"Cuidando de un rival"
Por Makita-
El chico proveniente de China sólo soportó los insultos, apoyado contra la blanca pared, los ojos cerrados y los brazos cruzados. Hace muy poco habían llegado al hospital y sus amigos no cesaban de regañarlo por el severo ataque que había realizado contra su amigo.-
-¡Pero como eres tan descuidado! ¡Yo sabía que un día sus peleítas terminarían en algo como esto!-gritó la sacerdotisa.-
Pilika sólo lloraba y Yoh la consolaba.-
-¡Pobre Horo Horo!-
-¡Como puedes ser tan cruel, siempre piensas sólo en ti!
-Mira lo que has ocasionado.-
-Ahora ni sabemos el estado de Horo Horo.-
-¿y a que hora sale el doctor?
-Ni idea.-
-¿Qué haremos?...me refiero a los gastos…
-¡Len los cubrirá! ¡Si él inició todo esto!
-Si, eso es lo más justo.-
-Hermano…
Pilika levantó su rostro del hombro de Yoh y se dirigió donde Len. Le propinó una feroz cachetada, acompañada de las lágrimas que surcaban su fino rostro. El chino permaneció inmutable, tranquilo como antes, con esa cruel expresión de indiferencia.-
-¿Quedaste conforme?-preguntó ahogadamente.-
No respondió.-
Pilika tomó asiento en una silla, en el hall, donde esperan los familiares de los heridos. En su rostro se notaba la preocupación, la rabia y la impotencia.- Los demás se limitaban a mirar a Len.-
Es verdad todo lo que decían, era una persona que fría, indiferente, insensible. Pero se preocupaba por sus amigos. Trató de contener la opresión que se formaba con fuerza en su corazón, mientras miraba la sala donde atendían al ainu. Basón estaba a su lado, siempre acompañándolo y dándole ánimos. Pero esta vez se habían pasado de la raya. Por una estúpida pelea, de esas que siempre tenían, terminó esto.-
Y él no quería.-
Nunca quiso lastimar tan severamente a Horo Horo.-
Pero lo había hecho.-
Y no había vuelta atrás.-
Si realmente fuera un tipo malo, no estaría allí, no estaría sintiéndose como se sentía.-
El doctor salió sonriente de la sala y se acercó al grupo de muchachos. Todos lo miraron atentos.-
-El joven Horo Horo está en muy buenas condiciones…
-¡Que bueno!-chilló Pilika.-
-Tuvimos que aplicar puntos eso si…quiero que me aclaren una duda.-
-¿Qué pasa?-preguntó Yoh con su cara sonriente.- (como de costumbre)
-¿Qué objeto le causó tal corte?
Callaron. No sabían que responder y guardaron silencio. Anna respondió, sonando convincente.-
-Fue un vidrio… ¿pero que pasará con él ahora?
-Bueno, el joven debe tomar reposo semana y media. Luego le quitaremos los puntos.-
-Ahh bien.-Pilika estaba feliz de que su hermano se encontrara bien.-
-Pero no podrá realizar ejercicios, ni mover el hombro. Deben cuidar ese detalle. La herida podría abrirse.-
Todos asintieron con la cabeza y el doctor entró nuevamente a la consulta.-
-¿y ahora quien cuidará de él?
-Len tendrá que cuidarlo.-dijo la sacerdotisa.-Ya que por su culpa Horo está así.-
-¿Qué? ¿Quieren que yo lo cuide?
-¡Es lo menos que puedes hacer!-dijo manta, que hasta el momento había permanecido callado.-
Len calló, mientras que Yoh ponía un gorrito de enfermera sobre su cabeza, sonriente.-
-¿Qué es esto?
-Tu nuevo uniforme de enfermera, ya que serás el que cuidará de Horo Horo durante esta semana.-
-¡Al diablo!-dijo tirando el gorro al suelo.-
-No hay vuelta atrás, Len. Tu te harás cargo de lo que provocaste.-aseveró la itako.-
Le disgustaba la idea, pero prefirió no quejarse ya que Anna podría aplicar una de sus técnicas especiales sobre él. Después de todo no podía ser tan malo…Cuidar a alguien…no debe ser tan difícil.
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Instalaron al herido en una de las piezas del segundo piso. Estaba muy cómodo allí, ya que tendría ese espacio para él solo. A pesar de estar convaleciente, el ainu mostraba una sonrisa de satisfacción y alegría. Su hermana le hacía compañía, mientras le entregaba una pila de comics y revistas para que no se aburriera en el tiempo que estaba en cama.- Afuera de la habitación Anna y Tamao hablaban seriamente con el joven de cabellos violáceos.-
-La comida es tres veces al día, y posiblemente pida más y tú tendrás que dársela.-dijo la de cabellos rosados.-
-Y todo lo que necesita deberás otorgárselo.-
-Debes vigilarlo durante la noche, por si se presentan complicaciones.-
-Si tiene sed, deberás traerle agua.-
-Deberás acomodarle la almohada.-
-Está bien, ni que fuera un enfermo terminal.- dijo el chino a modo de respuesta.-
-Bueno, ya lo sabes, tú tendrás que vigilarlo, porque todos aquí tenemos varias cosas que hacer y estaremos muy ocupados.-
-Si, si entendí.-
-Por cualquier cosa te culparemos a ti.- amenazó la Itako.-
-Ya.- reclamó hastiado de tantos concejos y advertencias.-
Pilika salió de la habitación e hizo un gesto a Len para que entrara. El joven tragó saliva, no sabía como enfrentar al ainu, no sabía cómo pedirle disculpas, tendría que atragantarse con su orgullo. Eso era meta difícil para un Tao, pero que más da, era algo que tenía que hacer, si no, pasaría noches sin poder dormir.-
Entró silenciosamente. Sintió como las muchachas se marchaban, al escuchar sus pasos sobre la madera del piso. Se colocó su máscara de frialdad nuevamente.-
-Y… ¿te sientes mejor?-dijo mirando hacia otro lado. No se sentía capaz de mirarlo a los ojos…tan luego.-
-De maravillas.-respondió con una sonrisa.-
Se recostó sobre su futón y acomodó su almohada. Len sólo le miraba actuar, sin decir nada. Un incómodo y aterrador silencio se formó dentro de la habitación, que el ainu parecía ignorar. Para Len fueron horas y horas de silencio sepulcral, aunque fueron sólo unos minutos.-
-No te muevas tan bruscamente, se te puede abrir la herida…
-Ehhhhh ¡estas preocupado por mi!-chilló el de la cinta en la cabeza, señalando victoria.-
-¡Claro que no imbécil! ¡No era por eso!
-¿Porqué mas entonces? Reconoce que te preocupas por mí…
Len se sonrojó unos momentos, ¡por supuesto que se preocupaba! ¿Cómo no estarlo? Si fue él, quien le provocó ese feroz corte. Pero le costaba de sobremanera reconocerlo. Cambió el tema.-
-Ya es hora de cenar…te traeré tu comida.-
-Ohhhhh ¡tu serás mi enfermera personal!
-¿Qué? ¿Acaso no te habías dado cuenta?
-No, pensé que sería Tamao o Pilika…
-Bueno soy yo y no acepto quejas.-
Diciendo esto salió de la habitación dejando a Horo Horo bastante pensativo.-
-De verdad le cuesta mucho ser sincero…
Tomó una de las miles de revistas y comenzó a leerla…se moría de sueño, ya era casi media noche…pero no podía dormir con el estómago vacío. Así que esperó que su "enfermero" llegara rápido con la cena.-
**************
En el comedor, todos conversaban animadamente, a pesar de que era muy tarde. A excepción de la sacerdotisa, que permanecía callada, los demás comentaban sobre sus poderes y los entrenamientos.-
Ryu jugaba con unas miguitas de pan y se las lanzaba disimuladamente a Manta, quien sólo lo miró feo por la tonta bromita que le jugaba. Yoh, con su gran sonrisa como siempre, Tamao lo miraba y se sonrojaba al mismo tiempo, Pilika recogía algunas tazas de té y Anna la "ayudaba".-
Len se encontraba en la cocina, preparando el plato que le serviría a Horo, pero ese día, todo parecía salirle mal.-
-Señorito… ¿se siente bien?
-Si, Basón, sólo que ando algo torpe.-
-¿Quiere que lo ayude?
-No.-
-¿De verdad?
-No.-
Len tomó la bandeja entre sus manos y salió de la cocina. Silenciosamente subió las escaleras, para que nadie le lanzara alguna broma o le digiera algo por estar atendiendo a su "rival".
-¡Menos mal que llegaste!-dijo el ainu tirando lejos su revista cuando vio aparecer a Len por la puerta.- ¡me moría de hambre!
Len le acomodó la bandeja y luego caminó hacia la ventana. Se apoyó en la baranda.-
-¡Que tacaño eres, aleta de tiburón! ¡Esto es muy poco!-se quejó con una sonrisa maliciosa.-
-Tienes que conformarte con eso.-
-No, ve a traerme más.-
-Que no.-
Como parecía que Len no cambiaría de opinión decidió comer lo que había, ya que no estaba mal, sabía delicioso y no tardó en acabarlo todo. Las luces del comedor se apagaron y las del pasillo se encendieron. Sintieron voces, por lo visto todos se dirigían a sus respectivas habitaciones.- Entró Pilika.-
-¡hermano! ¿Ya cenaste? ¿Te gustó?
-Si, estaba delicioso.-
-Me alegro, espero que puedas descansar bien.- Dijo mirando de reojo a Len.-
-Claro no te preocupes.-
Entró Yoh y Anna. Yoh cargaba un futón.-
-Espero que te sientas bien, Horo Horo.-dijo secamente la rubia.-
-Si y hemos traído esto.-dijo Yoh depositando el futón en el suelo.-
-¿Para que es?
-Len dormirá contigo en esta habitación…por si necesitas algo durante la noche.- Yoh sonrió con cierta maldad.-
Len, que parecía indiferente saltó completamente enojado por la decisión de su amigo.-
-¡¿Queee?! ¡Yo no voy a dormir en esta habitación!
-Tendrás que hacerlo…debes cuidarlo.-
-¡¡¡¡Ni Amarrado!!!
Pilika ordenó el futón con su respectiva frazada a unos cuantos metros del de su hermano. Colocó un almohadón.- Dirigió sus ojos azules al chino.-
-Fue todo tu culpa, Len…ahora tienes que cuidar de mi hermano y velar por su seguridad.-
Horo Horo reía al ver la cara frustrada de su compañero, al igual que Yoh, que todavía traía en su mano el gorrito de enfermera. Len suspiró y asintió con la cabeza, bastante desganado. Pilika puso las manos atrás de su espalda y le sonrió abiertamente a su hermano.-
-Que pases buenas noches.-
-Tu igual Pilika, Yoh, Anna.-
Asintieron y salieron de la habitación, apagando las luces del pasillo. Horo dirigió su vista hacia Len, quien todavía parecía no creerlo. Corrió su futón lo más lejos posible del ainu.-
-Ni creas que no dormiré por cuidarte…
-Que atento.-
-Ya, y ahora será mejor que te duermas tú.-
-Buenas noches, aleta de tiburón.-
-¡¿Que dijiste?!- replicó furioso.-
Pero el ainu estaba profundamente dormido. El rostro de Len se suavizó y se cambió rápidamente de ropa. Ojalá mañana fuera un mejor día.-
¡¡Continuará!!^^
Bueno, hasta aquí dejo el segundo cap de mi fic. Me alegró mucho que me llegaran hartos reviews, sinceramente no pensé que esta historia fuera a tener éxito o que le fuera a gustar a alguien jijijiji...por eso me siento feliz, al saber que si ^^
Agradezco a las personas que me dejaron un mensajito ¡Gracias gracias! Y como lo prometí, si tenía mas de cinco reviews subiría el capitulo dos enseguida y ¡¡aquí esta!!^^... bueno agradezco principalmente a:
Tanuki-chan
Lady Yaoi
Kaori Koneko
Naruki
Marineneko
Ken Ohki
Shamanoro
Bueno, nos vemos en el próximo capítulo, ojalá que pasen una feliz navidad, junto a sus familiares y amigos^^...Hagan el arbolito ^^
¡Ah! Y como siempre, si tengo más de cinco reviews, subiré enseguida el tercero...jijiji..Bueno, se despide feliz de la vida, Makita.-
