Capitulo 10: Enemigos
En un planeta, en una dimensión diferente a esta, tres muchachas, un niño albino y un joven rubio conversan tranquilamente. No saben, aun, las sorpresas que les depara el destino.
-¿Entonces Clef, ya les diste magia?.- Pregunto el joven espadachín.
-Sí, pero aun no han aprendido a usarla.- Hablo el mago.- De todas formas, no te preocupes por eso, yo me encargare de su entrenamiento de ahora en adelante.
-En serio :D.- Dijo él muy feliz.
-Sí, debido a que también es peligroso que permanezcan a tu lado. No solo Kaos las busca, también el rey.
-¿Qué? ¿Por qué Seth...?
-No lo sé. El hecho es que ellas, aun no están listas. Y ambos bandos han alistado aliados poderosos; guerreros, magos, mercenarios, ladrones incluso cazarecompensas de otros planetas han venido en busca de una buena paga. Una batalla con cualquiera de ellos y ellas no sobrevivirán.
-Hey, nosotras no somos tan débiles. Hoy le ganamos a un monstruo sin ayuda de nadie.- Trato de defender su honra la pelirroja, pero ninguno de ellos le hizo el menor caso.
-Pero, aun así no lo entiendo. Conozco a Seth, es orgulloso y estúpido, pero jamás se aliaría con personas con un sucio pasado. ¿A que le tiene miedo? ¿Cuál es el mal que podrían hacerle las guerreras mágicas?.- después de un momento de reflexión agrego.- ¿Estás seguro Guru Clef, que no sabes nada, a pesar de todo tu poder?
-Estoy tan sorprendido de su reacción como tú.- respondió el mago fríamente.
-Tengo que hablar con él. No puedo dejar que mi hermana este al lado de un tipo así.- El mago lo tomo con una fuerza que no aparentaba en su frágil figura.- ¿Qué haces?
-No es lo más sensato que vayas a buscarlo ahora.- Suavizó un poco su expresión y le hablo como le habla un anciano a un joven testarudo.- Sé que eres muy fuerte, y que probablemente los guardias no te serán problema, pero recuerda que ellos son muchos y tú uno; que si te atrapan es probable que las pongas a ellas en peligro; y por ultimo que a tu hermana no le gustaría ver, de nuevo a su único hermano peleando a muerte con su esposo.- El joven suspiro profundamente, mientras el sabio con cuerpo de infante le dio el ultimo consejo.- Espera un tiempo, hasta que ellas se hayan vuelto fuertes, entonces ya no habrá peligro y yo mismo te ayudare a entrar al palacio.
-¿Las llevaras a buscar sus genios?.- preguntó Lance después de dudar un momento.
-No, es demasiado pronto. Las llevare en busca del material escudo para fabricar sus armas.
-Bien, supongo que esta es la despedida.- Dijo el maestro volviéndose hacia sus discípulas.- Puede que en el fondo (muy en el fondo) las extrañe.
-Chao Lancy. Despídeme de Alkon cuando vuelva.- Se despidió tranquilamente Kía
-Qué no me llames Lancy.
-Adiós Sensei.
-Adiós Ania.
-¡Nooooo, yo no me quiero ir!.- Rogaba Reiya abrazando fuertemente la pierna del joven Lionheart, mientras sus amigas trataban de despegarla. Después de mucho forcejeo lo lograron y la subieron a otra de las quiméricas criaturas que había convocado Guru Clef. Se alejaron lentamente por el cielo. El joven los siguió con la mirada hasta que se convirtieron en un pequeño punto, perdido detrás de una nube.
-¿Quién esta ahí?.- El ex sensei saco su espada amenazante. Un crujido de hojas lo alerto acerca de la presencia cercana de alguien. Como siguió avanzando, sin responder, él embistió contra la silueta que alcanzaba a entrever entre el follaje.
-¡Calma, hombre, soy yo!.- Dijo Alkon levantando sus manos, cuando su amigo casi lo rebana. Este sonrío aliviado. El recién llegado puso sus manos en los bolsillos y con sus ojos ambarinos, inspeccionó los alrededores.- ¿Dónde están las chicas?
-Se las llevo Guru Clef.
-¿Qué?
-Que se las llevo Guru Clef.
-Puta madre.- Saco su mano del bolsillo y de rabia tiro un pequeño objeto, que reboto en el blando suelo del bosque. Extrañado de la rara actitud de su amigo, Lancelot tomo el objeto para devolvérselo, sin embargo había una figura en él que pudo reconocer y le dio una pista acerca de la verdadera naturaleza y las verdaderas intenciones de Alkon.
-¿Guru Clef, a donde vamos?- Pregunto Kía.
-En busca del escudo, para hacer sus armas.
-Ah, pero no que las armas se hacen de metal y no de escudos.
-No estoy hablando de escudos, me refiero al mineral escudo.
-Ah ¿y donde hay?
-Al interior de una laguna al terminar este bosque.
-Ah ¿y esta muy lejos?
-Mas o menos.
-¿Y nos vamos a demorar mucho?
-Puede ser.- El mago ya perdiendo la paciencia, se le ocurrió una idea de cómo deshacerse de la mocosa.- Hey, Kía ¿Por qué no conversas con Ania?
-Es que contigo es más divertido.
-¡Conversa con Ania!.- dijo él saliéndole un ojo para afuera.
-bueno, bueno, no te enojes.- La rubia se corrió un poco del lomo del animal y se dio vuelta para conversar con la más alta de sus amigas.- Hola Ania ¿Como estas?
-A ver tengo mis dos brazos, mis dos piernas en su lugar, mi cabeza, respiro. Supongo que bien.
-Que bueno n-n.
-si...
-sip...
-sip...
-Mira un pajarito.- exclamo la más pequeña señalando a un punto azul.
-Es muy bonito. Nunca había visto uno así en la Tierra.
-Es celeste como el pelo de Alkon.
-A mí me parece más azul.
-No, es celeste, pero el pelo de Alkon es de un celeste más bonito.
-si tú lo dices...
-¿Por qué no se vino a despedir de nosotras?
-¿Quién?
-Alkon.
-Em...quizas no sabia que nos marchábamos.
-Pero, yo quería despedirme de él.
-déjalo, tal vez estaba ocupado.
-¿En que?
-No sé, puede haber tenido ganas de ir al baño.
-Ah, claro y después tenia que lavarse las manos, por que sino no hubiera sido agradable estrechársela.-
La pequeña Kía se quedo un rato pensando. El sol bajaba por el horizonte, tomando un color anaranjado como los ojos de Alkon. Recordó su rostro un momento e inconscientemente se lo imagino vestido a la usanza del mundo místico. "Unos jeans y una polera negra la quedarían muy bien". Se pregunto si él podría viajar a la Tierra cuando las devolvieran. Quizás le gustara y se quedaba a vivir allá, después de todo él vivía solo y no tenia parientes vivos que lo acompañasen. Se entretuvo imaginando a donde lo invitaría, el cine le pareció una buena idea, pero ir a tomar helados era mejor. Se sonrojo al imaginárselo en traje de baño nadando en la piscina.
De repente la criatura dio un brusco giro y empezó a descender. La joven rubia hubiera caído de no ser que su amiga morena la sostuvo instintivamente. Reiya que iba durmiendo grito sobresaltada.
-Ten cuidado que esta cosa no tiene cinturón de seguridad.- Sin embargo el principal mago de Cefiro, no le contesto. Siguieron descendiendo hasta llegar al suelo, donde él las obligó a bajarse.
-Re-recordé algo, te-tengo que irme.- Tartamudeo Guru Clef.
-Clef, te ves horrible ¿Te pasa algo?.- pregunto preocupada Reiya.
-Nada, tengo que irme.
-¿Nos vas a dejar solas otra vez, maldito mocoso?.- le interrogo La pelirroja mientras él se subía a su criatura.
-No se preocupen, la laguna esta muy cerca. Volveré cuando pueda.- les grito desde el aire.
-¿Cómo que volverás cuando puedas?.- Replicó desde el suelo Reiya, pero él ya estaba muy lejos. Sus dos compañera miraban el cielo perplejas mientras su nuevo maestro las dejaba desamparadas de nuevo.
-"El símbolo real. Alkon trabaja para el rey".- Lance miraba perplejo el comunicador que tenia en su mano. Les costaba creer que lo que veían sus ojos fuera cierto. El metal frío en su sien derecha despejó sus dudas. Su ex-amigo le apuntaba la cabeza y sus ojos no mostraban ninguna cavilación al hacerlo.
-Deja tu espada en el suelo, donde yo pueda verla.- Le dijo con tono neutro.
-Así que ha esto te dedicabas. Eres mercenario ¿Cierto?.- respondió cuando desabrochaba el cinturón de la vaina y colocaba su arma frente a él.
-¿Dónde se las llevo?.- fue la respuesta.
-No lo sé.- El espadachín se puso muy lentamente de pie, sin que el arma se despegara ni un solo milímetro de su piel.
-¿Dónde las llevo?.- repitió un poco más fuerte y un poco más despacio.
-Ya te dije que no lo sé.- En su mano izquierda una pequeña bola de luz empezó a formase.- ¿Qué te hace pensar que por no tenga mi espada estoy indefenso? Bola de fuego.- en ese momento la bola de luz creció. Su oponente trato inútilmente de protegerse. La esfera le dio de lleno y los lanzo varios metros, cayendo pesadamente de espaldas. Lancelot tomo rápidamente su espada, todo había salido como lo había planeado. Excepto un detalle, Alkon nunca soltó su arma. Ahora mientras él hacia correr un pequeño hilo de sangre en el cuello de su oponente, éste tenia el cañón de su pistola justo en medio de su frente.
El sol se oculto en algún lugar detrás del horizonte. El atardecer lleno el espacio con siniestras sombras. En alguna parte un ave graznó. Después todo se hundió en el silencio...
Fin del capitulo 10
Continuará...
Notas de lagranbrujaoscura:
Este capitulo resulto un poco más corto que el anterior, pero más intenso, lo que me tiene muy feliz. De hecho esta ultima escena era una de las que más me motivaban a seguir. Por fin la pude escribir. ¿Que pasara? ¿Qué secretos esconden los personajes? ¿Ania tendrá novio? ja, ja, todo se vera a su tiempo.
Lo único que puede ser raro es que no me acordaba como se llamaba la laguna (Era una laguna cierto) donde buscaban el escudo, ni su localización exacta. Así que la puse por ahí.
Gueno Chao.
