Nota de la Autora: Perdón por la demora... jejeje... es que tuve algo urgente que hacer antes de poder actualizar... pero acá ta... espero que les guste... ;0)
Respuesta a Reviews:
Alejandra 13: Me alegro que te haya gustado el FF y don't worry que se conseguirá la varita y aprenderá algo... pero ahí comienza el desenlace... T.T Me tardé bastantito en actualizar... sorry... pero ya voy mejorando...
De hecho no es un solo capítulo cuando ya son grandes... son varios, es otro FF de continuación ;0) Gracias por seguir leyendo mi FF, no tienes una idea de lo mucho que me fascina leer tus reviews. ¡Gracias!
The Angel of the Dreams: ¿Te parece bueno mi FF? ¡Gracias!
Bien, Leien no es la hermana de Harry... pero te adelanto más porque arruinaría la sorpresa ;0) pero he de decirte que por allí anda la cosa... Muchas gracias por leer mi FF!!
MoonyD: ¡Hola Marcelyta! Que bien verte por estos lados!! A ver cuándo nos volvemos a ver en el msn... me gustaría muchísimo poder chatear contigo ;0) nos vemos luego, abrazos de oso polar!!!
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Daleien tomó a Harry de la mano y levantó su varita en alto, unas chispas salieron de la punta de su varita y el niño cerró los ojos con temor, pero cuando volvió a abrirlos se encontró en otro lugar, parecía estar en el interior de una tienda vieja, llena de cajas en sus alrededores, todo estaba oscuro por la noche pero… -¿porqué puedo ver? –se preguntó Harry a sí mismo, pero levantó la vista y observó nuevamente la varita de Leien, de donde salía la luz que iluminaba todo a su alrededor.
Es un Lumus, Harry –aclaró Daleien al ver la expresión de confusión en el rostro del niño.
Me encantaría poder hacer eso… -susurró Harry.
Silencio… o el señor Ollivanders nos va a descubrir, debemos hacer silencio –dijo Leien llevándose un dedo a los labios.
Harry se llevó ambas manos a la boca y asintió.
Mucho mejor –dijo la pequeña en susurros- ven Harry… -se dirigió hacia unos de los estantes y tomó una caja alargada- prueba esta –abrió la caja y le extendió al niño una varita, pero éste apenas y tomó la varita y Leien se la arrebató de las manos- no, no es esa… veamos… que tal esta –tomó una nueva caja y le extendió a Harry la otra varita- tiene un cabello de unicornio…
Harry tomó la varita y la observó ensimismado un momento- a mi me parece muy bonita Leien –dijo entre risas.
No, no es la correcta –Daleien frunció el entrecejo y le arrebató a Harry la varita.
Pero los unicornios son muy bonitos –acotó- a mi me gustan…
Pero a mi me parece que esta varita no es la correcta Harry, además… si buscamos tu verdadera varita tendremos problemas con el señor Ollivanders, mejor… toma alguna y vámonos ya… elige la que más te guste…
Harry inspeccionó hacia los estantes y rápidamente observó las cajas, hasta que sus brillantes ojos verdes se posaron en una caja que estaba algo alta para tomarla- esa me gusta Daleien –dijo señalando hacia la caja.
Tómala entonces –aportó Leien mientras observaba hacia una mesa en el extremo opuesto, sin prestarle atención a la altura donde se encontraba la varita que Harry había elegido.
Voy entonces –Harry se preparó para escalar en el estante mientras Daleien se había decidido a leer el libro y se dirigía hacia la mesa.
Harry no estaba acostumbrado a escalar, excluyendo claro, cuando Dudley y su grupo lo seguían para golpearlo, o cuando Tía Marge llegaba de visita con Ripper de cachorro y éste último lo obligaba a escalar un árbol para huir de sus colmillos.
Haciendo uso de sus pocas habilidades logró llegar al primer escalón y estiró lo más lejos posible su corto brazo para intentar alcanzar la varita, como fue inútil, se decidió a escalar otro poco más.
Cielos… un libro para convertirse en animago… qué interesante –Leien susurraba para sí mientras con sus traviesos ojos esmeralda inspeccionaba una a una las páginas del libro del señor Ollivanders- yo quiero ser un animago –dijo decidida- quizá un ciervo como el padre de Harry…
La transformación en animago puede resultar fatal… -susurraba concentrada- pero… no parece tan complicada en sí –pensó.
Mientras tanto Harry ya estaba muy arriba en el estante, cuando al fin alcanzó la caja que había elegido y sacó la varita se llevó una gran sorpresa: no era una varita tan bonita, levantó la vista y observó en el último escalón del estante una caja negra completamente, pero con inscripciones plateadas fuera- esa debe contener una varita más grande –susurró, e instintivamente dirigió su mirada hacia abajo, donde observó a Daleien leyendo con una sonrisa en los labios y moviendo su varita a diestra y siniestra: como practicando un hechizo o algo parecido.
Sin esperar a más, continuó con su arduo camino hacia la cima del estante, sin tomar precauciones colocó un pie sobre una fila de cajas y al fin se hizo con la caja negra que deseaba- la tengo –dijo con alegría, pero al bajar las cajas se deslizaron y un tumulto resonó en la tienda.
Daleien inmediatamente cerró el libro y corrió hacia el lugar donde habían caído estrepitosamente las cajas- ¡Harry! ¿Te encuentras bien? –inquirió preocupada mientras observaba hacia la cima del estante, en donde un desesperado Harry intentaba sostenerse con una mano mientras con la otra se aferraba a la caja.
Estoy bien Leien, pero no sé cómo me bajo –dijo el niño asustado- ¡me voy a caer!
No, no caerás… primero deja caer la caja y luego yo subo por ti…
Harry obedeció y soltó la caja, Leien la tomó y la colocó en el suelo, luego subió hábilmente hacia donde se encontraba su amigo- Pero qué rápida eres Leien –dijo Harry con asombro.
Soy experta Harry –le respondió Leien con un guiño y sonriendo le ayudó a bajar, ya en el suelo se apresuraron a tomar la caja y regresaron a la Privet Drive.
Ya en la lacena, Harry destapó la caja y Leien observó con curiosidad el contenido de la caja: era una varita de larga y negra, mientras el niño admiraba la varita, la niña tomó un pequeño pergamino y lo leyó cuidadosamente.
Contiene el cabello de un Testral Harry –dijo con asombro- elegiste una que no es muy común…
¿Qué es un Testral? –inquirió Harry al apartar sus ojos de la varita.
Mejor ni me preguntes Harry, por lo menos ya la tenemos y el señor Ollivanders no nos ha descubierto- sonrió plenamente- debo irme ya, o me retaran –añadió en susurros, le dio su clásico beso en la mejilla a su amigo y se dirigió fuera de la lacena.
Gracias Leien –dijo Harry mientras sonriente observaba a su amiga marcharse.
No tienes que darme las gracias Harry James, lo hago con gusto, además… -Daleien regresó al lado del niño- algún día entraremos a duelos de parejas en Hogwarts…y por supuesto que nosotros seremos la mejor pareja en duelos que todo Hogwarts haya visto jamás –añadió con un brillo de felicidad y emoción en los ojos.
Sabes Leien, no entendí mucho eso de duelos de parejas… pero seré muy, muy feliz si algún día puedo ser tu pareja en Hogwarts…
¡Gracias Harry! –exclamó Leien entusiasmada mientras daba pequeños brinquitos en el reducido espacio que ocupaba la habitación de Harry- ¡SEREMOS LOS MEJORES!
¡LOS MEJORES! –repitió Harry mientras estrujaba la varita en su mano y observaba cómo su amiga se retiraba de la lacena.
Tengo una varita –susurró el niño mientras observaba incrédulo el artículo en sus manos- pronto podré hacer tantos hechizos como Daleien –Harry se recostó en la mullida cama y aún abrazando firmemente su varita, se quedó plenamente dormido. Al juzgar por la sonrisa que se dibujaba en su rostro, seguramente estaba soñando en que convertía a Dudley y a sus amigos en enormes sacos de arena.
