RECORDANDO

Se quedaron en silencio durante unos segundos.

- No veo mucho problema por que sea un vampiro –dijo Willow rompiendo un poco el hielo.

- No, el problema no es que sea un vampiro... yo... él es mi otro gran pilar de apoyo, mi mano derecha, y muchas veces mis ojos.

- ¿Ves por sus ojos? –le preguntó extrañada, pero añadió rápidamente- no es malo ver por los ojos de nadie.

- Él me hace ver... tengo la costumbre de fiarme demasiado de la gente, y a veces alguien me tiene que abrir los ojos. Y ese, casi siempre es Josh. También tiene un gran problema... no nos ponemos de acuerdo en nada. Si yo digo negro, el dice blanco... si él dice tal, yo digo pascual.

- Eso nos pasa siempre a todos –Willow se rió.

- Ya, pero no me gusta que me lleven la contraría. –Suilma se puso de pies, y mientras recogía las cartas, miró el reloj de reojo.- Bueno, jefa, me tengo que ir a recoger a Coudy, nos vemos luego.

Willow observó a Suilma irse. Esa chica... tenía algo extraño y familiar, era como si la conociera de siempre. La había estado observando moverse, andaba con un paso desgarbado, peculiar y elegante, todo a la vez. Sus expresiones eran producto de mezclas de otras... no sabía como explicarlo, lo que sintió al verla entrar, el aura que rodeaba a Suilma, era el aura de Coudy... y sabía que el aura era algo que no se podía cambiar. Pero lo que disolvió sus dudas, fue cuando ella cogió las cartas... la baraja con la que siempre jugaba Coudy, y como las barajaba, las colocaba y las miraba... era una forma especial, parecía que ella y la baraja estaban envueltos en un mantra de tranquilidad, paz. Solo había visto a una persona estar en se misma armonía con el Todo... y esa era Coudy.

2026

En las mismas sillas que años atrás estaban ocupadas por los scoobies, ahora se sentaba la nueva generación, que torcían el morro cada vez que a alguien se le ocurría compararles con ellos. No eran los scoobies, y desde luego no iban detrás de una cazadora haciendo el paripe, como solía decir Josh.

- Vale... ¿qué vamos a hacer? –preguntó Mona, llevaban sentados media hora y ninguno había dicho nada.

- Supongo que ir a buscarla.

- ¿Cómo? –respondió Andy al vampiro, que había contestado a Mona.- No sabemos donde está... ahora mismo podría andar perdida por el espacio, en mundos paralelos o sabe Dios en que tiempo.

- ¡Pero tenemos que hacer algo! –Josh se puso de pies y comenzó a dar vueltas por la habitación.- No podemos dejarla sola. ¿Y si nos necesita? ¡¡Tal vez James le este haciendo algo en estos momentos!!

- Hombre... si la está haciendo algo, a lo mejor ella no se está oponiendo –Mona se calló al notar la mirada psicópata del vampiro-, oh, vamos Joseph, todos sabemos que ella se le ha abierto de piernas en infinidad de ocasiones.

- ¡Ya, pero eso fue en el pasado! ¡No creó que Suilma sea tan merluza como para ir otra vez detrás de él!... Además, ella vio como había abierto el portal ese... había matado a niños, almas inocentes. No, definitivamente ella no volvería con un tipejo como él.

El silencio inundo la habitación durante unos segundos. Suilma lo había pasado mal con el tema de James, ella siempre le había perdonado todo cuando él la miraba con ojos de cordero degollado. Pero todo tenía un límite, y desde luego, irse, para luego volver matando... pues oye, que el chico no debe de andar por el buen camino.

- Creo que si Willow nos ayuda, tal vez podamos hacer un hechizo para saber donde está.

- Está bien –Josh se acercó al teléfono y se lo dio a Mona- habla tú con ella, esto es cosa de brujas.- Andy, ¿hablaste con Spike y Buffy?

- No, ahora iba a ir a su casa y...

- Tal vez no sea una buena idea lo de contárselo –el demonio le miró extrañado- no quiero que se involucre mucha gente.

- Pero Josh, son sus padres, deberían saberlo.- Mona también frunció el ceño ante la actitud del vampiro.

- Se van a preocupar demasiado y ya cebéis como se pone Spike con respectó a Suilma... llevan una temporada muy bueno, y James nunca a sido santo de su devoción. Puede que piensen que Suilma se ha vuelto a ir al otro lado.

- Pero eso no es cierto... ella tan solo le siguió –protestó Andy, pero la ceja levantada del pelirrojo le hizo bufar resignado- está bien, pero cuando se enteren, que seguro que será pronto, ¡tú responderás ante ellos!.

Josh sonrió asintiendo, podía lidiar de sobra con unos padres resentidos y psicópatas... siempre que Suilma andará cerca para aplacarles, pero no con unos padres de los nervios y psicópatas, y sin una amiga medio-loca. Además, Suilma no hubiera querido meterles en esto, ella preferiría que no se enteraran... y si lo hacían, que fuera lo más tarde posible. Andy se marchó al cabo de un rato, para ver si encontraba algunas cosas que Willow y Mona necesitaban con urgencia. La joven se acercó al vampiro, que ahora estaba perdido en sus pensamientos.

- Cuando hablé con Willow, ella me dijo que tal vez...

- No lo digas. –Mona observó que tenía las manos juntas ante la cara, como si rezara, y tenía los ojos fuertemente cerrados.- Porque no quiero saber cuantas cosas pueden fallar o ir mal, tan solo haced el hechizo, y si tenemos suerte, la hemos tenido. Lo que menos necesitamos es pensar cuantas cosas pueden ir mal.

- Está bien. –la joven asintió y cambió de tema- La dije que, si podía, no contara nada a Spike y a Buffy. Ella me dijo que era mejor que ellos supieran lo menos posible, así evitaríamos tener a una Cazadora y a un vampiro histéricos.

Josh le sonrió mientras asentía con la cabeza... Willow siempre era un punto a su favor, solían pensar igual. El joven se levantó y se acercó a la ventana, y observó las estrellas... sabía que estaba en algún lugar, rondando en la nada, sonriendo... tan solo pudo sonreír y pedir a las estrellas que ella estuviera bien.

2012

- ¡Hey! ¿Desde cuando cuatro por cuatro son diecisiete?

- Desde que yo hago las cuentas.

Suilma volvió los ojos, llevaban una hora con las malditas cuentas estas y Coudy siempre se las apañaba para hacer algún calculo mal... y tenían que empezar desde el principio, pero lo más extraño, era que se confundía en el final. Ya estaba pensando que lo hacía aposta. Coudy, levanto la cabeza del cuaderno de matemáticas para lanzarla una mirada significativa.

- No creo que... -la niña sonrió- ¡¡¡bloody hell!!! Llevamos una hora aquí sentadas y tú estás haciéndolo mal aposta.

- Lo dices como si fuera la cosa más mala del mundo.

La joven estrecho los ojos y mandó una mirada de falso odio a la niña, que tan solo sonrió divertida. Suilma iba a decirla lo mal que estaba mentir y, sobre todo, hacer perder el tiempo a la gente, pero el sonido de las llaves le borró el cabreo. Coudy se levantó al oírlo y salió corriendo escaleras abajo.

- Está niña debería practicar atletismo –bufó molesta, y siguió el camino que había tomado la niña.

Solo pudo sonreír al ver la escena. El que acababa de llegar era Spike, y Coudy había corrido hacía su padre y se había abalanzado sobre él. Spike la había cogido en brazos y la escuchaba como había sido el día, y como había traumatizado a Suilma.

- Así que ya has estado maltratando a tu nueva niñera. – Spike intentó ponerse serio, pero la mirada de falsa inocencia de su hija le hizo sonreír, ella, ante la acusación, tan solo levanto la mano e hizo el gente de un poquito con los dedos.- ¿Has hecho los deberes?

- Estábamos en ello, pero Suilma pretende que los haga bien. –La niña se bajó de los brazos de su padre y señalo a la morena.

- Acusica -susurró la joven- si no los hicieras mal aposta, hubiéramos acabado hace tres cuartos de hora.

Spike sonrió al verlas discutir, hombre, no estaba bien que una chica de veintiún años discutiera con una de ocho, pero eso quería decir que Coudy apreciaba a Suilma, lo normal en la pequeña, era una mirada de desprecio e ignorar a la otra persona.

Coudy no era una niña muy amigable, prefería estar con los mayores a estar con niños de su edad, y eso no era bueno para un niño, no relacionarse. Buffy decía que si que jugaba en el colegio con los otros niños, e incluso había ido a muchas fiestas de cumpleaños... pero Coudy no era como los demás niños, aunque le doliera a Buffy, su niña no era como los demás... no muchos niños sabían leer en latín antiguo ni dominaban el castellano, el francés y el árabe a nivel de universitario. No, desde luego Coudy no era una niña normal.

Lo había conseguido. Formar una familia. SU familia. Tenía una esposa encantadora, preciosa, una joya, una cuñada a la que quería como si fuera su propia hermana menor, y a Coudy, SU niña... todavía recordaba como se enteró de que Buffy estaba embarazada.

FLASH BACK

Spike estaba machacando el saco de arena. Habían decidido ponerlo en el sótano para que no quitara mucho hueco arriba y, sinceramente, porque no había un lugar mejor en toda la casa. De los meses que había pasado muerto, no recordaba nada... bueno, solo un vago deje de vacío, solo eso, vació.

Llevaba cuatro meses viviendo con Buffy, y se dio cuenta muy pronto que estaba muy a gusto. En la casa, vivían ellos dos y Dawn, pero dentro de poco ella iría a la universidad... entonces harían un bonito gimnasio en su cuarto, Dawn se puso a gritarles cuando se lo dijeron. Todo era tranquilidad por allí... menos por la visitas Ángelus. No sabía porque se tenía que pasar por allí de vez en cuando, podían pasarse un tiempo sin él, y a los cinco días, su cabezota aparecía de la nada con toda su tropa.

- Sea lo que sea, estoy segura que el saco no ha sido.

Sin darse cuenta, había ido aumentando la fuerza... y ahora el saco estaba medio sujeto. Suspirando se volvió a buffy, que le miraba divertida.

- Si, ja, ja, ja –se rió irónico mientras se acercaba a ella y la abrazaba- eres muy divertida, luv.

- Y tú muy irónico... pero no quiero meterme ahora en una pelea.

- ¿Por qué? –preguntó, sorprendido, el vampiro, sabía que la encantaba meterse con él, y además las reconciliaciones eran muy interesantes.

- Necesito hablar contigo.

Sin poder evitarlo, Buffy le cogió de la mano y le condujo escaleras arriba, al salón. No hizo falta bajar o cerrar persianas. Para disgusto de Spike y sorpresa de Buffy, Ángel les había mandado unos cristales especiales, como los que tenía él en su oficina, como "regalo de bodas"... pero eso es otra historia que deberá ser contada en otro momento.

- Siéntate.

- ¿Qué? –"¡¡Bloody, hell!! Algo está pasando" pensó.

- Hazme caso –le dijo con paciencia.

Todavía protestando, Spike se sentó, ella le miró y empezó a dar vueltas de un lado a otro, y así estuvo cerca de diez minutos, parándose para mirarle de un amanera muy extraña, morderse el labio y volver a caminar. La paciencia del rubio se acabó a las diez minutos.

- ¡Me estás poniendo nervioso! ¿¡Qué demonios ocurre!?

- Ehhh... veras -Buffy se sentó a su lado- ehh... ¿recuerdas la discusión que tuvimos hace unas semanas?

- Como olvidarlo –bufó él, para ser exactos, había sido hacía dos semanas, justo cuando el estúpido cabezón apareció por allí con un par de sus amiguitos- Pero no entiendo a que viene eso ahora... Esto no tiene nada que ver con "ese", ¿verdad?.

- Por supuesto que no, yo me refiero a lo que pasó la noche en la que Ángel se fue.

- Ahh... -Ya recordaba, durante la estancia de "ese", él había discutido con Buffy, igual que siempre que venía Ángelus, pero después de que se largara, había hecho las paces de una manera muy interesante... - ¿y qué pasa?

- Pues, llevó un tiempo algo mal, estoy mareada, vomito por las mañanas... -Spike seguía mirándola sin entender a donde quería llegar, cosa que la exasperaba- he ido al medico y me han hecho pruebas...

- ¿Estás bien? –le preguntó preocupado.

- Ehhh... ese es el punto. Estar, estoy bien... pero hay algo que te tengo que decir.

- Ok, hazlo.

- Estoy embarazada.

Buffy se quedó un rato esperando a que él dijera algo, pero no decía nada, parecía que se había quedado off. Spike tenía los ojos muy abiertos y de ve en cuando parpadeaba muy deprisa, hizo el amago de decir algo varias veces, pero la voz no le salía. Pasados unos minutos, ella empezó a impacientarse.

- Bueno... ¿Qué piensas?

- No... no sé. Es todo tan... -hizo un movimiento bastante gracioso con las manos- ¿pero estás 100x100 segura?

- Segura al 120x100.

- Vo... Voy a ser... padre –se puso de pies y empezó a andar de un lado a otro de la habitación, murmurando la noticia una y otra vez, hasta que por fin se paró ante ella.- Vamos a ser padres.

- Si.

Spike la abrazó y la besó varias veces, tras el susto inicial, se le veía entusiasmado con la idea.

FLASH END

Si, sin dudas ese había sido el mejor momento de su vida... y también era capaz de asegurar a pies juntillas, que aquella niña era lo mejor que había hecho en su no-vida.