Locura
By Kaede Sakuragi( Seto x Joey )
Capitulo 05
Se despertó adolorido, todo a su alrededor estaba oscuro. Se tomo la cabeza, sintió el piso frió debajo de él. Sintió el ruido de un motor no muy lejos de donde estaba. Lentamente, se fue incorporando, sintió que su brazo punzo, al observarlo se encontró con una herida, algo profunda.
- Que ... sucedió??? – se dijo, mientras veía a su alrededor. Todo era tan desconocido para él. El ruido de una puerta que se abría, lo hizo esconderse detrás de una columna. Sintió pasos alrededor, voces.
- Aquí fue la ultima vez que lo vi ... – la voz de un muchacho se escucho
- No hay rastros de él ... – una voz más gruesa, hizo temblar al rubio. Se asomo un poco para poder ver a los individuos, contuvo su grito de sorpresa, tapándose la boca – Donde se habrá metido, el estúpido de Marik???
- No lo sé ... Dr. Pegasus ... – el muchacho respondió inclinándose en forma de disculpa
- Atemu .... debemos encontrarlo ... Antes que el hermano mayor pueda apropiarse del cetro ... – Pegasus se dio vuelta, el cual provoco que el rubio se escondiera aun más – Debemos encontrar a Joey ... teniendo la llave, por lo menos podremos abrir el rompecabezas y liberar aquellos espíritus ... que me darán el poder suficiente para dominar todo el mundo ... jajajaja – empezó a reírse desquiciadamente, provocando que el rubio se acurrucara en el piso, se abrazara temerosamente.
- Dr. Pegasus ... que haremos con el Dr. Kaiba???? – el pelimorado, se detuvo para luego mirarlo a los ojos
- Ese medico es mío ... – llevo su mano a la nuca, refregándose donde tenia el golpe - ... El hermano mayor ... pagara por haberme privado de mi juguete ... – dijo con disgusto. Pero no se percato de la mirada de Atemu – Vamos ... aun nos falta recorrer medio hospital ... debemos encontrarlos ... antes que el eclipse llegue a la mitad de su fase ... – así los dos subieron las escaleras, cerrando la puerta tras de ellos.
Joey, se quedo un rato, allí, asustado. Abrazado, temblando.
- Vamos ... levántate ... maldito perro ... tenemos que encontrar al guardián de tumbas y robarle el cetro ... – la voz gruesa se hizo escuchar, el cual el rubio reaccionó sollozando – Maldición .... no llores ...!!! – le grito
- Yo no quiero ... ya no quiero hacer cosas malas ... – su voz infantil se hacia escuchar entre sollozos
- Escúchame bien ... maldito humano ... – una aparición se hizo presente ante el, era un muchacho de su misma edad, de ojos malignos, y de pelo blanco – Quieres ayudar a tus hermanos????? Responde!!!!
- Si ... – dijo Joey despacio – Pero tengo miedo ... Bakura ... tengo miedo
- Maldición ... – bufo el espíritu - ... Si tuviera mi cuerpo, por lo menos podría patearte el trasero maldita marica ... – el rubio seguía sentado en el piso, abrazado a si mismo, sollozando. El espíritu insulto en cuatro idiomas, para luego mirarlo, y acercarse a él – Mira bien humano ... no me agrada estar en un cuerpo tan débil como el tuyo .... pero ... – sonrió maliciosamente – No quieres ayudar a tu amo Seth??? – Joey dejo de llorar por un momento, para luego levantar su rostro y encontrarse con aquellas pupilas medios verdosas
- Claro que quiero ayudar a mi amo ... pero ...
- Pero nada ...!!! – le grito - ... Ya estamos aquí ... ya lo encontramos ... y por desgracia los perros egipcios también ... aunque no se han dado cuenta de quien es en realidad – dijo pensativo
- Es ... verdad ... – seco sus lagrimas – ... por lo que dijeron recién ... aun lo ven como ... Doctor ... – parecía que el rubio recobraba un poco de su cordura – Ahora que lo pienso ... – se puso de pie, para luego mirar a donde estaban conversando esos hombres anteriormente - ... Hablaban del hermano ... mayor ... o se – se volteo para mirar a Bakura, con una sonrisa – Tristan ... esta aquí ...
- Bingo!!! – grito Bakura - ... y eso significa que podremos aprovechar para apoderarnos de los artículos ... y poder ... recuperar mi cuerpo ... – Joey lo quedo mirando un rato, y empezó a temblar nuevamente. Se tomo la cabeza y empezó a llorar
- Nooo ... noooo ... noooo ... no quiero ver morir nuevamente ... no no no ... ayúdame ... ayúdame ... – empezó a balbucear incoherencias. Bakura lo miraba sorprendido, para luego también gritar, y desaparecer.
No se percataron que cerca de ellos, un articulo del milenio empezó a reaccionar cerca del cachorro, su cuerpo callo al suelo, convulsionándose. El dolo de cabeza hizo que gritara, para luego desmayarse.
De entre las sombras un joven, en su mano llevaba una especie de balanza dorada. Sus ojos negros centellaron en la oscuridad. Se acerco despacio, para luego acariciar el rostro del rubio. Se alejo un momento, para luego volver con una silla de ruedas, tenia que sacarlo de allí, antes que el resto se diera cuenta que se encontraba en ese lugar.
La balanza empezó a balancearse de un lado a otro, los ojos negros la miraron.
- No te aflijas – le dijo al articulo del milenio – Yo se que hay dos almas en este cuerpo y no puedes equilibrarte ... – la balanza pareció entender, y se quedo quieta – Ten paciencia ... cuando sea el momento ... podrás inclinarte donde debes ... – sin decir mas, deposito a Joey en la silla, para luego dirigirse a un montacargas escondido del sótano. Apretó el botón del Estacionamiento. Sabia que allí, podría esconderlo, hasta que supiera un poco mas de la situación. Un pequeño gemido de molestia salió de los labios del rubio, quien el individuo lo miro tristemente – Lo lamento ... pero debes estar inconsciente por ahora ... – de entre sus ropas saco una jeringa, con un liquido incoloro, tomo el brazo de Joey y lo inyecto – Esto te calmara ... por lo menos no tendrás que sufrir las pesadillas que Bakura hace para atormentarte
Sintió en su cuerpo un cosquilleo, intento incorporarse, pero un mareo se presento haciéndolo que se volviera a recostar sobre aquella cama. Miro pesadamente a su alrededor, se encontraba en una de las habitaciones de la parte nueva, aun a media construir. Sentía frió, ya que no poseía todas la ventanas ese piso. Cuando pudo incorporarse, puede verse cubierto por algunas mantas. Busco aquel chico que lo había salvado, pero no había rastros de él.
Se levanto despacio, intento caminar un poco, y apenas lo lograba. Se tomo la cabeza, le dolía, no sabia que le había pasado, pero por lo que le había entendido a aquel muchacho, lo habían drogado. Trato de avanzar un poco, pero sus piernas no le resistieron, estaban como dormidas, trastabillo, cayendo al piso. Cosa que nunca llego, unos brazos fuertes lo rodearon.
- Mi señor ... No debería levantarse aun ... – Kaiba levanto su vista para encontrarse con aquellos ojos marrones
- Tengo que ir a ver a mis pacientes ... – murmuro, tratando de incorporarse, pero sin éxito
- Mi Señor ... vuelva a la cama ... – lo ayudo a sentarse en aquella camilla, tomo el pulso, toco su frente, miro sus ojos, todo como si fuera un doctor, lo cual Kaiba sonrió - ... Mi señor??? ... – Tristan le pregunto curioso
- No me llames ... Mi Señor ... dime Kaiba ... – volvió a sonreír, todo esto le parecía un disparate - ... Acaso eres algún doctor ... o algo ...???
- No ... Mi Se ... digo ... Kaiba ... – se sintió raro llamarlo así - ... Es que luego de atender siempre a mis hermanos ... uno ya se acostumbra ...
- Tus hermanos??? – el ojiazul se sentó mas cómodamente en la cama, para luego hacer que Tristan se sentara cerca de él, en una de las pocas sillas del lugar – Cuéntame todo ... quiero saber que es lo que esta sucediendo – Kaiba le hablo seriamente. El castaño lo miro, para luego acomodarse en la silla, poniendo el respaldar hacia delante, así apoyando sus brazos cruzados en el respaldo.
- No se si ... podré contarle todo ... – bajo la cabeza, mirando el suelo, y con un gran suspiro dijo - ... Yo aun puedo recordad algunas cosas ... – lo miro a los ojos - ... No recuerdo exactamente todo sobre mi vida anterior ... – el ojiazul lo miro con la ceja levantada - ... Fue hace ... mas o menos ... cinco mil años, en las tierras del sur de Egipto ...
Flash Back – 5000 años antes ...
El palacio estaba algo ajetreado, había muchos murmullos entre los pasillos del lugar. Dos cabeza se asomaban curiosos por detrás del trono, apenas podían escuchar las voces de los consejeros, y del Faraón. Estaban concentrados, en ellos cuando alguien los tomo por los brazos y los arrastro lejos de lugar, sorprendiéndolos.
- Ay ... ay ... Tristan ... duele – se quejo el mas alto
- Te lo mereces ... Joey – le decía el castaño mientras le daba un golpe en la cabeza, lo cual el mas pequeño sonrió - Y tu también ... Yugi ... – que también recibió un golpe ...
- Pero ... Tristan ... – ambos dijeron
- Pero ... nada ... – los reto desafiante, disgustado - ... Si el amo los ve ... nos meteremos en problemas ... Saben bien que no debemos espiar al consejo ...
- Pero hermano ... es importante ... a lo mejor la guerra se acerca y no podemos quedarnos tranquilos ... – Yugi hablo
- Pero ... entiendan ... si alguien los descubre, quizás los tomen como espías ... y el amo no podrá salvarlos ... acaso no piensan????
- Si hermano ... – los dos dijeron apenados, mirando el suelo.
- Pro Ra ... – dijo el mayor abrazándolos - ... Saben que me preocupo por ustedes ...
- Lo sabemos ... – murmuro Yugi – Perdónanos ... – Tristan dejo de abrazarlos, para sonreírles. Pero al levantar su vista, vio alguien detrás de ellos, para luego palidecer.
- Señor ... – murmuro, para luego inclinarse, cuando los otros se dieron vuelta, hicieron lo mismo
- Faraón ... – los tres estaban arrodillados ante aquel hombre de ojos púrpuras. Detrás de este, se encontraba su amo ... Seth ...
