Capitulo II ¿Voy a ser tío?

Cuando unos minutos después Hermione salió del tocador, se sentía mucho mejor. Se había refrescado la cara con agua fría, limpiado la boca y estaba segura de que podría terminar el día. Pero entonces vio a Harry apoyado en la pared con el abrigo negro puesto. Sobre un brazo sostenía el abrigo y bufanda marrones de ella, y en la otra mano el bolso.

Se irguió al verla.

-Muy bien, vámonos- indicó antes de que ella pudiera hablar-. Estás enferma y te llevó a casa.

-No estoy enferma- contradijo, y de forma automática alargó la mano hacia su bolso. Él se lo entregó y la ayudo a ponerse el abrigo. Luego la tomó con firmeza del brazo y la guió por el pasillo en dirección a los ascensores.

-Harry...¡aguarda! Ya estoy mejor- le dijo tratando de detenerse.

-Me alegra oírlo- respondió, pero no dejo de caminar.

Cuando llegaron a los ascensores, siguió sin darle oportunidad de discutir, ya que la introdujo en uno antes de que a Hermione se le ocurriera un modo de convencerlo que estaba bien.

Las puertas se cerraron y él la miro.

-Estás tan blanca como Nick casi decapitado, Herms- acalló las protestas y le pasó la bufanda por el cuello- . Te llevo a casa.

-¡No hace falta!, puedo tomar un translador- se bajó los bordes de lana de la boca- o usar polvos flu, además Albus y Ron...

-Hermi, ellos lo entenderán. Les deje un mensaje en el que les explicaba que no te sentías bien...Además quiero asegurarme de que llegas bien a casa; sin contar que quiero usar mi auto, para variar. No te preocupes, además, como es Viernes, dispondrás de todo el fin de semana para descansar.

Hermione abrió la boca para volver a protestar, pero la cerró al mirar la cara de Harry. El tono sonaba amable y cariñoso, pero la expresión de sus ojos le indicaba que hablaba en serio. Suspiro y decidió volver a intentarlo.

-Puedo tomar un taxi...o el autobús noctámbulo. O quizás Andy pueda llevarme

-¿Quién es Andy?- la miró con las cejar enarcadas

-Andy Smith, me trajo esta mañana. Vive al lado de mi casa.

-¿Porqué no usaste tu coche o viniste por polvos flu?-preguntó mientras el ascensor se detenía en el piso 14. Las puertas se abrieron para dar entrada a otro pasajero.

-No me sentía de ánimo para usar las chimeneas, además mi auto tardó en arrancar y Andy se ofreció...

-Vaya, hola Harry- interrumpió una voz sensual.

Hermione alzo la vista. De pie ante las puertas abiertas había una morena que miraba a Harry con expresión encantada.

Él sonrió

-Hola Cho- saludó

La chica entro en el ascensor y de inmediato se pegó a él. "Como una serpiente", decidió Hermione. "Con bastante busto"

Cuando las puertas se cerraron, clavo la vista al frente. Trataba de evitar mirar en los espejos que los rodeaban. Al final bajó la vista a sus uñas sin pintar, hasta que no le quedó más remedio que ceder. Miró los reflejos en el espejo y pensó que era como si fuera invisible.

Harry se hallaba a su lado, pero no la miraba. Toda su atención se centraba en la mujer que tenía del otro lado...y la de Cho estaba clavada exclusivamente en él.

Ninguno de los dos casos la sorprendió. La mujer estaba preciosa en su caro y ceñido traje azul. Unos tacones de aspecto frágil exhibían sus diminutos pies y del brazo llevaba una piel. Esbelta, sofisticada tenía, recordaba Hermione, un año más que ellos. Y en cuanto a Harry....Hermione lo estudió. Le sonrió brevemente a la recién llegada y los dientes perfectos le brillaban. También estaba...bien.

Apartó la vista para clavarla en su propia imagen. Con su aburrido abrigo de paño, la bufanda a rayas y los cómodos zapatos bajos parecía un tronco...Un tronco peludo y marrón.

-¿Qué haces por aquí?-le preguntaba Harry a Cho.

-Tenía una cita con el jefe del Departamento de Regulación y Control de las Criaturas Mágicas, necesito una licencia para tener un Kneazle y pensé en pasar por tu oficina para preguntarte si querías que comiéramos juntos. Hace un tiempo que no se nada de ti- murmuró con un tono reprobatorio y párpados entrecerrados.

-"Mal jugado"- pensó Hermione- Harry no animaba a sus citas a visitarlo en la oficina. En una ocasión le había explicado que eso las volvía territoriales. Como si fuera la señal, la expresión de sus ojos se enfrió. Pero respondió con tono amable.

-Si, he estado bastante ocupado.

-¿Aún tienes mi número, verdad?- insistió la morena- ¿Quién iba a decir que esos aparatos muggles, los teléfonos celulares, fueran tan útiles?

-Si...y no te preocupes, tú número lo tengo en mi agenda.

Hermione trató de convertir el súbito bufido en algo parecido a una tos

-Lo siento- se disculpó cuando ambos la miraron por el espejo.

Los ojos de Harry permanecieron sobre ella.

-Te presento a Hermione- anunció de repente, como si acabara de recordar que ella iba en el ascensor. Rodeo los hombros de la chica con un brazo y la giró hacia ellos- Aunque ya la conoces ¿no?

Hermione extendió educadamente la mano. Cho la había estrechado con renuencia cuando Harry añadió:

-Me temo que hoy no voy a poder comer contigo. Me llevo a Hermi a casa. Ha estado enferma, vomitando y todo eso.

Hermione se ruborizo y la otra mujer apartó la mano. Cho dio un paso atrás, miro hacia los lados, como si buscara una salida y luego toco el panel de botones. El ascensor se detuvo en seco.

-Bueno...yo...ah...bajo aquí- La chica oriental esquivó a Hermione- Nos vemos Harry. ¡Llámame!- dejo antes de desaparecer por el pasillo.

Harry apretó un botón y las puertas volvieron a cerrarse. Hermione miró con ojos centellantes la expresión de inocencia de él en el espejo.

-Te agradecería que no me usaras como repelente de morenas- dijo con tono helado.

-¿Crees que yo haría algo así?- Preguntó con mirada risueña y voz seria.

-¡¡Si!!- irritada por su actitud, se volvió hacia los botones-. Y tengo mejores cosas que hacer que perder el tiempo, así que si no te importa, me gustaría regresar a la oficina y...

Le tomó la mano antes de que pudiera apretar el botón justo en el momento en el que el ascensor volvía a detenerse. Las puertas se abrieron en la planta baja. Harry se aferró a su brazo y la hizo caminar por el vestíbulo y por la salida al frío aire de Diciembre.

Las bocinas y el tráfico rugieron en la calle. Harry se detuvo un momento para subirle la bufanda alrededor de los oídos, y le apartó las manos cuando ella trató de detenerlo. Luego, satisfecho con sus esfuerzos para mantenerla abrigada, la tomó otra vez del brazo para conducirla hacia el estacionamiento.

A Hermione le resbalaban los pies sobre el pavimento helado. El apretón de Harry se acentuó para equilibrarla.

-Deberías haberte puesto botas-murmuró él.

-¡¡No me diste oportunidad!! Las tengo debajo de mi escritorio- era típico de Harry culparla cuando la precipitación había sido suya.

-¿Y que me dices de tus guantes?- enarcó las cejas y le apretó los dedos fríos para recalcar la pregunta- ¿También están en tu escritorio?- preguntó sacando discretamente la varita y apareciendo unos.

Hermione apretó los labios mientras le ponía los guantes. Él sabía que no era así: aquella mañana la había reprendido por no llevarlos. Decidió no responderle y concentrarse en intentar mantener el equilibrio.

Al llegar al lustroso coche negro, trató de decirle otra vez que podía ir a casa sin ayuda, pero él no le hizo caso y le abrió la puerta para meterla dentro con gentileza y firmeza.

Hermione se cruzó de brazos y observó como la ciudad pasaba por delante de la ventanilla. Cuando Harry metió un CD en el reproductor del coche, lo miro de reojo. Una canción de Rock salió de las bocinas, mientras él seguía el ritmo con los dedos sobre el volante.

Sabía que no tenía que indicarle como llegar a su casa. Después de todo, él y Ron la habían encontrado casa cuando vendió la de sus padres. La casa, de estilo victoriano, se encontraba en el centro de Londres, cerca de "El caldero Chorreante", por lo que estaba muy en contacto con ambos mundos...además quedaba cerca de su trabajo.

Suspiró aliviada cuando se detuvieron delante de la casa. Él ya podía regresar al trabajo. Antes de abrir la puerta, lo miró:

-Te agradezco por...

-No te muevas- ordenó al apagar el motor- Te acompañaré.

Mientras atravesaban el jardín y subían la escalera se preguntó si la había ordenado antes de salir aquella mañana. Consternada, pensó que lo más probable es que su casa estuviera hecha un desastre. No se había sentido muy bien al levantarse, tampoco la noche anterior.

Se detuvo en el rellano y, sacando solo un poco su varita, desactivo los hechizos de seguridad y saco la llave de la puerta, con la esperanza de que Harry la dejará ahí.

-Gracias por...

-Dámelas- interrumpió, quitándole la llave. En menos de cinco segundos abrió la puerta y entró detrás de ella.

Hermione inspeccionó la casa mientras se quitaba los guantes y trataba de quitarse el torniquete de la bufanda que Harry le había enrollado al cuello. El salón tenía un diseño abierto con la cocina. Decidió que no estaba tan mal. Había dejado algunas cosas fuera de su lugar y los platos del desayuno en el fregadero, pero nada importante.

Aliviada, miro a Harry para tratar de darle otra vez las gracias y lo sorprendió con la mirada clavada en la ropa limpia que tenía doblada sobre una silla. Justo encima estaba un sostén de algodón blanco. Un rubor encendido invadió su rostro. Se dirigió hacia la silla con la intención de meterlo debajo del resto de la ropa y con la varita en mano, para limpiar el desorden, pero justo cuando lo tomaba, Harry volvió a hablar:

-¿Dónde esta el termostato?- preguntó entrando al salón- la chimenea no bastará para calentar la casa. Está en la parte de arriba, ¿verdad?. Calentemos la casa.

Desapareció por las escaleras, hacia el pasillo y Hermione lo siguió a la carrera. Lo alcanzó frente al termostato situado al lado de la puerta del dormitorio...abierta. Gimió al mirar dentro. La cama estaba deshecha, el camisón sobre las sábanas y la ropa interior en el suelo.

Cerro de golpe para bloquear la visión de Harry. Él no pareció darse cuenta, ajustó el termostato a su satisfacción y se volvió para regresar al salón. Hermione lo siguió, aliviada de que al fin fuera a marcharse.

Al llegar al recibidor, logro decir:

-Gracias por traerme a casa.

-De nada- respondió con tono igual de solemne- ¿Quieres ir a la cama?

Ella se quedo boquiabierta y lo miró sobresaltada:

-¡¡¡NO!!! Quiero decir, si....haré justo eso...en cuanto de vayas- instintivamente se llevó las manos a las mejillas para cubrirse el rubor por haber malinterpretado su pregunta, pero de inmediato las bajó al darse cuenta que en una de ellas aún tenía el sostén. Escondió las manos en la espalda y cerró los ojos avergonzada. Harry no iba a burlarse de ella, ¿Verdad?....Bueno, el antiguo Harry no lo hubiera hecho...Abrió los ojos y lo miro aterrada, a la espera de que dijera algo. Pero no lo hizo. Quizá por la aprensión en su cara o porque se apiadara de ella debido a que consideraba que tenía gripe. Fueran cuales fueran sus motivos, simplemente dijo:

-Bueno Hermi, me marcho, así que ve a meterte a la cama- alargó la mano al picaporte y se detuvo. La miro, le alzó el mentón y la obligó a mirarlo- Y si todavía estás enferma, olvídate de ir el Lunes al Ministerio, es una orden pequeña- añadió, besándola en la mejilla. Y con un movimiento de varita ordenó la casa de su amiga. Le sonrió, la soltó y se fue. Hermione cerró con llave y aliviada se recargó en la puerta; la piel le hormigueaba por el contacto de él.

Harry aún se reía interiormente mientras caminaba por el pasillo en dirección a su oficina. Jamás había visto a Hermione tan nerviosa...ni cuando se metían en problemas. Y todo por un sostén. ¿Es que creía que nunca había visto uno?

Sin embargo, se le olvidó el recato de su amiga en cuanto entró a su oficina para descubrir que su mejor amigo lo esperaba. Ron Weasley estaba sentado en el borde del escritorio de Harry, con los hombros anchos encorvados mientras miraba ceñudo un pergamino que sostenía en la mano.

Harry se quitó el abrigo y lo colgó detrás de la puerta, luego fue a saludar al otro hombre.

-Ron...¿Hace mucho que esperas? ¿No recibiste mi mensaje? ¿Dónde esta Albus?

-Por eso te esperaba- respondió Ron- Albus pospuso la reunión, ¿Cómo esta Herms?

-¿Herms?- se encogió de hombros, un poco sorprendido por la pregunta- enferma, como te dije.

Ron bajo la vista otra vez al pergamino y Harry comprendió que lo que sostenía en la mano era el mensaje que él le había dejado.

-Aquí dice- indicó Ron- que le dolía el estómago

-Si- se preguntó si creería que la chica había fingido para irse temprano a casa- No fingía, si eso es lo que crees.

-No- soltó el pergamino sobre el escritorio. Se dirigió hacia la ventana, esquivando el bote de basura que aún seguía en el centro de la oficina, y guardo silencio largo rato. Luego respiró hondo y se volvió para mirar a Harry a los ojos- Lo que creo- añadió despacio- es que Hermione podría estar embarazada.

¿Qué les pareció? Aburrido?, Divertido? El siguiente capítulo nos dirá porque Ron piensa que Hermione pueda estar embarazada...y de quién (A pesar de lo que parezca es HHr) No se pierdan el siguiente capítulo...aún no sé como se titulará...pero será divertido...Y ya saben, cualquier comentario a ady2qfbyahoo.com o sean lindos y dejen un review.

Y, contestando a sus amables reviews:

ELIZA:

Muchas gracias por leer, espero que este episodio sea de tu agrado...ya verás como las cosas se complican más adelante para todos...será divertido... Me agrada que te guste...

ANNA

Espero que este capítulo te agrade, gracias por comenzar a leer esta historia, y ya verás los siguientes episodios...

HIKARI:

Amiguita, todo un honor recibir un review tuyo...nada me emociona más...NO te preocupes, estará toda completa...y eso de dulce y salado....me recuerda a cierto partido y un algodón de azúcar...¿Verdad que a ti también? Y aún está en proceso, pero espero escribir la continuación de esta historia...después de todo, tenemos un bebé perdido

EMILYWOLEN:

Todo un honor recibir un review tuyo, y sobre todo, el que te haya gustado mi historia, tus historias también son fantásticas. Y, como dije a Hikari, la subiré completita...Muchas gracias por tu Review...Y, si no es mucha molestía, me encantará seguir recibiéndolos

¡¡¡¡¡DEJEN REVIEWS!!!!!