"..." pensamientos de un personaje
Trampa de fuego
- Kyaaaa! – Heiji cogió lo más parecido a una espada que encontró y golpeó a Vermouth que se había quedado sin arma, con la fuerza suficiente para dejarla inconsciente.
- Dormida no parece tan peligrosa – bromeó Kaito, con su habitual humor.
- ¿Qué vamos a hacer con ella? – preguntó Heiji. Conan no se inmutó... Ni se había enterado de que su amigo había hablado. Desde que se cercioró de que Vermouth se había desmayado no había apartado los ojos de la pantalla del ordenador. Todavía iba por un 22% y disminuyendo a un ritmo desesperadamente lento.
- Ya la llevaré yo – dijo Kaito, al ver que el pequeño detective no respondía. El mago se cargó a la mujer a la espalda.
- Kudo... - no obtuvo respuesta – Kudo!!! –Heiji se empezó a preocupar. El fuego se extendía rápidamente, y pronto llegaría hasta la puerta. – ¡Tenemos que irnos!
- No... - respondió tranquilo- yo no puedo...
- ¡Si no quedamos lo más probable es que nos quememos vivos!
- No... ustedes no van a morir – les dijo suavemente – porque el único que se va a quedar soy yo.
- ¡¿QUÉ?! ¡No! Tú te vienes con nosotros – dijo Heiji, empezando a caminar hacia él.
- ¡¿Es que no lo ves?! ¡Estoy demasiado cerca como para irme ahora! – gritó – ¡No puedo perder la única oportunidad de volver a ser yo!
- ¡¿Y qué pasa con Mouri?! ¿Tanto tiempo esperándote y vas a dejar que te siga esperando toda la vida si mueres?!
- ¡¡No lo comprendes!! – dijo, dejando salir unas lágrimas de rabia - ¡¡Si sigo siendo Conan, es como si hubiera muerto!! ¡No pienso dejar escapar la posibilidad de volver con ella siendo Shinichi, por mínima que sea!
- Lo siento Kudo, pero lo hago por ti... - el detective se acercó a Conan con intención de cogerlo, pero se dio cuenta de que éste había recogido la pistola de Vermouth y le apuntaba con ella.
- No serás capaz de dispararnos, ¿verdad? – preguntó Kaito, que había estado callado durante toda a discusión.
-No – aseguró Heiji – pero está decidido a quedarse, así que yo me quedo con él.
- No, vete, sal de aquí, ¡ahora!... de verdad que no quiero llegar a dispararte, Hattori – Heiji hizo caso omiso a Conan y acercó a el. El joven detective no dudó y disparó.
El taxi llegó a toda prisa. El edificio estaba rodeado por bastantes coches de policía y dos o tres camiones de bomberos intentaban extinguir el fuego, que cada vez era más grande. Una cinta de policía, colocada alrededor del edificio, a bastantes metros de él, señalaba el límite de seguridad. Ran no hizo caso de la cinta y se acercó al edificio, seguida de cerca por Kazuha. Un policía las paró rápidamente
- Perdonen señoritas pero no pued... Mouri??
- ¡Detective Takagi! ¿Qué hace aquí? ¿Su departamento no es el de homicidios?
- Sí, pero este asunto es de vital importancia. Creemos que este puede ser el cuartel general de una organización muy peligrosa que actúa en Japón, América y...oi! Eso no importa ahora! No se puede pasar, está prohibido. Tendrán que esperar fuera del cordón policial
- Pero, pero Shinichi está...
Aoko estaba histérica. "Pero dónde se habrá metido este Kaito... Su madre dice que no lo ha visto desde ayer... Esto de da mala espina... voy a llamarle a ver... ¡Tiene el móvil fuera de cobertura! ¡Cuando lo encuentre lo voy a matar!" Entonces vio las noticias por la tele de un escaparáte. Un edificio en llamas y... ¿un adolescente saliendo de él con una persona a cuestas? ¡¿Kaito?! Sin pensárselo dos veces llamó a un taxi y fue hacia el lugar del incendio. [n/a: a que me sonará esto?XD Para aclarar las cosas, Kaito no estaba en ese momento vestido de Kid]
Por suerte la herida que Conan le hizo al joven de Osaka fue muy superficial. La bala le había rozado el brazo, pero no le había causado daños importantes. Aún así la bala sirvió para que Heiji se tomara en serio lo que el niño le decía.
- Vete Hattori... vete ahora que aún puedes... yo no tengo opción pero tú si... piensa en Toyama... por favor... Heiji – el mago ya se había ido hace tiempo, pues si esperaba más no podría salir del edificio cargando con una persona.
- Está bien, tú ganas – dijo con voz derrotada, agarrándose el brazo herido – suerte, la necesitarás... Shinichi... - y con estas palabras el chico de Osaka salió rápidamente al pasillo. El ordenador emitió un sonido de confirmación y apareció una ventana en la pantalla -"descarga finalizada"- Conan sacó el Cd d la bandeja que se acababa de abrir y se lo guardó "¿desea borrar todos los datos del disco duro?" Una sonrisa maliciosa se asomó a la cara del pequeño detective.
- Por supuesto – el ordenador mostró una cuenta atrás y al finalizar se apagó solo. – Un derrumbamiento lo hizo volver a la realidad. Salió rápidamente del laboratorio en llamas y se encontró con una imagen desesperanzadora. Justo delante de la salida se habían caído unos cuantos escombros. Un niño no podría moverlos... pero... un adolescente si!!!
- ¡El antídoto del Baikal! ¡Si me doy prisa puede que me transforme a tiempo para poder escapar! Pero. Tengo que encontrar una habitación segura... - así que Conan se adentró en las entrañas del edificio, esperando encontrar una habitación no alcanzada por el fuego.
A lo lejos, una figura salía del edificio, caminando con bastante dificultad.
- He-Heiji? – tartamudeó Kazuha- Heijiiiiiiiii – gritó corriendo hacia él.
- Kazu? – el joven no se lo podía creer. -¿qué haces aquí?
- Vine con Ran... pero eso no importa ahora! ¿qué te ha pasado en el brazo? - Preguntó, muy preocupada
- Nada... sólo que Kudo...
- ¿Shinichi? ¡¿Dices que Shinichi está ahí dentro?! –sin esperar contestación corrió hacia la entrada del edificio, quitándole una botella de agua a un policía y sorteando a todos los que querían detenerla.
- ¡Ran! ¡No, Ran! – gritó Kazuha, intentando alcanzarla. Por desgracia los policías la detuvieron antes de poder parar a la joven de Tokio -¡No! ¡Ran, vuelve! – gritaba impotente mientras dos hombres se debatían con ella para que no se escapara.
- ¡Kazuha! – dijo Heiji mientras la agarraba por los hombros. – ¡No puedes hacer nada!... ya no puedes hacer nada... - decía, suavizando la voz.
- ¡Heiji! – Kazuha se abrazo a él con fuerza, llorando. Sorprendentemente, el joven no se sonrojó. Sólo la estrechó contra él y le acarició la cabeza, intentando tranquilizarla susurrándole palabras de consuelo.
Kaito, sentado en un pequeño muro, miraba la situación, alejado de la multitud. Más bien miraba a la pareja de Osaka, melancólico. Veía cómo se consolaban mutuamente. Cómo le hubiera gustado tener a alguien para abrazar. Concretamente a una persona... Las luces de un coche que se acercaba le hicieron darse la vuelta.
- Kaito! – una voz perfectamente reconocible sonó dentro el coche, incluso antes de que se parara.
- A-aoko? – El mago no se lo podía creer ¡Aoko! ¡Aquí! Cuando salió del taxi, la joven se abalanzó hacia él y lo abrazó [n/a: Kaito ya no se podrá quejar XD]
- Auh! – Un gemido del chico la hizo retroceder. Entonces se dio cuenta del vendaje que tenía en el estómago. Se lo había hecho antes de salir, quemándose con un escombro metálico.
- Pero ¡¿qué?!
- No es nada, sólo una quemadura sin importancia – respondió quitándole importancia al asunto.
- Aho... - le dijo suavemente, abrazándole con más cuidado. Él hizo lo mismo, consiguiendo el consuelo que necesitaba de una amiga, no, amiga no... algo más que eso...
- Shinichi! Shinichi! ¿Estás ahí? – Ran avanzaba lentamente por entre las ruinas del edificio, apartando escombros de la entrada para seguir adelante.
Shinichi se despertó. ¿Habría funcionado el antídoto? Sólo tuvo que mirarse para comprobarlo. Las ropas que se había puesto (que había encontrado en un armario de la habitación) no le quedaban excesivamente grandes. Es más, se ajustaban perfectamente a su cuerpo. "Qué suerte que un hombre de negro tenga mi misma medida" – pensó divertido. Entonces la oyó.
- Shinichi! Shinichi! ¿Estás ahí? – unos golpes en la puerta le hizo pensar que ella ya estaba muy cerca, pero no podía alcanzarla. Todavía estaba demasiado débil como para levantarse y abrir la puerta cerrada con llave. Pero podía hacer nada y tenía la boca tan seca que hablar hubiera sido más costoso que ponerse de pie. Sólo tuvo fuerzas para apoyarse en la pared y emitir un leve gemido.
Un pequeño ruido le hizo sospechar que había alguien dentro de esa habitación. Golpeó la puerta, pero, efectivamente, como ella había imaginado, estaba cerrada con llave. Un gemido, inconfundible, le hizo decidirse por completo. No iba permitir que una simple puerta la alejara por más tiempo de Shinichi. Se quedó quieta, relajando sus músculos al máximo, y tomó aire.
- KYAAAA! – de un solo golpe partió la madera en dos
Un grito apagado se oyó detrás de la puerta y de repente, ésta estaba en el suelo, partida en dos.
- Ran... - susurró el joven que se encontraba en el suelo. El detective tenía un aspecto deplorable. Estaba tendido en el suelo, con la ropa machada de hollín. Su cara era una mezcla de sudor y humo. Estaba apoyado en la pared con una mano encima de su corazón.
- Shinichi! – la chica literalmente se tiró encima del joven, sollozando, pero al cabo de unos segundos se controló y se separó de él. – Shinichi ¿qué te ha pasado?
- Yo... - un ataque le interrumpió y no pudo seguir hablando
- Toma – Ran le alcanzó la botella de agua que había estado cargando todo el camino.
- Gracias – murmuró, antes beberse casi toda el agua que Ran le ofreció. Ya empezaba a recuperar fuerzas. Ran, con sólo mirarle se dio cuenta de su estado.
- Apóyate en mí – le dijo mientras le ayudaba a levantarse. Shinichi, ya casi totalmente recuperado, se puso de pie. Tambaleó un poco, pero ya notaba que podía hacerlo solo. Ran sonrió, al ver al joven que ya iba mejorando. Como algo típico de ella, se sacó un pañuelo del bolsillo y limpió la cara del detective. El chico arrugó la nariz, con un gesto infantil que hizo reír a la joven. Un temblor los devolvió a la realidad. La habitación se derrumbaba.
- ¡Vamos! – Shinichi agarró la mano a Ran y ambos salieron corriendo hacia el pasillo lleno de humo.
La pareja de Osaka, al igual que la de Tokio, miraba aterrorizada al edificio. Otro derrumbamiento. Kazuha empezaba a llorar otra vez, apoyada en el hombro de Heiji, mientras que Kaito abrazaba más fuerte a Aoko con cada derrumbamiento, como si el temblor pudiera separarlos si se alejaba un poco de ella. Aoko no sabía lo que pasaba realmente, pero comprendía toda la tensión que Kaito estaba soportando. El mago se sentía culpable por haber dejado a su amigo ahí dentro, expuesto a una muerte segura, pero... ¿qué podría haber hecho? Tenía que salir del edificio. No podría haber cargado con Vermouth durante mucho más tiempo.
- Kaito... - susurró Aoko - ¿Qué te preocupa?
- Kudo... - respondió, eludiendo su mirada- Lo dejé ahí dentro, en un infierno de escombros y humo...
- Kaito, no pudiste hacer otra cosa. Cargabas con esa persona, y por lo que me contaste no tuviste otra opción - decía Aoko, con voz comprensiva
- No lo entiendes, debería... debería haber hecho algo...
- Basta! – Aoko había perdido la paciencia – ¡Kaito! ¡No pudiste hacer más, y ya no puedes cambiarlo! Además... - la joven escondió la mirada – si no hubieras salido, yo...
- Shhhhh, Aoko – le dijo cogiéndola suavemente por la barbilla, forzándola a mirarla – no hay nada que hubiera podido separarme de ti... - Aoko intentó contenerse, no llorar, pero le fue imposible. Unas solitarias lágrimas rodaron por sus mejillas. Kaito las limpió gentilmente con un dedo, permitiéndose acariciar la suave cara de la joven. – No...- volvió a hablar Kaito- nada nos separará. – Sin previo aviso, el mago acercó su cara a la de Aoko y la besó. La chica estaba paralizada. ¿Kaito la estaba besando? ¿Sería una de sus bromas pesadas? No... cuando le miró tenía los ojos cerrados. Aoko le imitó, cerró los ojos y se dejó llevar.
Mientras, Shinichi y Ran iban sorteando toda clase de escombros caídos, dificultándoles mucho el avance. Un temblor hizo que Shinichi se pusiera en guardia, y pudo ver lo que se les venía encima. Antes de que Ran pudiera reaccionar, Shinichi se le tiraba encima, apartándola de la trayectoria de una viga y cayendo sobre ella, intentando protegerla lo más posible con su propio cuerpo como escudo. Por suerte, encima de los jóvenes, o más bien de la espalda del detective, cayeron unas pequeñas piedras, produciéndole un dolor al chico incomparable a lo que podría haber pasado si no se hubieran apartado a tiempo. Este hecho les hizo tomar incluso más conciencia del peligro al que estaban expuestos.
- Shinichi, yo... tengo que decirte algo, por si no... – El joven, mirando a los ojo de la chica, supo perfectamente a lo que se refería
- Ahora no... - le sonrió, mientras se levantaba – cuando salgamos.
Ran se levantó con dificultad, y al caminar, Shinichi notó que cojeaba. Al poco tiempo se cayó al suelo, sin poder continuar.
- Ran! ¡¿Qué te pasa?! – tenía el tobillo torcido y estaba muy cansada por la falta de oxígeno y el humo que los rodeaba.
- Sigue tú, yo no puedo continuar – dijo la chica, evitando la penetrante mirada del joven.
- ¡Ran, no digas estupideces!
Heiji seguía atento a cualquier movimiento del edificio, mientras que Kazuha, ya más tranquila, se aferraba al brazo del chico, y miraba fijamente a la puerta, con el omamori agarrado con la mano que tenía libre. Un derrumbamiento que podría haber sucedido por la caída de una viga los alertó, y como si se hubieran puesto de acuerdo, empezaron a correr a la vez hacia la entrada. Pero, como la vez anterior, fueron detenidos a mitad del camino. Heiji intentaba avanzar, sin resultado, pues los policías eran mayores en número y fuerza. Dándose ambos por vencido se dirigieron a un muro cercando, donde se encontraban Kaito y Aoko, hablando suavemente y cogidos de la mano, aunque de esto último no se dieran cuenta la pareja de Osaka.
- Kaito – dijo el detective, decidido – tenemos que burlar a la policía y entrar ahí.
- Yo me hago cargo de eso – respondió con una mirada brillante.
Notas de la autora: ¿Qué tal el capitulo? Interesante? n.n Creo que el fic se acabará en el siguiente chapter, aunque todavía no estoy segura... y si tengo ánimos, haré un epílogo n-n
Reviews:
Malale: Como siempre, la primera review del capítulo, que ilusión! XDDD Jajaja, es verdad, las aplicaciones técnicas del Cd pueden ser muy grandes... Ay... si Agasa vendiera Cd's con esa capacidad se haría millonario XD Y un cartel de neón con el ciclista Hacker?? Uyuyuy eso ya son palabras mayores XDDDD
Arzainer: es que si no actualizo rápido me mandan al fantasma ciclista hacker del foro n.nUUUU. Weno, me alegro de que te esté gustando n-n
