Disclaimer: Los personajes que aparecen en este fic pertenecen a los libros de J. K. Rowling y Warner Brothers. Como ya dije, todos los personajes son de quienes ya dije, menos Chacel Atwood, Linn Albee y uno que otro estudiante o profesor que pueda aparecer y que no salgan en los libros.

Nota de la Autora: O sea yo, Lorien Lupin, sé que prometí que este sería el último capítulo, pero verán, cuando mi bloqueo se hubo terminado me puse a escribir el argumento del capítulo final del fic y no parecía tanto, pero al empezar a escribir, lo que creí sería el punto medio del capítulo descubrí que tenía como catorce paginas, y si terminaba el capítulo de la forma en que lo planeaba iba a ser un testamento, así que en el capítulo 11 (que ya empecé a escribir, lo juro) todo se acaba por fin, por favor, déjenme unos último reviewsitos ¿sí? Sean buenos y háganme feliz que no les cuesta mucho, solo hagan click más abajo en go, junto a submit review y escriban un par de líneas de despedida. Bueno ahora sí los dejo con el capítulo, me tardé horrores con él, más de lo usual creo, pero ya sé a quien deben culpar, culpen a mi musa, que me acabo de enterar llevaba días en una fiesta de lo más salvaje y estaba tan ebria que no servía para inspirarme siquiera al llenar un cupón; culpen a mi musa. Bueno ahora sí los dejo con el penúltimo capi, pero antes los revirews de las buenas personitas que pensaron que este sería el último (lo siento).

Tana Abbott: Hola Tana, gracias por el review ; =') me dejaste uno aquí también, eres tan buena amiga y lectora. Bueno pues sí me desbloquee pero solo en ese momento, pues luego volvió con más fuerza y extendiéndose a toda mi capacidad literaria, ni cartas era capaz de escribir; en realidad aun lo estoy, pero me entraron ganas de escribir y decidí hacerle el intento para ver que sale. Sí, es una pena que no hayan arrojado a Snivellus al calamar gigante pero esperemos haber si hoy paga por haberse atrevido a chantajear a Remsy. En cuanto a Chacel, no sé si está enterada de las cosas por completo, pero alguna idea debe tener, supongo. Y sí, imagínate publicarlo en el profeta, Lucius Malfoy es o no es, vaya colección la suya. Sí la musa que se encarga de este fic es una irresponsable, no me ayuda a mí y tampoco a los lectores, se vive bloqueando a todo el mundo. Bueno te dejo con el que sorpresivamente es el penúltimo capítulo de este fic y no el último, espero que lo disfrutes, y nos veremos para el final tanto de este como del Calendario. Bye y muchos besitos, me dices que opinaste del capi.

HermiD: Hola HermiD, gracias por el review, y sí tienes mucha razón, tanto tiempo; lo lamento mucho. Ya conoces a la musa asignada a este fic, es la peor en el medio. Bueno al menos me alegra que el capítulo te pareciera bueno. Me alegra saber que te reíste con él, y bueno cada cual que se haga la idea de cuales pudieron ser los resultados de Lucy, pues solo él los debe saber XDDDDD. Jajaja, tienes razón ¿Qué crees que le saldría a Snapy? Jajaja. Bueno pues te dejo con el penúltimo capítulo, espero que te guste, nos vemos para el final de este fic y el del Calendario, bye y muchos besitos amiga.

Bueno, gente linda que esperaba el final y de nuevo no llegó, ¡lo siento mucho! Pero hubo cambio de planes, o más bien hubo un capítulo demasiado largo, y lo dividí en dos, espero que gusten de este y verlos a todos para el 11avo y último capítulo.
Lorien Lupin
Administradora Adjunta de
"La Legión de las Lupinas" Y
"Miembro de la Orden Siriusana"

"El Secreto"

Autora: Lorien Lupin

Capítulo X:

No hay nada que pueda hacer - exclamó Peter mientras los cuatro apuraban el paso para llegar a su primera clase de la mañana. - lo tenemos atrapado.

No te confíes Peter, esa serpiente es tramposa, jamás juega limpio - exclamó Sirius con claro odio en la voz.

Sirius tiene razón, debemos permanecer atentos - exclamó James consultando su reloj - y además debemos apurarnos, ya estamos llegando tarde - agregó.

Sí, pero dudo que Binns lo note - dijo Remus con despreocupación, mientras caminaba tranquilamente tras sus amigos, pronto los demás se acoplaron al paso del licántropo, y sin apurarse llegaron hasta una puerta cerrada.

James abrió la puerta calladamente y entró al salón, tras él entraron Sirius, Remus y Peter. En el aula Binns leía sus notas con la misma voz monótona de siempre, no se percató de que los merodeadores habían llegado tarde, o de que la clase se había despertado por breves momentos para verlos sentarse de lo más frescos, y ponerse a jugar algo en el pergamino de Peter, momentos después la clase caía en el mismo sopor de siempre.

Hacía más de media hora que el juego había acabado, casi la misma cantidad de tiempo que Remus llevaba durmiendo con la cara enterrada en sus brazos cruzados.

Remus se despertó por el sonido de las carpetas al moverse, así como por las voces y el sonido de pasos. Con pereza se puso de pie y sacudió la cabeza de James mientras recogía sus cosas. James levantó la cabeza del pupitre y miró a su alrededor; bostezó y poniéndose de pie cogió sus cosas y le dio una palmada en la cabeza a Sirius.

¿Ya acabó la clase? - preguntó este picando a Peter en el brazo con su pluma y guardando sus cosas - si parece que me acabo de dormir.

Sí, vámonos o llegaremos tarde a pociones - exclamó Remus yendo hacia la puerta, seguido de James y Sirius.

Sí, y hoy no quiero perderme ni un minuto - exclamó Sirius sonriendo como pocas veces lo hacía ante la perspectiva de pasar dos horas con los Slytherin.

Espérenme - gritó Peter terminando de guardar sus cosas y corriendo tras sus amigos.

**************************

Somos los primeros - exclamó Remus que entró primero al aula vacía, seguido de sus amigos.

Los tres se ubicaron en sus lugares habituales, eran las mesas perfectas, estabas cerca del armario de ingredientes, lejos de la vigilancia del profesor, tenían una clara visión de la pizarra y de sus compañeros, y además podían escuchar todas las conversaciones que se desarrollaban en el aula. Aunque eso último se debía al hechizo que ellos habían puesto en el lugar en sí y no a su ubicación.

Pronto empezaron a llegar el resto de los alumnos, entre ellos llegó Malfoy acompañado de Rosier y Goyle, poco después llegó Snape, acompañado de Avery y Crabbe. El grupo de Slytherins se sentó en los lugares que siempre ocupaban, pero con una distribución algo distinta. Severus estaba sentado con Malfoy, en lugar de con Rosier, ya que Lucius se había negado a sentarse con Avery y este tampoco había estado muy feliz con la idea de sentarse con el rubio platino. Así que ahora Snape estaba sentado para el lado de la puerta, a su izquierda estaba sentado Lucius; atrás de ellos estaban sentados Crabbe y Goyle, en lugar de Avery y Rosier; que ahora estaban sentados en el lugar que usualmente ocupaban Crabbe y Goyle, Rosier a la izquierda y Avery a su lado, separado de Malfoy por el espacio entre las mesas.

Vaya que el efecto fue inmediato - exclamó Remus sonriendo malignamente mientras observaba disimuladamente a Lucius, lanzarle miradas furtivas a Evan y a Evan lanzarle miradas furtivas a Lucius, ambos con los ceños fruncidos y sin darse cuenta que el otro hacía lo mismo.

Y mayor del que hubiera creído, ellos en verdad creen que algo pasa - exclamó Sirius risueño.

Esa es la mejor parte - exclamó James que también sonreía divertido - lo que me sorprende es lo rápido que parecen haber superado la fase del terror absoluto, ¿lo estarán aceptando?

Eso sería digno de verse - rió Remus lo más disimuladamente que pudo - se imaginan a Lucille dejando a la Narcisista por Avery (obvio que Remusito se refiere a Narcisa la novia de Lucius).

¿Se los imaginan yendo por los pasillos agarrados de la manito? - rió Sirius entre dientes.

Que asco - exclamó James riendo también, al tiempo que hacia un gesto de repugnancia - no me quiero imaginar eso.

¿Entonces no te gustaría imaginártelos dándose besitos junto al lago? - Preguntó Remus risueño.

No Remus, por favor - exclamó James riendo a la vez que se tapaba los oídos - ¡qué asco!

Sirius, Remus y Peter estallaban en carcajadas al tiempo que el primero de ellos volvía a lanzar otra disimulada mirada hacia los lugares que ocupaban los Slytherin. Frente a Crabbe acababa de aparecer una pequeña cobija bordada, y este había caído de la mesa cuando se estiraba tratando de atraparla, tumbando de pasada a su compañero. Sirius rió silenciosamente y codeó a James que giró ligeramente para ver a ambos tipos en el suelo, uno encima de otro y ambos pugnando por ponerse de pie cosa difícil porque frente a Goyle acababa de aparecer un osito de felpa con el nombre "Sleepy eyes" bordado en él, Goyle se había debatido por alcanzar el osito, logrando tan solo tumbar el caldero de la mesa y que este cayera sobre ambos.

Por su parte Snape lucía de los más sombrío, miraba seriamente frente a él, sin conversar con Lucius o ninguno de sus otros amigos, aunque estos tampoco parecían querer conversar. Avery, Malfoy, Crabbe y Goyle, estaban muy ocupados para ponerse a charlar, mientras que Rosier apenas y había llegado había enterrado la cabeza entre los brazos, derrotado y aguantando sin hacer ningún sonido las risas de quienes, ya fuera, desde el pasillo o en el mismo salón, leían una copia de su diario y reían estrepitosamente, algunos incluso señalándolo.

No había pasado mucho para que el profesor entrara al aula y todos se quedaran en silencio, habían empezado con la preparación de sus pociones.

************************

La clase había transcurrido tranquilamente; la segunda hora de esa clase doble había dado inicio, cuando Remus había volteado a ver una vez más a los Slytherins, tratando de aguantar la risa había pasado la voz a Sirius, la persona más cercana a su sitio y en muy pocos segundos los cuatro muchachos y un par de muy confundidas chicas Slytherin observaban a Lucius y Avery, que se miraban mutuamente, ambos ligeramente sonrojados. Uno de los ingredientes de Snape cayó al piso en ese momento y ambos chicos, poniéndose más rojos bajaron la mirada a sus mesas, mientras el chico de cabello negro se agachaba a recoger el necesario ingrediente.

Vaya, vaya - exclamó Remus volviendo su mirada a sus amigos.

Silencio señor Lupin, y debería prestar atención a lo que hace o jamás mejorara esas notas - exclamó el profesor levantando la mirada hacia el chico de cabellos castaños que con una disculpa volvió a prestar atención a su poción.

Remus cogió su pluma y arrancando un pedazo de pergamino escribió en él y lo tocó con su varita murmurando algo con voz inaudible; al instante las letras habían desaparecido.

"Creo que esos dos no llegan a la tarde sin encerrarse en un armario".

Sirius, James y Peter rieron entre dientes de la nota que había aparecido en sus pergaminos. Sirius arrancó un pedazo de pergamino, escribió algo a su vez y lo tocó con su varita, murmurando algo entre dientes.

"Estoy empezando a sospechar cual fue el resultado de Lucius".

James, Remus y Peter sonrieron, y James tomando un pedazo de pergamino repitió la misma operación.

"Sí, tanta cooperación de los subconscientes no es normal."

*******************

Los chicos habían pasado el resto de la hora mandándose mensajes de esa forma y riendo en silencio de las actitudes de los seis Slytherins, por fin la segunda hora había llegado a su fin y con ella las clases de la mañana. Faltaban aproximadamente veinte minutos para que se abrieran las puertas del gran comedor y se empezara a servir el almuerzo, Remus entregó su mochila a sus amigos para que la llevaran a la sala común y silbando tranquilamente se dirigió hacia el aula de adivinación, con las manos en los bolsillos y entrando a pasajes secretos que lo llevaron a su destino en una cuarta parte del tiempo normal. Las últimas alumnas se alejaban por las escaleras y Remus salía de su escondite y entraba al aula de adivinación cerrando la puerta tras él con un hechizo.

Lindo, ¡qué sorpresa! - exclamó Chacel volviendo a dejar sobre su escritorio sus papeles se acercó a Remus y lo abrazó por la cintura - ¿qué te trae por aquí?

Pues un par de cosas - exclamó él abrazándola también por la cintura y sonriendo (N.A. Con que solo amigos con derechos ¿no? Pues a mí me parece algo más.)

¡¿Oh, sí?!!! - exclamó Chacel sonriendo coquetamente y subiendo las manos, deslizándolas por la cintura y el estómago del joven hasta que ambas se posaron en su pecho.

Eso no es - exclamó el joven sonriendo divertido.

¡¿Con qué no?! - Exclamó está lanzándole una sonrisa desafiante - a que te convenzo de que a eso viniste - agregó empujándolo por el pecho hasta echarlo sobre una de las mesas, antes de subirse ella misma y empezar a besarlo apasionadamente.

¿O sea que no quieres escuchar mis noticias? - preguntó Remus alzando ligeramente la cabeza cuando Chacel, dejando sus labios, se concentraba en su cuello.

Estoy escuchando - murmuró ella en el transcurso en que sus labios dejaban el cuello del muchacho y se apoderaban del lóbulo derecho haciendo que la cabeza del joven volviera a caer hacia atrás, esta vez con los ojos cerrados y una sonrisa complacida en su rostro.

¡Al diablo! Puede esperar - exclamó abrazándola por la cintura y deslizando sus manos hacia abajo para luego subirlas nuevamente, acompañadas por la túnica de la maestra de adivinación.

Chacel buscó nuevamente sus labios, y cambiaron de posiciones. Remus estaba ahora echado sobre ella, sus manos deslizándose bajo la túnica de Chacel, que se ocupaba en tratar de sacar la túnica del muchacho.

Remus, cielo - exclamó Chacel separándose un momento de los labios del chico que se levantó ligeramente y la miro confundido - la túnica nene, la túnica; me siento como pederasta.

Remus rió ligeramente y bajando de la mesa se quitó la túnica del colegio.

Quién te entiende - exclamó sonriendo.

Yo no, te lo aseguro, pero no puedo evitarlo - exclamó ella a su vez, quitándose los zapatos y sentándose sobre la mesa con las piernas cruzadas, observó al chico terminar de desabrochar la túnica, sacársela y aventarla a otra de las mesas - hey guapo, ya que estás en eso; aprovecha y quítate la camiseta.

Remus rió y sonriendo sensualmente a su "maestra" cruzó los brazos y cogió la camiseta por la parte inferior, levantándola en un movimiento lento y continuo, hasta sacarla por su cabeza y aventarla junto a su túnica. Sonrió a Chacel que lo miraba pícaramente estirando ambas manos hacia él. Remus agitó la cabeza, aun sonriendo y se acercó a su túnica.

Oye, vas en la dirección equivocada - se quejó Chacel al verlo alejarse.

No seas impaciente - murmuró él en un tono suave, muy parecido a un ronroneo que hizo a la joven mujer sonreír con placer.

Remus se acercó a su túnica y de ella sacó su varita.

Sonorus impermiabilus - exclamó apuntando a las paredes de la habitación, y repitiéndolo luego nuevamente pero apuntando a la puerta cerrada (N.A. me disculpo por mi hechizo, creo que apesta, pero no se me ocurrió nada más).

Vaya, vaya, chico listo - exclamó ella quitándose la túnica y dejando al descubierto una blusa celeste de tela delgada y una falda algo ceñida de color azul marino.

Mucho, y precavido además - exclamó acercándose a la mesa en la que estaba sentada Chacel, pero dejando la varita en el mismo lugar que su túnica y su camiseta antes.

Y muy humilde - exclamó ella irónicamente, sonriendo y viéndolo acercarse - pero quien necesita humildad cuando tiene este cuerpo - exclamó luego pasando las manos por el pecho del chico que acababa de llegar junto a ella y jalándolo a la mesa al tiempo que lo besaba.

La falda de Chacel estaba arriscada a la altura de su cintura y su blusa abiertamente colgaba a los lados de su cuerpo. Por su parte Chacel había conseguido dejar al joven licántropo tan solo en ropa interior, y este se encargaba en esos momentos de acortar un poco la ventaja.

Señorita Atwood ¿está usted ahí? - exclamó entonces la voz de una niña, al tiempo que unos suaves toques resonaban en la puerta.

La voz venía desde fuera del aula, e hizo que Chacel apartara el rostro asustada.

Creí que había una barrera de sonido - murmuró con voz aprensiva.

Y la hay, pero esta sólo funciona de dentro hacia fuera - explicó el joven tranquilamente y sin bajar la voz - creí que sería conveniente poder escuchar lo que pasaba en el pasillo.

Chacel suspiró aliviada, ambos volvieron a besarse, pero momentos después la misma voz volvía a sonar en la puerta.

Lamento molestarla señorita Atwood, pero necesito hablar con usted ¿está ahí?

Remus se separó ligeramente y gruñó con impaciencia.

Si no se va, la mato - murmuró dando un bufido y volviendo a enterrar el rostro en el cuello de Chacel.

Señorita Atwood, me dijeron que no había salido aun del aula ¿está ahí? - insistió la vocesita.

No está aquí mocosa del demonio - gritó Remus impaciente, Chacel rió de la cara del chico y empujándolo suavemente se bajó de la mesa - no - gimió el chico Gryffindor - déjala que grite. Se irá eventualmente.

No, cielo, no lo hará - exclamó ella riendo suavemente, bajándose la falda y empezando a abrochar su blusa.

No, no te vistas - lloriqueó él.

Vamos, cariño. Ya reconocí la voz de la niña, no se irá jamás; ni siquiera toma mi clase aun, pero viene tres veces por semana y nunca se va sin que le haga una pequeña sesión o le responda preguntas sobre un tema.

Maldita mocosa - exclamó Remus bajándose a su vez de la mesa y cogiendo la ropa que Chacel le acababa de aventar.

Vístete rápido guapo y escóndete debajo de mi escritorio, allí no te verá.

Remus bufó con enojo y se empezaba a vestir.

Es una lástima - murmuró Chacel para sí misma lanzándole una mirada al joven que apresuradamente se ponía el pantalón, la camiseta, la túnica y los zapatos, y se escondía debajo del escritorio de Chacel, completamente invisible a la vista - ahora guarda silencio cielo, trataré de sacarla rápido y luego podrás irte - agregó Chacel poniéndose la túnica y arreglándose un poco antes de coger su varita y quitar los hechizos.

Chacel abrió la puerta y forzó una sonrisa.

Perdón señorita Atwood ¿la interrumpí? - exclamó la niña de largos cabellos negros y grandes anteojos.

Estaba en sesión cariño, por eso no abrí la puerta antes - mintió la maestra reprimiendo las ganas de mandar a la pequeña al más lejano infierno - ¿deseabas algo?

Sí señorita Atwood, ¿puedo hacerle unas preguntas sobre quiromancia?

En realidad en estos momentos pensaba bajar a almorzar.

No demoraré mucho profesora, lo prometo, tan solo un par de preguntas - insistió la niña cogiendo una de sus dos trenzas y enrollándola con una mano.

Está bien pasa - aceptó ella a sabiendas de que la insistente niña no se iría de ahí - ¿qué quieres preguntar? - Exclamó sentándose en la silla cerca de la puerta, la niña se sentó frente a ella.

***********************

¿Va usted al comedor? - preguntó la niña deteniéndose en el umbral de la puerta.

Sí Natalie, ya iba a ir al comedor.

¿Puedo acompañarla?

Está bien Natalie - aceptó Chacel con voz resignada - sacó mis cosas y nos vamos.

La niña salió al pasillo y Chacel se acercó al escritorio, y fingiendo que buscaba algo en uno de los cajones se agachó para que Remus la oyera.

Cerraré la puerta con un hechizo, tú la abres y sales, pero vuélvelo a poner ¿OK? - murmuró rápidamente.

OK - susurró Remus en voz muy baja -y ¿Chacel?

¿Sí? - preguntó ella en voz baja mientras seguía revolviendo en el cajón.

Severus nos entregará la carta esta tarde, lo tenemos atrapado - informó Remus sacando la cabeza, sonriéndole y volviendo a esconderla.

Celebración esta noche - murmuró ella rápidamente.

La mano de Remus salió de debajo del escritorio, haciendo un gesto de conformidad, y Chacel sonriendo ligeramente cerró el cajón, tomó sus cosas y salió cerrando tras ella la puerta con un hechizo.

*******************

Severus se desvió de su camino al gran comedor.

¿Qué, no vienes a almorzar? - le preguntó Lucius al ver que no iba con ellos.

Voy luego, tengo algo que hacer en la sala común - exclamó Severus sin detenerse o voltear y se alejó por el pasillo hasta perderse al doblar una esquina.

Caminó por el pasillo, y después de bajar varias escaleras se encontró en el pasillo en que se escondía la sala común de Slytherin. Dijo la palabra secreta y una de las estatuas de grandes serpientes se movió a un lado dejando ver una entrada, Severus bajó las escaleras, tras él, la serpiente volvió a su lugar. Cruzó la sala común iluminada por antorchas y bajó hasta su habitación, cerrando tras él la puerta. Se dirigió hasta su cama al tiempo que de su mochila sacaba dos rollos de pergamino y aventaba la mochila con el resto de las cosas al suelo. Desenrolló uno de los pergaminos y lo apoyó en su cama, sujetándolo en su sitio y estirado mediante un hechizo, para luego sacar de su bolsillo su varita mágica.

Clonus - exclamó apuntando al pergamino con la varita, pero nada sucedió (N.A. De nuevo me disculpo por mi hechizo, como que este también apesta).

Severus frunció el ceño, pero respirando hondo se dispuso a relajarse y al parecer más sereno volvió a apuntar al papel.

Clonus - volvió a exclamar, pero el pergamino seguía siendo uno solo - ¡rayos! - bramó aventando la varita a la cama - debe tener algún hechizo - recogió su varita y volviendo a apuntar al pergamino murmuró un hechizo distinto - finite incantatem.

Nuevamente nada pareció suceder, aun así el muchacho de cabello negro apuntó al pergamino y repitió el primer hechizo; pero el pergamino seguía siendo solamente uno.

¡Demonios! No podré duplicar la estúpida carta - se quejó Severus frunciendo el ceño y cruzándose de brazos - debe haber alguna forma, algo que se les haya escapado a esos tres (N.A. Ni él ni yo contamos a Peter) - murmuró para sí mismo.

********************

Severus entró a la lechucería; la carta nuevamente enrollada, fuertemente sujeta en su mano derecha; y una mochila al parecer vacía colgando al hombro. Dentro del lugar ya lo esperaban los cuatro merodeadores, conversaban y reían de algo, pero que guardaron silencio al verlo entrar. Los cuatro sonrieron triunfalmente y Sirius bajando la mochila que tenía colgada en un hombro la abrió y sacó una pila de revistas y sobre ellas un pequeño libro.

Acabemos con esto ¿quieren? - exclamó Severus adelantándose con impaciencia, no se creía capaz de soportar las sonrisas socarronas de esos cuatro idiotas por demasiado tiempo sin lanzarles por lo menos una de las maldiciones imperdonables.

Primero entréganos la carta - exclamó Sirius sin dejar de sonreír.

Y como sé que me entregaran luego las revistas - exclamó Severus - y no me vengas con esa estupidez de que los Gryffindors cumplen su palabra, no confío en ninguno de ustedes, pero confío aun menos en ti Black.

Tú tampoco eres de lo más fiable Snapy, así que ni sueñes en que te entregaré estas cosas, sin que tus garras hayan soltado primero la carta de Remus - debatió Sirius.

Está bien, basta - exclamó Remus adelantándose a su vez - Sirius tiene razón, no podemos confiar en ti - exclamó mirando a Severus con claro desprecio en sus ojos - pero - agregó girándose y mirando a sus amigos - Snivellus aquí presente. . .

Mi nombre es Severus no Snivellus - protestó el Slytherin.

¡Ah!! Es lo mismo - exclamó Remus con despreocupación y clara burla, sin voltear a verlo - como les decía, aquí Snapy - Severus rodó sus ojos y bufó con impaciencia - tiene sus razones para no confiar en nosotros tampoco, así que deberá ser al mismo tiempo, nosotros dejamos las revistas en el suelo y él hace lo mismo con la carta.

Por mí está bien, siempre y cuando no intente nada - exclamó Sirius mirando a Severus con rabia.

Estoy de acuerdo, y grábatelo Lupin, porque nunca más me escucharas estar de acuerdo contigo en nada.

Sí, atesorare este momento - dijo Remus con sorna - la carta Snivellus, al suelo. Sirius las revistas.

Tanto Sirius como Severus dejaron en el suelo las cosas. Remus sacó su varita y en un par de segundos ya carta volaba a sus manos, Severus hacia lo mismo y miraba las cubiertas de las revistas de físico culturistas; se recordó a sí mismo que debía tener una seria conversación con Lucius cuando todo acabara.

Dile a Lucy que retuvimos algunas de sus play boys, que los considere un regalo de él hacia mi amigo Peter aquí presente - exclamó Sirius burlonamente.

¡Sirius!!! - se quejó Peter - que vergonzoso.

Sirius, James y Remus estallaron en carcajadas.

Aunque del modo que Malfoy mira a Avery últimamente, yo creo que no las extrañara mucho, ya tiene las que le funcionan - exclamó Remus riendo.

Sí, yo creo que la Narcisista ya perdió el novio - exclamó Sirius riendo también.

Severus frunció el ceño pensativamente y salió del lugar, después de meter las revistas y el pequeño libro dentro de la mochila vacía que traía colgada al hombro.

********************

Esto merece una celebración - exclamó Sirius arrebatando la carta de las manos de Remus.

¿Qué sugieres? - Preguntó James sonriente.

Primero que nada necesitamos bocadillos - exclamó Remus - tengo hambre.

Claro que tienes hambre - dijo Sirius al tiempo que daba un empujón al chico castaño, que sobándose el hombro rió y devolvió el empujón - si de los nervios casi no has comido.

Pues será por la razón que sea, pero quiero pasar por la cocina antes de hacer cualquier cosa - afirmó Remus cogiéndose el estómago y dirigiéndose a la salida.

Ya sé - exclamó Sirius que junto con James y Peter salieron detrás de Remus - primero pasamos por la cocina y nos sacamos bocadillos a montones y algunas cervezas de mantequilla. . .

Por ahora el plan me gusta mucho - exclamó Remus con una pequeña sonrisa.

Y luego nos vamos a la sala común, quemamos la maldita carta en la chimenea. . .

Me sigue gustando mucho.

Y luego buscamos algunas chicas bonitas y que nos acompañen a celebrar - concluyó Sirius con una sonrisa pícara en el rostro.

¡El plan perfecto! - rió Remus sonriendo de manera parecida.

¿Y tu "amiga" no te prohibe que te "diviertas" con otras chicas? - preguntó James con un tono ligeramente burlón en la voz.

Mi "amiga" no puede prohibirme nada porque no manda sobre mi vida - explicó Remus sonriendo a James con expresión de paciencia.

Lo siento - se disculpó James falsamente y sin dejar de sonreír socarronamente al chico castaño - tan solo comprobaba, no me gustaría que te metas en problemas.

Ja, ja, que gracioso James.

Por una victoria más sobre Severus Snape - brindó Sirius, levantando al aire su botella de cerveza de mantequilla.

¡Por la victoria sobre Snivellus!! - brindaron a su vez sus tres amigos sentados como él frente a la chimenea de una pequeña sala.

Por los secretos de los Slytherins - brindó Remus a su vez - que hicieron esto posible.

¡Por los secretos de las serpientes!! - brindaron sus amigos riendo divertidos.

Por Remus, que no será expulsado después de todo - brindó James a su vez.

¡Por Remus!! - a su vez Sirius y Peter.

Y ahora por el fuego - exclamó Sirius nuevamente, poniéndose de pie y echando a las llamas el pergamino aun enrollado.

¡Por el fuego!! - repitieron los otros tres muchachos, bebiendo finalmente de sus botellas abiertas.

********************

Severus caminaba por los pasillos del castillo, algo en los comentarios de esos Grffindors le había echo pensar que sabían algo sobre la extraña actitud de Avery y Malfoy, pero como eso no era nada tan notorio aun, ellos debían tener algo que ver en el asunto. Decidió que lo mejor era encontrar a Lucius y Avery y remediar lo que sea que hubieran hecho esos cuatro. Pronto llegó a la biblioteca, y se encaminó hacia el escritorio de Madame Pince, si ellos habían causado la aparente atracción entre Malfoy y Avery, debía ser producto de un filtro amoroso o algo así, ningún hechizo podía dar un resultado tan sutil como el que se veía en sus dos compañeros.

Madame Pince - llamó Severus en cuanto llegó al mostrador - quería preguntarle si algún alumno varón sacó algún libro sobre filtros amorosos en estos dos o tres últimos días - preguntó Severus.

Sí, ¿por qué?

Es que me gustaría saber si me puede dar usted el nombre del alumno.

No puedo hacer eso señor Snape.

Tan solo dígame si fue un alumno de Gryffindor de sexto año - insistió Severus amablemente.

Está bien, sí fue un alumno Gryffindor de sexto.

Gracias Madame Pince - agradeció Severus y se alejó de Madame Pince hacia el interior de la biblioteca, para ver si alguno de sus amigos estaba ahí.

No había mucha gente a esa hora en la biblioteca, salvo algunos alumnos obsesionados con las clases y los libros, así que era el mejor lugar si se quería charlar a solas. Severus se dirigió hacia el fondo, y empezó a mirar entre los pasillos llenos de estantes de libros; cada vez se iba internando más a dentro, y empezaba a esperar de verdad que esos dos no estuvieran por allí, ningún alumno se metía tan al fondo con otro si no era para una cosa en particular y Severus no tenía el más mínimo deseo de ver algo así, aunque fuera provocado por una broma de los estúpidos Gryffindor. Severus se sintió ligeramente aliviado cuando miró al penúltimo pasaje, el siguiente y tendría que buscarlos en la sala común. Alcanzó el penúltimo librero y miró hacia dentro. Allí, de pie en el último pasillo estaban Malfoy y Avery, este último estaba recostado contra el estante mirando a los ojos a Lucius Malfoy, que de pie, y muy cerca de él, con las manos apoyadas a los lados del cuello de Avery, parecía a punto de acortar la distancia.

No se atrevan - advirtió Severus con ligera expresión de asco y acercándose con paso decidido hacia los dos Slytherin que rápidamente se separaron y los miraron acercarse, con expresiones nerviosas.

Severus, ¿qué haces aquí? - preguntó Avery totalmente colorado.

Nada parecido a lo que hacían ustedes - aseguró el chico de grasoso cabello negro - tengo que hablarles - agregó deteniéndose frente a ellos.

Si es sobre lo acabas de ver. . . - empezó Lucius cuyo usualmente pálido rostro, había adquirido un tono sonrosado.

Lucius. . . - interrumpió Severus tratando de evitar una explicación que no quería oír.

No, Severus tienes que entender, que esto también a sido una sorpresa para nosotros, jamás nos había sucedido antes, pero no es algo que podamos evitar. . . - interrumpió Avery a su vez cogiendo de la mano a Lucius que no pareció resistirse demasiado.

Sí Severus, eres nuestro amigo, pero tendrás que aceptar que hay algo entre. . .

No lo digas - pidió Severus levantando una mano hacia Malfoy que confundido guardó silencio - no hay nada entre ustedes - aseguró.

Pero Severus, sí lo hay - exclamó Lucius - eres nuestro amigo, creí que a pesar de todo entenderías.

No lo hay, porque esto es una broma de los idiotas de Potter, Black, Lupin y el gordo ese - aseguró Severus (N.A. Bravo Snapy, bravo, ese gordo no merece un nombre propio).

¿Qué?!!! - exclamaron al unísono los otros dos muchachos, apartándose el uno del otro y soltándose de las manos.

Sí, un filtro amoroso - explicó Severus más tranquilo al ver que se habían separado finalmente.

¡Oh, por Dios!!! - exclamó Lucius con cara de asombro.

Estuvimos a punto de. . . - exclamó Avery.

¿Y todo por una poción? - completó Lucius.

Sí, y necesito su ayuda para derrotarlos - respondió Severus, dándose la vuelta para salir de la biblioteca - ¿vienen o no? - preguntó girando nuevamente hacia ellos, cuando casi había salido del pasillo.

Lucius y Avery se miraban nuevamente, con expresiones pensativas en sus rostros y empezaban a acercarse nuevamente.

Pero antes tengo que hacerles una poción que contrarreste esta - aseguró retrocediendo y empujándolos fuera de la biblioteca.

Fin del capítulo X. ********************

Nota de la Autora: De nuevo me disculpo si es que se decepcionaron al esperar un final que aun no llegó, trataré de concluirlo lo más pronto posible, al menos espero que este capítulo no haya sido una decepción tan grande, aunque no haya pasado mucho podemos ver que Snapy no caerá sin dar pelea, que tendrá planeado. Yo por mi parte digo que me decepcionó que Snivellus llegara tan pronto, yo quería que Avery y Lucius se besuquearan en la biblioteca, pero supongo que Snapy se hubiera sacado los ojos después de ver ese espectáculo, yo lo hubiera hecho de ser él. Bueno me despido, esperando verlos para la última entrega, porque con el material que me quedó sale el capítulo final pero ni uno solo más, ya no alcanza para más a menos que fueran dos capítulos demasiado cortos, y no quiero. Bye a todos, muchos besos y nos leemos por ahí.

Lorien Lupin.
Administradora adjunta de
"La Legión de las Lupinas"
Y "Miembro de la Orden Siriusana"

P.D. A todos los que esperan el capítulo 18 del calendario en unos días estará subiendo, ya lo tengo bien avanzado, pero mi musa aun anda con resaca y no está de lo más cooperativa.