Locura

By Kaede Sakuragi

( Seto x Joey )

Capitulo 03

Revisaba el ultimo paciente del piso, ya estaba cansado. Refregó sus ojos, pero no podía irse a dormir un rato, el paciente que se había escapado lo tenia preocupado. No solo porque era peligroso, sino que había algo de ese muchacho que lo había atraído. Sacudió su cabeza, estaba pensando tonterías, de repente un ruido atrajo su atención. En el fondo del pasillo, podía observar una sombra.

- Puedo ayudarlo??? – pregunto, mientras se acercaba, pero aun no podía distinguir a la persona – Busca a alguien??? ... – un trueno, alumbro el lugar por un momento. Pudo ver que era un joven, de baja estatura, de ojos grandes medio violáceos, y de cabellos largos casi puntiagudos, tricolor – Se encuentra perdido??? – dijo desconfiado, no reconocía a ese chico

- Ayúdalo ... – susurro lo bastante bajo, pero Kaiba pudo escuchar

- Como??? ... Acaso hay algún herido ... -  se apresuro, pensando que había alguien que necesitaba su ayuda, pero otro trueno hizo que la luz de emergencia parpadeara, y en esos segundos de oscuridad, el joven desapareció. Kaiba miro para todos lados, reviso las habitaciones de ese sector pero no entro nada ni nadie – Que demonios??? -  se dijo mientras se tomaba la cabeza – Debo estar alucinando ... demasiado trabajo ... – se dio la vuelta para dirigirse al ascensor e ir a visitar los demás pisos, pero la puerta de las escaleras de emergencias se abrió, haciéndola chillar.

Kaiba, miro para todos lados, buscando cualquier indicio de que había alguien mas allí, pero nada se movió. Camino hasta la puerta, abriéndola mas, para ver las escaleras iluminadas con aquellas lámparas de emergencias, una de ellas parpadeaba. Se acerco a ella y dio unos golpecitos, para que esta se terminara de prender. Cuando se dio vuelta se encontró nuevamente con aquel muchacho, asustándolo, retrocediendo, pegándose a la pared.

- Ayúdalo ... – volvió a repetir -  ... El te necesita ...

- Quien??? Dígame donde esta esa persona ... Soy medico ... yo puedo ... – pero fue interrumpido

- Eres el único que puede sacarlo de aquella prisión ... – dijo despacio, señalando escaleras abajo con su brazo extendido -  Esta solo ... y te necesita ...

- No entiendo ... – pensó en voz alta.

- Dr. Kaiba ... – una enfermera entro de improviso – Dr. Kaiba ... por fin lo encuentro ... Quería decirle que los archivos del paciente de psiquiatría no se encuentran quería saber si usted los tiene  ...

- No ... – el ojiazul la miro desconcertado - ... El Dr. Pegasus ... su medico quizás las tomo ...

- Mmmm ... no se ... – la enfermera se estaba yendo cuando se dio vuelta y le pregunto – Que hace aquí ... Doctor?

- Yo ... – se giro para ver si aun estaba ese muchacho, pero no había nada - ... Iba a los otros pisos por escalera ... por si los ascensores fallan – minti

- A ... bien ... lo veo luego doctor – y salió de allí, perdiéndose por el pasillo.

No supo por que, pero empezó a bajar las escaleras, en dirección que le indico aquel muchacho. Las mismas seguían hasta el sótano, sin pensarlo abrió la puerta que conducía hasta allí, encontrándose todo oscuro el lugar. De su bolsillo saco una pequeña linterna, de aquellas que revisan a los pacientes. Camino entre el laberinto de tubos y columnas. Podía escuchar de fondo al generador de emergencia. Había pasado uno minutos, cuando se canso de buscar algo que no sabia que estaba buscando, estaba por irse cuando escucho una pequeña tocesita detrás de unas columnas. Camino despacio, el lugar se notaba que era una especie de depósitos, ya que había maquinas viejas de cirugía, y respiradores, algunos cables y cajas. De entre ellas, pudo ver un bulto que se estremecía. Cuando pudo iluminar mejor, vio entre la oscuridad, unos ojos claros, llorosos.

- Hermano ... – fue lo único que pronuncio el doctor, no supo porque pero fue lo primero que se le ocurri

- Hermano? – la voz tímida, se pudo escuchar - ... Hermano ... – dijo mas efusivo, cuando salió de repente de su escondite, abrazándolo casi tirandolo al suelo. El muchacho lloraba desconsoladamente – Vinieron a buscarme ... – empezó a balbucear – Viene a llevarme ... vienen a matarme ... – levanto su vista para encontrarse con unos ojos azules – No dejes que me toquen ... Seto ... – dijo en murmullo abrazándose aun mas al medico. Quien estaba en shok, primero porque lo había abrazado de repente, y luego porque lo llamo por su nombre.

- Ya ... no te preocupes – empezó a decir, abrazándolo, tratando de calmarlo - ... Nadie te hará nada ...

- Lo prometes??? – dijo con una voz infantil - ... No dejes que me vuelta a poseer ... él es malo ... hace que haga cosas que no quiero ... – empezó a llorar, abrazándose aun mas a Kaiba

- Shhh ... tranquilo – acaricio sus cabellos – Haremos una cosa ... – le dijo mientras levantaba su rostro y le secaba las lagrimas – Primero, saldremos de aquí ... y regresaremos a tu habitación – el rubio se tenso, quiso alejarse de él, pero lo rodeo con sus brazos impidiéndolo – No te pasara nada ... lo prometo

- ... – el rubio lo miro asustado, pero su mirada era sincera, se perdía en ella, sin saber porque empezó a acercarse a su rostro, podía sentir el aliento mezclándose con el suyo, casi podía sentir sus labios.

- Vaya ... – una voz gruesa los hizo separarse, ambos sonrojados - ... Dr. Kaiba ... veo que encontró al paciente del profesor ... – el rubio se soltó del agarre del ojiazul, para pegarse a la pared, asustado

- Marik ... – susurro casi quebrándose, pero por un momento el lugar se torno denso – Marik ...!!! – la voz de rubio ya no era la misma, ahora era algo mas gruesa – Maldito ... Guardián de Tumbas ...!!! No dejare que te apoderes de este cuerpo ... ni mucho menos de los artículos ...!!! – Kaiba que estaba aun en el suelo, lo miro sorprendido

- Me recuerdas ... ladrón ... – él medico se giro, para ver al muchacho, ya no era el mismo, sus ojos eran más grandes y rasgados, su mirada demostraba odio e ira

- Sigues siendo el perro faldero de Pegasus ... – empezó a acercarse – Si quieres ... podemos hacer un trato ...

- Jajaja ... – Marik carcajeo despacio – No me vengas con eso, ladrón ... tu te robaste una de las piezas ... escapándote con uno de ellos ... ahora te he encontrado y pagaras por la muerte de mi hermana ... – Kaiba no salió de su asombro, cuando el egipcio saco un cetro de la nada.

- Que demonios??? – dijo al momento que una luz los cegó. Luego sintió que su cuerpo era cubierto por algo o alguien, para luego todo volverse oscuro. Intento abrir sus ojos, pero el resplandor lo había dado de lleno. Sintió algo sobre él, cuando empezó a moverse, sintió un quejido, de seguro era alguien. Una caricia fue la que llego a su rostro, unos labios en su mejilla, para luego terminar en sus labios. Intento abrir sus ojos, pero la sensación que le producía era exquisita, sintió caricias por sobre su ropa, por sobre su piel, y no espero mucho para cuando sintió un pequeño gemido de entre sus labios. El ruido del motor de emergencia, volviendo a funcionar, lo hizo despertar de aquellas sensaciones, para luego poder abrir sus ojos. Estaba solo, tirado en el suelo. Ni rastro del paciente ni de aquel muchacho del cetro. Se tomo la cabeza, le dolía – Demonios ... – dijo cuando vio rastros de sangre - ... Debí caerme y alucinar ... Demonios ... necesito un descanso urgente ... – El medico se dirigió a la salida, con pasos lentos.

 Cuando cerro detrás, la puerta del sótano, una pequeña figura apareció, apretando entre sus manos, una especie de llave egipcia. Giro su vista hasta un rincón, cubierto por algunas cajas, un muchacho rubio se encontraba inconsciente.

- Hermano ... – acaricio sus cabellos – No dejare que también te domine ... cambiare el articulo de lugar ... para que ya no puedan presionarte ...

- Yu ...gi ... – fue el susurro entre sueños - ... lo he ... encontrado ... – dijo sin saberlo, el otro muchacho sonrió, y se desvaneció, apareciendo en un cuarto aislado, donde el egipcio estaba desmayado. El pequeño sonrió.