Todo lo escrito aquí y en los capítulos anteriores es sin fines de lucro y reconozco totalmente los derechos de autor de las Clamp (aunque se me haya olvidado mencionarlo UUU). No me demanden soy pobre.
Capitulo 7: Sorpresas y recuerdos
Después de visitar a la anciana Ridia nuestras tres heroínas y su sensei atravesaban el bosque en busca de la montaña donde encontrarían a alguno de los genios. La verdad Lancelot, como les explico a sus alumnas, sabia poco acerca de ellos. Al parecer estos habrían sido una especie de gigantes que las guerreras originales habían utilizados para pelear. Eran muy poderosos y al parecer tenían personalidades propias. Pero ya no se acordaba bien.
De repente Kía pidió que se detuvieran unos momentos mientras ella solucionaba una necesidad biológica (quería hacer pipí). Se interno en el bosque. Sus compañeros esperaron pacientes un buen rato cuando escucharon como alguien se les acercaban detrás de unos arbustos. Lancelot se acerco a estos para quejarse de cuanto se había demorado Kía en ir al baño cuando un horrible tentáculo lo tomo desprevenido de un pie. El espadachín desesperado trato de sacar su espada, pero el monstruoso calamar gigante agitó sus extremidades haciendo que la espada cayera clavada en el suelo.
Reiya y Ania atacaron a la criatura sin mayores resultados. La morena embistió contra los tentáculos, pero estos al ser cortados se regeneraban rápidamente. Mientras la pelirroja atacó el cefalotorax, chocando sus pequeñas espadas contra la dura piel que lo recubría logrando solo sacar chispas. Además la criatura parecía no tener ojos, ni otras partes vulnerables. La situación era desesperada, el monstruo estaba a punto de engullir a Lancelot mientras las muchachas perdían su pelea contra los tentáculos cuando Kía apareció. Tomo la espada de su maestro. Y con una mirada de verdadera ira, inconcebible hasta ahora en su siempre dulce rostro, gritó: ¡QUÍTATE DE MI CAMINO!
La criatura la tomó con unas de sus innumerables extremidades y la llevo a su asquerosa boca y se la trago entera. Sus amigos gritaron desesperados su nombre y ya tenían la mirada vidriosa cuando algo al interior de la criatura parecía agitarse. El tentáculo que aprisionaba a Lancelot perdió fuerza y lo dejo caer. El joven dio una voltereta en el aire y aterrizo de pie. Mientras el calamar gigante convulsionaba. Esto sucedió un buen rato hasta que de entre las carnes y tripas del ser salía la pequeña rubia. Intacta. La miraron atónitos, ella seguía triturando los restos embargada por una ira ciega.
-Eso fue estupendo. Te felicito.- Dijo su maestro pero la rubia lo ignoró y siguió con su sangrienta faena.
-por que a mí, por que ahora, por que a mí, por que ahora.- repetía ella sin cesar.
-Kía ¿Estas bien?.- pregunto Ania con precaución.
-¡No, no estoy bien!- dijo ella mirándolos fijamente.
-¿Te paso algo?
-¡¡¡NO IDIOTA SOLO ME DIO LA REGLA!!!
-...O.O!!
La muchacha rubia clavó la espada en el suelo y se alejo corriendo, Lancelot le pregunto a sus otras discípulas que le pasaba. Ellas se limitaron a contestarle que eran cosas de mujeres y que las dejara solas para solucionar el problema. Reiya y Ania con la solidaridad típica en estos casos, se acercaron a Kía.
-Vamos Kía yo ando trayendo un par de toallas y te las puedo prestar.- dijo en tono cariñoso la pelirroja.
-y creo que yo ando con una polera de repuesto en mi mochila, podemos hacer compresas con ella para cuando se te acaben las toallas.- propuso Ania.
-Déjenme sola.- gruñó la rubia mientras corría y abandonaba en bosque internándose ahora en una pradera, donde a lo lejos podía verse el mar. Camino hasta llegar a la playa seguida de lejos por sus dos amigas. Se desprendió de sus ropas llenas de las inmundicias del monstruo que había vencido. Y procedió a darse un baño en la fría agua de ese océano extraterrestre. Ya adentro del agua siguió refunfuñando, y pataleando, descargando su furia ahora con el agua.
Un artefacto similar a una moto flotaba a ras del suelo bordeando la playa. Lo manejaba un joven de cabello celeste y ojos ambarinos. Sus vestimentas eran diferentes a las de los demás cefirianos, eran oscuras y opacas, llenas de broches y cierres. También llevaba además una especie de visor en el rostro. Conducía con destreza cuando vio a una persona que pataleaba en el agua. -Se está ahogando.- penso él. Detuvo su moto, se quito rápidamente el visor, los zapatos, la chaqueta y la polera. Se arrojó al mar para salvar a la chica que se retorcía entre las olas. Se acercó rápidamente y la tomo por la cintura, sin que ésta dejara de patalear la llevo de vuelta a la playa. Cuando la soltó se dio cuanta que ella estaba desnuda.
-Pervertido.- dijo ella con el rostro desfigurado por la cólera.
-...Yo...- balbuceo el joven, pero no alcanzo a terminar ya que Kía tomo su enorme escudo y le dio un fuerte golpe en la cabeza con él dejándolo K. O. al instante.
-¿Dónde estoy?- penso el joven mientras recuperaba poco a poco la conciencia. Le dolía mucho la cabeza. Escuchó voces de mujeres y luego otra de hombre ¿Qué había sucedido? No podía recordarlo. Alguien le preguntó si estaba vivo. Abrió lentamente los ojos. -¿Eres un ángel?- pregunto cuando vio que encima de él estaba la más bella joven que él hubiera visto. Tenía el cabello dorado como el sol, los ojos de agua pura y la piel tersa y blanca como la porcelana.
-Uy creo que el golpe te dejo tonto.- Dijo la joven con la más hermosa voz que él hubiera escuchado.
-¿Estas bien hombre?.- pregunto el único varón del grupo de cuatro personas que lo rodeaban.
-¿Te conozco?
-No, pero mi nombre es Lancelot y soy un espadachín. Quiero pedirte disculpas por el ataque que te dio mi discípula ¡Discúlpate Kía!
-¡No quiero!.- respondió esta y le saco la lengua.
-ejem, ejem.
-¿Y que nosotras no valemos?
-Bueno la verdad si.- penso el sensei, sin embargo igual las presento.- Ellas son mis otras dos "discípulas". Ella es Ania Mayfair y la otra es Reiya Umbrella.
-òó ¿Cómo que la otra?...- Pero no termino su alegato Reiya ya que el encantador joven la interrumpió.
-Me presento soy Alkon Alexey, mucho gusto.- Y procedió a dar la mano a cada uno de ellos, excepto a Kía a quien le dio un tierno beso en la mano.
-¿Quisiera saber a donde ibas? Este no es un lugar muy concurrido.- pregunto el rubio al peliazul.
-yo recuerdo que iba a una misión muy importante, que buscaba a ...
-¿Qué buscabas?.- pregunto el resto a coro.
-Ya no me acuerdo =P.- dijo él con una mano en la cabeza mientras los demás se caían.
-¿Recuerdas con que te golpee?.- Dijo Kía mirándolo fijamente.
-¿Tú me golpeaste? No lo creo.- Contesto este, mientras Kía le examinaba los ojos.
-No cabe la menor duda. Él sufre de amnesia parcial temporal.- dijo esta poniendo pose de medica.
-¿Y que es eso?- Pregunto Ania.
-Pues verán él ha perdido parte de su memoria.
-Como el tipo de amores de mercado... - Dijo Ania.
-o la tipa de la otra telecebolla, que se llamaba...
-Si, si eso. Pero a diferencia él solo perdió parte de sus recuerdos.
-¿Y cuando voy a recuperarlos?.- pregunto preocupado Alkon.
-Bueno podrías demorar unas horas, unos días o nunca, depende.
-Noooo, ;o; Son mis recuerdos, snif se que son importantes, snif aunque no me acuerde...
-Vamos podrás recuperarlos, o reemplazarlos por unos mejores.- Dijo Lancelot, dándole golpecitos en la espalda aunque no había entendido ni papa de la explicación, pero hace rato que no decía nada.
-¿Y tú tienes casa?.- Dijo Reiya con todas las intenciones de aprovecharse de la hospitalidad del recién conocido.
-Claro, esta por allá ¿Kía quieres venir?- preguntó él dando vuelta el sentido de su moto.
-Pues no sé- dijo esta
-pues yo si voy.- dijo Reiya.
-Si no les molesta, yo también voy.- dijo Ania
-Como su sensei tengo que acompañarlas.
-¿Y a ustedes quien los invitó?- pregunto el joven de ojos amarillos, pero nadie lo escucho.
-Ah en ese caso yo también voy.- Dijo finalmente Kía para felicidad del dueño de la moto.
De repente Alkon, al volver a ponerse su visor se dio cuenta de algo:- ¿Kía... este... por que solo tengo puesto un pantalón? Juraría que la ropa que traes puesta es mía.
-La tome prestada un rato ¿Algún problema?.- Mirada asesina.
-No, ninguno .- Asi el pobre chico tuvo que conducir sin polera y sin zapatos. Mucho rato después, la moto volaba a velocidad de tortuga, rozando el suelo.
-Hey por que va tan lenta ¿No puedes poner más power a tu maquina?.- dijo Reiya iba sentada en el manubrio.
-lo siento no se puede.- respondió en piloto que viajaba parado apoyado en las pisaderas, ya que Kía y Ania habian ocupado todo el asiento dejando un pequeño espacio para Lancelot, que iba de pie tomado de los hombros de Ania.- quizás si alguno se bajara.- Mirada asesina de todo el grupo.
Cuando por fin llegaron era bastante tarde. La casa de Alkon parecía más un container que una cabaña. Alkon reconoció que pertenecía a la antigua colonia de Autozam, pero ya no quedaban muchos, ya que la mayoría de los colonos se volvieron a su planeta cuando encontraron la forma de descontaminarlo.
-Y esa es la historia de mi vida. Hasta donde me acuerdo claro. Mi abuelo era de Autozam, mi padre igual, mi madre era nacida en Céfiro como yo y mi abuela, no sé de donde era.
-¿A que te dedicabas?.- Pregunto Kía quien llevaba puesta ropa de Alkon al igual que los demás del grupo.
-eh... "cosas". Miren la ropa ya esta limpia.- Dijo refiriéndose a una maquina de lavar ropa muy similar a las utilizadas en el mundo místico, donde las guerreras y su sensei habían puesto sus cosas. El chico de pelo azul le había prestado de su ropa a todos, aunque como era más bajo y flaco que Lancelot, a este no le había quedado muy bien ( ji ji ).- Y ustedes que están haciendo ¿Es algún viaje de entrenamiento?.
-Pues no. Andamos buscando a los genios de las guerreras mágicas.- Dijo en un arranque Kía. Recibiendo un peñisco de Reiya.- auch ¿Por qué me pegas?.- Lancelot le hizo una seña para que se juntaran en un rincón.
-No te das cuenta que no sabemos si podemos confiar en él.- dijo en un cuchicheo la pelirroja.
-Quizás es un seguidor de Kaos.- contribuyo la morena.
-además no podemos revelar nuestra misión a cualquiera.- Concluyó Lancelot.
En el otro extremo de la habitación el joven de cabello celeste y ojos amarillos agitaba la mano amistosamente y pensaba: Y a ellos que les pasa ahora U.
-No creo, y de todas formas no se acuerda por el momento.- dijo Kía.
-Si quieren puedo buscar alguna información en mi computadora.- Dijo Alkon apareciendo sorpresivamente entre el grupo.
-¿En serio podrías hacer eso?- Dijo Ania.
-Claro no me demoro nada.
Rato después enfrente de una enorme pantalla.
-Rayos no puedo bajar este archivo, no, se trabó de nuevo.- pensaba para si mismo el joven.
-Ya dame eso no puede ser muy diferente al Windows.- dijo ya sin paciencia Reiya. Un rato después.- ¡No, se trabo de nuevo, va a ver que resetearlo otra vez!
-Un momento ahora es mi turno.- Dijo la chica rubia quien rápidamente dio con la información.
-Increíble, estos archivos son de la época de mi abuelito.- Exclamo el joven de pelo celeste.
-Para que vean y aprendan jajajaja.- se rió Kía sin ninguna humildad.
-Y que dicen que después que las batallas de las guerreras legendarias terminaron, los tres genios fueron ocultados en lo profundo de una caverna cercana a centro de Céfiro, debajo de la más alta montaña.
-Entonces tenemos que ir allí ¿Tienes un mapa de referencia?
-Si, pero mi maquina impresora esta mala, pero puedo bajar un mapa a mi visor.
-¿Eso significa que tendrás que venir con nosotros?- Pregunto la chica rubia.
-si mi querida Kía.- y tomo la suave mano de la chica.
-Devuélveme mi mano pedazo de animal.
-Bueno.- suspiro Lancelot.- Por lo menos tendré más compañía masculina...
Fin del capitulo 7
Continuará...
