Locura

By Kaede Sakuragi

( Seto x Joey )

Capitulo 08

Se sentía algo adolorido, se sentía desorientado. Cuando pudo abrir sus ojos, se encontró en un pequeño catre, cubierto por una pequeña manta de hilo. Miro a su alrededor, y podía ver las estrellas, la luna estaba en su esplendor.

De repente, se levanto, tenia que haber estado ya en los aposentos de su amo. Se coloco las sandalias, una túnica blanca con bordes dorados, y sobre eso, una capa negra. Coloco un pequeño cuchillo en el interior de esta, y salió de la habitación.

Sus hermanos no estaban, como siempre cada quince días, ellos debían estar en las caballerizas, por orden de su amo y el faraón. Dentro del palacio, había pequeñas estructuras, donde los sirvientes, soldados, y que otro paje de los comerciantes ricos, pasaban la noche allí. Pero igual era peligroso, siempre se emborrachaban y no quería toparse con ellos. Por suerte, los guardias, sabían que él, siempre llegaba a esa hora, y le daban el paso. Nunca preguntaron el porque, pero se sabia bien los gustos de su Sacerdote, y contradecirlo, era la muerte.

Subió algunas escaleras, con paso ligero hasta llegar al otro lado del palacio. Siguió su camino hasta casi llegar a la sección donde su amo residía.

Las puertas del pequeño santuario, rechinaron cuando las abrió. Se encontró todo oscuro, pero igual ya sabia el camino. El único sonido eran sus pasos, que lo llevaron hasta detrás de la estatuas de Anubis, que antes de entrar en ella, hizo una reverencia.

Se sorprendió encontrar el lugar en la semi oscuridad. Pensó que su amo se encontraría ese día, o el se había equivocado. Camino despacio, temeroso, quizás su amo estaba enojado porque había llegado tarde. Como siempre, se resigno, seria castigado.

Entro despacio, cerrando la puerta tras de si, se saco la capa, dejándola a un costado de una de las columnas. Se acerco al lecho, donde un bulto sobresalía de ella. Se descalzó, y subió a ella, pero cuando poso su mano en él, lo encontró blando. Le extraño, y al arrancar las sabanas, se sorprendió ver almohadones.

- Llegas tarde ... – una voz gruesa y seria, lo asusto cayendo sobre la cama - ... sabes como es pagado tu error ... esclavo ....

- Si ... amo ... – murmuro despacio, para bajar de la cama sacándose la túnica, quedando solo con la tela que cubría su partes intimas, le dio la espalda y se arrodillo. Cerro sus ojos, esperaba en cualquier momento que el látigo castigara su espalda, calmaba su corazón, para no gritar y molestar a su amo. Pero eso nunca llego. Sintió algo húmedo en su nuca, sintió que le rodeaban la cintura, era presionada contra un pecho firme. En sus nalgas podía sentir algo que se endurecía con cada roce que hacia contra ellas. Gimió al sentir como pellizcaban sus tetillas, provocando que su cabeza se echara hacia atrás, dejando su cuello al descubierto. Aprovechado por su torturador, mordiéndolo y lamiéndolo. Ágilmente fue alzado, y depositado en el lecho, tirando los almohadones al suelo. Pequeños gemidos salían de sus labios, al sentir como las manos de su amo recorrían todo su cuerpo. Casi grito, al sentir como iba siendo mordida, su entrepierna, por sobre la tela que lo cubría, sentía pequeños espasmos, desesperados – A...mo... – apenas pudo murmurar

- ... – el rostro del sacerdote, se levanto con una sonrisa maliciosa. Sus ojos azules, se encontraron con aquellos marrones, que irradiaba inocencia - ... Dime ... esclavo ... como quieres que te castigue??? - se acerco a su rostro, lamiendo el cuello, para luego dar pequeños mordiscos a sus labios, pero sin llegar a besarlo

- ... Como ... usted ... aaaahhhhh ... quiera ... – dijo dificultosamente, ya que estaba la mano del ojiazul, estaba debajo de la ultima prenda que le quedaba

- No ... – susurro al oído, mientras le mordía la oreja suavemente - ... Dime ... que te gustaría que te hiciera? ... – fue una pregunta pausada, dulce y sensual. A la cual el rubio se le quedo viendo, con sus ojos bien abiertos, no sabiendo explicar el comportamiento de su amo.

- Amo ... yo ... – fue callado por unos dedos posados en sus labios.

- No ... Joey ... esta noche quiero ser Seth ... no tu amo ... – el rubio lo miro a los ojos, y vio tanta sinceridad, que no pudo contener sus lagrimas. Se abrazo a su amo ... no ... esta noche no ... se abrazo a su amante, de aquel que estaba enamorado.

- Quiero que me ames ... – susurro a su cuello - ... quiero que me ames como yo lo hago ... – lo miro a los ojos sollozamente - ... aunque sea por esta noche ... – Seth sonrió, seco sus lagrimas bebiéndolas en cada beso que le daba, para luego terminar en sus labios apasionadamente.

Rodeo su cuerpo con sus brazos, sus manos acariciaban su espalda, la cual era suave y febril. Se acostó sobre el rubio, al mismo tiempo que se deshacía de la ultima prenda que le quedaba. Joey tampoco se quedaba quieto, había sacado la única prenda que tenia su amo, aquella falda de tela.

Ambos ya desnudos, se besaban con dulzura, pasión y excitación. Las manos de ambos no se quedaban quietas. Gemidos era el único sonido en la habitación.

Dejo los labios dulces de su amante, para recorrer su cuello, llegar a su pecho, y morder hasta hacerlo gritar de placer y dolor. Le gustaba ese sonido, lo excitaba mucho mas de lo que estaba. Siguió bajando, hasta llegar al ombligo, mojarlo con su lengua y luego soplar despacio sobre esa zona, volviendo a sacar otros gemidos desesperados. Siguió bajando, hasta encontrarse con la hombría ya erecta, eran tan grande que le encantaba sentirla en su boca. Sujeto las caderas, para luego con su labios empezar a besarlo despacio, haciendo que su amantes se retorciera por tal excitación. Lamió cual fuera un dulce, desde sus testículos hasta la punta, donde se podía apreciar que dejaba salir gotitas blancas. Las lamió, y las encontró dulce, como lo era su cachorro. Siguió lamiendo hasta llegar un poco mas debajo de los testículos, hasta aquel orificio tan estrecho, que con solo pensarlo, su propia hombría estaba lista para ser atendida urgentemente. Mojo dos de sus dedos, y lo introdujo despacio, haciendo que el rubio abriera mas sus piernas y gimiera mas fuerte. No duro mucho, ya que su cuerpo lo pedía. Se levanto, para luego besarlo hambrientamente, mientras se colocaba entre sus piernas, y su hombría en aquel orificio. Al mismo tiempo que hizo la primera embestida, empezó a masturbar a su amante. Un gran gemido fue acallado por el beso, ambos estaban excitados al máximo. Dejo sus labios, para esconder su rostro en el cuello, la respiración entrecortada de ambos, eran escuchada a la par de sus oídos. Joey alzo sus brazos, para abrazarlo, y permitir así que sus caderas pudieran elevarse un poco mas, facilitando las embestidas. Un gemido mas largo fue al sentir mas entregado a su amante. Los movimientos eran cada vez mas rápidos, hasta que en forma unísona, pronunciaron el nombre del otro, terminando en un gran gemido. Quedando tumbados ambos, en los brazos del otro.

La respiración era agitada, sus corazones estaban acelerados, pero sus miradas, eran llenas de cariño, y pasión. Seth beso dulcemente todo el rostro de Joey, despacio, como queriendo recordar cada parte de él. Beso sus labios, apenas, provocando que el rubio dijera dos palabras

- Te amo ... – el sacerdote, se le quedo viendo, provocando un silencio muy incomodo. Joey se lamento por arruinar ese momento. Con lagrimas en sus ojos, quiso safarse del agarre de su amo, pero fue impedido - ... amo ... yo ... lo siento ... – dijo angustiado - ... yo ... no ... yo no quise arruinar esto ... yo ... – fue callado por un beso, ni brusco ni apasionado, sino un beso simple.

- Yo también ... te amo ... Joey ... – le dijo al separarse. Los ojos del esclavo empezaron a empañarse con lagrimas - ... Cachorro ... no llores ... – le dio un beso en cada ojo - ... Esta noche ... quiero que sea eterna ... – beso sus labios, y se levanto. Dejando al rubio desorientado, y mas a un cuando regreso con un pequeño cofre de oro, con dibujos. Seth volvió a acostarse a su lado, para luego sacar de la pequeña caja, dos pequeños brazaletes de plata, delgados y finos. Hizo que el rubio se sentara a su lado, tomando su brazo izquierdo, en el antebrazo, coloco un brazalete, para luego colocarse el otro en su brazo derecho - ... Este símbolo significa eternidad ... – mostrando un dibujo, que nunca había visto, grabado en los brazaletes - ... y esta figura ... que vez aquí ... significa que aunque nuestros cuerpos pierdan la vida ... seguiremos amándonos en cualquier lugar que Anubis nos destine ... – el rubio observo los brazaletes, los toco creyendo que no eran reales, para luego mirar a los ojos de su amante

- ... pero ... amo ... - titubeo – Seth ... esto ... significa ... que ... – sus ojos volvieron a llenarse de lagrimas - ... Te amo ... te amo ... te amo ... te amo ... – se lanzo sobre el sacerdote, para luego llenarlo de besos.

Ambos cayeron nuevamente en la seducción de las caricias, terminando nuevamente haciendo el amor ........................

El ruido de un golpe, lo estaba molestando, ese ruido era como si alguien intentara abrir una puerta a la fuerza. Despertó de su sueño, desorientado, recordaba cada momento que había pasado con su amo, recordaba que la ultima noche había sido especial, donde ambos se habían jurado amor eterno. Tomo su cabeza, le dolía, pero el ruido de la puerta cediendo, lo hizo girar, para luego abrir sus ojos asustado. El lo había encontrado ...

- Joey ... Joey ... Joey ... sabes todo lo que he tardado en encontrarte?

- Atemu ... – fue lo único que pronuncio.

Nota: para los que me pidieron yaoi XDDDDD ... aquí taaa!! Jujuuu O