

Ella cogió la varita, dijo unas palabras y un rayo azul salió de la punta de la varita, que ella pasó por el cabello de Remus, secándolo por completo en menos de un minuto, luego agarró un peine de un estante y peino el cabello del muchacho antes de darle su visto bueno.

Ya estas listo - le dijo dulzura y luego lo besó brevemente en los labios - pero antes de irte, como te fue con esa chica que me dijiste que te gustaba. Le gusta mi amigo Sirius - dijo Remus recordando de pronto lo que lo había llevado a ver a Chacel - pero no importa, son cosas de chiquillo que se olvidan rápido. Sí lo sé, pero aun así si necesitas consuelo, para eso están los maestros ¿no? - dijo ella pícaramente. No digas eso, me acabo de imaginar a McGonagall, que asco. Jaja - rió Chacel ante la cara que había puesto Remus. Además, tu forma de consolarme es agotadora. Cuenta las horas que e estado aquí, tu pareces creer que soy un super hombre. Sí lo eres bebe, lo eres. Ahora vete o jamás lo harás porque no te dejare hacerlo. Sí, tienes razón, adiós - dijo Remus dio un corto beso en los labios a Chacel y salió finalmente, pero volvió al instante. Señorita Atwood, no creo que pueda entregar la tarea mañana, verá pase la mitad de la noche con una mujer exquisita, que nunca me deja energías para hacer nada más, ni siquiera la tarea - dijo Remus con una sonrisa inocente en el rostro. Perdonado señor Lupin, pero tendrá que hacer trabajos extra - dijo ella fingiendo seriedad. Gracias señorita Atwood y adiós - terminó él mandándole un beso y empezando a bajar las escaleras.

Remus volvió a salir al pasillo de piedra cubierto de pinturas y adornado con estatuas y armaduras. Caminó unos segundos y se paró entre dos pinturas, los magos de ambos retratos dormitaban en sus lienzos pero uno se despertó en cuanto el chico se detuvo juntó a él.

Muchacho, si que te demoraste - dijo el viejo mago del cuadro. Sí lo sé, larga clase la de esta noche. Muchacho soy un cuadro, pero no idiota. Oh ya cállate - dijo Remus impaciente, contando para encontrar el lugar especifico y tocando la piedra con su varita.

El mismo portal de piedra volvió a aparecer y Remus entró por él. A sus espaldas el portal se cerraba mientras una voz aun rezongaba sobre la falta de educación de los jóvenes de hoy en día. El portal se cerró, apagando luz y la voz del hombre del retrato.

Lumos - volvió a repetir Remus y la luz de la varita volvió a alumbrar su camino de regreso.

Estaba cansado y recorría el camino casi de memoria así que antes de darse cuanta ya estaba frente a la dama gorda, que dormitaba en su lienzo.

"Estrellas de colores" - murmuró Remus, pero la dama gorda siguió durmiendo - "estrellas de colores" - volvió a decir esta vez más alto y pinchándola con el dedo. ¿Qué? ¿Cómo? - dijo confundida la dama gorda mientras abría los ojos - ¡ah! Eres tú, mira que horas de llegar, que vergüenza. ¿Dónde estuviste? ¿Qué eres tú, mi mamá? Ya te dije la contraseña, déjame pasar. ¡Qué horror!- dijo ella ofendida y girando para dejar ver el agujero que llevaba a la sala común - pasa pues. Gracias - dijo él con sarcasmo.

Remus entró a la sala común que en esos momentos estaba vacía, ya que eran prácticamente la una, y bostezando se dirigió a su habitación. Todo estaba obscuro pero no necesitó prender ninguna luz, sabía de memoria donde estaba todo en ese cuarto. Llegó en silencio junto a su cama se quitó toda la ropa y se metió entre las sabanas, pero luego cambió de opinión y se puso de nuevo su ropa interior, prefería tenerla puesta por si Sirius le hacía otra de sus bromas en la mañana.

Despierta Remus, ya es tarde - dijo Peter abriendo las cortinas de la cama de Remus - rayos, como si fuera esta la imagen con la que deseo empezar el día - dijo Peter entre risas al abrir las cortinas y encontrarse a Remus durmiendo (por primera vez) estirado en su cama y con la sabana cubriendo muy pocas partes de su cuerpo - dime que por lo menos tienes ropa interior - dijo Peter a su amigo cuando al fin abrió los ojos, este se destapó completamente como respuesta dejando ver su ropa interior, de corte clásico esta vez.

Lentamente Remus se levantó y empezó a cambiarse, aun medio dormido.

Oye asqueroso, no te vas a bañar hoy - preguntó Sirius al verlo ponerse su pantalón y la túnica del colegio. No, me bañe en la noche - respondió él medio dormido, bostezando y sin pensar lo que decía, pero en cuanto las palabras salieron de su boca se dio cuenta de que no debía haberlas dicho. ¿Cómo? Te bañaste otra vez en la noche, ¿por qué? - preguntó James, mientras él como sus otros dos amigos miraban a Remus con mirada de sospecha. No lo sé, estuve haciendo el trabajo de adivinación y cuando terminé me dieron ganas de meterme una ducha, eso es todo - mintió él lo más naturalmente que pudo. ¡Ah! - dijeron los tres extrañados pero sin razones para desconfiar de Remus. Ya había hecho eso antes, se bañaba dos o tres veces al día si tenía tiempo decía que lo relajaba. Bueno nosotros nos vamos a dar un baño. Esta bien, yo los espero aquí y bajamos juntos a desayunar. OK - dijeron los tres al unísono y salieron rumbo a las duchas.

Una vez que ellos se hubieron ido Remus, sacó los libros que necesitaría para sus clases de la mañana y se sentó en una de las mesas de la sala común para escribir una carta a Chacel, siempre que no entregaba la tarea le escribía algo en un pergamino y se lo entregaba junto con la tarea de los demás alumnos. Aquella vez hizo lo mismo, escribió el pergamino, lo enrolló y lo guardó en el bolsillo delantero de la mochila no quería que se aplastara al meterlo junto con sus demás libros y tareas. Tenían dos horas de adivinación a la semana; los días martes y miércoles. Adivinación era la segunda clase de la mañana del miércoles y duraba una hora. Sus amigos volvieron en el tiempo que le tomó escribir la carta y guardar sus cosas y pronto los tres estaban bajando para el gran comedor. Cuando los tres se dirigían a la mesa de Gryffindor se les acercó un muchacho que ya conocían, de cabello negro grasoso, piel cetrina y voz melosa.

Lupin podemos hablar un momento. Muérete Snape - respondió él sin detener su camino ni dirigirle la mirada. Es sobre la visita que realizaste anoche - dijo Snape que por la sonrisa cínica en su rostro parecía estar divirtiéndose.

Los ojos dorados de Remus se abrieron mucho y deteniéndose miró a Severus Snape a la cara.

Chicos vayan yendo, necesito hablar con Snape - dijo él ocultando su asombro lo mejor que pudo y empezando a sudar imperceptiblemente. Esta bien - dijeron los tres y después de mirar de manera amenazadora a Snape, siguieron su camino.

Fin del Capítulo II.

Nota de la autora: Ya vieron, ya apareció el problema ¿cómo saldrá de él? Pues no lo sé. Espero que les haya gustado y el tercer capítulo no tardará mucho (eso creo). Por favor envíen reviews y comentarios, aquí o a mi e- mail: Charo19@mixmail.com Lorien Lupin
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