Capitulo 6: La leyenda.
"Hace mucho mucho tiempo vinieron a Cefiro tres mujeres provenientes del mundo místico, su nombre eran Luci, Marina y Anais. Las tres se convirtieron en guerreras mágicas, lucharon contra el mal y salvaron a Cefiro."
-¿Y como eran ellas abuelita? ¿Eran bonitas? ¿Eran fuertes?
-Claro que eran bonitas y fuertes sino como podrían haber protegido nuestro mundo.
-¿y tú las conociste?
-Si hace tanto tiempo que ya poco me acuerdo, cuando yo tenia tu edad mi madre era amiga de ellas.
-¿Y que paso entonces?
-Cosas de adultos. Cada una tomo su camino.
La pequeña niña que se encontraba sentada en el regazo de su abuela quedo pensativa. La anciana la abrazo con sus brazos arrugados, era una octogenaria morena de cabellos blanquecinos, que alguna vez fueron rubios, de ojos claros y una expresión alegre y serena.
Una voz femenina se oyó a lo lejos. Era la madre de la pequeña.
-Adiós abuelita, me tengo que ir.
-¿Volverás a visitarme?
-sip, chao.- la niña se alejo rápidamente con sus pasitos y atravesó el umbral de la humilde cabaña. La anciana se meció suavemente en su mecedora, cuando una voz masculina la llamo desde la puerta.
-Anciana Ridia ¿Esta aun usted viva?.- un bello rostro de ojos grises se asomo en la entrada.
-¿Qué quieres Lancy? ¿No me digas que ahora te gustan las mayorcitas y quieres estrenarte conmigo?
El joven entro a la casa y se acomodo en una silla. - Mire anciana Ridia no se pase, vengo por que necesito que me ayu... - Pero no alcanzo a terminar la frase por que tres jovencitas entraron confianzudamente al lugar.
-Oye por que no te apuras, nos trajiste caminando 4 días para hablar con una momia como esta.- dijo una de las jóvenes que traía un uniforme rojo con negro.
-Buuuuu, no dejaste esperando en la entrada, te damos vergüenza, no nos quieres.- dijo una rubia que se sentaba en el suelo mordiendo un pañuelo.
-Pues la verdad si.- dijo el joven rubio en voz baja.
-Oiga señora.- hablo la ultima joven vestida de un buzo verde.- tiene agua, me estoy muriendo de sed.
-Eh si, en la cocina hay una jarra.
-Y algo para comer no hemos comido nada decente en días.
-Si creo que hay unas frutas por ahí.
-gracias .
La anciana observó detenidamente a las muchachas que acompañaban a Lancelot. Nuestras protagonistas llevaban ahora encima de su uniforme una pequeña armadura consistente en una pechera, una hombrera, una par de coderas y rodilleras de un metal no muy resistente pero liviano, que según su maestro les serviría por ahora. Llevaban casi una semana juntos. El entrenamiento había sido duro para todos.
Ania fue la que más condiciones tenia de las tres. Ahora lucia una larga y ancha espada en la vaina amarrada a su espalda. Aun no la dominaba por completo, debido a que cada vez que Lancelot le trataba de explicar como usarla ella se ponía roja y se le nublaba la mente, perdiendo todo lo que había aprendido hasta ese momento.
Reiya en cambio, fue un caso difícil para el joven maestro, con su carácter fuerte y terco renegaba de sus ordenes, sin decir de la forma en que constantemente lo acosaba. Al final termino teniendo talento para la lucha cuerpo a cuerpo (Sin armas, no piensen mal), había practicado algo llamado tai kuan do en el mundo místico. Le termino dando un par de espadas finas y cortas que traía atadas a la cintura, con ellas podría aprovechar al máximo su agilidad natural.
Pero Kia fue un caso diferente carecía de toda condición física y vocación bélica. Corría la misma velocidad que una tortuga coja, tenia la fuerza de un espantapájaros milenario y la puntería de un ciego con gripe. Al final había atinado a darle un gran escudo, por lo menos así, en el caso de que hubiera una batalla no la matarían y no estorbaría a los demás.
-Miren chicas, acá hay una hamaca.- chilló la rubia.
-Hace tanto tiempo que no duermo en algo parecido a una cama.- pensó la mas alta de las tres mientras se encaramaba a la hamaca.
-hey yo también quiero.- y la pequeña Kía con un poco de ayuda de Ania logro encaramarse también.
-hágame un ladito.- y la pelirroja se tiro se salto encima de las otras dos.
-Mira Lancy, si quieres que te preste mi casa como motel, tengo que advertirte...
-¡¡Plaf!!.- la anciana no alcanzo a terminar la frase pues la hamaca se desplomo pesadamente dejando a las chicas que contenía convertidas en un atado de piernas , brazos y cabezas.
-¿dónde conseguiste a estas amiguitas Lancy?
-punto uno: no son mis amigas.
Punto dos: estas minas locas me las mando Guru Clef, para entrenarlas, de donde las saco, pues ya no quiero saber.
Punto tres: ¿Me puede dejar de decir Lancy? Es vergonzoso.
-Guru Clef te las envío. Deben ser personas importantes. No sabes por que razón quería que tu las entrenaras Lancy.
-¡Que no me digas Lancy! :( bueno eso es lo más raro dijo que ellas eran aspirantes a guerreras mágicas.
-¿En serio Lancy?.- observo la anciana mientras en la habitación las tres pobres "guerreras mágicas" aun estaban enredadas tratando de reconocer aquí le correspondía aquel pie, mano, brazo, etc.
-Kía podrías quitar tu pie de mi oído.
-ese pie no es mío.
-ni tampoco mío, hey Reiya saca tu mano de mi pecho.
-Esa no es mi mano, acaso crees que soy lesbiana.
-¡Kía!
-lo siento, es que estaba blandito.
Cuando las guerreras terminaron de desenredarse, la anciana se atrevió a preguntar: ¿Y que harás con estas niñas?
-bueno eso es lo que quería preguntarte. Sé que tienen que salvar a Cephiro, pero ¿cómo?
-Bueno la leyenda dice que deben despertar su magia e invocar a sus genios y que solo después podrán salvarnos.
-Magia y genios. Lo de la magia tiene que arreglarlo Guru Clef. En cuanto a lo de los genios tendré que ayudarles a buscarlos ¿alguna idea de donde puedo encontrarlos?
-Si, recuerdo que uno fue encontrado en el mar, otro en las montañas flotantes y el ultimo en el cráter de un volcán. Pero no se las ubicaciones exactas, todo esto sucedió antes de que naciera.
-Buf, será por la época de los dinosaurios ¬¬.
-¿Qué dices Lancy òó?
-yo, nada.
-señora pasa arrugada.- dijo Kía con mucho respeto.- camino para acá nos encontramos con un tipo llamado Ascot, que también conoció a las guerreras mágicas, yo me pregunto que paso con ellas, las enviaron de regreso a su mundo, las mataron o algo...
-Las Antiguas guerreras mágicas fueron invocadas hace más de 100 años y las tres se encuentran fallecidas.
-esperen.- dijo interrumpiendo Ania.- Ascot dijo que él había conocido y se había enamorado de una de las guerreras mágicas y no parecía mayor de 25 años.
-Las apariencias en este planeta a veces no tienen que ver con la edad, el mismo Guru Clef tiene casi 1000 años. Probablemente su amigo era un hechicero poderoso por lo que pudo rejuvenecerse.
-Escuchaste Ania. Tu novio era un viejo. Tu novio era un viejo. Tu novio era un viejo.
-Callense, quizás él no este vivo ahora ¿No han pensado en eso?
-Vamos.- respondió Reiya.- ya oíste a la vieja. El es un hechicero poderoso estoy segura que esta por ahí y si no ha venido es por que no tiene razón alguna para venir.
-ojalá.
-Si ya terminaron sus peleas tontas nos vamos.- Dijo Lancelot cortante al mismo
tiempo se le acerco Kía con la cara más tierna del mundo y con su dulce voz le pregunto: ¿Te puedo decir Lancy? Es que suena muy gracioso.
Ania y Reiya se retorcieron de la risa en el suelo de lo ridículo del sobrenombre mientras que Lancelot quería matarlas a las tres.
-Lancy.- hablo tranquilamente la anciana, cuando la cosa se calmo un poco.- ¿Como esta tu hermana Lucero?
-ella se fue también.- Dijo este al mismo tiempo que miraba el suelo y apretaba el puño.- como todos los demás. Estos eran tiempos de paz, por lo que nadie quería entrenar ni aprender a usar las armas y menos algo tan difícil como combinarlas con magia.
-Así que solo quedas tú.
El joven no respondió, miro hacia el exterior donde ahora estaban sus alumnas. No quedaba nadie más que viviera en su dojo. Cuando mientras era niño había bastante gente habitando esa casa ¿Cómo era que ahora no había nadie? Unos, sus abuelos y los hermanos de sus abuelos y sus mismo padres murieron. Sus tíos habían abandonado la casa poco a poco, partían a viajes de los que nunca volvían y sus primos simplemente desaparecieron, decían que querían vivir en otra parte y se iban. Pero su hermana, su única hermana le había ofrecido que se fueran juntos, sin embargo él eligió quedarse, el sabia que tenia un destino.
-Tu bisabuela también era una guerrera mágica ¿sabias?.
-No tenia idea.- Y era verdad. El siempre fue un niño poco interesado en las historias, menos las familiares y realmente no había nadie que se lo quisiera contar.
-Quizás era tu destino encontrarte con ellas y entrenarlas.
-Quizás.
Las chicas jugaban a pillarse, pero Kia cayó y se raspó la rodilla. Chillaba como un gato aplastado por un camión. Su bisabuela no podía haber sido tan loser. Suspiro y fue a atarle un pañuelo a la herida.
En un lugar distante, el hechicero Ascot, yace encadenado de pies y manos a una pared. Luce maltrecho y muchos años más viejo. Una figura envuelta en una capa negra se le acerca. Al sentir los pasos cercanos despierta súbitamente, se encuentra moribundo. La pócima que creo para rejuvenecer tiene un defecto, acaba con la energía vital y su fuerza de voluntad no fue lo suficientemente fuerte para resistir.
-Mi querido Ascot ¿Crees realmente que vale la pena morir asi?.- dijo tranquilamente la figura negra.
-¿Eres Kaos?
-Me conocen con ese nombre, como por tantos otros.
-¿por qué haces esto?
-Es mejor preguntarte por que haces tú esto. Acaso es el recuerdo de la pobre Marina.
-¡No te metas con ella!
-Antes de que mueras voy a mostrarte mi rostro.- La figura procedió a quitarse la capucha.
-Tú...
Continuará...
Fin del capitulo 6
