Capitulo VI ¿Para que son las amigas?

Hermione cerró y echó llave, además de todos los hechizos de seguridad. Luego fue al salón y se hundió en el sofá.

Cruzó los brazos y contuvo las lágrimas que le quemaban los ojos, negándose a dejarlas caer. Bajo ningún concepto iba a venirse abajo en ese momento.

Había tenido abundante práctica en el control de sus emociones; y, en los últimos tres años se había convertido en su segunda naturaleza.

Desde que se había enamorado de Harry.

Incluso en su momento, había sabido que era una estupidez dejar que sucediera. Ella solo era su amiga, su segunda conciencia..."Su psicoanalista personal"- pensó irónica.

Por ello, había decidido irse a estudiar a Francia, para olvidar ese sentimiento que jamás sería correspondido. Durante los cuatro años de ausencia llego a pensar que todo había pasado y que era tiempo de regresar. Incluso, al volverlo a ver, trato de convencerse que ya no sentía nada por él...Pero entonces, sucedió lo de sus padres y de pronto, se vio sola...en plena navidad...

Entonces Harry había aparecido con un árbol de navidad. Hermione había mirado esos ojos verdes y risueños, había visto esa sonrisa burlona en la cara mientras entraba en su casa con el árbol, y fue cuando comenzó a caer, de nuevo...Y cuando el día acabó y él se marchó, Hermione se había dicho que solo era su imaginación creer que se había llevado su corazón con él. Algo provocado por el día festivo y las emociones. Se había esforzado en enterrar de nuevo sus sentimientos en lo más profundo de su ser y durante meses logró fingir que solo era su jefe. Una gran tipo con el que trabajar...Su mejor amigo.

Pero últimamente, cada día le resultaba más duro ocultar sus sentimientos. Sentía un nudo en el estómago cuando le dedicaba una sonrisa inesperada o se producía un roce de manos. No dejaba de preocuparla la posibilidad de delatarse, incluso esa noche llegó a pensar que Harry había adivinado su secreto. Menos mal que no había sido así. Sabía que Harry no estaba interesado en ella de esa manera.

Tragó saliva y cerró más los brazos...luego se puso rígida al oír que llamaban a la puerta. Sintió un aguijonazo de dolor. NO podía volver a enfrentarse a Harry otra vez esa noche.

Pero un segundo más tarde oyó una voz femenina..

-¿Hermione? ¿Te encuentras bien?

Se sintió aliviada al ver que no era Harry que volvía a atormentarla, sino Andy. La había conocido en el albergue de mujeres, donde Andrea, que era cosmetóloga, demostraba técnicas de maquillaje para ayudar a las mujeres a preparar entrevistas de trabajo. Rápidamente se habían hecho amigas...y más aún cuando se encontraron en el Callejón Diágon, dándose cuenta que compartían el mismo secreto...ambas eran brujas.

Aunque el enfoque estrafalario de Andy hacia la vida siempre resultaba divertido, esa noche, Hermione no tenía ganas de diversión. Pero al oír que volvía a llamarla con creciente preocupación, supo que no podía ignorarla. Con un suspiro fue a abrir la puerta.

Andy la miró, la apartó con suavidad y entró. El largo cabello caía por su espalda como una capa.

Hermione fue a sentarse en el sofá y le indicó a Andy que hiciera lo mismo. -Muy bien, ¿qué pasa aquí? ¿Quién era ese hombre y por qué te ha hecho llorar?- exigía Andy.

-No estoy llorando- se tragó el nudo en la garganta-. Era Harry.

-¿Te ha despedido?- hurgó en el bolso y sacó un paquete de pañuelos de papel.

-No, por supuesto...

-¿Se te ha insinuado entonces?- interrumpió. Sin esperar una respuesta, añadió con tono más sombrío-. Sabía que terminaría por hacerlo.

Hermione aceptó el pañuelo que Andy le extendió.

-No- soltó una risa breve-. De hecho, no podrías estar más equivocada. En todo caso, hizo lo contrario.

Las cejas perfectas de Andy se elevaron.

-¿Se negó a acostarse contigo?

-Si...bueno, no- Hermione se limpió la nariz-. Es decir, el tema no surgió...pero de haber salido, lo habría hecho.

-Entonces, ¿para qué vino?

-Porque creía que estaba embarazada.

Andy se quedó boquiabierta.

-¿De su bebé?

-¡¡No!! Claro que no.

-¿Creía que era de otro?

-Oh, por el amor del cielo, no estoy embarazada- indicó exasperada-. Simplemente cree que soy ingenua y que no sé nada sobre los hombres y que había podido pasar algo. Sonaba como si...como si el único motivo que tendría un hombre para salir conmigo fuera que estuviera desesperado por tener sexo. Muy desesperado.

Andy no tuvo ningún problema en descifrar el objetivo del comentario confuso.

-¡¡El muy imbécil!!

-Oh, no tenía intención de herirme- reconoció Hermione-. Harry no es así. De hecho, estoy convencida de que siente un cierto...afecto por mí. Siempre bromea conmigo, como lo haría con una hermana menor. Soy yo quien se ha engañado a sí misma creyendo que alguna vez me consideraría de otra manera.

-¿Y porque no iba a hacerlo? Eres una mujer maravillosa.

Hermione apretó la mano de su amigo, pero movió la cabeza con una sonrisa melancólica.

-Desde luego, no puedo competir con las mujeres con las que suele salir. Son deslumbrantes...además de sofisticadas. Sin contar que todas tienen cuerpos de modelo de Victoria's Secrets.

-Pechos grandes ¿eh?- soltó Andy, sin vergüenza.-Bueno, será mejor que lo olvides. No se merece una mujer como tú.

-No- acordó triste-. Se merece a una mujer sofisticada y hermosa. El tipo de mujer con quien le gusta salir.

-Hermione Granger, para de inmediato- la reprendió Andy con ojos centelleantes-. Tú eres hermosa...

-Oh, claro...

-Si, lo eres. Pero hasta que no consigas que lo crea una persona, nadie más lo hará.

Volvió al limpiarse la nariz y reflexionó en las palabras de su amiga.

-¿Te refieres a Harry?- preguntó titubeante.

-Santo cielo, no. ¿No acabo de decir que lo olvidaras? ¡¡Me refiero a ti!!

-¿Yo? Si no soy hermosa- no quería enfadar a Andy pero en ese punto tenían que enfrentarse a la realidad. Aunque su amiga parecía reacia a eso.

-¿Qué te hace decir eso?

-Qué soy tan...corriente.

Andy lo miró desesperada.

-Entonces deja de ponerte ropa que parece un charco de barro. Cómprate algo con color, que resalte tu maravilloso tono de piel. Y prendas más ceñidas que revelen tu figura. La mayoría de las mujeres moriría por tener tu esbeltez.

-Pero no mi complexión.

-Oh, por favor- puso los ojos en blanco-. Solo por que tus pechos no sean enormes...

-Esa es una subestimación de la realidad.

-...no significa que tengas mala figura. Tus piernas son largas y torneadas, tu cintura es estrecha y tienes el estómago liso. Eres perfecta- estudió la cara de Hermione- ¿No lo ves? El modo en que te consideras afecta como te vistes, piensas y reaccionas con otras personas...y cómo estas reaccionan contigo. No deberías querer ser otra persona...ni siquiera el tipo de mujer que crees que podría desear algún hombre. Debes ser el tipo de mujer que tú quieres ser.

-Soy el tipo de mujer que quiero ser- protestó.

-¿Lo eres?- preguntó su amiga-. No creo que te tengas en mucha estima. ¿Te gusta el gris?-. Preguntó clavando la vista en la ropa de Hermione.

-No especialmente...

-¿Y llevar el pelo largo?

Hermone se tocó los mechones que caían sobre sus hombros.

-No en particular. Lo que pasa es que es más sencillo...

-Olvida eso. ¿Te gusta su aspecto? -No- respondió...y comprendió que hacía siglos que estaba cansada del estilo de su pelo-. Creo que quedaría mejor corto. Pero siempre estoy tan ocupada. Con el trabajo, ayudando en el refugio y...-calló.

-Y sentada en casa soñando con Harry- la voz de Andy fue severa, pero en sus ojos brillaba la gentileza-.Debes parar, Herms. Si no, algún día el va a descubrir lo que sientes. Y entonces, quizá termines siendo una de las mujeres de Harry...¿De verdad quieres eso?

No, no quería eso. a pesar de lo mucho que le dolía en ese momento, sabía que pertenecer a Harry para que luego la dejara, le dolería mil veces más.

-Entonces, ¿Cómo lucho contra ello?

-Debes dejar de centrarte tanto en ese hombre, deja de pensar en él todo el tiempo y empieza a buscar al tipo de hombre que quieres.

-Visualización- repuso de forma automática-. Los atletas lo hacen. En el trabajo la empleamos en todo momento. Visualizar lo que quieres, luego imaginas que sucede- hizo una mueca- En el colegio solía ser muy buena para ello.

-Pues es el momento que lo retomes...y que aprendas a hacerlo de nuevo- afirmó Andy.

Hermione no estaba muy segura, pero sí sabía una cosa. No podía continuar de esa manera, anhelando a un hombre que no la deseaba, No podía desperdiciar su vida a la espera de que Harry algún día se enamorara de ella. Jamás se había enamorado de ninguna de las mujeres extraordinarias con las que había salido, ¿Por qué imaginaba que lo haría de ella?. Pensar que algún día los sentimientos serían recíprocos era una simple fantasía.

En especial desde que en ese momento sabía lo que él pensaba realmente de ella. Que no era hermosa ni lo bastante inteligente como para interesar a un hombre...como Ron...o como Harry Potter. Que era del tipo de mujer tan desesperada por obtener atención masculina, que pensaría en tener una aventura de una noche.

-Tienes razón...sobre Harry, sobre todo- le dijo a Andy, luego bajo la vista a su ropa y acentuó la mueca al recordar la expresión de Harry al verla vestida así-. Y no hay mejor manera de empezar que con un nuevo guardarropa.

-¡¡Esa es mi chica!!- Andy junto las manos-. Este fin de semana tú y yo iremos de compras, y nos cortaremos el pelo y nos acicalaremos- entusiasmada, se puso de pie y descubrió que había estado sentada sobre algo-. Santo cielo...¿qué es esto?- recogió el suéter que Hermione había estado tejiendo, lo levantó y luego miro en silencio a su amiga.

Pero Hermione tenía la vista clavada en la puerta que sostenía Andy. Volvió a pensar en lo bien que le sentaría a Harry ese profundo color verde. En lo abrigado que lo mantendría durante los duros inviernos en Londres.

Alargó la mano para quitarle el suéter a Andy. Acarició la lana gruesa y suave y pensó en las horas, semanas y meses que había trabajado en el.

-¿Aún piensas regalárselo?- preguntó Andy en voz baja.

-No- contestó con un movimiento de cabeza-. Ya no.

Sacó la varita y con un toque, el suéter comenzó a deshacerse y a formar otra vez la madeja de lana. Miro a su amiga y se obligó a sonreír.

-Mientras esto termina y se forma de nuevo la bola de lana, ¿porqué no me enseñas que hay en ese bolso lleno de trucos?.

¡¡¡Claro!!! Las amigas siempre nos apoyamos...sobre todo cuando hay que ir de compras...Es fabuloso...sobre todo cuando se planea la venganza....ñacañaca.

¿Qué pasara con Hermione? ¿Qué estará pensando Harry y como reaccionará cuando la vea? ¿Dónde dejé mi helado?...Upsss...No, eso no, pero las respuestas a las preguntas anteriores se resolverán en el próximo capítulo...no se lo pierdan...¡¡¡Y no olviden dejar un Review!!! Harán muy feliz a está niña.