El Cuervo:

La Sangre Del Samurai

Cap.2 fugaz felicidad

Fang-tse, Yaho y Sou caminaban por el bosque hacia el pueblo. En el camino Sou les reprendía por haber ido al bosque sin su autorización.

-cuantas veces les he dicho que no vayan al bosque, si quieren llegar a ser samuráis tienen que aprender a seguir ordenes

-lo lamento papá-dijo Yaho con tono de tristeza

-yo también lo siento Sen Sou

-lo mismo dijeron la ves anterior- reprendió nuevamente Sou

-no -interrumpió Yaho- la ves anterior dijimos que "intentaríamos" no hacerlo de nuevo

-y quien los obligó a entrar al bosque -Sou miraba a su hijo con una sonrisa maliciosa

-fue Chingy nos persiguió hasta que nos perdimos en el bosque

-es cierto Sen-Sou-afirmo Fang

-quizás no habría pasado si no hubiesen estado pisando su siembra-Sou lo dijo con tono de sermón

-oh, bueno- Yaho sonrió apenado-ehh, veo que ya hablaste con Chingy

-¡Sí, vamos! Yaho tienes que aprender a diferenciar lo que es gracioso a lo que es tonto

-si, papá

-dentro de poco ambos serán grandes samuráis, será su responsabilidad la seguridad del clan. Mucha discordia se siente en Kyoto, el enfrentamiento es eminente, y la caída del emperador es casi un hecho. Van a crecer en una época en la que es casi imposible evitar el enfrentamiento. El Honor y la lealtad deben ser sus principales armas

-Si Sen-Sou-dijeron ambos chicos

Minutos mas tarde, Sou y los muchachos salieron del bosque. Fang se despidió de ellos por que ya era de noche y tenia que irse a su casa. Antes de ir a su casa Sou y Yaho fueron al cuartel. Allí Sou le pidió un nuevo reporte a Hitoyama:

-todo esta bien Sou, Matshugo esta haciendo la segunda guardia-repetía tratando de convencer a su amigo.

-no es suficiente Hitoyama!, acabo de encontrarme con Janto en el bosque

-que hacia esa alimaña en esta tierra!

-no lo se pero dobla la guardia

-hey! Sou, acuérdate de lo que hablamos, podemos encargarnos confía en nosotros

-confió en ti amigo, pero..

-no hay pero que valga, de nada nos sirve que estés aquí si te quedas dormido en la guardia- Hitoyama le dio algo de gracia lo que acaba de decir

-si tienes razón...

Sou llego poco después a su casa donde lo esperaba Mei-lou, su esposa. Apenas vio que su marido llegaba le sonrió a través de la ventana y salió a recibirlo

-¿día difícil cariño?

-si, pero si este es el precio valió la pena

-gracias

-¿qué agradeces cielo?

-tus halagos

- para ti todos los halagos que quieras linda.-dijo Sou abrazándola

-ooh, pero si el Gran comandante vino muy dulce el día de hoy

-no se lo digas a mis soldados o serás la responsable de una rebelión jajaja

Sou abrazo a su esposa y entro a la casa riendo. Las luciernaga flotaban en la oscura noche; esos pequeños copos de luz volaban por encima de las siembras y las casas de la aldea. El cielo estaba lleno de estrellas y una gran luna llena se asomaba por encima de los árboles del bosque al horizonte, la noche era calmada como muchas bajo las tierras de Chen.

-mama mi espada ya esta vieja necesito otra

-como es posible que ya hayas dañado otra espada

-practico mucho-dijo el joven con una sonrisa picara

-si, Yaho pero querer a tu espada también es parte de ser un buen guerrero

-por favor madre no sabes nada sobre el arte de la guerra

-pero si se sobre el arte de darle un coscorrón a mi hijo

-no te atreverías

-me estas retando

-no..-dijo Yaho abriendo atentamente sus ojos pero era demasiado tarde su madre ya lo había tomado en sus brazos y le había dado un beso en el cachete

-MAMA!!-dijo el niño restregándose la cara

-ve a dormir gran guerrero rompe espadas

-adiós, y mama..

-¿si?

-te quiero...

Antes de acostarse Sou observo la botella que le había dado Hitoyama pero decidió intentar dormirse sin tomarla, y para su sorpresa lo logro. Horas mas tarde Sou estaba envuelto en sudor y temblando. Mei-lou estaba profundamente dormida y no sentía que su esposo estaba teniendo una terrible pesadilla; una pesadilla que tenia tiempo que no soñaba.

El Cuervo:

La Sangre Del Samurai

Cap. 3 Sueño y Odio

"Era un pueblo desolado y el caminaba por sus calles. A lo lejos ve a una persona. Al acercarse se da cuenta de que se trata de una anciana que esta de espalda a él; la anciana se voltea y él ve que sus manos están bañadas en sangre, y que la anciana cae muerta en el suelo. Sou se desespera y comienza a correr asustado. De la nada empiezan a salir personas de las casas todas mal heridas y otras apunto de morir, algunas le llamaban desesperadas, pero Sou estaba demasiado impresionado y corría sin rumbo.

De pronto se ve atrapado en un callejón donde un hombre que sangraba exageradamente gritaba mientras señalaba el horizonte, Sou volteo lentamente y aterrado contemplo a unas bestias gigantes de ojos rojos y piel corrugada, todas tenían espadas y expedían fuego por la nariz y la boca. Estas bestias mataban a la gente a su paso y incendiaban las casas. El hombre que estaba sentado en el suelo grito a Sou:

-HAS ALGO!!!

Sou se dio cuenta que tenia puesta su armadura de samurai, así que tomo su espada y se dirigió a pelear contra las bestias. Cuando se halló frente a una de ella cerro sus ojos y se lanzo ciegamente contra ella enterrando su espada en su dura piel. Lo único que escucho fue a la bestia proferir un alarido de dolor, inmediatamente Sou siguió agitando su espada y volviendo trozos a la bestia. Los chorros de sangre impregnaban a Sou pero el no se detenía, asesino a una, cinco, diez o mas de veinte bestias. Después de una sangrienta lucha Sou se detiene y ve que ya no quedan mas enemigos, al contrario, las bestias que había asesinado eran realmente humanos (samuráis) y que el se había convertido en un mounstro gigante. La gente a su alrededor reía y lo llamaban el gran "Ressaken".

Sou se levanta temblando, y respirando con dificultad

-estas bien cariño-pregunto Mei que se levanto alarmada

-si, tranquila, duerme no hay problema-dijo Sou con dificultad

-es la pesadilla otra vez ¿no?

-si, tenia tiempo que no sucedía

-iré a hacer un poco de té

-no Mei, en serio, estoy bien vuelve a dormir

-¿seguro?

-si- Mei se acostó de nuevo y Sou tomo el frasco que estaba en la mesa cerca de su cama

-gracias Hitoyama-dijo antes de beberse el liquido sintió una fría brisa colarse por la ventana; luego cayo dormido.

Las luciernaga ya no sobrevolaban mas los campos, la pacifica noche se torno aun mas pacifica. Demasiado pacifica. Algo se movía bajo las altas espigas de arroz.

4 hombres irrumpieron en la casa de Sou, 2 por la puerta y otros dos entraron por un par de ventanas de la casa. Mei se levanto inmediatamente muy asustada y intento levantar a Sou pero estaba profundamente dormido, Mei aterrada toma la espada de su esposo y sale de su cuarto para encontrarse con uno de los samuráis que vestía la armadura del clan Shadoi.

-¡¿quiénes son ustedes?! ¿Qué hacen en mi casa?

La situación se torno aun mas tensa para Mei cuando escucho gritos que provenían del cuarto de Yaho. Olvidándose así del samurai que tenia frente a ella corrió y abrió la puerta del cuarto de su hijo. Otro samurai tenia a Yaho agarrado por la cintura.

-¡deja a mi hijo!-grito la madre empuñando su espada pero el Samurai que había dejado atrás le corto velozmente en la espalda dejándole una herida muy profunda. Mei cayo arrodillada al suelo mientras lanzaba un alarido de dolor al aire.

Yaho quedo sin aliento cuando vio a su madre caer, vio la mirada en sus ojos y la expresión de dolor en su rostro. Intento zafarse de las manos del samurai pero no pudo.

Sou escucho el grito de su esposa a lo lejos, atontado por el somnífero se levanta con dificulta de la cama forzando a sus párpados a permanecer abiertos

-PAPA!!!-gritaba el joven Yaho desesperado.

Adolorida, asustada y decidida Mei se levanto lentamente del suelo retomando la espada en sus manos.

-Cobardes Guerreros son ustedes, que irrumpen en una casa y atacan a una mujer y a un niño

-tu esposo debería estar aquí para cuidarte!-grito un tercer Samurai que se hizo aparecer

Mei se lanza contra uno de los samuráis empuñando la espada en posición vertical, el samurai da un rápido giro a la suya formando arco que desvía el ataque de Mei. Inmediatamente le da un fuerte codazo en la espalda a la chica haciendo que cayera una vez mas en el suelo. Los demás Samuráis reían estrepitosamente.

Sou salió de su cuarto y vio como los otros Samuráis se burlaban de su esposa e hijo. El se encontraba débil y mareado pero la ira empezó a colarse en su sangre.

-Encárgate de el-dijo uno de los Samuráis cargando a la esposa de Sou por la cintura y acercándose a la ventana. Antes de salir por ella dijo.

-Janto te espera en la catarata del este, si logras vencer a sus pupilos tendrás el honor de un combate con el.-ya diciendo esto el samurai sale veloz mente por la ventana seguido por otro que llevaba a Yaho

-YAHOO!!, MEII!!-grito con gran fuerza Sou, pero el solo hecho de gritar lo mareo un poco mas de la cuenta

Los dos restantes Samuráis se acercaban lentamente a Sou con sus espadas en alto, este se paso la mano por la cara tratando de sacudirse el aturdimiento. Uno de ellos se lanzo dando un zarpazo diagonal contra el, pero logro eludirlo girando rápidamente a su derecha, tal maniobra lo desequilibrio un poco. El segundo Samurai se lanzo contra Sou tratando de tomarlo con su mano izquierda por la túnica y así poder clavar su espada en el estomago del Ressaken, pero este reconoció la técnica y agachándose deja pasar la mano del atacante por encima de él, he inclinándose ligeramente a la izquierda esquiva la espada, el Samurai sorprendido por el movimiento de Sou no se puede frenar y sus pies chocan con su cuerpo provocando la caída del mismo.

-Levántate!!-le grita el primer Samurai al segundo- esta aturdido, podemos ganarle juntos

Su compañero se levanta rápidamente y ambos samuráis se lanzan contra Sou, el logra esquivar a uno pero el otro acertó el espadazo desgarrándole una manga del Kimono y causándole una herida en su brazo derecho

Sou da un salto alejándose de su enemigo, buscaba algo con que protegerse con su mano izquierda ya que la derecha la tenia herida. Dirigiendo su mirada a todos lados Sou observo que atrás de uno de los Samuráis estaba la espada de bambú de Yaho. El segundo Samurai se incorpora al lado de su amigo y nuevamente se abalanzaron contra Sou. Pero con mejores reflejos Sou le dio una leve patada a una silla que estaba cerca, logrando colocarla entre el y los dos Samuráis. Aplicando toda su velocidad corre, salta, cae en la silla y dando un segundo salto se eleva girando por encima de los dos guerreros que atónitos por la velocidad de su adversario frenaron la carrera y voltearon velozmente pero para cuando lo hicieron Sou ya sostenía la espada de su hijo

-al parecer ya se esta despertando

-si, pero apenas tiene una espada de Bambú vamos contra él otra vez, esta vez no correrá con tanta suerte

De nuevo los dos samuráis se lanzaron al ataque pero no tenían oportunidad contra Sou, dando dos rápidos pasos a su derecha se salió de la línea de ataque, paso la espada de bambú a su mano derecha y le dio con ella en la mano al enemigo logrando que soltara su espada, la cual tomo con su mano izquierda y arrojo a una velocidad increíble al segundo samurai atravesándole la garganta.

-ustedes no son Samuráis -Sou estaba envuelto en ira-los samurai tienen honor, ustedes no son mas que tontos mercenarios

-nosotros somos guerreros, los guerreros asesinan Ressaken

-antes de que te dé el regalo de la muerte -menciono Sou- dime, cuales son los planes de Janto

-primero que nada terminara contigo, el próximo será Chen jajaja. Suficiente charla muere Ressaken!!

El Samurai saco de una bolsa que colgaba de su cintura un puñado de diminutos puñales. Lanzándolos todos se desplegaron en el aire. Sou dio tres veloces movimientos con la espada de bambú y logro frenar casi todos los puñales que quedaron clavados en la espada, menos uno que le dio en la pierna. Sou se saca con cuidado el puñal y lo arroja al suelo; podía sentir la caliente sangre bajar por su pierna hasta sus pies. Saco un puñal de su espada de bambú y lanzándolo secamente le dio en la frente al samurai restante matándole fácilmente. No tenia tiempo que perder, debía salvar a su familia