"Cuidando de un rival"

Por Makita.-

Len caminaba a paso seguro por los pasillos de la casa Asakura, ciertamente buscaba algo, más bien a alguien, que se dignó a desaparecer apenas lo dieron de "alta". Sus ojos dorados se posaron sobre el comedor, sobre el patio, la cocina, el baño.... ni rastro del autor intelectual y material de los hechos. Estuvo en la recámara gran parte de la calurosa mañana, dándole vueltas y más vueltas al asunto y había tomado una drástica decisión, la cual necesitaba comunicársela urgentemente al ainu, pero cómo, si no aparecía por ninguna parte. Optó por preguntarle a los integrantes de la casa.-

-¿Has visto a Horo Horo?-preguntó con su habitual frialdad, asomándose por la puerta de la cocina.

La bella muchacha, que ahora se encontraba preparando el almuerzo, volteó levemente y sin evitar sonrojarse, respondió.-

-No, joven Len.

-Avísame si lo ves.-

-Bien.-

-Gracias, Tamao.

Avanzó un poco más por los pasillos. Se paró en frente de una puerta, en donde le pareció escuchar la voz del fugitivo, escondió las manos dentro de los bolsillos de su pantalón con un gesto de indiferencia y se limitó a escuchar. Otra vez sus ojos se fijaron en la puerta corrediza, pero antes de que pudiera actuar, una mano delgada y fría se posó sobre su frente.

-¿que?-giró para ver a la persona. Le sorprendió la sonrisa en su rostro.-

-Me alegro de que te encuentres mejor...

-Fausto...-murmuró el joven chino.-

**************************

Ambos estaban sentados frente a frente, en el comedor. Len miraba la canasta de frutas que adornaba la mesa, para evitar levantar la vista. Al parecer el Doctor algo sabía que él no.

-¿Cómo te sientes?

-Mejor.

Fausto cruzó los dedos sobre la mesa y no le quitaba la vista de encima al chico de ojos dorados, le causaba gracia que él también quisiera convertirse en un doctor (al menos eso creía Fausto).

-Tengo que hablarte de Horo Horo.-

-¿Que? ¿Donde está él?-preguntó levantando la vista por fin.-

-Está bien, no te preocupes...pero algo ocurrió con su lesión.-

-¿Que cosa?

-Se le abrió la herida un poco más...va a tener que estar más tiempo en reposo, Len.

-¿Por qué?-trató de ocultar su preocupación.-

-No me quiso decir.-dijo rascando su mejilla.- Pero fue suficiente. Ayer yo lo curé...pero entiendan que no pueden estar peleando, más con él en esas condiciones...

-Él es muy testarudo...

-Y tú tienes muy poca paciencia.

-Hago lo posible.

Len se incorporó de su puesto, pero Fausto lo detuvo con estrellitas en los ojos.-

-¿De verdad te gustaría ejercer como médico?-dijo con especial entusiasmo.-

-¡Claro que no!-sonrojándose un poco.- Sería lo último que haría en mi vida...

Salió del cuarto, más molesto que antes. En primer lugar, el ainu había provocado todo esto con su estúpida idea de ponerle droga a su vaso de leche, y... ¿ahora resulta que todos lo defendían? ¡Que injusto!...Solo porque el pobrecito estaba convaleciente.

Accedió al patio y se sentó bajo la sombra del árbol que adornaba el jardín de la casa de los Asakura. Apoyó la espalda contra el áspero tronco y estiró sus piernas, pensando... la verdad, tenía una intensa lucha de sentimientos internos, por una parte sentía mucha rabia por lo ocurrido y por otra, algo de tristeza. Dejó que la suave brisa lo despeinara un poco y cerró los ojos.... Anna, Yoh, Ryu, Pilika y Manta habían salido de compras, por eso existía una tranquilidad extraña en la casa. Tranquilidad que se apagó al escuchar su voz, nombrándolo.

-Len...

-Vaya...hasta que optaste por aparecer.- Ni siquiera volteó para verlo.

El muchacho de cabello celeste se sentó perezosamente al frente del Tao, dejó caer los brazos y miró por largo rato las hojas del árbol, que se meneaban insistentemente al compás del viento. Luego bajó su mirada para ver al joven, que hasta el momento, había permanecido en silencio.

-¿estás enojado?-preguntó sin culpabilidad.-

Len rió cínicamente antes de contestar.-

-Claro que si, idiota.

-Pero...

-¿Me vas a preguntar porqué?...Sé que a ti te da lo mismo lo que hiciste...

-Déjame explicarte. En realidad nunca supe lo que eché en tu vaso de leche...

-Ja, ni siquiera te molestaste en averiguarlo.- sonaba dolido.

-Oye, tu tampoco eres inocente...Ese gel sabía asqueroso. Además tú iniciaste la guerra.

-No hay comparación.

Se quedaron nuevamente en silencio. Horo no podía evitar sentirse culpable. Algo le incomodaba, quizás el hecho de que Len no lo haya golpeado ni insultado durante el transcurso de la conversación. Jugaba con una hojita seca... ¿pero que hacía allí, jugando? Debía pedirle perdón, de rodillas si era necesario. El arrepentimiento lo estaba carcomiendo por dentro.

-¿Sabes lo que es el éxtasis?- Su voz lo sacó de sus pensamientos y negó con la cabeza.- ...Es una droga que te hace hacer puras estupideces...

Horo rió un momento, al recordar todas las locuras que había hecho Len la noche pasada. De verdad le parecía muy gracioso todo eso, hasta que la mirada fulminante del chino lo dejó paralizado.-

-¿de que te ríes?

-Del escándalo que hiciste anoche...te veías...adorable.-le mostró una sonrisa de oreja a oreja.

Len se sonrojó y sacudió su cabeza. Ni quería imaginarse lo que había sucedido en esa habitación, estando él prácticamente inconsciente de sus actos. Observó la cara satisfecha del ainu... ¿Acaso había hecho algo de lo que debería arrepentirse?

-No me importa.- dijo fingiendo desinterés.-

-¿Enserio? ¿No quieres que te cuente?...con decirte que me quitaste la ropa a tirones.

Horo le indicó a Tamao, quien tiraba una polera blanca sin mangas a la basura, que estaba echa pedazos. Len miró la escena, dudó por unos momentos, pero después recordó que esa camiseta definitivamente era del ainu. Se sorprendió de ver una mancha de sangre en ella y dirigió sus ojos dorados a los de su compañero.

-Tú debes ser el más feliz en todo esto...

-¿Porqué lo dices?

-Fausto me lo contó...lo de tu herida.

-Ah verdad...se me abrió, también por las arduas actividades de anoche...

¿Que estaba insinuando? ¿Que le estaba dando a entender? Como él no recordaba, sólo le quedaba deducir por las palabras del ainu, lo que había ocurrido durante la noche...y...decidió cambiar el tema, antes de que se pusiera más rojo de lo que ya estaba.

-Como sea. Estarás mas tiempo flojeando.

Horo apoyó ambas manos en el tronco, encerrando al Tao momentáneamente. Lo miró directo a los ojos, indeciso. Él seguía tan serio como en un principio.-

-Ahora que estás más simpático... ¿porqué no me traes un vaso de agua? Que con tanta charla se me secó la boca...

Ojalá hubiera sido una cachetada lo que recibió el despreocupado ainu. Esta vez fue un golpe a puño cerrado, que impactó directamente en su rostro.

-¡Estúpido! ¡¿Creías que te iba a perdonar tan fácil?

-Pues...no.

-Ya veo. Querías comprobarlo.

Len se levantó y dio media vuelta para retirarse del lugar. Como fuera, no quería ceder ante sus peticiones, esta vez sería lo más inflexible posible, ya que Horo (según su parecer) no estaba totalmente conciente del acto que había cometido. Aunque en parte, también lo consideraba su culpa, por el mero hecho de que él incitó y estimuló la guerra.

-Espera, no te vayas. Recuerda que tienes que cuidar de mí.

-¿Cuidar de ti? Ah, ahora vienes con eso...

-Len, perdóname por favor, no quiero seguir peleado contigo.

Su voz sonaba sincera y con algo de culpabilidad, pero trató que eso no lo hiciera caer, como siempre lograba hacerlo. Evitó a toda costa la comunicación visual, sabiendo que si encontraba aquellos ojos negros y temblorosos con los suyos, sería el principio de su perdición y el quiebre de postura imponente.

Sintió como unas manos lo sujetaban del pantalón, lastimera e implorantemente. Se apresuró en sujetarlo de los hombros y jalarlo hacia arriba, para que se pusiese de pie, no sabía el porqué, pero no le agradaba que la gente se arrodillara ante sus pies y menos Horo, que no era cualquier persona, era lo más importante para él.

-No hagas eso.

-Pero si no quieres perdonarme.

-¡¡¿¿Quieres que te perdone enseguida??!!

-Me siento tan mal por el error que cometí...no sé como explicártelo, no sé que hacer para que se te pase el enojo conmigo...ayer no pude dormir, pensando en como te encontrabas...

No supo cuando, pero sintió que los roles se habían intercambiado. De ser él la víctima, ahora se sentía como el peor villano, que había dañado al pobrecito muchacho descarriado e inocente.¡¡ Pero que demonios!! ¡Si se supone que él lo había drogado y apropósito!

-Está bien- se escapó de sus labios. Su conciencia lo regañaba desesperadamente, mientras veía a Horo brincar por el patio, irradiando felicidad.

-¡Gracias!- dijo el ainu, aproximándose a Len y robándole un beso- ¡Eres tan lindo!- ahora esquivando la cachetada matutina que siempre le propinaba el Tao.

-¡Idiota! ¡Deja de saltar de esa manera!-estaba picado porque no había conseguido golpearlo.

-¿Que te parece si me sirves un plato de comida? ¡Por tanta preocupación me había olvidado de comer!

-¿Que? ¡No puedo creer que seas tan abusivo!

-Vas a tener que acostumbrarte, Len. Ahora voy a estar más tiempo contigo, de lo que estaba planeado en un principio...

Horo estaba increíblemente feliz, ya que Len lo había perdonado, pero aún más porque su "súper actuación de pobre muchacho arrepentido" dio excelentes resultados.

-¿Crees que soy tonto? Te llevaré enseguida al doctor, para que te arregle esos puntos rápido. Así  sanarás antes y no tendré que estar más días cuidándote...

-¿Que? ¡No!

Pero era demasiado tarde. Len lo tomó de la mano y entraron juntos a la casa. Justo en ese momento habían llegado todos de sus compras, el chino giró la cabeza y vio el auto de Ryu, con los demás integrantes dentro, bajando las numerosas bolsas. Esto le daba una muy buena idea.

***********************

-Aquí están las llaves...si te pillan sin licencia no es mi problema...y cuida bien la camioneta que es de Billy...

-Gracias...

-¿Pero sabes manejar, Len?

Yoh estaba bebiendo te y miraba a su amigo con cierta desconfianza.-

-Claro que si...si no, llamaría a un Taxi.-

Con miedo, Ryu deposito las llaves en la mano de Len. Este las guardo en un bolsillo y miro hacia la escalera, esperando a que Horo Horo bajara y pudieran irse rápido al doctor.-

-¿no quieres que los acompañemos?

-Me da igual...de todas formas vamos y volvemos.-

-Jijijiji, haces un buen trabajo, hasta podrías trabajar en el futuro como enfermero o doctor...

-¿¿ ¡Estas loco Yoh!??

Horo bajo lentamente, como si tuviera todo el tiempo del mundo. Lo que no sabia, era que la consulta era en media hora mas.-

-Vamonos, Horo...no hay tiempo.-

Se subieron a la camioneta, y con mucha seguridad, Len hizo partir el auto. Salieron a la calle principal.-

-¿te sabes el camino?-pregunto el ainu, bajando la ventana.-

-Mas o menos...creo que era por aquí...

-Oye, no nos vaya a pillar un policía...y tu sin licencia...nos mandan presos...

-Bah, no seas miedoso...

Estuvieron bastante rato dando vueltas por las calles, buscando la consulta. Pero ya habían perdido la hora. Len se estaciono a un lado de la acera y prosiguió a golpearse la cabeza contra el volante.

-¡Hemos estado perdidos durante dos horas! ¿Dónde demonios estamos?

-No se.-dijo Len con voz angustiada.-

-Me voy a bajar y preguntar donde queda la calle, esa...

-No te bajes, te pierdes tú y seria peor...

Miraba para todas partes y no había caso. No conocía este sector de Tokio y tampoco se hacía idea por donde devolverse...¡¡estaban completamente desorientados!!. Len miró su reloj con fastidio y luego a su compañero.

-¡¿y que vamos a hacer ahora?!

Continuará....

Jijiji, después de tanto tiempo, al fin pude actualizar^^ siento mucho la demora, pero tuve escaso tiempo este mes, ya que ando de un lado para otro...

^^ Gracias a las personas que se molestaron en escribir, Naruki, Ale, Karin^^ (mi hijita^^ tb van incluidos los saludos para traviz), Lucy Horita, Diosa Hikari, Rika, Mamiyatan, Haruka, Yurika Tao, Takami Megunata, lucy Horita, Lady Tao.

Además de agradecer los reviews, quiero decirle a Lucy Horita que yo no sería capaz de abandonar un proyecto así como así, a no ser por situaciones extremas y realmente complicadas, como lo que me pasó con un anterior fic...^^

Y listo...les contaré que quedan unos cuantos capítulos para el final, a mí me pone muy triste, pero nada es eterno :P...

Ya saben, cualquier comentario, duda o queja, dejen un review o escríbanme a mi correo...¡ Adiosíinn!

"A menudo, la fortuna nos hace pagar muy caro lo que creemos que nos ha regalado." (Voiture Vincent)