Dedicado a todas ustedes mis queridas lectoras, no me atrevo a escribir ni un solo nombre porque se que todas se lo merecen por haber seguido mi historia desde el principio y otras tanto llegaron cuando la historia estaba muy avanzada. Pero aun así, me apoyaron.... Muchas gracias. No saben que feliz me hicieron con sus reviews... bueno: "Todo lo que comienza tiene que acabar". Espero que les guste...
Capitulo 22
Un nuevo amanecer
Los primeros relámpagos comenzaron a escucharse por todo el castillo, haciendo retumbar en los vidrio de las ventanas. Definitivamente esa noche llovería. Era mucho esperar otro día soleado y sin lluvia.
Entro en silencio a la habitación, se encontraba a oscuras y era imposible distinguir forma alguna. Se desvistió y se colocó su ropa de dormir. Acostándose en la cama, pensando que el tibio cuerpo de su esposa se encontraría a su lado.
-Virginia –llamó suavemente, buscándola a tientas en la cama.
Nada... sólo silencio fue la respuesta.
-¿Virginia? –volvió a llamarla, extrañado que no respondiera.
Prendió una vela, que tenía en su mesita de noche. Alumbró el lugar tratando de encontrar alguna señal de ella. Su camisón blanco estaba encima de una silla.
-¡Virginia! –gritó, pensando que tal vez estaría en el baño.
Silencio.
-No, no esto no puede estar sucediendo –murmuró con incredulidad.
Se vistió de nuevo, saliendo de su habitación. En las escaleras casi se tropezó con Ron, que venía sonrojado por haber tomado tanto vino.
-¿Has visto a Virginia? –preguntó secamente Draco.
-¿Ginny? No, ella se fue a dormir y... ¿Pasa algo? –respondió en tono molesto por la actitud de Draco.
-No esta en la habitación –respondió Draco, despeinando su rubio pelo síntomas de nerviosismo.
-Tal vez... salió a caminar a los jardines. Sabes que el encanta las noches de luna llena. –comentó con una media sonrisa.
-¿Dónde esta Ginny? –pregunto Molly, desde el primer piso. Arrullando en brazos a la pequeña Ailian que dormía placidamente.
-Mamá, no te preocupes – dijo tratando de tranquilizarla Ron, aunque no podía ocultar su preocupación – ¡La buscare en los jardines!
-¡Sube a la niña a su habitación! –ordenó Molly a la joven Amy, que no dejaba de morderse las uñas.
Draco salió a buscarla a los jardines, acompañado de Ron. No necesitaron buscar mucho, para darse cuenta que ella no se encontraba ahí.
Después de unos minutos, entraron de nuevo al recinto donde los esperaba ansiosa de noticias la Sra. Weasley.
-Mi niña... ¿No la encontraron? –pregunto sin voz.
-¡No... no de nuevo! –exclamaba bajamente Draco.
-No digas nada mamá, preocuparas a los demás –dijo Ron.
-¿PREOCUPAR A LOS DEMAS? –grito histérica- ¿Como no se van a preocupar? Ronald, ve a buscar a tu hermana –dijo con lágrimas. No quería perder otra vez a su única hija.
Las pocas personas que quedaban festejando, se acercaron para saber el motivo de los gritos de la Sra. Weasley.
-¿Otra vez regañando al pequeño Ronnie? –comentó George, recargándose en el marco de la puerta, en su mano tenía una botella de vino italiano, traído por Lord Snape. Reía fuertemente a causa del vino. - Mamá, ya tiene la edad suficiente para tomar todo lo que quiera. Así que mejor duerme y deja que disfrute esté delicioso vino.
-¡George, ve a despertar a tu padre! –exclamo Molly, estaba al punto del desmayo.
-¿¿Mamá pero qué...?
-Anda, ve en este momento –intervino Ron, que lucia pálido y sudoroso.
George fue a buscar a su padre, sin cuestionarlos de nuevo. Ron ayudo a su mamá a sentarse. Uno de los sirvientes, había traído té para calmarla.
-¿Van a comenzar de nuevo la fiesta sin mí? –preguntó Blaise, entrando aún vestido con sus ropas del día.
-No encontramos a Virginia –comento Ron, le dio un largo trago a la botella de vino que encontró medio vacía en unos de los estantes.
-Dile a Meg que baje, ella debe de saber algo. Virginia le cuenta todo a ella. –dijo Draco.
-Ann, no sabe nada. (N/A: recuerden que solo Blaise, la llama "Ann" a Meg... pequeño detalle que se me pasó) – contestó Blaise. -Ella la acompaño a su recamara y se quedó con Virgnia hasta que se durmió.
-Papá no tarda en bajar –avisó George, que venía acompañado por Fred.
-Tampoco encuentro a Harry –comento Fred, sin darse cuenta la magnitud que sus palabras tendrían sobre Draco.
-¿Cómo que no está? Eso no puedo ser casualidad. –espetó con amargura. -Él sabe algo. ¡Vayan a buscarlo! –gritó Draco a uno de sus guardias.
Amy, se acercó con cautela a Draco. Se mordía las uñas por los nervios y miedo que le causaba ese hombre. Ella había escuchado historias sobre él, y la mayoría no le favorecían, se preguntaba como su ama podía estar enamorada de él.
El ambiente cada vez se hacia más pesado e intolerante.
-¿Qué quieres? – pregunto secamente, viéndola con desdén.
-La señora Virginia, me ordenó no hablar... pero es necesario. –comenzó Amy, evitando la mirada fría de Draco.
A Draco le trajo el recuerdo de años pasados, cuando una de sus sirvientas le dijo que su esposa estaba embarazada.
-¿Qué sabes? ¡HABLA! –gritó Draco, al punto de perder la cordura.
-La señora, fue a ver... a Lord Ryddle –confesó finalmente Amy.
-Eso debe de ser broma, ella no sería capaz de ir con él –dijo incrédulo Draco.
-¡Muchacha tonta, ahora no estamos para bromas de ese tipo! ¡Retírate!– gritó Molly.
-¡Es verdad! –replicó con insistencia, sabía que estaba mal comportarse así enfrente de ellos, pero no había otra solución. -La vino a buscar una mujer... de un nombre extraño... Pa... Parkinson, eso es la señora la llamo así.
-Pansy no se encontraba por estos rumbos –dijo Blaise, tratándola de excusar. – Draco, ella nos buscaría.
-¿Qué más sabes? –pregunto Draco ignorando a su amigo.
-Señor, debe creerme. La mujer, le dijo que la esperarían en el bosque. Comentó algo sobre que si la recordaba por ser ella la causante de todo... que ella había sido la persona que la había entregado a Lord Ryddle.
Draco se quedó estático por unos momentos, tratando de asimilar las últimas palabras de Amy. Movió la cabeza tratando de no creer las palabras. Sabía que Pansy lo quería, pero llegar a hacer ese extremo, era demasiado. Era una de sus mejores amigas y confidentes, era imposible...
-------------------
Sentía la fría punta de la daga en su cuello. Las risas de locura de esas mujeres le daban miedo. ¿Cómo había sido tan tonta para caer en su trampa? Pensó (N/A: eso se preguntan todas ´ ). Cerró los ojos, esperando el final.
Se escuchó el relinchar del caballo, y el sonido de las hojas al ser pisadas. Los pasos se acercaron con rapidez.
-¡Viene Tom! –exclamó con miedo Fleur - ¡No puedo hacerlo, nos matará! –dijo desesperada.
-¡Termina! –apuró Pansy.
Se alejo de Virginia, dejando caer la daga de su mano. Comenzo a llorar como una niña pequeña.
-Pensaba que eras más valiente... eres una cobarde que alardea de poder hacer todo –espetó con burla Pansy.
-Ya no hay oportunidad, está aquí... fuimos unas tontas, nuestro plan no estuvo bien –decía entre sollozos –Él no me quiere, ella estará con Tom... y yo...
Pansy la observaba sorprendida, Fleur estaba entrando a un lapso de locura.
Los pasos cesaron.
La sombra de un hombre alto y delgado apareció entre los árboles.
-¡Oh! Tom, no era mi intención, me obligo Parkinson –gritó Fleur.
-¿Ginny? –preguntó una voz diferente a lo que ellas esperaban.
Las tres se sorprendieron.
-Pero si es el joven Harry -rió entre dientes Pansy. -¿Vienes a buscar a la cualquiera de Virginia? Tienes suerte, aún vive.
Virginia estaba recargada en el árbol, con la respiración agitada.
-¡Harry! –exclamó Virginia. -¡¿Qué haces aquí?!
-¡Te ordenamos que no dijeras nada, ahora tu hijo morirá! – sentenció Fleur, volviendo en sí. Limpio con elegancia su rostro.
-¡No dije nada! –replicó Virginia.
Fleur sonrió, le daba placer verla a su merced. Observó a Harry de arriba abajo.
-Todos por estos rumbos, comentaban que eras un hombre apuesto... mmm... no mentían. –ronroneó Fleur, parándose enfrente de Harry y acariciando su rostro. El cierto parecido a Tom le resultaba atrayente.
-Querida, no caeré con tus palabras.
Fleur enarcó su ceja, sonrió con desdén.
-Te propongo un trato –empezó Fleur.
-No quiero escucharte, solamente vine por Ginny –interrumpió Harry, sin ningún interés de escucharla.
-¿Aún quieres a "Ginny"? -preguntó Fleur con falsedad y dirigió una mirada de complicidad con Pansy.
Pansy agrandó su sonrisa, entendiendo todo lo que planeaba Fleur.
Harry no respondió.
-Tu silencio dice mucho. No deseas volver a estar con ella... besarla... tenerla entre tus brazos... pasar largas noches con su compañía...
-Lo deseo más que nunca –murmuró Harry, sin quitar la vista de Virginia.
La pelirroja los vio con miedo. ¿Qué estaban tramando? ¿Por qué Harry la veía así? Ahora, más que nunca se sintió desprotegida...
-Imagina, sentir sus labios... así como los míos...-comentó insinuante acercando sus labios a los de él.
Por momentos, Harry se imaginó a la pelirroja diciendo esas palabras. Recordó, cómo la última noche que estuvieron juntos. Su espalda desnuda y como él no había dejado de besar cada una de sus pecas durante toda la noche. Había sentido su calor y su olor en el aire.
Pero al instante, le vinieron las imágenes de Virginia besando a Draco con tanto amor, dándose cuenta que no sería capaz de separarla de él. No le agradaba, es más, lo odiaba y envidiaba porque había conseguido finalmente el amor de ella.
-Llévatela contigo, así podrían estar juntos de nuevo. Todo podría ser como antes...
-Eso estaría perfecto –dijo Harry, Pansy dio un gritito de emoción– Pero ella está con Draco y tienen dos hijos... y lo más importante: No está enamorada de mí.
-¡Eso no importa! -lo alentó Pansy - No creo que Virginia te olvidará, la vi llorando y sufriendo por ti.
-¡Están locas! –exclamó Harry, caminando rumbo al sitio donde estaba ella.
-¿Te lastimaron? –pregunto con voz suave Harry.
- No, gracias Harry –respondió, abrazándolo. –Tengo miedo... no se donde está mi niño...
-Ya, todo pasará... no te preocupes encontraremos a tu hijo, lo prometo –dijo tratando de animarla.
-¡Harry! Él...- exclamó asustada.
-¿Cómo te atreves a tocar a mi mujer? –preguntaron a sus espaldas.
Justo en el momento en que se separó de Virginia, la punta de una espada entró y salió de su pecho, sus ojos se cruzaron por unos segundos. Se tocó la herida, haciendo una mueca de dolor.
Lo único que se escuchó fue la risa de Tom Ryddle quebrando el silencio de la noche.
-Ginny... -fue lo último que dijo antes de caer al piso.
-¡Harry!–gritó desesperada – ¡Harry, háblame! No puedes morir, no... ¿Qué van hacer tus hijos sin ti?– sostuvo su cabeza entre sus brazos, y con una mano trataba de parar la hemorragia que salía de la herida.
Las manos de Tom, la separaron de él. Ahora era Tom el que la abrazaba. Ella no opuso resistencia, no podía creer que Harry estuviera muerto.
-¡Virginia cuanto te extrañe! –exclamó con un deje de emoción buscando sus labios.
Ella desvió su rostro, rechazando sus labios. Pero eso no le importo, la besó a la fuerza saboreando cada rincón de su boca.
Trataba de asimilar lo que acababa de suceder, su mente estaba en otro sitio. Era lo mejor, ya no quería volver a recordar el sabor de la boca de Tom. Todo parecía otra de sus pesadillas. Lágrimas resbalaron por sus mejillas.
Ryddle, la dejó de besar al notar que lloraba.
-¿Ese hombre vale tanto para que llores? Te hizo sufrir mucho al cambiarte por otra. Lloraste en mi hombro cuando llego con su esposa aquella vez cuando nos conocimos –dijo disgustado.
-¿Por qué Tom? –preguntó con voz apagada. -¿Por qué me haces todo esto? No podré soportar... -dijo vencida, estaba cansada de pasar por eso, en ese momento estaba deseando morir.
-¿Porqué? Ja, Virginia, tú sabes la respuesta: Te quiero solo para mí. No volverán a separarnos –advirtió Ryddle. –Edward nos espera. Pero antes... debo de terminar algunos asuntos. –dijo, mirando a las dos mujeres.
-¿Dónde está mi hijo? –pregunto con preocupación Virginia.
-Espera, no seas ansiosa -dijo Tom, robando de nuevo un beso.- ¿Qué es esto? –pregunto, limpiando un poco de sangre de su cuello. -¿Sangre? –levantó su cuello, observándolo mejor.
-Ellas fueron –acusó Virginia. –Me citaron más temprano... pero todo fue una trampa, si Harry no hubiera llegado... ahora estaría muerta.
-¡Es mentira, Tom! Esa mujer está diciendo mentiras. Quiere poner en contra de nosotras ¡Me odia, por eso lo hace!
-Fleur... ¿Cómo te atreviste a tratar de lastimarla? No imaginé que llegarás a ese punto –dijo con serenidad, acercándose a ella. Esa serenidad, que a más de uno hacía temblar.
-¡Cree en mí! Es una mentirosa, ¿Cómo le puedes creer a esa cualquiera? -gritó insistente.
-¡Te quedas ahí Parkinson! –gritó Ryddle, al notar que quería huir.
Ella no le hizo caso y corrió perdiéndose de su vista. Virginia caminó sigilosamente, tratando de encontrar algún momento de distracción para poder escapar.
-No importa, no podrá alejarse mucho–masculló Ryddle.
-Tom, sabes que te amo y que soy capaz de hacer cualquiera cosa por ti... pero nunca le quitaría la vida a alguien –decía suplicante, arrodillándose ante él.
-Has llegado a lo más bajo Fleur, no tienes ni una pizca de dignidad. –dijo con desprecio. -¡Está es la ultima tontería que haces! –exclamó con furia.
-¿Qué vas a hacer? Tom, espera... te amo –gritaba Fleur, mientras sentía cerrar las manos de él en su cuello - ¡NO! Argh...
Con desesperación trataba de soltarse de Ryddle, pero le fue imposible.
Tom carcajeaba, le gustaba sentir el poder de quitarle la vida a Fleur, cuantas veces había deseado hacerlo. La cara de Fleur cada vez palidecía, agarraba con fuerza las manos de Tom y gruesas lágrimas llenaron el rostro de la rubia. Después de unos segundos sus brazos cayeron a sus costados, y abría la boca como tratando de tomar un poco de aire, parecía un pez recién sacado del agua...después nada... estaba sin vida. Su hermoso rostro fue opacado por la llegada de la muerte.
-Descansa en paz Fleur –susurró Ryddle con maldad.
No soportando más, Virginia se echó a correr sin sentido. Las primeras gotas de lluvia cayeron sobre ella. Necesitaba buscar ayuda, dejó caer su capa porque le estorbaba. No se podía distinguir nada, la oscuridad reinaba la noche. Escuchaba como Tom la llamaba a lo lejos, y algunos pasos que al parecer era de los guardias de Ryddle. Algunas ramas rasgaron sus ropas que estaban manchadas con la sangre de Harry.
El piso cada vez se hacía mas resbaladizo, y las raíces de los árboles tampoco ayudaban. La lluvia arremetió contra ella, tenía que buscar un lugar donde esconderse, tal vez hasta el amanecer tendría que quedarse para ir con Draco.
Los gritos de Ryddle, se fueron acercando. Sacó sus últimas fuerzas y echó a correr más rápido, tropezando con algo que se atravesó en su camino. Antes de caer, fue sostenida. No quería abrir los ojos, seguramente era Tom o algún guardia.
-¡No me lastimes! -suplicó.
-¡Virginia! –exclamó una voz conocida.
-¿Draco? –preguntó. Observando por primera vez al que tenía enfrente de ella -¡Eres Tú! ¡Amor, sabía que vendrías! –exclamó abrazándolo con desesperación.
-¿Por qué hiciste esto? –la cuestionó con dureza- Fue una tontería, me hubieras dicho y yo habría buscado la manera de solucionarlo... -nuevas lágrimas surgieron de ella –Virginia, temí perderte de nuevo –dijo suavizando su voz.
-Lo hice sin pensarlo, estaba segura que podría traer a nuestro hijo de regreso... -comenzó a sollozar incontrolablemente – Tom... asesinó a Harry.
-¿Él sabía de todo esto? –preguntó con aspereza. –Le pudiste avisar a Potter... pero a mí no. –masculló con celos. Esos celos que eran inevitables, siempre que escuchaba el nombre: Harry.
-No tengo idea de cómo se entero, solo llego ayudarme... estaba la Condesa Parkinson y...
-¿Pansy? Ella era mi amiga ¿Solamente ella?... -murmuró con incredulidad.
-También estaba Fleur, pero Tom... él... -se quedó callada, Draco entendió lo que quiso decir.
-No te preocupes, ya estoy aquí –dijo Draco, acariciando su rostro.
-¡Bravo! La parejita feliz ya está junta –dijo Ryddle, recargado en un árbol, observando con odio a Draco. Había escuchado toda la conversación.
-Ryddle, creo que ya es hora de que pagues todo lo que nos has hecho –dijo Draco, alejando a Virginia. Desenvainó su espada.
Con una gran sonrisa, Ryddle desenvainó la suya.
De entre las sombras salieron Blaise, y los hermanos Weasley. Al parecer habían peleado, eran visibles algunas heridas. Ron se agarraba su brazo izquierdo, que estaba herido.
-¡Ginny! –gritaron sus hermanos al unísono. – ¿Estás bien? ¿No estás herida? –preguntaron de inmediato, al notar su ropa ensangrentada.
- Está sangre no es mía... es de Harry –dijo quedamente.
-¿Harry? ¡Dios! ¿Qué le sucedió? ¿Dónde está? Contesta. –dijo consternado Ron, su mejor amigo... no podía estar muerto. Tenían tantas cosas por hacer juntos, tenían que ver crecer a sus hijos, su fiel compañero no podía morir.
-Él está muerto...
-Muerto... no, ¡ja! Harry ha estado en peores luchas y nadie puede ganarle. ¡Nadie!
-¡Ron te digo la verdad! Fue Tom...
–No quiero que nadie se intrometa en la pelea... ¡es solamente mía! –ordenó Draco.
Se giraron hacía donde estaba Tom y Draco. Comenzaban la lucha donde los dos sabían que sólo uno sería el que viviera. Ron acompañado de sus hermanos gemelos fueron a buscar a Harry, dejando solamente a Blaise con Virginia. Ryddle fue el primero en atacar con furia.
-Esto es un juego de niños... no eres oponente para mi. – comentó con tranquilidad.
-¡Ryddle no saldrás de aquí vivo! – Draco lo atacó con vehemencia, los dos luchaban lo mejor posible.
-Deja de decir estupideces. ¡El único que vivirá seré yo y me llevaré conmigo a Virginia! –replicó.
-¡No la volverás a tocar! Ella es mi esposa y se quedará conmigo.
-Ella nunca se quejó cuando la bese hace unos momentos – dijo, su vista se cruzo con la mirada de Virginia, y con lentitud mojo sus labios – Virginia ha disfrutado cada beso y caricia que le di ¿Verdad querida?
Draco empuñó con más fuerza su espada. Virginia movió su cabeza negando lo que había dicho, esperanzada a que su esposo no le creyera. Quería ir a sus brazos y sentirse protegida. ¿Cuándo acabaría todo eso? Suspiró aturdida, tratando de sacarse esas tontas ideas.
-¿Te duele? –gritaba Ryddle sacándola de sus pensamientos. –Esto es apenas el comienzo... sufrirás lentamente. –dijo con maldad, su mirada le recordó a la pintura de su padre que estaba en las escaleras vigilando y acechándolos.
Draco tenía heridas en su rostro y una en el pecho que rasgaron su ropa.
-Draco... -susurró asustada.
Los dos respiraban con agitación, y gotas de sudor bajaban por sus caras. Blaise se mantenía callado, pero preparado para cualquier luchar en cualquier momento. Virginia abrió los ojos recordando algo.
-Blaise ¿Quién cuida a Meg? –preguntó seriamente.
-Está con Hermione y tu madre. Creo que no tardara en llegar Severus. Además de que algunos guardias cuidan las puertas. ¿Por qué lo preguntas? –dijo con extrañeza, en los ojos de Virginia se reflejaban cierta preocupación.
-¿Encontraron a la condesa Parkinson?
-No, la estamos buscando... -dijo con aire triste. Aún sin creer la maldad escondida que tenía. Había sido su amiga y confidente. –La encontraremos y tendrá que ser castigada.
Virginia dio un grito ahogado.
-¡Debes ir con Meg! Está en peligro... si la condesa no está aquí, quiere decir que fue a buscar a Meg.
-¿Por qué la buscaría? -preguntó ingenuo.
-Por Dios, ¿No sabes que Parkinson odia a tu esposa? Ya no hagas más preguntas ¡Ve con Meg! -exclamó con exasperación.
Sin pensarlo dos veces, Blaise fue en su búsqueda. Ahora sólo quedaban ellos tres.
------------------------
Había pasado alrededor de quince minutos. Blaise había cabalgado velozmente desde el bosque hasta su modesto castillo. No era mucho la distancia de un lugar a otro.
Al llegar a la puerta, temió lo peor. Estaba a oscuras y en silencio. Parecía que un torbellino había entrado, todo estaba tirado y roto. Se topo con algunos cuerpos sin vida en el camino.
-¡Ann! –gritó llamándola. -¡Ann! –la volvió a llamar por segunda vez.
Al pie de las escaleras, se encontraba una mujer al parecer muerta. Asustado y rezando que no fuera su esposa se acercó a ella, y la giró para ver su cara. Era Pansy, que yacía muerta con los ojos abiertos, los que Blaise se los cerro con lentitud.
-¡Blaise! -gritaron a sus espaldas. –Llegaste...
Blaise se levantó, corriendo a su encuentro.
-¿Estás bien? ¿Qué sucedió? –preguntó con desesperación. Detrás de ella venía Hermione con su pequeño en brazos, al igual que la Sra. Molly que tomaba la mano de Ailian.
-Estamos bien. Pansy llego en compañía de algunos hombres que lucharon con nuestros guardias. Ella fue directamente a buscarme... pero mi padre me salvo –dijo con un deje de orgullo.
-¿Dónde está? –preguntó, besando en la frente a su esposa y tocando su estomago.
-Fue ayudar a Draco.
-¿Encontraron a mi niña? –intervino Molly. Sus arrugas se marcaban más a causa de la preocupación.
-Si, ahora está con Draco... están bien –mintió Blaise.
----------
-Ryddle, ya me estoy cansando de esto –dijo Draco con aburrimiento, manejaba muy bien la espada y parecía que no le costaba ningún esfuerzo. En cambio Ryddle, se veía cada vez más fatigado.
-No me rendiré fácilmente –dijo con frialdad Ryddle.
-Ryddle te doy la oportunidad de vivir, sólo debes de irte de mi reino y nunca más volver.
-No eres digno hijo de tu padre... él seguiría la lucha hasta morir. Tu padre si era un verdadero rey, tu eres solo un pobre tipo que ostenta el titulo que tu padre llevo con orgullo.
-¡Mi padre era un ser ruin! Y me alegro no ser como él.
-Ahora quieres ser un rey bueno y benevolente que ayuda a los demás. Sé como piensas y deseas matarme. Sólo lo haces porque Virginia se encuentra aquí. Lucius quiso ser bueno también, sólo por Narcisa... pero ella le pago muy mal –comentó con malicia.
-¿Qué sabes de mi madre? Ella nunca lo engañó ni hizo nada que mi padre ni yo nos avergonzáramos. En cambio tu dulce madre, si que disfrutaba la vida a lado de cualquier hombre que le apareciera en el camino. Elizabeth era una cualquiera que se le insinuó a mi padre ¡Yo la vi!
-¡No menciones el nombre de mi madre con tu sucia boca! Y ella nunca hizo eso...
-Ryddle, síguete engañando y viviendo en ese mundo de ensueño que tu mismo de formaste. –antes de que se diera cuenta, Ryddle lo atacó de nuevo, aprovechando esos momentos de distracción.
Ahora él cayó al suelo, su espada quedo a un metro lejos de él.
-¡Ni te imaginas cuanto disfrutaré esto! –exclamó con triunfo. Levanto la espada, dispuesto a matarlo.
-¡No! Tendrás que matarnos a ambos –gritó Virginia, interponiéndose entre los dos.
-Virginia, no me obligues hacerlo –amenazó Ryddle.
-Si Draco muere... yo tengo que morir junto a él.
Ryddle la vio con rabia, se daba cuenta que ella nunca sería para él. La amaba, y le habían dolido sus palabras.
-Obtendrás lo que pides –dijo con una voz llena de odio y maldad. –Te irás junto con él...
Levantó de nuevo su espada, no se detendría ahora que había tomado la decisión de asesinar a los dos. Virginia lo veía con desafió y sin demostrarle miedo.
-Tú morirás primero –sentenció Draco, enterrando su espada directo en el corazón de Ryddle.
-¡Maldición! –exclamó Ryddle, y forcejeó quitando la espada de su pecho, viendo como la sangre brotaba del orificio. Se tambaleó, aún sorprendido. –Nunca podrás olvidarme... –susurró, mirándola y deseando probar por última vez sus labios. Sin más fuerzas cayó al piso, quedando así sin vida. (N/A: !! Me siento muy triste por haber matado a Tommy).
-Draco, ya acabo todo...- dijo abrazándolo.
-Tranquila, ya estamos juntos –dijo, acariciando su cabello y tratando de evitar que Virginia viera de nuevo el cuerpo de Ryddle. –Ven, busquemos a los demás.
Salieron del bosque, prometiendo Virginia nunca más volver a entrar en uno ya que le traían malos recuerdos. Dio un grito de felicidad al ver a su hermano George llegar con su pequeño hijo que dormía en sus brazos.
-Mi pequeño...
-¿Dónde lo encontraron? –preguntó Draco, por primera vez acariciando su pálido rostro, era su misma imagen.
-Cerca de aquí, era custodiado por unos cuantos hombres que al vernos llegar huyeron del lugar.
-Hermano, creo que tenemos muy mala fama –bromeó Fred.
-¿Dónde está Ryddle? –pregunto casi sofocado el padrino de Draco, se bajo hábilmente del caballo.
-Llegaste un poco tarde –comentó Draco.
-Si, llegue tarde. –dijo Lord Snape, en sus ojos denotaban signos de tristeza. –Mi tardanza se debió a la visita de Pansy...
No había sido una noche muy feliz, y la seguirían recordando por años. Pero semanas después todo volvió a la normalidad. Ahora, la gente de los alrededores le daba temor entrar al "Bosque maldito" como lo habían comenzado a llamar, decían que en la noche se escuchaban gritos y que a veces aparecía el mismo Lord Ryddle reclamando venganza. Pero con el tiempo la gente se había ido olvidando y nunca más se había vuelto a mencionar a la familia Ryddle.
----------
14 años después...
Las flores blancas y amarillas (las favoritas de la novia) decoraban el majestuoso salón. Digno para una celebración de tal magnitud. Algunos pequeños corrían entre los pasillos y se podían escuchar sus risas. Por los ventanales entraban los últimos rayos de luz, iluminando y dando un aspecto casi angelical al lugar.
Los invitados vestían elegantemente y muchos vitoreaban emocionados la unión de estos amados soberanos.
-Los declaro marido y mujer –finalizó el Padre, uniendo las manos de los recién casados. -¿Qué esperas? Puedes besar a la novia.
Tímidamente, el joven de cabellos negros se acerco a la rubia que sonreía de felicidad.
-¡VIVA LOS NOVIOS! –gritaban los invitados.
-No puedo creer, que mi hija se haya casado –sollozaba Virginia, sostenida del brazo de su esposo.
-¡Bah! Hubiera escogido un mejor partido... –dijo Draco a regañadientes. –Teniendo a miles de pretendientes, se quedó con ese... ese hombre.
-William, se merecía el amor de Ailian. ¡Son la pareja perfecta! –suspiró Virginia desde su trono.
-Mi alteza –dijo el hombre de cabellos negros, besando su mano –Me alegra mucho, esta feliz unión. Sabía, que un día seriamos parte de la familia.
-Harry, para nosotros es un honor tenerte en la famila –respondió con sinceridad Virginia, depositando un suave beso en su mejilla. (N/A: ¿Creían que lo mataría?... no soy tan mala ).
Harry, aún la seguía viendo con amor. Ese amor que durante el transcurso de los años no se había apagado. Pero en cierta forma, ahora era feliz... se había casado nuevamente con una bella y buena mujer hacía ya unos 5 años. Cho, había muerto a causa de una repentina enfermedad, hacía 10 años (N/a: escucho gritos de alegría por ahí...). Se había ido a vivir a Paris, donde sus hijos habían crecido hasta que cierto día Ailian y William se habían encontrado en una reunión y enseguida se enamoraron. A los 6 meses William, le pidió la mano a Draco. Que a pesar de su desacuerdo aceptó el enlace.
-¡Edward deja de coquetear con las cortesanas! –regañó su madre, su hijo se encontraba a su lado, sonriendo a cuanta muchacha pasaba.
- Virginia, tiene que aprender a ser un hombre –exclamó con petulancia Draco. Le daba orgullo que todas las doncellas de los alrededores cayeran rendidas a los pies de su hijo.
-Voy a saludar a los invitados –dijo Edward, con una mirada de complicidad con su padre.
En menos de 5 minutos, se encontraba rodeado por las jóvenes que ansiaban un poco de su atención. Pero Edward, solo estaba interesado en una.
-¡Ah! –esbozó una sonrisa maliciosa –Bien, ¿Ya viste a la joven de cabellos rojos con la que coquetea? –señaló a una bella chica que Edward ahora acompañaba.
-Si, ¿Qué hay con eso? –pregunto sin interés Draco, probando el vino francés que había obsequiado la familia Potter.
-Es Helen, la hija menor de Harry – comentó con malicia Ginny, dibujando una sonrisa. (N/A: Recuerden que la hija de Harry salió con el pelo rojo de Lily, eso viene en capítulos pasados.)
Draco se atraganto con la bebida al solo imaginárselos juntos.
-¡NO! Otro Potter en la familia no lo aceptaría.
-¿Nuevamente rezongando, primo? Nunca se te quitará lo celoso. –comentó Meg.
- ¿Te enteraste que Christian pidió la mano de mi hija Ophelia? (N/A: lo escribí así, porque esta escrito en ingles...y lo saque de uno de los personajes de Hamlet)
-¡Oh! Meg, que emocionante... nuestros hijos se comienzan a casar. Y ahora también serás parte de la familia. Christian es uno de los mejores partidos del país, además de guapo como su padre George. –comentó Virginia, con un brillo de emoción en sus ojos.
Los invitados se divertían comiendo o bailando. Virginia le sonrió a Draco, y simuladamente se lo llevo a la terraza. El clima era helado ya que acababa de nevar, pero no le duró mucho el frió porque su esposo la cubrió con un cálido abrazo.
-Draco, estos últimos años han sido los mejores de mi vida –dijo, entrelazando sus manos. – Como olvidar aquellos tiempos en que decía que te odiaba...
-Y decías que nunca me querrías –comento con sorna, besando su cabello. –Pero ahora, tenemos unos grandiosos hijos... una la perdimos en manos de ese...
-¡Draco! –regañó su esposa, sonriendo dulcemente.
-Nuestro hijo Edward, no tardará en casarse –continuó Draco. –Y solo nos quedarán las pequeñas gemelas... mmm... ellas tendrán un buen partido... –dijo bajamente Draco.
-Shh... -dijo Virginia cerca de sus labios, envolviéndose en un largo beso.
Y fueron felices para siempre.
Fin
¡DEJEN REVIEW!
Que triste estoy...!! Como siempre digo, es más difícil terminarlos, que comenzarlos. Esté fic, ha sido el más especial de todos los 15 que he escrito. Conocí a grandiosas personas y que varias de ellas ahora son mis amigas. Algunas, como Catty Shenka me ayudaron a mejorar en mi estilo de escribir... No se como agradecerles haber seguido conmigo durante un año.
¡Un año! Muchas dirán jeje... y bueno primero les diré que una de las razones que hasta hoy actualize fue por eso... y otras por razones familiares. Este capitulo lo iba a actualizar hace un mes, pero tuve examenes finales (que me fue genial ) y cuando al fin pensé que podría actualizar y descansar de esas dos semanas de desvelo, nace mi precioso sobrino... que ni él ni mi hermana salieron bien, pase muchas noches en vela esperando noticias buenas de los dos, y lo que menos pensaba era en actualizar. Pero bueno, ahora ellos están perfectamente bien .
Espero que les haya gustado y que me digan su veredicto final. ¡Chicas (¿¿¿os???) las adoro!, no saben cuanto les agradezco todo esos reviews de apoyo. ¡GRACIAS... TOTALES!
Les tengo un pequeño regalo al final de los reviews... espero que les guste
DracoGin: Jeje, aquí tienes tu actualización . Gracias por el review.
Mercy Malfoy: Pues esperaba el review 400... pero nunca llego. Jaja, mentira... no habia actualizado por las razones que escribi, y espero que te haya gustado el final. Creo que ahora si podrás continuar leyendo otros fics... por cierto, si me quieres contactar, mi mail esta en los primeros capitulos .
Melanie: Gracias por comprender que el pasado capitulo no fuera el final . ¡Hey, pero no me mates! Jaja... y algunas de tus sospechas eran ciertas . Me encanto tu review... muchisisimas gracias.
Lucre. Tic...tac... y aquí esta . ¿Qué haría sin ustedes? Jeje, mis grandes amigas que me ayudaron Un beso.
Adri Weasley: ¿Cómo estás?, espero que muy bien . Ojala que te guste el capitulo... y muchas gracias de nuevo por tu apoyo. Un beso y un gran abrazo.
Abin: Gracias por el review . Besos.
The Vastness: No soy tan mal... bueno, si un poco jeje. Muchas gracias por tus comentarios... me alegra no haber cambiado tanto la personalidad de Draco .
Lady Malfoy: ¡Gracias! Y bueno, mis animos, ahora están super bien . Saluditos.
Luciana: Amiguita ¿Te gusto "ese" fragmento?.. a mi tambien, jajaja. ¡Hey, no me mandes virus a mi compu.! Ya sabes lo molesta a que esta mi computadora y con un virus... me volveria loca, jajaja. ¡Besitos!
-- krLÏ : ¿Muerte a Tom?.. pues ya les concedi ese deseo, porque ustedes lo pidieron jajaja. Gracias por el review... un beso.
Lya Exx/ Kotori Monou : Muchas gracias por el review... y acertaste en la persona que llego en caballo . Y la respuesta de Parkinson: ejem... bueno, anduvo viajando y conociendo a nuevos chicos y nunca perdio contacto con sus amigos. Un beso.
Lausanamalfoy. Gracias por el review... besos .
Saray: Jaja ¿Cuántas velas me prendiste? Pobre Ginny... jajaja...
AnviSnape: ¡Amiga! Ni te imaginas cuanto te extraño, tenemos mucho de no juntarnos la Orden completa... pero bueno, tu tienes otras ocupaciones (o sea, el galan ). Gracias por todas las cosas lindas que me dices... te quiero mucho... besos.
Lokilla: !! En serio... gracias por decir que te gusta mi fic... me van hacer llorar con tantas cosas lindas que me dicen .
Fernanda Rozner: Que precioso esta tu nombre (nuevamente lo digo... no me gusta el mio jeje). Gracias por el review, espero que te guste el capitulo.
Angy: Gracias por seguirlo leyendo... saluditos .
Cami: Disculpa que te confundiera. ¿Soy una Parkinson?... es lo mas lindo que me han dicho jaja... me halagas . Besos.
Natty Malfoy: Si, jeje me aumentaste considerablemente mis reviews... y ocmo verás, tuvieron un buen final... besos.
Anwy-Potter: ¿Me lees desde el principio? ... wua... eres de las pocas que lo han hecho, gracias por seguir mis historias. Besos.
Tabatas: Jeje, casualmente ahortia esoty hablnado contigo en el msn . Jaja, claro que se cual es tu pareja favorita... pero si la mencionamos aquí, nos mataran jaja. Besos.
Andy-Wm: Amiga, jeje... pues aquí tienes la actualizan, aunque tu lo leiste antes que lo subiera, gracias por tus comentarios... besos!
Eri Mond Licht: Hey, claro que te doy "permiso" de guardar mi fic.. para mi es un honor que lo guardes y lo sigas leyendo después. Y se que hay muchas chicas que se copian las ideas de los demas... pero no importa, si lo hicieran, ustedes sabrían que yo lo escribi primero jeje. Y bueno... ¿Quién no ha copiado ideas de otros fics? Gracias por ser mi "fan"...huy, no me gusta usar la palabra "fan" por que lo encuentro muy egocentrista y pensaran que soy asi... saluditos.
Erga: ¿Qué paso con la actualizacion de tu fic? Gracias por el review... besos.
Lady Vega: Otra que se apunta a querer asesinarme ... jaja. Espero que haya sido un buen final... y bueno si soy un poco cruel, lo admito... Besos...
Reencuentros (Gracias Andy ).
Era una tarde otoñal de octubre en donde unos niños corrían divertidos en el jardín. Lo único que les interesaba en ese tiempo, era jugar bajo calido sol, que pocas veces se veían en esa época.
-Ya me canse –dijo la pequeña pelirroja, arrojándose en el pasto sin importarle ensuciar su vestido nuevo.
-¡No es digno de una señorita como usted comportarse de esa manera! Levántate. Tu padre no debe de tardar en llegar. –regaño su institutriz. –Además ya nos debemos de ir.
-Por favor Rosie, déjame jugar un rato mas con los chicos...ya no los volveré a ver –inquirió con tristeza. Cerca de ellas jugaban sus dos mejores amigos.
-Ya es hora –sentenció la mujer.
-¿Ya te vas? –pregunto el chico de cabello negro, acercándose a ella.
-Pensé que te irías hasta mañana –reprocho el otro chico de pelo rubio.
-Cambiaron la salida... chicos los extrañare –dijo la niña de 10 años con lagrimas en los ojos. –Harry y Draco tienen que seguir de amigos... por nada se separen.
-Claro, siempre seremos los mejores amigos –dijo Draco, con una sonrisa. Vio su reloj e hizo una mueca de disgusto. –Mi padre no tarda en llegar, también me iré.
-Nos escribiremos todos los días –trató de alegrarla Harry. –Italia no está tan lejos, tal vez alguna vez te visitaremos.
Ella se abalanzo sobre ellos, abrazándolos. Por primera vez, ella se atrevió a besarlos en la mejilla, sonrojada se separo.
-Siempre los recordare. –dijo antes de irse.
Los dos anonadados por el gesto de su amiga, solo pudieron despedirla con la mano.
8 años después...
-Ahí esta Potter –dijo con desprecio Draco a sus amigos –Y va de la mano de Chang... me gusta esa chica y va ser para mí.
-Draco, olvida eso –dijo Blaise Zabini, su mejor amigo de la escuela –Mejor dinos como te fue en la cita con Parkinson ¿Lo conseguiste?
-Amigo, ¿Con quien crees que estás hablando? ¡Claro que lo conseguí! No necesite decirle mucho, a la hora ya estábamos los dos en plena acción –comentó con arrogancia.
-Mira, ya hay nuevos vecinos –dijo Blaise, señalando el camión de mudanzas. –Esperemos que sea unas lindas chicas. No como esos ancianos que vivieron ahí.
Draco se quedo observando por unos momentos, recordando a la niña que vivió ahí hacia años. Lo poco que recordaba era que era una numerosa familia.
Detrás del camión de mudanzas, venía un automóvil negro.
-Creo que no tendremos que esperar mucho, para saber quienes habitaran la casa.
El auto negro, se estaciono enfrente de la casa. Bajando primero una señora ayudada por el chofer. Detrás de ella bajaron tres pelirrojos, que se le hicieron conocidos. Por ultimo bajo, una bella joven de cabellos largos y rojos. Su ropa era negra y su aspecto era triste.
-Es Ginny –susurro Draco.
-¿La conoces? –preguntó con interés Blaise.
-La conocí hace mucho tiempo –dijo sin darle importancia.
-Ah... con que ella era la niña que me dijiste que era tu amiga y fue en la época en que Harry y tu eran super amigos.
-Por favor Blaise, yo nunca fui amigo de Potter... mi padre me obligó. –espetó con dureza.
-Pues al parecer "tu amigo" Harry ya la vio y si la recuerda muy bien.
-¿Por qué lo dices? –preguntó.
Harry acababa de llegar a la puerta de la casa, había corrido un buen tramo para alcanzarla.
Le abrió la puerta la joven pelirroja.
-¿Se te ofrece algo? –pregunto fríamente.
-Ginny... ¿No me recuerdas? –preguntó decepcionado Harry.
-¿Harry? –el asintio con la cabeza. Ella lo abrazó. –Tantos años, y sigues igual, casi no has cambiado nada –dijo observandolo con detenimiento, dandose cuenta de lo apuesto que era.
Él tampoco pudo dejas de darse cuenta, de lo bella que se había puesto su amiga.
-Harry, te estoy esperando –dijeron a sus espaldas.
-Te voy a presentar a mi novia –dijo Harry –Ella es Cho Chang.
-Mucho gusto, soy Ginny Weasley. –respondió, ofreciendole su mano que Cho tomó forzosamente.
-Pero a quien tenemos aquí, si es mi gran amigo Harry Potter –exclamó Ron desde las escaleras.
-Me comentó Ron, que se encontraron en Dinamarca.
-Si, eso fue hace unos meses. ¿Por qué volvieron? –pregunto Harry.
-¿No has leído los diarios?
-No, desde que Rita Sketeer continuó escribiendo lo deje de leer.
Harry odiaba a la periodista Rita Skeeter porque había publicado varios reportajes que perjudicaban a sus padres.
-Papá murió hace dos semanas –dijo Ginny- por eso regresamos-. Antes de que muriera mis padre estaba haciendo los cambios para venirnos para acá... pero lo mató un ataque al corazón...
-Lo siento tanto... -Harry tuvo la intención de abrazarla, se veía tan frágil. Pero su novia era muy celosa.
------------
Eran las 7:00 de la mañana, hacía una hora que había salido a correr. Trotaba en un parque cercano, como lo venía haciendo todos los días desde su llegada. Aún estaba oscuro, pero había varia gente corriendo. Iba a cruzar una calle, cuando un auto gris se atravesó en su camino.
-¡Fijaté idiota! –grito Ginny, desde el asfalto, se torció el tobillo.
Él auto se paro y se bajo un chico alto y rubio. Al instante Ginny se sonrojo.
-¿Qué dijiste? Tu eres la que no te fijas al cruzarte –exclamó el chico.
-¡Draco Malfoy! –dijo sorprendida.
Él levanto la ceja, y sonrió.
-¡Ja! Si eres tú. -dijo sin entusiasmo.
-Entonces lo que decían de ti era cierto –comentó – si has cambiado...
-¿Por qué lo dices? Solo porque no me junto con el estupido de Potter he cambiado... si, y la verdad no me interesa lo que pienses.
-Ya veo... ¡ouch! –exlamó al tratarse de levantar.
-Te ayudo. –dijo con una rara caballerosidad. Ya que él, no le ofrecía ayuda a nadie.
-No, gracias –respondió orgullosa.
¿Continuara? Si les gusta, dejen su opinión ¿si? ´.
